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1.10.2011 - LIGA 1ªDiv. 2011/12 - JORNADA Nº 7

Partido Nº 1916 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

  VILLARREAL 2-2 REAL ZARAGOZA  

 

Villarreal

2

 

 

2

Zaragoza

 

  13

Diego López

  4

Musacchio

  12

Zapata

  14

Mario

  15

Catalá

  8

De Guzmán

  10

Cani

  17

Camuñas

  20

Borja Valero

  21

Bruno

  22

Rossi

 

 

  1

Roberto

  2

Juárez

  3

Paredes

  5

Lanzaro

  6

Meira

  14

Da Silva

  16

Barrera

  17

Lafita

  23

Ponzio

  9

Hélder Postiga

  10

Luis García

 

 

CAMBIOS

 

63'

Zapata por Hernán Pérez

76'

De Guzmán por Gerard

80'

Catalá por Marcos Senna

 

 

58'

Lafita por R. Micael

65'

Luis García por Juan Carlos

72'

Barrera por Zuculini

 

 

ENTRENADORES

 

Juan Carlos Garrido

 

 

Javier Aguirre

 

 

GOLES

 

 41' 

1-1 Gol penalty Rossi

 83' 

2-2 Gol Hernán Pérez

 

 

 34' 

0-1 Gol Luis García

 43' 

1-2 Gol Barrera

 

 

TARJETAS

 

40' 

Rossi Tarj. A

 

 

23' 

Juárez Tarj. A

26' 

Lanzaro Tarj. A

65' 

Paredes Tarj. A

80' 

Lanzaro Doble A

86' 

Roberto Tarj. A

 

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

 

1ª División

Estadio: El Madrigal

01/10/2011 18:00

Arbitro: Cerro Grande

Cuarto Arbitro: Cuesta Ferreiro

Jueces de Línea:Huerga Cermeño , Alvarez Moreno

 

 

 

 

 

0-1

L. García  35’

G. Rossi  (Pen)  38’

1-1

 

 

1-2

P. Barrera  45’

H. Pérez  83’

2-2

 

Des: 1-2El Madrigal (Asistencia: 19,300)

Árbitro: Carlos Del Cerro Grande

Ficha técnica:

2 - Villarreal: Diego López, Mario, Musacchio, Zapata (Hernán Pérez, m.63), Catalá (Senna, m.80); Bruno, Borja Valero, Cani, De Guzmán (Gerard Bordas, m.76), Camuñas y Rossi.

2 - Real Zaragoza: Roberto, Juárez, Lanzaro, Da Silva, Paredes (Zuculini, m.73), Meira, Ponzio, Barrera, Luís García (Juan Carlos, m.65), Lafita (Ruben Micael, m.57) y Helder Postiga.

Goles: 0-1, m.35: Luís García. 1-1, m.41: Rossi, de penalti. 1-2, m.45: Barrera. 2-2, m.81: Hernán Pérez.

Árbitro:
Del Cerro Grande (Comité madrileño): mostró tarjeta amarilla al local Rossi y a los visitantes Juarez, Paredes y Roberto. Expulsó a Lanzaro (m.80), por doble tarjeta amarilla.

Incidencias: partido de la séptima jornada del campeonato nacional de Liga, disputado en el campo municipal de deportes el Madrigal, ante 17.000.espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. 

Estadísticas

Villarreal


Zaragoza

2

Goles

2

1

Asistencias

2

26

Disparos

14

13

Disparos a portería

9

7

Paradas

11

1

Goles de penalti

0

1

Penaltis

0

17

Centros

7

13

Saques de esquina

4

3

Fueras de juego

0

3

Faltas cometidas

23

1

Tarjetas amarillas

3

0

Tarjetas rojas

1

 

Sin encontrar la perfección

El Real Zaragoza logró un valioso empate a dos en El Madrigal ensombrecido por un fallo defensivo que supuso el segundo gol de los locales y una discutible actuación arbitral.

El Real Zaragoza no pudo deshacer la maldición que parece pesar sobre él cuando juega en El Madrigal. Dos acciones desafortunadas, una por parte del colegiado y otra en la defensa de un córner, echaron por tierra el trabajo de un equipo que, poco a poco, va definiendo su estilo a practicar esta temporada.

Así, desde el inicio del encuentro, el conjunto aragonés cedió el peso del partido a los locales para usar la amenaza del contraataque. Los amarillos aceptaron la situación y comenzaron a rondar la meta zaragocista. Representativa es una jugada ocurrida en el minuto ocho cuando Cani, muy motivado ante el equipo que le vio nacer, intentaba batir a Roberto con un disparo pegado a la cepa del palo derecho que el portero zaragocista despejó en una acrobática posición.

Fue la primera de una interminable lista de intervenciones protagonizadas por el meta blanquillo, que fue, una tarde más, el más destacado de los zaragozanos.

Dos minutos más tarde, el Real Zaragoza avisaría por medio de Helder Postiga. El ariete portugués, en carrera, realizó un brillante regate a Musacchio que le habilitó para ejercer el mano a mano ante Diego López. Sin embargo, disparó a romper y su chut fue despejado por el meta castellonense. En el rechace, el balón cayó a Luis García, cuyo intento corrió la misma suerte que la de su compañero luso.

Golpe visitante

No falló en el minuto 34. El asturiano se asoció con Meira en una pared que el centrocampista devolvió picada y en profundidad. Su magnífico pase fue aprovechado por el número diez, que de una precisa volea, con la pierna izquierda y directa al palo largo, hizo su tercera diana del curso.

Sin embargo, no hubo tiempo para celebraciones. Cuatro minutos más tarde, en una polémica decisión, Del Cerro Grande se erigió como protagonista al señalar un penalti por una razón sin determinar. De hecho, no hubo sancionado alguno por una acción que supuso el primer tanto de los locales. Rossi, a la segunda, después de que le anularan su primer lanzamiento por realizar una ’paradinha’, convirtió a lo Panenka.

Fue un golpe bajo. Directo a la moral. Un contratiempo del que los zaragocistas se repusieron rápido. A través de una contra magistral, digna de ilustrar un manual de fútbol básico, Barrera hacía valer su velocidad y volvía a colocar a los aragoneses por delante del marcador. Robó Ponzio, Lafita sirvió rápido y el mexicano, letal con espacio por delante, hizo el resto.

Un gigante llamado Roberto

La vuelta de vestuarios trajo un Villarreal nuevo. Con mayores similitudes respecto a su potencial teórico, los pupilos de Juan Carlos Garrido comenzaron a acorralar a los visitantes. Contra las cuerdas, el Zaragoza solo respondía por medio de Roberto. El guardameta sacó ocasiones claras a Borja Valero, a Catalá, a De Guzmán, a Cani... Y a Rossi. Sobre todo a Rossi, al que llegó a desesperar.

Para paliar este asedio, Aguirre dio entrada a Micael por Lafita. El cambio tuvo su efecto y los aragoneses empezaron a respirar. Pero el encuentro le deparaba otro revés a los zaragozanos. En el 80, Lanzaro dejó al equipo con diez tras ser expulsado por doble amarilla. Poco más tarde, en un córner, y tras un flagrante desajuste defensivo, los amarillos empataban por medio de Hernán Pérez, que remató libre de marca.

A la desesperada, y por medio de una magnífica jugada de Zuculini, que había entrado por un lesionado Barrera, el Real Zaragoza pudo ganar. En el 86, el argentino llegó hasta línea de fondo con el balón y cedió para Postiga, que falló en el remate. Un error que indicó que el marcador no se movería más.

Orden de San Benito

Publicado: 02/10/2011 00:23 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA
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Orden de San Benito

 
Nombre latino Ordo Sancti Benedicti
Siglas O.S.B.
Gentilicio Benedictinos
Tipo Orden Orden contemplativa
Regla Regla de San Benito
Hábito Hábito negro con túnica, escapulario y capucha negras, cinturón negro sobre la túnica
Fundador San Benito de Nursia
Fundación 529
Lugar de fundación Montecasino
Aprobación 1734
Superior General Abad Primado Notker Wolf, OSB
Curia Abadía Primada de San Anselmo
Piazza dei Cavalieri di Malta, 5
00153 Roma
Coordenadas 14.882754, 12.478731
Presencia 47 países
Actividades Fundamentalmente vida contemplativa, oración, claustro, silencio, aunque también se dedican a Misiones, colegios, universidades, etc.
Sitio web www.osb.org
San Benito de Nursia (c. 480-543), de un detalle del fresco de Fra Angelico, Basílica de San Marco, Florencia (c. 1400-1455).

La Orden de San Benito (en latín: Ordo Sancti Benedicti), (O.S.B.) es la orden religiosa, dedicada a la contemplación, fundada por Benito de Nursia, que sigue la Regla dictada por éste a principios del siglo VI para la abadía de Montecassino. Benito de Nursia contribuyó decididamente a la evangelización cristiana de Europa, por lo que es patrón de Europa.

Actualmente la Orden está extendida por todo el mundo, con monasterios masculinos y femeninos.

Siguiendo su ejemplo e inspiración, diversos fundadores de órdenes religiosas han basado la normativa de sus monasterios en la Regla dejada por Benito, cuyo principio fundamental es Ora et labora, es decir, Oración y Trabajo.

Los monasterios benedictinos están siempre dirigidos por un superior que, dependiendo de la categoría del monasterio, puede llamarse prior o abad; este es escogido por el resto de la comunidad. El ritmo de vida benedictino tiene como eje principal el Oficio Divino, también llamado Liturgia de las Horas, que se reza siete veces al día, tal como San Benito lo ordenó. Junto con la intensa vida de oración en cada monasterio, se trabaja arduamente en diversas actividades manuales, agrícolas, etc., para el sustento y el autoabastecimiento de la comunidad.

  Reformas de la Orden Benedictina

Durante el transcurso de su historia, la Orden Benedictina ha sufrido numerosas reformas, debido a la eventual decadencia de la disciplina en el interior de los monasterios. La primera reforma importante fue la hecha por Odón de Cluny en el siglo X; esta reforma, llamada cluniacense (nombre proveniente de Cluny, lugar de Francia donde se fundó el primer monasterio de esta reforma, en el que Odón fue el segundo abad), llegó a tener un gran influjo, hasta el punto que durante gran parte de la Edad Media prácticamente todos los monasterios benedictinos estaban bajo el dominio de Cluny.

Los cluniacenses adquirieron gran poder económico y político, y los abades más importantes llegaron a formar parte de las cortes imperiales y papales. Varios pontífices romanos fueron benedictinos provenientes de los monasterios cluniacenses (Alejandro II, 1061-73; san Gregorio VII, 1073-85; beato Víctor III, 1086-87; beato Urbano II, 1088-99; Pascual II, 1099-1118; Gelasio II, 1118-19; y un largo etcétera).

Tanto poder adquirido llevó a la decadencia de la reforma cluniacense, que encontró una importante contraparte en la reforma cisterciense, palabra proveniente de Císter (Cîteaux en idioma francés), lugar de Francia donde se estableció el primer monasterio de esta reforma. San Roberto de Molesmes, san Esteban Harding y san Roberto de Chaise-Dieu fueron los fundadores de la Abadía de Císter en 1098. Buscaban apartarse del estilo cluniacense, que había caído en la indisciplina y el relajamiento de la vida monástica. El principal objetivo de los fundadores de Císter fue imponer la práctica estricta de la Regla de San Benito y el regreso a la vida contemplativa.

El principal impulsor de esta reforma fue san Bernardo de Claraval (1090-1153), quien fue discípulo de los fundadores de Cîteaux, habiendo ingresado allí hacia el año de 1108. Se le encargó la fundación de la Abadía de Claraval (Clairvaux, en francés), de la que fue abad durante unos 38 años, hasta su muerte. Bernardo de Claraval se convirtió en el principal consejero de los papas, y varios de sus monjes llegaron igualmente a ocupar la Sede Pontificia. Bernardo predicó también la Segunda Cruzada. Al morir había fundado 68 monasterios de su orden.

La reforma cisterciense subsiste hasta hoy como orden benedictina independiente, dividida igualmente en dos ramas: la Orden del Císter (O. Cist.) y la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia (OCSO), también conocidos como Trapenses. Se les llama también "benedictinos blancos", debido al color de su hábito, en contraposición a los demás monjes de la Orden de San Benito, a quienes se llama "benedictinos negros".

Durante la Edad Media surgieron otras reformas importantes de la Orden Benedictina. La de san Romualdo (†1027), quien dio inicio a la reforma camaldulense. Esta reforma subsiste hasta hoy en dos ramas: la primera forma parte de Confederación Benedictina (benedictinos negros); la segunda es independiente, pero se rige igualmente por la Regla de San Benito. Otra reforma importante fue la emprendida por san Juan Gualberto (†1073), quien fundó los Benedictinos de Valle Umbrosa, por el lugar en Italia en que se construyó el primer monasterio de esta reforma; es igualmente hoy en día una congregación de la Confederación Benedictina. La reforma de san Silvestre (1177-1267), fundador de los Benedictinos de Montefano, que subsiste también hoy como congregación asociada a la Confederación Benedictina. La reforma de san Bernardo Tolomei (1272-1348), que dio origen a los Benedictinos de Monte Oliveto, hoy también parte integrante de la Confederación Benedictina.

Después de agitados períodos de la historia, como la Reforma en Alemania y los Países Bajos, la expulsión o ejecución de religiosos católicos por Enrique VIII en Inglaterra o, mucho después, del período revolucionario en Francia, así como también la decadencia de la disciplina en los monasterios, llevó a que se diezmara la población de monjes. Después de la Revolución francesa, fue Dom Prosper Guéranger quien hizo renacer la orden benedictina en Solesmes a partir de 1833, en Francia.

  Hábito

En la Edad Media los monjes benedictinos llevaban camisa de lana y escapulario. El hábito o vestidura superior es negro, por lo que el pueblo los llamó los monjes negros, en oposición a los cistercienses, que llevan túnica blanca y escapulario negro, denominados los monjes blancos.

Orden de Cluny

Publicado: 02/10/2011 00:28 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA
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Orden de Cluny

 

En el 910 D.C. surge, dentro de la Iglesia Católica, la voluntad de reformar las órdenes monásticas. Esta restauración se produjo tomando como base la Regla de Benito de Nursia, un reglamento que rige la vida de los monjes detallando cómo debe ser su vida. Esta regla alcanza un importante desarrollo gracias a la intervención de Benito de Aniane, pero está limitada por las tradiciones propias de las abadías, y por la rutina de su aplicación. En este proceso, la abadía de Cluny decide imponerse agrupando un gran número de conventos y convirtiéndose en la orden más importante de la Edad Media, con monasterios por toda Europa.

La fundación

La orden de Cluny es una reforma de la orden benedictina. Fue creada el 11 de septiembre de 910 cuando Guillermo I, duque de Aquitania, donó la villa de Cluny al papado para que fundara en ella un monasterio con doce monjes. El monasterio se situó en Mâconnais, en Saona y Loira. La donación hecha por Guillermo I no es gratuita, pretende obtener la protección y la garantía de la Santa Sede dado que su poder era muy escaso. Guillermo el Piadoso intentó evitar su control por los laicos. En la Carta de fundación de la abadía se establece la libre elección del abad por parte de los monjes, un punto de suma importancia en la orden benedictina. La Carta condena gravemente a los que transgredan este artículo. La donación de Cluny no es la única. En esta época, numerosos dominios son legados al papado, como Vézelay. El prestigio de los pontífices del siglo X es relevante. La reforma monástica es apoyada por el monasterio de San Martín d’Autun y el de Fleury-sur-Loire. En el 914, se funda el monasterio de Brogne convirtiéndose en un centro de gran influencia junto con su fundador Gérard.

Guillermo el Piadoso nombró al abad Bernón, hombre importante de la reforma, como abad de Baume. Bernón estableció la observancia de la regla de Benito de Nursia, reformada por Benito de Aniane, respetando, no obstante, las directrices de los monasterios. Bernon murió en 926 tras una vida dedicada a la expansión de la regla por numerosos monasterios.

La expansión de Cluny

Le sucedió el abad Odón. Era compañero de viaje de Bernón y también de su compañera Isabel del Arco, próximo a las concepciones de su predecesor. Odón viajó de convento en convento para enseñar la reforma. Algunos se negaron a admitirle como abad, adoptando al de Cluny. La influencia de Cluny va aumentando, pero carece de organización. El monasterio obtiene el derecho de acuñar moneda, se abren escuelas y una biblioteca. A la muerte de Odón, en 942, el prestigio de Cluny es ya muy importante. Le sucede Aimar, prosiguiendo su obra, pero en 948 queda ciego y nombra como coadjutor a Mayolo, que acaba dirigiendo Cluny desde 954 hasta 994. Proveniente de una rica e importante familia de señores de Válenosle, Mayolo utiliza toda la experiencia adquirida para gestionar y administrar la gran pujanza de Cluny.

La Regla (llamada clunisienne o cluniacense) es adoptada por otros monasterios, que forman, junto con Cluny, un verdadero imperio monástico de prioratos autónomos pero sometidos al gobierno común del abad de Cluny. El debilitamiento de la reforma en Alemania y la Lorena, fortalecieron la situación de Cluny durante el monaquismo. La orden se apoyaba en la alta aristocracia, el emperador, el rey de Borgoña, los condes y los obispos. Se fundan nuevos monasterios cluniacienses, y se reconvierten otros al aceptar la disciplina cluniacense. La Orden de Cluny está presente en el Jura, el Delfinado, la Provenza, el valle del Ródano, el sur de Borgoña, y el Borbonesado. Mantiene una treintena de conventos muy dinámicos.

Mayolo fue llamado el "Árbitro de los reyes" por sus relaciones con la aristocracia. Su prestigio fue notable, y rehusó ejercer la función papal en 973. Sus funerales corrieron a cargo de Hugo Capeto, fue beatificado poco después de su muerte, convirtiéndose en uno de los santos más populares.

Tras la gran expansión realizada en el siglo X, la Orden continuó desarrollándose durante el siglo XI y la primera mitad del siglo XII, ganando en organización al aplicar unos reglamentos muy precisos.

En 994, Odilón es nombrado abad de Cluny y dirige el monasterio durante 55 años. Hijo de los señores de Mercoeur, mantiene relaciones con los personajes más ilustres de su tiempo y aprovecha las oportunidades que se le ofrecen a la Orden. Pero en una época marcada por el desmoronamiento de las estructuras carolingias y el desmantelamiento laico, no puede contar con la protección de la alta aristocracia y se alía con los señores, la fuerza preponderante en el año mil. Trata de apaciguar la violencia de éstos, apoyándose en la Tregua de Dios. Ayuda a los caballeros y recurre a los servicios espirituales de sus monjes para que favorezcan a sus familias, y se encarga de afirmar la vocación (a veces forzada) de los jóvenes hidalgos. La política de Cluny a favor de la asociación y creación de grandes conventos, disminuye, en tanto que los pequeños van creciendo. Sin embargo siguen controlados, bien por el propio Odilón, bien por la mediación de los grandes abades. Cuando muere Odilón, se cuenta con 70 conventos, y Cluny se asocia con pujantes abadías, que mantienen, en ocasiones, su autonomía.

En 1049 Hugo de Semur es nombrado abad. Siguiendo las directrices de Odilón, continúa ampliando el poder de Cluny. Es un borgoñón procedente de Semur-en-Brionnais. Posee una gran elocuencia y un gran sentido político. Concluye la integración con el Feudalismo que acaba de nacer. Pequeños conventos van creándose todavía. El principio hierático va flexibilizándose hacia 1075, cuando Cluny acepta en la orden abadías de otras órdenes, diferentes a la benedictina, como Vézelay, que se hallan dispuestas a ingresar en la Orden sin tener que renunciar a su rango para convertirse en prioratos. Durante su abadiato se incorporaron a Cluny grandes abadías, como las de Moissac (Sur-Oeste), Lézat (Ariège), Figeac (Quercy). La Orden se extendió por España, Italia e Inglaterra, contando con 10.000 monjes.

El abad Hugo tuvo una importantísima intervención en la Querella de las Investiduras que enfrentó al papado con el emperador germánico.

En 1109, tras un mandato de pocas semanas, Pons de Melgueil es nombrado nuevo abad. Un meridional hábil pero muy intransigente. Intervino activamente al final de la Querella de las Investiduras, y prosiguió con la idea de engrandecer la Orden. A tal fin, inicia la construcción de Cluny III, una abadía gigantesca que acabaría con todas las donaciones y compromisos adquiridos provenientes del Reino de León y Castilla. Empiezan las primeras dificultades económicas de la Orden que generan una protesta contra el abad. Las críticas se hacen patentes mediante la inclinación hacia otra orden monástica llamada cisterciense, fundada en 1098. Pons solicita una entrevista con el Papa Calixto II, y presenta su dimisión a la salida de la misma sin que se conozcan las razones.

Pedro de Montboissier, más conocido como Pedro el Venerable, le sustituye en 1122. Es un hombre cultivado y muy hábil. Tendrá que enfrentarse a Pons en 1126, tras un peregrinaje a Tierra Santa. Pons retomará el poder de Cluny haciendo uso tanto de su influencia, como de las armas. Finalmente, Pons será excomulgado y la Orden quedará en manos de Pedro el Venerable. Retorna la paz y se restaura la disciplina, pero las finanzas son catastróficas, sobre todo tras el episodio violento registrado a cargo de unos mercenarios que robaron todo el oro. Pedro intenta imponer una sana gestión de dominio público con la ayuda de Enrique de Blois, obispo de Winchester, que aporta, desde Inglaterra, tanto sus conocimientos como su riqueza. Se advierte una restauración de las tradiciones, pero la Orden de Cluny ha empezado un lento declive que irá acrecentándose tras la muerte de Pedro el Venerable sucedida en 1157.

  La influencia de Cluny

Planos de la abadía de Cluny.

En el siglo XII, la llamada Orden de Cluny, cuenta con dos mil prioratos, algunos de ellos considerados como los más grandes monasterios de la época: La Charité-sur-Loire, Souviny, Saint-Martin-des-Champs, cercano a París. Si la mayoría de los monasterios pasan a ser simples prioratos, un reducido número de ellos, conserva, sin embargo, su rango de abadía, aceptando, no obstante, la disciplina común y la autoridad del abad de Cluny.

Directamente sometida a la Santa Sede, Cluny es, en el siglo XI, el instrumento más eficaz en la consecución de la paz y en la reforma gregoriana. Muchos Papas y legados pontificios procedían de Cluny. La red de Cluny difunde los principios de la reforma contra los vicios de la Iglesia ligada a los estados feudales del mundo laico: simonía, nicolaísmo. Acusada por su enriquecimiento y un poder temporal excesivo, la orden de Cluny pierde su influencia espiritual a finales del siglo XI y principios del siglo XII, cuando eclosionan nuevas órdenes inspiradas en un idealismo de pobreza y austeridad: Cister, Prémontrés, la Chartreuse, Camaldoli.

San Bernardo sostiene una áspera disputa con Pedro el Venerable defendiendo el ideal cisterciense frente a los ideales de Cluny, uno de los principales focos de la vida intelectual y artística de Occidente.

Odón escribe la Historia Sagrada en verso y elabora una moral práctica. Los sermones de Odilón serán durante mucho tiempo modelos de una elocuencia elegante y concisa. Abbón de Fleury definió los equilibrios del poder político. Pedro el Venerable indujo a los cristianos a conocer el Corán y recurrir con frecuencia a las traducciones del árabe. Cluny fue el origen de muchos teólogos, moralistas, poetas e historiadores.

La arquitectura es otra muestra de la pujanza y el poder de Cluny. A una iglesia contemporánea de la fundación le sucede la abadía de Bernón, después las de Aymard y Maïeul, llamado San Pedro el Viejo, cuyo plano característico, el coro y sus colaterales es, más o menos, reproducido en casi todas las iglesias monásticas. El mismo se encuentra en San Pedro el Viejo, en Borgoña, Alemania y Suiza.

Orden del Cister

Publicado: 02/10/2011 00:37 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA
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Orden del Císter

Orden del Císter
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Nombre latino Ordo Cisterciensis
Siglas O. Cist.
Nombre común Bernardos
Gentilicio Cistercenses
Tipo Orden monástica
Regla Regla de San Benito
Hábito Blanco
Fundador San Roberto de Molesmes
Fundación 1098
Lugar de fundación Abadía de Citeaux
Aprobación 1100 por el Papa Pascual II
Superior General Abad General Mauro Giuseppe Lepori
Religiosos 1470
Sacerdotes 717
Curia Piazza del Tempio di Diana, 14
00153 Roma, Italia
Sitio web www.ocist.org

La orden cisterciense (en latín: Ordo cisterciensis, o.Cist.), igualmente conocida como orden del Císter o incluso como santa orden del Císter (Sacer ordo cisterciensis, s.o.c.) es una orden monástica católica reformada, cuyo origen se remonta a la fundación de la Abadía de Císter por Roberto de Molesmes en 1098. Ésta se encuentra donde se originó la antigua Cistercium romana, localidad próxima a Dijon, Francia.

La orden cisterciense desempeñó un papel protagonista en la historia religiosa del siglo XII. Por su organización y por su autoridad espiritual, se impuso en todo el occidente, incluso en sus márgenes. Su influencia fue particularmente importante en el este del Elba donde la orden hizo «progresar al mismo tiempo el cristianismo, la civilización y el desarrollo de las tierras».

Como restauración de la regla benedictina inspirada en la reforma gregoriana, la orden cisterciense promueve el ascetismo, el rigor litúrgico y trata, con cierta mesura, el trabajo como un elemento cardinal, como lo demuestra su patrimonio técnico, artístico y arquitectónico. Además de la función social que ocupó hasta la Revolución francesa, la orden ejerció una influencia importante en los ámbitos intelectual o económico, así como en el ámbito de las artes y de la espiritualidad.

Debe su considerable desarrollo a Bernardo de Claraval (1090-1153), hombre de una personalidad y de un carisma excepcionales. Su influencia y su prestigio personal hicieron que se convirtiera en el cisterciense más importante del siglo XII. Pues, aun no siendo el fundador, sigue siendo todavía hoy el maestro espiritual de la orden.

La orden cisterciense, en nuestros días, está de hecho formada por dos órdenes y varias congregaciones. La orden de la «Común Observancia» contaba en 1988 con más de 1.300 monjes y 1.500 monjas, repartidos respectivamente en 62 y 64 monasterios. La Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia», también llamada O.C.S.O., comprende hoy en día cerca de 2.000 monjes y 1.700 monjas, comúnmente llamados trapenses porque provienen de la reforma de la abadía de la Trapa, repartidos en 106 monasterios masculinos —abadías y prioratos y nuevas fundaciones—, y 76 monasterios femeninos, también llamados abadías o prioratos, junto con otras fundaciones, en el mundo entero.Pero si las dos órdenes cistercienses están actualmente separadas, mantienen estrechos vínculos de amistad y colaboración entre ellos, sobre todo en el ámbito de la formación y de la reflexión sobre el carisma común.

Su hábito es prácticamente el mismo: túnica blanca y escapulario negro, retenida por un cinturón que se lleva por debajo; el hábito de coro es la tradicional cogulla monástica, de color blanco, de donde viene la denominación de monjes blancos. De hecho, se les llamó en la Edad Media los monjes blancos en oposición a los monjes negros, que eran los benedictinos. También es frecuente la denominación monjes bernardos o simplemente bernardos por el impulso que dio a la orden Bernardo de Fontaine.

Aunque siguen la regla de san Benito, los cistercienses no son propiamente considerados como benedictinos. En efecto, es en el IV Concilio de Letrán (1215) cuando la palabra benedictino apareció para designar a los monjes que no pertenecían a ninguna Orden centralizada, por oposición a los cistercienses. Pero numerosos vínculos unen a ambas familias

Lista de los abades generales de la orden

  • 1850-1853: Tommaso Mossi, 1er prior general
  • 1853-1856: Angelo Geniani, 2º prior general
  • 1856-1879: Teobaldo Cesari, 1er abad general
  • 1880-1890: Gregorio Bartolini, 2º abad general
  • 1892-1901: Anton-Leopold Wackarz, 3er abad general
  • 1901-1920: Gerhard-Franz Bie de Amadeus, 4º abad general
  • 1920-1927: Cassien-Joseph Haid, 5º abad general
  • 1927-1937: Albert-François Janssens, 6º abad general
  • 1937-1950: Edmondo-Augusto Bernardini, 7º abad general
  • 1950-1953: Matthew-Gregory Ember, 8º abad general
  • 1953-1985: Sighard-Karl Petits, 9º abad general
  • 1985-1995: Polikarp-Ferenc Zakar, 10º abad general
  • 1995-2010: Mauro-Daniel Esteva y Alsina, 11º abad general
  • 2010-: Mauro Giuseppe Lepori. 12º abad general

Historia

  La génesis de la orden cisterciense

En Occidente, en el cambio entre el siglo XI y el siglo XII, son numerosos los fieles que buscan «nuevas vías de perfección»,6 «deseo inexpresado, pero exaltando todo el fervor de rejuvenecer el mundo».7 Sin embargo, las peregrinaciones y cruzadas no alimentan espiritualmente a todos los creyentes.

También, conjugando el ascetismo y el rigor litúrgico y rechazando la ociosidad en contraposición al trabajo manual, la Regula Sancti Benedicti es a finales del siglo XI una formidable fuente de inspiración para los movimientos que se esforzaban en buscar la perfección, tales como la Orden de Grandmont o la Orden Cartuja, fundada por San Bruno en 1084. La Orden Cisterciense está marcada en su nacimiento por la necesidad de reforma y la inspiración evangélica que apuntala igualmente la experiencia de Robert de Arbrissel, fundador de la Orden de Fontevraud en 1091, y la eclosión de los capítulos de canónigos regulares.

 Los padres fundadores

La aventura cisterciense comienza con la fundación de la abadía de Notre-Dame de Molesmes por Roberto de Molesmes en 1075, en la región de Tonnerre.

Nacido en Champaña y emparentado con la familia Maligny, una de las más importantes de la región, Roberto de Molesmes comienza su noviciado a la edad de quince años en la abadía de Moutiers-la-Celle, en la diócesis de Troyes, donde se convirtió en prior. Imbuido del ideal de restauración de la vida monástica tal como había sido instituido por San Benito, abandona el monasterio en 1075. Consigue poner en práctica ese ideal compartiendo la soledad, la pobreza, el ayuno y la oración con siete ermitaños, cuya vida espiritual dirige, e instalándose en el bosque de Collan (o Colán), cerca de Tonnerre. Gracias a los señores de Maligny, el grupo se establece en el valle del Laignes, en la localidad de Molesmes, adoptando reglas similares a las de los camaldulenses y combinando la vida comunal de trabajo y el oficio benedictino con el eremitismo.

Esta fundación es un éxito: la nueva abadía atrae a numerosos visitantes y donantes, religiosos y laicos. «Quince años después de su fundación, Molesmes se asemeja a cualquier abadía benedictina próspera de su época.»10 Pero las exigencias de Roberto y de Albéric son mal aceptadas. Se producen divisiones en el seno de la comunidad. En 1090, Roberto, con algunos compañeros, decide alejarse durante un tiempo de la abadía y sus disensiones y se establece con algunos hermanos en Aulx, para llevar allí una vida de ermitaño. Sin embargo, es obligado a regresar a la abadía que dirige en Molesmes.

Sabiendo que no conseguirá satisfacer su ideal de soledad y pobreza en el clima de Molesmes, donde los partidarios de la tradición se oponen a los de la renovación, Roberto, con autorización del legado del Papa Hugues de Die, acepta un lugar solitario ubicado en el bosque pantanoso de la baja región de Dijon que le proponen el duque de Borgoña, Eudes I, y sus primos lejanos los vizcondes de Beaune, para retirarse y practicar, con la mayor austeridad, la regla de San Benito. En este lugar cercano al valle del Saona, a veintidós kilómetros al sur de Dijon, encuentra un «desierto» cubierto de cañas. Alberico y Esteban Harding, así como otros veintiún monjes fervorosos, lo acompañan en su "terrible soledad", en la que se instalan el 21 de marzo de 1098, en el lugar conocido como La Forgeotte, alodio concedido por Renard, vizconde de Beaune, para fundar allí otra comunidad denominada durante un tiempo el novum monasterium.

  El «nuevo monasterio»

El abaciado de Roberto

Los inicios del novum monasterium, en edificios de madera rodeados de una naturaleza hostil, son difíciles para la comunidad. La nueva fundación se beneficia, no obstante, del apoyo del obispo de Dijon. Eudes de Borgoña también da muestras de generosidad; Renard de Beaune, su vasallo, cede a la comunidad las tierras que lindan con el monasterio. La benévola protección del arzobispo Hugues permite la edificación de un monasterio de madera y de una humilde iglesia. Roberto tiene el tiempo justo de recibir del duque de Borgoña una viña en Meursault, ya que, tras un sínodo celebrado en Port d’Anselle en 1099 que legitima la fundación del novum monasterium, se ve obligado volver a Molesmes, donde encontrará la muerte en 1111.

La historiografía cisterciense censura durante algún un tiempo la memoria de los monjes que regresan a Molesmes. Así, los escritos de Guillermo de Malmesbury, y luego el Pequeño y el Gran Exordio, se hallan en el origen de la leyenda negra que, en el seno de la orden, persigue a Roberto y a sus compañeros de Molesmes «a quienes no les gustaba el desierto.»

El abaciado de Alberico

Los fundadores de Cîteaux: Roberto de Molesmes, Alberico y Esteban Harding venerando a la Virgen María.

Roberto deja la comunidad en manos de Alberico, uno de los más fervientes partidarios de la ruptura con Molesmes. Alberico, administrador eficaz y competente, obtiene la protección del papa Pascual II (Privilegium Romanum) que promulga el 19 de octubre de 1100 la bula Desiderium quod. Alberico, enfrentado a numerosas dificultades materiales, desplaza su comunidad dos kilómetros más al sur, a orillas del Vouge, para encontrar un suministro suficiente de agua.14 Bajo sus órdenes, se construye una iglesia a unos centenares de metros del lugar inicial. El 16 de noviembre de 1106 Gauthier, obispo de Chalon, consagra en este nuevo lugar la primera iglesia construida en piedra. Alberico consigue mantener el fervor espiritual en el seno de su comunidad, a la que somete a una ascesis muy dura. Pero Cîteaux vegeta, las vocaciones son escasas y sus miembros envejecen. Los años parecen difíciles para la pequeña comunidad ya que «los hermanos de la Iglesia de Molesmes y otros monjes vecinos no dejan de acosarlos y de perturbarlos porque temen parecer ellos mismos más viles y despreciables a los ojos del mundo si se ve a los otros vivir entre ellos como monjes nuevos y singulares».15

Sin embargo, la protección del duque de Borgoña, la de su hijo Hugo II, con posterioridad a 1102, y los clérigos surgidos del valor de la comunidad, permiten un primer desarrollo. A partir de 1100, el monasterio atrae a algunos neófitos; algunos novicios se incorporan al grupo. Durante su abaciado, Alberico hace adoptar a los monjes el hábito de lana cruda a cambio del hábito negro de los monjes de la orden de Cluny, lo que valdrá a los monjes cistercienses el apodo de «monjes blancos», el de «benedictinos blancos», a veces, o el de «bernardinos», del nombre de san Bernardo, por oposición a los benedictinos o «monjes negros».

Alberico define también el estatuto de los hermanos conversos —religiosos que no son ni clérigos ni monjes, pero sujetos a la obediencia y a la estabilidad y que llevan a cabo el grueso de los trabajos manuales— y hace emprender el trabajo de revisión de la Biblia, que será concluido bajo el abaciado de Esteban Harding.

El abaciado de Esteban Harding

Esteban Harding y el abad de Saint-Vaast d’Arras depositando su abadía a los pies de la Virgen.16

En 1109, Esteban Harding se hace cargo de los destinos de Cîteaux, sucediendo a Alberico tras la muerte de este último. Esteban, noble anglosajón de sólida formación intelectual, es un monje formado en la escuela de Vallombreuse que ya desempeñó un papel protagonista en los acontecimientos de 1098. Mantiene excelentes relaciones con los señores locales.

La benevolencia de la castellana de Vergy y del duque de Borgoña garantizan el desarrollo material de la abadía. La revalorización de las tierras garantiza a la comunidad los recursos necesarios para su subsistencia. El fervor de los monjes confiere a la abadía un gran renombre. En abril de 1112 o mayo de 1113,17 el joven caballero Bernardo de Fontaine, junto a una treintena de compañeros, hace su entrada en el monasterio cuyos destinos va a transformar. Con la llegada de Bernardo, la abadía se engrandece. Los postulantes fluyen, los efectivos crecen e impulsan a Esteban Harding a fundar «abadías filiales».

La fundación de la orden

En 1113 se funda la primera abadía filial en La Ferté, en la diócesis de Chalon-sur-Saône, seguida por la de Pontigny, en la diócesis de Auxerre, en 1114. En junio de 1115, Esteban Harding envía a Bernardo con doce camaradas a fundar la abadía de Claraval, en Champaña. El mismo día, una comunidad monástica parte de Cîteaux para fundar la abadía de Morimond.

Sobre este tronco de las cuatro filiales de Cîteaux, la orden cisterciense va a desarrollarse y la familia cisterciense crecerá durante el todo el siglo XII. A partir de 1120, la orden se establece en el extranjero. Finalmente, junto a los monasterios de hombres se crearán conventos de monjas. El primero se establece en 1132 por iniciativa de Esteban Harding en Tart-l’Abbaye, siendo el de Port-Royal-des-Champs uno de los más célebres.

Para Esteban Harding, organizador de la orden y gran legislador, la obra que ve nacer es aún frágil y precisa ser reforzada. Las abadías creadas por Cîteaux necesitan el vínculo que será la marca de su pertenencia a la aplicación estricta de la regla de San Benito y hacer solidarias a las comunidades monásticas. La Carta de Caridad que él elabora se convierte en el «cimiento» que garantizará la solidez del edificio cisterciense.

La Carta de caridad

Entre 1114 y 1118, Esteban Harding redacta la «Carta Caritatis» o Carta de caridad, texto constitucional fundamental en el cual se basa la cohesión de la orden. En ella establece la igualdad entre los monasterios de la orden. En cumplimiento de la unidad de observancia de la regla de San Benito, tiene por objeto organizar la vida diaria e instaurar una disciplina uniforme en el conjunto de las abadías. El papa Calixto II la aprueba el 23 de diciembre de 1119 en Saulieu. La Carta fue objeto de diferentes actualizaciones.

Esteban Harding prevé que cada abadía, aun conservando una gran autonomía, en particular financiera, dependa de una abadía-madre: la abadía que la fundó o aquélla a la que está vinculada. Sus abades, elegidos por la comunidad, controlan la abadía a su criterio. Al mismo tiempo, ha sabido prever sistemas eficaces de control, evitando al mismo tiempo la centralización: la abadía-madre tiene derecho de fiscalización y su abad debe visitarla anualmente.

Esteban Harding instituyó, en la cumbre del edificio, el Capítulo general como órgano supremo de control. El Capítulo general reúne, cada 14 de septiembre, bajo la presidencia del abad de Cîteaux que fija el programa, a todos los abades de la orden, que están obligados a asistir personalmente o, excepcionalmente, a estar representados. Todos tienen el mismo rango, excepto los abades de las cuatro ramas principales.

Por otra parte, el Capítulo general decreta estatutos y aporta las adaptaciones necesarias para las normas que rigen la orden. Las decisiones tomadas en estas asambleas se anotan en registros llamados statuta, instituta et capitula.

Este sistema, como subraya Dom J. M. Canivez, permitió «una unión, una intensa circulación de vida y un verdadero espíritu de familia que agrupaba en un cuerpo compacto a las abadías surgidas de Cîteaux».

Bernardo de Claraval y la expansión de la orden

Bernardo de Claraval

La orden debe el considerable desarrollo que conoció en la primera mitad del siglo XII a Bernardo de Claraval, (1090-1153), el más célebre de los cistercienses y a quien se puede considerar como su maestro espiritual.18 Sus orígenes familiares y su formación, sus apoyos y sus relaciones, su propia personalidad, explican en gran parte el éxito cisterciense.

Su familia es conocida por su piedad; su madre le transmite su inclinación por la soledad y la meditación. Decide no abrazar el oficio de las armas e intenta retirarse del mundo. Sin embargo, durante su vida religiosa conserva un agudo sentido del combate. «Una vez convertido en monje, Bernardo sigue siendo un caballero que alienta a los que combaten por Dios». Persuasivo y carismático, anima a muchos de sus parientes a seguirlo a Cîteaux, abadía próxima a las tierras de su familia.20

Solamente tres años después de su entrada en la orden cisterciense, Bernardo, consagrado abad por Guillermo de Champeaux, obispo de Châlons-sur-Marne, se pone a la cabeza de la abadía de Claraval el 25 de junio de 1115.

«Durante diez años se entrega por entero a la comunidad de la que era [...] el padre. Después de Claraval, ya bien establecido y arraigado, a su vez prolífico, esparcida también su descendencia por todas partes, en Trois-Fontaines, en Fontenay, en Foigny, Bernardo habla solamente para los religiosos de su monasterio». — Georges Duby, Saint Bernard et l’art cistercien, op cit., p. 10.
Bernardo de Claraval enseñando en la sala capitular, Heures d’Étienne Chevalier, ilustradas por Jean Fouquet, museo Condé, Chantilly.

Sin dejar de ocuparse de Claraval, de donde seguirá siendo abad toda su vida, Bernardo tiene una influencia religiosa y política considerable fuera de su orden.21 Durante toda su vida se guía por la defensa de la orden cisterciense y sus ideales de reforma de la Iglesia. Se lo encuentra en todos los frentes y su vida es rica en paradojas: proclama su deseo de retirarse del mundo y, sin embargo, no deja de mezclarse en los asuntos del mundo. De buen grado imparte lecciones, pero, seguro de la superioridad del espíritu cisterciense, abruma con sus reproches a sus hermanos cluniacenses. Tiene muy duras palabras para fustigar a los clérigos y a los prelados que sucumben a las riquezas materiales y al lujo. No desdeña la picardía, la astucia, la mala fe o las injurias para abatir a su adversario —el teólogo Pedro Abelardo sufrió en persona esta dura experiencia —. Se lo ve en el Languedoc intentando frenar los progresos de la herejía. Recorre Francia y Alemania, movilizando a las muchedumbres tras la predicación de Vézelay, el 31 de marzo de 1146, para lanzar la Segunda Cruzada. Interviene en la designación de los papas, cuya causa consigue hacer triunfar: Inocencio II contra Anacleto II, y llega incluso a dar lecciones a los soberanos pontífices.

Las fundaciones prosiguen a un ritmo constante. Así, las abadías de la Cour-Dieu y de Bonnevaux. La orden, con su base borgoñona, conquista el Dauphiné y el Marne; luego, en poco tiempo, todo el Occidente cristiano. No hay una nación católica, desde Escocia a Tierra Santa, de Lituania y Hungría a Portugal, que no haya conocido a los cistercienses en alguno de sus setecientos sesenta y dos monasterios. De Claraval surge, en suma, la mayor rama de la orden cisterciense: trescientas cuarenta y una casas, ochenta de ellas filiales directas, dispersadas por toda Europa; aún más que Cluny que sólo cuenta con alrededor de 300. Así pues, gracias al número de sus filiales que sobrepasa a las de Cîteaux, el peso de la Abadía de Claraval no deja de crecer, en particular en las decisiones tomadas en los Capítulos generales.

Cuando muere, el 20 de agosto de 1153, honrado por todo el mundo cristiano, convierte a Cîteaux en uno de los principales centros de la cristiandad, en un alto lugar espiritual.

 La organización de la orden

«Debemos ser unánimes, sin divisiones entre nosotros: todos juntos, un solo cuerpo en Cristo, siendo miembros los unos de los otros»
— San Bernardo, Sermon pour la Saint-Michel, I, 8.

La regla benedictina se presenta como una síntesis entre exigencias contrarias: independencia económica y actividad litúrgica, actividad apostólica y rechazo del mundo. Los Statuts des moines cisterciens venus de Molesme (Estatutos de los monjes cistercienses venidos de Molesmes), redactados en los años 1140, son una propuesta de normalización del ideal primitivo: estricta observancia de la regla benedictina, búsqueda del aislamiento, pobreza integral, rechazo de los beneficios eclesiásticos, trabajo manual y autarquía.

Los primeros abades de Cîteaux habían encontrado este equilibrio en la sencillez rústica, en la ascesis y el gusto por el cultivo. Los siglos XII y XIII, marcados por los escritos de los «cuatro evangelistas de Cîteaux», debían permitir profundizar y apuntalar estos principios de organización. Pero a partir del abaciado de Esteban Harding, aparece una legislación bajo la forma La Charte de charité et d’unanimité (La Carta de Caridad y de unanimidad) que regula las relaciones de las abadías-madre, de sus filiales y pequeñas filiales. La multiplicación de las creaciones y la extensión de este nuevo monacato exigen una nueva reflexión sobre su administración. Para Philippe Racinet, «la organización cisterciense es una obra maestra de construcción institucional medieval». La exención de la jurisdicción episcopal permite a la orden de Cîteaux poner a punto dos instituciones que debían convertirse en su fuerza: el sistema de visitas de los abades-padres y el Capítulo general anual. Al mismo tiempo, muy probablemente entre 1097-1099, el abad Esteban hace poner por escrito el relato de las fundaciones.

La «abadía madre» y sus filiales
Primeras filiales de Cîteaux en el siglo XII

En los años 1120, los recién llegados, integrados en establecimientos geográficamente distantes, reciben formación apropiada en la casa que los acoge. Para favorecer la cohesión, evitar las discordias y fundar relaciones orgánicas entre los monasterios, a partir de 1114 Esteban redacta una «Carta de unanimidad y de caridad». Esta carta, en tanto que documento jurídico, «regula el control y la continuidad de la administración de cada casa, [...] define las relaciones de las casas entre ellas y asegura la unidad de la orden». No se completa hasta 1119; después, debido a nuevas dificultades, se modifica hacia 1170, para dar nacimiento a la Charte de charité postérieure (Carta de caridad posterior).

Por su espíritu, se separa del modelo cluniacense de «familia» jerarquizada, ofreciendo amplia autonomía a cada monasterio. Cîteaux permanece como autoridad espiritual guardiana de «la observancia de la santa regla» establecida en el «nuevo monasterio».

Cada monasterio, según el principio de caridad, tiene el deber de socorro a las fundaciones más desamparadas, mientras que las abadías madres garantizan el control y la elección de los abades dentro de las abadías filiales. El abad de Cîteaux, por medio de sus consejos y en sus visitas, conserva una autoridad superior. Cada abad debe ir a Cîteaux todos los años, en torno a la fiesta de la Santa Cruz, el 14 de septiembre, para el Capítulo general, como órgano supremo de gobierno y de justicia, a resultas del cual se promulgaban estatutos. Este procedimiento no es enteramente original puesto que se remonta, también, a los orígenes de la orden de Vallombreuse, pero la inspiración procede, obviamente, del convenio entre Molesmes y Aulps, firmado en 1097 bajo el abaciado de Roberto. Desde finales del siglo XII, el Capítulo es asistido por un comité de definidores nombrados por el abad de Cîteaux; es el Définitoire (Definitorio). Los cistercienses aceptan, sin embargo, el apoyo y el control del obispo del lugar en caso de conflicto en el seno de la orden. Así, a partir de 1120, en el plano jurídico y normativo, lo esencial de lo que constituye la orden reposa sobre principios sólidos y coherentes.

Los lugares cistercienses
La abadía de Pontigny, éstablecida en el valle del Serein, en la frontera de los condados de Auxerre, Nevers y Tonnerre.

«Bernardus valles amabat», «Bernardo amaba los valles». La elección del lugar cisterciense ha respondido con frecuencia a este proverbio, como prueba la toponimia cisterciense: abadía de Císter, Clairvaux, Bellevaux, Clairefontaine, Droiteval. El valle arbolado debe contener, en extensiones amplias, todos los ingredientes que respondan a las necesidades de la vida monástica, sin encontrarse demasiado lejos de los ejes de circulación. ¿Cómo explicar la elección de esos valles poco soleados, que reclaman necesarios acondicionamientos y, a veces, un cambio de implantación cuando el medio se muestra demasiado ingrato?

Ciertamente, el lugar debe permitir el aislamiento, conforme a una vida fuera del mundo; además, deben tenerse en cuenta las posibles relaciones con los señores locales. En opinión de Terryl N. Kinder, los valles, no man’s land, «delimitaban un territorio “neutral” donde los nobles belicosos de las dos orillas estaban en tregua, pero que, por su posición estratégica, no servían para uso doméstico.» Pero, sobre todo, los valles están disponibles ya que son poco atractivos.

Emplazamiento de la abadía de Fontfroide.

Sin embargo, no conviene exagerar el carácter malsano de estos lugares; los cistercienses no buscaban deliberadamente pantanos insalubres. Las numerosas referencias a «lugares de horror» en los documentos primitivos remiten a topoi bíblicos. El lugar debe presentar ventajas y recursos suficientes, y a menudo la elección inicial no presenta todas las características requeridas. Por ello, las fundaciones son a menudo largas y peligrosas y la nueva abadía solo se consagra a condición de que el oratorio, el refectorio, el dormitorio, el alojamiento y la portería estén bien situados.

En definitiva, si la elección de una fundación depende de «una sabia mezcla hecha de piedad, política y pragmatismo, [...] el paisaje quizá desempeñó un papel en la formación de la espiritualidad de la nueva orden».

Cîteaux, vanguardia de la Iglesia

La espiritualidad cisterciense, de acuerdo con el ideal de pobreza en boga en aquella época, atrae numerosas vocaciones, en particular gracias a la energía y al carisma de Bernardo de Claraval. La orden recibe también numerosas donaciones tanto de gente humilde como de los poderosos. Entre estos donantes se cuentan personalidades de primer orden, como los reyes de Francia, Inglaterra, España o Portugal, el duque de Borgoña, el conde de Champaña, obispos y arzobispos.37

Esta evolución sostiene el desarrollo de las filiales de la orden que, a la muerte de Bernardo, cuenta con trescientos cincuenta monasterios,38 sesenta y ocho de ellos establecidos por Claraval. La expansión se produce por diáspora, por sustitución o por incorporación.

Entre las nuevas comunidades, citemos la Abadía de Noirlac y la de Fontmorigny, cuyos edificios todavía existen en el Cher. La línea de Claraval cuenta hasta 350 monasterios, la de Morimond más de 200, la de Cîteaux un centenar, solamente una cuarentena la de Pontigny y menos de veinte la de La Ferté. A partir de 1113, las primeras monjas se instalan en el castillo de Jully. Se instituyen en 1128 en la Abadía de Tart, en la diócesis de Langres, y adoptan el nombre de Bernardines. Los monasterios del suburbio de Saint-Antoine, en París, y de Port-Royal-des-Champs son los más famosos de los que las monjas ocupan posteriormente.

El desarrollo cisterciense en los siglos XII y XIII

Periodos Número de establecimientos
integrados en la orden
En territorio francés
1151-1200 209 59 / (28%)
1201-1250 120 13 / (11%)
1251-1300 46 3 / (6,5%)
1151-1300 375 75

Como consecuencia del crecimiento de la orden con la fundación de centenares da abadías y la incorporación de varias congregaciones (las de Savigny, que cuenta con treinta monasterios, y la de Obazine en vida de San Bernardo), la uniformidad de las costumbres se altera imperceptiblemente. En 1354, la orden cuenta con 690 casas de hombres y se extiende de Portugal a Suecia, de Irlanda a Estonia y de Escocia hasta Sicilia. Nos obstante, la mayor concentración se da en tierras francesas y más concretamente en Borgoña y Champaña.

Las monjas cistercienses

Hacia 1125, algunas monjas benedictinas abandonan su priorato de Jully-les-Nonnains y se instalan en la Abadía de Tart, solicitando la protección del abad de Císter, Esteban Harding, que se la concede en 1132. Luego se crean otros monasterios y se incorporan a la orden. El de Tart, la abadía madre, alberga cada año el capítulo general de las abadesas. Hacia 1200 se contabilizan dieciocho monasterios de monjas cistercienses en Francia. Luego, durante el siglo XII, las monjas crean abadías en Bélgica, Alemania, Inglaterra, Dinamarca y España. Algunas de estas fundaciones españolas existen aún hoy, como el Monasterio Real de las Huelgas de Burgos, creado en 1187 por Alfonso VIII de Castilla, y que sigue estando afiliado al espiritual de la orden de Cîteaux.

Entre las monjas cistercienses, principalmente en el siglo XIII, se han contado varias santas, como Santa Lutgarda en Bélgica, Santa Eduviges en Polonia, las santas Gertrudis de Helfta y Matilde de Magdeburgo, ambas del convento de Helfta, en Sajonia, lugar señero de la mística renana y uno de los numerosos monasterios femeninos que seguían los usos de Cîteaux sin estar jurídicamente afiliados a la orden, ya que ésta temía tener que proporcionar limosnas a demasiadas casas de monjas. Entre las místicas cistercienses podemos nombrar a Béatrice de Nazareth, hacia 1200-1261, o también a Santa Juliana de Cornillon (1191-1254), que fue la instigadora de la fiesta del Corpus Christi, fiesta instituida en la Iglesia por el papa Urbano IV en 1268.

El apogeo político de los siglos XII y XIII

Con San Bernardo interviniendo de manera más o menos directa como árbitro, consejero o guía espiritual en las grandes cuestiones del siglo, la orden cisterciense adopta el papel de guardián de la paz religiosa. Con el apoyo del papado, de reyes y de obispos, la orden prospera y crece. Las autoridades laicas y eclesiásticas desean que insufle su espíritu en la Iglesia regular y secular. Por ejemplo, Pedro, abad de La Ferté, es elevado a la dignidad episcopal hacia 1125. La orden parece destinada a desempeñar un nuevo papel en la sociedad, papel que había rehusado asumir hasta entonces a lo largo del siglo.

En el siglo doce, el orden cisterciense ejerce una gran influencia política. Bernardo de Claraval influye decisivamente en la elección del papa Inocencio II en 1130, y luego en la de Eugenio III en 1145. Este antiguo abad cisterciense predica, a petición de la orden, la Segunda Cruzada que lleva a Tierra Santa a Luis VII y a Conrado II. Bernardo es quien hace reconocer la Orden del Temple. En el siglo XII la orden proporciona a la iglesia 94 obispos y el papa Eugenio III.

San Bernardo predicando la 2ª Cruzada, en Vézelay, en 1147. Cuadro del siglo XIX.

Esta expansión garantiza a los cistercienses un lugar preponderante no sólo en el seno del monacato europeo sino también en la vida cultural, política y económica. Bernardo, líder del pensamiento de la Cristiandad, llama a los señores a la reconquista de Tierra Santa el 16 de febrero de 1147; los cistercienses predican durante la Tercera Cruzada (1188-1192) y algunos hermanos participan en ella personalmente. La orden se manifiesta durante la evangelización de la región francesa de Midi y en la lucha contra los cátaros, cuya doctrina es condenada y combatida por la Iglesia. Arnaud Amaury, abad de Cîteaux, es designado Legado por el papa y organiza la cruzada contra los Albigenses. Los cistercienses preceden a los dominicos en estos territorios, en los que garantizan la predicación y organizan la represión de la herejía. Se les encargan misiones de cristianización y, protegidos por el brazo secular, penetran en Prusia y en las provincias bálticas.

Defensores de los intereses de la Santa Sede, toman partido en la querella entre el Papa y el Emperador, donde los cistercienses apoyan los objetivos teocráticos del pontífice. En el plano institucional, esta crisis refuerza a la orden que trata de ganar coherencia. Con el favor de estas nuevas prerrogativas, «nace una nueva comunidad [...] que se aleja del modelo creado por los padres fundadores, pero que ni se pervierte ni es pervertida [...]; se trata de lo que podríamos llamar el segundo orden cisterciense».

En 1334, un cisterciense, antiguo abad de la Abadía de Fontfroide, accede a la dignidad papal bajo el nombre de Benedicto XII. Bajo su pontificado, la orden gana en coherencia y traza una nueva organización en 1336, bajo la forma de la Constitución Benedictina. El Capítulo general ejerce en lo sucesivo un control más estrecho sobre la gestión de las finanzas y bienes inmobiliarios de las abadías, función que hasta ese momento dependía únicamente del poder del abad. De este modo, en la primera mitad del siglo XIV, y fiel al espíritu de los primeros tiempos, la orden goza de un ascendiente sobre el conjunto de la cristiandad. La Constitución subraya la importancia de su acción en el seno de la Iglesia.

«Brillante como la estrella de la mañana en un cielo cargado de nubes, la Santa Orden cisterciense, por sus buenas obras y su edificante ejemplo, comparte el combate de la Iglesia militante. Por la dulzura de la santa contemplación y los méritos de una vida pura, se esfuerza en escalar con María la montaña de Dios, mientras que, por una encomiable actividad y piadosos servicios, intenta imitar los diligentes cuidados de Marta [...] esta orden ha merecido extenderse de un extremo a otro de Europa.» — Benedicto XII, Constitución Benedectina, 1335.

Una orden enfrentada a las dificultades y críticas: retroceso y reformas

Debido a las numerosas adhesiones y donaciones, y también a una perfecta organización y un gran dominio técnico y comercial en una Europa en plena expansión económica, la orden se convierte rápidamente en protagonista de todos los sectores. Pero el extraordinario éxito económico de la orden en el siglo XIII acaba por volverse contra ella. Las abadías aceptan numerosas donaciones, que a veces son participaciones en molinos o en censos. Las abadías recurren, pues, de hecho, al arrendamiento rústico o a la aparcería, mientras que originariamente la orden explotaba sus tierras mediante el trabajo manual de los conversos. El desarrollo económico es poco compatible con la vocación inicial de pobreza que dio lugar al éxito de la orden en el siglo XII. Por ello, la disminución de las vocaciones hace cada vez más difícil reclutar conversos. Los cistercienses recurren entonces de manera creciente a mano de obra asalariada, en contradicción con los preceptos originales de la orden.

Si bien la orden conserva en el siglo XIV un verdadero poder económico, se enfrenta a la crisis económica que comienza y que empeorará con la Guerra de los Cien Años. Muchas abadías se empobrecen. Aunque durante la Guerra de los Cien Años los monasterios cistercienses se benefician de su relativa autonomía, el conflicto daña a numerosos establecimientos. En particular, el reino de Francia es explotado por las compañías de mercenarios, muy presentes en Borgoña y en sus grandes ejes comerciales. En 1360, los hermanos de Cîteaux se ven obligados a refugiarse en Dijon. El monasterio es presa del pillaje en 1438. Golpeada por el desafecto y el hundimiento demográfico consecuencia de la guerra y de la Gran peste, la orden se enfrenta a la disminución de sus comunidades. En el siglo XVI, la abadía de Vauluisant sólo cuenta con trece monjes, y a finales de siglo solamente con diez.46

Por último, en el siglo XIII, con el desarrollo de las ciudades y de las universidades, los cistercienses, instalados principalmente en lugares remotos, pierden su influencia intelectual en favor de las órdenes mendicantes que predican en las ciudades y que proporcionan a las universidades sus más grandes maestros.47

El Gran Cisma de Occidente asesta un segundo golpe a la organización de la orden. Por una parte, la exacerbación de los particularismos nacionales perjudica la unidad; por otra parte, los dos papas compiten en generosidad para garantizarse el apoyo de los monasterios, lo que supone «un perjuicio considerable a la uniformidad de la observancia.»48 Las consecuencias del Cisma y en particular las guerras husitas son especialmente dolorosas para los monasterios situados en los confines orientales de Europa. Las abadías de Hungría, Grecia y Siria son destruidas durante las conquistas otomanas. La celebración de un Capítulo general plenario en estas condiciones se hace cada vez más difícil a causa de los conflictos armados pero, también, de las distancias que separan a las distintas comunidades. En 1560, sólo están presentes trece abades.49

Las transformaciones medievales y las crisis políticas y religiosas de los siglos XIV y XV obligan a la orden a adaptarse. El clero y el poder real franceses critican cada vez más violentamente sus privilegios. En el siglo XV nacen nuevas obediencias y se hacen esfuerzos para conservar la unidad original y restaurar el edificio cisterciense. Como consecuencia, los siglos XV y XVI constituyen un período de desarrollo de las congregaciones en el seno de la orden.

Con la multiplicación de las propiedades inmobiliarias, aparecen otras desviaciones a partir del siglo XV: abades ausentes o mundanos, e incluso un modo de vida señorial cada vez más marcado. La introducción del sistema de «encomienda», en la Edad Media tardía, por la cual el rey nombra a un abad laico cuyo primer cometido es, a menudo, obtener el máximo de beneficios financieros, no hace sino acentuar este estado de cosas. El papado de Aviñón decide cambiar el método de elección de los abades que, en adelante, no serán elegidos por su comunidad sino nombrados por los príncipes o el Soberano Pontífice. El reclutamiento se hace cada vez más entre prelados seculares, alejados de las preocupaciones monásticas pero preocupados por las rentas abaciales. Este sistema de encomienda resulta especialmente desastroso en tierras francesas e italianas, que a lo largo del siglo XVI asisten a un rápido deterioro de los edificios cistercienses. Un cierto laxismo se apodera de algunas abadías.

En las regiones orientales de occidente y de la península ibérica no se da la misma situación. En los edificios de Bohemia, Polonia, Baviera, España y Portugal se instaura un movimiento de reconstrucción de inspiración barroca.

No obstante, algunas voluntades de reforma aparecen en el reino de Francia. El Capítulo general de 1422 se pronuncia claramente sobre la cuestión: «Nuestra Orden, en las distintas partes del mundo donde se encuentra extendida, parece deformada y decaída en lo que afecta a la disciplina regular y a la vida monástica.»50 Se restaura el sistema de visitas. La urgencia de la reforma se revela pronto en toda la orden. En 1439 se promulga una «Rúbrica de definidores» para recordar las exigencias de la vida monástica, las distintas prohibiciones de indumentaria y alimentarias y la necesidad de denunciar las prácticas abusivas. Por esa misma época, la Santa Sede decide abolir la práctica de la encomienda.51

En ese contexto, un movimiento de reafirmación de la disciplina y las exigencias espirituales se desarrolla en los Países Bajos, en Bohemia y luego en Polonia, antes de conquistar toda Europa. Algunos monasterios se reúnen localmente, bajo el impulso de las comunidades o del poder pontificio, para formar congregaciones cada vez más autónomas respecto al Capítulo general. No obstante, aprovechando la reconquista de Borgoña por Luis XI, Jean de Cirey, abad de Cîteaux, recupera su papel de jefe de la orden, papel que había perdido desde el Gran Cisma.52 En 1494 reúne a los abades más influyentes en el colegio de los Bernardinos donde se promulgan los artículos reformadores llamados «de París». Aunque son bien acogidos, la reforma es sin embargo poco perceptible y se debe a menudo a iniciativas individuales efímeras.

El movimiento de reforma protestante conmociona profundamente la situación. Un gran movimiento de deserción afecta a las comunidades del norte de Europa y los príncipes ganados para la Reforma confiscan los bienes de la orden. Los monasterios ingleses, luego los escoceses y finalmente los irlandeses lo son entre 1536 y 1580. Más de 200 establecimientos desaparecen antes del final del siglo XVII. Con la deserción de Inglaterra y de numerosos estados germánicos pasados a la Reforma, la historia de la orden se halla circunscrita, a partir de ese momento y durante dos siglos, al reino de Francia.

  La orden en el momento de la Contrarreforma

Con el movimiento de reforma católico, la orden cisterciense se enfrenta a profundas modificaciones a nivel constitucional. La organización se hace provincial y se introducen algunas modificaciones en la administración central. Algunas congregaciones con vínculos tenues o inexistentes con la casa matriz y el Capítulo general florecen en toda Europa.

En Francia nace una reforma con un carácter original bajo el impulso del abad Jean de la Barrière (1544-1600). El antiguo comendador del monasterio de los Feuillants, en Alto Garona, funde las congregaciones de los «feuillants», aprobada por Sixto V desde de 1586. Establece en su comunidad una tradición de una particular austeridad, basada en una vuelta al primitivo ideal cisterciense. Encuentra imitadores en Italia y Luxemburgo. En estas condiciones, el Capítulo general se convierte en una institución caduca. No produce más que una reunión de 1699 a 1738. En definitiva, este estado de cosas beneficia al abad de Cîteaux, única autoridad que ofrece a los ojos del mundo una prueba de visibilidad, y a quien algunas fuentes describen a menudo como «abad general».53 En 1601, se impone un noviciado común para mantener una disciplina única y para paliar las dificultades de reclutamiento.

Retrato del abad Armand Jean le Bouthillier de Rancé, por Hyacinthe Rigaud. Museo Duplessis, Carpentras, Francia.

En el siglo XVII, la historia de la orden se ve perturbada por un conflicto que la historiografía recuerda bajo el nombre de «guerra de las observancias» y que se extiende desde 1618 hasta los primeros años del siglo XVIII, suscitando numerosas y ásperas polémicas en el seno de la familia cisterciense. Este conflicto concierne, al menos en apariencia, al respeto a las obligaciones regulares -en particular la abstinencia del consumo de carne-. Más allá de esta cuestión, lo que está en juego no es sino la aceptación o el rechazo del ascetismo. La controversia aumenta con los conflictos locales entre monasterios rivales. Al principio, siguiendo el ejemplo de Octave Arnolfini, abad de Châtillon, y de Étienne Maugier, Denis Largentier introduce en Claraval y en sus filiales una reforma de una gran austeridad entre 1615 y 1618. Luego, ante el Capítulo general de 1618, se presenta una propuesta de generalización que es adoptada.

Ésta es la partida de nacimiento de la Estricta Observancia. Gregorio XV apoya la iniciativa de los reformadores. Pero, tras le celebración de una asamblea, la congregación provoca el descontento del abad de Cîteaux, Pierre de Nivelle, que se empeña en denunciar «a una pretendida congregación que tiende a la división, a la separación y al cisma, [y] que no puede ser tolerada de ninguna manera.»54 En 1635, el cardenal Richelieu convoca un capítulo «nacional» en Cîteaux, a resultas del cual Pierre de Nivelle es obligado a abdicar. Las dos partes terminan por disponer de estructuras administrativas propias; pero, aunque la Estricta Observancia conserva el derecho de enviar a diez abades al Definitorio, permanece sujeta a Cîteaux y al Capítulo general.

Por su influencia, la experiencia de Armand Jean le Bouthillier de Rancé en el monasterio de la Trapa, sigue siendo emblemática de la exigencia de la estricta observancia y de las aspiraciones reformadoras. Su influencia, tanto en el seno de su monasterio como en el mundo, constituye un modelo de la vida monástica del «Gran Siglo».55

 Un siglo de declive

En la segunda mitad del siglo XVIII, se difunden críticas virulentas contra del monacato. En Francia, la orden se estremece profundamente en este final de siglo en que son raras las vocaciones y donde el entusiasmo por un monacato austero da paso a la adopción de una vida monástica mucho menos exigente y, en consecuencia, más expuesta a las críticas, aunque se detectan aún focos de fervor y fidelidad a los orígenes, e incluso algunas iniciativas. En 1782, por iniciativa de José II de Austria, nace una efímera congregación belga, antes de que los cistercienses sean expulsados de sus tierras al año siguiente.

En febrero de 1790, la Asamblea Nacional francesa vota la supresión de la orden por motivos de inutilidad.

Monjes y ejército Austríaco en Salem, 1804, por Johann Sebastian Dirr. Fotografía coloreada de un original desaparecido.

Tras la Revolución francesa no subsisten en Europa más que una docena de establecimientos cistercienses. La Estricta Observancia se refugia en Suiza, dentro de la cartuja de La Valsainte, después de haber sido expulsada de La Trappe, que no es restaurada hasta después de la derrota de Napoleón. Las abadías supervivientes de las guerras y expulsiones comienzan a reconstruir sus vínculos y a restaurar las congregaciones. La destrucción de la abadía de Císter ha privado a la orden de su jefe natural y la consolidación de los nacionalismos en Europa no facilita la búsqueda de una solución común.

Una primera reunión de abades cistercienses se celebra en Roma en 1869. En 1891, se elige a un abad general: Dom Wackarz, abad de Vissy Brod (Imperio Austrohúngaro). Más tarde llevará el título de Presidente general de la orden cisterciense.

En Francia, los trapenses se reúnen en 1892 bajo la denominación de «Cistercienses reformados de Notre-Dame de la Trappe». A partir de 1898, los capítulos generales se celebran en Cîteaux, recién recuperado. El abad general se instala en Roma.

La orden en los siglos XX y XXI


Fábrica de cerveza de la abadía de Saint-Rémy de Rochefort, donde los monjes producen cerveza trapense.

En 1902, los trapenses se convierten en la Orden Cistercienses Reformados de la Estricta Observancia. Durante el siglo XIX, los trapenses fundaron numerosos monasterios en Canadá, Estados Unidos, Australia, Siria, Jordania, Sudáfrica y China.

En el siglo XX, la orden se ha dispersado ampliamente fuera de Europa. El número de monasterios se ha duplicado en los últimos 60 años: de 82 monasterios en 1940 a 127 en 1970 y 169 en 2008. En los años cuarenta sólo había un monasterio de la orden en África, seis en Asia y el Pacífico y ninguno en América Latina. Hoy en día, hay diecisiete en África, trece en América Latina y veintitrés en Asia. La orden del cisterciense se ha implantado en los países en vías de desarrollo, particularmente en Brasil, Nigeria, Etiopía y Vietnam. A veces, en países inestables: en 1996, durante la guerra civil argelina, siete monjes del monasterio de Tibhirine, en Argelia, fueron secuestrados durante dos meses, antes de que los encontrasen muertos el 21 de mayo.

No obstante, la expansión de la orden es más espacial que cuantitativa: durante esos mismos 60 años, el número total de monjes y monjas de la orden se redujo un 15%. En este momento hay alrededor de 2.500 monjes trapenses y 1.800 monjas en todo el mundo. Esto hace una media de 25 miembros en cada comunidad, es decir, la mitad de los que había.

Junto a los cistercienses incorporados oficialmente a cualquiera de las dos ramas, son numerosas las comunidades de mujeres que viven en una esfera de influencia espiritual cisterciense, ya sea en una orden o en una congregación, como las bernardinas de Esquermes, las de Oudenaarde y las de Suiza romanda.

 

Actualidad

La nueva constitución define a la Orden Cisterciense en ciento nueve artículos, como una «unión de congregaciones» gobernadas por un Capítulo General bajo la presidencia de un Abad General. Sumados a todos los abades, los miembros del Capítulo General incluyen a delegados de cada casa o congregación, proporcionales al número de monjes. El Capítulo debe ser convocado cada cinco años, para legislar sobre la Orden en conjunto. El Abad General debe ser elegido por el Capítulo General por un término de diez años, aunque siempre sigue siendo reelegible. Debe residir en Roma, y está ayudado por un consejo de cuatro miembros, también elegido por el Capítulo. El histórico definitorium, que ha sido rebautizado como «Sínodo», debe incluir al Abad General, al Procurador General, a los presidentes de cada congregación y a otros cinco miembros elegidos por el Capítulo General. El Sínodo debe reunirse al menos año por otro y debe tratar los asuntos urgentes que se susciten entre las reuniones del Capítulo General.

La reglamentación de la vida monástica a nivel local reservada a las Congregaciones autónomas, cada una bajo un Abad Presidente y un «capítulo congregacional» que regulan temas tan importantes como el tiempo de duración del abadiato, la posición legal de los conversos, la reforma litúrgica y las observancias monásticas. La tarea primordial de cada Abad Presidente es la visita trienal a cada casa de su congregación. Su propia abadía es visitada por el Abad General.

El Capítulo General de 1974, reunido en Casamari, contó con la participación, por primera vez, de algunas abadesas cistercienses como observadoras.

Supercopa ACB

Publicado: 03/10/2011 07:23 por Miguel Anchel Sanz en BALONCESTO
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Historial

EdiciónAño SedeCampeónResultadoSubcampeónTerceroCuarto↓
I2004MálagaFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona76 - 75 (OT)Bandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CFFlag of Andalucía.svg ANDUnicaja MálagaIkurrina EUSTAU Cerámica Baskonia
II2005GranadaIkurrina EUSTAU Cerámica Baskonia61 - 55Flag of Andalucía.svg ANDCB GranadaBandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CFFlag of Andalucía.svg ANDUnicaja Málaga
III2006MálagaIkurrina EUSTAU Cerámica Baskonia83 - 78Flag of Andalucía.svg ANDUnicaja MálagaFlag of Catalonia.svg CATDKV Joventut BadalonaFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona
IV2007BilbaoIkurrina EUSTAU Cerámica Baskonia85 - 73Ikurrina EUSIurbentia Bilbao BasketBandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CFFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona
V2008ZaragozaIkurrina EUSTAU Cerámica Baskonia86 - 85Flag of Aragon.svg ARACAI ZaragozaFlag of Catalonia.svg CATFC BarcelonaFlag of Catalonia.svg CATDKV Joventut Badalona
VI2009Las PalmasFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona86 - 82Bandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CFFlag of the Canary Islands.svg ICNGran Canaria 2014Ikurrina EUSCaja Laboral Baskonia
VII2010VitoriaFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona83 - 63Bandera de la Comunidad Valenciana CVAPower Electronics ValenciaIkurrina EUSCaja Laboral BaskoniaBandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CF
VIII2011BilbaoFlag of Catalonia.svg CATFC Barcelona82 - 73Ikurrina EUSCaja Laboral BaskoniaBandera de la Comunidad de Madrid MADReal Madrid CFIkurrina EUSBizkaia Bilbao Basket

 

  • A partir de 2006 no se disputó el partido por el 3º y 4º Puesto.
  • 

 Clasificación histórica

#EquipoPartic.Camp.Subc.PGPP
1Ikurrina Caja Laboral Baskonia84195
2Flag of Catalonia.svg FC Barcelona74084
3Bandera de la Comunidad de Madrid Real Madrid CF60236
4Flag of Andalucía.svg Unicaja Málaga30124
5Ikurrina Bizkaia Bilbao Basket20112
6Flag of Andalucía.svg CB Granada10111
*Flag of Aragon.svg CAI Zaragoza10111
*Bandera de la Comunidad Valenciana Valencia Basket Club10111
9Flag of Catalonia.svg DKV Joventut Badalona20012
10Flag of the Canary Islands.svg Gran Canaria 201410001
 Total 882727

 MVP

Ed.AñoMVPEquipo
I2004Bandera de Serbia y Montenegro Dejan BodirogaFC Barcelona
II2005Bandera de Argentina Luis ScolaTAU Cerámica Baskonia
III2006Bandera de Brasil Tiago SplitterTAU Cerámica Baskonia
IV2007Bandera de Brasil Tiago SplitterTAU Cerámica Baskonia
V2008Bandera de Argentina Pablo PrigioniTAU Cerámica Baskonia
VI2009Bandera de España Juan Carlos NavarroFC Barcelona
VII2010Bandera de España Juan Carlos NavarroFC Barcelona
VIII2011Bandera de España Juan Carlos NavarroFC Barcelona
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EL ALMA DE LAS PIEDRAS

PALOMA SANCHEZ-GARNICA

Editorial:PLANETA

Dimensiones:15.0x23.0 cm

Nº páginas: 600 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788408093848
Año de edición:2010
Plaza edición: BARCELONA

 

Sinopsis

El alma de las piedras cuenta dos historias separadas en el tiempo sobre el origen del mito jacobeo. 

Martín de Bilibio es un monje ayudante del obispo Teodomiro que, en el año 824, asiste al milagroso descubrimiento de una tumba que se le adjudica al apóstol Santiago en base a unas endebles teorías. El portentoso hallazgo tiene su razón de ser, en principio, en la necesidad de un acicate que diera esperanza y fortaleciera la fe a los fieles de la zona de Galicia, abatidos por el abandono y arrojados a los ritos paganos que el obispado era incapaz de erradicar.

Veinte años después y unos días antes de la muerte del obispo, Martín de Bilibio emprende una extraña peregrinación llevando consigo un pergamino, que él mismo titula La Inventio, en el que explica cómo discurrió el hallazgo del excelso túmulo. Durante ese viaje será consciente del engaño urdido a su alrededor, en el que se mezcla, de forma muy artera, la realidad de las creencias herejes y los ritos paganos con lo sagrado. Además, en su camino se cruzará con un cantero con el que descubrirá los secretos de las marcas de las piedras.

Por otro lado, a finales del siglo XI, Mabilia de Montmerle, perteneciente a una familia noble del ducado de Borgoña, relata cómo por una traición a su padre, el conde de Montmerle, se ve arrojada a una huida constante que la obligará a entrar en un mundo de hombres. En su involuntario peregrinaje, recorrerá la senda de las estrellas que lleva a muchos hasta un lugar en el extremo más occidental, llamado el fin de la tierra, el finis terrae, donde todo lo pagano se sacraliza para “mayor gloria de Dios”. Será consciente de la evolución y la bondad que produce esa ruta: la construcción de ciudades, monasterios, caminos, puentes. Conocerá el lado más oscuro de los canteros y su extraña labor de “arrancarle el alma a las piedras”, con el fin de evitar el olvido, la ausencia de la memoria y mantener la dignidad del recuerdo.

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EN EL PAÍS DE LA NUBE BLANCA
Autor: LARK, SARAH
Editorial: EDICIONES B
Año de la Edición: 2011
Género: Ficción literaria
ISBN: 9788466646710

 

Sinopsis
 
En el país de la nube blanca es una novela cautivadora sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad. Protagonizada por dos fuertes personajes femeninos y ambientada en la Nueva Zelanda colonial del siglo XIX, recuerda inevitablemente a la película El piano (en la que Holly Hunter interpretaba a una mujer escocesa enviada junto con su hija a Nueva Zelanda tras un matrimonio por poderes). La acción arranca en Londres en 1852, cuando dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra comparada con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo?

San Francisco de Asis

Publicado: 06/10/2011 19:41 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA

 

Francisco de Asís
San Francesco.jpg
Representación de San Francisco de Asís, en un fresco de Cimabue en la Basílica de Asís, se cree que es la imagen más fiel del santo
fundador
NombreGiovanni di Bernardone
Nacimiento5 de julio de 1182[1]
Asís (Italia)
Fallecimiento3 de octubre de 1226 (44 años)[2]
Asís (Italia)
Venerado enIglesia Católica
Canonización16 de julio de 1228, en Asís, por el papa Gregorio IX
Principal SantuarioBasílica de San Francisco de Asís (Italia)
Festividad4 de octubre[3] [4]
Atributosestigmas, calavera (en representación no sólo del rechazo de la vida de placer, sino de la "hermana muerte", lobo, aves
Patronazgoanimales, medio ambiente, comerciantes (en particular fabricantes de telas, sastres y tejedores), belenismo, Italia, Filipinas, Quito (Ecuador), ciudad de Meycauayan, Telchac Pueblo (México)

 

Francisco de Asís (en italiano Francesco d’Assisi) (Asís, 5 de julio de 1182 – ibídem, 3 de octubre de 1226), santo italiano, que fue diácono, fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica en la Edad Media, al contrario de otras hermandades —como los cátaros— que fueron consideradas herejes. De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó infructuosamente la conversión de musulmanes al cristianismo.

Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden mientras ésta crecía; aún así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Fue canonizado por la Iglesia Católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre. Es conocido también como il poverello d’Assisi («el pobrecillo de Asís», en italiano).

Contexto histórico

Cruz cátara, también cruz de Occitania.

En el siglo XII se concretaron cambios fundamentales en la sociedad de la época: el comienzo de las Cruzadas, el incremento demográfico y la afluencia del oro, entre otros motivos, influyeron en el incremento del comercio y el desarrollo de las ciudades. La economía seguía teniendo su base fundamental en el campo dominado por el modo de producción feudal, pero los excedentes de su producción se canalizaban con mayor dinamismo que en la Alta Edad Media. Aunque todavía no se estaba produciendo una clara transición del feudalismo al capitalismo y los estamentos privilegiados (nobleza y clero) seguían siendo los dominantes, como lo fueron hasta la Edad Contemporánea, los burgueses (artesanos, mercaderes, profesionales liberales y hombres de negocios) comenzaban a tener posibilidades de ascenso social. La Iglesia, protagonista de ese tiempo, también se vio influida por la nueva riqueza: no eran pocas las críticas a algunos de sus ministros que se preocupaban más por el crecimiento patrimonial y sus relaciones políticas de conveniencia.

Debido a ello, diversos movimientos religiosos surgieron en rechazo a la creciente opulencia de la jerarquía eclesiástica en esa época, o se dedicaron a vivir más de acuerdo con los postulados de una vida pobre y evangélica. Algunos de ellos medraron afuera de la institución y vivieron a su manera; tales movimientos fueron condenados hasta el punto de considerarlos herejes. Los cátaros, por ejemplo, predicaban entre otras cosas el rechazo a los sacramentos, las imágenes y la cruz. Otras organizaciones como la creada por San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, por el contrario, nacieron bajo sumisión a la autoridad católica y fueron conocidas con el nombre genérico de "los monjes mendicantes". Este movimiento logró que la mayoría de la Iglesia se alejase de la opulencia, vicio que tornaría en el siglo XIV.

 Infancia y juventud

Nació bajo el nombre de Giovanni. Sus padres fueron Pietro Bernardone dei Moriconi y Donna Pica Bourlemont, provenzal; tuvo al menos un hermano más, de nombre Angelo. Su padre era un próspero comerciante de telas que formaba parte de la burguesía de Asís y que viajaba constantemente a Francia a las ferias locales. Entre algunas versiones, fue la afición a esta tierra por lo que su padre lo apodó después como Francesco o el francesito; también es probable que el pequeño fuera conocido más adelante de este modo por su afición a la lengua francesa y los cantos de los trovadores

Francisco recibió la educación regular de la época, en la que aprendió latín. De joven se caracterizó por su vida despreocupada: no tenía reparos en hacer gastos cuando andaba en compañía de sus amigos, en sus correrías periódicas, ni en dar pródigas limosnas; como cualquier hijo de un potentado tenía ambiciones de ser exitoso.

En sus años juveniles la ciudad ya estaba envuelta en conflictos para reclamar su autonomía del Sacro Imperio. En 1197 lograron quitarse la autoridad germánica, pero desde 1201 se enfrascaron en otra guerra contra Perugia, apoyada por los nobles desterrados de Asís. En la batalla de Ponte San Giovanni, en noviembre de 1202, Francisco fue hecho prisionero y estuvo cautivo por lo menos un año.

Desde 1198 el pontificado se hallaba en conflicto con el Imperio, y Francisco formó parte del ejército papal bajo las órdenes de Gualterio de Brienne contra los germanos.

Estatua de San Francisco en Asís que lo representa regresando a la ciudad tras abandonar la guerra.
La renuncia a los bienes terrenales, según Giotto.

De acuerdo con los relatos, fue en un viaje a Apulia (1205) mientras marchaba a pelear, cuando durante la noche escuchó una voz que le recomendaba regresar a Asís. Así lo hizo y volvió ante la sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial pero envuelto ahora en meditaciones solitarias.

Empezó a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal. Un día en que se mostró en un estado de quietud y paz sus amigos le preguntaron si estaba pensando en casarse, a lo que él respondió: Estais en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual. Hasta ese momento todavía no sabía él mismo exactamente el camino que había de tomar de ahí en adelante; fue después de reflexiones y oraciones que supo que la dama a quien se refería era la Pobreza.

El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo antes le parecía extremadamente amargo mirar. Se dedicó después a la reconstrucción de la capilla de San Damián. Según los relatos, lo hizo después de haber visto al crucifijo de esta iglesia decirle: Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas. Entonces decidió vender el caballo y las mercancías de su padre en Foligno, regresó a San Damián con lo ganado y se lo ofreció al sacerdote, pero este lo rechazó.

Su padre, al darse cuenta de la conducta de su hijo, fue enojado en su búsqueda, pero Francisco estaba escondido y no lo halló. Un mes después fue él mismo el que decidió encarar a su padre. En el camino a su casa, las personas con que se encontró lo recibieron mal y, creyéndolo un lunático, le lanzaron piedras y lodo.

Francisco ante las autoridades eclesiales

Su padre le reprendió severamente, tanto que lo encadenó y lo encerró en un calabozo.[16] Al ausentarse el airado padre por los negocios, la madre lo libró de las cadenas. Cuando regresó, fue ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del muchacho a San Damián, pero Francisco se plantó con calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por amor a Cristo. Pedro Bernardone, más preocupado por lo perdido de su patrimonio,[16] acudió a las autoridades civiles a forzarlo a presentarse, pero el joven rehusó hacerlo con el argumento de no pertenecer ya a la jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el caso en manos de la Iglesia.

Francisco se sometió al llamado de la autoridad eclesial. Ante el requerimiento de devolver el dinero frente a su padre y al obispo de Asís, de nombre Guido, no sólo lo hizo, sino que se despojó de todas sus vestimentas ante los jueces, proclamando a Dios desde ese momento como su verdadero Padre. Ante esto, el obispo lo abrazó y le envolvió con su manto.

 Comienzos de la orden

Porciúncula.

No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas o deterioradas reconstruyó; entre ellas, a la que más estima tenía era la capilla de la Porciúncula (“la partecita”, llamada así porque estaba junto a una construcción mayor).

Allí fue donde recibió la revelación definitiva de su misión, probablemente el 24 de febrero de 1208, cuando escuchó estas palabras del evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lc., 10). Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio. Después de someterse a las burlas de quienes lo veían vestido casi de trapos, ahora su mensaje era escuchado con atención, y al contrario de otros grupos reformadores de la época, el suyo no era un mensaje de descalificaciones ni anatemas.

En unos meses sus discípulos eran once: Bernardo di Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella.

Bajo la pobreza que Francisco predicaba y pedía, los frailes hacían sus labores diarias atendiendo leprosos, empleándose en faenas humildes para los monasterios y casas particulares, y trabajando para granjeros. Pero las necesidades cotidianas hacían la colecta de limosna inevitable, labor que Francisco alentaba con alegría por haber elegido el camino de la pobreza. Comenzó también la expansión del mensaje evangélico, y para ello los estimuló a viajar de dos en dos.

 Audiencia ante el Papa para la aprobación de la regla

Francisco de Asís en la pintura de Francisco Zurbarán.

Hacia abril o mayo de 1209, Francisco se decidió a presentarse ante el papa Inocencio III, para que le aprobara la primera regla de la Orden. Con ese fin, él y sus acompañantes emprendieron el viaje a Roma.

Fue bajo la intervención del obispo Guido de Asís como pudo tener audiencia con el Papa. Éste y ciertos cardenales objetaban el programa franciscano por el peligro de crear otra organización nueva, debido a los movimientos anticlericales de la época y a la falta de una mínima base material de la orden; pero bajo la influencia del cardenal Juan de San Pablo y su apoyo, Francisco pudo tener una nueva audiencia para que se considerara la aprobación de su hermandad de pobres.

El Papa por fin aprobó la regla verbalmente, al convencerse de que la ayuda de un hombre como Francisco reforzaría la imagen de la Iglesia con su prédica y su práctica del Evangelio. No se conoce el contenido de esta primera regla. Fue por esta época (seis años después de su conversión según Celano) cuando fundó, junto a Clara de Asís, la llamada segunda orden.

 Rivo Torto

Camino de vuelta a Asís, él y sus acompañantes se ubicaron en un lugar llamado Rivo Torto, donde consolidaron sus principios de vivir en la pobreza, conviviendo entre los campesinos locales y atendiendo a leprosos; desde entonces se hacían llamar a sí mismos Hermanos Menores o Frailes Menores (el nombre fundacional de la congregación es Ordinis Fratrorum Minorum, abreviado O.F.M.).

Después de la estadía en Rivo Torto, buscó una sede para su orden; para ello pidió la ayuda del obispo Guido, pero no consiguió respuesta favorable. Fue un abad benedictino del Monte Subasio quien le ofreció la capilla de la Porciúncula y un terreno adyacente (propiamente la partecita, la porcioncita). Francisco aceptó, pero no como un regalo, sino que pagaba como renta canastas con peces.

 Crecimiento y expansión

Francisco dando un sermón a las aves según fresco en la Basílica dedicada al santo.

Dentro del ánimo de la época de los viajes hacia el Este, hizo un intento de ir a Siria para la expansión del Evangelio en la tierra de los llamados «infieles». Esto sucedió probablemente a finales del año 1212 y nuevamente dos años más tarde, pero ambas empresas se frustraron.

Antes de 1215 el número de frailes se había incrementado, no sólo en Italia sino en el sur de Francia y en los reinos de España. Viajaban los franciscanos de dos en dos y convivían con la gente común; además, establecían ermitas en las afueras de las ciudades.

Concilio de Letrán

Durante el Concilio de Letrán de 1215, la organización adquirió un fuerte estatus legal; en ese año se decretó que toda nueva orden debía adoptar la Regla de San Benito o la de San Agustín. Para los Frailes Menores no hubo necesidad de esto, por haber sido aceptados seis años antes (aunque de palabra y no oficialmente). En este concilio el Papa Inocencio III tomó la letra Tau como símbolo de conversión y señal de la cruz; de ahí en adelante el poverello fue devoto de este símbolo.

En esa época, el cardenal Hugolino les ofreció a él y a Domingo de Guzmán la posibilidad de formar cardenales de las filas de sus órdenes. Francisco, según las crónicas de Tomás de Celano, acorde con sus principios respondió: «Eminencia: mis hermanos son llamados frailes menores, y ellos no intentan convertirse en mayores. Su vocación les enseña a permanecer siempre en condición humilde. Mantenedlos así, aún en contra de su voluntad, si Vuestra Eminencia los considera útiles para la Iglesia. Y nunca, os lo ruego, les permitáis convertirse en prelados.»

 Indulgencia en la Porciúncula

Bajo el pontificado de Honorio III en 1216, se promovió la indulgencia plenaria a favor de todo aquel que visitara la iglesia de Santa María de los Ángeles de Porciúncula. Obtuvo Francisco esa gracia del Papa para que la peregrinación se realizara una vez al año, pero bajo fuerte oposición, puesto que pocos lugares podían disfrutar de tan alto privilegio.

Desde el año 1217[32] organizó capítulos en el que los Frailes Menores se reunían para intercambiar experiencias; para la organización apropiada de los territorios en que los frailes se habían dispersado, organizó también provincias de evangelización.

 Viaje a Oriente

Captura de Damieta durante las cruzadas.

Hacia el capítulo de 1219, la orden tuvo sus primeras disensiones respecto de las normas de pobreza dictadas por Francisco. Algunos persuadieron al cardenal Hugolino para que hablara con él, a fin de que la orden fuera dirigida por hermanos «más sabios» y de acuerdo con reglas como la de San Benito, a lo que el poverello se opuso recalcando la forma de vida de humildad y simplicidad. La innovación que brotó de este encuentro fue la organización de misiones a las llamadas «tierras paganas».

En 1219 se embarcó hacia el oriente, pasando por Chipre, San Juan de Acre y Damieta en el delta del Nilo, donde los cruzados estaban bajo la orden del duque Leopoldo VI de Austria. Allí, Francisco los previno de que había sido alertado por Dios de que no realizaran ningún ataque; ante sus palabras, los soldados se burlaron de él. El resultado de la siguiente batalla fue un desastre para los cruzados. Continuó su estadía y el aprecio hacia su persona crecía, incluso algunos caballeros abandonaron las armas para convertirse en frailes menores.

Frente al sultán de Egipto

Tomó como misión la conversión de los musulmanes. Para ello se acompañó del hermano Illuminato para adentrarse en esas tierras; al encontrarse con los primeros soldados sarracenos fue golpeado, pero inmediatamente pidió ser llevado ante el Sultán, que entonces era al-Malik al-Kamil.

Según las crónicas de Buenaventura, el poverello, en su afán de convertirlo al cristianismo, invitó a los ministros religiosos musulmanes a entrar con él en una gran fogata, para así demostrar qué religión era la verdadera; los mulás rehuyeron la propuesta. Francisco ofreció entrar solo y retó al Sultán a que, si salía ileso, se convertiría al cristianismo e incitaría a su pueblo a hacerlo; el príncipe rechazó también esa posibilidad. Al final, sus pretensiones se frustraron. Tiempo después obtuvo del sultán al-Mu’azzam de Damasco, hermano de al-Malik, permiso sólo para visitar Siria y Tierra Santa.

Crisis y reorganización

La orden, durante su ausencia, sufrió una crisis: hubo disensiones, falta de organización y desacuerdos con la ruda vida diaria. El rumor de la muerte de Francisco en el Oriente dio pie a implantar reformas, entre ellas ciertas medidas disciplinarias, ayunos e incluso la institución de una casa de estudio en Bolonia; muchos consideraron estos cambios contrarios a la idea original del fundador. Enterado de estos sucesos, Francisco fue ante el Papa Honorio III y le rogó que designara al cardenal Hugolino para reorganizar la orden.

La nuevas disposiciones tuvieron un nuevo Ministro General, Elias Bombarone, y una nueva regla, la de 1221 (Regla no bulada) que entre otros temas trató el año de noviciado, la prohibición del vagabundeo y de la desobediencia ante órdenes contrarias a los principios franciscanos.

 La tercera orden

Ante el incremento de las vocaciones y el peligro de inclusión de gente de dudosa vocación espiritual, nació la llamada Tercera Orden, para permitir a hombres y mujeres laicos vivir una vida franciscana. Obtuvo su estatus legal en 1221 también con la ayuda del cardenal Hugolino. Es en posteriores escritos como se rescata su contenido, porque el original se perdió. Consistía de trece capítulos en los que se reglamentaba la santificación personal de los terciarios, su vida social y la organización de la nueva fraternidad.

Bajo influencia nuevamente de este cardenal, la orden reabrió el convento de Bolonia para el estudio, a pesar de la convicción de Francisco de la primacía de la oración y la prédica de los Evangelios por sobre la educación formal.

 La regla definitiva

La regla definitiva

Bajo la insistencia de ministros de la orden, fue obligado a redactar una nueva regla, ya que ciertos opositores a la entonces vigente consideraban que le faltaba consistencia y definición, y que eso le impedía obtener una definitiva aprobación del Papado. Nuevamente aceptó las exigencias. Para ello se retiró dos veces a la ermita de Fonte Colombo cerca de Rieti, a redactar una definitiva regla bajo ayuno y oración. El 29 de noviembre de 1223, con otra participación del cardenal Hugolino, la regla tuvo su forma definitiva y fue aprobada por el Papa Honorio III.

Navidad en Greccio

Terminada la labor de aprobación de la regla definitiva, Francisco decidió retornar a Umbría. Debido a la cercanía de la Navidad, a la que él tenía especial aprecio, quiso celebrarla de manera particular ese año de 1223; para ello convidó a un noble de la ciudad de Greccio, de nombre Juan, a festejar el nacimiento de Jesucristo en una loma rodeada de árboles y llena de cuevas de un terreno de su propiedad.

Pretendió que la celebración se asemejara lo más posible a la natividad de Jesús, y montó un pesebre con animales y heno; pobladores y frailes de los alrededores acudieron a la misa en procesión. Allí el poverello asistió como diácono y predicó un sermón. Aunque no fue la primera celebración de este tipo, es considerada un importante evento religioso, una fiesta única.

 Los estigmas

La estigmatización según un fresco en la Basílica de San Francisco.

Francisco asistió en junio de 1224 a lo que fue su último capítulo general de la orden. Hacia principios de agosto resolvió hacer un viaje a un lugar aislado llamado Monte Alvernia, a unos 160 kilómetros al norte de Asís; escogió para este viaje a algunos de sus compañeros: León, Angelo, Illuminato, Rufino y Masseo, a quien el poverello puso al mando del grupo.

Estando en la cima, fue visitado por el conde Orlando, quien llevaba provisiones a los hermanos. Francisco le pidió construirle una cabaña a manera de celda, donde después se aisló. La oración ocupó un lugar central en la vida de Francisco; para ello buscaba la vida eremítica, el silencio y soledad interior. Reforzaba sus plegarias postrándose, ayunando, e incluso, gesticulando.

En ese lugar, León fue testigo de los actos de su soledad: lamentos por el futuro de la orden y estados de éxtasis. Al saber que era espiado, decidió irse a un sitio más apartado en una saliente de montaña. En la fiesta de la Asunción Francisco decidió hacer un ayuno de cuarenta días.

Por órdenes del poverello, León lo visitaba dos veces para llevarle pan y agua. Según los relatos que recogieron los testimonios de León, éste fue testigo de la aproximación y alejamiento de una bola de fuego que bajaba del cielo; por este prodigio, Francisco le comentó que algo grande estaría por ocurrir. Le hizo abrir tres veces el misal para encontrar respuesta, y las tres veces se abrió en la historia de la Pasión de Jesús.

Probablemente el 14 de septiembre de 1224, oró para recibir dos gracias antes de morir: Sentir la pasión de Jesús, y una enfermedad larga con una muerte dolorosa. Después de intensas oraciones, entonces en un trance profundo —según relato de San Buenaventura — el mismo Nazareno se le presentó, crucificado, rodeado por seis alas angélicas, y le imprimió las señales de la crucifixión en las manos, los pies y el costado; posteriormente, sus hermanos vieron los estigmas de Francisco, que él conservó por el resto de su vida. Sin embargo, Francisco -al igual que otros santos estigmatizados- hizo todo lo posible para ocultarlos a la vista de los demás por considerarse indigno, no del dolor que sentía, sino de ser portador de las señales de la Pasión de Jesús. Por eso, fue desde entonces con las manos metidas entre las mangas del hábito, y con los pies cubiertos por medias y zapatos.

Muerte

Basílica de San Francisco.

Retornó a la Porciúncula acompañado sólo por León; en su camino hubo muestras de veneración al estigmatizado, aparentemente su acompañante hacía saber a todos acerca del prodigio. Mientras tanto, su salud —que desde mucho tiempo antes nunca fue buena del todo— empeoraba: El sangrado de sus heridas lo hacía sufrir constantemente. En el verano de 1225 pasó un tiempo en San Damián bajo el cuidado de sus allegados.

Fue durante esta temporada cuando compuso el Cántico del Hermano Sol, que hizo también cantar a sus compañeros. Se encaminó luego a Rieti, rodeado del entusiasmo popular por tocarlo o arrancar algún pedacito del pobrísimo sayo que vestía, y se instaló en el palacio del obispo. Después se hospedó en Fonte Colombo, donde fue sometido a tratamiento médico, que incluyó cauterizar con un hierro ardiente la zona desde la oreja hasta la altura de la ceja de uno de sus ojos; según los relatos, Francisco no sintió dolor al «platicar» con el fuego para que no lo dañara. Otro intento para ser tratado por renombrados médicos fue hecho en Siena, sin buen resultado.

Deseó volver a la Porciúncula a pasar sus últimos días. Arribó a Asís y fue llevado al palacio del obispo y resguardado por hombres armados, puesto que la localidad estaba en estado de guerra. En su lecho escribió su Testamento. En sus últimos momentos entonó nuevamente su Cántico al Hermano Sol —al que agregó un nuevo verso dedicado a la hermana Muerte— junto a Angelo y León.

La tumba de Francisco en Asís

De acuerdo con su último deseo, fue encaminado a la Porciúncula, donde se estableció en una cabaña cercana a la capilla. Murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 43.

Así relata San Buenaventura la verificación de las llagas de Francisco después de su muerte:

"Al emigrar de este mundo, el bienaventurado Francisco dejó impresas en su cuerpo las señales de la pasión de Cristo. Se veían en aquellos dichosos miembros unos clavos de su misma carne, fabricados maravillosamente por el poder divino y tan connaturales a ella, que, si se les presionaba por una parte, al momento sobresalían por la otra, como si fueran nervios duros y de una sola pieza. Apareció también muy visible en su cuerpo la llaga del costado, semejante a la del costado herido del Salvador. El aspecto de los clavos era negro, parecido al hierro; mas la herida del costado era rojiza y formaba, por la contracción de la carne, una especie de círculo, presentándose a la vista como una rosa bellísima. El resto de su cuerpo, que antes, tanto por la enfermedad como por su modo natural de ser, era de color moreno, brillaba ahora con una blancura extraordinaria. Los miembros de su cuerpo se mostraban al tacto tan blandos y flexibles, que parecían haber vuelto a ser tiernos como los de la infancia. Tan pronto como se tuvo noticia del tránsito del bienaventurado Padre y se divulgó la fama del milagro de la estigmatización, el pueblo en masa acudió en seguida al lugar para ver con sus propios ojos aquel portento, que disipara toda duda de sus mentes y colmara de gozo sus corazones afectados por el dolor. Muchos ciudadanos de Asís fueron admitidos para contemplar y besar las sagradas llagas. Uno de ellos llamado Jerónimo, caballero culto y prudente además de famoso y célebre, como dudase de estas sagradas llagas, siendo incrédulo como Tomás, movió con mucho fervor y audacia los clavos y con sus propias manos tocó las manos, los pies y el costado del Santo en presencia de los hermanos y de otros ciudadanos; y resultó que, a medida que iba palpando aquellas señales auténticas de las llagas de Cristo, amputaba de su corazón y del corazón de todos la más leve herida de duda. Por lo cual desde entonces se convirtió, entre otros, en un testigo cualificado de esta verdad conocida con tanta certeza, y la confirmó bajo juramento poniendo las manos sobre los libros sagrados."
San Buenaventura, Leyenda Mayor de San Francisco 15,4

Al día siguiente, el cortejo fúnebre se encaminó hacia San Damiano y después a San Giorgio, donde fue sepultado. Fue canonizado el 16 de julio de 1228. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Francisco en Asís.

Batalla de las Termópilas

Publicado: 07/10/2011 19:40 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA

 

Batalla de las Termópilas

Batalla de las Termópilas
Parte de Guerras Médicas
Jacques-Louis David 004.jpg
Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David (1814)
Fecha7 de agosto[1] ó 8-10 de septiembre,[2] 480 a. C.
LugarTermópilas, Grecia
CausasAcceso al paso de las Termópilas para la invasión de Grecia
ResultadoVictoria del Imperio persa
Cambios territorialesPersia gana el control de Beocia y marcha hacia Atenas
Beligerantes
Ciudades-Estado griegasFaravahar.svg Imperio persa
Comandantes
Leónidas I, Rey de Esparta †Jerjes I, Emperador de Persia
Fuerzas en combate
300 espartanos, 700 tespios, 2120 arcadios, 1000 locrios opuntios, 400 tebanos, 400 corintios, 200 hombres de Fliunte, 80 micenos y 1000 hoplitas focenses
En total:
5.200+ (Heródoto)
7.400+ (Diodoro Sículo)
11.200 (Pausanias)
Entre 150.000 y 400.000[3]


Según Heródoto ~2.080.000[4]
Según Ctesias ~80.000[5]
Según estimaciones modernas ~200.000

Bajas
Entre 1.000 y 4.000, según Heródoto,[6] incluyendo a Leónidas I, los 300 espartanos y los 700 tespios~ 20.000 según Heródoto[7]
Para otros usos de este término, véase Batalla de las Termópilas (desambiguación).

La Batalla de las Termópilas fue una batalla de la Segunda Guerra Médica en la que se enfrentaron una alianza de poleis griegas lideradas por Esparta y el Imperio persa de Jerjes I.

Se desarrolló durante tres días en el paso de las Termópilas (cuyo nombre se traduce por Puertas Calientes - de θερμός,-ή,-όν caliente y Πύλη,ης puerta; derivaba de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C. (en las mismas fechas en que tenía lugar la batalla de Artemisio).

La invasión persa fue una respuesta tardía a la derrota sufrida en la Primera Guerra Médica, que había finalizado con la victoria de Atenas en la batalla de Maratón. Jerjes reunió un ejército y una armada inmensas para conquistar la totalidad de Grecia y, como respuesta a la inminente invasión, el general ateniense Temístocles propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el paso de las Termópilas, a la vez que bloqueaban el avance de la armada persa en los estrechos de Artemisio.

Un ejército aliado formado por unos 7.000 hombres aproximadamente marchó al norte para bloquear el paso en el verano de 480 a. C. El ejército persa, que conforme a las estimaciones modernas estaría compuesto por unos 300.000 hombres, llegó al paso a finales de agosto o a comienzos de septiembre. Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa durante siete días en total (incluyendo tres de batalla), antes de que la retaguardia fuera aniquilada. Durante dos días completos de batalla, una pequeña fuerza comandada por el rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia. Tras el segundo día de batalla, un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos mostrando a los invasores un pequeño camino que podían utilizar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas. Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla.

Tras el enfrentamiento, la armada aliada en Artemisio recibió las noticias de la derrota en las Termópilas. Dado que su estrategia requería mantener tanto las Termópilas como Artemisio, y ante la pérdida del paso, la armada aliada decidió retirarse a Salamina. Los persas atravesaron Beocia y capturaron la ciudad de Atenas, que previamente había sido evacuada. Sin embargo, buscando una victoria decisiva sobre la flota persa, la flota aliada atacó y derrotó a los invasores en la batalla de Salamina a finales de año. Temiendo quedar atrapado en Europa, Jerjes se retiró con la mayor parte de su ejército a Asia, dejando al general Mardonio al mando del ejército restante para completar la conquista de Grecia. Al año siguiente, sin embargo, los aliados consiguieron la victoria decisiva en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión persa.

Tanto los escritores antiguos como los modernos han utilizado la batalla de las Termópilas como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre un ejército el patriotismo y la defensa de su propio terreno por parte de un pequeño grupo de combatientes. Asimismo, el comportamiento de los defensores se ha utilizado como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército, y se ha convertido en un símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.

 

Busto de Heródoto. Museo del Ágora de Atenas.

La fuente primaria principal en lo relativo a las Guerras Médicas es el historiador griego Heródoto. Este autor, que ha sido calificado como "El Padre de la Historia",[8] nació en el año 484 a. C. en Halicarnaso, en Asia Menor (una zona gobernada por el Imperio persa). Escribió su obra Historias entre 440 y 430 a. C., intentando encontrar los orígenes de las Guerras Médicas, que por entonces todavía eran un hecho relativamente reciente en la historia (las guerras acabaron finalmente en 449 a. C.).[9] El enfoque de Heródoto fue una completa novedad, al menos en la sociedad occidental, y por esta razón se considera que inventó la Historia tal y como la conocemos hoy en día.[9] El historiador Holland afirma sobre el particular que: "Por primera vez, un cronista se propuso encontrar los orígenes de un conflicto no en un pasado tan remoto como para que resultase fabuloso, ni en los caprichos o deseos de algún dios, ni en una afirmación del pueblo manifestando su destino, sino mediante explicaciones que pudiera verificar él personalmente."[9]

Muchos de los posteriores historiadores antiguos, a pesar de seguir sus pasos, menospreciaron a Heródoto y se consideraron a sí mismos seguidores de Tucídides.[10] Sin embargo, Tucídides eligió comenzar su historia a partir del punto en donde terminó Heródoto (en el sitio de Sestos), por lo que debió considerar que éste había hecho un trabajo razonablemente bueno resumiendo la historia anterior. Plutarco, por su parte, criticaba a Heródoto en su ensayo Sobre la malignidad de Heródoto, describiéndole como "Philobarbaros" (amante de los bárbaros) por no haber sido suficientemente pro griego. Esto sugiere que Heródoto pudo haber realizado un buen trabajo en lo que a neutralidad se refiere.[11] A la Europa del Renacimiento acabó llegando una visión negativa sobre Heródoto, si bien su obra continuó leyéndose de forma habitual.[12] Sin embargo, a partir del siglo XIX su reputación fue rehabilitada drásticamente por los descubrimientos arqueológicos que fueron confirmando de forma repetida su versión de los hechos.[13] La visión que prevalece actualmente sobre Heródoto es que, en general, hizo un buen trabajo en su Historia, aunque algunos detalles específicos (en especial el número de soldados y las fechas) deberían observarse con escepticismo.[13] Por otro lado, sigue habiendo algunos historiadores que consideran que Heródoto inventó gran parte de su historia.[14]

El historiador siciliano Diodoro Sículo, que escribió en el siglo I a. C. su obra Biblioteca histórica, en la que también ofrece el relato de las Guerras Médicas, se basó parcialmente en el historiador griego Éforo de Cime. Sin embargo, su relato es bastante consistente en comparación con el de Heródoto.[15] Además, las Guerras Médicas también reciben la atención, con menor detalle, de otros historiadores antiguos, entre los que se incluyen Plutarco y Ctesias, y también aparecen en obras de otros autores, como en Los persas, del dramaturgo Esquilo. Las evidencias arqueológicas, tales como la Columna de las Serpientes, también ofrecen un respaldo a algunas de las afirmaciones concretas de Heródoto.[16]

Trasfondo histórico

La expansión constante de los griegos por el Mediterráneo, tanto hacia oriente como occidente, llevó a crear colonias en las costas de Asia Menor. Estas colonias se ubicaron en territorios controlados por el Imperio aqueménida, que siempre les concedió un elevado grado de autonomía,[17] a pesar de lo cual los colonos helenos siguieron aspirando a la libertad absoluta. Se sublevaron contra el poder imperial y obtuvieron algunas victorias iniciales, pero conocían su inferioridad ante el coloso asiático, por lo que pidieron ayuda a los griegos continentales. Los espartanos se negaron en un principio, pero los atenienses sí los apoyaron, dando comienzo a las Guerras Médicas.

Las ciudades estado de Atenas y Eretria apoyaron la revuelta jónica contra el Imperio persa de Darío I, la cual tuvo lugar entre los años 499 y 494 a. C. Por aquella época, el Imperio persa era todavía relativamente joven y, por tanto, más susceptible de sufrir revueltas entre sus súbditos.[18] [19] Además, Darío no había accedido al trono pacíficamente, sino tras asesinar a Gaumata, su predecesor, lo que había supuesto la necesidad de extinguir un serie de levantamientos en su contra.[18] Por todo ello, la revuelta jónica no era un tema menor, sino una verdadera amenaza a la integridad del Imperio, y por ese motivo Darío juró castigar no sólo a los jonios, sino también a todos aquellos que hubiesen estado involucrados en la rebelión (especialmente a aquellos pueblos que no eran parte del Imperio).[20] [21] Además, Darío vio la ocasión de expandir su poder hacia el fraccionado mundo de la Antigua Grecia.[21] Por ello, envió una expedición preliminar bajo el mando del general Mardonio en 492 a. C. para asegurar el acercamiento a tierra griega reconquistando Tracia y obligando al reino de Macedonia a convertirse en vasallo de Persia.[22]

En 491 a. C. Darío envió emisarios a todas las poleis de Grecia, solicitando la entrega 'del agua y la tierra' como símbolo de su sumisión a él[23] y tras la demostración del poder persa del año anterior, la mayoría de las ciudades griegas se sometieron. Sin embargo, Atenas juzgó a los embajadores persas y les ejecutó lanzándoles a un foso. En Esparta, simplemente fueron arrojados a un pozo.[23] [24] Esto provocó que Esparta también estuviera, oficialmente, en guerra con Persia.[23]

Darío comenzó a preparar en 490 a. C. una misión anfibia bajo el mando de Datis y de Artafernes, la cual comenzó con un ataque sobre Naxos y la posterior sumisión de las Cícladas. La fuerza invasora se trasladó luego a Eretria —ciudad de la isla de Eubea—, que asedió y destruyó.[25] Finalmente, se dirigió hacia Atenas y desembarcó en la bahía de Maratón, en donde se encontró con un ejército ateniense al que superaba en número. Sin embargo, en el enfrentamiento de los dos ejércitos en la batalla de Maratón, los atenienses obtuvieron una victoria decisiva que supuso la retirada del ejército persa de Europa y su retorno a Asia.[26]

Esparta no participó en la batalla contra los persas. Atenas, con la finalidad de hacer frente a la invasión, solicitó ayuda a los espartanos para luchar pero, como se ha dicho, el origen del problema residía en las colonias griegas en Asia, y Esparta no había fundado ninguna ni tampoco las había ayudado en la rebelión. Por tanto, los lacedemonios no se sentían implicados. Tanto es así que no acudieron a la batalla de Maratón por estar celebrando las fiestas de Apolo Carneo (llamadas Carneas).

Mapa de Grecia en el que se muestran las distintas invasiones persas que tuvieron lugar durante las Guerras Médicas.

En cualquier caso, y tras la derrota, Darío reaccionó comenzando a reclutar un nuevo ejército de inmenso tamaño, con el que pretendía sojuzgar Grecia. Sin embargo, sus planes se vieron interrumpidos cuando, en 486 a. C., se produjo una revuelta en Egipto que obligó a posponer indefinidamente la expedición.[19] Darío murió durante los preparativos para marchar contra Egipto y el trono de Persia pasó a su hijo, Jerjes I.[27] Jerjes aplastó la rebelión egipcia y rápidamente retomó los preparativos para la invasión de Grecia que, al tratarse de una invasión a gran escala, necesitaba una larga planificación que permitiese acumular las provisiones necesarias y para reclutar, equipar y entrenar a los soldados.[28] Jerjes decidió construir puentes sobre el Helesponto para permitir a su ejército atravesar desde Asia hasta Europa, y cavar un canal a través del istmo del monte Athos (canal de Jerjes) para que lo atravesasen sus naves (una flota persa había sido destruida en 492 a. C. mientras rodeaba ese cabo).[29] Estas obras de ingeniería eran operaciones de una gran ambición que estaban fuera del alcance de cualquier otro estado contemporáneo.[29] Finalmente, a comienzos de la década de 480 a. C., se completaron los preparativos para la invasión, y el ejército que Jerjes había reunido en Sardes marchó en dirección a Europa, cruzando el Helesponto sobre dos puentes flotantes.[30]

Los atenienses, por su parte, también se habían estado preparando para afrontar una guerra contra Persia desde mediados de la década de los años 480 a. C. Finalmente, en 482 a. C. se tomó la decisión, bajo la guía del estadista ateniense Temístocles, de construir una masiva flota de trirremes, imprescindible para que los griegos pudiesen enfrentarse a los persas.[31] Sin embargo, los atenienses carecían de la capacidad y la población suficiente para enfrentarse al enemigo a un mismo tiempo en tierra y en el mar, por lo que para combatir a los persas necesitaban llegar a una alianza con otras poleis de Grecia. En 481 a. C. el emperador Jerjes envió embajadores por toda Grecia solicitando de nuevo la tierra y el agua, pero omitiendo deliberadamente a Atenas y a Esparta.[32] Sin embargo, algunas ciudades fueron alineándose con estos dos estados líderes, para lo cual se celebró un congreso de poleis griegas en Corinto a finales del otoño de 481 a. C.,[33] del que surgió una confederación aliada de ciudades estado. Esta confederación tenía el poder de enviar emisarios solicitando ayuda y de enviar tropas desde los estados miembros hasta los puntos de defensa tras haberlo consultado conjuntamente. Este hecho en sí mismo era de gran trascendencia en atención a la desunión que había existido históricamente entre las ciudades estado, y en especial si se tiene en cuenta que muchas de ellas estaban todavía técnicamente en guerra unas con otras.[34]

La confederación volvió a reunirse en la primavera de 480 a. C. Una delegación tesalia sugirió que los aliados se reunieran en el angosto valle de Tempe, en las fronteras de Tesalia, para bloquear el avance de Jerjes.[35] Se envió una fuerza compuesta por 10.000 hoplitas al valle, considerando que el ejército persa iba a verse obligado a atravesarlo. Sin embargo, una vez ahí fueron avisados por Alejandro I de Macedonia de que el valle podía ser atravesado y rodeado por el paso Sarantoporo, y de que el ejército persa era de un tamaño inmenso, por lo que los griegos se retiraron.[36] Poco después recibieron la noticia de que Jerjes había atravesado el Helesponto.[35]

Temístocles sugirió entonces una segunda estrategia a los aliados. La ruta hacia el sur de Grecia (Beocia, Ática y el Peloponeso) exigía que el ejército de Jerjes atravesase el estrechísimo paso de las Termópilas. Este paso podía bloquearse fácilmente con los hoplitas griegos a pesar del abrumador número de soldados persas. Además, y para evitar que los persas superaran la posición griega por mar, los navíos atenienses y aliados podrían bloquear el estrecho de Artemisio. Esta estrategia dual fue finalmente aceptada por la confederación.[37] Sin embargo, las ciudades del Peloponeso prepararon planes de emergencia para defender el istmo de Corinto en el caso de que fuera necesario, a la vez que las mujeres y niños de Atenas fueron evacuados en masa hacia la ciudad peloponesia de Trecén.[38]

 Preludio

En el mapa se pueden observar los avances griegos y persas hacia las Termópilas y Artemisio.

Parece ser que el ejército persa se desplazó a un ritmo algo lento a través de Tracia y Macedonia y que sería finalmente en agosto cuando llegaron a Grecia las noticias de la inminente llegada de los persas.[39] En aquella época los espartanos, líderes militares de facto de la alianza, estaban celebrando la festividad religiosa de las Carneas. Durante ese festival la actividad militar estaba prohibida por la ley espartana y, de hecho, los espartanos no llegaron a tiempo a la batalla de Maratón por estar celebrando el festival.[40] También se estaban celebrando los Juegos Olímpicos, por lo que debido a la tregua imperante durante su celebración habría sido doblemente sacrílego para los espartanos si marchasen en su totalidad a la guerra.[40] [41] En esta ocasión, sin embargo, los éforos decidieron que la urgencia era lo suficientemente importante como para justificar el envío de una expedición avanzada para bloquear el paso; expedición que estaría comandada por uno de los dos reyes espartanos, Leónidas I. Leónidas llevó consigo a 300 hombres de la guardia real, los Hippeis, así como a un número mayor de tropas de apoyo procedentes de otros lugares de Lacedemonia (incluyendo hilotas).[41] La expedición debería intentar agrupar el mayor número posible de aliados sobre la marcha y esperar a la llegada del ejército espartano principal.[41]

La leyenda de las Termópilas, tal y como la cuenta Heródoto, dice que los espartanos consultaron al Oráculo de Delfos ese mismo año sobre el resultado de la guerra. Se dice que el Oráculo dictaminó que, o bien la ciudad de Esparta sería saqueada por los persas, o bien debían sufrir la pérdida de un rey descendiente de Heracles.[42] Heródoto dice que Leónidas, en línea con la profecía, estaba convencido de que se dirigía a una muerte segura al no contar con unas fuerzas adecuadas para la victoria y que por eso eligió como soldados sólo a espartanos que contaran con hijos vivos.[43]

En el camino hacia las Termópilas el ejército espartano fue reforzado por contingentes procedentes de diversas ciudades, llegando a alcanzar una cifra superior a los 5.000 soldados en el momento en que llegaron a su destino.[44] Leónidas eligió acampar y defender la parte más estrecha del paso de las Termópilas, en un lugar en el que los habitantes de Fócida habían levantado una muralla defensiva algún tiempo atrás.[45] También le llegaron noticias a Leónidas, desde la cercana ciudad de Traquinia, de la existencia de un camino montañoso que podía ser utilizado para rodear el paso de las Termópilas. En respuesta, Leónidas envió a 1.000 soldados focidios para que se estacionaran en las alturas y evitasen esa maniobra.[46]

Finalmente el ejército persa fue avistado atravesando el golfo Maliaco y acercándose a las Termópilas a mediados de agosto,[47] y ante este hecho los aliados mantuvieron un consejo de guerra en el que algunos peloponesios sugirieron retirarse hasta el istmo de Corinto para bloquear el paso al Peloponeso.[48] Sin embargo, los habitantes de Fócida y Lócrida, regiones cercanas a las Termópilas, se indignaron por la sugerencia, y aconsejaron defender el paso a la vez que enviaban emisarios a pedir más ayuda. Leónidas se mostró de acuerdo con defender las Termópilas.[48]

Entre las curiosidades y leyendas que Heródoto cuenta de la batalla, a propósito del gran tamaño del ejército persa, es famosa la anécdota según la cual, en palabras del autor, el más valiente de los griegos fue el espartano Dienekes, pues antes de entablarse el combate dijo a los suyos que le habían dado buenas noticias, que le habían dicho que los arqueros de los persas eran tantos que «sus flechas cubrían el sol» y «volvían el día en noche» (ὡς ἐπεάν ὁι βάρβαροι ἀπιέωσι τὰ τοξεύματα τὸν ἥλιον ὑπό τοῦ πλήθεος τῶν οῒστών ἀποκρύπτουσι "que cuando los bárbaros disparan sus arcos, ocultan el sol bajo la cantidad de sus flechas") y que de este modo, si los persas les tapaban el sol, en lugar de tener que combatir bajo él, podrían luchar a la sombra (εἰ ἀποκρυπτόντων τὣν Μήδων τὸν ἥλιον ὑπό σκιή ἔσοιτο πρὸς αυτούς ἡ μάχη καὶ οὐκ ἐν ἡλίω).[49] Dienekes, y los espartanos en general, consideraban el arco como un arma poco honorable, ya que evadía el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Jerjes envió un emisario para negociar con Leónidas. Ofreció a los aliados su libertad y el título de "Amigos del Pueblo Persa", indicándoles que serían asentados en tierras más fértiles que las que ocupaban en ese momento.[50] Cuando Leónidas rechazó los términos, el embajador le volvió a solicitar que depusiera las armas, a lo que Leónidas respondió con la famosa frase «Ven a buscarlas tú mismo» (en griego Μολών Λαβέ, que literalmente significa «ven y cógelas»).[51] Al fracasar la negociación la batalla se volvió inevitable. Sin embargo, Jerjes retrasó el ataque durante cuatro días, esperando que los aliados se dispersasen por sí mismos ante la gran diferencia de tamaño entre los dos ejércitos, hasta que se decidió finalmente a avanzar.[52]

Composición de los ejércitos

 Ejército persa

Imagen de Jerjes I en un relieve en su palacio de Persépolis, en la actual Irán.

Las cifras sobre los soldados reunidos por Jerjes para la segunda invasión de Grecia han sido objeto de interminables discusiones, debido al gran tamaño que ofrecen las fuentes clásicas griegas. Heródoto defendía que Jerjes había reunido 2,5 millones de hombres solamente en personal militar, que a su vez iban acompañados por un número equivalente de personal de apoyo.[53] El poeta Simónides de Ceos, que era casi contemporáneo, habla de cuatro millones. Ctesias, por su parte, cifra en 800.000 hombres el tamaño total del ejército de Jerjes.[5]

La historiografía actual considera más o menos realistas los datos sobre los efectivos griegos y, durante muchos años, la cantidad ofrecida por Heródoto sobre los persas no fue puesta en duda. No obstante, a principios del siglo XX el historiador militar Hans Delbrück calculó que la longitud de las columnas para abastecer a una fuerza de combate de millones de hombres sería tan larga que los últimos carros estarían saliendo de Susa cuando los primeros persas llegaran a las Termópilas.[54]

Los historiadores modernos tienden a valorar las cifras de Heródoto y de otras fuentes antiguas como completamente irreales, resultado de cálculos erróneos o exageraciones por parte del bando vencedor.[55] El tema ha sido debatido en profundidad, pero parece que existe un consenso en lo referente al tamaño del ejército, que oscilaría entre los 200.000 y los 250.000 hombres, lo que en cualquier caso sería un ejército colosal para los medios logísticos de la época.[55] [56] Sean cuales fueran las cifras exactas, sin embargo, lo que sí que parece claro es que Jerjes estaba ansioso por asegurar el éxito de la expedición, para lo cual reunió a un ejército numéricamente muy superior tanto en tierra como en mar al de sus enemigos.[56]

También existen dudas sobre si en las Termópilas se encontraba reunido la totalidad del ejército persa de invasión. No está claro si Jerjes dejó previamente guarniciones de soldados en Macedonia y Tesalia, o si avanzó con todos los soldados disponibles. La fuerza de las Termópilas probablemente estaba compuesta por la mayoría del ejército de invasión, contando con alrededor de unos 200.000 hombres.[55] La única fuente antigua que comenta este punto es Ctesias, que sugiere que 80.000 persas lucharon en las Termópilas. Sin embargo, este relato es sólo fragmentario y ofrece errores graves, como por ejemplo una afirmación según la cual la batalla de Platea habría tenido lugar antes que la batalla de Salamina.[5]

Ejército griego

De acuerdo con las cifras que aportan Heródoto[44] [57] y Diodoro Sículo,[58] el ejército aliado estaba compuesto por las siguientes fuerzas:

GrupoNúmeros - HeródotoNúmeros - Diodoro Sículo
Espartanos300300
Lacedemonios/
Periecos
900?[59]1.000
(¿incluyendo a los espartanos?)
Hilotas espartanos900?[59]-
Mantineos5003.000
(otros peloponesios enviados con Leónidas)
Tegeatas500
Arcadios de Orcómeno120
Otros arcadios1.000
Corintios400
Fliuncios200
Micenos80
Total Peloponesios3.100[44] ó 4.000[60]4.000 ó 4.300
Tespios700-
Malianos-1.000
Tebanos400400
Focidios1.0001.000
Locros"Todos los que tenían"1.000
Total5.200 (ó 6.100) más los locros7.400 (ó 7.700)
Estatua de Leónidas I.

Notas:

  • Sobre el número de peloponesios:

Diodoro Sículo sugiere la cifra de 1.000 lacedemonios y otros 3.000 peloponesios, de un total de 4.000. Heródoto concuerda con esta cifra en un párrafo, en el que hace mención a una inscripción atribuida a Simónides de Ceos, en la que se afirma que había 4.000 peloponesios.[60] Sin embargo, en otro punto del párrafo citado Heródoto reduce la cifra de peloponesios a 3.100 soldados antes de la batalla.[44] El historiador de Halicarnaso también afirma que cuando Jerjes mostró los cadáveres de los griegos al público también incluyó entre ellos los de los hilotas,[61] pero no dice cuántos había ni cuál era la labor en la que servían al ejército. Por lo tanto, una posible explicación para la diferencia entre estas dos cifras podría ser la existencia de 900 hilotas en la batalla (tres por cada espartano).[59] Si los hilotas estuvieron presentes en la batalla, no existe razón para dudar que sirviesen en su papel tradicional de escuderos de los espartanos. Otra alternativa, sin embargo, es que los 900 soldados de diferencia entre las dos cifras fueran periecos, y que se correspondieran con los 1.000 lacedemonios que menciona Diodoro Sículo.[59]

  • Sobre el número de lacedemonios:

Otra cifra en la que existe cierta confusión es el número de lacedemonios que incluye Diodoro, puesto que no queda claro si los 1.000 lacedemonios a los que hace referencia incluyen a los 300 espartanos o no. Por un lado dice que «Leónidas, cuando recibió el mandato, anunció que sólo un millar de hombres le acompañarían en la campaña».[58] Sin embargo, luego dice que «Había, por tanto, un millar de los lacedemonios, y con ellos trescientos espartiatas».[58]

El relato de Pausanias concuerda con las cifras de Heródoto (al que probablemente leyó), salvo por el hecho de que sí que ofrece el número de locros que Heródoto no llegó a estimar. Debido a que residían directamente en el lugar por el que iba a transcurrir el avance persa, los locros aportaron a todos los hombres en edad de combatir que poseían. Según Pausanias serían unos 6.000 hombres lo que, sumado a la cifra de Heródoto, daría un total de 11.200 soldados aliados.[62]

Muchos historiadores modernos, que normalmente consideran a Heródoto como el autor más creíble,[63] suman los 1.000 lacedemonios y los 900 hilotas a los 5.200 soldados de Heródoto, obteniendo una estimación de 7.100 (o alrededor de 7.000) hombres, y rechazan contabilizar los 1.000 soldados de Mélida que cita Diodoro y a los locros de Pausanias.[64] [65] Sin embargo, se trata de una sola aproximación, pudiendo haber muchas otras combinaciones probables. Además, los números cambiaron a lo largo de la batalla, esencialmente cuando la mayor parte del ejército se retiró y sólo permanecieron en el campo de batalla aproximadamente unos 3.000 hombres (300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos, probablemente 900 hilotas y 1.000 focidios, sin contar con las bajas sufridas en los días anteriores).[63]

 Consideraciones estratégicas y tácticas

Mapa de la batalla de las Termópilas.

Desde un punto de vista estratégico, la defensa de las Termópilas suponía para los aliados la mejor forma posible de emplear sus fuerzas.[66] Si lograban evitar que el ejército persa se internara dentro de Grecia, no tendrían necesidad de buscar una batalla decisiva, y podrían simplemente permanecer a la defensiva. Además, y con la defensa de dos pasos estrechos como las Termópilas y Artemisio, la inferioridad numérica de los aliados era menos problemática.[66] Por su parte, los persas se enfrentaban al problema de aprovisionamiento de un ejército tan grande, lo que significaba que no podían permanecer en un mismo lugar durante mucho tiempo.[67] Los persas, por tanto, se veían obligados a retirarse o avanzar, y avanzar implicaba atravesar las Termópilas por la fuerza.[67]

La batalla se libraría en un lugar conocido como el paso de las Termópilas, un angosto desfiladero de unos 100 m de anchura (actualmente más de un km debido a la erosión.[68] ) Tácticamente, el paso de las Termópilas era ideal para el tipo de lucha del ejército griego:[66] la estrechez del paso anulaba la diferencia numérica, y la formación de falange hoplita de los helenos podría ser capaz de bloquear el estrecho paso con facilidad y, al tener los flancos cubiertos, no se veía amenazada por la caballería enemiga. En esas circunstancias la falange supondría un enemigo muy difícil de superar para la infantería ligera persa, equipada con una panoplia mucho más ligera y por tanto menos protectora.[66] Además, las largas dory de la falange (lanzas de falange, no tan largas como las sarissas utilizadas por el ejército de Alejandro Magno) podrían ensartar a los enemigos antes incluso de que estos pudieran tocarlos, tal y como había sucedido en la confrontación de la batalla de Maratón.[3] Por consiguiente, la lucha no tenía inicialmente por qué ser suicida, dado que había posibilidades reales de aguantar la posición.

Por otro lado, el principal punto débil que ofrecía el campo de batalla elegido por los aliados era el pequeño paso montañoso que transcurría en paralelo a las Termópilas, y que permitía que el ejército fuese sobrepasado por el flanco y, por lo tanto, rodeado. Aunque probablemente este flanco no era practicable para la caballería, la infantería persa podría atravesarlo con facilidad (y más cuando buena parte de los soldados persas estaban familiarizados con la lucha en terreno montañoso).[69] Leónidas era consciente de la existencia de este paso gracias al aviso de los habitantes de Traquinia, por lo que posicionó a un destacamento de soldados focenses para que lo bloquearan.[46]

Topografía del campo de batalla

Mapa del área de las Termópilas comparando la línea de costa actual con la que existía en el año 480 a. C.[70]

En la época en la que tuvo lugar la batalla, el paso de las Termópilas consistía en un desfiladero a lo largo de la costa del golfo Maliaco tan estrecho que no podían atravesarlo dos carros al mismo tiempo.[71] Al sur el paso lindaba con unos grandes acantilados, mientras que al norte se encontraba el propio golfo Maliaco. A lo largo del paso había tres pasos más estrechos o "puertas" (pylai), y en la puerta central se erigía una muralla que había sido construida por los focidios en el siglo anterior para defenderse de las invasiones procedentes de Tesalia.[71] El lugar recibía el nombre de "Puertas Calientes" debido a los manantiales de agua caliente que se podían encontrar en ese lugar.[45]

Hoy en día el paso ya no se encuentra cerca del mar, sino varios kilómetros tierra adentro, lo cual se debe a la sedimentación que se ha ido produciendo en el golfo Maliaco. El viejo camino se encuentra al pie de las colinas que rodean la llanura, flanqueada por una carretera moderna. No obstante, se han tomado muestras de la composición del terreno que indican que en la época en la que tuvieron lugar los hechos el paso sólo tenía unos 100 metros de ancho y que el agua alcanzaba el nivel de las puertas.[72] Por otro lado, el paso ha seguido siendo utilizado como posición defensiva natural por ejércitos modernos, como por ejemplo durante la batalla de las Termópilas de 1941, en la que soldados británicos defendieron el paso frente a la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

 La batalla

 Primer día

Recreación de una falange griega basada en las fuentes de The Perseus Project.

En el quinto día a partir de la llegada de los persas a las Termópilas, Jerjes finalmente decidió lanzar un ataque sobre los aliados griegos. Primero envió a los soldados de Media y a los del Juzestán contra los aliados, con instrucciones de capturarlos y llevarlos ante él.[73] [74] Estos contingentes lanzaron un ataque frontal contra la posición griega,[73] que se había situado delante de la muralla focidia, en la parte más estrecha del paso.[75] [76] Sin embargo, se trataba de tropas de infantería ligera, numerosas pero en franca desventaja de armamento y armadura frente a los hoplitas griegos. Al parecer iban armados con escudos de mimbre, espadas cortas y lanzas arrojadizas, poco efectivas contra la muralla de escudos y lanzas largas de los espartanos. La táctica normal del Imperio aqueménida era lanzar una primera oleada que abrumara al enemigo por su número y, si no funcionaba, lanzar a los Inmortales; esta táctica era efectiva en las batallas en Medio y Lejano Oriente, pero no funcionaba igual de bien contra los griegos, cuyas tácticas, técnicas y armamento eran muy diferentes.[77]

Los detalles sobre las tácticas empleadas son escasos: Diodoro comenta que "los hombres se mantuvieron hombro con hombro" y que los griegos fueron "superiores en valor y en el gran tamaño de sus escudos",[78] lo cual probablemente describe el funcionamiento de la falange griega estándar, en la que los hombres formaban una muralla de escudos y de puntas de lanza y que habría sido altamente efectiva si era capaz de cubrir toda la anchura del paso.[79] Los escudos más débiles y las lanzas más cortas de los persas les impidieron enfrentarse cuerpo a cuerpo y en igualdad de condiciones con los hoplitas griegos.[78] [80] Heródoto afirma también que las unidades de cada ciudad se mantuvieron juntas, y que rotaban hacia el frente de batalla y hacia la retaguardia buscando con ello prevenir la fatiga, lo cual implica que los griegos contaban con más hombres de los que eran estrictamente necesarios para bloquear el paso.[81] Según Heródoto, los griegos mataron a tantos persas que se dice que Jerjes se levantó del asiento desde el que observaba la batalla hasta en tres ocasiones.[82] Según Ctesias, la primera oleada fue hecha pedazos con tan sólo dos o tres bajas entre los espartanos.[5]

Según Heródoto y Diodoro, el rey persa, tras haber tomado la medida del enemigo, envió a sus mejores tropas en un segundo asalto ese mismo día: los Inmortales, un cuerpo de soldados de élite formado por 10.000 hombres.[78] [80] Sin embargo, los Inmortales no lograron más de lo que habían hecho los soldados enviados con anterioridad, fracasando en abrir una brecha en las líneas de los aliados.[80] Los espartanos parece que emplearon una táctica de fingir una retirada para después darse la vuelta y matar a los desorganizados soldados persas que corrían en su persecución.[80]

Segundo día

Representación de soldados persas, probablemente del cuerpo de los Inmortales.

En el segundo día, Jerjes envió de nuevo a su infantería para atacar el paso, "suponiendo que sus enemigos, siendo tan pocos, estaban ya incapacitados por las heridas recibidas y no podrían resistir más."[82] Sin embargo, los persas no lograron ningún progreso[82] y el rey persa finalmente detuvo el asalto y se retiró a su campamento, totalmente perplejo.[5]

A finales del segundo día de batalla, y mientras el rey persa estaba valorando qué hacer, recibió la visita de un traidor griego de Tesalia llamado Efialtes que le informó de la existencia del paso montañoso que rodeaba las Termópilas, ofreciéndose a guiarles.[83] Efialtes actuó motivado por el deseo de una recompensa.[83] El nombre Efialtes, tras los hechos relatados, quedó estigmatizado durante muchos años. El nombre se tradujo por "pesadilla", y se convirtió en el arquetipo de "traidor" en Grecia (al igual que Judas para los cristianos).[84]

Heródoto comenta que Jerjes envió a su comandante Hidarnes esa misma noche junto con los hombres bajo su mando, los Inmortales, para que rodeasen a los aliados a través del paso, partiendo de noche. Sin embargo, no dice nada más sobre los hombres que comandaba.[85] Los Inmortales habían sufrido duras bajas durante el primer día de batalla, por lo que es posible que Hidarnes recibiera el mando sobre una fuerza incrementada, en la que estuvieran los Inmortales supervivientes y otros soldados. Según Diodoro, Hidarnes contó con una fuerza de 20.000 hombres para esta misión.[86] [87] El paso dirigía desde el este del campamento persa a lo largo de la colina del Monte Anopea por detrás de los acantilados que flanqueaban el paso y tenía una ramificación que dirigía a Fócida, y otra que bajaba hasta el golfo Maliaco en Alpeno, la primera ciudad de Lócrida.[88]

Diodoro añade que Tirrastíadas, un hombre de Cime, escapó de noche del campamento persa y reveló a Leónidas la trama del traquinio.[86] Dicho personaje no es mencionado por Heródoto, para quien los griegos fueron advertidos de la maniobra envolvente de los persas por desertores y por sus propios vigías.

Relata Diodoro que los soldados griegos se lanzaron a un ataque nocturno sobre el campamento persa, en el causaron una matanza y que Jerjes habría encontrado la muerte de haber estado en su tienda.[89] Heródoto no menciona ese episodio. La fuente de Diodoro tal vez fue Éforo de Cime.

Tercer día

El desfiladero de las Termópilas, pequeño paso que limitaba en un extremo con el Golfo Maliaco y en otro con los montes Eta y Calidromo. Comunicaba Lócrida con Tesalia.

Al amanecer del tercer día, los focidios que guardaban el paso sobre las Termópilas se dieron cuenta de la llegada de la columna persa por el crujido de sus pisadas sobre las hojas de los robles. Heródoto dice que se incorporaron de un salto y ciñeron sus armas.[90] Los persas quedaron sorprendidos al verles correr rápidamente para armarse, pues no esperaban encontrarse con ningún ejército en ese lugar.[91] Hidarnes temió que se tratase de los espartanos, pero fue informado por Efialtes de que no lo eran.[90] Los focidios se retiraron a una colina próxima para preparar su defensa asumiendo que los persas habían venido a atacarles,[90] pero los persas, que no querían retrasarse, les acosaron con flechas mientras continuaban su camino, buscando su principal objetivo de rodear al ejército aliado.[90]

Cuando un mensajero comunicó a Leónidas que los focidios no habían podido defender el paso, convocó un consejo de guerra al amanecer.[92] Algunos aliados defendieron la retirada, pero el monarca espartano decidió permanecer en el paso con sus guerreros.[92] Muchos de los contingentes aliados eligieron en ese momento retirarse o fueron ordenados a hacerlo por Leónidas (Heródoto admite que existen dudas sobre lo que realmente ocurrió).[92] [93] El contingente de 700 soldados de Tespias, liderados por Demófilo, se negó a retirarse con los demás griegos, y se quedaron para luchar.[94] También permanecieron los 400 tebanos, así como probablemente los hilotas que acompañaban a los espartanos.[91]

Las acciones de Leónidas han sido objeto de muchas discusiones. Una afirmación habitual es la que indica que los espartanos estaban obedeciendo las leyes de Esparta al no retirarse, pero parece que fue precisamente la no retirada en las Termópilas lo que hizo nacer la creencia de que los espartanos no se retiraban nunca.[95] También es posible (y era la creencia de Heródoto) que, recordando las palabras del Oráculo de Delfos, Leónidas estuviese decidido a sacrificar su vida para salvar a Esparta. La respuesta que recibieron de labios de la Pitia fue que Lacedemón sería devastada por los bárbaros o que su rey moriría.

Mirad, habitantes de la extensa Esparta,


o bien vuestra poderosa y eximia ciudad es arrasada por los descendientes de Perseo, o no lo es;
pero, en ese caso, la tierra de Lacedemón llorará la muerte de un rey de la estirpe de Heracles.
Pues al invasor no lo detendrá la fuerza de los toros o de los leones, ya que posee la fuerza de Zeus.


Proclamo, en fin, que no se detendrá hasta haber devorado a una u otro hasta los huesos.[96]

Sin embargo, dado que la profecía no hacía mención específica a Leónidas, parece una débil razón como para justificar que cerca de 1.500 hombres luchasen también hasta la muerte.[95]

Cita de Leónidas I en la batalla- Μολὼν λαβέ! (molon labe!)-Venid y conseguidlo!.

La teoría que quizá ofrece más credibilidad es aquella que afirma que Leónidas eligió formar una retaguardia con el fin de proteger la retirada del resto de contingentes aliados.[95] [97] Si todas las tropas se hubiesen retirado al mismo tiempo, los persas habrían podido atravesar el paso de las Termópilas rápidamente con su caballería para luego dar caza a los soldados en retirada. Por otro lado, si todos hubieran permanecido en el paso habrían sido rodeados y eventualmente habrían muerto todos.[91] Con la decisión de una retirada parcial, Leónidas podría salvar a más de 3.000 hombres, que podrían continuar la lucha más adelante.[97]

También ha sido objeto de discusión la decisión de los tebanos. Heródoto sugiere que fueron llevados a la batalla en calidad de rehenes para asegurar el buen comportamiento de Tebas en la guerra.[43] Sin embargo, y como ya Plutarco apuntó, eso no explicaría por qué no se les envió de vuelta con el resto de los aliados.[95] Lo más probable es que se tratase de tebanos leales que, contrariamente a la mayoría de tebanos, se opusiesen a la dominación persa.[95] Es probable que, por ello, acudieran a las Termópilas por su propia voluntad y permanecieron hasta el final porque no podían volver a Tebas si los persas conquistaban Beocia.[91]

Los tespios, por su parte, que no estaban dispuestos a someterse a Jerjes, se enfrentaban a la destrucción de su ciudad si los persas tomaban Beocia,[95] aunque este hecho por sí solo tampoco explica que permanecieran ahí, teniendo en cuenta que Tespias había sido evacuada con éxito antes de que los persas llegaran.[95] Parece que los tespios se ofrecieron voluntarios como un simple acto de sacrificio, lo cual es todavía más asombroso si se tiene en cuenta que su contingente representaba todos los soldados hoplitas que su ciudad podía reunir.[98] Esto parece un rasgo de los tespios: en al menos otras dos ocasiones en la historia un ejército tespio se sacrificaría en una lucha a muerte.[95]

Al amanecer Jerjes realizó una libación religiosa, esperó para dar a los Inmortales tiempo suficiente para finalizar el descenso por la montaña, y luego comenzó su avance.[76] Los aliados en esta ocasión avanzaron más allá de la muralla para hacer frente a los persas en la zona más ancha del paso, intentando con ello incrementar las bajas que pudieran infligir al ejército persa.[76] Lucharon con sus lanzas hasta que todas ellas estuvieron rotas por el uso y luego utilizaron sus xifos (espadas cortas).[99] Heródoto cuenta que en la lucha cayeron dos hermanos de Jerjes: Abrocomes e Hiperantes.[99] Leónidas también murió en la lucha y los dos bandos pelearon por hacerse con su cuerpo, consiguiéndolo finalmente los griegos.[99] A medida que se aproximaban los Inmortales, los aliados se retiraron y se hicieron fuertes en una colina tras la muralla.[100] Los tebanos, "se alejaron de sus compañeros y, con las manos levantadas, avanzaron hacia los bárbaros" (según la traducción de Rawlinson), pero todavía mataron a algunos antes de aceptar su rendición.[100] El rey persa más tarde haría que los prisioneros tebanos recibieran la marca real.[101] Del resto de defensores, Heródoto dice:

"Aquí se mantuvieron hasta el final, aquellos que todavía tenían espadas usándolas, y los otros resistiendo con sus manos y sus dientes."
Heródoto[100]

Derribando parte del muro, Jerjes ordenó rodear la colina y los persas hicieron llover flechas sobre los defensores hasta que todos los griegos estuvieron muertos.[100] En 1939, el arqueólogo Spyridon Marinatos descubrió excavando en las Termópilas un gran número de puntas de flecha de bronce de estilo persa en la colina Kolonos, lo que hizo que se modificaran las teorías acerca de la colina en la que habían muerto los aliados, puesto que antes de la excavación se creía que se trataba de otra más pequeña y cercana a la muralla.[102]

Finalmente, el paso de las Termópilas quedó abierto para el ejército persa. Según Heródoto, la batalla supuso un coste para los persas de 20.000 bajas.[103] Las fuerzas aliadas que quedaron en la retaguardia fueron aniquiladas, con una probable pérdida en vidas de unos 2.000 hombres, incluyendo a aquellos que murieron durante los dos primeros días de batalla.[104] Heródoto dice en un momento de su relato que murieron 4.000 aliados, pero asumiendo que los focidios que guardaban el paso montañoso no murieron en la batalla (como Heródoto insinúa), esto supondría la casi totalidad de soldados aliados presentes (según las propias estimaciones de Heródoto), por lo que ese número es probablemente demasiado alto.[105]

 Eventos posteriores

 
Paso de las Termópilas. Se cree que la línea de la costa en tiempos de la batalla se encontraba donde ahora pasa la carretera, o incluso más cerca de las montañas.

Cuando los persas se hicieron con el cuerpo de Leónidas, Jerjes, furioso, ordenó que se cortase la cabeza al cadáver y que su cuerpo fuese crucificado. Heródoto hace la observación de que este trato era muy poco común entre los persas, que tenían el hábito de tratar con gran honor a los soldados valientes.[100] [106] Por otro lado, Jerjes también era conocido por sus momentos de cólera, como el caso en el que ordenó que se dieran latigazos sobre el Helesponto por no obedecerle.[107] Tras la partida de los persas, los aliados recuperaron los cadáveres de sus soldados y los enterraron en la colina. Además, cuando finalizó la invasión persa, se erigió una estatua en forma de león en las Termópilas, para conmemorar a Leónidas.[108] Cuarenta años después de la batalla los huesos de Leónidas fueron llevados de vuelta a Esparta, en donde fue enterrado de nuevo con todos los honores. Se celebraron juegos funerarios anuales en su memoria.[109]

Con las Termópilas abiertas al paso del ejército persa, resultó ya innecesario continuar el bloqueo de Artemisio. Por lo tanto, finalizó la batalla naval que transcurría ahí de forma simultánea y que se había quedado en tablas, y la flota aliada pudo retirarse en orden hasta el golfo Sarónico, en donde ayudaron a transportar a la población ateniense que quedaba hasta la isla de Salamina.[97]

Tras atravesar las Termópilas, el ejército persa prosiguió su avance, saqueando e incendiando Platea y Tespias, ciudades de Beocia que no se habían sometido a los persas, para luego marchar sobre la ciudad de Atenas, que ya había sido evacuada por aquel entonces.[110] Mientras tanto, los aliados, en su mayoría del Peloponeso, prepararon la defensa del istmo de Corinto, demoliendo la única carretera que lo atravesaba y construyendo una muralla que lo cruzaba.[111] Como en el caso de las Termópilas, para que esta estrategia fuese efectiva se requería que la armada aliada bloquease simultáneamente a la flota persa, impidiéndole el paso a través del golfo Sarónico, para evitar que las tropas persas simplemente desembarcaran pasado el istmo, en el Peloponeso.[112] Sin embargo, en lugar de un mero bloqueo, Temístocles persuadió a los aliados para que buscaran una victoria decisiva contra la flota persa. Engañaron a los persas para que llevasen su armada hacia los estrechos de Salamina, en donde los aliados consiguieron destruir gran parte de sus naves en la batalla de Salamina, que acabó con la amenaza sobre el Peloponeso.[113]

Jerjes, temiendo que los griegos atacasen los puentes del Helesponto y que pudieran dejar atrapado a su ejército en Europa, se retiró con gran parte del mismo de vuelta a Asia.[114] Dejó un ejército más reducido de fuerzas escogidas al mando de Mardonio, para que completaran la conquista a lo largo del año siguiente.[115] Sin embargo, presionados por los atenienses, los aliados peloponesios finalmente aceptaron intentar atraer a Mardonio a una batalla, por lo que marcharon sobre el Ática.[116] Mardonio se retiró a Beocia para llevar a los griegos a terreno abierto y los dos bandos se acabaron enfrentando cerca de la ciudad de Platea.[116] Ahí tuvo lugar la batalla de Platea, en la que los griegos obtuvieron una victoria decisiva, destruyendo gran parte del ejército persa y finalizando la invasión de Grecia.[116] Mientras tanto, en la casi simultánea batalla naval de Mícala, los griegos destruyeron también lo que quedaba de la flota persa, reduciendo con ello la amenaza de futuras invasiones.[117]

No obstante, durante el transcurso de la invasión los ejércitos de Jerjes causaron serios daños a las ciudades griegas y muchas de ellas fueron quemadas y arrasadas, como le sucedió a la propia Atenas, que fue pasto de las llamas, incluyendo los principales templos de su Acrópolis.

Significatividad histórica

La batalla de las Termópilas es una de las batallas más famosas de la antigüedad, referida repetidamente tanto en la cultura antigua, como en la reciente y contemporánea. En Occidente, al menos, son los griegos lo que reciben las alabanzas por su actitud en la batalla.[118] Sin embargo, y dentro del contexto de la invasión persa, las Termópilas fue sin ningún género de dudas una grave derrota para los aliados, que supuso unas desastrosas consecuencias para los griegos.[119]

Cualquiera que hubiese sido el objetivo de los aliados, es presumible que su estrategia no fuese la rendición de toda Beocia y Ática a los persas.[66] Por ello, probablemente no se puedan sostener las lecturas de la batalla de las Termópilas en las que se considera un intento exitoso de retrasar la acción persa, dando tiempo suficiente a los aliados para prepararse para la batalla de Salamina,[120] [121] ni aquellas que sugieren que las bajas persas fueron tantas que supuso un gran golpe moral para ellos (sugiriendo que los persas obtuvieron una victoria pírrica).[66]

La teoría según la cual la batalla de las Termópilas dio tiempo suficiente a los aliados para prepararse para Salamina ignora el hecho de que la armada aliada se encontraba al mismo tiempo luchando y sufriendo bajas en la batalla de Artemisio. Es más, comparado con el tiempo probable que transcurrió entre las Termópilas y Salamina, el tiempo durante el cual los aliados fueron capaces de mantener la posición en las Termópilas frente a los persas no es particularmente significativo.[122] Parece claro que la estrategia aliada era mantener bloqueados a los persas en las Termópilas y en Artemisio y que, al fallar en su objetivo, sufrieron una dura derrota.[66] La posición griega en las Termópilas, a pesar de encontrarse en una gran inferioridad numérica, era casi inexpugnable.[97] Si hubiesen sido capaces de mantener la posición durante más tiempo, es posible que los persas hubiesen tenido que retirarse por falta de agua y comida.[67] Por ello, y a pesar de las bajas, forzar el paso por las Termópilas fue una clara victoria persa, tanto desde el punto de vista táctico como estratégico.[97] La retirada con éxito de la mayor parte de las tropas griegas, pese a ser una inyección de moral, no fue de ningún modo una victoria, aunque redujo un poco la magnitud de la derrota.[97]

La fama de las Termópilas deriva por lo tanto no de su efecto en el resultado final de la guerra, sino en el ejemplo inspirador que supuso.[122] [123] La batalla es famosa por causa del heroísmo de los soldados que se quedaron en la retaguardia pese a saber que su posición estaba perdida y que se enfrentaban a una muerte segura.[118] Desde entonces, los eventos que tuvieron lugar en las Termópilas han sido objeto de alabanzas desde multitud de fuentes.[124] Una segunda razón que sirvió como un ejemplo histórico de un grupo de hombres libres luchando por su país y su libertad:

"Por ello, casi inmediatamente, los griegos contemporáneos vieron las Termópilas como una lección moral y cultural crítica. En términos universales, un pequeño grupo de hombres libres habían luchado contra un inmenso número de enemigos imperiales que luchaban bajo el látigo. Más especialmente, la idea occidental de que los soldados decidían dónde, cómo y contra quién luchaban contrastaba con la noción oriental del despotismo y la monarquía - probándose la libertad como la idea más fuerte ante la mayor valentía mostrada por los griegos en las Termópilas, atestiguada por las posteriores victorias en Salamina y Platea."

Si bien este paradigma del "hombre libre" contra los "esclavos" podría verse como una generalización demasiado burda, es sin embargo cierto que muchos comentaristas han usado las Termópilas para ilustrar este punto.

Desde el punto de vista militar, aunque la batalla no fue demasiado significativa en el contexto de la invasión persa, sí que tiene alguna significatividad especial, basándose en lo acontecido durante los dos primeros días de lucha. En efecto, la capacidad de los defensores se usa como ejemplo de las ventajas que aporta el entrenamiento, el equipamiento y el buen uso del terreno como multiplicadores de la fuerza militar de un ejército.[

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Publicado: 07/10/2011 19:45 por Miguel Anchel Sanz en LOGOTIPOS
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REP. CHECA

Partido Nº 596

  

ESPAÑA

 

 0-2

 

Clasificacion eurocopa

7-Octubre-2011

Praga

Estadio: Generali Arena

 

 6’ 0-1 Gol Mata
 23’ 0-2 Gol Xabi Alonso

 

República Checa0
2España
  1Cech
  2Kusnír
  5Hubník
  6Sivok
  11Pudil
  10Rosický
  17Hübschman
  3Kadlec
  15Baros
  18Lafata
  19Kozák
  1Iker Casillas
  2Albiol
  3Piqué
  15Sergio Ramos
  17Arbeloa
  8Xavi
  13Mata
  14Xabi Alonso
  16Busquets
  21Silva
  9Fernando Torres
CAMBIOS
63’Baros por Rajnoch
77’Lafata por Vaclík
46’Sergio Ramos por Puyol
61’Fernando Torres por David Villa
70’Xabi Alonso por Javi Martínez
ENTRENADORES
Michal Bilek
Vicente del Bosque
GOLES
 6’ Gol Mata
 23’ Gol Xabi Alonso
TARJETAS
70’ Hübschman Tarj. R
OTROS DATOS DE INTERÉS
Clas. Polonia y Ucrania 2012Estadio: Generali Arena (Praga )
07/10/2011 20:45
Arbitro: Paolo Tagliavento (ITA)Cuarto Arbitro: Paolo Silvio Mazzoleni
Jueces de Línea:Cristiano Copelli , Nicola Nicoletti
Telecinco

 

Estadísticas de los partidos

República Checa


España

0

Goles marcados

2

0

Disparos a puerta

5

2

Tiros fuera

5

1

Córners

6

4

Faltas cometidas

6

0

Tarjetas amarillas

0

1

Tarjetas rojas

0

 

España ya gana en Praga

Viernes, 7 de octubre de 2011

República Checa - España 0-2
’La ’Roja’ logró su primera victoria en suelo checo, y suma por triunfos sus partidos. Mata y Xabi Alonso marcan.

España sigue batiendo récords. Y es que por vez primera en su historia ha ganado como visitante a la República Checa tras vencer por 0-2 en el Stadion Letná de Praga en su penúltimo partido de clasificación dentro del Grupo I para la fase final de la UEFA EURO 2012.

Vicente del Bosque apostó en la delantera por el héroe de Viena ante Alemania en la UEFA EURO 2008, Fernando Torres, mientras que Carles Puyol inició el duelo en el banquillo por lo que Raúl Albiol fue la pareja de Gerard Piqué en el centro de la defensa española. Por su parte, Jordi Alba, que podría haber debutado, se quedó en la grada. En el otro bando, en el checo, Michal Bílek alineó en su once titular a Tomáš Rosický y a Milan Baroš como referentes del juego ofensivo.

A pesar de que España tenía todo dicho en el Grupo I y la República Checa se jugaba la vida, fue la vigente campeona de Europa y del Mundo la que se hizo con el dominio del balón mientras que los checos corrían detrás de la pelota. Así, en el minuto siete La Roja se adelantó en el marcador. Un gran pase en profundidad de Xabi Alonso a Juan Mata sirvió para que el delantero del Chelsea FC batiera por bajo a su compañero de equipo Petr Čech.

Con 0-1 en el marcador, el monólogo de España se hizo más patente ante una selección local que se veía resignada a un cruel destino en este encuentro. Y es que en ecuador del primer acto, llegó el segundo tanto visitante cuando David Silva se fue por la banda derecha y centró al área donde apareció la figura de Xabi Alonso para sentenciar con un tiro raso y ajustado al palo derecho de la portería de Čech.

Tras esta rápida ventaja en el luminoso, la selección nacional siguió controlando el tiempo de partido aunque su ritmo bajó mientras que la República Checa buscó con poca fe un tanto antes del descanso. Con el comienzo del segundo acto, el guión no cambió y España continuó teniendo el balón en su poder mientras que los checos no daban ninguna señal de vida en el ataque.

Y si el duelo ya estaba visto para sentencia desde la primera parte, éste terminó para la República Checa en el minuto 67 cuando Tomáš Hübschman fue expulsado con tarjeta roja tras una dura entrada sobre Xabi Alonso, que tras esta acción fue cambiado por Javi Martínez.

El centrocampista del Athletic tuvo dos oportunidades para marcar. Primero tras un buen pase de David Villa, que dejó sólo a Javi Martínez pero se encontró con la rápida intervención de Čech en el minuto 77. Y segundo con un lanzamiento desde fuera del área que se estrelló en el larguero tras dar en un defensa rival tres minutos después.

Sin embargo, el marcador no se volvió a mover y España sigue con su objetivo de lograr el pleno de puntos en el Grupo I. Por su parte, la República Checa puede perder el sábado la segunda plaza en detrimento de Escocia, que el sábado se mide a Liechtenstein. No obstante, el martes la selección nacional le puede echar una mano a los checos. Y es que La Roja, si gana a Escocia en Alicante, podría permitir que la República Checa pueda jugar finalmente los play-off de clasificación.

 

 

PRECEDENTES

 

Fecha y Lugar

Partido

Resultado

TC

25/03/2011 Granada

España - República Checa

2 - 1

CE

08/06/1997 Valladolid

España - República Checa

1 - 0

CM

09/10/1996 Praga

República Checa - España

0 - 0

CM

 

Jugados

Ganados

Empatados

Perdidos

G.F.

G.C.

3

2

1

0

3

1

20111012164842-espana-escocia.jpg

 

 

  

ESPAÑA

Partido Nº 597

 

ESCOCIA

3-1

6’ 

1-0 Gol Silva

 44’ 

2-0 Gol Silva

 54’ 

3-0 Gol David Villa

 

Clasificacion eurocopa

11-Octubre-2011

Alicante

Estadio: Jose Rico Perez

 66’ 

3-1 Gol penalty Jamie Mackie

 

 

 

España

3

 

1

Escocia

  12

Víctor Valdés

  3

Piqué

  5

Puyol

  6

Jordi Alba

  15

Sergio Ramos

  8

Xavi

  16

Busquets

  20

Cazorla

  21

Silva

  7

David Villa

  18

Pedro

 

  1

Allan McGregor

  2

Phil Bardsley

  3

Steven Whittaker

  4

Stephen McManus

  5

David Weir

  6

Lee McCulloch

  7

Shaun Maloney

  8

James Morrison

  9

Kenny Miller

  10

Steven Naismith

  11

Graham Dorranz

 

CAMBIOS

46’

Puyol por Arbeloa

55’

Silva por Thiago

64’

Xavi por Llorente

 

63’

Steven Naismith por Jamie Mackie

64’

Lee McCulloch por Darren Fletcher

85’

Shaun Maloney por Charlie Adam

 

ENTRENADORES

Vicente del Bosque

 

Craig Levein

 

GOLES

 6’ 

1-0 Gol Silva

 44’ 

2-0 Gol Silva

 54’ 

3-0 Gol David Villa

 

 66’ 

3-1 Gol penalty Jamie Mackie

 

TARJETAS

37’ 

Sergio Ramos Tarj. A

 

71’ 

Shaun Maloney Tarj. A

74’ 

Jamie Mackie Tarj. A

80’ 

James Morrison Tarj. A

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

Clas. Polonia y Ucrania 2012

Estadio: José Rico Pérez (Alicante )

11/10/2011 20:45

Arbitro: Stefan Johannesson (SWE)

Cuarto Arbitro: Magnus Sjoblom

Jueces de Línea:Daniel Stalhammar , Stefan Wittberg

 

 

Estadísticas de los partidos

España


Escocia

3

Goles marcados

1

9

Disparos a puerta

3

5

Tiros fuera

3

9

Córners

5

7

Faltas cometidas

9

1

Tarjetas amarillas

3

0

Tarjetas rojas

0

 

 

Silva fue Messi

El canario lidera el triunfo de una gran selección española, muy superior a Escocia

Alicante - 11/10/2011

La historia dice que los escoceses fueron los primeros que entendieron que el fútbol era un juego de combinación. Cien años después, el Barcelona sublimó la idea y España se apuntó a la fiesta. Ayer, siete jugadores del equipo de Pep Guardiola, todos campeones del mundo, formaron de entrada en el regreso de la selección española a Alicante, tierra que no pisaba desde 1985, cuando todo eran sueños que terminaban siempre rotos. Escocia tenía que ganar anoche para asegurarse su presencia en la Eurocopa y a España le iba un récord. Así que había partido. Duró cinco minutos, los que tardó Silva en abrir el marcador.

El canario, auténtico protagonista de la jornada, firmó también el segundo y dio el tercero a Villa ?su 50º tanto con España? antes de retirarse en el minuto 55. Espectacular el delantero del Manchester City, que antes de esta convocatoria había reclamado mayor protagonismo. Lo tuvo y... para bien.

Vicente del Bosque cambio a seis jugadores respecto al once que formó el viernes en Praga, pero el nivel de su plantilla es tan alto que ni se nota. El límite entre titulares y suplentes es absolutamente empírico en el grupo del marqués, que hizo debutar a Valdés en un partido oficial y también a Alba, como lateral izquierdo, con el 6 de Iniesta a la espalda. España recuperó a Piqué y Puyol como pareja de centrales, algo que no se daba desde el partido amistoso en Lisboa contra Portugal hace un año, y ubicó a Ramos, de inicio, como lateral derecho.

En ausencia de Alonso, en la grada, Busquets se quedó solo en el centro y, como es norma, mandó Xavi, con Cazorla a su vera y Silva, Pedro y Villa en punta. Más allá de la presencia de siete jugadores del Barça, el dibujo recordó como nunca al que viene usando Guardiola. Jugó España con Silva como falso nueve, revoloteando a su criterio por todo el frente de ataque, como si de Messi se tratara. El delantero del City, superlativo, entendió su papel, oportuno al juntarse y listo al abrir espacios. Tan pronto se acercó a Xavi como se fue a la banda para dejar a los centrales escoceses sin ninguna referencia en el marcaje.

Silva marcó dos goles, generó muchas líneas de pase y siempre que tocó el balón dejó la sensación de que algo grande iba a ocurrir. Le faltan argumentos para quejarse de los minutos que le da Del Bosque y le sobra fútbol para merecerse el sitio en este equipo irrepetible. Y, como el salmantino no tiene un pelo de tonto ni en el mostacho, viene siendo habitual en las alineaciones titulares desde que terminó el Mundial. Así que juega mucho y bien.

Tiene tanto y bueno para escoger el seleccionador que, puestos a buscar un problema, hay que mirar a los laterales. Si Puyol y Piqué están sanos, el sitio en la derecha es para Ramos, no hay duda, pero baila la otra banda. Ayer jugó Alba con mucho campo por delante y poca exigencia ofensiva. Lo hizo con mucho desparpajo. En el segundo tiempo, cuando Del Bosque dosificó a Puyol, apareció Arbeloa, su comodín, para jugar en la derecha y Ramos pasó al centro.

Ordenada, España llenó el campo a lo ancho pese a la movilidad de los futbolistas que se juntaron de Busquets en adelante. Xavi, para variar, marcó los tiempos del partido como y cuando quiso y lo durmió o lo activó según le vino en gana. A los escoceses se les acumuló la faena persiguiendo sombras y nunca se metieron en la faena. Con el balón cosido al pie, España trenzó camino de la portería de McGregor, que falló en el primer gol, pero metió más de una buena mano durante el resto del juego, y no hubo escocés capaz de impedirlo, ni siquiera cuando se fue Xavi y asumió galones Thiago y, con Llorente en el campo, fue más vertical. Fueron momentos de incertidumbre, de cierto desconcierto en el bando español, como si con la sustitución de Xavi se hubiera perdido el hilo del encuentro. Al equipo le costó asociarse, llegar y rematar y, en cambio, perdió la pelota de forma reiterada.

Un penalti cometido por una salida comprometida de Valdés ante Mackail-Smith tras un córner mal defendido permitió a Goodwillie marcar el tanto del honor y maquillar mínimamente el resultado de un partido que dejó otro récord para la historia: 14 victorias consecutivas en citas oficiales. Y al mejor Silva. Y muchas otras huellas brillantes.

Villa, en el ’top-ten’

Villa recibió un pase de Silva al borde del área chica y, de primeras, envió el balón a la red con un golpeo seco y cruzado. Fue su diana número 50 con la camiseta de la selección española, un tanto que le convierte en el décimo mejor goleador de la historia del fútbol de los equipos nacionales.

Si bien es cierto que en épocas pasadas las selecciones disputaban menos partidos, no lo es menos que la eficiencia del delantero barcelonista es sensacional. Acumula 80 encuentros con la casaca roja y su media de goles por partido es de 0,6. Superado el inglés Bobby Charlton (49) y alcanzado el marfileño Drogba (50), ahora tiene por delante al francés Henry, que ya no es internacional, y al irlandés Keane, ambos con 51. El camerunés Eto’o (53) y el argentino ya retirado Batistuta (56) amplían la lista. El alemán Klose (62) es cuarto.

El podio, sin embargo, le queda lejos. El tercero es el también alemán Müller, que firmó 68 tantos en 62 partidos. El segundo, el brasileño Pelé con 77 en 92. Y el primero, el húngaro Puskas con 84 en 85.

ESPAÑA, 3 - ESCOCIA, 1

España: Valdés; Ramos, Piqué, Puyol (Arbeloa, m. 46), Jordi Alba; Xavi (Fernando Llorente, m. 65), Busquets, Cazorla; Pedro, Villa y Silva (Thiago, m. 56). No utilizados: Casillas; Mata, Javi Martínez y Torres.

Escocia: McGregor; Hutton, Caldwell, Berra, Bardsley; Bannan (Goodwillie, m. 64), Fletcher (Cowie, m. 84), Adam (Forrest, m. 64), Morrison, Naismith; y Mackail-Smith. No utilizados: Robson; McManus, Whittaker y Marshall.

Goles: 1-0. M. 6. Silva. 2-0. M. 43. Silva. 3-0. M. 53. Villa. 3-1. M. 65. Goodwillie, de penalty.

Árbitro:Stefan Johannesson (Suecia). Mostró la tarjeta amarilla de amonestación a Ramos, Fletcher, Goodwillie y Morrison.

Último partido de clasificación para la Eurocopa de 2012. 29.000 espectadores en el estadio Rico Pérez, de Alicante.

 

 

PRECEDENTES

 

Fecha y Lugar

Partido

Resultado

TC

12/10/2010 Glasgow

Escocia - España

2 - 3

CE

03/09/2004 Valencia

España - Escocia

1 - 1

A

27/04/1988 Madrid

España - Escocia

0 - 0

A

27/02/1985 Sevilla

España - Escocia

1 - 0

CM

14/11/1984 Glasgow

Escocia - España

3 - 1

CM

24/02/1982 Valencia

España - Escocia

3 - 0

A

05/02/1975 Valencia

España - Escocia

1 - 1

CE

20/11/1974 Glasgow

Escocia - España

1 - 2

CE

08/05/1965 Glasgow

Escocia - España

0 - 0

A

13/06/1963 Madrid

España - Escocia

2 - 6

A

16/05/1957 Madrid

España - Escocia

4 - 1

CM

08/05/1957 Glasgow

Escocia - España

4 - 2

CM

 

Jugados

Ganados

Empatados

Perdidos

G.F.

G.C.

12

5

4

3

20

19

 

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Fase de clasificación EURO 2012

Sorteo de los play-offs
Turquía - Croacia
Estonia - República de Irlanda
República Checa - Montenegro
Bosnia y Herzegovina - Portugal

Partidos de ida: 11/12 de noviembre
Partidos de vuelta: 15 de noviembre

Ya clasificados
Co-anfitriones
:Polonia y Ucrania
Ganadores de grupo: España (vigente campeón), Alemania, Rusia, Italia, Francia, Holanda, Grecia, Inglaterra, y Dinamarca
Mejor segundo clasificado de grupo: Suecia
Sorteo de la fase final: 2 de diciembre en Kiev, 18:00 HEC (20:00 hora local)
Fase final del torneo:
8 de junio - 1 de julio

Grupo A


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Alemania Alemania1010003472730
2Turquía Turquía105231311217
3Bélgica Bélgica104332115615
4Austria Austria103341617-112
5Azerbaiyán Azerbaiyán102171026-167
6Kazajstán Kazajstán10118624-184

Grupo B


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Rusia Rusia107211741323
2República de Irlanda República de Irlanda10631157821
3Armenia Armenia1052322101217
4Eslovaquia Eslovaquia10433710-315
5ARYM ARYM10226814-68
6Andorra Andorra100010125-240

Grupo C


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Italia Italia108202021826
2Estonia Estonia105141514116
3Serbia Serbia104331312115
4Eslovenia Eslovenia10424117414
5Irlanda del Norte Irlanda del Norte10235913-49
6Islas Feroe Islas Feroe10118626-204

Grupo D


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Francia Francia106311541121
2Bosnia-Herzegovina Bosnia y Herzegovina10622178920
3Rumanía Rumanía10352139414
4Bielorrusia Bielorrusia1034387113
5Albania Albania10235714-79
6Luxemburgo Luxemburgo10118321-184

Grupo E


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Holanda Holanda109013782927
2Suecia Suecia1080231112024
3Hungría Hungría106132214819
4Finlandia Finlandia103161616010
5Moldavia Moldavia103071216-49
6San Marino San Marino100010053-530

Grupo F


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Grecia Grecia10730145924
2Croacia Croacia107121871122
3Israel Israel105141311216
4Letonia Letonia10325912-311
5Georgia Georgia1024479-210
6Malta Malta10019421-171

Grupo G


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Inglaterra Inglaterra85301751218
2Montenegro Montenegro833277012
3Suiza Suiza83231210211
4Gales Gales8305610-49
5Bulgaria Bulgaria8125313-105

Grupo H


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1Dinamarca Dinamarca8611156919
2Portugal Portugal85122112916
3Noruega Noruega8512107316
4Islandia Islandia8116614-84
5Chipre Chipre8026720-132

Grupo I


SeleccionesJGEPGFGCDGpts
1España España88002662024
2República Checa República Checa8413128413
3Escocia Escocia8323910-111
4Lituania Lituania8125413-95
5Liechtenstein Liechtenstein8116317-144
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CXIX Copa del Rey

3ª Ronda

La tercera ronda del torneo la disputaran los 12 vencedores de la segunda ronda, el equipo exento de la misma, y los 10 equipos de Segunda División. Los equipos de Segunda deberán obligatoriamente enfrentarse entre sí. La eliminatoria se jugó a partido único el día 12 de octubre de 2011.

Local Resultado Visitante
Orihuela CF 1 - 3 Cádiz CF
Albacete Balompié 1 - 0 Deportivo Alavés
Andorra CF 1 - 3 CD San Roque de Lepe
SD Eibar 0 - 1 SD Ponferradina
UE Llagostera 0 - 1 CE L'Hospitalet
CD Mirandés 3 - 1 UD Logroñés
AD Alcorcón 2 - 1 CD Numancia
UD Almería 1 - 0 Elche CF
RC Celta 4 - 1 Real Valladolid CF
Córdoba CF 1-1 pen. (4-3) SD Huesca
RC Deportivo 2 -1 CD Alcoyano

ACB 2011/12 Jornada 2

Publicado: 13/10/2011 16:18 por Miguel Anchel Sanz en BASKET CAI ZARAGOZA
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VALENCIA BASKET |

 CAI ZARAGOZA


82 |


 66

 

 J 2 | 12/10/2011 | 19:30 | Pabellon Municipal Fuente San Luis | Público:7700

 

 

 

 

 

 Árb: Antonio Conde, José Javier Murgui, Pedro Munar

 

22|11

22|16

18|10

20|29

 

VALENCIA BASKET 82

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

0

San Miguel, R.

15:56

8

1/3

33%

2/3

67%

0/0

0%

0

0+0

1

0

0

0

0

0

0

4

1

3

4

Markovic, Stefan

23:55

8

3/3

100%

0/3

0%

2/2

100%

3

3+0

4

3

2

1

0

0

0

1

2

14

6

Ogilvy, AJ

19:30

14

6/9

67%

0/0

0%

2/3

67%

4

2+2

0

1

1

0

1

0

1

2

3

16

9

Claver, Victor

27:41

11

4/5

80%

1/2

50%

0/0

0%

7

2+5

2

3

3

1

0

0

2

2

2

18

12

Lishchuk, Serhiy

14:52

13

5/7

71%

0/0

0%

3/4

75%

5

3+2

0

0

0

0

0

0

0

2

3

16

13

Faverani, V.

9:2

8

0/2

0%

2/2

100%

2/2

100%

1

0+1

1

0

0

0

0

0

0

1

2

9

17

Martínez, Rafa

25:24

14

2/3

67%

3/8

38%

1/2

50%

1

1+0

2

0

0

0

0

0

0

3

5

12

20

Pietrus, F.

18:26

0

0/3

0%

0/0

0%

0/0

0%

2

0+2

1

0

0

0

1

2

0

2

0

-3

22

De Colo, Nando

18:11

6

1/4

25%

0/4

0%

4/4

100%

2

2+0

4

0

2

0

0

0

0

0

3

6

30

Kuksiks, Rihards

4:39

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

0

0+0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

33

Caner-Medley,N.

22:24

0

0/1

0%

0/1

0%

0/0

0%

5

4+1

1

3

1

0

0

0

0

2

3

7

41

Olmos, Sergio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

2

1+1

0

0

1

0

0

0

0

0

0

1

Total

200:0

82

22/40

55%

8/23

35%

14/17

82%

32

18+14

16

10

10

2

2

2

3

19

24

99

E

 Olmos, Paco

5f

 

CAI ZARAGOZA 66

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

7

Burstchi, Jacob

16:28

0

0/1

0%

0/2

0%

0/0

0%

2

2+0

0

0

1

0

0

0

0

3

0

-5

8

Wright, Bracey

26:31

15

3/5

60%

2/4

50%

3/3

100%

0

0+0

0

0

1

0

0

0

0

3

4

11

9

Van Rossom, Sam

23:12

3

0/1

0%

1/4

25%

0/0

0%

2

2+0

7

0

3

0

0

0

0

3

1

3

10

Hettsheimeir,R

37:42

21

9/11

82%

0/3

0%

3/3

100%

7

3+4

1

0

2

0

1

0

3

3

4

24

11

Stefansson, J.

16:24

5

1/2

50%

1/3

33%

0/0

0%

1

0+1

1

0

0

0

0

0

0

3

1

2

12

Almazán, Pablo

16:1

0

0/1

0%

0/0

0%

0/0

0%

3

2+1

0

0

0

0

1

0

0

1

1

3

14

Legasa, Rogelio

4:57

2

1/1

100%

0/0

0%

0/0

0%

1

1+0

0

0

2

0

0

0

0

2

0

-1

16

Cabezas, Carlos

20:43

4

0/2

0%

0/1

0%

4/4

100%

4

3+1

1

1

5

0

0

2

0

0

4

4

31

Fontet, Albert

1:14

0

0/0

0%

0/0

0%

0/2

0%

0

0+0

0

0

1

0

0

0

0

0

1

-2

33

Toppert, Chad

16:55

6

0/0

0%

2/4

50%

0/0

0%

1

1+0

0

1

1

0

0

0

0

2

1

4

34

Aguilar, Pablo

19:53

10

3/4

75%

1/3

33%

1/1

100%

1

0+1

2

2

2

1

0

0

1

4

1

7

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

5

5+0

0

1

0

0

0

0

0

0

1

7

Total

200:0

66

17/28

61%

7/24

29%

11/13

85%

27

19+8

12

5

18

1

2

2

4

24

19

57

E

 Abós, José Luis

5f

 

 

 

Un agresivo Valencia Basket se estrena a costa de un flojo CAI (82-66)

 

El Valencia Basket no tuvo excesivos problemas para inaugurar su casillero de victorias, al imponerse con facilidad al CAI Zaragoza (82-66)

 

 

Valencia, 12 oct. 2011 (EFE).- El Valencia Basket inauguró hoy su casillero de victorias en la segunda jornada de la Liga Endesa a costa de un débil CAI Zaragoza, incapaz de hacer frente a la agresividad de los locales en ambos lados de la pista.

El equipo de Paco Olmos mostró un juego colectivo intenso y alegre, aunque aún falto de rigor en algunos momentos y de continuidad al final lo que propició que, de la mano de Rafael Hettsheimer el CAI maquillara un debut liguero para olvidar.


Tras su derrota en la primera jornada, el equipo local saltó a la pista intenso y concentrado. Un parcial de 10-0 capitaneado por Víctor Claver obligó a José Luis Abós a pedir un tiempo muerto y a realizar un triple cambio cuando apenas se llevaban tres minutos.

El equipo maño despertó con un buen trabajo de Hettsheimer cerca del aro y con algunas canastas aisladas de Wright pero no fue suficiente para disputarle el mando del encuentro al Valencia Basket, al que Ogilvy y De Colo dieron un nuevo impulso saliendo desde el banquillo.

La agresiva defensa de los de Paco Olmos multiplicó las pérdidas del CAI, que incluso recurrió a la veteranía de Legasa para tratar de disminuir errores. El pívot, sustituto del lesionado Archibald, volvió así a jugar un encuentro de la ACB más de una década después.

Pero los locales, con Claver muy activo lejos y cerca del aro, se fueron al descanso con un claro 44-27. El paso por los vestuarios no alteró el guión y, de hecho, el choque se reanudó casi como había comenzado: con un parcial de 9-0 para los locales.

Totalmente falto de ideas en ataque, el CAI sólo consiguió tres canastas de campo en el tercer cuarto. Esa falta de mordiente propició que pese a que los locales se aceleraron y perdieron precisión, la distancia en el marcador siguió aumentando de la mano de Rafa Martínez (62-37, m.30).


En el inicio del último cuarto, con los locales ya desfondados, el CAI Zaragoza aprovechó para maquillar el resultado y por fin Hettsheimer tuvo algo de ayuda. La diferencia disminuyó pero eso no cambió las sensaciones que dejó el encuentro con un equipo, el Valencia Basket, que empieza a explotar su potencial, y otro, el CAI Zaragoza, que necesita aumentar su agresividad para poder competir.

82 - Valencia Basket (22+22+18+20): Markovic (8), Martínez (14), Claver (11), Caner-Medley (-), Lishchuk (12) -cinco titular- Ogilvy (15), Faverani (8), Pietrus (-), De Colo (6), Kuksiks (-) y San Miguel (8).

66 - CAI Zaragoza (11+16+10+29): Cabezas (4), Wright (15), Burstchi (-), Almazán (-), Hettsheimer (21) -cinco titular- Van Rossom (3), Stefansson (5), Legasa (2), Fontet (-), Toppert (6), Aguilar (10).

Árbitros: Conde, Murgui y Munar. Sin eliminados.

Incidencias: partido de la segunda jornada de la Liga Endesa, disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis. Antes del inicio del encuentro, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Steve Jobs, fundador de la marca Apple, al que el club valenciano quiso reconocer su espíritu emprendedor y su tesón. Además la entidad utilizó el encuentro para difundir la situación de Elvira Roda, conocida como la ’chica de la burbuja’, afectada por una ’sensibilidad química múltiple’ en grado severo que le obliga a vivir sin apenas contacto con el exterior.

ACB 2011/12 Jornada 3

Publicado: 16/10/2011 15:00 por Miguel Anchel Sanz en BASKET CAI ZARAGOZA
20111016150032-caja-laboral-logo.png

 

 

CAI ZARAGOZA |

 CAJA LABORAL


86 |


 66

 

 J 3 | 16/10/2011 | 12:15 | Pabellon Principe Felipe | Público:6400

 

 

 

 

 

 Árb: J.A. Martín Bertrán, Francisco J. Araña, Castillo

 

15|19

23|15

25|16

23|16

 

CAI ZARAGOZA 86

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

7

Burstchi, Jacob

17:42

5

1/1

100%

1/3

33%

0/0

0%

5

4+1

2

2

0

0

0

0

0

2

0

10

8

Wright, Bracey

22:9

10

2/4

50%

1/2

50%

3/3

100%

1

1+0

2

1

2

0

1

1

0

4

2

7

9

Van Rossom, Sam

21:37

12

5/6

83%

0/1

0%

2/2

100%

4

4+0

5

4

4

2

0

1

0

1

1

18

10

Hettsheimeir,R

31:12

19

5/10

50%

1/1

100%

6/6

100%

7

7+0

2

1

3

1

0

0

0

2

6

25

11

Stefansson, J.

19:41

8

3/5

60%

0/2

0%

2/2

100%

4

4+0

1

2

2

0

0

0

0

1

3

11

12

Almazán, Pablo

11:8

6

0/0

0%

2/3

67%

0/0

0%

0

0+0

2

0

0

0

0

0

0

2

1

6

14

Legasa, Rogelio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

16

Cabezas, Carlos

21:26

7

1/2

50%

1/1

100%

2/2

100%

2

2+0

1

1

2

0

0

0

0

2

4

10

17

Marín, Javier

0:50

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

1

1+0

0

0

0

0

0

0

0

1

0

0

31

Fontet, Albert

8:48

3

1/1

100%

0/0

0%

1/1

100%

1

0+1

0

0

1

0

0

0

1

1

1

3

33

Toppert, Chad

16:35

5

1/1

100%

1/3

33%

0/0

0%

1

1+0

0

0

0

0

0

0

0

0

2

6

34

Aguilar, Pablo

28:52

11

4/5

80%

1/5

20%

0/0

0%

4

2+2

2

2

1

1

0

0

2

2

0

11

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

2

0+2

0

0

0

0

0

0

0

0

0

2

Total

200:0

86

23/35

66%

8/21

38%

16/16

100%

32

26+6

17

13

15

4

1

2

3

18

20

109

E

 Abós, José Luis

5f

 

CAJA LABORAL 66

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

4

Ribas, Pau

21:19

10

4/5

80%

0/1

0%

2/2

100%

1

1+0

4

3

2

2

0

0

0

1

1

14

5

Prigioni, Pablo

23:46

0

0/0

0%

0/3

0%

0/0

0%

2

2+0

4

4

0

0

0

0

0

2

1

6

11

Bjelica, Milko

15:53

5

1/1

100%

1/2

50%

0/0

0%

0

0+0

2

0

1

0

0

0

0

3

1

3

13

Seraphin, Kevin

16:0

8

4/8

50%

0/0

0%

0/2

0%

2

2+0

0

0

5

0

2

0

0

1

1

1

19

San Emeterio

23:48

4

0/1

0%

1/3

33%

1/2

50%

2

1+1

1

0

1

0

0

0

0

1

3

4

22

Heurtel, Thomas

14:14

2

0/2

0%

0/2

0%

2/2

100%

2

2+0

1

0

1

0

0

0

0

1

1

0

24

Oleson, Brad

24:51

7

2/5

40%

1/2

50%

0/0

0%

1

1+0

0

0

2

0

0

1

0

2

1

0

33

Teletovic, M.

32:27

19

6/11

55%

2/3

67%

1/2

50%

7

6+1

2

0

3

0

0

0

0

3

4

19

42

Calbarro, Unai

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

44

Bjelica, Nemanja

15:40

5

0/1

0%

1/3

33%

2/2

100%

3

2+1

1

0

1

0

0

0

0

3

4

6

55

Williams, Reggie

12:2

6

3/5

60%

0/0

0%

0/0

0%

0

0+0

1

1

0

1

0

0

2

3

1

4

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

4

2+2

0

0

0

0

0

0

0

0

0

4

Total

200:0

66

20/39

51%

6/19

32%

8/12

67%

24

19+5

16

8

16

3

2

1

2

20

18

61

E

 Ivanovic, Dusko

5f

 

 

La magia del Príncipe Felipe dio alas al CAI y frenó al Caja Laboral (86-66)

 

El CAI Zaragoza se estrenó en la Liga Endesa y ante su afición, doblegando a un Caja Laboral que poco pudo hacer frente al empuje de los locales (86-66)

 

Zaragoza, 16 oct. 2011 .- El CAI Zaragoza apeló a la magia de jugar en su pabellón y con el apoyo de sus seguidores recibió las alas necesarias para imponerse (86-66) a un Caja Laboral que llegaba a la capital aragonesa invicto pero que hoy estuvo muy lejos de su nivel habitual.

La pésima imagen que los jugadores locales ofrecieron frente al Valencia Basket el día del Pilar la borraron por completo con uno de sus mejores partidos de su historia reciente, además de comenzar en casa con victoria frente a uno de los cinco únicos equipos a los que se impusieron la temporada anterior en el parqué zaragozano.

El conjunto zaragozano comenzó acertado en los lanzamientos triples que le permitieron comenzar mandando en el marcador ante un rival al que le costó varios minutos tomar la medida al enfrentamiento.

Los hombres de José Luis Abós poco a poco se fueron diluyendo y pasaron del 12-8 a encajar un rotundo 0-11 tras pasarse más de cuatro minutos sin anotar.

Los alaveses recuperaron el protagonismo con el bosnio Mirza Teletovic dirigiendo las operaciones y anotando en el primer cuarto once puntos, nueve de ellos consecutivos.

Abós comenzó el segundo cuarto con un atípico cinco (Cabezas, Wright, Toppert, Almazán y Fontet) que sorprendió al conjunto de Dusko Ivanovic.

Los rojillos, que completaron un excelente segundo cuarto, recortaron pronto los cuatro puntos de desventaja y a los tres minutos ya se pusieron por delante (22-21).

Los zaragozanos realizaron ajustes en su defensa con un notable acierto para cortar las líneas de pase y con un parcial de 12-2 alcanzaron su máxima ventaja con siete puntos, que frenó un triple de San Emeterio y una canasta de Ribas que dejó el marcador con cuatro puntos a favor de los locales para irse al descanso.

El paso por el vestuario presentó una versión mejorada de los zaragozanos que le dejaron claro a su rival que para salir invicto de la capital aragonesa iba a tener que sufrir mucho.

Los alaveses estaban descentrados ante el nivel que presentaba un adversario que, conforme pasaban los minutos, bajaba su rendimiento (47-38).

La calidad de los vitorianos les permitió una breve reacción que les permitió situarse a seis puntos (57-48).

A partir de ahí el CAI se mostró intratable. Acabó el tercer cuarto con tres triples y arrancó el último con otros dos que le dejaron a un solo punto de la veintena de diferencia (69-50) con menos de nueve minutos por jugar.

Los zaragozanos no se dejaron atenazar por los nervios ante un adversario que, a pesar de su veteranía y su enorme potencial, era incapaz de parar el juego de un equipo que tan solo cuatro días antes había ofrecido una cara completamente antagónica.

86 - CAI Zaragoza (15+23+25+23): Van Rossom (12), Wright (10), Burtschi (5), Aguilar (11) y Hettsheimeir (19) -cinco inicial- Toppert (5), Stefansson (8), Cabezas (7), Almazán (6), Fontet (3) y Marín.

66 - Caja Laboral (19+15+16+16): Heurtel (2), Oleson (7), San Emeterio (4), Teletovic (19) y Milko Bjelica (5) -cinco inicial- Prigioni, Ribas (10), Seraphin (8), Williams (6) y Nemanja Bjelica (5).

Árbitros: Martín Bertrán, Araña y Castillo. No excluyeron a ningún jugador.

Incidencias: partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 6.400 espectadores.

!Democracia Real YA! Zaragoza

Publicado: 16/10/2011 16:24 por Miguel Anchel Sanz en ARAGON
20111016162434-democracia-real-ya-zaragoza.jpg

 

Manifiesto en Aragonés

Somos personas normals y corrients. Somos como tú: chent que se devanta totz es maitins ta estudiar, ta treballar u ta mirar treballo, chent que tien familia y amigos. Chent que treballa firme totz es diyas ta vivir y dar un esdevenidor millor a os que nos redolan.

Beluns nos consideramos mes progresistas, belatros mes conservadors. Beluns creyents, belatros no. Beluns tenemos ideolochías bien definitas, belatros nos consideramos apoliticos… Pero totz somos preocupaus y indignaus per lo panorama politico, economico y social que veyemos a lo nuestro arredol. Per a corrupción d'os políticos, interpresarios, banquers… Per a indefensión d'o ciudadán d'a piet.

Ista situación nos fa mal a totz diariament. Pero si totz nos achuntamos, podemos cambiar-la. Ye hora de meter-se en movimiento, hora de construir entre totz una sociedat millor.
Per ixo refirmamos tiercament o siguient:

  • As prioridatz de tota sociedat avanzata han d'estar a igualdat, lo progreso, a solidaridat, lo libre acceso t'a cultura, la sustenibilidat ecolochica y lo desembolique, o bienestar y a felicidat d'as personas.
  • Existen uns dreitos basicos que habrían a estar cubiertos en istas sociedatz: dreito a la vivienda, a'l treballo, a la cultura, a la salut, a la educación, a la participación politica, a lo libre desembolique personal, y dreito a lo consumo d'os biens amenisters ta una vida sana y goyosa.
  • L'actual funcionamiento d'o nuestro sistema economico y gubernamental no atiende a istas prioridatz y ye un obstaclo ta lo progreso d'a humanidat.
  • A democracia ranca d'o pueblo (demos=pueblo; cracia=gubierno) asinas que lo gubierno ha d'estar d'o pueblo. Manimenos, a iste país a mes gran parti d'a clase politica ni sisquiera nos escuita. As suyas funcions habrían a estar a de portar a nuestra voz ta las institucions, facilitando a participación politica ciudadana meyant caixers directos y procurando lo mes gran beneficio ta lo conchunto d'a sociedat, no a d'enriquir-se y medrar a la nuestra costa, atendendo tant sólo a es dictatos d'os grans poders economicos y acarrazando-se a lo poder a traviés d'una dictadura partitocratica encapezata per as inamovibles siglas d'o PPSOE.
  • L'anglucia y afascalamiento de poder en uns pocos chenera desigualdat, crispación y inchusticia, o que mena ta la violencia, que refusamos. L'obsoleto y antinatural modelo economico vichent bloqueya la maquinaria social en una espiral que se consume a ella mesma enriquindo a bells pocos y fundindo en a pobreza y a escasez a la resta. Dica lo colapso.
  • A voluntat y fin d'o sistema ye l'acabalamiento de diners, primando-lo per dencima d'a eficacia y o bienestar d'a sociedat. Malmetendo recursos, destruindo lo planeta, chenerando desemplego y consumidors infelices.
  • Es ciudadans femos parti de l'engranache d'una maquina destinata a enriquir a una minoría que no sape ni d'as nuestras necesidatz. Somos anonimos, pero sin nusatros no existiría res d'isto, pues nusatros movemos o mundo.
  • Si como sociedat aprendemos a no fiar o nuestro esdevenidor a una abstracta rentabilidat economica que no s'aplica mai en beneficio d'a mayoría, podremos eliminar os abusos y carencias que totz enduramos.
  • Cal una Revolución Etica. Hemos meso los diners por dencima d'o Ser Humano y hemos de meter-lo a lo nuestro servicio. Somos personas, no productos d'o mercau. No soi només o que merco, per qué lo merco y a qui li'n merco.



Per tot l'anterior, soi indignato.

Creigo que puedo cambiar-lo.

Creigo que puedo achudar.

Sé que unitos podemos.

Sale con nusatros. Ye o tuyo dreito.

20111016181310-11-inicial-real-zaragoza-real-sociedad.jpg

 

16.10.2011 - LIGA 1ªDiv. 2011/12 - JORNADA Nº 8

Partido Nº 1917 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

   REAL ZARAGOZA 2-0 REAL SOCIEDAD  

 

(1-0)H. Postiga 11

(2-0) H. Postiga 49

 

 

Estadísticas

Zaragoza


Real Sociedad

2

Goles

0

1

Asistencias

0

9

Disparos

16

4

Disparos a portería

4

4

Paradas

2

0

Goles de penalti

0

0

Penaltis

0

2

Centros

20

2

Saques de esquina

7

5

Fueras de juego

2

13

Faltas cometidas

9

3

Tarjetas amarillas

3

0

Tarjetas rojas

0

 

Real Zaragoza

  • 1 Roberto
  • 2 E. Juárez
  • 4 D. Mateos
  • 14 P. Da Silva
  • 3 J. Paredes
  • 6 F. Meira
  • 23 L. Ponzio
  • 16 P. Barrera
  • 10 Luis García
  • 17 Á. Lafita
  • 9 H. Postiga

Suplentes

  • 20 F. Zuculini
  • 11 Juan Carlos
  • 26 Ortí
  • 29 K. Lacruz
  • 8 Edu Oriol
  • 25 Leo Franco
  • 18 Ruben Micael

Entrenador

Javier Aguirre

Victoria del Zaragoza, con doblete de Postiga

El portugués abrió el marcador al minuto 11, de chilena. Al 49 aprovechó una gran asistencia de Ponzio para marcar el 2 a 0 definitivo. El equipo de Aguirre se consolida en la mitad de la tabla.

Postiga necesitaba un gol y el Real Zaragoza necesitaba a Postiga para no verse siempre sujeto por las manos de Roberto. Ambos se han encontrado esta tarde en dos ocasiones, el ariete y el equipo, para configurar una victoria cómoda y permitir un encuentro plácido al guardameta, que deja, por el momento, el protagonismo al portugués. En el último día de fiestas, Postiga empezó a despedirlas en La Romareda con una ofrenda maravillosa, un tanto de esos que superan la frontera del tiempo en el relato, digno de ser recordado siempre. Un pase acostado de Juárez desde la derecha fue hacia el luso, que fue dibujando pincelada a pincelada una chilena espectacular, un gesto majestuoso redondeado con un gol de película, de ensueño.

Ese tanto, gestado en el minuto 11, estableció prácticamente el resto del guión del partido ante una Real Sociedad desnutrida, timorata e incapaz de dar sensación de poder competir en ningún momento por un solo punto. El Real Zaragoza ajustó sus piezas sin presión alguna, seguro de sí mismo y de la labor que ejecutan Meira y Ponzio en el corazón del campo. La pareja volvió a ratificar su sintonía protectora y se animó a establecer una jerarquía insuperable para el debutante Bergara y para Aranburu. Con todos los espacios en propiedad, incluido el defensivo, el grupo de Aguirre pudo marcar antes de acudir al descanso en un tiro de falta de Paredes que rechazó el poste.

Parecía que le podía faltar algo de ambición para cerrar el partido ante un adversario metido en el ataúd desde el pitido inicial. Y se temía que la Real hubiera reparado algo en el vestuario, pero pronto se supo que el Real Zaragoza no iba a dejar escapar su segunda victoria de la temporada. Ponzio, omnipresente y maratoniano, asistió para Postiga, quien encaró a Bravo. El 9 dio tres pasos, levantó la cabeza y marcó. Fácil, sin el estruendo de la chilena pero con una seguridad pasmosa, la que se le supone a todo jugador que luce ese dorsal.

Con más de cuarenta minutos por delante, apenas sucedieron acontecimientos notables. La Real se fue para arriba con la losa del resultado y su fútbol primitivo, un doble peso insuperable. Además, enfrente, el Real Zaragoza, que perdió a Mateos paor lesión, mantuvo la compostura en todas las líneas para dar un salto posicional en la Liga que le sitúa en la octava posición, empatado con el Espanyol, a la espera de lo que haga mañana Osasuna en San Mamés.

Lo mejor fue el resultado, y que ese resultado llevara el nombre de Postiga por belleza y oportunismo en un Zaragoza creciente y creyente de sí mismo.

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Alaska: 30 años de reinado

El 14 de septiembre se publicó un nuevo recopilatorio de Alaska, esta vez para celebrar sus 30 años en la música, en referencia al lanzamiento del primer single de Pegamoides (Kaka de luxe sólo funcionaron algunos meses circa 1978 y en realidad no grabaron disco alguno).

El álbum se lanza en dos formatos: uno es un solo CD y el otro son 3 CD’s y un DVD. Esta edición de lujo incluirá el CD de la edición sencilla, más un CD 2 con “rarezas” (más que nada, canciones algo más desconocidas) y un CD 3 con remixes. El DVD contiene 18 actuaciones de Alaska en televisión y siete videoclips. Las actuaciones son tomadas de ‘La edad de oro’, ‘La bola de cristal, ‘Aplauso’, etcétera.

La portada del disco es una pintura del artista madrileño Juan Grande, creada ex profeso para este disco. Es un retrato de Alaska basado en una foto perteneciente a las sesiones fotográficas de ‘Deseo Carnal’. Os recordamos que recientemente se publicó un recopilatorio de Carlos Berlanga. Este será el tracklist del de Alaska, con la novedad de incluir temas de la era Subterfuge (‘Una temporada en el infierno’, ‘Naturaleza muerta’). Queda fuera sólo la etapa Dro (‘Vulcanos’, ‘Arquitectura efímera’, ‘El extraño viaje’, ‘Absolutamente’).

CD1:
1.-A quién le importa – Alaska y Dinarama (1986)
2.-No sé qué me das – Fangoria (2001)
3.-Cómo pudiste hacerme esto a mí – Alaska y Dinarama (1984)
4.-Ni tú ni nadie – Alaska y Dinarama (1984)
5.-Hombres – Fangoria (2001)
6.-Electricistas – Fangoria (1999)
7.-Mi novio es un zombi – Alaska y Dinarama (1989)
8.-Un hombre de verdad – Alaska y Dinarama (1984)
9.-Bailando – Alaska y los Pegamoides (1982)
10.-La funcionaria asesina – Alaska y Dinarama (1986)
11.-Perlas ensangrentadas – Dinarama + Alaska (1983)
12.-Descongélate – Alaska y Dinarama (1989)
13.-Sospechas – Alaska y Dinarama (1987)
14.-Eternamente inocente – Fangoria (2001)
15.-Me odio cuando miento – Fangoria (1999)
16.-En mi prisión – Fangoria (1990)
17.-Hagamos algo superficial y vulgar – Fangoria (1990)
18.-Rey del glam (versión single) – Dinarama + Alaska (1984)
19.-Bote de Colón – Alaska y Los Pegamoides (1981)
20.-Horror en el hipermercado – Alaska y Los Pegamoides (1980)

CD2:
1.-El jardín – Alaska y Los Pegamoides (1982)
2.-Volar – Alaska y Los Pegamoides (1982)
3.-Tormento – Alaska y Dinarama (1984)
4.-Bailando (versión en inglés) – Alaska y Los Pegamoides (1982)
5.-Hacia el abismo – Alaska y Dinarama (1987)
6.-La línea se cortó – Alaska y Los Pegamooides (1982)
7.-Bote de Colón (Tecno-ChoChi’86) – Alaska y Dinarama (1986)
8.-Jaime y Laura – Alaska y Dinarama (1984)
9.-En mi prisión (Pumpin’ Dolls Radio Edit) – Fangoria (1990)
10.-Rel del glam (versión álbum) – Alaska y Dinarama (1983)
11.-Rumore – Alaska y Dinarama (1984)
12.-Un hombre de verdad (versión nueva) – Alaska y Dinarama (1984)
13.-Tokio – Alaska y Dinarama (1986)
14.-Quiero ser santa – Alaska y Dinarama 1989)
15.-Sólo creo lo que veo (versión Maxi) – Alaska y Dinarama (1986)
16.-Más que una bendición – Fangoria (2001)
17.-Vértigo – Alaska y Los Pegamoides (1982)
18.-La rebelión de los electrodomésticos – Alaska y Los Pegamoides (1982)
19.-Llegando hasta el final – Alaska y Los Pegamoides (1982)
20.-Huracán mexicano (Mix’96) – Alaska y Dinarama (1996)

CD3:
1.-A quién le importa (Club Mix) – Alaska y Dinarama (2006)
2.-No sé qué me das (Lost Remix by + D Lo Mismo) – Fangoria (2005)
3.-Ni tú ni nadie (versión Supersingle) – Alaska y Dinarama (2006)
4.-Cómo pudiste hacerme esto a mí (Re-Mix) – Alaska y Dinarama (1984)
5.-Hombres (Remix by Jean) – Fangoria (2005)
6.-Zombis en la casa del amor – Alaska y Dinarama (1989)
7.-Sospechas (Tur-Mix) – Alaska y Dinarama (1987)
8.-Alto, prohibido pasar (versión Maxi) – Alaska y Dinarama (1986)
9.-Quiero ser ácida – Alaska y Dinarama (1989)
10.-Electricistas (JLF Remix) – Fangoria (2005)
11.-Hagamos algo superficial y vulgar (Club Mix) – Fangoria (1990)
12.-Bailando (Balearic Matey Mix) – Alaska y Los Pegamoides (1982)
13.-Crisis (versión larga) – Alaska y Dinarama (1983)
14.-Isis (Spam Remix) – Alaska y Dinarama (2006)

DVD:
1.-Bailando – Alaska y Los Pegamoides (Aplauso, 1982)
2.-Ni tú ni nadie – Alaska y Dinarama (La edad de oro, 1984)
3.-Cómo pudiste hacerme esto a mí – Alaska y Dinarama (La edad de oro, 1984)
4.-La funcionaria asesina – Alaska y Dinarama (La bola de cristal, 1986)
5.-Rey del glam- Alaska (A tope, 1988)
6.-Mi novio es un zombi – Alaska y Dinarama (Sábado noche, 1989)
7.-La bola de cristal – Alaska (La bola de cristal, 1984)
8.-Vacaciones infernales – Alaska (La bola de cristal, 1984)
9.-Brujas de ayer – Alaska (La bola de cristal, 1985)
10.-El pupitre de atrás – Alaska (La bola de cristal, 1985)
11.-Ni un día más – Alaska (La bola de cristal, 1985)
12.-Quiero ser santa – Alaska y Dinarama (Plastic, 1989)
13.-Medley (Quiero ser santa/Bailando/Hagamos algo…) – Fangoria (La ronda, 1991)
14.-Llegando hasta el final – Alaska y Dinarama (La edad de oro, 1984)
15.-No se ría – Alaska (La bola de cristal, 2001)
16.-El fin del mundo – Alaska y Dinarama (La bola de cristal, 1986)
17.-Descongélate – Alaska y Dinarama (1989)
18.-Hagamos algo superficial y vulgar – Fangoria (1990)
19.-Punto y final – Fangoria (1990)
20.-En mi prisión – Fangoria (1990)
21.-Eternamente inocente – Fangoria (2001)
22.-No sé qué me das – Fangoria (2001)
23.-Electricistas – Fangoria (1999)
24.-Me odio cuando miento – Fangoria (1999)
25.-Abracadabra - Alaska (La bola de cristal, 1986)

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Alaska 30 años de reinado

ACB 2011/12 JORNADA 4

Publicado: 24/10/2011 07:02 por Miguel Anchel Sanz en BASKET CAI ZARAGOZA
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UNICAJA |

 CAI ZARAGOZA


79 | 


 57 

 

 J 4 | 23/10/2011 | 12:30 | Pal. De Deportes Jose Ma Martin Carpena | Público:8900

 

 

 

 

 

 Árb: Oscar Perea, Vicente Bultó, M.A. Pérez Niz

 

20|14

20|16

18|14

21|13

 

UNICAJA 79

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

4

Fitch, Gerald

20:14

9

2/6

33%

1/4

25%

2/2

100%

3

2+1

1

0

0

1

0

0

0

2

4

8

5

Rodríguez, B.

19:46

5

1/2

50%

1/5

20%

0/0

0%

3

2+1

3

2

4

0

0

0

0

2

1

3

6

Rowland, EJ

29:22

4

2/5

40%

0/0

0%

0/1

0%

4

4+0

4

1

1

0

1

0

0

1

1

9

9

Valters, K.

10:38

10

1/1

100%

2/2

100%

2/2

100%

2

2+0

1

0

1

0

0

0

0

4

0

8

10

Peric, Hrvoje

3:44

2

1/2

50%

0/0

0%

0/0

0%

0

0+0

1

0

0

0

0

0

0

0

0

2

12

Darden, Tremmell

26:20

7

3/6

50%

0/1

0%

1/2

50%

4

4+0

1

1

0

0

2

0

0

1

1

10

15

Garbajosa, J.

16:38

0

0/0

0%

0/3

0%

0/0

0%

4

3+1

2

1

0

0

0

0

0

1

2

5

19

Freeland, Joel

25:45

14

6/12

50%

0/0

0%

2/2

100%

11

8+3

4

2

2

0

1

0

1

0

2

26

21

Zoric, Luka

21:55

16

7/11

64%

0/0

0%

2/2

100%

5

4+1

0

0

2

0

0

0

1

3

1

13

22

Sinanovic, N.

15:38

7

2/7

29%

0/0

0%

3/4

75%

3

1+2

1

0

0

0

0

0

0

3

4

6

34

Blanco, Saúl

10:0

5

1/1

100%

1/2

50%

0/0

0%

0

0+0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

4

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

4

2+2

0

2

0

0

0

0

0

0

1

7

Total

200:0

79

26/53

49%

5/17

29%

12/15

80%

43

32+11

18

9

10

1

4

0

2

17

17

101

E

 Mateo, Jesús

5f

 

CAI ZARAGOZA 57

REB

 

TAP

 

FP

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

7

Burstchi, Jacob

24:8

3

0/0

0%

1/1

100%

0/0

0%

4

3+1

0

2

2

0

0

0

0

3

0

4

8

Wright, Bracey

29:59

5

2/6

33%

0/2

0%

1/1

100%

1

1+0

2

2

2

0

0

0

0

2

2

2

9

Van Rossom, Sam

27:50

11

3/5

60%

1/6

17%

2/2

100%

2

2+0

2

1

2

1

0

0

0

3

1

5

10

Hettsheimeir,R

36:20

15

3/10

30%

1/4

25%

6/6

100%

12

9+3

0

2

2

0

0

1

1

3

3

16

11

Stefansson, J.

2:41

0

0/1

0%

0/1

0%

0/0

0%

0

0+0

0

0

1

0

0

0

0

3

0

-6

12

Almazán, Pablo

11:45

2

1/1

100%

0/0

0%

0/0

0%

0

0+0

0

0

1

0

0

0

0

2

0

-1

16

Cabezas, Carlos

24:19

10

1/3

33%

0/2

0%

8/8

100%

4

3+1

2

0

2

0

0

1

0

0

11

20

21

Archibald, R.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

31

Fontet, Albert

3:40

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

1

1+0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

33

Toppert, Chad

11:3

0

0/1

0%

0/4

0%

0/0

0%

4

4+0

0

0

0

0

0

1

0

1

0

-3

34

Aguilar, Pablo

28:15

11

1/3

33%

3/5

60%

0/0

0%

4

4+0

2

0

2

0

0

1

0

0

0

10

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

2

2+0

0

0

2

0

0

0

0

0

0

0

Total

200:0

57

11/30

37%

6/25

24%

17/17

100%

34

29+5

8

7

16

1

0

4

1

17

17

48

E

 Abós, José Luis

5f

 

 

El Unicaja refrenda su liderato con una victoria cómoda ante el CAI (79-57)

 

El Unicaja sigue firme en el liderato de la Liga Endesa, tras sumar su cuarto triunfo en un partido cómodo ante el CAI Zaragoza (79-57). El dominio de Zoric y Freeland en la pintura, una de las claves

 

Málaga, 23 oct. 2011.- El Unicaja ha refrendado hoy su liderato en la Liga Endesa al conseguir una victoria merecida y cómoda por 79-57 ante un CAI Zaragoza blando y poco agresivo, en un partido en el que el equipo malagueño se impuso sin muchos apuros y con una gran solvencia para hacer un pleno de cuatro triunfos.

El conjunto malagueño defendía el liderato en solitario y lo hacía ante un rival que llegaba fuerte al Martín Carpena, tras ganar en la pasada jornada por veinte puntos a uno de los "grandes’ de la competición como el Caja Laboral, y con tres excajistas en su equipo: Carlos Cabezas, Pablo Almazán y el escocés Robert Archibald.

Seis minutos duró la igualdad en el choque, con un marcador favorable en ese momento al CAI Zaragoza (8-9). Pero fue un espejismo.

A partir de ahí, el Unicaja, al que le había costado centrarse en el partido, inició la escalada con una defensa agresiva y un ataque fluido y con mucha variedad, tanto dentro de la zona, con el pívot inglés Joel Freeland, como fuera con sus tiradores, el escolta Gerald Fitch y el base Kriptaps Valters, para ponerse 20-14 (m.10).

El CAI Zaragoza tuvo muchos problemas en ataque, sus lanzadores estuvieron opacos de cara al aro y, con sus pívots intimidados por el gigante Nedzad Sinanovic -seis puntos y dos rebotes a esas alturas, halló muchas dificultades para acortar diferencias frente a un Unicaja muy sólido.

El conjunto andaluz supo dar un excelente equilibrio a todas sus acciones, tanto defensivas como ofensivas, y se fue al descanso con una clara ventaja (40-30).

Un parcial de 18-11 terminó de sentenciar al CAI Zaragoza en el tercer periodo, con momentos estelares en defensa por parte del Unicaja, que hizo que los aragoneses estuvieran cinco minutos sin anotar, y aspectos puntuales en ataque que le llevaron a obtener una máxima diferencia de diecinueve puntos (51-32, m.25).

Los peores momentos los pasó Unicaja al comienzo del cuarto periodo, con muchos errores y excesivos balones perdidos, lo que aprovechó el CAI Zaragoza para hacer un parcial de 2-7 y reducir la ventaja (60-48, m.33).

Sin embargo, la salida de Joel Freeland volvió a conectar a los cajistas, que sentenciaron sin excesivos problemas por 79-57.

79 - Unicaja (20+20+18+21): Rowland (4), Fitch (9), Darden (7) Zoric (16), Freeland (14)- cinco inicial- Valters (10), Rodríguez (5), Blanco (5), Sinanovic (7), Peric (2) y Garbajosa (0).

57 - CAI Zaragoza (14+16+11+16): Wright (5), Burstchi (3), Van Rossom (11), Aguilar (11), Hettsheimeir (15)- cinco inicial- Cabezas (10), Stefansson (0), Almazán (2), Fontet (0) y Toppert (0).

Arbitros: Perea, Bultó y Pérez. Señalaron una técnica al jugador visitante Stefansson, en el minuto 10. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga ACB, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 9.500 espectadores.

20111024070535-osasuna-real-zaragoza.jpg

 

23.10.2011 - LIGA 1ªDiv. 2011/12 - JORNADA Nº 6

Partido Nº 1916 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

  OSASUNA 3-0 REAL ZARAGOZA    

 

Osasuna

3

 

 

0

Zaragoza

 

  25

Andrés

  2

Marc Bertrán

  5

Lolo

  20

Raitala

  23

Sergio

  6

Nekounam

  10

Puñal

  14

Raúl García

  16

Cejudo

  17

Nino

  19

Ibrahima

 

 

  1

Roberto

  2

Juárez

  3

Paredes

  4

Mateos

  6

Meira

  14

Da Silva

  16

Barrera

  17

Lafita

  23

Ponzio

  9

Hélder Postiga

  10

Luis García

 

 

CAMBIOS

 

72'

Cejudo por Timor

79'

Ibrahima por Lekic

84'

Nino por Damiá

 

 

46'

Paredes por R. Micael

53'

Barrera por Juan Carlos

67'

Lafita por Lanzaro

 

 

ENTRENADORES

 

José Luis Mendilíbar

 

 

Javier Aguirre

 

 

GOLES

 

 18' 

Gol Raúl García

 27' 

Gol Nino

 30' 

Gol Nekounam

 

 

 

 

 

TARJETAS

 

51' 

Nekounam Tarj. A

80' 

Puñal Tarj. A

 

 

30' 

Meira Tarj. A

32' 

Paredes Tarj. A

51' 

Juárez Tarj. A

60' 

Lafita Tarj. A

62' 

Ponzio Tarj. A

83' 

Lanzaro Tarj. A

 

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

 

1ª División

Estadio: Reyno de Navarra

23/10/2011 18:00

Arbitro: González González

Cuarto Arbitro: Barberá Fuentes

Jueces de Línea:Rubio Palomino , Sánchez Santos

 

 

Estadísticas

Osasuna

 

Zaragoza

3

Goles

0

3

Asistencias

0

18

Disparos

5

8

Disparos a portería

2

2

Paradas

5

0

Goles de penalti

0

0

Penaltis

0

20

Centros

8

5

Saques de esquina

1

4

Fueras de juego

2

17

Faltas cometidas

24

2

Tarjetas amarillas

6

0

Tarjetas rojas

0

 

 

Partido para olvidar

El Real Zaragoza jugó uno de sus peores partidos de la era Aguirre y cayó derrotado por 3-0 ante un Osasuna básico.

Naufragio en el Reyno de Navarra. El Real Zaragoza mostró su peor versión posible y fue vapuleado por un Osasuna al que le bastó con colgar balones al área y desarrollar su tradicional brega. El cuadro de Javier Aguirre recibió tres goles en la primera parte y termino por borrarse del partido en la segunda. Una sensación de inoperancia que evocó al 0-6 inicial ante el Real Madrid.

Resulta imposible sacar algo positivo del encuentro disputado por el conjunto blanquillo en tierras navarras. Mala defensa, peor actitud y una imagen de impotencia total que ensombrecieron la inmaculada trayectoria ascendente de la que, hasta ahora, hacían gala los zaragozanos.

Desde el primer minuto, el conjunto pamplonés salió enchufado a por el partido. Consciente de sus carencias, Mendilibar ordenó un trivote con Nekounam, Puñal y Raúl García. El centrocampista cedido por el Atlético de Madrid, tenía la misión de sumarse al ataque y así lo hizo durante todo el encuentro. La primera muestra llegó pronto. En el minuto 17, el medio lograba rematar a la red un balón que le cayó en el interior del área tras un mal despeje de Paredes, al que Ibra le había ganado la espalda.

La jugada estuvo precedida de polémica después de que González González señalara falta en el saque de banda a Juárez. Una decisión que llegó a desquiciar a Javier Aguirre, que fue amonestado por sus protestas.

Aquel desbarajuste aéreo mostró a el camino de la victoria a los locales, que lo rentabilizaron poco después. En el 26, Marc Bertrán sirvió un saque de banda en largo, Raúl García peinó el balón y Nino hizo el segundo de los rojillos. La defensa del Real Zaragoza era un buffet libre en el que los osasunistas podían entrar una y otra vez a comer todo lo que quisieran, sin ningún tipo de oposición o impedimento.

Dicho y hecho. Tres minutos más tarde, Nekounam aceptó tan generosa promoción e hizo el tercer con un remate desde la frontal del área tras aprovechar un nuevo centro desde la derecha. Nuevamente la discusión hizo acto de presencia ya que la diana se produjo con Postiga en el suelo, doliéndose del pelotazo recibido al formar parte de la barrera.

La escuadra aragonesa continuó sin aparecer en el resto del partido. Osasuna, sin embargo, tuvo varias ocasiones de incrementar la ventaja en el marcador. Aguirre, quizás algo sobrepasado por la poca vida que presentaba su equipo en el terreno de juego, trató de innovar en los cambios, que no sirvió de nada.

A la vuelta del descanso dio entrada a Micael por Paredes, muy desafortunado en cuestiones tácticas. El movimiento obligó a Ponzio a ocupar el lateral izquierdo, donde demostró que se agota su extenso crédito como jugador comodín. En el 53, el técnico mexicano dio entrada a Juan Carlos por Barrera, aunque lo más extraño llegaría en el tercer remplazo. Con Lafita desquiciado y al borde de la expulsión, el preparador azteca llamó a Lanzaro y armó una defensa de tres que no duró mucho.

No era el día de nadie. Lo único positivo, que el miércoles vuelve a haber partido.


Ficha técnica

3 - CA Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Lolo, Sergio, Raitala; Puñal, Nekounam; Ibrahima (Lekic, '79), Raúl García, Cejudo (Timor, '74); y Nino (Damià, '86).

0 - Real Zaragoza:
Roberto; Juárez, Mateos, Da Silva, Paredes (Micael, '46); Meira; Barrera (Juan Carlos, '53), Luis García, Ponzio, Lafita (Lanzaro, '67); y Hélder Postiga.

Goles:
1-0 Raúl García ('18),  2-0 Nino ('27), 3-0 Nekounam ('29).

Árbitro: González González (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Nekounam ('51) y Puñal ('80), de Osasuna, y a Meira ('29), Paredes ('32), Juárez ('51), Lafita ('61) y Lanzaro ('84), del Zaragoza.

Incidencias: Partido de la novena jornada de Liga disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 15.869 espectadores.

 

FERIA OTOÑO DE BIESCAS 2011

Publicado: 26/10/2011 07:24 por Miguel Anchel Sanz en CARTELES
20111026072427-feria-otono-2011.jpg

 

CARTEL FERIA OTOÑO DE BIESCAS 2011

20111027072654-real-zaragoza-valencia.jpg

 

26.10.2011 - LIGA 1ªDiv. 2011/12 - JORNADA Nº 10

Partido Nº 1919 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

    REAL ZARAGOZA 0-1 VALENCIA  

 

Zaragoza

0

 

 

1

Valencia

 

  1

Roberto

  2

Juárez

  3

Paredes

  4

Mateos

  6

Meira

  14

Da Silva

  16

Barrera

  18

R. Micael

  23

Ponzio

  9

Hélder Postiga

  10

Luis García

 

 

  13

Guaita

  2

Bruno

  15

Dealbert

  17

Jordi Alba

  18

Víctor Ruiz

  5

Topal

  8

Feghouli

  10

Banega

  21

Parejo

  9

Soldado

  14

Piatti

 

 

CAMBIOS

 

56'

R. Micael por Lafita

62'

Barrera por Juan Carlos

75'

Hélder Postiga por Ortí

 

 

46'

Parejo por Mathieu

60'

Piatti por Jonas

83'

Soldado por Aduriz

 

 

ENTRENADORES

 

Javier Aguirre

 

 

Unai Emery

 

 

GOLES

 

 

 

 

 81' 

0-1 Gol Jordi Alba

 

 

TARJETAS

 

20' 

Meira Tarj. A

48' 

Mateos Tarj. A

60' 

Paredes Tarj. A

 

 

31' 

Víctor Ruiz Tarj. A

40' 

Feghouli Tarj. A

58' 

Guaita Tarj. A

77' 

Mathieu Tarj. A

 

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

 

1ª División

Estadio: La Romareda

26/10/2011 20:00

Arbitro: Velasco Carballo

Cuarto Arbitro: Gálvez Rascón

Jueces de Línea:Yuste Jiménez , Alonso Fernández

 

 

Estadísticas

Zaragoza

 

Valencia

0

Goles

1

0

Asistencias

1

8

Disparos

15

0

Disparos a portería

4

3

Paradas

0

0

Goles de penalti

0

0

Penaltis

0

21

Centros

30

1

Saques de esquina

9

3

Fueras de juego

5

20

Faltas cometidas

15

3

Tarjetas amarillas

4

0

Tarjetas rojas

0

43%

Posesión

57%

 

 

 

Sin levantar cabeza

El Real Zaragoza volvió a mostrar su peor cara y cayó derrotado por 0-1 ante un Valencia que solo tuvo que exprimir los despistes defensivos aragoneses.

El Real Zaragoza agigantó el socavón producido en Pamplona y cosechó una derrota por la mínima ante el Valencia en un nuevo partido para olvidar de los de Aguirre. Un gol de Jordi Alba en el 82 sentenció a un dubitativo conjunto blanquillo que fue despedido con pitos por su afición.

Irremediablemente, el choque ante Osasuna ha causado fractura en la dinámica del conjunto aragonés. Las malas sensaciones mostradas en el Reyno de Navarra fueron ratificadas ante el cuadro valencianista, con constantes fallos defensivos que terminaron por decantar el encuentro contra los intereses zaragozanos.

Para afrontar la cita, Javier Aguirre decidió solo un cambio respecto al once alineado en el Reyno de Navarra, el de Micael por Lafita. El portugués ocupó la posición de enganche que últimamente estaba desarrollando Luis García y desplazó al asturiano hasta la banda izquierda, donde, como el resto del equipo, se mostró muy perdido.

Fueron varios los estigmas que los aragoneses acusaron de su último desastre. El más claro, la mala defensa de las jugadas a balón parado en general y los fuera de banda en particular. Así, la ocasión más clara de los ches en la primera parte llegó en un disparo de Parejo tras una jugada de Feghouli que ganó la ventaja en un saque desde el lateral. Éste déficit casi moral alcanzó su punto álgido en un remate de cabeza Piatti, dentro del área, tras un saque de banda en largo.

Futbolísticamente, la primera mitad dejó poco que destacar por ambos conjuntos. El susto más claro lo dio Topal en el minuto 17, cuando le fue anulado un gol por fuera de juego. Como iba ser tónica general, la acción estuvo facilitada por otro grave error defensivo en el saque de una falta. Afortunadamente para los intereses blanquillos, Velasco Carballo invalidó la acción.

Controvertido arbitraje

De manera desafortunada, el colegiado fue uno de los grandes protagonistas del encuentro. El trencilla no mostró ningún criterio claro a la hora de manejar el partido y tomó una serie de decisiones cuestionables que llegaron a desesperar a la parroquia local. Por ejemplo, amonestó a Meira en el 19 por protestar un codazo a Postiga que no fue señalado. Posteriormente, sacó amarilla a Feghouli después de que éste agrediera a Juárez en un 'rifi-rafe' entre ambos futbolistas. El francés, por si fuera poco, realizó un gesto feo hacia el mexicano cuando este estaba en el suelo.

En líneas generales, el partido fue malo por ambos bandos. Sin embargo, solo uno mostró un mínimo deseo de llevarse los puntos. Durante la segunda mitad, con más ganas que precisión, los pupilos de Unai Emery fueron arrinconando poco a poco a los locales.

Comenzó avisando Banega de falta, en el minuto 49. Su lanzamiento pegó en la barrera, que le restó potencia pero envenenó su trayectoria. Roberto estuvo atento y detuvo en las inmediaciones del palo derecho. Poco después, el meta volvió a obrar otro milagro. Este quizás, con cierta fortuna. Soldado, en un remate acrobático desde el segundo palo, consiguió conectar un chut que fue directo a las manos del cancerbero zaragocista. Quizás, la ocasión más clara de las muchas que después tuvieron los blanquinegros.

El Valencia movió su banco. Parejo, que no suele ser titular, se marchó al descanso para dejar su lugar a Mathieu. Los ches formaron en un 4-4-2 con Piatti acompañando en punta a Soldado. Javier Aguirre hizo lo propio y dio entrada a Lafita, Juan Carlos y Ortí por Micael, Barrera y Postiga respectivamente.

Gran noticia el debut del delantero canterano, sin duda. Quizás, lo único positivo que rescatar del naufragio. Aunque, con el esférico en posesión de los visitantes, casi no pudo participar. Nada más salir, gracias a su presión, logró forzar una cesión que entre Juárez y Paredes desaprovecharon. Ni en esta ocasión los zaragozanos dispararon entre los tres palos.

Finalmente, en el 81, sucedió lo inevitable. En una jugada aislada, Bruno puso un tímido centro al área que Jordi Alba, totalmente libre de marca, convirtió en gol. De lateral derecho a izquierdo. Todo un despropósito que tuvo a Juárez de epicentro. La guinda negativa de otra noche aciaga.

Ficha técnica:

0 - R. Zaragoza:
Roberto; Juárez, Da Silva, Mateos, Paredes; Meira; Barrera (Juan Carlos, min.63), Ponzio, Rúben Micael (Lafita, min.57), Luis García; y Hélder Postiga (Ortí, min.75).

1 - Valencia C.F.:
Guaita; Bruno, Dealbert, Víctor Ruiz, Jordi Alba; Banega, Topal; Piatti (Jonás, min.61), Parejo (Mathieu, min.46), Feghouli; y Soldado (Adúriz, min.82).

Gol: 0-1. min.82. Jordi Alba.

Arbitro: Velasco Carballo, del C. Madrileño. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Meira, Paredes y Mateos a los visitantes Feghouli, Guaita y Víctor Ruiz.

Incidencias: partido correspondiente a la décima jornada de liga, disputado en el estadio de La Romareda ante unos 18.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos del reciente terremoto de Turquía. Debutó en Primera División el jugador local Jorge Ortí, del Zaragoza B.

20111027153818-660-jorge-orti.jpg

 

Jorge Ortí

Jorge Ortí

Nombre

Jorge Ortí Gracia

Nacimiento

28 de abril de 1993
Zaragoza, España

Nacionalidad

 

Club actual

Real Zaragoza

Posición

Delantero

Estatura

1'80 metros

Año del debut

2010

Club del debut

Real Zaragoza B

Jorge Ortí Gracia es un futbolista español. Nació en Zaragoza. Juega de delantero centro y su primer equipo fue el Real Zaragoza B, al que da el salto en el verano del 2010 tras sólo dos años en juveniles.


En el verano del 2010 es convocado para el Europeo sub-17 con la Selección Española de la categoría, consiguiendo el subcampeonato. Posteriormente es llamado por José Aurelio Gay para realizar la pretemporada con el primer equipo, disponiendo de minutos en los diversos partidos preparatorios; sin embargo, en la temporada 2010/2011 jugará en el equipo filial.

En el verano del 2011 es llamado por Javier Aguirre para realizar la pretemporada con el primer equipo hasta que lo convoca Javier Aguirre para los partidos de Betis y Malaga. Debuta oficialmente con el Real Zaragoza contra el Valencia C.F con el dorsal 26 sustituyendo a Hélder Postiga en el minuto 76.

Clubes

Club

Categoría

Temporada

Partidos

Goles

Real Zaragoza B

segunda división B

2010/11

S/D

S/D

 

Estatua de la Libertad

 
Statue of Liberty
(Estatua de la Libertad)1
Patrimonio de la Humanidad — Unesco
Statue of Liberty 7.jpg
Coordenadas40°41′21″N 74°2′40″O / 40.68917, -74.04444
PaísBandera de los Estados Unidos Estados Unidos
TipoCultural
Criteriosi, vi
N.° identificación307
Región2Europa y América del Norte
Año de inscripción1984 (VIII sesión)
1 Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
2 Clasificación según la Unesco.
Monumento nacional Estatua de la Libertad
(Statue of Liberty National Monument,
Ellis Island and Liberty Island)
Registro Nacional de Lugares Históricos (EE. UU.)
Monumento Nacional
Liberty Island.jpg
Vista aérea de la Estatua y de la isla de la Libertad
UbicaciónBandera de los Estados Unidos Estados Unidos
Flag of New York.svg Nueva York
Isla de la Libertad
Ciudad más cercanaNueva York
Coordenadas40°41′21″N 74°2′40″O / 40.68917, -74.04444Coordenadas: 40°41′21″N 74°2′40″O / 40.68917, -74.04444 (mapa)
Construido/Fundado01886-10-28 28 de octubre de 1886
ArquitectoFrédéric Auguste Bartholdi
Nombrado01924-10-15 15 de octubre de 1924
01965-10-15 15 de octubre de 1965 (Isla Ellis)
Agregado al NRHP01966-10-15 15 de octubre de 1966
Visitas3,5 millones (en 2011)
Referencia NRHP66000058[1]
AdministraciónServicio de Parques Nacionales

Red pog.svg
New York Locator Map with US.PNG

«La libertad iluminando el mundo» (Liberty Enlightening the World), conocida como la Estatua de la Libertad (Statue of Liberty en inglés, Statue de la Liberté en francés), es uno de los monumentos más famosos de Nueva York, de los Estados Unidos y de todo el mundo. Se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis. La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1886 en presencia del presidente estadounidense de la época, Grover Cleveland. La estatua es obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y la estructura interna fue diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel.[2] El arquitecto francés Eugène Viollet-le-Duc, estuvo encargado de la elección de los cobres utilizados para la construcción de la estatua. El 15 de octubre de 1924, la estatua fue declarada como monumento nacional de los Estados Unidos y el 15 de octubre de 1965 se añadió la isla Ellis. Desde 1984 está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[2]

La Estatua de la Libertad, además de ser un monumento importante en la ciudad de Nueva York, se convirtió en un símbolo en Estados Unidos y representa, en un plano más general, la libertad y emancipación con respecto a la opresión. Desde su inauguración en 1886, la estatua fue la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar a Estados Unidos tras su travesía por el océano Atlántico. En términos arquitectónicos, la estatua recuerda al famoso Coloso de Rodas, una de las «siete maravillas del mundo». Fue nominada para las «nuevas maravillas del mundo», donde resultó finalista. El nombre asignado por la Unesco es «Monumento Nacional Estatua de la Libertad». Desde el 10 de junio de 1933 se encarga de su administración el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos.

ACB 2011/12 Jornada 5

Publicado: 30/10/2011 22:25 por Miguel Anchel Sanz en BASKET CAI ZARAGOZA
20111030222939-lagun-aro-san-sebastian.jpg

 

CAI ZARAGOZA |

 LAGUN ARO GBC


77 |


 86

 

 J 5 | 30/10/2011 | 12:15 | Pabellon Principe Felipe | Público:7000

 

 

 

 

 

 Árb: J.R. García Ortiz, J.C García González, David Soto

 

16|18

26|17

18|19

17|32

 

CAI ZARAGOZA 77

REB

 

TAP

 

FP

 

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

+/-

7

Burstchi, Jacob

12:19

7

2/3

67%

1/2

50%

0/0

0%

2

0+2

0

0

0

0

0

0

0

3

0

4

-11

8

Wright, Bracey

29:6

21

6/11

55%

1/4

25%

6/7

86%

3

2+1

1

2

2

0

0

2

0

2

6

18

-2

9

Van Rossom, Sam

16:6

6

3/4

75%

0/3

0%

0/0

0%

1

1+0

1

0

3

0

0

0

0

4

0

-3

-10

10

Hettsheimeir,R

30:3

13

5/7

71%

0/3

0%

3/4

75%

5

3+2

0

0

2

1

2

0

1

4

4

12

-11

11

Stefansson, J.

22:32

7

3/5

60%

0/2

0%

1/1

100%

2

1+1

0

0

2

0

0

0

0

0

2

5

-5

12

Almazán, Pablo

10:34

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

1

1+0

0

0

0

0

0

0

0

1

0

0

11

16

Cabezas, Carlos

23:54

12

2/7

29%

1/2

50%

5/7

71%

2

2+0

4

2

3

1

0

0

0

1

6

14

1

17

Marín, Javier

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

21

Archibald, R.

13:18

6

2/3

67%

0/0

0%

2/2

100%

5

2+3

1

0

0

0

0

0

0

3

2

10

-1

31

Fontet, Albert

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

33

Toppert, Chad

13:46

3

0/1

0%

1/2

50%

0/0

0%

2

1+1

0

0

0

0

0

0

0

2

0

1

1

34

Aguilar, Pablo

28:22

2

1/3

33%

0/3

0%

0/0

0%

4

4+0

1

0

1

0

0

0

0

3

0

-2

-18

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

3

2+1

0

0

0

0

0

0

0

0

1

4

0

Total

200:0

77

24/44

55%

4/21

19%

17/21

81%

30

19+11

8

4

13

2

2

2

1

23

21

63

-9

E

 Abós, José Luis

5f

 

LAGUN ARO GBC 86

REB

 

TAP

 

FP

 

 

D

Nombre

Min

P

T2

T2 %

T3

T3 %

T1

T1 %

T

D+O

A

BR

BP

C

F

C

M

F

C

V

+/-

5

Papamakarios, M.

9:4

0

0/1

0%

0/1

0%

0/0

0%

0

0+0

0

0

1

0

0

0

0

3

0

-6

-6

7

Panko, Andy

36:16

24

5/15

33%

2/4

50%

8/8

100%

8

5+3

1

0

3

0

0

1

0

2

7

22

14

8

Neto, Raulzinho

31:47

14

5/7

71%

0/2

0%

4/5

80%

4

3+1

3

5

3

1

0

0

0

3

4

19

21

9

Vidal, Sergi

33:31

8

2/3

67%

0/1

0%

4/4

100%

6

4+2

3

2

3

1

0

0

1

3

4

15

14

11

Lasa, Lander

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13

Doblas, David

15:49

6

2/4

50%

0/0

0%

2/2

100%

5

2+3

1

0

2

0

2

0

0

1

2

11

1

14

Salgado, Javier

9:44

2

1/3

33%

0/1

0%

0/0

0%

2

1+1

0

0

2

0

0

0

0

1

2

0

-8

20

Baron, Jimmy

33:46

22

4/5

80%

3/6

50%

5/6

83%

3

3+0

0

0

1

0

0

0

0

2

2

19

5

33

Adeleke, Kenny

5:10

2

1/3

33%

0/0

0%

0/0

0%

3

0+3

0

0

0

0

0

0

0

1

0

2

-4

44

Lorant, Peter

6:37

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

0

0+0

0

0

2

0

0

0

0

2

0

-4

-3

51

Betts, Andrew

18:16

8

4/6

67%

0/0

0%

0/0

0%

6

4+2

2

0

0

0

0

1

0

3

1

11

11

 

Equipo

 

0

0/0

0%

0/0

0%

0/0

0%

2

2+0

0

0

0

0

0

0

0

0

1

3

0

Total

200:0

86

24/47

51%

5/15

33%

23/25

92%

39

24+15

10

7

17

2

2

2

1

21

23

92

9

E

 Alonso, Sito

5f

 

 

 

 

Lagun Aro GBC se estrena en Liga Endesa a costa del CAI Zaragoza (77-86)

 

Los 46 puntos de la pareja Baron-Panko alimentan el espíritu del Lagun Aro GBC, que se relaja tras estrenarse en la Liga Endesa. El acierto vasco en el último cuarto (32 puntos) fue clave para la victoria

 

Zaragoza, 30 Oct. 2011.- El Lagun Aro GBC rompió el maleficio que parecía soportar esta temporada en la Liga Endesa en su visita a la capital aragonesa. El CAI Zaragoza confirmó sus temores y vio como los guipuzcoanos sumaban su primera victoria y asaltaban un fortín del que en los dos últimos años solo habían salido victoriosos equipos claramente superiores a los zaragozanos.

El equipo aragonés fue incapaz de frenar a los dos hombres de referencia de los donostiarras, Andy Panko y Jimmy Baron, que superaron ambos la barrera de los 20 puntos anotados y sumaron más de la mitad de la anotación de un equipo que había encajado hasta el momento cuatro derrotas pero con mínimas diferencias.


Los guipuzcoanos supieron aprovechar los desajustes defensivos que mostraron los zaragozanos en el inicio del encuentro para empezar mandando en el marcador en los primeros minutos de juego y contar con ventajas de hasta seis puntos (8-14), momento en el que José Luis Abós decidió parar el juego.

A partir de ese momento, la maquinaria caísta comenzó a funcionar con una defensa mucho más intensa, en la que los hombres de Sito Alonso no eran capaces de encontrar huecos. Por parte local, el estadounidense Bracey Wright asumió la responsabilidad en ataque, lo que permitió a su equipo, mientras estuvo en pista, firmar un parcial de 25-9, con lo que alcanzó la barrera de los diez puntos de ventaja (33-23).

El respiro que le dio Abós a su escolta reactivó a los donostiarras, que tras alcanzar su máxima desventaja (36-25) reaccionaron con un parcial de 0-8 que les volvía a meter en el partido. Pese a ello, el triple sobre la bocina antes del descanso de Cabezas permitió a su equipo irse al vestuario con siete puntos a su favor (42-35).

Tras el descanso, los dos equipos se mostraron excesivamente irregulares, con demasiados altibajos en su juego, lo que permitió primero a los guipuzcoanos recortar la desventaja y luego un parcial de 0-11 que les permitió recuperar el dominio en el marcador (49-50).


A los rojillos les costó tomarle el pulso al cuarto, pero terminaron reaccionando para terminar dejándose tan solo un punto en diez minutos en los que estuvo contra las cuerdas.

Los problemas de los locales se agravaron en el último cuarto, con nulo acierto en sus acciones de ataque frente a un rival que seguía luchando por cada balón y que empezaba a anotar los lanzamientos que anteriormente se habían negado a entrar.

Siete puntos consecutivos de Jimmy Baron permitieron a su equipo recuperar el mando en el electrónico (65-67) a menos de cuatro minutos para el final que, salvo la igualada en la acción siguiente, ya no abandonaron hasta el final.

77 - CAI Zaragoza (16+26+18+17): Cabezas (12), Stefansson (7), Burtschi (7), Aguilar (2) y Hettsheimeir (13) -cinco inicial- Van Rossom (6), Wright (21), Almazán, Archibald (6) y Toppert (3).

86 - Lagun Aro GBC (18+17+19+32): Neto (14), Baron (22), Vidal (8), Panko (24) y Betts (8) -cinco inicial- Salgado (2), Doblas (6), Lorant, Papamakarios y Adeleke (2).

Árbitros: García Ortiz, García González y Soto. No excluyeron a ningún jugador.

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga Endesa disputado en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 7.000 espectadores.

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30.10.2011 - LIGA 1ªDiv. 2011/12 - JORNADA Nº 11

Partido Nº 1920 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

  ATLETICO 3-1 REAL ZARAGOZA   

Ficha tecnica

Atlético de Madrid: Courtois; Silvio (Perea, m. 66), Domínguez, Godín, Filipe; Gabi, Mario (Tiago, m. 78), Arda Turan; Diego (Koke, m. 87); Adrián y Falcao.

Real Zaragoza: Roberto; Juárez, Lanzaro, Da Silva, Paredes (Lafita, m. 46); Barrera (Juan Carlos, m. 64), Ponzio, Zuculini (Rubén Micael, m. 46), Meira, Luis García; y Postiga.

Goles: 1-0, m. 19: Adrián, de cabezazo colocado a la escuadra tras un pase medido de Arda Turan. 2-0, m. 31: Domínguez cabecea en el segundo palo un servicio de Godín. 3-0, m. 75: Adrián culmina una jugada individual de Filipe Luis. 3-1, m. 79: Postiga cabecea un saque de esquina.

Árbitro: Estrada Fernández (C. Catalán). Amonestó a los locales Mario Suárez (m. 24) y Gabi (m. 34) y a los visitantes Ponzio (m. 56) y Rubén Micael (m. 59).

Incidencias: partido correspondiente a la undécima jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 45.000 espectadores.

 

 

Estadísticas

Atlético


Zaragoza

3

Goles

1

3

Asistencias

1

17

Disparos

10

7

Disparos a portería

4

3

Paradas

4

0

Goles de penalti

0

0

Penaltis

0

28

Centros

11

5

Saques de esquina

4

3

Fueras de juego

2

18

Faltas cometidas

12

3

Tarjetas amarillas

2

0

Tarjetas rojas

0

58%

Posesión

42%

 

 

Adrián y la defensa del Zaragoza alivian a Manzano

Adrián fue titular en el Atlético y consiguió un doblete. También marcó Domínguez. Helder Postiga hizo el tanto del Zaragoza, que estuvo muy desacertado en la línea defensiva.





 

Muchas jornadas llevaba el Atlético -siete consecutivas sin ganar- desquiciando poco a poco a Gregorio Manzano. El partido tenía todos los ingredientes para destilar veneno y servírselo al técnico jiennense en bandeja de plata. Reyes ya se había encargado de calentar la previa a su manera, la afición estaba caliente en su día... pero el partido fue noticia por su carácter analgésico para el Atlético, sobre todo, gracias al Zaragoza y al planteamiento de su técnico, Javier Aguirre.

El entrenador mexicano dispuso en el Calderón una defensa de cinco, un anticipo de que no iba a practicar un fútbol valiente, ya que ni si quiera tuvieron recorrido sus laterales, algo que se presuponía en su dibujo táctico. Al Atlético no le hizo falta apretar mucho para anotar el primer tanto. Arda Turan puso un preciso centro al punto de penalti, donde Adrián, insultantemente sólo, remató de cabeza a placer, pero con gran talento, muy lejos del alcance de Roberto. Era el minuto 18, y la herida de Manzano dejaba de supurar.

A los veinte minutos de partido, el Atlético se adueñó del balón, o mejor dicho, el Zaragoza se declaró sumiso. Mario Suárez y Gabi no derrocharon posesión de balón, pero Adrián estaba realizando una gran labor de desgaste en el desmarque, y en el minuto 26 a punto estuvo de nuevo de rematar otro centro del turco Turan. Por su parte, el Zaragoza no inquietaba a Courtois, si acaso destacar el oficio de Helder Postiga, con un intento de vaselina y un sombrero que terminó con un tímido remate.

Tal y como discurría el partido ni siquiera era necesaria la fantasía de Diego -exquisito control dentro del área en el 29-, ni que Falcao, desaparecido, sacara el ariete para derribar la muralla maña, pues no fue tal, sino a lo sumo, una pared de cartón piedra. Una simple falta fue necesaria para que el Atlético pusiera el 2-0 en el marcador. Gabi la puso con criterio al segundo palo, pero la marca de Lanzaro sobre Godín fue penosa y Domínguez, a placer, mandó a deshacer las maletas de Manzano con su tanto.

El carácter del partido cambió de manera considerable en la segunda mitad. En primer lugar, Aguirre dio entrada a Rubén Micael y Lafita para acercarse algo más al arco de Courtois. Hasta el minuto 25 del segundo periodo, el Zaragoza lo consiguió, no hasta el punto de disparar alarmas, pero sí estuvo relativamente cerca del gol. Antes de ello, el partido se puso feo, con dos cartulinas amarillas para los maños en apenas tres minutos (Ponzio y Micael). En el minuto 22, el portugués Postiga estuvo a punto de llegar a rematar un envenenado centro de Juárez.

Fue el preludio del comienzo de otro 'minipartido' de ida y vuelta plagado de errores defensivos, en el que ambos equipos parecían a gusto. Así, en el 29, Filipe Luis fue capaz de adentrarse hasta las mismísimas entrañas del área rival para levantar la cabeza y encontrar sólo a Adrián, que marcó el tercero para los rojiblancos. Y ya en el 33, Postiga tuvo su premio al rematar de cabeza, también a placer, a la salida de un córner.

El partido siguió abriéndose, como si quisiera castigar a las fláccidas defensas. Hubo tiempo de ver buscar a Falcao el gol, de ver fallar a Diego -buen partido del brasileño- sólo ante Roberto, de anotar un par de detalles más de Arda... y de ver un manotazo de Perea. Pero Manzano salvó su cabeza gracias a los de siempre: los únicos tres anotadores colchoneros siguen siendo Falcao, Adrián y Domínguez.

PRISCILIANO

Publicado: 30/10/2011 23:36 por Miguel Anchel Sanz en HISTORIA

 

 

Prisciliano

«Prisciliano enseñó que los nombres de los Patriarcas corresponden a las partes del alma, y de modo paralelo, los signos del Zodíaco se corresponden con partes del cuerpo». Cita de Orosio, en su Communitorium de errore Priscillianistarum et Origenistarum.

Prisciliano de Ávila (¿Gallaecia?, aprox. 340 – Civitas Treverorum, actual Tréveris, 385), obispo hereje hispano, fundador del priscilianismo, fue, junto a otros compañeros, el primer hereje ajusticiado por el gobierno secular en nombre de la Iglesia Católica.


 Orígenes y primeros pasos

Según Próspero de Aquitania, se cree que nació en la provincia romana de Gallaecia, en el entorno de una familia senatorial. Pero, por las referencias a su origen noble, es probable su ligación con la Bética o Lusitania, donde había un mayor desarrollo de fundus aristocráticos que en la Gallaecia, aunque otros autores han señalado una mayor importancia de este tipo de latifundios en el noroeste de la Península Ibérica de la considerada hasta ahora. En torno al año 370 viaja a Burdigala (Burdeos) para formarse con el retórico Delphidius. A las afueras de esta ciudad funda una comunidad de tendencia rigorista junto a su mentor y la mujer de éste, Eucrocia. Se le reconoce una relación con la hija de ambos, Prócula, aunque San Jerónimo hace mención a una mujer llamada Gala como su pareja oficial. Su principal adversario, Itacio de Ossonoba, atribuye sus conocimientos de astronomía y magia a un tal Marcos de Memphis. Sin embargo, este nombre parece remitir a un mago alejandrino del siglo I citado por San Ireneo en su Adversus haereses. Hacia el 379, durante el consulado de Ausonio y de Olybrio vuelve al noroeste peninsular y comienza su período predicante. Sus ideas obtuvieron gran éxito, en especial entre las mujeres y las clases populares, por su rechazo a la unión de la Iglesia con el Estado imperial y a la corrupción y enriquecimiento de las jerarquías. Ante la rápida extensión de sus enseñanzas, Higinio de Córdoba, el sucesor de Osio, envía una carta informando de la situación al obispo de la sede metropolitana de Emerita Augusta (Mérida, capital de la Dioecesis Hispaniarum), El conflicto

Estos dos obispos, junto a Itacio de Ossonoba, convocan el Concilio de Caesaraugusta (actual Zaragoza) en el año 380 (otras fuentes lo sitúan unos años antes, en el 378) , con el fin de condenar las ideas priscilianistas. A este sínodo acudieron dos obispos aquitanos y diez hispanos, lo que parece indicar una fuerte y rápida expansión del movimiento ascético iniciado por Prisciliano, pero la ausencia de los dos principales obispos acusados de priscilianistas, Instancio y Salviano, evita la condena en firme. Las actas dicen que el obispo de Astorga, Simposio (padre de Dictinio, quien años más tarde ocupará esa sede) abandonó el Concilio al segundo día. Este prelado ocupará años después un lugar relevante entre los discípulos del hereje galaico. El obispo Valerio, anfitrión del sínodo, recoge las recomendaciones de Dámaso, obispo de Roma, de evitar la condena in absentia. Poco después esos dos obispos (Instancio y Salviano) elevarán a Prisciliano a la sede vacante de Abula (Ávila).

En un intento de acercar posturas, Instancio y Salviano viajan a Emerita Augusta (Mérida) para entrevistarse con Hidacio pero se ven obligados a huir de una turba de exaltados arengada por el obispo metropolitano.

Se produce entonces un nutrido cruce de acusaciones epistolares entre priscilianistas y ortodoxos. Hay que tener en cuenta que la extensión de las enseñanzas de Prisciliano se produce en todos los estratos sociales, incluyendo muchas familias influyentes de casi todas las provincias hispanas. Finalmente, una carta enviada por Hidacio a Ambrosio, obispo de Mediolanum (Milán), donde se encuentra instalada la corte imperial, convence a éste para obtener un rescripto del emperador Graciano excomulgando y desterrando de sus sedes a Prisciliano y sus seguidores.

  El viaje

Corre el año 382 y Prisciliano decide viajar a Roma para defenderse, pero el obispo de Roma, Dámaso (en plena pugna por obtener la primacía de la sede romana y convertirse, así, en el primer Papa «oficial»), y también de familia oriunda de Hispania, se niega a recibirle por no considerarse competente para anular un rescripto del emperador. Finalmente viaja a Milán, y aprovecha la ausencia de Graciano para convencer a su magister officiorum (Mayordomo Mayor) Macedonio de que anule el anterior decreto imperial.

De este modo regresa a Hispania, reafirmando la situación de su grupo y consiguiendo, de paso, que Itacio sea acusado de perturbador de la Iglesia. El procónsul Volvencio ordena la detención del obispo antipriscilianista y éste se ve obligado a huir a Civitas Treverorum (Tréveris), bajo el amparo del obispo Britto.

En el año 383 el también hispano Magno Clemente Máximo, gobernador de Britania, cruza a las Galias al mando de 130.000 soldados haciendo huir al emperador Graciano, a quien finalmente asesina en una emboscada en los bosques de Lugdunum (Lyon). Sus legiones lo nombran nuevo imperator de Occidente, pero este nombramiento no es visto con buenos ojos por Teodosio, emperador de los territorios Orientales. Esta situación delicada le hace buscar apoyos en la Iglesia Católica, a su vez necesitada de amparo institucional para enfrentarse a los numerosos movimientos disidentes que la asedian (arrianos, rigoristas, binionitas, patripasianos, novacianos, nicolaitas, ofitas, maniqueos, homuncionitas, catáfrigos, borboritas, o los propios priscilianistas).

 La condena

En esa alianza de conveniencia se encuadra el desarrollo posterior de los acontecimientos: la Iglesia oficial se enfrenta a un movimiento popular muy extendido por toda la península Ibérica y buena parte de las Galias, y Máximo desea ofrecer una mano tendida en forma de condena oficial al priscilianismo. Pero la aplicación de una sentencia por herejía conlleva la confiscación por parte del Estado de todos los templos de la secta, lo que no interesa a la jerarquía eclesiástica ni sirve a los intereses del emperador. De este modo se diseña un proceso judicial ad hoc que pretende condenar a los obispos hispanos por maleficium (brujería). Esta sentencia, más favorable a las arcas del nuevo emperador, incluye la requisa de todas las propiedades personales de los acusados, quienes, recordemos, pertenecen a pudientes familias hispanas, sin afectar al patrimonio eclesiástico.

Se convoca, entonces, un nuevo concilio en Burdeos al que deciden acudir Prisciliano y varios de sus seguidores, y en el que se condena de nuevo la herejía priscilianista, pero del que sólo se obtiene de facto la deposición de Instancio de su sede. Durante la celebración de este cónclave, una multitud enajenada lapida a Urbica, una discípula de Prisciliano. Éste abandona el cónclave y se dirige al norte, a Tréveris, en la Germania Superior, donde Máximo ha establecido su corte, para convencer al emperador de que tercie a favor de su grupo, sin saber que allí Itacio de Ossonoba ya ha tejido la red que acabará con su vida.

En el año 385 Prisciliano llega a Tréveris, donde es acusado, a través de Evodio, prefecto del emperador, de la práctica de rituales mágicos que incluyen danzas nocturnas, el uso de hierbas abortivas y la práctica de la astrología cabalística.

Tras obtener mediante tortura una confesión del mismo Prisciliano, es decapitado junto a sus seguidores Felicísimo, Armenio, Eucrocia (la viuda de Delphidius), Latroniano, Aurelio y Asarino. Todos ellos se convierten en los primeros herejes ajusticiados por la Iglesia Católica a través de una institución civil (secular).

Priscilianismo

Tras la ejecución de Prisciliano el movimiento herético se mantuvo en vigor durante al menos dos siglos más, sobre todo en su Gallaecia de origen, como lo demuestran los sucesivos concilios convocados para tratar el tema.

Inmediatamente después del proceso de Tréveris, Máximo envía dos comisarios a Hispania para depurar las sedes episcopales de todo rastro de priscilianismo, iniciándose una cadena de ajusticiamientos y deportaciones que acabaron por despertar las iras de sectores de la iglesia oficial descontentos con el curso de los acontecimientos. Martín de Tours, Jerónimo en Roma y Ambrosio de Milán representaban una facción, dentro del cuadro de ortodoxos leales a Roma, que se había opuesto desde un principio a la injerencia imperial en asuntos eclesiásticos. Son estos padres de la Iglesia, en especial Martín, quienes detienen el desproporcionado movimiento itaciano, denominado así por su principal impulsor, Itacio, el obispo de Ossonoba.

San Agustín de Hipona, uno de los padres de la iglesia más activos contra el priscilianismo.

En el año 388 Máximo es derrotado y decapitado por Teodosio, y la situación da un vuelco hasta el punto de que el propio Itacio es excomulgado en el 389 por su implicación directa en el juicio secular contra Prisciliano. En este año, según Sulpicio Severo, varios discípulos viajan hasta Tréveris con el permiso de Roma para exhumar los restos de su líder y llevarlos a su Gallaecia natal. A la cabeza de esta delegación se encuentra Dictinio, autor de uno de los pocos opúsculos priscilianistas de los que se conoce su existencia (aunque no se conserva ningún ejemplar). De ese libro, titulado Libra, se conservan tan sólo referencias indirectas en la obra de San Agustín de Hipona Contra mendacium. Refiere este autor que los priscilianistas consideran lícito mentir para proteger su existencia, hasta el punto de que se recoge un santo y seña mediante el que se reconocen: Iura, periura, secretum prodere noli (juramento de inviolabilidad de los secretos del grupo, aun a costa de mentir).

En el año 396 se convoca un Concilio en Toledo en el que los seguidores de Prisciliano abjuran de sus ideas y declaran haber abandonado los errores de la secta, pero la constatación de la pervivencia de costumbres priscilianistas (consagración de la eucaristía con leche y uvas, ayuno, la presencia de clérigos con el pelo largo...) obliga a la celebración de un nuevo concilio en Toletum en el año 400. En este sínodo se asegura que once de los doce obispos de la Gallaecia eran priscilianistas. El único obispo no priscilianista era el de la diócesis de Bretoña, no galaica, sino británica. (Entre los siglos IV y V miles de celtas de la provincia romana de Britania bajo el mando del obispo Maeloc cruzan a Armórica, en la Galia, y a Gallaecia, fundando la provincia-obispado de Bretoña. Un par de siglos después será también un monje bretón, Pelagio, el que anuncie el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago). Las actas de ese concilio recogen el testimonio de abjuración de su herejía de Simposio, su hijo Dictinio y el presbítero Comasio.

Tras la muerte de Máximo, Teodosio se proclama emperador de Oriente y Occidente; pero su muerte en el 395 deja de nuevo el imperio dividido entre sus dos hijos. Al mayor, Arcadio, le corresponden los territorios orientales y al joven Honorio, con apenas once años, el imperio occidental, tutelado por Estilicón. El movimiento priscilianista se ha ido transformando en este tiempo en una sociedad secreta, que ejerce el suficiente poder en el noroeste peninsular para que el papa Inocencio I decrete la Regula fidei contra omnes hereses, maxime contra Priscillianistas en el año 404. Entre las filas del movimiento priscilianista algunos autores han incluido a Baquiario, un monje itinerante de finales del siglo IV, y a Egeria, autora de la primera crónica de viajes a tierra santa del cristianismo escrita por una mujer.

En el año 409 Honorio define su política decantándose en contra del movimiento priscilianista, condenando a sus seguidores a perder sus bienes y derechos civiles, llegando a imponer multas a los funcionarios civiles remisos a perseguir la herejía.

Es el año en que los bárbaros se desbordarán por el imperio, y el priscilianismo sobrevivirá en el noroeste peninsular, sobre todo en el entorno rural, al amparo de la independencia política de Roma. A mediados del siglo V, Santo Toribio, obispo de Astorga, se aplicó a arrebatar de manos de los fieles todos los libros priscilianistas y, comprendiendo que todavía este remedio era ineficaz, remitió al papa San León el Magno el Communitorium, enumeración de los errores consignados en los libros apócrifos, y el Libellus, donde refutaba el priscilianismo. San León aconsejó la celebración de un concilio en Toledo, o un sínodo de obispos galaicos, si lo anterior fuese imposible por el estado de independencia política de Gallaecia respecto a Roma y el conflicto generalizado en la Península Ibérica. Se convocó el sínodo de Aquis Caelenis (actual Caldas de Reis), donde los heterodoxos, aún aparentando admitir la Assertio fidei, perseveraron en sus doctrinas y prácticas, hasta mediado el siglo VI. Finalmente el primer Concilio de Braga (561) vuelve a hacer referencia al problema, condenándose en siete de sus diecisiete cánones las proposiciones priscilianistas. El segundo concilio de Braga, celebrado varios años después, aún refleja en sus actas alusiones a la secta, e incluso aparece una alusión en el IV concilio de Toledo (683), en el que se condena, como lacra priscilianista, el «delirante pecado» de no cortarse el pelo de la clerecía gallega.

Corpus ideológico del priscilianismo

Prisciliano fundó una escuela ascética, rigorista, de talante libertario, precursora del movimiento monacal, inspirada en la tradición gnóstica, y opuesta a la creciente opulencia de la jerarquía eclesiástica imperante en el siglo IV. Los aspectos más polémicos, en cuestiones formales, son el nombramiento de «maestros» o «doctores» a laicos, la presencia de mujeres en las reuniones de lectura y su marcado carácter ascético. Las fuentes principales que informan de la particular liturgia del priscilianismo son los cánones promulgados en los sucesivos concilios. En el concilio de Caesaraugusta de 380, por ejemplo, se hace referencia a costumbres indeseables como «mujeres que asisten a lecturas de la Biblia en casas de hombres con quienes no tienen parentesco; el ayuno dominical y la ausencia de las iglesias durante la cuaresma; la recepción de las especies eucarísticas en la iglesia sin consumirlas de inmediato; el apartamiento en celdas y retiros en las montañas; andar descalzos (nudis pedibus incedere)».

Las piedras abraxas con simbología priscilianista, como gallos, remiten a la influencia gnóstica del movimiento.

Intentó la reforma del clero a través del celibato y la pobreza voluntaria, y posteriormente amplió la reforma a todos los fieles. Su carácter maniqueo (dualismo alma-cuerpo, la primera divina, el segundo mortal y, por lo tanto, corrupto) lleva al establecimiento de un ascetismo difícil de practicar, sentando así las bases (de manera parecida a la herejía donatista) del camino de perfección cátaro: una moral más laxa para los fieles y otra más estricta para los «perfectos».

Abogó por la interpretación personal de los textos evangélicos, planteando el principio del libre examen. Exigió que la Iglesia volviera a unirse a los pobres. Enfatizó el estudio de los símbolos y la superación del literalismo en la interpretación de la Biblia. No es fácil separar las aserciones genuinas de Prisciliano de las atribuidas a él por sus enemigos, ni de las que posteriormente hicieron grupos que fueron etiquetados como "priscilianistas". El hecho es que, para lograr su condena, fue acusado de usar magia (delito castigado por la ley romana), de reuniones nocturnas con mujeres, gnosticismo y maniqueísmo, y posteriormente de negar que las tres personas de Dios son distintas y con ello negar el misterio de la Trinidad. Su pensamiento real o supuesto es llamado priscilianismo.

Sus reuniones, frecuentemente nocturnas, en bosques, cuevas o en villae alejadas de las ciudades, y con el baile como una parte importante de la liturgia, incluían tanto a hombres como a mujeres. Sustituyó la consagración oficial con pan y vino por leche y uvas; acogió a las mujeres y los esclavos en las sesiones de lectura de textos evangélicos (incluyendo apócrifos) e incorporó el concepto del emanatismo: el alma «surge» de una especie de almacén y debe descender hasta el mundo terrenal, donde es inevitablemente corrompida por el maligno. Este origen divino del alma, junto con la concepción sabeliana del dogma de la Trinidad, son los principales motivos de controversia teológica con los sectores más ortodoxos de la Iglesia.

Partidario de la libre interpretación de Las Escrituras y los Evangelios apócrifos, llegó a ser obispo de Ávila pero no fue reconocido de forma oficial.

Quiero desatar y quiero ser desatado.

Quiero salvar y quiero ser salvado.
Quiero ser engendrado.
Quiero cantar; cantad todos.
Quiero llorar: golpead vuestros pechos.
Quiero adornar y quiero ser adornado.
Soy lámpara para ti, que me ves.
Soy puerta para ti, que llamas a ella.
Tú ves lo que hago. No lo menciones
La palabra engañó a todos, pero yo no fui
completamente engañado.

—Himno a Jesucristo, de fuerte inspiración gnóstica, atribuido a Prisciliano.

Tumba

Catedral de Santiago de Compostela — ¿Tumba de Prisciliano?

En el año 813 un ermitaño llamado Payo comunica a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, que en el bosque de su diócesis llamado Libredón se ven unas luces extrañas. El obispo referirá después al rey Alfonso II el Casto que buscando el origen de las luces halló un sepulcro, que no duda en atribuir inmediatamente al apóstol Santiago. La noticia se hace oficial con el Papa León III.

En el año 1900 el hagiógrafo Louis Duchesne publica en la revista de Toulouse Annales du Midí un artículo bajo el título « Saint Jacques en Galice » en el que sugiere que el que realmente está enterrado en Compostela es Prisciliano, basándose en el viaje que sus discípulos hicieron con los restos mortales del hereje hasta su tierra natal. Posteriormente Sánchez-Albornoz y Unamuno se hacen eco de esta hipótesis que ha pasado a convertirse en una hipótesis muy popular, alternativa a la tradición cristiana.

Oponiéndose a esta teoría, Monseñor Guerra Campos indica la existencia de un lugar que podría ser el lugar de enterramiento de Prisciliano: Los Martores (en gallego, Os Martores), perteneciente a la parroquia de San Miguel de Valga, en la provincia española de Pontevedra. Ahí hay una ermita, dedicada a San Mamede, en cuyo interior han aparecido sarcófagos antropoideos tallados en piedra que bien pudieran pertenecer al siglo IV. La teoría de Guerra Campos se basa en la denominación popular con la que se conoció a los discípulos ajusticiados en Tréveris, hasta mucho tiempo después de su muerte: Los mártires (en gallego: Os mártires, gallego dialectal Os mártores), siendo este el único topónimo de estas características en toda Galicia. Una última teoría, planteada por Celestino Fernández de la Vega, establece el posible lugar de enterramiento de Prisciliano en Santa Eulalia de Bóveda, localidad próxima a Lugo.

BANDERA PIRATA

Publicado: 30/10/2011 23:48 por Miguel Anchel Sanz en LOGOTIPOS
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Bandera pirata

Típica Jolly Roger.

Jolly Roger es el nombre que recibe la bandera tradicional de los piratas de Europa y América. La más conocida es la negra con una calavera cruzada por huesos en blanco (☠) . Sin embargo, existe una gran cantidad de variantes. Jack Rackham (Jack el Calicó) y Thomas Tew usaban variaciones con espadas. Edward Teach (alias Barbanegra) utilizaba un esqueleto sosteniendo un reloj de arena en una mano y un dardo o lanza en la otra, al tiempo que permanecía al lado de un corazón sangrante. Bartholomew Roberts (también conocido como Bart el Negro) empleaba dos variaciones: un hombre y un esqueleto que sostienen una lanza en una mano, mientras que juntos agarran un reloj de arena o una copa o un hombre armado de pie sobre dos calaveras sobre las letras ABH y AMH (A Barbadian's Head y A Martinican's Head, que simbolizan que cada una de las calaveras son de los gobernadores de Barbados y de Martinica, queriendo decir que la muerte les esperaba).


  Orígenes del término

Los orígenes del término «Jolly Roger» no están claros, existen varias teorías al respecto. Una de ellas indica que procede del término francés «joli rouge» (‘rojo bonito’), que los ingleses posteriormente corrompieron a «Jolly Roger». Aunque es cierto que existieron «banderas rojas» que fueron tan temidas, o más, que las «banderas negras», esta explicación parece improbable por tres motivos: en primer lugar, el primer nombre conocido de la bandera negra fue «Old Roger», apareciendo «Jolly» después. En segundo lugar, la bandera roja no fue copiada de los franceses, por lo que parece razonable que tampoco lo fuera la bandera negra. En tercer y último lugar, no existe evidencia alguna de que el término «Jolly Rouge» fuera empleado alguna vez para hacer referencia a ningún tipo de bandera.

El origen de las banderas rojas puede estar en las que usaban los corsarios ingleses por orden del Almirantazgo en 1664, la «red jack». Cuando la Guerra de Sucesión Española acabó en 1714, muchos de los corsarios se convirtieron en piratas y algunos de ellos retuvieron la bandera roja, simbolizando la sangre. No importa cuánto temían los marineros el color negro de los piratas, todos esperaban no encontrarse con la «joli rouge». La bandera roja declaraba descaradamente las intenciones de los piratas: «No se perdonará una vida, no se harán preguntas.»

Algunas teorías afirman que la Jolly Roger pudo tener sus antecedentes en las insignias templarias.

El término se siguió usando para la bandera negra con una calavera y huesos que apareció sobre el 1700.

Otra teoría propone que el líder de un grupo de piratas asiáticos era llamado Ali Raja, “Rey del Mar”, y que los piratas ingleses se apropiaron y corrompieron el término. Una teoría que va más allá indica que el nombre podría provenir de la palabra inglesa “roger”, significando vagabundo errante: “Old Roger” era un apelativo del Diablo.

En su libro "Pirates & The Lost Templar Fleet", David Hatcher Childress afirma que el término fue acuñado por referencia al primer hombre que izó la bandera, el rey Roger II de Sicilia (c. 1095-1154). Roger fue un afamado templario que tuvo una disputa pública con el Papa por sus conquistas en Apulia y Salerno en 1127. Childress opina que, muchos años después de que los templarios fuesen disueltos por la Iglesia, al menos una flota templaria se dividió en cuatro flotas independientes que se dedicaron a la piratería contra cualquier barco de cualquier país que mostrase simpatías hacia Roma. La bandera era, pues, una herencia y los huesos cruzados eran una obvia referencia al escudo templario original de una cruz roja con las puntas abiertas. Pero esto parece improbable, ya que los Caballeros Templarios usaban una cruz griega y no la cruz de San Andrés (X), la cual es la usada en las banderas piratas. En cualquier caso, ni Childress ni nadie han dado evidencia actual de que los Templarios alguna vez izaron una bandera como esa, que la flota de los Templarios fue vista después de la disolución de la Orden o de que exista conexión alguna entre los Templarios y la Era de Oro de la piratería.

Uso en la práctica

A primera vista, puede parecer una mala idea advertir de las intenciones izando la Jolly Roger. Sin embargo, esto puede ser visto como una forma temprana de guerra psicológica. El interés principal de un pirata es capturar el barco objetivo intacto, junto con cualquier carga que pudiese contener. Con una reputación lo suficientemente sanguinaria, un pirata que lanzase al viento la Jolly Roger podría intimidar la tripulación enemiga y obligarla a rendirse sin disparar ni un solo cañón. Típicamente, si un barco decidía resistirse, la Jolly Roger era recogida y se alzaba la bandera roja, indicando que los piratas iban a tomar el barco por la fuerza y sin mostrar ninguna compasión. Se esperaba en muchas tripulaciones que este curso de la acción podría ayudar a extender la idea de que resistirse era una mala idea para el barco.

Izar la Jolly Roger demasiado pronto como única bandera tenía también sus desventajas. El barco enemigo podría tener suficiente tiempo para escapar. Además, las naves de guerra estaban a menudo bajo órdenes de disparar a cualquier barco que mostrase esta bandera.

Le Chat Noir

Publicado: 30/10/2011 23:54 por Miguel Anchel Sanz en ARTE
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Le Chat Noir

Le Chat Noir —en español, El Gato Negro— fue un cabaret del siglo XIX en el barrio bohemio de Montmartre, en París. Fue inaugurado el 18 de noviembre de 1881 en el bulevar Rouchechouart por el artista Rodolphe Salis, y clausurado en 1897, para decepción de Picasso y de otros que lo buscaron cuando fueron a la Exposición Universal de París (1900).

El cabaret fue muy conocido por la actuación de cantautores como Aristide Bruant, por presentar espectáculos de teatro de sombras, creados principalmente por Rodolphe Salis y Henri Rivière, y porque entre sus clientes habituales había muchos artistas famosos o notables.

En la actualidad, muchos establecimientos de hostelería tienen ese nombre u otros muy parecidos, como el bar Chat noir de París, el restaurante Au chat noir en Bruselas, el café Le Chat Noir de Corfú, Grecia, el café El Gato Negro de Buenos Aires, etc.

Cartel de Steinlen 1896
Le Chat Noir a finales del siglo XIX

Algunos clientes famosos de este cabaret:

  • Alphonse Allais (1854-1905), escritor y humorista.
  • George Auriol (1863-1938), cantautor, poeta y pintor.
  • Aristide Bruant (1851-1925), cantautor.
  • Caran d’Ache (1858-1909), caricaturista francés de origen ruso.
  • Coquelin Cadet (1848-1909), actor de teatro.
  • Émile Cohl (1857-1938), creador de dibujos animados.
  • Charles Cros (1842-1888), poeta e inventor.
  • Claude Debussy (1862-1918), compositor.
  • Maurice Donnay (1859-1945), dramaturgo.
  • André Gill (1840-1885), caricaturista y cantautor humorístico.
  • Émile Goudeau (1849-1906), periodista, novelista y poeta.
  • Yvette Guilbert (1867-1944), cantante.
  • Jules Laforgue (1860-1887), poeta francés de origen uruguayo.
  • Louis Le Cardonnel (1862-1936), poeta.
  • Jean Richepin (1849-1926), poeta social, novelista y autor teatral francés de origen argelino.
  • Guy de Maupassant (1850-1893), novelista.
  • Henri Rivière (1827-1883), escritor y periodista.
  • Maurice Rollinat (1846-1903), poeta.
  • Albert Samain (1858-1900), poeta.
  • Erik Satie (1866-1925), compositor y pianista.
  • Paul Signac (1863-1935), pintor.
  • August Strindberg (1849-1912), escritor y dramaturgo sueco.
  • Paul Verlaine (1844-1896), poeta.
  • Adolphe Léon Willette (1857-1926), pintor, ilustrador et caricaturista.

La Ciudad Prohibida en el Louvre

Publicado: 30/10/2011 23:59 por Miguel Anchel Sanz en ARTE
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La Ciudad Prohibida en el Louvre - Los emperadores de China y los reyes de Francia
Los tesoros de la Ciudad Prohibida son el centro de una gran exposición presenta una selección de ciento treinta obras en tres áreas distintas del museo.
El resultado de una estrecha cooperación entre Francia y China, este evento es sin duda un hito importante en los intercambios culturales y diplomáticas entre las dos naciones.

La exposición recuerda la evolución de la Ciudad Prohibida de acuerdo con una cronología en torno a los grandes emperadores que gobernaron China desde mediados de la decimotercera a mediados del siglo XIX. Los ciento treinta grandes obras en préstamo de China-pinturas, jarrones, platos, objetos de laca, trajes de ceremonia, uniformes militares, y la caligrafía, se ponen en contexto junto a figuras emblemáticas de la historia imperial de China.

Los espacios de exposición dedicado a la historia del Louvre (Salles d'Histoire du Louvre) muestran las líneas sucesivas de los gobernantes chinos y, para cada período, los intercambios que han existido entre Francia y China.

En los fosos del Louvre medieval, un modelo de la Ciudad Prohibida capta la magnitud de este palacio que surgió de la nada de la voluntad de un hombre, el emperador Yongle (1403-1424), mientras que un montaje de vídeo ofrece imágenes de su historia arquitectónica .

También en la exhibición, en el ala Richelieu, son la sala del trono del emperador Qianlong (contemporáneo con las épocas de Luis XV y Luis XVI) y las obras maestras de la pintura de seda que por encargo, los retratos de tamaño natural de sus caballos en particular.

Exposición organizada por el Museo del Louvre y el Museo del Palacio, con el apoyo académico del Museo Guimet (Museo Nacional de Arte Asiático Guimet).

La exposición está patrocinada principalmente por Schneider Electric, con apoyo adicional de Louis Vuitton y el apoyo generoso de Haier, Gide Loyrette Nouel, y Air China.

El catálogo ha sido elaborado con el apoyo del Grupo Fosun.

Exposición de los medios de comunicación socios: France Info, Le Figaro, y el metro.
Comisario (s): Jean-Paul Desroches, Museo Guimet
Isabelle Leroy-Jay Lemaistre y Fonkenell Guillaume, Musée du Louvre, Departamento de Esculturas
LV Chenglong, Museo del Palacio, Ciudad Prohibida, el Departamento de Antigüedades.

La acrobata de la bola de Picasso

Publicado: 31/10/2011 00:02 por Miguel Anchel Sanz en ARTE
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La acróbata de la bola, de Picasso

 

Desde 1904, Picasso visitaba a menudo el Circo Medrano, instalado cerca del estudio que el artista tenía en el Bateau-Lavoir, en Montmartre. La afición al circo se había desarrollado ya entre los pintores impresionistas atraídos por su luz y su movimiento. Sin embargo, la aproximación de Picasso tiene un carácter más universal y profundo. A través de las simbólicas figuras del circo, el pintor realizó una reflexión sobre la vida del artista y la vinculó a su investigación sobre los problemas fundamentales de la pintura. Las dos figuras principales de esta obra revelan los polos del arte de Picasso, la creatividad y la fantasía, por un lado, y la seriedad y el rigor, por otro. La acróbata sobre la bola, presente también en otra pintura importante de ese momento, Los saltimbanquis (The Baltimore Museum of Art, The Cone Collection), muestra el temperamento de juego propio del artista. Su amigo íntimo, el escritor Guillaume Apollinaire, la interpretó en términos de una danza estelar, alusiva a la radiante armonía del cosmos

Tras la intensa y melancólica expresividad de su época azul, en esta nueva etapa, desarrollada en París en 1905, Picasso indagó de un modo esencial sobre los aspectos más plásticos de la pintura: el dibujo, conciso y enérgico; la forma, cerrada y perfecta; y el volumen, muy marcado. Su búsqueda se orientó así hacia un rumbo muy distinto al de los jóvenes artistas franceses, fascinados por el colorido violento del fauvisme.

El artista malagueño, necesitado por entonces de materiales, reutilizó uno de sus lienzos grandes en el que había pintado un retrato del pintor Francisco Iturrino (1864-1924), del que existe testimonio fotográfico y radiográfico, y que se había expuesto en 1901 en la galería Ambroise Vollard, en París, durante la primera muestra de Picasso, que compartió con el propio Iturrino.

La composición de La acróbata de la bola, que estudió en varios dibujos preparatorios, revela un cuidado equilibrio entre la ligereza de la acróbata y el peso del atleta. La esfera y el cubo en los que, respectivamente, se apoyan, realzan aquellas cualidades y el consiguiente contraste entre ambas figuras. Por otra parte, son sólidos geométricos asociados desde antiguo, en la tradición platónica, a las características de perfección y estabilidad. Además, la muchacha aparece pintada casi en dos dimensiones, lo que resalta su ingravidez frente al volumen, modelado por las gradaciones de luz y sombra, del hombre. El color, con calidades de pintura mural en una gama restringida de rosas y ocres, y el depurado paisaje del fondo, que se ha relacionado con los de la infancia malagueña del artista, contribuyen de modo decisivo a la esencialidad de la obra.

La obra, adquirida por la norteamericana Gertrude Stein, pasó luego a la Galería de Kahnweiler, que la vendió en 1913 al coleccionista ruso I. A. Morosov. Tras la Revolución, pasó a formar parte de las colecciones estatales, y sólo en contadas ocasiones ha sido prestada por el Museo Pushkin de Moscú, en el que se conserva.