PARTIDO Nº 736 PORTUGAL 0-1 ESPAÑA (27-Sep-2022)
PORTUGAL | Partido 735 | ESPAÑA
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0-1
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Liga de Naciones 2022 27 Septiembre 2022 Braga Estadio: Estadio Municipal de Braga | 0-1 | 88´ | Morata |
FICHA TËCNICA
Diogo Costa, Rúben Dias, Danilo Joao Cancelo, Nuno Mendes, William Carvalho (Leao 78´), Rúben Neves (Joao Felix 89´), Bruno Fernandes, Cristiano Ronaldo, Bernardo Silva (Joao Mario 73´) y Diogo Jota (Vitinha 78´).
Seleccionador: Fernando Santos
Unai Simón, Hugo Guillamón (Sergio Busquets 46´), Pau Torres, Carvajal, Gayà, Rodrigo Hernández, Koke (Pedri 60´), Carlos Soler (Gavi 60´), Sarabia (Yéremy Pino 60´), Ferran Torres (Nico Williams 73´) y Morata.
Seleccionador: Luis Enrique Martínez
0-1 | 88´ | Morata a placer después de un centro de Carvajal con dejada de Nico Williams.
Daniele Orsato (Italia): Mostró tarjeta amarilla a Bernardo Silva (47´) y Nuno Mendes (83´) por parte de Portugal y a Hugo Guillamón (31´) y Carvajal (56´) de España
Árbitros asistentes: Ciro Carbone y Alessandro Giallatini (Italia)
Cuarto árbitro: Daniele Doveri (Italia)
Árbitro asistente de vídeo: Massimiliano Irrati (Italia)
AVAR: Giorgio Peretti (Italia)
Sexta jornada del grupo 2 en la Liga A de la UEFA Nations League.
Estadio Municipal de Braga (Portugal). 28.196 espectadores en las gradas.
Asistió al partido el presidente de la RFEF, Luis Rubiales.
32.4 % Posesión 67.6 %
4 remates a puerta 5
2 remates paradas 3
3 remates fuera 2
10 disparos recibidos 9
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
14 faltas recibidas 15
15 faltas cometidas 14
120 balones perdidos 121
64 balones recuperados 63
3 fueras de juego 2
intervenciones portero
Morata lleva a España a la Final Four
Un gol del delantero del Atlético en el 87′, tras asistencia de Nico Williams, da la victoria a La Roja en Portugal y luchará por el título en junio de 2023 en Países Bajos.
Y el nueve hizo de nueve. Y el gol de Morata se gritó como si la Nations League fuera un Mundial, porque el fútbol regala las emociones como le da la gana. España ganó en Braga a Portugal y volverá a estar entre las cuatro selecciones que disputen el título el próximo junio en Países Bajos. Gracias a su carácter y a cómo estrujó la pizarra Luis Enrique tras el descanso. Ya habrá tiempo para detenerse en detalles y diseccionar todo lo diseccionable, por lo pronto disfrutemos de dos meses en los que pensar únicamente en Qatar 2022. Una cita así merece tener cien ojos en ella.
España reparó algunos de los errores de hace solo cuatro días en Zaragoza. El primer antídoto contra las jugadas a balón parado que tanto daño nos hizo frente a Suiza fue adelantar la línea defensiva. En la primera falta de la que dispuso Portugal, la zaga española arrancó en estampida dejando a cinco jugadores lusos en fuera de juego. El trabajo de vídeo daba sus primeros frutos. Sin balón, España se mostraba seria, también lo hacía con él en los pies pese a que la alineación inicial presagiara que íbamos a disfrutar de menor posesión sin Busquets, Gavi y Pedri en liza.
Pero la estadística al paso por el primer cuarto de hora nos decía que La Roja dominaba por 68% a 32%. Fernando Santos torcía el gesto. Su plan de vuelo se cumplía solo a medias, en lo que se refería a evitar que el peligro rondara por la meta defendida de Diogo Costa. Sin embargo, la pelota apenas le duraba un suspiro cuando William Carvallo o Rúben Neves la recuperaban. Tal era así que su mejor ocasión llegó en un mal control de Unai Simón, que en su intento de driblar a Cristiano a punto estuvo de cometer penalti. Todo quedó en un susto, solo eso. Fue la primera acción en la que el genio de Funchal fue protagonista; en la segunda, apenas cinco minutos después (30′), forzó la amarilla de Guillamón, titular como central derecho, quien le pisó en su intento de perseguirle casi hasta el centro del campo.
El primer sobresalto para España llegó en el 32′, cuando Unai tuvo que emplearse a fondo en un remate de Diogo Jota, virtuoso para moverse en los espacios cortos. Esa acción refleja el ADN con el que tanto ha crecido Portugal en los últimos años, su capacidad para acelerar las jugadas nada más recuperar el balón. Dos, tres toques a lo sumo, y remate. El peligro luso se cocina en microondas. España, mientras, pecaba de lo de siempre. Demasiados toques sin apenas amagar, con Morata como un islote y Rodri lejos de encontrar aliados con los que hacer llegar al balón al delantero del Atlético. Se echaba en falta a Gavi o Pedri a la hora de romper líneas rivales gracias a una conducción o un regate, suertes que no son innatas en Koke o Soler.
No funcionaba La Roja y Luis Enrique dio una vuelta de tuerca más en el descanso al cambiar a Guillamón, con tarjeta, por Rodri. A su vez, el puesto que dejaba vacante el centrocampista del City lo ocupó Busquets. A Cristiano le bastaron dos minutos para oler sangre. Le telegrafió un desmarque a Jota, se coló entre la innovadora pareja de centrales y su remate no acabó en gol de nuevo por el guante salvador de Unai. A medida que avanzaban los minutos, Portugal ganaba en colmillo, así que, con media hora aún por delante para enderezar un partido con aroma a final, Luis Enrique apostó por un triple cambio como ya hiciera el sábado ante Suiza. Entraron los jugones del Barça, Gavi y Pedri, que se unían a Busquets para recomponer la media titular en La Romareda, y también lo hizo Yeremy Pino, quien se fue a la banda derecha con el consiguiente trasvase de Ferran a la izquierda.
Koke, Soler y Sarabia tomaban asiento en el banquillo mientras La Roja adelantaba diez metros sobre el césped. No quedaba otra. Aun a riesgo de desnudarnos en defensa, a España solo le valía el gol para atrapar la ansiada victoria que conducía a la Final Four. Así que el duelo se convirtió en un cara o cruz en el que los sustos viajaron de una portería a otra: Carvajal despeja a córner casi bajo palos (69′); Costa detiene el disparo raso de Morata (71′); Gayà la roba un remate franco a Cristiano (71′); Costa bloca la rosca de Nico Williams, que acababa de entrar en el campo (73′); Costa para un zurdazo lejano de Morata (76′)... Una catarata de intenciones que encontró finalmente premio en el minuto 87, cuando Carvajal se sumó al vendaval ofensivo y centró al segundo palo, donde Nico Williams, acertadísimo, cedió a Morata, que remató a placer. Un golazo como mandan los cánones que hizo correr a Luis Enrique y gritar al aficionado. España vuelve a estar en la gran fiesta de la Nations League, a la que solo llegan cuatro elegidos. Ahora nos toca cambiar el chip a modo Mundial. Tenemos muchas páginas, podcasts y parrillas televisivas que llenar hasta que La Roja aterrice en Doha. El gran sueño.
Un plan perfecto para dinamitar todas las piedras del camino (0-1)
Avisábamos en la previa que a este equipo le lanzan piedras y se construyen un castillo con ellas, máxime cuando de lo que se trataba era de jugarse la clasificación frente a domicilio, frente a la todopoderosa Portugal y en un estadio como tallado en la roca y dentro de una antigua cantera.
Tras caer frente a Suiza, la final a cuatro de la Liga de Naciones parecía lejana en tiempo y espacio, pero esta Selección ha vuelto a demostrar que, tal y como dijo Luis Enrique la víspera del partido, podrá morir de cualquier cosa menos de miedo.
El seleccionador introducía siete cambios de inicio en Braga frente a una Portugal espoleada por su público, que cedía el balón a España durante toda la primera parte, pero aprovechaba su velocidad en las transiciones para gozar de las mejores oportunidades.
Pese a que Sarabia avisaba a los ocho minutos tras una recuperación, los lusos se multiplican en contragolpes, internadas y peligrosos disparos desde la frontal en las botas de William Carvalho, Ruben Neves y sobre todo en un zambombazo de Diogo Jota rebasada la media hora, que se encontraba con un inconmensurable Unai Simón, erigido esta noche en el muro infranqueable de A Pedreira.
Portugal superaba en ocasiones a España y tras la reanudación Cristiano Ronaldo volvía a disponer de otra bala que Unai mandaba al limbo.
El empate favorecía a los lusos, pero era entonces cuando Luis Enrique tiraba de genialidad estratégica con un triple cambio -Pedri, Gavi, Yéremy Pino- que insuflaba juventud, desparpajo, atrevimiento y sentido vertical al juego español.
Poco después la terna se completaba con el navarro Nico Williams y a los locales le entraba el miedo de quien tiene al meta a pocos minutos de consumación.
Con apenas 120 segundos para que se cumpliese el tiempo reglamentado y después de avisar en varias ocasiones, un centro de Carvajal lo amansaba Nico Williams cediendo a la boca de la gruta donde Morata remachaba con rabia al fondo de la portería rival.
Era el hecho providencial que lo cambiaba todo, unida a otra gran parada de Unai Simón a disparo de Cristiano Ronaldo y a un plan perfecto que culmina una gran fase de grupos para España.
Ahora llega un trimestre de locura mundialista para el equipo de todos, que en junio del próximo año volverá a luchar por otro título: el castillo de los éxitos sigue en construcción.
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