LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº39 (7.5.2023)
LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº39 (7.5.2023)
PARTIDO OFICIAL Nº 3602
REAL OVIEDO 2-1 REAL ZARAGOZA
(1-0)Viti 38’
(2-1)Francisco 90’
( 1-1) Bermejo 57’
Titulares
2 Abel | 3 JAIR JR |
4 David Costas | 4 BEBÉ |
5 Luismi 85’ | 5 Jaume 86’ |
7 Viti | 7 Miguel 76’ |
8 Vallejo 76’ | 9 Azon 68’ |
13 T. Nadal (P) (C) | 10 Bermejo |
15 Luengo | 13 Raton (P) (C) |
16 Camarasa 85’ | 14 Serrano |
23 Sergi Enrich 76’ | 17 Nieto |
24 Lucas | 18 Fran Gamez 76’ |
40 Moro 68’ | 24 Lluis Lopez |
Sustituciones
40 Moro 20 Hugo Rama 68’ | 9 Azon 38 Sans 68’ |
23 Sergi Enrich 38 Francisco 76’ | 7 Miguel 11 VADA 76’ |
8 Vallejo 17 LEO SEQUEIRA 76’ | 18 Fran Gamez 12 Larra 76’ |
5 Luismi 31 Miguel Angel 85’ | 5 Jaume 21 Zapater 86’ |
16 Camarasa 34 Pelayo 85’ |
Real Oviedo 2-1 Real Zaragoza
40.1% Posesión 59.9%
4 remates dentro 2
0 disparos bloqueados 3
1 remates fuera 7
12 disparos recibidos 5
3 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 8
8 faltas cometidas 11
144 perdidas de posesion 145
65 recuperaciones de posesion 70
0 fueras de juego 0
El Zaragoza cae en Oviedo y agota su racha
El equipo aragonés pierde contra el Oviedo en el tiempo de prolongación después de un partido muy igualado. Bermejo empató el gol inicial de Viti, pero Masca aguó la salvación matemática aragonesa.
Al Zaragoza se le escapó el punto que lo iba a salvar de forma matemática después de la derrota del Málaga en Ponferrada, pero Masca, en el último suspiro de un partido acabado, tiró abajo la roca competitiva en la que Fran Escribá ha transformado su equipo. El Zaragoza perdió después de diez jornadas, y como en muchas de sus derrotas del curso, no lo mereció. El Oviedo es un equipo al que conviene no dejar vivo, que juega entre las sombras, y el Zaragoza, dentro del marco general de igualdad en el que se libró la contienda, lo perdonó en los instantes finales en remates de Pau Sans y Bermejo, después de una segunda mitad en la que los de Escribá fueron superiores.
El Zaragoza jugó con la misma autoridad, consistencia y firmeza competitiva de casi siempre, pero se encontró con un adversario astuto y clínico que le derribó cuando menos lo esperaba. Al principio y al final, con goles de Viti y Masca, entre los que se coló el empate de Bermejo.
El partido reunió a dos equipos mirándose al espejo, organizados con idénticas propuestas, sobre un 4-4-2 de líneas ceñidas y pasillos estrechos, presiones de similar formato, cómodos cuando se organizan sin la pelota, bien armados en defensa y deseosos de atrapar un espacio sobre el que lanzar sus oleadas a la carrera. Zaragoza y Oviedo comparten muchos principios y mecanismos, y en cierto modo se neutralizaron el uno al otro durante buena parte de la primera mitad. La gran diferencia entre ambos bloques fue la posición de los extremos, más abiertos y avanzados los ovetenses.
Escribá optó por darle la portería a Ratón por mucho que subiera al autobús hacia Asturias a Rebollo, guardián de un filial que se jugaba la vida y que viajó para estar en el banquillo. Puche, dentro de lo esperado, fue el acompañante de Azón. En el Oviedo, por su parte, la gran novedad fue la entrada del ligero Moro, un extremo izquierdo de piernas rápidas que relevó a Borja Sánchez en esa zona, un jugador más reposado y de tramos cortos. Y fue Moro quien desequilibró el partido recogiendo un error de Bermejo, una pérdida prescindible a la que dio vida en forma de centella mientras Lluís López no cerraba el paso, y el jugador del Oviedo servía a placer a Viti Rozada, adelantándose en la posición a Nieto en el segundo palo. Para dentro.
Este gol puso por delante el Oviedo en su primer disparo a puerta, ya al fondo de la primera parte, porque, hasta entonces, apenas había existido más vida en las áreas que los remates inocuos del Zaragoza en acciones a balón parado. Nieto con un par de cabezazos irregulares en sendos saques de esquina, como Jair Amador en otro, más un tiro de falta muy lejano y desviado de Bebé fue la aportación ofensiva del Zaragoza, que no remató en acción de jugada. El Oviedo tampoco amenazó mucho más hasta el gol, solo un par de centros que no encontraron delantero y un tiro débil de Sergi Enrich en la frontal.
En cierto modo, el orden, la geometría cartesiana y la disciplina de ambas escuadras se imponían, con los dos equipos maniatados, bloqueando el partido y conduciéndolo hacia uno de esos tantos pulsos muertos de Segunda en la que el detalle lo remueve todo. No pasaba nada para que pasase algo.
El Oviedo, en este sentido, es uno de esos equipos que hacen que los partidos no sean lo que parecen. El Zaragoza dominaba, predicaba muchos pases, pero todos ellos lejos de la portería rival, acostándose en sus centrales y abusando de las entregas de seguridad. No había riesgos y el partido se jugaba en una planicie. Al Oviedo le iba bien así, es un equipo paciente, de esperar acariciando al gato. Aunque el Zaragoza, en ese tanteo infinito, se mostraba serio, concentrado y aseado no terminaba de conectar con Azón o activar a Bebé. El Oviedo no sufría apuros ni tensiones. Se jugaba a aquello que quería Cervera, quien convierte este tipo de encuentros en un espejismo mientras aguarda su oportunidad, una descarga eléctica. Fue Moro quien pulsó el interruptor, con una conducción y continuidad que acabó en una jugosa asistencia a Viti. El gol del Oviedo desnudó así la posesión incierta e improductiva del Zaragoza: el equipo aragonés tuvo la pelota más donde quería Cervera que dónde pretendía Escribá.
Al descanso, pues, el partido llegó con las cosas crudas para los visitantes. El Oviedo tenía el asunto donde más quería, porque el Zaragoza debía dar un paso adelante y destapar sus zonas seguras. No se alteró apenas el guión. Y así, el equipo aragonés respondió de la misma manera que el Oviedo le había atrapado en su red: una pérdida acabó en la zurda juguetona de Bermejo, y el ‘10’ la alojó con un toque de calidad en un rincón imposible, abajo, pegada al palo, para Tomeu Nadal. Fue Bermejo quien se elevó sobre el partido y se subió al Zaragoza a sus hombros. Su sector de influencia comenzó a latir y el equipo de Escribá a apoderarse del partido por ahí. El Oviedo no tocaba área de Ratón. Un lío de Grau en la salida de balón no lo aprovechó Manu Vallejo. Y el Zaragoza lo intentó con un tiro de Bebé desde Saturno que se fue a la grada.
Fran Escribá comenzó a tocar teclas en el banquillo. Quitó a Azón, cansado y poco fino en el Carlos Tartiere, y sacó al campo a Pau Sans, el chico juvenil. Álvaro Cervera también movió piezas con la entrada de Hugo Rama. El partido se fue descosiendo y fragmentándose, con el Zaragoza muy incisivo, pero el Oviedo la tuvo muy clara con un disparo de Sergi Enrich al que Ratón le puso buenas manos.
El duelo se adentró en su fase terminal con el Oviedo en recesión y el Zaragoza en crecimiento. Diez minutos finales en los que Pau Sans enseñó su veneno en el área, pero no acertó en el remate final. Al poco, Bermejo, no acertó con un cabezazo en plancha. El Zaragoza pudo ganar un partido que tenía controlado… pero el Oviedo estaba agazapado: Masca cruzó un disparo en el área y tiró abajo el torreón de Escribá.
FICHA TÉCNICA
Real Oviedo: T. Nadal; Lucas Ahijado, Luengo, David Costas, Bretones; Viti Rozada, Camarasa (Mangel, 85), Luismi (Yayo, 85), Moro (Hugo Rama, 67); Sergi Enrich (Masca, 76) y Manu Vallejo (Leo Sequeira, 76).
Real Zaragoza: Ratón; Gámez (Larrazabal, 76), Lluís López, Jair Amador, Nieto; Francho Serrano, Jaume Grau (Zapater, 87); Sergio Bermejo, Bebé; Puche (Vada, 78) e Iván Azón (Pau Sans, 67).
Goles: 1-0, min. 38: Viti Rozada. 1-1, min. 56: Sergio Bermejo. 2-1, min. 92: Masca.
Árbitro: González Francés (Comité de Las Palmas). Mostró tarjeta amarilla a Luismi (32), Luengo (47), David Costas (68).
Incidencias: Partido de la jornada 39 del campeonato de Segunda División disputado en el Carlos Tartiere, con una asistencia de 13.263 espectadores. Tarde muy agradable en Oviedo, con unos 18 grados y ambiente primaveral.
SD HUESCA X-X SD HUESCA
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