El Real Zaragoza fue mejor que el Elche en términos generales durante todo el partido, tuvo más y mejores ocasiones que los ilicitanos, pero perdió 0-1 con un gol postrero del casi cuarentón Nino. Se repitió la historia de tantos partidos en este fútbol de fraude que va a poner punto final a la caótica liga española de Segunda División. En esta noche del 16 de agosto se acabó la andadura zaragocista en esta liga 2019-20 en la que ha salido esquilmado en mil aspectos del juego, no solo desde junio, sino también antes. El Elche jugará la final de la promoción contra el favorito Girona y los blanquillos tendrán que defender sus derechos en los juzgados.
Temor, respeto, contemporización y pausa fueron las pautas bajo las que discurrió el primer tiempo en ambos equipos. Nadie quería cometer un error fatal, con el 0-0 de la ida siempre presente en sus mentes. Y el Elche estuvo a punto de encontrarse con el tesoro de uno gol antes del minuto 3, en un centro raso de Gil al que Cristian Álvarez no llegó a cerrar abajo, lo que hizo que el balón diera en el pie de Guitián y casi se introdujera en la portería blanquilla. Se marchó a córner rozando literalmente el poste izquierdo, ante el susto general. Sería la única llegada con peligro de los ilicitanos en toda la primera mitad.
El Real Zaragoza manejó el balón más y mejor, con un Eguaras más atinado que en las últimas citas, con Kagawa entre líneas manejando buenos balones, con los centrales sacando bien la pelota desde atrás. Eso sí, faltó lo mismo que en Elche: imaginación en el último pase, valentía en los encares de Blanco (la única novedad de Víctor en el once inicial) y de Burgui, muy timoratos cuando tuvieron opción de ello. Nieto subió bien su banda, pero con los clásicos errores en la definición, lo mismo que un apagado Vigaray. Así que Linares se vio siempre solo rodeado de tres o cuatro zagueros alicantinos. En el minuto 8, desde lejos, Guti probó fortuna con un derechazo a media altura que sacó a dos manos el ágil Badía. Era el primer descaro atacante de los de Fernández.
Poco después, en el 13, Linares recibió de espaldas en el área, algo escorado, se dio la media vuelta e intentó un remate en vaselina complicado, que se marchó por el segundo palo, fuera por poco. Los minutos transcurrían sin ritmo, con los dos equipos mirándose a los ojos permanentemente. El Elche buscaba balones largos sobre Josan, Nino y Fidel, en ausencia de su goleador Jonathas, expulsado en la ida. Por fortuna para el equipo aragonés, los que llegaron con serio riesgo para Cristian Álvarez fueron todos en fuera de juego, bien señalado siempre por el linier uno tras otro.
La mejor ocasión zaragocista llegó en el minuto 29, una pena de jugada que debió ser el 1-0 que quedó diluida por el mal remate de Linares, en un mano a mano precioso tras pase de Kagawa con control orientado del de Fuentes de Ebro que Badía le agarró con reflejos. Debió picarla por arriba el aragonés, pero no optó por esa solución que era la natural con el portero muy fuera del marco a la desesperada. No era abrumador el dominio blanquillo, porque casi siempre manejaba la pelota en terrenos lejanos al área rival y eso devaluaba su control. Hasta el minuto 40 ya no se pisaron las zonas de peligro de nuevo y fue Nieto, en una buena penetración con visión al espacio de Eguaras. El lateral, en vez de centrar a Linares, optó por el disparo al primer palo para sorprender y el balón se le marchó fuera. Ahí se acabó el escaso repertorio ofensivo de unos y otros, con predominio en las llegadas zaragocistas pero con esa sensación, gemela a la del Martínez Valero el jueves, de que sin Luis Suárez ni Puado, los dos delanteros titulares de este equipo que están fuera por la negligente gestión de la Liga de Fútbol Profesional en el último mes de la competición, el Real Zaragoza está castrado en ataque de forma brutal, perniciosa, quizá letal para aspirar a un ascenso en duelos que exigen tanta precisión.
El descanso llegó con la incertidumbre en el ambiente. El Elche de Pacheta, con siete caras nuevas, debía desmelenarse en la segunda parte. El 0-0 iba a una prórroga y, en caso de no moverse, sería el Real Zaragoza quien pasaría a la final. Los de Víctor, con poso, soñaban con enganchar una ocasión propicia para adelantarse en el tanteador y modificar el guión miedoso del duelo. Al revés que en el inicio del choque, quien estuvo a milímetros de abrir el marcador fue el equipo zaragozano, con un disparo de Kagawa al larguero, tras jugada de Burgui, en el minuto 50. Una lástima muy grande, pues el balón, que tocó ligeramente en Dani Calvo, había rebasado a Badía. Como ya pasó en Elche en la ida, el larguero se alió con los franjiverdes
Pacheta refrescó enseguida sus filas con Folch e Iván Sánchez. Debía quemar balas. Le siguió rápidamente Víctor, con Soro y Pereira en vez de un apagado Blanco y de Linares. Savia nueva en ataque. El Zaragoza volvía a tener más el balón en su poder, pero sin acabar nada. Atrás, en la última línea, Guitián y El Yamiq jugaron con fuego dos veces seguidas en sendas malas salidas en control. Se empezaba a notar el cansancio y eso era un peligro claro. Figueroa, el árbitro bajo la lupa siempre en La Romareda, pitó falta en las dos ocasiones -con acierto- y alivió los problemas. El partido empezó a romperse, con muchos espacios sin ocupar. Cada pérdida era un peligro. El minutero fue avanzando sin opciones de gol en ninguna portería y se entró en los últimos 20 con todo abierto en canal.
En el minuto 70, el Elche anduvo cerca de provocar la tragedia en La Romareda. Una falta directa a 25 metros la lanzó de rosca Iván Sánchez y Cristian Álvarez salvó el 0-1 con una palomita perfecta de lado a lado. Cuando aún duraba la taquicardia, en la contra, Kagawa perdonó un gol cantado, por chupón, rematando trastabillado a las manos de Badía cuando tenía solos a su lado a Soro y Pereira. Egoista estuvo el japonés, que eligió fatal. En estas, Pere Milla habia reforzado el ataque ilicitano y Torres había entrado por un agotado Eguaras, que no podía más.
Y, al más puro estilo del apéndice del fútbol de mentira que ha sufrido el Real Zaragoza, la catástrofe llegó en el minuto 81, a falta de solo 9 para el final. Se coló Juan Cruz a espaldas de Vigaray, centró atrás y Nino, solo, controló y colocó el balón en las mallas. El 0-1 obligaba a los aragoneses a meter dos goles en un santiamén. Un milagro para un equipo sin gol, mutilado sin Luis Suárez ni Puado por causas ajenas a su voluntad. Otra derrota planeaba sobre La Romareda, un terreno demasiado expugnable en estas circunstancias. Víctor metió al filial Baselga y a Ros, a la desesperada.
En el minuto 85 Burgui sacó un penalti claro por zancadilla de Gil. Ros, recién entrado, lanzó la pena máxima de la esperanza. Y cometió la pifia de su vida. Optó por el estilo Panenka, suave y por alto, pero Badía le vio la intención y lo paró con comodidad. Tremenda decepción, impotencia máxima. Terrible paladar para todo el mundo. Un final digno del año de desgracias que ha vivido el Zaragoza. Hasta 7 penaltis ha marrado el equipo, muchos en días claves. Este, de infausto recuerdo para los restos. Ni que decir tiene que, a partir de aquí, los de Víctor se hundieron moralmente, más de lo que ya estaban. Los últimos minutos fueron un suplicio, con Pera Milla y Dani Calvo perdonando el 0-2 en una contra en solitario.
El pitido final de Figueroa supuso la fiesta del Elche, el 6º de esta liga, y el sofocón con lágrimas del zaragocismo, tras la 3ª posición en la tabla, después de haberse caído del ascenso directo en una recta final del torneo llena de trampas loberas que acabaron segándole los pies, dejándolo capitidisminuido sin Suárez ni Puado. Punto final a un año de calvario, de laceración constante, a veces con fuego amigo, otras muchas con balas enemigas que llegaron desde el exterior. De nuevo, por tercera vez en seis años, el Real Zaragoza falló en una promoción de ascenso. En esta ocasión, por jugar sin delanteros y recordando mucho el partido de ida, donde dispuso de 70 minutos en superioridad sin saber aprovecharlo. Toca esperar al abogado Juan de Dios Crespo, contratado por el club para defender sus derechos en donde haga falta, hasta el final.
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Guitián, El Yamiq, (Baselga, 84) Nieto; Eguaras (D. Torres, 72), R. Guti (Javi Ros, 84); Blanco (Soro, 57), Kagawa, Burgui; y Linares (Pereira, 57).
Elche CF: Badía; Gil, Verdú, Dani Calvo, Juan Cruz; Manuel Sánchez (Folch, 54), Víctor Rodríguez (Josema, 88); Josan (Iván Sánchez, 54), Fidel (Pere Milla ,72); Nino (Mfulu, 88) y Escriche.
Árbitro: Figueroa Vázquez (Andaluz). Amonestó a Manuel Sánchez (5), Fidel (21) y Pereira (75).
Goles: 0-1, min. 81: Nino.
Incidencias: Noche calurosa, con 29 grados al inicio del choque (22.00) tras un día con 32 de máxima. El césped de La Romareda presentó un aspecto notable.