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PARTIDO Nº 713 ESPAÑA 3-1 KOSOVO (31-Mar-2021)

PARTIDO Nº 713 ESPAÑA 3-1 KOSOVO (31-Mar-2021)

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ESPAÑA

bandera españa circular

Partido 713


KOSOVO

  

  3-1

1-0 (34´) Dani Olmo
2-0 (37´) Ferran Torres
3-1 (75´) Gerard Moreno

Clasificacion Mundial Catar 2022

31 Marzo 2021

Sevilla

Estadio: La Cartuja

2-1 (70´) Halimi

Kosovo

 

FICHA TÉCNICA 
España:
Once inicial: Unai Simón, Iñigo Martínez, Èric García (Sergio Ramos 86´), Marcos Llorente, Jordi Alba, Sergio Busquets (Rodri Hernández 82´), Koke, Pedri (Fabián Torres 69´), Ferran Torres Dani Olmo (Canales 82´) y Morata (Gerard Moreno 69´).

Seleccionador: Luis Enrique Martínez
Selección kosovar:
Once inicial: Ujkani, Dresevic, Vojvoda, Aliti, Halimi (Voca 82´), Kryeziu, Hadergjonaj, Kololli (Zenela 58´), Celina, Rashica (Kastrati 55´) y Muriqi.

Seleccionador: Bernard Challandes

1-0 (34´) Dani Olmo por la escuadra después de recibir un pase de Jordi Alba.
2-0 (37´) Ferran Torres de fuerte disparo cruzado desde la derecha.
2-1 (70´) Halimi aprovecha la salida de Unai Simón para marcar desde lejos a puerta vacía.
3-1 (75´) Gerard Moreno de cabeza a la salida de un córner.

Jakob Kehlet (Dinamarca): Mostró tarjeta amarilla a Kryezu (48´) por parte de Kosovo

Árbitros Asistentes: Lars Hummelgaard y Heine Sorensen (Dinamarca)

Cuarto árbitro: Jens Maae (Dinamarca)

Tercera jornada del grupo B. Fase de clasificación para la Copa del Mundo de FIFA de Catar 2022.

Estadio La Cartuja de Sevilla

Partido jugado a puerta cerrada debido a los protocolos de seguridad contra el Covid-19.

España 3-1 Kosovo 

80.9 % Posesión 19.1 %

11 remates a puerta 1
5 remates paradas 0
8 remates fuera 2
3 disparos recibidos 24 
0 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
9 faltas recibidas 8
9 faltas cometidas 10
115 balones perdidos 110
55 balones recuperados 51
3 fueras de juego 4 

España no cuadra

La Roja también sella ante la débil Kosovo un partido mediocre, solo resuelto con el 3-1 final de Gerard Moreno. Ramos, de nuevo suplente, juega los cinco últimos minutos

Ni ante Kosovo, equipo que aún se acuna en el fútbol universal tras su admisión en 2016, se concedió España un partido de confetis y serpentinas. Confusa como está la Roja, lo mismo la acogotan Grecia y Georgia que la mantiene en tensión Kosovo, 116ª selección en la clasificación de la FIFA. Una España plomiza que ni siquiera disfrutó con un 2-0. Una pifia de Unai Simón derivó en un golazo de Halimi desde su casa. Cinco minutos de pesadumbre para los de Luis Enrique, que resoplaron con un tanto de Gerard Moreno. Un desahogo para esta Roja y un regalo para Ramos, que pudo hacer el paseíllo final en su carrera hacia el récord que le obsesiona.

De entrada, media hora para aburrir y un par de minutos para ganar. Un clásico del fútbol: una primera potencia que tramita un vaivén ordinario hasta que a un adversario del camión escoba se le marchitan las piernas y el ánimo. Hasta que a España le dio por chutar lo más noticioso llegaba de fuera. Que si la encerrona de Luis Enrique durante una hora en el ascensor del hotel de concentración. Que si la segunda suplencia consecutiva del eterno Sergio Ramos —decisión técnica, se dijo desde el banquillo—.

Sobre el campo se buscaban Pedri y Jordi Alba, la mejor pareja de baile de esta Roja en tránsito. Al otro costado sumaba menos Marcos Llorente, otra vez lateral ortopédico, lo que deja más varado al explosivo volante delantero del Atlético. Pero así ha decidido auditarle el seleccionador. Con Kosovo abrigado en su cenagosa retaguardia y sin aparente perspectiva de echar un vistazo a Unai Simón, a España le faltaba marcha. Algo de frenesí, de desborde, de atrevimiento. Mucho fregado por la periferia del área visitante, pero pocos fusileros. Apenas Alba y Morata probaron a Uljkani, meta kosovar. Una España en la sala de espera, reducida al formalismo hasta que la lógica se impusiera a la ilógica. Así fue. Pero no del todo.

Remolona la Roja, de repente Kosovo se abrió de par en par. Bisoñez. El equipo concedió que en un córner la pelota flirteara con Dani Olmo en un pico del área. Sin mordaza, el jugador del Leipzig se posicionó, cargó y estampó el balón en la escuadra izquierda de Uljkani. Un extraordinario tiro combado. Olmo, el chacal a última hora de Georgia, no solo tiene clase. Tiene munición en las botas.

Aún le maldecían los kosovares cuando Pedri, con un geométrico pase en diagonal, puso en órbita a Ferran Torres. Al igual que a su camarada Olmo, Kosovo le dio horizontes. Mala decisión. El extremo del City avanzó y, más que un disparo, soltó una granada. La pelota salió con metralla y circuló rasa hasta rebotar en el poste derecho de la portería kosovar y descansar en la red. 2-0. ¿Una losa para Kosovo con una hora por delante? ¿Un sosiego para la inestable y errática España de la última semana? Ni lo uno ni lo otro, aunque lo pareciera.

Con el respiro, el equipo de Luis Enrique se hizo un pelo más ameno hasta el intermedio. No hubo alardes, pero sí chispazos, por gracia propia y desarreglos ajenos. Pedri agitaba a Olmo, Ferran y Morata, pero la Roja carecía de constancia. Hoy no es un conjunto cuajado. Busca y busca Luis Enrique, y se buscan sus muchachos, que con tanta montaña rusa a veces no se reconocen.

Simón... y el ‘momento Kosovo’

Sin continuidad, tras el descanso España tuvo menos peso. Ya no jugaba al solitario por el perímetro del rancho visitante. Tan quebradizo se volvió el conjunto español que Kosovo se encontró con una situación inesperada: con más pelota a sus pies de lo que hubiera soñado y con dictado en el marcador.

A Unai Simón se le fue un control con el pie en una salida algo aventurada, Halimi le rebañó el balón y lo embocó en la meta local con un remate desde el medio campo español. Perplejidad general: momento Kosovo. La de Halimi no fue la única ocasión. No tuvo una batería, pero sí dio algunos avisos.

En alerta, Luis Enrique tiró de banquillo. Primero con Fabián y Gerard Moreno. El ariete del Villarreal no tardó en ir al rescate. Cazó un cabezazo en un saque de esquina y la Roja evitó otro sofoco. Irrumpieron Rodri y Canales para pasear el balón y que el tiempo menguara a sus pies. Resuelto el embrollo, Luis Enrique cedió ante Ramos. Le obsequió con su 180º partido internacional —a cuatro de igualar el registro absoluto del egipcio Hassan— cuando al encuentro le quedaban cinco minutos. Cosas de estos tiempos, donde algunos récords se oscarizan hasta extremos impensables. Cuestión a discutir, sobre todo cuando los guiños se hacen en choques oficiales. Tanto como debatir las causas por las que esta Roja no se divierte ni ante Kosovo. Algo no cuadra.

Zipi y Zape tiran de La Roja

Dani Olmo y Ferran Torres desatascaron a la Selección, que ya es líder de grupo. Unai Simón falló en el 2-1 y Gerard Moreno evitó sustos.

No sé qué pensarán Pepe, Manolo o Lucas, los tres aficionados ficticios a los que aludió Luis Enrique en la víspera para justificar sus decisiones, pero seguro que los tres dan su bendición a la inclusión de Dani Olmo y Ferran Torres en el once titular de España. Brillaron ante Kosovo, con un gol cada uno, y han sido lo más brillante que nos ha dejado el arranque de las eliminatorias mundialistas. Ya no habrá más partidos ni experimentos antes de que Luis Enrique dé la lista de 23 jugadores para la Eurocopa. Zipi y Zape estarán en ella, seguro, buena parte del peligro ofensivo de La Roja pasa por sus botas.

Ellos fueron quienes mejor supieron leer la defensa que planteaba Kosovo. España generó más peligro en los primeros diez minutos que, por ejemplo, en todo el partido jugado hace una semana contra Grecia. Un disparo de Olmo, una galopada de Ferran que no encontró rematador y otra incursión de Alba dejaron claro que nos encontrábamos ante un paisaje distinto al de los dos anteriores compromisos. Kosovo había ondeado la bandera del buen fútbol, al menos del fútbol ofensivo y sin miedos, en la rueda de prensa del martes. “Aunque seamos un equipo pequeño, tendremos más oportunidades de ganar si tenemos el balón; para mí, especular con un 1-0 o jugar al contraataque no es fútbol”, anunció Bernard Challandes, su seleccionador. Pero esa medicina tiene contraindicaciones, como la de que el equipo se desnude cuando el rival logra romper la primera línea de contención. Challandes apostó de inicio por tres centrales, con doble pivote y una ausencia reseñable, la de Zeneli en la banda. Arriba era Muriqi en quien confiaban todos sus ahorros.

En España, mientras, la noticia en luces de neón era la ausencia de Sergio Ramos. El madridista se encontraba bien físicamente, reconocía el ayudante de Luis Enrique, Jesús Casas, en los micrófonos de RTVE poco antes del pitido inicial. Pues más extraño aún. En el resto del equipo, Marcos Llorente volvió al lateral derecho, como ante Grecia, Koke formaba de nuevo en el centro del campo, mientras que arriba lucía el tridente del partido que abrió las eliminatorias: Ferran, Morata y Olmo. En clave de derbi vasco, que el sábado aguarda la final de la Copa del Rey sobre ese mismo césped de La Cartuja, el Athletic empezaba ganando por 2-0: sus dos internacionales, Unai Simón e Íñigo Martínez, eran titulares, mientras que el único jugador de la Real en la convocatoria, Oyarzabal, descansaba en el banquillo. Aunque bien mirado, perder ahí quizá es ganar. Cualquier minuto de descanso es de agradecer por Marcelino e Imanol.

La Roja fue madurando poco a poco al rival. El dibujo inicial mutó en varios dibujos, con Koke partiendo en la izquierda y luego virando a la derecha, con Pedri transformándose en uno y mil pedris, una de las cualidades de la joya barcelonista. Sabe tocar rápido cuando los demás se mueven con pereza, sabe jugar lento allí donde todos tienen prisa y la pelota quema. Morata estiraba el equipo, casi siempre recibiendo de espaldas pero dejando espacio para los interiores. En una de esas, Olmo vio espacio extra, se colocó el balón en la derecha y nos regaló una parábola de PlayStation, con el esférico entrando por la misma escuadra. Literal. Lástima que no hubiera aficionados en las gradas para disfrutar de tanta belleza. Pero como no hay Zipi sin Zape, apenas tres minutos después Ferran también reivindicó su minuto de gloria. El del City se internó por la derecha y remató a la base del poste contrario, una acción de manual, dejando desarmado a Samir Ujkani, que vio cómo en dos zarpazos se venía abajo su ilusión de mantener la portería a cero.

Ese gran final de primer tiempo auguraba goles y festín en la reanudación. Pero no fue así. Esta vez Ujkani detuvo los remates españoles, mientras que Kosovo decidió irse arriba en busca de un gol que entrara en los libros de historia. Kastrati fue quien lo tuvo más cerca, pero Llorente e Íñigo Martínez despejaron el peligro. Pero fue un buen aviso a navegantes, porque poco después llegó el crochet de izquierda kosovar. Unai Simón salió en falso y el balón le llegó a Halimi en tres cuartos de ataque, pero pegado casi a la banda. El centrocampista del Sandhausen no se lo pensó dos veces y soltó un zurdazo que no pudo interceptar ningún defensor español. Un golazo y un error de bulto de Simón, que ante Kosovo disputaba su sexto partido consecutivo como titular.

Afortunadamente, La Roja reaccionó antes siquiera de que el miedo a un tropiezo de campeonato rondara por la cabeza. Y el gol no pudo llevar otra firma que la de Gerard Moreno, que había entrado ocho minutos antes en juego en lugar de Morata. Fue la rúbrica a un partido en el que España fue de más a menos y en el que Ramos jugó cinco minutitos más en su carrera por el récord mundial de internacionalidades (180, a cuatro del egipcio Ahmed Hassan). Lo importante, sin embargo, eran los tres puntos, que alivian los escalofríos del duelo con Grecia. Las eliminatorias para Qatar 2022 volverán en septiembre. Antes nos espera una Eurocopa en la que sacudirnos el polvo que nos dejaron los últimos tropiezos internacionales. Ferran, Olmo, Pedri y compañía nos permiten afrontar esta cuenta atrás de dos meses con mejor cara. Me da que Pepe, Manolo y Lucas cenarán hoy más tranquilos.

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