Como si de un inmenso y abigarrado fresco se tratara, poblado de los personajes más variopintos –desde esclavas e intelectuales hasta reinas y sultanas, pasando por menestralas, prostitutas y sanadoras–, Moras y cristianas ofrece una novedosa perspectiva de la vida cotidiana en la Edad Media. Creando una inusitada trama de relatos entrelazados, Magdalena Lasala y Ángeles de Irisarri han dado vida a sendas versiones, la árabe y la cristiana, de diversos oficios y actividades representativos de la mujer medieval en la península ibérica. Así, por ejemplo, conoceremos el triste destino de Fátima, primera esposa del califa Abd-Al-Rahman III, caída en desgracia a causa de su desmesurado orgullo; visitaremos el salón literario de Wallada, princesa y poeta, donde se reunía la élite de la intelectualidad cordobesa; o compartiremos las cuitas de Ende, pintora del monasterio de Távara, que copiaba e ilustraba códices antiguos, una función tradicionalmente desempeñada por monjes.
Más allá de la rigurosa investigación histórica o del intenso tono poético de algunos pasajes, Moras y cristianas es ante todo un fascinante calidoscopio de imágenes y voces que llegan hasta nosotros a través del tiempo, para hacernos compartir los deseos y frustraciones, las batallas diarias, grandes o pequeñas, de aquellos seres lejanos que forman parte de nuestro legado.
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