PARTIDO Nº 672 MACEDONIA 1-2 ESPAÑA (11-6-2017)
MACEDONIA | Partido 672 |
ESPAÑA |
1-2 | ||
| Clasif. Mundial Rusia 2018 11 Junio 2017 Skopie Estadio: Nacional Arena Felipe II
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Ficha técnica:
1 - Macedonia: Dimitrievski, Tosevski (Trajkovski, m.74), Shikov, Mojsov(Trickovski, m.85), Ristevski; Ristovski, Stjepanovic (Elmas, m.46), Spirovski,Alioski; Nestorovski y Pandev.
2 - España: De Gea; Carvajal, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets; Silva (Pedro, m.68), Thiago (Koke, m.74), Iniesta (Saúl, m.90), Isco; y Diego Costa.
Goles: 0-1, m.15: Silva. 0-2, m.27: Diego Costa. 1-2, m.66: Ristovski.
Árbitro: Pawel Gil (Polonia). Amonestó a Pandev (35), Mojsov (64), Elmas(78), Sikov (87) y Ristevski (92) por Macedonia; y a Silva (67) y Jordi Alba (72) por España.
Incidencias: encuentro correspondiente a la sexta jornada el Grupo G, disputado en el Nacional Arena Felipe II, ante la presencia de 18.500 espectadores.
Macedonia 1-2 España
26 % Posesión 74 %
0 remates poste 0
1 remates a puerta 6
4 remates paradas 0
2 remates fuera 8
2 remates otros 5
5 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
18 faltas recibidas 18
18 faltas cometidas 18
66 balones perdidos 57
39 balones recuperados 46
1 fueras de juego 1
0 penalties 0
16 intervenciones portero 5
Del arte al alambre
España lo bordó en la primera mitad, con golazos de Silva y Costa. Un tanto de Riskovski puso en peligro una victoria justa y corta.
España cumplió la misión y Silva e Isco supieron adornarla en este partido-postre de la temporada. Fue un dulce final que deja a la Selección frente Italia con las mejores expectativas. Macedonia estuvo en el partido como oyente durante muchos minutos, aplastada por el dominio del equipo de Lopetegui, aunque un gol en acción aislada en la segunda mitad le hiciera galopar, a hombros del público, en busca de un empate imposible.
Restándole el IVA que supone enfrentarse a la selección 136 del mundo, una Macedonia perdida en el pelotón, el partido le dejó a Lopetegui buenos apuntes. El primero, que conviene alargar hasta donde sea posible la carrera de Iniesta y Silva, el casco histórico de esta Selección. El canario juega todos los números en el equipo nacional: 7, 10 y 9. Le cabe España en la mochila. Como ariete abrió la caja fuerte en Skopje, en jugada de arte mayor, con vaselina de Iniesta para Alba, centro de este y remate de Silva amagando con salir por la izquierda y rematando por la derecha. Iniesta es el albacea que respeta las últimas voluntades de Luis Aragonés y Del Bosque, coautores de la época de máximo esplendor.
También conviene subir al proyecto a Isco al que, como en el Madrid, le ha costado entrarle por el ojo al seleccionador, pero ahora resulta inabordable. Combina el punto exacto de fantasía, esfuerzo y jerarquía. En el concurso de ideas, supera con mucho a Thiago.
Como reformatorio también hay que darle valor a la Selección. Jordi Alba se redimió en Skopje de un año con muchos valles y pocos picos con una actuación brillante,ampliando mucho el perímetro de España por la banda izquierda, la vena por la que se desangraron los macedonios. Todo en un tono de superioridad manifiesta, con fases de posesión escandalosas, por encima del 80 por ciento, y con una frescura impropia de estas alturas de temporada. Macedonia no irá a este Mundial, ni quizás los más inmediatos, pero donde España se dio un festín otros, Italia sin ir más lejos, pasaron un mal rato.
El gol con el que empezó todo
El partido pareció acabarse con el gol de Silva, que con España es eficiencia más excelencia. Ese cerrojo de 5+4 con el que Angelovski buscó refugio, esperando que aquello fuera la Davis, donde el factor cancha iguala a contendientes muy desiguales, resultó un fracaso. España, con paciencia, precisión de cirujano y un magnífico juego interior (la alineación de Isco por Vitolo explica esa acertada vocación de jugar por dentro), llegó sin camuflajes al área de Dimitrievski. Isco disparó la diferencia, tras limpiarse con el regate de la cuerda a Ristovski y regalarle el gol a Diego Costa, que como casi todos los nueves menos Villa pasa mucho tiempo al margen del equipo. Antes del descanso el propio Isco pudo rematar a los macedonios: uno de sus disparos rozó el palo y otro se lo adivinó el meta del Nástic.
Macedonia amagó con una presión avanzada al comienzo de la segunda mitad y con Elmas, un juvenil con maneras. No resultó. España sofocó ese arrebato reavivando el tráfico en el centro del campo. Piqué falló un gol cantado y Ristovski culminó una galopada en la que ni Ramos ni Alba anduvieron espabilados marcando por la escuadra. Un gol muy poco acompañado de juego que despertó al equipo, al público y a Angelovski, que quitó uno de sus centrales para poner un punta, Trajkovski. El entusiasmo no le llevó ante De Gea y España puso a salvo los puntos y a los advertidos de suspensión. Italia, en septiembre, marcará la hora de la verdad.
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España sale indemne de un exceso de relajación
Silva y Diego Costa marcaron los goles de España, en un partido clave en sus aspiraciones de clasificarse para el Mundial 2018..
La selección española jugó con fuego en Skopje, donde tras una clara superioridad con ventaja al descanso de dos goles, de Silva y Diego Costa, pensó en las vacaciones y su relajación resucitó a Macedonia, que luchó con orgullo hasta el final por la sorpresa (1-2).
Era la primera titularidad de Isco en un partido de clasificación al Mundial con Lopetegui de seleccionador. La apuesta por extremos en un tridente ofensivo le perjudicaba. Cambió el plan el seleccionador en Skopje para juntar talento en el centro del campo y provocar desajustes en el planteamiento defensivo de Macedonia.
Tenía presente la última visita al Arena Felipe II, cuando hace menos de dos años España ganó con un tanto de fortuna de Mata en un centro y se estrelló ante un muro. Sumado a que era el último partido del curso, el cansancio de unos y el tiempo sin competir de otros, el encuentro se presentaba en un escenario de cierto peligro. Sin margen para el error, en pleno pulso con Italia por la plaza de acceso directo a la gran cita de Rusia, el inicio sería clave.
Salió España a sentenciar con rapidez. Adueñándose del balón con la seguridad que otorga que pase por los pies de Thiago, Iniesta, Isco y Silva. Mantienen vivo el estilo del éxito. Laterales convertidos en extremos como Carvajal y Jordi Alba eran importantes, así como la pelea entre centrales de Diego Costa, solo en punta.
Lo interpretaron a la perfección, mientras Isco y Silva se asociaban en corto, Iniesta buscaba la espalda de la defensa rival con balones en largo precisos. El lateral de Tosevski parecía el flanco de mayor debilidad. Lo explotaba Jordi Alba y una aparición de Isco pero no encontraban rematador.
Seis apercibidos era la amenaza española, con Italia en el horizonte en el próximo encuentro tras las vacaciones. Diego Costa, que convierte cada partido en una guerra personal con continuas protestas al colegiado, jugó con fuego.
La variante para abrir la lata ante rivales que se encierran daba resultado al cuarto de hora. Iniesta la picaba con calidad a la subida de Jordi Alba que esta vez encontraba un amigo en Silva. Un giro plástico y el disparo abajo de derecha era el primer tanto.
Inferior Macedonia, solo el balón parado le invitaba a alimentar su sueño, lejos de inicio del nivel que puso ante las cuerdas a Italia. España llegaba con facilidad. Isco buscaba la escuadra en dos ocasiones consecutivas y ante su falta de éxito decidió asistir en la tercera con una acción para enmarcar.
Era el minuto 27 cuando Isco esquivaba una dura entrada con un regate en un palmo, apuraba línea de fondo para ver el movimiento de Diego Costa que marcaba a puerta vacía. Quinto gol en cinco partidos del máximo goleador de la Roja camino a Rusia. Cualquier duda del pasado está olvidada.
Nunca bajó los brazos Macedonia, modesta pero con orgullo, con unaafición que se encendía en cada ataque. Pandev sigue siendo el ídolo local con 33 años y el que más inquietó. Una dejada a Ristovski fue el primer aviso. España seguía a lo suyo y terminó perdonando goles de los que se arrepentiría por minutos. Todas las tuvo Isco. En acción individual, a pase de Jordi Alba tras taconazo de Costa y ver como su disparo rozaba el palo, y una final clarísima tras regalo de Carvajal, cuando dudo en el mano a mano y falló.
Intentó morder en la reanudación Macedonia. España sintió los deberes hechos y pensó en las vacaciones. Anestesiaba el partido con posesiones largas. Dejó de jugar y buscar el gol. Jugó con fuego y hoy en día eso cuesta caro ante cualquier rival.
Tuvo el tercero Piqué, tras pase medido de Iniesta, pero su testarazo se fue arriba con todo para marcar. Precedió un grave error de concentración y de marca a los 66 minutos. Nadie tapó el agujero que dejó Jordi Alba tras un error, Ramos pudo frenar el ataque rival pero no forzó pensando en Italia y su amenaza de tarjeta y la carrera en autopista libre de Ristovski, la culminó con un latigazo ante el que nada pudo hacer De Gea.
El duelo resucitaba y Macedonia vivía sus mejores momentos. España debía volver a enchufarse, hacer un último esfuerzo antes de las vacaciones. El primer objetivo era recuperar el balón y apareció en el partidoKoke con ese objetivo. Pedro había entrado para aumentar la verticalidad.
Otro cabezazo de Piqué y Diego Costa en dos ocasiones, tuvieron la sentencia. De Gea no tuvo que intervenir pero la sensación de inseguridad duró hasta el final. Nestorovski a la desesperada rozó sin éxito el penalti de Ramos. España llega líder al duelo que decidirá el grupo, ante Italia en el Santiago Bernabéu, tras salvar su última prueba del curso pasando de la brillantez a un exceso de confianza que pudo costar caro.
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España gana (1-2) de forma apretada en Sköpje, donde fue abrumadoramente superior a Macedonia. Silva y Costa marcaron los goles en el primer período; en el segundo hubo sobradas ocasiones para marcar distancias en el marcador
Es asunto sobradamente conocido, y también en fútbol, que cuando la necesidad aprieta la toma de decisiones suele ajustarse a ellas. Es asunto sabido, pues, que en las horas de alto riesgo, todas aquellas en los que los puntos en juego son esenciales, no caben las reservas. Como en todo en esta vida, hay partidos y partidos. El de Murcia, ante Colombia, y el de Sköpje, frente a Macedonia. Encuentros que se parecen en algo, pero que difieren en mucho. Por supuesto que sí.
Ninguno de los once jugadores que cerraron el duelo frente a los colombianos en la Nueva Condomina fue titular en la capital macedonia. Ninguno. Lo fueron algunos (Piqué, Alba, Iniesta, Silva) en los comienzos del duelo con la selección “cafetera”, pero el compromiso, que era más de ensayo que de otra cosa, no lo era para correr grandes peligros. Sí el de Sköpje, que la selección ha afrontado no solo con la importancia que tenía, sino con lo más granado de sus fuerzas. Gran parte, por no decir todos, los que Lopetegui ha puesto en liza serán titulares frente a Italia, Israel y Albania, que es lo que queda por librar en esta fase de clasificación y en el Mundial 2018 si es que llegamos a él, a lo que apunta claramente este equipo. Nadie tiene muchas dudas sobre eso. Aunque, claro, las circunstancias son las circunstancias.
"Hallar la fórmula. La que resuelve o no resuelve los problemas"
Penúltima del grupo solo por delante de Liechtenstein, con una victoria en cinco partidos, Macedonia ha seguido las pautas comprensibles en todo equipo que se siente muy inferior. El paso de los tiempos no ha cambiado esas cosas. Tampoco el leve acercamiento de los más débiles a los más fuertes: cinco defensas en línea, tres volantes de cierre y dos seudo atacantes con más vocación de contención que ofensiva, naturalmente, dada su inferioridad numérica. Suele ser la fórmula generalmente aceptada y contra la que deben lidiar los adversarios. Pero ¿cómo hacerlo? Es el “quid” de la cuestión. Hallar la fórmula. La que resuelve o no resuelve los problemas.
"Silva, un jugador que parece tener para todo"
En eso de solucionar papeletas anda metido hace mucho tiempo un excelente futbolista español. Todos están en ello, con mayor o menor acierto, es verdad, pero en especial David Silva (autor en Murcia del primer gol a Colombia), que parece tener para todo: pegarse un carrerón enorme de ataque a defensa para anular un contragolpe llevado por Nestorovski y dos jugadas después aparecer para girarse dentro del área y rematar con la pierna derecha un centro recibido de Alba, a quién, a su vez, Iniesta había colocado un balón prodigioso. Iban catorce minutos de juego. El gol valía su peso en oro.
Además de subir al marcador, el tanto les hizo mucho daño a los macedonios. España tenía todo lo necesario para ganar el encuentro: el dominio del balón, el campo para jugarlo, la ventaja en el marcador y, esencialmente, la hegemonía física y técnica, sin discusión posible. No hubo macedonio capaz de frenar la superioridad de Iniesta, frenar la movilidad de Silva, entorpecer las filigranas de Isco o reducir la visión deThiago. Sin miedo a un contraataque porque no cabía esa posibilidad, el partido fue un monólogo que parecía poco menos que visto para sentencia segundos antes del minuto veintisiete. Thiago inició un ataque por la derecha, vio a Isco en posición claramente ventajosa, quien, a su vez, se quedó solo tras librarse de un zaguero. Su pase mortal lo liquidó Costa con un derechazo. Otro gol de oro.
"A los 65, surgió lo inesperado"
El choque pudo quedar definitivamente resuelto antes de que los jugadores se fueran a las duchas. En el último tramo del primer tiempo la superioridad española se hizo abrumadora, pero Isco, insuperable en sus habilidades, no encontró el mismo tino en la hora del remate. Macedonia solo puso a prueba a la zaga española en un par de saques de esquina y en un disparo lejano de Ristovski superada la media hora, escasísimo bagaje como para aliviar sus penurias, justificadoras de la posición que ocupa en el grupo. El tranquilo transcurrir del encuentro aminoró poco a poco la sensación de que podía peligrar el triunfo de la selección española dada la inoperancia macedonia. Por si hubiera dudas sobre ello, Silva a punto estuvo de hacer el tercero a los 59 minutos y Piqué, un puñado de segundos más tarde. Pero entonces, a los 65 surgió lo inesperado, esas cosas que a veces suceden en fútbol, lo que le da a este deporte ese plus de imprevisible, lo que no se puede controlar: un balón por la derecha al que no llega Ramos, la colada de Nestorovski y un disparo enorme de los que surgen de cuando en cuando. Un misil a la escuadra izquierda de De Gea hasta ese instante poco más que espectador del duelo.
"El fútbol es el fútbol. Y todos los sabemos"
Nada de lo que había sucedido hasta entonces justificaba semejante apretura en el marcador. El gol animó a Macedonia, que le echó todo el coraje que tenía, desnaturalizando así el juego de España, sorprendida por el cañonazo de Nestorovski. Fueron algunos momentos de apuro, inesperados, además. Lopetegui recurrió a Koke para contener en el medio campo del que salió Thiago Alcántara y paulatinamente la selección recobró los compases de su fútbol de siempre. A los 82’, Piqué de nuevo, y otra vez de cabeza, rozó el tercero de España, que no llegó, pero que la selección rondó media docena de veces, la última de ellas Diego Costa.
El triunfo vale lo que vale, que es mucho. No se dejen llevar por el 1-2. La superioridad de los españoles habría justificado cualquier resultado mucho más amplio. Pero el fútbol es el fútbol. Y todos lo sabemos.
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