El Real Zaragoza, según las previsiones, perdió 2-0 en Barcelona ante el Espanyol y encadenó así su quinta derrota, once jornadas sin ganar, lo que lo ubica en puntuación de colista de la Segunda División. Fue un partido con dos caras, una aceptable, hasta que los locales hicieron el primer gol a falta de 22 minutos para el final, y otra que desnudó reiterativamente las carencias e insuficiencias de un equipo de categoría muy inferior a la que compite.
Iván Martínez llevó a cabo un nuevo centrifugado en la alineación inicial, con la apuesta novedosa de cinco defensas, tres centrales y dos laterales, y con cinco caras nuevas respecto del último partido: Tejero, Francés, Zapater, Gabriel Fernández y el joven Iván Azón, que así fue titular en punta por primera vez. El Espanyol, coco de la categoría, generaba mucho respeto pese a su bache de resultados de los últimos partidos. Y, realmente, en la primera mitad, el plan del técnico aragonés dio resultado. El equipo aguantó bien el 0-0, con cierta fortuna en los buenos ataques que hilvanó el cuadro catalán, y se permitió llegar a las inmediaciones del área de Diego López varias veces con sensación de peligro.
Tras un primer cuarto de hora de tanteo, sin nada que resaltar de unos y otros, el Espanyol tuvo una fase de dominio claro y desperdició hasta tres claras ocasiones de gol. Pedrosa, lateral profundo y veloz, fue el motor de esas acciones. En las dos primeras llegó incluso a ser el que culminara ante el marco. En el 15, tras un córner ensayado, remató solo desde el pico del área y Cristian Álvarez tuvo que salvar abajo en dos veces con muchos apuros. En el 18, Pedrosa se quedó mano a mano tras un pase elevado de Fran Mérida, decidió no disparar él con todo a favor y optó por dar el pase atrás a De Tomás, al que no le llegó la pelota a quemarropa por la buena defensa de los zagueros tomates (de rojo y amarillo vistió el Zaragoza). Y un minuto más tarde, el chino Wu Lei no alcanzó a empujar el balón a la red, a puerta vacía, tras un taconazo de De Tomás en centro raso de Pedrosa. En esta fase, Tejero y Francés sufrieron las acometidas rivales con evidente blandura.
Logró amainar el equipo de Iván Martínez ese aluvión blanquiazul y, en una contra rápida, Iván Azón recibió un balón profundo en carrera en el minuto 29 y encaró el área. Se entretuvo, lento de decisión, y dio tiempo a que llegase por detrás Pedrosa para rebañarle la pelota y evitar un remate que olía a gol y que no se dio. Ahí empezó el Zaragoza a dar miedo a un aturullado Espanyol, demasiado precipitado con la pelota pese a que siempre era quien más combinaba y quien más intentaba llegar jugando cerca de Cristian Álvarez. La mejor noticia para los zaragocistas es que los minutos iban pasando y tomaba cuerpo con consistencia el plan táctico de su entrenador para una tarde tan singular como esta, donde nadie daba un euro por ellos.
De ese tramo un tanto alborotado, el Espanyol sacó de la chistera su mejor oportunidad. En el minuto 32, De Tomás se quedó solo ante Cristian Álvarez tras un pase filtrado entre los centrales por Melendo. Remató sobre el cuerpo de Cristian Álvarez y el rechace le fue a Wu Lei, en el área pequeña y algo escorado. Su segundo remate lo sacó a córner de nuevo el portero argentino con el pecho. Fue un susto morrocotudo saldado con éxito y fortuna. Esta jugada hizo crecerse de nuevo a los locales y, después de un tiro lejano de Chavarría que detuvo sin problemas Diego López en el 37, se produjo la jugada polémica del primer tiempo. Un gol que anotó De Tomás en el 38 estaba abortado décimas de segundo antes por el árbitro, Pulido Santana, que se precipitó al pitar falta sobre Melendo en la frontal del área. No aplicó una ley de la ventaja de libro y evitó que el Zaragoza se pusiera por debajo en el tanteador. La falta la lanzó Embarba a la barrera y no tuvo consecuencias.
La cosa se fue al descanso con un Real Zaragoza creyendo en sus posibilidades, bien posicionado en su 5-3-2, con Zapater de capitán verdadero, con Eguaras haciéndolo fácil y con Francho, Iván Azón y Gabriel Fernández peleando todos los balones, presionando arriba del todo y transmitiendo buenas vibraciones pese a que faltaba el habitual olfato ante el gol. El uruguayo, el Toro, cabeceó flojo en el 41 un centro de Tejero a las manos del guardameta periquito. Fue el sello a una interesante primera fase, quizá la más asentada del equipo en todo el curso. Cosas del fútbol. El día más difícil, un tanto a la desesperada todo, se logró obtener una imagen al menos aceptable. Y, claro está, faltaba la segunda mitad de la obra. Una incógnita monumental para un equipo que tanto ha dejado de ganar en la recta final de los partidos.
Pudo comenzar en forma de tragedia el segundo tiempo para el Zaragoza. En la primera jugada, Melendo, solo en el área tras dejada de De Tomás, remató alto, mal, a bocajarro. Era un gol cantado. Como se esperaba, el Espanyol salió espoleado. Los aragoneses se pertrecharon un paso más atrás ante el empuje local que, eso sí, era bastante anárquico. En la primera llegada al área local del Zaragoza, Iván Azón metió el balón en la portería, pero había fuera de juego previo de Gabriel Fernández que el linier marcó. Sirvió la acción para que el Espanyol se diera cuenta de que no podía irse tan arriba a lo loco. Los tomates no eran esta vez un equipo muerto y empezaban a creer posible puntuar en Barcelona.
Vicente Moreno abrió la puerta de los cambios e introdujo al punta Melamed, en busca de velocidad. Iván, por su parte, contento con el despliegue de su equipo, aguantó más sin tocar nada, hasta que Azón se lesionó en el 66. Hacía ya varios minutos que el Espanyol había caído presa de los nervios y la precipitación. Buena señal para el Real Zaragoza, que encaraba los últimos 25 minutos con paladar agradable. Pero justo ahí, se le apagó la luz a los zaragocistas. Esta vez, la concentración duró 68 minutos. En ese hito del reloj, el lateral Óscar Gil, tras una dejada en el área de De Tomás (un maestro en ese lance), remató por dos veces para acabar fusilando a Cristian Álvarez ante la pasividad de los centrales. El gozo en un pozo. Lo de cada día.
Iván introdujo en el campo al tocado Narváez y a Bermejo. Ya sí corría prisa rectificar el nuevo error grave atrás. Se había dado vida a un moribundo y atacado Espanyol. Son las cosas de este Zaragoza raquítico de argumentos futbolísticos, por más orden que Martínez haya querido instaurar en el juego. Los partidos se les hacen larguísimos, inacabables. Parece un imposible ganar a nadie. Asumido está hace semanas. Este de Cornellá-El Prat fue otro ejemplo más de que el Zaragoza no está para jugar 90 minutos. El 2-0 llegó enseguida, pues los de Iván bajaron los brazos. Lo marcó el recién entrado Darder, a placer tras pase de otro refresco, Melamed, con la zaga aragonesa mirando como espectadores. Era el minuto 82 y el doble cambio que preparaba Iván para buscar el empate, con Raí Nascimento, por fin, como bala utilizada, quedó diluido por completo. Adiós al partido. Otro día más. Una nueva derrota. Dolorosa, como todas. Esta, además, por reiteración. Es la quinta seguida. Terrible indicio. Letal, sin duda.
Raí cabeceó fuera por poco en el 90 un centro de Chavarría. Fue lo más peligroso que hizo el equipo en toda la tarde en jugada ligada. Una metáfora también sobre el uso y el trato dado por el área deportiva a este jugador. Otro de los disparates del Zaragoza moderno. Y Pedrosa perdonó el 3-0 en el 91 solo a bocajarro, como sintiendo lástima de un equipo, el aragonés, roto en mil pedazos.
No cabe hacer más sangre ni más literatura de la realidad. Esto es lo que hay. O fluye una maniobra milagrosa de algún resquicio del zaragocismo o esta temporada va a pasar a la historia. Por negra, por horrible, por inaceptable desde el puesto de sus arquitectos. Tiempos duros y, ojalá, de acierto en las decisiones.
Ficha Técnica
RCD Espanyol: Diego López; Óscar Gil, Lluís López, Cabrera, Pedrosa; David López, Fran Mérida (Darder, 70); Embarba (Puado, 81), Melendo (Keidi Bare, 81), Wu Lei (Melamed, 64); y De Tomás.
Real Zaragoza: Cristian Alvarez; Tejero, Francés, Jair, Guitián (Raí Nascimento, 83), Chavarría; Eguaras, Francho (Javi Ros, 83), Zapater (Bermejo, 72); Iván Azón (Zanimacchia, 67) y Gabriel Fernández (Narváez, 72).
Árbitro: Pulido Santana (Canario). Amonestó a Lluís López (45), David López (46), Francho (50) y Embarba (77).
Goles: 1-0, min. 68: Óscar Gil. 2-0, min. 82: Darder.
Incidencias: Tarde muy agradable en Barcelona, con sol y 13 grados. El césped de Cornellá-El Prat presentó un perfecto estado. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Diego Armando Maradona.
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