Super Copa España 2015
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Fecha: 14/08/2015 Hora: 22:00 h |
Athletic
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El Athletic arrolla al Barcelona y acaricia la Supercopa
San Mamés vive una noche inolvidable, con tres goles de Aduriz, y los rojiblancos golean (4-0) a un conjunto azulgrana que ve alejarse el sueño del sextete
Las pretemporadas son como las prejubilaciones, periodos intermedios, pequeños limbos donde no hace ni frío ni calor y por más que se llame Supercopa a un título de ida y vuelta, no deja de ser un territorio desconocido, en mitad de agosto —aunque Bilbao simulara un anticipado otoño, suponiendo que esa estación del año siga existiendo— y con rivales de postín. El Barça, castigado por la Supercopa europea de Tbilisi ante el Sevilla, optó por cambiar la bancada: frescura frente a talento, especialmente en el centro del campo, riesgo máximo frente a seguridad, sobre todo en el eje de la defensa con la pareja Vermaelen-Bartra, de mediana edad y pinta de buena gente, que diría Serrat. El Athletic fue con todo lo disponible, sin guardar para mañana lo que pudiera hacer hoy. Ya llegará el Camp Nou el lunes y ya se verá cómo conviene cruzar el semáforo azulgrana. Dependía del viaje de ida, el de Bilbao, el de un San Mamés entregado a la causa.
Y como las pretemporadas son así, limbos donde lo mismo se es feliz en la inconsciencia que aburrido en la letanía, el Athletic se encontró uno de esos goles insospechados como un sol de verano en Bilbao. Iraizoz, que despeja al tuntún un balón cedido a su área por sus compañeros. Y la pelota se va al centro del balcón de la otra área donde no peligraba ninguna maceta. Ni un rival a proa ni a popa, ni a babor ni a estribar, y Ter Stegen, que decide cabecear el balón en la soledad de su nido. Y lo manda al centro del campo. Bueno, había una diferencia, que tras el portero alemán se abría un mar de dudas, un desierto que acabó convertido en un valle de lágrimas, cuando San José, desde el centro del campo, golpeó la pelota con el mismo tiento que tino en la pegada.
Hasta entonces, las áreas estaban inmaculadas, cuidadas como una especie protegida. Por allí no anidaba Aduriz a pesar de las dudas que prometía la pareja de centrales barcelonistas. En las áreas prevalecía el invierno o más bien un invernadero desvencijado. El Barça, sin liderazgo, decidió pegar y pegar pases, todos horizontales, todos posesivos, sin que nadie diera un paso al frente. Ni Rafinha ni Sergi Roberto tenían la valentía para morder una esquina. Mascherano, bastante tenía con no descuidar a sus centrales. De Messi había poquísimas noticias, acostado a la derecha en espera de un viento del este. Costaba adivinar un Barça tan improductivo, tan ajeno al área. Tanto que solo vio la luz con una falta en el último segundo de la primera mitad que lanzó Messi y a la que respondió Iraizoz estirando el brazo hasta casi casi agrietarse el sobaco.
El Athletic no lo bordaba, solo cosía, amparado por los pies laboriosos de San José, Beñat y Eraso, tres destajistas que le daban el equilibrio, sencillos y eficaces. Pero las tormentas en Bilbao vienen solas, hace falta poco para animarlas. Se antojó amarilla —el color del Barça anoche— cuando Pedro remató al travesaño y más amarilla aún cuando Messi remató un centro del uruguayo Luis Suárez agrietando otra vez el sobaco de Iraizoz. Parecía que la tormenta tenía el color amarillo de los veranos interiores. Pero cambió el viento. Aduriz, que como Messi, había transitado por donde habita el olvido, llamó a la puerta de Ter Stegen tres veces y las tres la encontró abierta, con la cabeza tocó y la descerrajó, tras varios rebotes le dejó mansa en la red (en una gran jugada de Merino) y finalmente la alojó de penalti tras una ridiculez de Alves en un saque de esquina.
Fue una tormenta en toda regla en pleno desconcierto barcelonista. Quien puso más, más se llevó en la puja. Poco importa si el botín fue excesivo. Lo curioso es que fuera el Athletic quien jugando contra el Barça, con Messi y Suárez en el campo exhibiera mayor pegada y acercara la Supercopa a Bilbao hasta la misma orilla de la ría.
ATHLETIC, 4; BARCELONA, 0
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Laporte, Balenziaga; Beñat, San José; Susaeta (Bóveda, m. 85), Eraso (Gurpegui, m. 77), S. Merino (Lekue, m. 63); y Aduriz. No utilizados: Herrerín; Elustondo, Kike Sola y Aketxe.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Bartra, Vermaelen, Adriano; Rafinha (Iniesta, m. 52), Mascherano, Sergi Roberto (Rakitic, m. 63); Messi, Luis Suárez y Pedro (Sandro, m. 72). No utilizados: Bravo; Piqué, Sergio y Munir.
Goles: 1-0. M. 13. San José. 2-0. M. 53. Aduriz. 3-0. M. 63. Aduriz. 4-0. M. 67. Aduriz, de penalti.
Árbitro: González González. Amonestó a Pedro, Eraso, Beñat, Etxeita, Alves, Mascherano, Gurpegui, Iniesta y San José.
Unos 50.000 espectadores en San Mamés. Partido de ida de la Supercopa
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Fecha: 17/08/2015 Hora: 22:00 h |
Barcelona
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Un soberbio Athletic le gana la Supercopa al Barça
Ya goleado en San Mamés, el equipo azulgrana tampoco pudo en el Camp Nou con los rojiblancos
¡Alirón, alirón, el Athletic campeón! Han pasado 31 años desde su último trofeo, que fue también una Supercopa, entonces adjudicada sin necesidad de jugar por ser campeón de Liga y de Copa (1983-1984), a costa precisamente del Barça, ayer abatido pese a que ganó el triplete en la temporada 2014-2015. Ya se sabe que en el fútbol no cambian las reglas sino las leyes, y más en España. No se discute en cualquier caso el éxito del Athletic, merecedor de una copa y hasta de un copón, extraordinario ante los suplentes del Barça, muy competitivo anoche contra los titulares en el Camp Nou.
Los azulgrana se pusieron muy serios y formales desde la alineación, encabezada por Bravo, nada nuevo porque Luis Enrique ya tenía decidido el cambio de portero antes de la goleada recibida por Ter Stegen. Las rotaciones, entendibles en un torneo menor que se juega a destiempo, perdieron su sentido después del 4-0 de San Mamés. El partido se convirtió inesperadamente en un reto para el Barça. Nunca fue un equipo de remontadas, más propias de épocas pasadas, cuando el club sobrevivía con la conquista de la Recopa. El barcelonista es hoy un plantel hegemónico que precisa reparar humillaciones como la del viernes más que contar copas que agrandan el ego como si el fútbol fuera un Grand Slam. Al Barça no le movía ayer el sextete sino la necesidad de completar una actuación solemne en un Camp Nou que por la presencia de turistas —el partido era de pago— a veces parecía la Sagrada Familia. No pudo ni supo ante un señor equipo como el Athletic.
Jugaron los titulares, y alrededor de Busquets, el Barça se ordena bien y el juego fluye mejor, para que Iniesta sea profundo, Messi desequilibre y remate Luis Suárez. También ayuda Rakitic para compensar las veleidades de Alves y las desatenciones sin balón de Messi. El juego barcelonista fue más aseado que en Bilbao. La respuesta del Athletic, sin embargo, fue igual de valiente que en San Mamés. La ausencia de San José, sustituido por Gurpegi, y la presencia de Bóveda, no rebajaron su capacidad para presionar muy arriba y de forma intensa, dificultar la salida de balón azulgrana y aislar a Messi. A pesar de que Piqué remató al larguero al poco de empezar, al Barça le costaba llegar hasta Iraizoz, le faltaba precisión y velocidad de balón para doblegar al fútbol físico, táctico y sincronizado del Athletic. La contundencia en las áreas es igualmente imprescindible en partidos como el que afrontaba el equipo de Luis Enrique y los azulgrana solo tiraron dos veces entre los tres palos hasta el descanso, y solo la segunda fue gol de Messi.
Jugaba con mucha personalidad el equipo de Valverde, impenetrable, muy concentrado, estupendo en la defensa de ayudas, estirados por el incombustible Aduriz, que marró un tiro que era gol o gol después de un error de Pedro antes de empatar y contar su cuarto tanto en el trofeo después de un rechazo de Bravo. El fútbol rojiblanco agotó al Barça, poco profundo, sin línea de pase, nada fino, desamparado por el enjaulamiento de Messi. Los azulgrana se fueron desquiciando con el vigor del Athletic y por las decisiones del árbitro, que expulsó a Piqué por insultar al linier que marcaba el ataque del Athletic.
La jugada significó la capitulación del Barça a pesar de las oportunidades de Pedro, Rakitic y Suárez. No acertaron los azulgrana, que acabaron reventados, nada acostumbrados a la épica, tampoco a los arrebatos ni a los partidos enfangados, pese a las arengas de Luis Enrique. El técnico se la jugó con Munir y Sandro y entonces apareció Aduriz para firmar una Supercopa muy suya, punto y final de un gran Athletic ante el fundido Barça. Aduriz ha sido Messi. Ya hartos de perder copas, los rojiblancos celebraron la Supercopa como si fuera la Champions. Alirón, alirón, el Athletic, Campeón.
Barcelona, 1 - Athletic, 1
Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Mathieu; Busquets, Rakitic (Sandro, m. 67), Iniesta; Messi, Suárez y Pedro (Munir, m. 67). No utilizados: Ter Stegen; Bartra, Vermaelen, Sergi Roberto y Rafinha.
Athletic: Iraizoz; Bóveda, Etxeita (Elustondo, m. 67), Laporte, Balenziaga; Beñat (Mikel Rico, m. 83), Gurpegui; Susaeta, Eraso, De Marcos; y Aduriz (Kike Sola, m. 80). No utilizados: Herrerín; Lekue, Aketxe y Sabin.
Goles: 1-0. M. 43. Messi. 1-1. M. 74. Aduriz.
Árbitro: Velasco Carballo. Expulsó con roja directa a Piqué (m. 56) y Kike Sola (m. 85), y mostró la tarjeta amarilla a Bóveda, Eraso, Pedro, Mascherano, Aduriz y Beñat.
Camp Nou: 88.834 espectadores.
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