Partido 16 Grupo D
SUECIA 2 - 3 INGLATERRA
Suecia: Isaksson; Granqvist (Lustig, m. 65), Mellberg, J. Olsson, Olsson; S. Larsson, Svensson, Kallström, Elm (Wilhelmsson, m. 80); Ibrahimovic y Elmander (Rosenberg, m. 78). No utilizados: Hansson, Wiland; Antonsson, Safari; Holmén, Bajrami, Wenbloom, Hysen; y Toivonen.
Inglaterra; Hart; Johnson, Terry, Lescott, A. Cole; Milner (Walcott, m. 61) Gerrard, Parker, A. Young; Welbeck (O-Chamberlain, m. 89) y Carroll. No utilizados: Butland, Green; Baines, Kelly, P. Jones, Jagielka, Henderson; Defoe y Downing.
Árbitro: Damir Skormina (Eslovenia). Amonestó a Mellberg y a Milner.
Goles: 0-1. M. 23. Carroll. 1-1. M. 49. Mellberg. 2-1. M. 59. Mellberg. 2-2. M. 63. Walcott. 2-3. M. 77. Welbeck.
Olímpico de Kiev: Unos 60.000 espectadores.
Walcott despide a Ibrahimovic
El buen fútbol del delantero del Arsenal y un detalle sensacional de Welbeck permiten la remontada de Inglaterra frente a Suecia (2-3), que cae eliminada
La inglesa y la sueca acreditaron que son dos selecciones improvisadas, en transición, y hasta cierto punto imprevisibles, capaces de protagonizar un partido disparatado. Vivió Suecia del poderío de su central Mellberg en las jugadas a balón parado y resolvió Walcott para Inglaterra. La velocidad y determinación del jugador del Arsenal fueron decisivas para la suerte del partido, resuelto con un gesto técnico sensacional de Welbeck, sin duda el mejor detalle de la noche.
Pasado el ejercicio de supervivencia contra Francia, y a la espera de Rooney, Inglaterra asomó un poco la cabeza contra Suecia. Hodgson apostó por Carroll, el tallo del Liverpool, como acompañante de Welbeck y a cambio sentó al joven Oxlade-Chamberlain. También cambió Ibrahimovic de compañero de ataque, después de discutir con Rosenberg. A Ibracadabra parece que le gusta más Elmander. Lo que más le conviene a Ibrahimovic, si embargo, no es siempre lo mejor para Suecia.
La figura del Milan se alejó del área para jugar de falso 10, como si fuera el mejor centrocampista, y su equipo perdió llegada y pegada de salida. Nada que ver con la actividad de Carroll, que después de ofrecerse de forma reiterada cabeceó de forma magistral un centro medido desde la derecha de Gerrard. Aun cuando no aperecía Asley Young, abierto en la banda izquierda, Inglaterra tenía un mejor sentido de equipo que Suecia, obligada a llevar la iniciativa después del encajar el gol.
Los ingleses tomaron el balón nada más empezar el partido y ofrecieron un cuarto de hora de fútbol interesante, sorprendente en una selección que habitualmente ha vivido del ritmo y el carácter. Tocaban y no se precipitaban los futbolistas de Hodgson, interesados en la posesión y en la paciencia más que en llegar a la portería en línea recta, como era su norma.
El gol, en cualquier caso, tuvo el sello inconfundible de la Premier por la calidad de la comba del capitán y el cabezazo del ariete.
La jugada fue la mejor noticia del partido hasta el descanso, al menos para Inglaterra, cada vez más replegada, menos continua y asociativa en su juego, más espectadora de Ibrahimovic. Jugador sobresaliente, Ibra jugaba con una especial desgana, puede que convencido de que su selección no tenía recorrido en el torneo desde su caída inicial contra Ucrania. Los suecos, sin embargo, se rehabilitaron en la reanudación después de una jugada afortunada protagonizada por el dúo del día: Carroll-Ibra. A Carroll le dio por tomarse la revancha por su cuenta después de una falta no pitada por el árbitro y concedió un libre directo para Ibrahimovic. El sueco tiró a la barrera, recogió el rechace con un disparo de tijeras y el balón fue a parar a pies de Mellberg, que hizo bingo con Johnson, especialmente desacertado en la defensa de la jugada por habilitar al defensa sueco en lugar de tirar el fuera de juego como indicaban los centrales.
La estrategia redimió a Suecia porque acto seguido nuevamente Mellberg cabeceó a la red una falta lateral de Larsson. Volvió a fallar la zaga de Inglaterra e Ibrahimovic se mofó hasta del portero Hart. La réplica de los muchachos de Hodgson no podía llegar de otra manera que no fuera a balón parado. Walcott enganchó un buen tiro después de un rechace a la salida de un córner y dejó el empate a dos. Ante la falta de control, el partido quedó abierto a cualquier sorpresa. Y apareció Welbeck para taconear de espaldas a la portería un centro de Walcott, el jugador del partido por la capacidad de respuesta que le dio a su equipo, hasta entonces demasiado apagado. Walcott funcionó de nuevo como revulsivo porque cambió el ritmo y la velocidad de un equipo excesivamente parado. La actuación del extremo le valió a Inglaterra para certificar la eliminación del equipo de Ibrahimovic tras muchos goles y poco fútbol, nada extraño en dos equipos que hacen camino al andar.
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