Enseguida se adelantó en el marcador el bloque de Natxo González, que había estudiado al detalle al rival y sorprendió con la alineación de Delmás para taponar a Jony, la estrella visitante. Hubo más matices que mostraron esas diferencias con otros días.
Borja Iglesias anotó su primer tanto de cabeza del año en el minuto 10, aprovechando un centro al área de Toquero y quitándose de encima con el cuerpo al central rival. El premio a un inicio intenso de los zaragocistas, apoyados por una Romareda de gala.
El Sporting, sabedor de la victoria del Huesca en Córdoba poco antes, reaccionó de inmediato. Nano, en el minuto 15, rozó el empate en un cabezazo a centro de Jony que se marchó cruzado muy cerca del poste izquierdo. Un minuto después, Jony quebró en el área a Delmás y remató mordido, encontrando la respuesta de Cristian Álvarez con ciertos apuros bajo palos. La réplica a esa reacción asturiana la dio Toquero en el 25, dibujando un demarque para que Borja Iglesias le diera un pase al espacio al que no llegó en el área chica por milímetros.
En ese tira y afloja constante que fue el envite, el Real Zaragoza alcanzó el 2-0 en un jugadón de categoría. Delmás, al que la tarde le dio para todo lo bueno posible, lanzó un pase largo al hueco de maestro. Buscó el movimiento de Borja Iglesias a la espalda de los centrales y lo halló. El ariete compostelano controló y remató mano a mano ante Mariño para batirlo con fuerza y acierto. En menos de media hora el Zaragoza tomaba una ventaja sustancial y el partido se decantó claramente a su favor. De nuevo, el Sporting estaba más que obligado a renacer de su mal camino y Bergantiños, cabeceando un córner, probó la categoría de Cristian Álvarez, que despejó a saque de esquina por encima del larguero en una acción de reflejos.
En pleno dominio gijonés, con los zaragocistas bien armados atrás, de un córner a favor del Sporting surgió una contra de catón del Zaragoza. Eguaras sacó la pelota hacia Toquero, que aguantó lo suficiente para que llegará en velocidad el lateral Lasure, al que asistió de nuevo al espacio libre. El canterano avanzó y soltó un zurdazo a la escuadra que Mariño abortó enviando a saque de esquina y evitando el 3-0 y el delirio en una grada que ya estaba disfrutando de lo lindo desde el mismo pitido inicial. De ahí al descanso, un disparo alto por poco de Papunashvili, tras dejada de Toquero en el 43 y, un minuto después, una falta directa lanzada por Carmona a la que respondió Cristian Álvarez con una palomita salvadora, pusieron la rúbrica por parte de ambas escuadras a unos 45 minutos de lujo en esta categoría de plata.
Por primera vez en la temporada se vio sacar a Papu los córners, una manera de dejar a Eguaras (el habitual lanzador) en su posición de cierre para evitar riesgos con la velocidad del contragolpe del Sporting. Y también llamó la atención que Cristian Álvarez sacara fuerte y en largo en vez de buscar el juego en corto como ha sido costumbre. Para Natxo, esta vez era fundamental guardar siempre las posiciones en la pizarra. Y en el ecuador del partido, obviamente, todo iba sobre ruedas.
Tras el descanso
Como era lógico y de esperar, los asturianos salieron del vestuario mordiendo. El segundo periodo se inició con el Zaragoza metido atrás aguantando el empuje gijonés, con varios córners y remates fallidos en los primeros minutos que llenaron de nervios el estadio. Le costaba controlar la pelota a los de Natxo. Todo lo contrario de lo que se había visto antes del intermedio. Hasta cierto punto, era normal ese panorama, pues el Sporting se jugaba muchísimo en lo más alto de la clasificación y el 2-0 era su tumba para perder la mano en su particular partida con Rayo y Huesca. Y de esa fase apabullante de dominio, los de Baraja obtuvieron el 2-1 rápidamente, en el minuto 53, con un disparo duro y cruzado de Rubén García desde el borde del área tras un balón rebotado que superó a Cristian Álvarez pegado al palo derecho. Nacía un nuevo partido, con los de El Molinón lanzados y creyendo de lleno en sus opciones de remontar.
El Real Zaragoza quedó tocado tras ese gol. De repente, se dieron cuenta que había pasado un cuarto de hora de la reanudación y no habían pisado el campo del Sporting. De asustar a Mariño, por supuesto, no había noticias. Natxo metió en juego a Febas en vez de un apagado Papunashvili, al que el descanso le sentó fatal. Carmona tuvo el 2-2 en su cabeza, pero de nuevo el salvador Cristian Álvarez, a una mano y bajo palos, evitó el lío enviando el balón a córner en una parada genial en el minuto 59. El segundo tiempo era un monólogo sportinguista sin que el Zaragoza encontrara el método para contrarrestar tal hecho. Cómo lo vería de mal Natxo González que, a falta de media hora, agotó las sustituciones dando entrada a Raúl Guti y Pombo en el puesto de Ros (el más flojo de la tarde) y Toquero. Buscaba savia nueva, frescura para hilvanar contras y equilibrar algo que se había volcado a favor del Sporting por completo.
Baraja metió metralla en el campo, con el goleador Michael Santos sustituyendo al autor del gol, Rubén García. Y en otro córner (por arriba los visitantes remataron todo), Álex Pérez remató alto por centímetros la siguiente ocasión para la igualada, en el minuto 67. Hasta un minuto después, mediada la segunda mitad, no llegó el primer disparo a puerta del Zaragoza, a cargo de Pombo, que paró bien Mariño abajo. Se esperaba que fuese una señal de recuperación de los blanquillos, pues el final del partido se presentaba como una agonía. Natxo cambió el dibujo para proponer un 4-1-4-1, con Pombo y Guti abiertos a los extremos.
El Sporting siguió a lo suyo y Jony, que despertó y empezó a superar a Delmás, punteó dos veces el empate. En una falta directa, en el 72, rozó la escuadra por fuera. Y en un disparo franco en el área, en el 74, se topó de nuevo con una gran acción de Cristian Álvarez, de nuevo en modo mesías zaragocista. Ciertamente, poco cambió pese a los intentos de Natxo desde el banquillo. El rival asturiano no cejó en su empeño y los blanquillos no lograron salir de atrás en ningún momento. Carmona casi marcó de nuevo, en una confusa jugada con falta al portero zaragocista que Ais Reig no pitó y que Álvarez debió acabar salvando bajo palos milagrosamente en el 81.
La afición
El público empezó a animar a fondo en la recta final, cuando más lo necesitaba el equipo blanquillo. Febas y Pombo dispararon a puerta en sendos contragolpes, que elevaron el ánimo de la hinchada. Llegó el epílogo con la adrenalina por las nubes, dentro y fuera del césped. Los asturianos notaron esa presión y se les fue la brújula de la mano. En una contra nerviosa, Pombo tuvo el remate en su pie derecho para atar definitivamente la victoria y evitar sufrimientos. Era el minuto 86 y su disparo se estrelló en el larguero. Eso sí, pareció botar dentro, sin que los árbitros (el linier es el principal responsable ahí) vieran bien la circunstancia. Era el 3-1 que no llegaría pero que, al final, no hizo falta. Porque el Zaragoza supo aguantar el tipo y se hizo acreedor, con enorme sufrimiento y aplicación, a un triunfo vital para sustentar sus opciones de jugar la promoción de ascenso dentro de pocos días.
El cuadro aragonés se alza así a la 4ª posición en la tabla y comienza los últimos cuatro partidos de la liga con excelentes cartas en la mano para culminar una segunda vuelta de matrícula de honor y permitirse soñar con el éxito total cuanto todo acabe a mitad de junio. Un día enorme, grandioso, feliz, en La Romareda.
Ficha técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás, Mikel González, Verdasca, Lasure; Eguaras, Javi Ros (Raúl Guti, 63), Zapater, Papunashvili (Febas, 58); Toquero (Pombo, 63) y Borja Iglesias.
Sporting de Gijón: Mariño; Calavera, Barba, Álex Pérez, Canella (Isma López, 72); Bergantiños (Álex López, 79), Sergio Álvarez; Carmona, Rubén García (Michael Santos, 66), Jony; y Nano.
Árbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Sergio Álvarez (31), Eguaras (44), Mikel González (46) y Zapater (77).
Goles: 1-0, min. 10: Borja Iglesias. 2-0, min. 27: Borja Iglesias. 2-1, min. 53: Rubén García.
Incidencias: Tarde primaveral en Zaragoza, 22 grados. El césped presentó un aspecto aceptable. Gran entrada en La Romareda, cercana al lleno, casi 32.000 espectadores, con alrededor de 2.000 seguidores del Sporting llegados desde Asturias.
0 comentarios