Alegría marcó su primer gol como zaragocista, hizo un partido completo y lleno de valores positivos para el equipo, y rubricó con él el necesario triunfo blanquillo ante el Tenerife, en una tarde sabatina en la que cualquier otra cosa distinta a la victoria hubiera significado para los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ un problema de gran hondura en la clasificación.
Nervios a flor de piel, responsabilidad en cada balón, tensión permanente. El partido envolvió al Real Zaragoza desde el pitido inicial en un juego lleno de excitación, de temores pero, a la vez, con los futbolistas sabedores de que solo servía la victoria y que la especulación era mala consejera. El gol tempranero de Alegría, en un cabezazo en el minuto 20 después de una penetración perfecta de Bermejo por la derecha, hizo de calmante, de sulfamida para los cerebros de los muchachos de Jim, que se mostraron siempre demasiado alterados, con escaso poso. Fue una jugada ideal, la que Alegría reclamaba desde su debut hace 7 partidos y que, por fin, le permitió estrenarse como goleador blanquillo.
Antes, nada más empezar, el capitán Zapater había probado los reflejos del portero venezolano Dani Hernández en el minuto 2 en un golpe franco directo desde 25 metros que salvó la barrera y rechazó el guardameta chicharrero cuando entraba. Y en el 15, el ariete visitante, Sol, no llegó por milímetros a un centro cerrado de Valera, que se había metido hasta el fondo del área a espaldas de los centrales locales en un acción de blandura defensiva. Dos fogonazos entre un juego de tanteo, de miradas a los ojos de unos y otros, de muchas faltas y triquiñuelas de los tinerfeños, a base de gritos que asustaban al árbitro, que concedió media docena de faltas que no eran, solo por los decibelios de los chillidos canarios.
Con el 1-0 en el marcador, al Zaragoza le entró el vértigo de la victoria. Hubieran firmado ya el final del partido… pero quedaba más de una hora larga. Dos minutos después de sacarse de centro, Pomares cabeceó una falta sobre el área aragonesa y detuvo bien Cristian Álvarez. Era el aviso de lo que llegaba enseguida, en el 25, un gol de Pomares con la testa, a la salida de un saque de esquina, que el árbitro, Moreno Aragón, anuló entre la polémica. Obligó a repetir el córner, de lo que se deduce que no había dado permiso para sacarlo por querer abroncar o advertir a defensores y atacantes en los clásicos agarrones y bloqueos. La tontería de siempre, esta vez con un final para la discusión, que no le vino mal a un Zaragoza nervioso en grado extremo en su área.
Aún se discutía en el banquillo canario el caso anterior cuando, milagrosamente, el Zaragoza evitó el 1-1 tras la salida de otro córner gemelo, en el 26. Qué sufrimiento en este tipo de jugadas a balón parado, algo perenne que no se mejora. Fran Sol y Bermejo erraron hasta tres remates a quemarropa en el área pequeña, dos salvados por Cristian Álvarez y el último por Alegría, que estaba de muralla bajo palos sobre la raya de gol. Por suerte para los blanquillos, esta vez los rivales no tuvieron el santo de cara y, además, ahí se les acabó el combustible ofensivo hasta el descanso. En el último cuarto de hora, los de Jim adormecieron un tanto el juego, intentaron tener el balón en la zona medular e, incluso, generaron una ocasión más de gol, en el 42, por medio de nuevo de un intenso Alegría, que se fajó con Ruiz en cada lance de la tarde. Su disparo en el área, tras un córner cabeceado por Jair, golpeó en Sipcic cuando iba a puerta y se diluyó la opción de marcar.
No hubo cambios tras el intermedio. Y esta vez tocaba saber manejar la ventaja adquirida, cuestión de carácter y personalidad. El 4-1-3-2 propuesto por Jim, con Narváez más cerca del área y de Alegría que en días anteriores, daba confianza al técnico. La mejoría respecto de los últimos dos duelos perdidos (Alcorcón y Oviedo) era evidente, sin brillos, pero sí con rentabilidad. Y el segundo periodo comenzó con un ilusionante dominio zaragocista. Igbekeme remató alto desde la frontal en el 47. Narváez lanzó raso desde el borde del área en el 50 y detuvo Dani Hernández. Y Chavarría voleó en el área una dejada de cabeza de Alegría en el 56, estrellando el remate en el cuerpo de Moore cuando iba a portería. La labor de Alegría en punta era muy positiva para el equipo. Pero faltó en este tramo del partido puntería, haber hecho el 2-0 para terminar de fulminar a un Tenerife que no tenía su día.
Ramis, el técnico visitante, movió el banquillo a falta de 25 minutos, refrescando su delantera con Shashoua y, al poco, con Nono y Padilla. Jim esperó más tiempo, pues el equipo estaba activo, conectado, sin fisuras. No hacían falta remodelaciones pese a que el reloj avanzaba poco a poco. La sustitución primera fue para cambiar de sistema táctico: metió al central Peybernes por Chavarría y cerró con 5 atrás. El Tenerife, alterado por no poder empatar, comenzó a recibir tarjetas de impotencia. En una falta lateral, Nieto cabeceó a gol y Dani Hernández hizo la parada de la tarde, en el minuto 78. Ahí estuvo la sentencia, el 2-0 que tanto se soñaba y que tan difícil tarea es siempre para este justito Zaragoza en ataque.
Los últimos 10 minutos fueron de histeria latente, con el Real Zaragoza reculando instintivamente. Córneres, faltas volcadas al área aragonesa entre uñas comidas y miradas al cielo. No había manera de que el crono corriera. Adrián González, entrado desde el banquillo, desahogó al equipo con un par de llegadas al área y en una de ellas Iván Azón, otro recambio postrero, remató mordido a las manos del portero. Era el minuto 87 ya y el padecimiento era superlativo. Acabó el equipo de Jim con cuatro centrales, cuando Atienza reforzó la zaga en faenas antiaéreas. Falta hizo todo para sujetar el último arreón insular. La alegría zaragocista, mimetizada en el nombre propio del autor del gol, fue inmensa tras el pitido final, metaforizada en una piña en el centro del campo cuyo alarido de alivio se oyó desde los Pinares de Venecia.
El equipo de Jim pone freno a su crisis en un momento delicado en grado sumo y vuelve a respirar con algo de oxígeno puro, el de los 3 puntos ganados ante un rocoso Tenerife. El equipo, en líneas generales, cuajó un partido notable en cuanto a implicación, puesta en escena convincente y desarrollo del juego. Una buena noticia después de tres semanas de sofocones.
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Francés, Jair, Nieto; Zapater; Bermejo (Atienza, 91), Igbekeme (Adrián González, 84), Chavarría (Peybernes, 76); Narváez (Iván Azón, 84) y Alegría (Gabriel Fernández, 91).
CD Tenerife: Dani Hernández; Moore, Sipcic, Carlos Ruiz, Pomares (Álex Muñoz, 83); Aitor Sanz, Vada (Nono, 72); Valera (Shashoua, 62), Alonso (Zarfino, 83), Bermejo (Jorge Padilla, 72); y Fran Sol.
Árbitro: Moreno Aragón (Comité Madrileño). Amonestó a Vada (49), Nono (73), Alonso (76), Pomares (77) y Carlos Ruiz (86).
Goles: 1-0, min. 20: Alegría.
Incidencias: Tarde de sobremesa en Zaragoza (el partido comenzó a las 16.00) con temperatura agradable, 15 grados, en un día soleado con viento flojo. El césped de La Romareda mostró un perfecto estado.
El Zaragoza vuelve a respirar
Un gol de cabeza marca de la casa de Álex Alegría, que rompió su sequía, decidió un triunfo fundamental para la permanencia frente a un inofensivo Tenerife.
El Real Zaragoza vuelve a respirar. Un cabezazo certero de Álex Alegría le dio un triunfo fundamental en su dramática pelea por conseguir la permanencia frente a un inofensivo Tenerife, que vio frenada en La Romareda su aspiración de elevar sus objetivos en este tramo final del campeonato. El equipo aragonés se había metido en un buen lío, después de dos derrotas consecutivas, y esta victoria, absolutamente imprescindible, le permite volver a coger distancia con la frontera del descenso, a la espera de lo que hagan sus más directos rivales.
Juan Ignacio Martínez recompuso su centro del campo con James y Chavarría, dentro de un dibujo en 4-4-2, mientras Ramis introdujo hasta cinco novedades en la alineación del Tenerife: Sipcic, Pomares, Aitor Sanz, Álex Bermejo y Valera. El Zaragoza apostó decididamente por un fútbol directo para llegar lo más rápido posible al área de Dani Hernández, sacando a Narváez de la izquierda y acercándolo por primera vez a Álex Alegría, y ese movimiento táctico no mejoró sustancialmente el juego del equipo aragonés, pero le creó muchas dudas e incertidumbre a un rival que se presentó a lomos de una racha de tres victorias en las últimas cuatro jornadas, y al final resultó decisivo.
El primero que amenazó, sin embargo, fue el Tenerife, en un centro de Valera al que no llegó por centímetros Fran Sol en el segundo palo. Pero la respuesta del Zaragoza fue casi inmediata y certera: una gran acción personal de Bermejo, que recibió de Vigaray y burló a su marcador en la línea de fondo, la remató Álex Alegría, entre la pasividad de los dos centrales, con un cabezazo marca de la casa en el minuto 21. A la séptima fue la vencida y Alegría se sacudió la losa de la ineficacia con un gol providencial que le quitó los nervios al Zaragoza, aunque no mejoró su precisión con la pelota, un problema de dificilísima solución sin Eguaras ni Francho a los mandos.
Cuatro minutos después del 1-0 se produjo la jugada polémica del encuentro, al anular Moreno Aragón un gol de Pomares a la salida de un córner por no haber autorizado el lanzamiento, tras una caída en un forcejeo de Zapater. Se repitió el saque de esquina y entre Cristian Álvarez, primero, y Álex Alegría, después y bajo palos, acabaron salvando una doble oportunidad del Tenerife, que pudo haber cambiado el curso del duelo.
La segunda parte se inició con una buena oportunidad de James y otra aún mejor de Chavarría, tras dos dejadas de Álex Alegría, cuyo nivel de participación fue creciendo a medida que el Tenerife se iba desordenando en busca del empate. El Zaragoza, mejor posicionado, ajustó su presión y le hizo cada vez más incómodo el partido al equipo tinerfeño, incapaz de comprometer a ese doble muro que forman Francés y Jair en el centro de la defensa, bien apoyados por Vigaray. A media hora del final Ramis se jugó primero la baza del inglés Shashoua y después las de Jorge Padilla y Nono, un triple movimiento al que respondió Juan Ignacio Martínez con la entrada del central francés Peybernes y un cambio de dibujo, pasando a ordenar a su equipo en 5-3-2.
El Zaragoza, superior en este periodo, pudo sentenciar en el minuto 79, en un cabezazo de Nieto, tras un espléndido lanzamiento de córner de Zapater, pero Dani Hernández, a una mano, hizo la parada de la tarde.
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