Lobo Diarte
Carlos “Lobo” Diarte
Carlos Diarte | |
Nombre | Carlos Martínez Diarte |
Apodo | Lobo |
Nacimiento | 26 de enero de 1954 |
Fallecimiento | 29 de junio de 2011 (57 años) |
Nacionalidad |
|
Posición | Delantero |
Partidos internacionales | 45 |
Goles totales | ? |
Año del debut | 1971 (Como jugador) |
Club del debut | Olimpia (Como jugador) |
Año del retiro | 1987 (Como jugador) |
Club del retiro | Olimpia (Como jugador) |
Carlos Martínez Diarte (Asunción, Paraguay, 26 de enero de 1954 - Valencia, España, 29 de junio de 2011) fue un futbolista y entrenador paraguayo, que destacó como delantero.[1] Falleció víctima de un cáncer a los 57 años de edad. Como futbolista había militado en Olimpia de Asunción, Real Zaragoza, Valencia, Salamanca y Real Betis. Como entrenador, registró pasos por Atlético"B", Salamanca, Gimnàstic, Atlético Colegiales, Guaraní y Olimpia de Asunción.
Trayectoria como jugador
Diarte comenzó su carrera en el Club Olimpia de Asunción a los 16 años e hizo su debut profesional ayudando al Olimpia a ganar la Primera División de Paraguay en el año 1971. Su rapidez para marcar goles hicieron que los clubes europeos se fijaran en el y fichó por el Real Zaragoza de España en 1973 formando parte de los que se apodarían los "Zaraguayos" por ser varios jugadores de Paraguay en el Zaragoza, como Saturnino Arrúa y Felipe Ocampos. En 1976, firmó por el Valencia CF donde fue parte de una delantera con el argentino Mario Kempes y el neerlandés Johnny Rep. Diarte jugó después para el UD Salamanca durante los años 1979 y 1980, en el Real Betis de 1980 hasta 1983 y en el AS Saint-Étienne de Francia desde 1983 hasta 1985.
En 1987, volvió al Olimpia para retirarse y ayudó al equipo a ganar otra liga de Paraguay. En la liga Española estableció una marca espectacular: 11 goles en seis jornadas seguidas.
Trayectoria como entrenador
Una vez retirado, Diarte llegó a ser ayudante de varios equipos en España como el Valencia CF (1988) y entrenador del Deportivo Alginet, el Atlético de Madrid B (1997-1998), la UD Salamanca (1998-1999), el Gimnàstic de Tarragona (2002), así como el Guaraní, el Olimpia y el Atlético Colegiales de su país.
El 28 de noviembre de 2008 Carlos Lobo Diarte firmaba para entrenar al Calpe Club de Fútbol en la territorial valenciana.
Selección nacional
Ha sido internacional con la selección de fútbol de Paraguay en 45 ocasiones.
En su faceta de entrenador, en julio de 2009 se hace cargo de la selección de fútbol de Guinea Ecuatorial.[2]
Clubes
Club | País | Año |
Olimpia | Paraguay | 1971-1973 |
Real Zaragoza | España | 1973-1976 |
Valencia CF | España | 1976-1979 |
UD Salamanca | España | 1979-1980 |
Real Betis | España | 1980-1983 |
Saint-Étienne | Francia | 1983-1986 |
Club Olimpia | Paraguay | 1987 |
Palmarés
Campeonatos nacionales
Título | Club | País | Año |
Primera División de Paraguay | Olimpia | Paraguay | 1971 |
Primera División de Paraguay | Olimpia | Paraguay | 1987 |
Muerte
Falleció a las 7 de la mañana del día 29 de junio de 2011 en el hospital doctor Peset de Valencia a causa de un cáncer, contra el que estaba luchando un tiempo.
Adiós al Lobo Diarte, exdelantero paraguayo del Valencia y el Zaragoza
Muere a los 57 años a causa de un cáncer
Era alto e imponente a pesar de que la enfermedad le atacaba ya por todos los frentes. Después de comer, Carlos Lobo Diarte (Asunción, Paraguay, 1954) bajó aquel sábado soleado de abril de su piso en Valencia, frente al colegio José de Calasanz, con ganas de charlar de fútbol y literatura, las dos pasiones de sus últimos años de vida. El andar sigiloso y elegante hacía honor al apodo: El Lobo. Se lo puso su compañero en el Olimpia, Mario Ribarola, por la zancada rápida y larga. "Cuando me encuentre mejor, saldré a jugar con mis hijos a la cancha de aquí al lado", suspiró esa tarde Diarte, exdelantero en los setenta del Zaragoza, el Valencia, el Salamanca y el Betis, que murió ayer tras varios meses luchando contra el cáncer.
Sus últimas esperanzas pasaron por una alimentación muy restringida en la que no cabían las carnes y los vinos, los manjares que tan buena compañía le hicieron en sus años de estrella del fútbol paraguayo y español. Lo recuerdo de fiesta por última vez en una cena en la cafetería de la escuela de fútbol de Valdez, otro exdelantero del Valencia de los setenta, en Picassent, cantando y tocando la guitarra, en otra de sus aficiones, la música. Era un hombre polifacético.
Aquella tarde pidió un té y le suplicó a Tania Castro, la fotógrafa de El País, un retrato con un aspecto digno, dañado como estaba porque, días antes, otras publicaciones habían ofrecido una imagen suya muy deteriorada. Tania lo sacó espléndido: con la amplia sonrisa frente a la taza de té, las manos dando juego a sus palabras y las gafas de leer tanta poesía. Ángel González era su preferido, junto a los poetas de la generación del 27, y sus paisanos Josefina Pla y Augusto Roa Bastos. Escribió 187 obras registradas en la propiedad intelectual de Valencia: poemas cortos y narraciones. "Lo sensible te exprime. Cuanto más solitario, más esparces tus sentimientos. Al final, aunque tu familia te acompañe, estás solo", comentó.
El menor de ocho hermanos, Carlos se crió con su madre, en la Asunción de los años cincuenta, puesto que el padre los abandonó cuando él tenía dos años. Paraguay era un país de mujeres después de que tantos hombres fallecieran en la guerra de la Triple Alianza, frente a Brasil, Argentina y Uruguay. Y la madre de Diarte se empeñó en que sus hijos encontraran tiempo para estudiar a pesar de que tuvieran que trabajar de lo que saliera: albañiles, panaderos...
El fútbol le iba a dar una larga y brillante carrera. A los 16 años ya debutó en el club más laureado de Paraguay, el Olimpia. Tenía un físico privilegiado que le permitía correr con una poderosa zancada, regatear y ser un excelente cabeceador. Al principio, siempre jugó contra chicos duros y mucho mayores, de ahí que desarrollara un gran instinto de supervivencia. El 9 de enero de 1974 llegó a España, al Zaragoza, que pagó por él siete millones de pesetas. Allí, entrenados por Luis Carriega, formó los Zaraguayos, junto a Arrúa, Soto y Ocampo. En el Valencia coincidió con una delantera formidable junto a Repp y a Mario Kempes. Llevaba 11 goles en siete partidos, pero Jaén, un defensa del Sevilla, lo lesionó y truncó su carrera en Mestalla. Estuvo dos años en cada club, como si fuera demasiado inquieto para quedarse quieto mucho tiempo en el mismo lugar. Dejó grandes recuerdos en el Salamanca junto a Juanito, Corominas y D,Alessandro, y en el Betis llegó a disputar la Copa de la UEFA con Biosca, Cardeñosa y Morán. Esbozaba una sonrisa al recordar a tantos excompañeros.
Tras una larga etapa como entrenador, en el Alginet, el Atlético B, el Salamanca o el Nàstic, la enfermedad le atacó cuando dirigía a la selección de Guinea Ecuatorial. "Cuando mejor estás, te golpea. Es duro luchar contra esta enfermedad", explicó.
Tan poderoso como fue físicamente, su debilidad como espectador y entrenador siempre fue Iniesta, la esencia de la belleza y la sensibilidad. "El fútbol lo tengo pegado a los talones y me sube por el corazón", agregó El Lobo, a modo de despedida.
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