PARTIDO Nº 690 ESPAÑA 1-3 INGLATERRA (15-10-2018)
ESPAÑA | Partido 670 | INGLATERRA |
1-3 | ||
1-3 | min. 57 | Paco Alcácer 2-3 | min. 98 | Sergio Ramos | UEFA Nations League 15 Octubre 2018 (Sevilla) Estadio Benito Villamarín | 0-1 | min. 16 | Sterling 0-2 | min. 29 | Rashford 0-3 | min. 38 | Sterling |
España: Alineación: De Gea, Jonny, Nacho, Sergio Busquets, Saúl Ñíguez (Paco Alcácer, 56’), Thiago Alcántara, Marcos Alonso, Sergio Ramos, Iago Aspas (Dani Ceballos, 56’), Rodrigo (Morata, 72’), Marco Asensio. Seleccionador: Luis Enrique Martínez. | |
Inglaterra: Alineación: Pickford, Trippler (Alexandar-Arnold 83’), Chilwell, Dier, Gomez, Maguire, Barkley (Walker 75’), Winks (Chalobah 89’), Kane, Sterling, Rashford. Seleccionador: Gareth Southgate. |
0-1 | min. 16 | Sterling 0-2 | min. 29 | Rashford 0-3 | min. 38 | Sterling 1-3 | min. 57 | Paco Alcácer 2-3 | min. 98 | Sergio Ramos | |
Szymon Marciniak (POL). Enseñó tarjeta amarilla a Dier (11’), Winks (65’), Sergio Ramos (65’), Maguire (70’), Dani Ceballos (86’) | |
Jornada 3 en el Grupo 4 de la Liga A en la UEFA Nations League | |
Estadio Benito Villamarín |
España 1-3 Inglaterra
72.9 % Posesión 27.1 %
0 remates poste 0
5 remates a puerta 3
0 remates paradas 3
13 remates fuera 0
5 remates otros 2
4 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 14
14 faltas cometidas 10
132 balones perdidos 110
60 balones recuperados 48
3 fueras de juego 3
0 penaltis 0
0 intervenciones portero 3
0 propia puerta 0
España da el cante ante Inglaterra
La Roja baja de la nube al sucumbir ante Inglaterra tras una pájara descomunal en el primer tiempo, en el que se llevó la peor goleada de su historia en un duelo oficial en casa
Una España atolondrada y gripada durante el primer tiempo acabó fundida ante una Inglaterra que la rajó a la contra. Lo hizo con eficacia ante la pasividad del equipo de Luis Enrique, golpeado de portería a portería con una pájara colosal. Un cante en toda regla para el que la Roja ya no tuvo enmienda pese a su arrojo del segundo acto, ya con su adversario limitado a la trinchera. Una estocada doble para España. Rebajada a la tierra en su intento por despejar los fantasmas de Rusia 2018. Y, de paso, obligada ahora en su próximo duelo, en Croacia, si no quiere despeñarse de la fase final de la Liga de las Naciones, embarque que tenía a sus pies.
De repente, la España que parecía salir a flote en esta embrollada Liga de las Naciones se desplomó con estrépito, sin remedio. Dos fogonazos de inicio de Thiago y Marcos Alonso en dos saques de esquina consecutivos resultaron un espejismo. Sin continuidad, la Roja se descosió de mala manera, tiritando en defensa, descontrolada en el eje y rasa en ataque.
Tan destartalado estaba el equipo de Luis Enrique que Inglaterra se bastó con dos jugadas parvularias a la contra. Ambas florecieron a pies de Pickford, el portero inglés. Señal del extravío español. Pickford-Kane-Rashford-Sterling: gol. Esta vez, Marcos Alonso llegó con retraso ante Sterling. Catorce minutos después el mismo roto. Pickford citó a Kane a varias cuadras. El capitán inglés, presuntamente arrestado por Sergio Ramos y con Nacho al quite, ganó el asalto al primero y al segundo y asistió a Rashford. En esta ocasión, Jonny llegó en el camión escoba para frenar al goleador inglés. Una catarata de despropósitos de la que nadie se libró en una España pasmada. Hasta tal punto atrofiada que Ramos y Busquets, dos centuriones, se anudaron los pies y sus pifias en la misma jugada derivaron en otro banderillazo. Una picadita de Barkley sobrepasó al muro español. Kane, estupendo aun sin goles, fue el más pillo, saltó la alambrada y se mensajeó con Sterling. Tres azotes sin que De Gea hubiera podido calentarse las manos.
No hubo migajas de la España de Wembley y Cardiff. Y, mucho menos, de la Roja que apabulló a Croacia. Luis Enrique envidó con un 4-3-3 replicado por su colega Gareth Southgate, que ha pasado página con el sistema de los tres centrales que desplegó en Rusia. No es una selección para el descorche, pero en este tránsito en búsqueda de un nuevo molde se apaña de vez en cuando si puede explotar algunas vetas, como la de Kane —que juega mejor de lo que destila su aparente rígido corpachón— y los velocistas Rashford y Sterling. En el Villamarín también tuvo las perchas de Winks y Barkley, fluidos en el medio. Pese al empeño de Thiago no hubo manera de que el conjunto español sincronizara las líneas. Sin desborde ni control, mal parada para el quite. Como consecuencia, en el intermedio: la peor derrota en la historia de España como local en un duelo oficial (según el estadístico Mister Chip).
Luis Enrique prefirió no señalar a nadie al descanso, y nada cambió hasta que se acercó la hora de juego. Paco Alcácer, el iluminado de estos días, y Ceballos —el chico del nido bético— relevaron a Saúl y Aspas. A España ya solo le quedaba un toque de corneta. Con Ceballos, la grada entró en combustión. Con Alcácer lo que llegó fue el gol. Y sin demora, en su primera acción. En estos tiempos, Alcácer embocaría lo que fuese, el banderín del córner o lo que le cayera del tercer anfiteatro. Asensio lanzó un saque de esquina y Alcácer, bribón, se anticipó por el aire a las pértigas inglesas. Con remangue, España alcanzó su momento más vivificante. Un enredo de Pickford al sacar casi refuerza el credo español, pero el árbitro no apreció penalti en el cuerpo a cuerpo entre el guardameta y Rodrigo. Visto el arrebato local, Southgate retocó la zaga y se empotró de nuevo como antaño, con tres centrales. Hacía tiempo ya que Inglaterra solo barría cerca de su red, ya sin recorrido ofensivo. Lo mismo dio. El grupo de Luis Enrique no tuvo otro ingenio que remar con Jonny tira que tira centros, dale que dale sin consecuencias, salvo un remate final al larguero de Marcos y el terminal gol de Ramos. Para entonces, el reloj ya había menguado para la Roja sin mayor consuelo. Su espantosa primera parte ya la había condenado. En el marcador y en el ánimo general. Todo un bajonazo en su supuesta remontada postmundialista.
Un dato inquietante: España no perdía en casa en partido oficial desde hacía 15 años.
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