Plano de la ciudad de Saraqusta
Plano de Saraqusta montado sobre plano de Zaragoza de 1712
- Murallas de piedra por el Coso (color marrón). Murallas de "marduma" o tapial (color rojo) según las murallas medievales, las puertas de Baltax y de los Judíos, y los restos arqueológicos en edificio nuevo de Hacienda en c/Albareda.
- El cauce del Ebro refleja la isla "al-jazírath" citada por Ibn Xayyán, desde la cual dice: "cuya alcazaba dominaba, viendo a quien entraba y salía y a los que circulaban por alguna de sus calles". Es detectable en el plano del s. XVIII por las zonas pantanosas al norte del cauce actual, y por el actual topónimo "balsas de Ebro Viejo".
- El cauce del Huerva se dibuja como está hoy, pero probablemente iría al norte de la "huerta de Santa Engracia", junto a la muralla.
- La zona residencial (naranja), encerrada por la muralla de tierra, abarca de forma aproximada las viviendas exploradas en las excavaciones arqueológicas. Al no haber podido consultar los datos concretos fruto de las excavaciones, se tienen en cuenta las que son de dominio público, como el arrabal de Sinhájath o el situado junto a la plaza de toros, o bien me lo han relatado los arqueólogos responsables de las excavaciones (viviendas en la plaza del Portillo o la muralla bajo el edificio nuevo de Hacienda).
- La extensión de los cementerios de báb al-Qiblath y báb al-Qala'ath, así como la de la zona de alfares, se ha realizado como la anterior. Los curtidores se ubicaban al norte del puente, donde se ha conservado el topónimo de Nuestra Señora de Altabás.
- La Almozara se ha emplazado sobre la cota de la acequia de Almozara, salvando la huerta junto al río.
- la mezquita aljama de la que se conserva en la Seo la huella del alminar viejo, el alminar nuevo dentro del campanario barroco, (Los alminares de La Seo de Zaragoza) alguno de los cerramientos al SO del edificio y el muro exterior y la cúpula de mocárabes de la Parroquieta La Seo de Zaragoza y la mezquita aljama de Saraqusta.
- el alminar junto a báb al-Qibla, actual campanario de la Magdalena El alminar de Bab alQibla de Saraqusta
- la zuda, en el actual torreón de la Zuda
- la zuda oriental, en el interior del monasterio de la Resurrección.
- el alminar y portada del cementerio de báb al-Qala'ath, probable monumento funerario. Son la torre y la puerta de los Ahorcados de San Pablo.
- La Aljafería, único edificio zagrí reconocido oficialmente como "taifal".
- la torre Nueva, demolida en el s. XIX. La torre Nueva de Zaragoza
- palacio Fuenclara, en cuyo exterior se conservan arcos de herradura geminados.
- Santas Masas o Santa Engracia, cuya existencia está documentada en época zagrí y de la que se conserva en la parte inferior de una de las torres un paño de la iglesia mozárabe
- baños judíos, de época zagrí, ubicados en el Coso, en la Judería.
- alminar de mezquita en los cuerpos bajos del campanario mudéjar de San Gil. El alminar de San Gil en Zaragoza
- gran arco ojival en muro sur de la iglesia barroca de Santo Tomás de Villanueva, en los Escolapios de Conde Aranda, descubierto en la última remodelación del edificio.
Zaragoza, a lo largo de los cuatro siglos de gobierno musulmán, experimentó un incesante desarrollo económico y demográfico que culminó a finales del siglo XI, cuando la ciudad alcanzó un perímetro urbano que no se vería superado hasta finales del s. XIX. Saraqusta, pronúnciese Saragosa, era considerada por los geógrafos árabes como una de las cinco metrópolis de Alandalús (nombre probablemente derivado del alemán hablado por los visigodos Landah lauts el país de sorteo, por la costumbre germánica de sortearse las tierras conquistadas).
Los cronistas e historiadores de la ciudad sistemáticamente han minusvalorado, cuando no menospreciado, todo aquello relacionado con este periodo tan brillante de la historia de la ciudad. Hasta bien recientemente se identificaba el perímetro de la ciudad islámica con el de su medina -el espacio, amurallado encerrado por el Coso- dando como consecuencia una ciudad de escasa población y de dimensión muy inferior a la posterior ciudad cristiana. Pero las excavaciones arqueológicas evidencian que el caserío de la ciudad andalusí alcanza el perímetro de la ciudad decimonónica, uno de los más extensos de España. La Zaragoza que se encontró Alfonso I de Aragón era una ciudad mayor que cualquier ciudad europea contemporánea; albergaba entre sus murallas una población entre 40.000 y 60.000 habitantes, cuya principal actividad era el comercio y la industria, explotando su carácter de ciudad fronteriza como base de intercambios entre las ciudades de Europa y Oriente. No hay que olvidar que los habitantes del reino Hudí, más o menos lo que hoy sería Aragón, se denominaban a sí mismos zagríes, o sea fronterizos (de Zagr-Alandalús, Marca o Frontera Superior de España) denominación que aún subsiste en la medina de Argel, en donde se asentaron algunos de los moriscos expulsados de su patria en 1610.
La ciudad andalusí disponía de dos recintos, uno central denominado medina (del árabe al-madínath,la ciudad) rodeado por la muralla romana de piedra, en el actual Coso, con sus correspondientes barrios, y en donde se emplazaban, lógicamente, los principales edificios públicos como la mezquita mayor, y el palacio fortificado del gobernador -o real en el s. XI- que en Zagr Alandalús se denominaba zuda, suddath, y en el resto de la península Alcazaba. En torno a la medina se extendía un segundo recinto por donde se había extendido la ciudad conforme había aumentado su población, y que en parte ya fue ocupado por la ciudad romana antes de su decadencia. Esta área, que también comprendía el Rabal, ar-rabad, tenía diversos barrios, dos cementerios, alhóndigas (de al-funduq, posada, hotel), una alcaicería, al-qaysariyyath, en la actual plaza de España, y numerosas industrias y talleres, especialmente tejerías y cerámicas, muchas de las cuales, con sus correspondientes hornos han sido excavados en los últimos años.
La medina, según el geógrafo almeriense Al-’Udrí "dicen que fue construida en forma de cruz, y lehicieron cuatro puertas, una de ellas, en el comienzo del solsticio de verano queda frente al sol naciente, y la opuesta, que corresponde a Occidente, queda frente al sol poniente". Conocemos por fuentes cristianas, una vez conquistada la ciudad, el nombre árabed de las cuatro puertas de la medina.
Siguiendo el orden de Al-'Udri, frente al sol naciente, en la plaza de la Magdalena y de la cual aún se conserva uno de sus paramentos en una de las casas de la plaza, estaba la puerta de Alquibla, llamada más tarde de Valencia por los cristianos. Era sin duda la más querida por los saraqustíes. Se llamó Bab al-Qiblath, ya que la quibla es el muro de las mezquitas orientado hacia La Meca y hacia allí estaba orientada. Conocemos su nombre porque junto a ella estaban enterrados dos de los santos más venerados de Alandalús: los tabi (compañeros del Profeta) Hanás as-Sana'ní y 'alí al-Laxmí, naturales de Sanaa, capital del Yemen, país originario de las dos dinastías reales de Zagr-Alandalús: los Tujibíes y los Hudíes. Estas personas eran tan veneradas que eran objeto de peregrinaciones a sus tumbas, por lo que el primer sultán de Saraqusta, Mundir I, quiso construir en su honor un gran mausoleo. Pero fue a verle una santa mujer que le dijo que los dos santos habían ido a visitarla en sueños y le habían dicho que les repugnaba la idea de que se construyera nada sobre sus tumbas. El sultán, al oír aquello, renunció a su construcción. Se corrobora esta devoción cuando Mundir I, efectuó una de las ampliaciones de la mezquita mayor, para lo cual había que derribar el muro de la quibla y por tanto el mihrab, que hecho de una pieza de mármol blanco decía la tradición había sido construido por el santo Hanas. Para impedir su demolición ordenó su traslado mediante un complejo sistema de poleas hasta el nuevo muro de la quibla. Probablemente también ordenaría la construcción del alminar de la vecina mezquita (se llamaría mezquita de báb al-Qiblath?, actual torre de la Magdalena, cuya existencia ya está constatada en 1196 (Angel Canellas López, en Historia de Zaragoza I). Inspirada en modelos persas, tanto en su singular tipología constructiva -ladrillo y yeso en el exterior y bóvedas enjarjadas en el interior-, como en su decoración -lacerías de ladrillo resaltadas con cerámica vidriada-, el sultán de Saraqusta trataría de embellecer el acceso al cementerio donde reposaban los restos de los santos tabíes, respetando el "deseo" de ambos de no ver alteradas sus sepulturas.
Rabal de Sinhaya excavado bajo el paseo de la Independencia por F.J. Gutiérrez González
Frente al sol poniente, estaba la Puerta Beikala (Angel Canellas López, en Historia de Zaragoza I). Bab Qala'ath, (puerta de Toledo para los cristianos) debió llamarse así porque desde ella se accedía al castillo de La Aljafería. Muy próximo a ella, en Predicadores, estaba uno de los cementerios de la ciudad, que ya fue cementerio romano. También era el principal acceso al alcázar (al-qasr, el palacio) de La Aljafería.
La única puerta que ha conservado el nombre árabe fue Báb as-Sinhájath, el actual arco Cinegio o Puerta Cinegia en el Tubo. Los Sinhaya era oriundos de Marruecos, y dieron nombre también al barrio situado junto a esa puerta fuera de la medina, entre la plaza de España y los Escolapios, barrio en donde fueron recluidos los pocos musulmanes que permanecieron en la ciudad a partir de 1119, y que los cristianos denominaron Morería. Se sabe que una de sus mezquitas se llamaba de Abú Jalíd, y en un lateral de la iglesia de los Escolapios aun se conserva un gran arco ojival, sin duda perteneciente a un edificio público musulmán de este barrio que se mantendría en pie hasta que los Escolapios se asentaron allí en el s. XVIII. También se conserva el nombre árabe de una de sus calles, la de Azoque (as-súq, el mercado), y hasta principios del siglo XX, junto a los Escolapios estaba la calle de Meca.
La cuarta puerta de la medina era la de Alcántara Báb al-Qantarath (puerta del puente), más tarde denominada del Ángel. Debía ser una de las puertas con más movimiento de la ciudad ya que se encontraba próxima a la mezquita mayor y por tanto estaría allí el zoco, asentado sobre el antiguo foro romano. También estaba próximo a esta puerta uno de los barrios cristianos o mozárabes, junto a la catedral de Santa María Virgen, actual basílica del Pilar.
El recinto amurallado exterior, que sabemos porAz-Zuhrí, que era de mardúmath o sea, tapial, tendría puertas que darían origen a las medievales cristianas: de entre ellas, citaremos en primer lugar la de Sancho. Situada al final de la calle Predicadores, pudo llamarse Báb al-Musárath por su proximidad a la Almozara, lugar para ejercicios ecuestres y para grandes concentraciones del pueblo zaragozano en grandes festividades como la de Pascua. De este lugar también tomó el nombre la acequia de Almozara, antigua conducción ibérica de aguas, cuya construcción dio lugar al litigio entre Zaragoza y Alagón descrito en el bronce de Contrebia.
También existiría la del Portillo, puesto que desde 1137 se conoce su existencia, relacionada con la intervención milagrosa de la Virgen ante un ataque de los moros. Puerta de Baltax, báb Baltash, sería la puerta del Carmen, llamada así modernamente por su proximidad a un convento carmelita, se llamó anteriormente de Baltax, nombre con que también era conocido el río Huerva. Junto a la puerta de Santa Engracia, pudo haber otro barrio cristiano al amparo del convento de las Santas Masas. Una lacería de ladrillo, modificada en el s. XVI, a los pies de la torre de Santa Engracia, es probablemente el único resto mozárabe de la ciudad.
De la puerta del Sol nada sabemos, pero sí de la Quemada. Parece que ésta sea la segunda puerta cuyo nombre conocemos, Báb al-Yahúdín, puerta de los Judíos), "próxima a la tumba de Hanás " y dando el nombre, a la Judería, situada a menos de 100 metros de la misma. Desde esta puerta, una vez cruzado el wádí Baltash, o wádí Warbath, partía el camino de Valencia.
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