Brillante y merecido triunfo del Real Zaragoza ante el Deportivo de La Coruña por 3-1 en el partido de la 29ª jornada de liga, que consolida a los aragoneses en la 2ª posición en la tabla a un solo punto del líder, el Cádiz. Una victoria con aromas de grandes noticias en un futuro no muy lejano. Una tarde festiva en La Romareda que corroboró el enorme crecimiento del equipo de Víctor Fernández en los últimos dos meses y medio de torneo y el evidente aclarado en la clasificación que está logrando cuajar en la parte más alta el escalafón de Segunda.
Trepidante fue el juego de la primera parte, un toma y daca constante entre dos equipos enrachados en la liga empapados de confianza y autoestima en todos sus jugadores. El Real Zaragoza empezó lanzado, empujado por su soberbia afición que llenó el estadio para la cita. Y fruto de su empuje total llegó enseguida el 1-0, en el minuto 5, con un derechazo de Eguaras desde la frontal del área tras un córner (todos los sacó en cortó el equipo de Víctor Fernández, cuestión ensayada) que sorprendió a Dani Giménez con un efecto demoledor. Como el mismo Eguaras repitió disparo poco después, en el 10, desde el mismo punto y tras otro saque de esquina -esta vez se le fue alto-, todo parecía encarrilado hacia una tarde de fiesta y regocijo de los blanquillos.
No iban por ahí los tiros. Al contrario, el Deportivo rápidamente se encargó de trasladar a todo el mundo que había venido a Aragón a por todas. En el minuto 11 ya habían reestablecido los gallegos la igualdad, con un gol de cabeza de Mollejo (lateral izquierdo en un sistema de cinco defensas de Fernando Vázquez) a centro de Aketxe, el mejor de los visitantes en la primera mitad del partido. Revivió, y de qué manera tan amenazante, el Dépor. En el 13, con el Zaragoza aún tocado por el tanto encajado, el otro lateral largo, Bóveda, llegó solo al área en una vertiginosa combinación coruñesa y su disparo duro lo sacó a córner Cristian Álvarez por encima del larguero. Ahí todo el mundo tomó conciencia de la envergadura que tenía el actual Deportivo, un bloque pujante radicalmente alejado de aquel de la primera vuelta en la que fue colista y olió a desahucio.
Apenas un minuto después, con Víctor Fernández braceando en la banda al ver que el equipo se le deslavazaba por momentos, el turco Emre Çolak cabeceó solo el saque de esquina y, por fortuna, su remate se perdió fuera, mal conectado. Necesitaba espabilar el Real Zaragoza. Eguaras se había ido de onda y sus pases no traspasaban líneas. Burgui no se dejaba notar. Soro no sujetaba un balón. A Puado y Luis Suárez, finalmente titular tras ser duda durante 72 horas, no les llegaban pelotas potables al área. En esos instantes de dudas, Raúl Guti hizo recuperar el pulso al equipo con un disparo raso, tras otro córner, que salvó Dani Giménez en la misma línea, con enormes apuros. Era el minuto 15 y parecía escampar.
El Dépor, no obstante, siguió percutiendo con sus jugadas largas el flanco izquierdo de la zaga local, donde el joven Clemente, sustituto del sancionado Nieto, las pasó siempre fatal ante Aketxe, Bóveda y las caídas por su zona de Sabin Merino. Fue el sitio por el que siempre entró el cuadro galaico. En un centro de Bóveda, precisamente, Clemente cabeceó hacia su portería y el balón se marchó rozando literalmente el poste derecho junto a la escuadra en una acción, en el minuto 17, que bien pudo acabar en gol en propia puerta. Cada ataque coruñés hacía temblar a la grada. Así de complicadas estaban las cosas mediada la primera parte.
Tras unos minutos de reflexión en ambas escuadras, Luis Suárez ejecutó su primer remate, en el minuto 26, de cabeza y fuera por un par de metros tras centro de un activo Vigaray. Fue la antesala del balsámico 2-1, anotado de cabeza por Atienza (que se resarció así de su error en Miranda el miércoles) tras centro de Eguaras en otro saque de esquina en corto de Soro. Era el minuto 32 y el Real Zaragoza volvía a terrenos de calma. Se le estaba sacando mucho provecho al balón parado, una buena medicina en partidos tan igualados y trabados tácticamente,
Justamente en pelota parada, en una falta preciosa para sus características, el deportivista Aketxe lanzó al larguero una falta directa desde 25 metros cuando restaban 9 minutos para el descanso. Cristian Álvarez ni la vio venir, cegado por el sol además. De ahí al intermedio, el Dépor intentó la igualda pero los zaragocistas se cerraron con criterio atrás y no dejaron espacios para ello. Lo mejor para los zaragocistas, en el ecuador del duelo, era el marcador. Porque, respecto del juego, los visitantes transmitían un peligro constante que no daba pie a ninguna confianza. Hacía falta el tercer gol cuanto antes una vez se reiniciara el choque.
La segunda parte arrancó sin cambios nominales y con una galopada de Luis Suárez, tras pase largo de Soro, que debió generar más peligro del que ocasionó. Al colombiano se le fue el último control en el área y no hubo chut a puerta. En la contra, Shibasaki estuvo cerca de lograr el 2-2, a un palmo exactamente. Su disparo en el área, a la media vuelta, rozó el palo derecho de Álvarez. Todo volvía al guión ya conocido. Un ir y venir sin fin. El partido estaba abierto en canal, pese a la corta ventaja zaragocista. Víctor vio el percal y retiró enseguida a Soro para meter cemento en la medular, con Igbekeme. Lo pedía el partido hacía rato.
El Real Zaragoza dio un par de pasos atrás y dejó que el Dépor le atacase y tuviera más el balón. Al revés que hasta entonces. Víctor quería jugar a la contra, claramente. Burgui lo interpretó perfectamente en el minuto 59 y provocó la expulsión de Shibasaki por doble amarilla, una situación que se antojaba clave para la última media hora larga de partido: los coruñeses iban a jugar con 10 futbolistas, en inferioridad. La confirmación de este pronóstico llegó con celeridad: Luis Suárez marcó el 3-1 dos minutos más tarde, en una penetración en velocidad tras pase largo de Eguaras, rebasando a Nolaskoain y superando entre las piernas en el mano a mano a Dani Giménez. La fiesta estalló en La Romareda por todo lo alto. Como en los mejores días del pasado. Una gozada colectiva.
De inmediato, Fernando Vázquez prescindió a la vez de sus laterales carrileros, Bóveda y Mollejo, para cambiar el dibujo y meter en danza jugadores de otro cariz, Keko y Hugo Vallejo. Restaban 20 minutos y buscaba la heroica ante un Zaragoza bien asentado tras la ampliación crucial de su ventaja. No hubo reacción visitante. El Real Zaragoza se hizo amo y señor de la situación y empezó a combinar con gusto y prestancia. No había ni prisas ni presión. El público disfrutó con los ‘olés’ de turno y, en una jugada colectiva de larga duración, Luis Suárez estuvo a escasos centímetros de lograr el cuarto tanto a centro de Burgui en el minuto 75, justo cuando Víctor decidió dar descanso al colombiano tras haber jugado entre algodones. Su retirada del campo fue la de un héroe épico, vitoreado al unísono por la volcada afición. Entró Blanco en su puesto.
El reloj fue transcurriendo con placidez y el técnico aragonés dio respiro a un buen Burgui (sobre todo en la segunda parte) para dar los últimos minutos a Linares. Era una tarde para este tipo de detalles. En esa fase final en la que el juego ya discurrió más hacia los lujos, Bergantiños pudo acortar distancias con un disparo duro en la corona del área al que salió al cruce un excelso El Yamiq, enviando la pelota a córner. Impresionante el marroquí un día más. La réplica la puso Guti con un remate en la frontal del área que le detuvo con seguridad Giménez. El final se aproximaba y los tres puntos que acercaban al Real Zaragoza a solo uno de la cabeza empezaban a escriturarse en firme y con lacre.
La Romareda aclamó a los suyos en el pitido final, cantando el himno a capella y cantando la vuelta a Primera en poco tiempo. Son tiempos de ilusión máxima, de fundamentos para creer. Este 3-1 ante un revitalizado y potente Deportivo de La Coruña así lo cimenta. Con todas las de la ley.
Ficha técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, El Yamiq, Clemente; Eguaras, R. Guti, Burgui (Linares, 81); Soro (Igbekeme 53), Puado y Luis Suárez (Blanco, 75).
Deportivo de La Coruña: Dani Giménez; Bóveda (Keko, 68), Mujaid, Nolaskoain, Montero, Mollejo (Hugo Vallejo, 68); Bergantiños, Shibasaki, Aketxe; Emre Çolak (Koné, 79) y Sabin Merino.
Árbitro: López Toca (Comité Cántabro). Expulsó por doble amonestación a Shibasaki (21 y 54). Amonestó a Mollejo (54), El Yamiq (67), Mujaid (83) y Aketxe (85).
Goles: 1-0, min.5: Eguaras. 1-1, min. 11: Mollejo. 2-1, min. 32: Atienza. 3-1, min. 61: Luis Suárez.
Incidencias: Tarde excelente en Zaragoza, con 17 grados y sol. El césped de La Romareda presentó un aspecto sobresaliente. En las gradas hubo un lleno casi absoluto, pues se vendieron todas las entradas. Se rindió homenaje al equipo juvenil del Real Zaragoza, campeón de España y brillante participante en la Youth League este año.
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