Partido 29 semifinal
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Des: 0-0 | ||||||||||||||||
Donbass Arena (Asistencia: 51,500) | ||||||||||||||||
Árbitro: Cuneyt Cakir | ||||||||||||||||
Equipos | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Alineaciones | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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PORTUGAL 0 – 0 ESPAÑA
(2-4)
Portugal: Rui Patricio; João Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrão; Meireles (Varela, m. 113), Moutinho, Veloso (Custodio, m. 105); Nani, Almeida (Nelson Oliveira, m. 81); Cristiano Ronaldo.
España: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Navas, m. 61), Xavi (Pedro, m. 87), Iniesta; y Negredo (Cesc, m. 55).
Penaltis: 0-0. Xabi Alonso. 0-0. Moutinho. 0-1. Iniesta. 1-1. Pepe. 1-2. Piqué. 2-2. Nani. 2-3. Ramos. 2-3. Bruno Alves. 2-4. Cesc.
Árbitro: Cüneyt Çakir. Mostró la cartulina a Ramos, Coentrão, Busquets, Pepe, João Pereira, Arbeloa, Bruno Alves, Veloso y Xabi Alonso.
España no baja del paraíso
En un encuentro sin goles, pero emotivo y extenuante, La Roja derrota a Portugal en la tanda de penaltis (2-4) con un último tanto de Cesc ● Después de la Euro de 2008 y del Mundial de Sudáfrica, jugará su tercera gran final seguida, ante Italia o Alemania
El fútbol bendice a los campeones, que cuando llegan al trono reciben un embrujo especial y triunfan en todo tipo de situaciones, unas veces con soltura y también de forma agónica, cuando se requiere apretar los dientes, templar el pulso y no tiritar ante el abismo. Ganadores se les llama. Era el apellido clásico de los alemanes, ahora lo tiene España, esta España sin fin que no cae del paraíso desde hace cuatro años. A ese punto ha llegado esta selección, que tras un partido solo para titanes logró clasificarse para su tercera gran final consecutiva, cumbre que solo logró Alemania entre 1972 y 1976. Un fenómeno extraordinario, un ciclo para la eternidad, pase lo que pase el próximo domingo en Kiev ante alemanes o italianos. Se dirá que no fue la España de la escuadra y el cartabón, la España del frac, pero sí fue un equipo de alta graduación, la que le exigió Portugal, magnífico adversario, una selección que solo se rindió en la rueda de los penaltis.
Ramos, sí, el chico maldito para muchos por su patinazo en la semifinal de la Champions ante el Bayern, no se tapó
Para llegar a Kiev, España tuvo que superar todo un hueso, un partido de cuerpo entero. En un reto sin gran pegada en ninguna portería, donde Portugal envidó con Cristiano, España lo hizo con Negredo. Del Bosque se decantó por un ariete. No Fernando Torres, que solo dejó migas ante Francia, sino el delantero del Sevilla, más combativo y con mejor carrocería para los asaltos con Pepe y Bruno Alves, dos centrales recios para defender al límite, más aún el segundo, consentido toda la noche por el árbitro, y capaces de dar salida al juego. Al grupo de Paulo Bento no le importa en absoluto tejer el juego desde la cueva. A Negredo, sus custodios no le concedieron un solo remate. Ante los hechos, Del Bosque activó el plan B apenas iniciado el segundo acto y España enmascaró su ataque con Cesc, la otra variable para una selección a la que la baja de Villa ha deforestado su delantera más de lo que cabía prever. España ha tenido que aplicarse mucho más en otras facetas del juego. No es que su producción goleadora sea menor que en Sudáfrica, pero sí su producción ofensiva. Al equipo le cuesta encontrar a quien ponga el broche final.
Portugal se desplegó con una intensidad extraordinaria, en combustión por todo el terreno, donde sus líneas siempre están muy juntas, no dejan apenas rendijas. Es una selección muy gregaria, que ocupa en pelotón todos los espacios, lo que dificulta el tránsito incluso para equipos como España. Con los portugueses siempre en el cogote, los jugadores de Del Bosque se vieron en un laberinto permanente, sin margen de maniobra, obligados en cada jugada casi a la perfección. No es normal que este equipo falle tantos pases y controles. Mérito portugués y algún demérito español, caso de Silva, fuera de onda toda la jornada, tieso. No fue la noche del canario, que, como otros, ha llegado con el depósito justo a esta Eurocopa. Navas le dio aire en el segundo tiempo. Lo agradeció España, y aún mucho más con Pedro.
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