Partido 13 Grupo C
ITALIA 1-1 CROACIA
Italia: Buffon; Chiellini, De Rossi, Bonucci; Motta (Montolivo, m. 63), Marchisio, Maggio, Giaccherini, Pirlo; Cassano (Giovinco, m. 84) y Balotelli (Di Natale, m. 70)
Croacia: Pletikosa; Srna, Corluka, Schildenfeld, Strinic; Rakitic, Vukojevic, Perisic (Pranjic, m. 68), Modric; Jelavic (Da Silva, m. 84) y Mandzukic (Kranjcar, m. 94)
Goles: 1-0. Pirlo M. 39 1-1. Mandzukic M. 72
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra). Amonestó a Schildenfeld, por Croacia, y a Motta y Montolivo, por Italia.
40.000 espectadores en el Estadio Municipal de Poznan
Italia pierde la calma
La Azzurra no acierta a gestionar la ventaja de su gol ni responder con serenidad al empate de Mandzukic y a las argucias de los croatas
Italia se complicó la vida inesperadamente. Mandaba en el marcador, tenía la pelota, y llevaba la iniciativa frente a un adversario que parecía intimidado. Comenzó por dar un paso atrás. Buscó firmeza en las inmediaciones de Buffon, pero allí donde antes encontraba refugio descubrió confusión. Donde hace unos años los italianos encontraban sosiego, en la agrupación defensiva y en el balón largo, ahora se mostraron inseguros. Croacia cultivó esta perplejidad de manera racial en la segunda parte, peleando cada balón dividido en el medio campo y colgando centros a sus toscos delanteros. Así fue como el lateral zurdo, Strinic, cruzó la línea del medio campo y metió un centro tenso al segundo palo. Chiellini fue a por el despeje y se olvidó de su marca. No llegó a despejar ni evitó que Mandzukic controlara con el pecho y rematara a la red.
El empate premió desproporcionadamente al equipo croata, que, con el 1-1, sacó la calculadora. Debieron contabilizar los tres puntos de la victoria contra Irlanda y se mostraron satisfechos ante la idea de acabar igualados frente a Italia. Lo que siguió fueron minutos de agonía para los italianos, que perdieron la calma ante el despliegue defensivo de un rival que no desaprovechó ninguna ocasión para fingir lesiones y perder el tiempo. Sin Cassano en el campo, sustituido por Giovinco, los italianos perdieron un referente, un experto que supo poner la pausa.
Hay equipos que se ordenan alrededor de jugadores y equipos que se organizan a partir de ideas. Los fundamentos de Italia son sólidos porque los jugadores y el plan parecen la misma cosa. De Rossi y Pirlo han integrado con éxito la propuesta de Prandelli, un seleccionador que se ha propuesto combatir la crispación histórica que rodea al fútbol en su país. De momento, en lo que va de torneo ha sabido reinterpretar sus principios para aprovecharse al máximo de una situación imprevista. El destape de la corrupción en el calcio, algunas bajas, y la aparición de caudillos con ideas propias acerca del juego, han sido energías bien canalizadas por el técnico italiano. El equipo confirmó su buena salud en la primera parte ante Croacia.
Italia salió a gobernar el partido a partir del control del balón. Primero se asentó, después midió a su adversario, y acto seguido pasó a la ofensiva con un admirable despliegue de toque. De Rossi adelantó la zaga para presionar en la mitad rival del campo, donde Marchisio y Motta funcionan como escobas. Modric se encontró solo en el vendaval. La presión aturdió a Croacia. Los últimos quince minutos de la primera parte fueron de un dominio apabullante de Italia.
Cassano una vez, Balotelli en dos ocasiones, y Marchisio, mano a mano con el portero, fueron incapaces de concretar su dominio. Italia invadía el área croata con sus carrileros, con sus volantes y con sus puntas. Hasta seis hombres se plantaron frente a Pletikosa para probar puntería, sin conseguir batirlo. Los pases de Pirlo cambiando la orientación de las jugadas pillaron a los croatas con el pie cambiado en más de una ocasión. El mediocampista se agigantó en la primera hora de partido, bien apoyado por Motta y Marchisio. Fue Pirlo el que adelantó a Italia con un gran gol. Lanzó la falta por encima de la barrera, y a Pletikosa le faltó longitud de brazo para despejar el tiro, que entró pegado a la base del palo.
El único tiro a puerta de Croacia en toda la primera parte fue un remate de Srna, el peligroso lateral derecho, desde media distancia. No hubo más sobresaltos para la compañía de Buffon, que se fue al descanso celebrando lo que parecía una velada redonda.
No se sabe si porque les faltó fondo físico o porque trataron de administrar el gol de forma más especulativa, pero Italia perdió el control del partido
El optimismo de Italia se reflejó en los cambios de Prandelli. El seleccionador retiró a Motta, dolorido tras un choque, para introducir a Montolivo. La apuesta por el media punta del Fiorentina parecía ir a asegurar la victoria. Sin embargo, coincidió con un sutil cambio de actitud en sus jugadores, que comenzaron a pensárselo dos veces antes de subir a presionar como en la primera parte. No se sabe si porque les faltó fondo físico, o porque trataron de administrar el gol de forma más especulativa, invitando a los croatas a dejar espacios a la espalda de su defensa, lo cierto es que Italia perdió el control del partido.
Nunca en su historia ha perdido Croacia ante Italia. El partido respetó los precedentes contra pronóstico. Hicieron muy poco los croatas por sostener la tendencia, mal armados por defensas lentos y sin puntas de verdadera jerarquía. Compitieron con lo poco que tuvieron a disposición y ni siquiera necesitaron de un gran Modric para sorprender a su rival. Les bastó con el empuje y los centros a la olla. Mandzukic remató uno. Fue gol. El gol del empate, un alto precio para Italia.
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