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PARTIDO Nº 636 ESPAÑA - HOLANDA (13-6-2013)

PARTIDO Nº 636 ESPAÑA - HOLANDA (13-6-2013)

  ESPAÑA 

Partido 636

HOLANDA

1-5

26’ Xabi Alonso

Copa del Mundo 2014

13-Junio-2014

Salvador de Bahia

Estadio: Arena Forte Nova
  • 43’ Van Persie
  • Gol 53’ Robben
  • Gol 64’ de Vrij
  • Gol 72’ Van Persie
  • Gol 80’ Robben
 

Ficha técnica:
1 - España: Casillas, Azpilicueta, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba, Busquets, Xabi Alonso (Pedro, m.62), Xavi, Iniesta, Silva (Cesc, m.78) y Diego Costa (Fernando Torres, m.62).

5 - Holanda: Cillessen; Janmaat, Vlaar, De Vrij (Leroy Fer, m.76), Martins Indi, Blind; De Guzmán (Wijnaldum, m.62), Nigel De Jong, Sneijder, Robben; y Van Persie (Lens, m.78).

Goles: 1-0, m.27: Xabi Alonso de penalti. 1-1, m.44: Van Persie. 1-2, m.54: Robben. 1-3, m. De Vrij. 1-4, m.72: Van Persie. 1-5, m. Robben.

Árbitro: Amonestó a Casillas por España; y a De Guzmán, De Vrij y Van Persie por Holanda.

Incidencias: primer partido del Grupo B del Mundial de Brasil, disputado en el Arena Fonte Nova de Salvador ante 48.173 espectadores

Estadísticas de los partidos

España
Holanda
1Goles marcados5
8Disparos realizados12
3Disparos a puerta11
3fuera1
2Detenidos6
0al poste1
4Córners1
5Fueras de juego5
1Tarjetas amarillas3
0Tarjetas rojas0
4Faltas cometidas16
12Faltas recibidas3

España sufre un descalabro mundial

España se hunde en la segunda parte ante Holanda porque todas las estrellas de Del Bosque estuvieron irreconocibles

Habrá que ver si La Roja está ante el ocaso de su mejor selección

n su regreso a la escena que le hizo legendario y se llevó una zurra monumental tras un partido de los que dejan boquiabierto al universo. Peor que la peor pesadilla imaginable para una España que jamás desde 2008 había recibido en Eurocopa o Mundial más de un gol. En Bahía, el colapso fue total, un infierno. Un cataclismo en toda regla. España recibió una descarga holandesa de las que hacen época y en un caótico segundo tiempo acabó en el lodo. Y pudo ser mucho peor. El castañazo, con esa diferencia de goles, deja a España con un camino con mucho más que espinas. Su pase al segundo tramo del campeonato peligra a la primera.

Al equipo de Del Bosque de nada le sirvió adelantarse en el marcador con un penalti que se sacó de la chistera Diego Costa. Holanda se vengó con saña de la derrota de hace cuatro años en Sudáfrica y con Robben al frente dejó a España en tanga, como un muñeco de trapo a merced de un adversario que en el segundo tiempo fue la marabunta. No hubo español reconocible. Ni una migaja de ese equipo que ha competido de forma sublime desde la Eurocopa de Viena. España fue una hemorragia, calamitosa en todas sus líneas y terminó por los suelos, como un guiñapo. Casillas no era ni la peor sombra de Casillas, Ramos no era Ramos, Iniesta no era Iniesta… Así, uno tras otro. Costa no fue una solución y en la costa de Casillas todo fue un esperpento. Fue algo más que una mala tarde; fue una sesión de terror.

El siniestro español puede ser de los que dejen huella. Habrá que ver si España está ante el ocaso de la mejor selección de su historia o el grupo aún es capaz de levantarse de la lona tras un castigo semejante. Ante la repentina avalancha holandesa del segundo acto, el equipo de Del Bosque no tuvo tiempo ni de refugiarse en las cuerdas. Los oranje llevaban cuatro años rumiando un segundo asalto, pero ni en sus mejores sueños pudieron imaginar lo de Bahía. Los chicos de Van Gaal terminaron con una vuelta al ruedo ante su parroquia, que se frotaba los ojos.

Resultaba increíble pensar que el gol del empate de Van Persie, al filo del descanso, pudiera tener un efecto tan devastador para un equipo como el español, curtido y que se les sabe casi todas. El tanto del capitán holandés fue el preludio de lo que iba a llegar. Ante un centro lateral de Blind, Piqué no se escalonó bien con Ramos, el andaluz despegó tarde y Casillas se quedó planchado ante la llegada del rival. La ejecución de Van Persie, con un cabezazo en vaselina sobre Iker, fue soberbia. Dos pasos atrás del portero español y Holanda no hubiera cantado bingo.

Antes del vuelo de Van Persie, a España le había costado dar con las primeras teclas del partido. Quizá porque no se esperara que Van Gaal subiera varios escalones su defensa de tres centrales y dos laterales y kilométricos. El seleccionador holandés, sabedor de que para su adversario el centro del campo no es un apeadero cualquiera, quiso convertir en un zulo esa zona vital para La Roja. Ahí cuece todo, pero el tapete del Arena Fonte Nova quedó reducido a un minifundio en el que no había forma de que corriera el aire. España no tenía metros para pensar y Holanda tenía a Diego Costa a varias cuadras de su portero. Al oriundo brasileño ya le conocen en su tierra, le han tomado la matrícula y en cada intervención es abucheado con estruendo.

Costa condicionó el juego español, que, en ocasiones, abusó de su referencia. Como le costaba la transición por falta de espacios, Piqué puso el borroso guion inicial: la pelota en vuelo hacia el delantero de Lagarto, al que intentaban arrestar tres centrales, Vlaar y dos jovenzuelos como Martins Indi y De Vrij. Con Costa como diana, España no encontraba soltura, se veía atrofiada, sin la chispa del toque que le distingue. Holanda, además, le puso en guardia con un mano a mano de Sneijder con Casillas, que el capitán español resolvió con un manotazo a la pelota, un guiño a Robben y sus tiempos en Johanesburgo. Otro espejismo de lo que estaba por llegar. Máxime cuando Xavi filtró un pase para Costa y este hizo lo imposible y mucho más para que De Vrij picara como un pardillo. Alonso, tan errático anoche en el pase, al menos acertó en el penalti. De inmediato, Silva se midió a solas con el meta holandés, pero se quedó corto al querer elevar la pelota sobre su flequillo. En un parpadeo, el gol de Van Persie.

Por lo visto, el intermedio no sirvió de sosiego. Holanda creyó en sí misma y a España, a esta España de cuajo, se le aflojaron las piernas de forma misteriosa. Se resquebrajó en todas las zonas del campo y a gente como Robben y Van Persie no conviene darle ánimos. El primero se la debía a sí mismo, víctima de Casillas como se fue de Johanesburgo. En Bahía le ganó el duelo más que con creces, hasta el punto de lograr que el capitán español se hiciera un nudo en el cuarto gol, el segundo de Van Persie, y le faltara contundencia en el tercero, el de De Vrij, por más que tuviera algo de razón en reclamar falta de Van Persie. Holanda sacudía por todos los lados, España estaba fundida, sin que la entrada de Torres y Pedro supusiera un alivio.

A punto para el desguace, el campeón solo confió en que el tiempo menguara y menguara. Ahora le tocará sentarse en el diván y mirarse al espejo. De él depende discernir si es un problema de arrugas competitivas o solo un día infernal. El tiempo dirá, pero en Bahía no pudo defender ni su estilo. No tuvo tablón al que agarrarse.

Holanda se toma la revancha y golea a España en su debut

Dos goles de Van Persie, dos de Robben y uno de De Vrij sentencian el choque, 5-1.

Holanda cumplió su esperada venganza mundialista cuatro años después de caer en la prórroga de la final de Johannesburgo, remontó a España en el estreno de Brasil 2014 y empujó al abismo con crueldad al vigente campeón, España, ridiculizado con una desconocida fragilidad defensiva (1-5).

La búsqueda del más difícil todavía, la defensa del título Mundial en el ciclo de oro del fútbol español, comenzó con la derrota más sonrojante que jamás recibió un campeón en el primer capítulo. Holanda asestó un baño de fútbol mayúsculo a una España que perdió su estilo en el camino, víctima de errores infantiles impropios en una gran cita y con una desconfianza en sí mismo que puede conducir a la debacle de la peor forma posible.

El destino deparó un duelo de altos vuelos en el primer paso del Mundial 2014, ese que marca el miedo a perder por las heridas que deja la derrota y el poco tiempo para curarlas. España y Holanda se reencontraban cuatro años después de la final de Johannesburgo, con un plan de continuidad en la Roja y una renovación acertada en la ’oranje’.

Andrés Iniesta cerraba los ojos, concentrado en el túnel de vestuarios. Con su gol para la eternidad en el minuto 116 en su memoria. Visualizando un nuevo reto y sin poder imaginar el repaso que les esperaba. España comenzó a pelear con ocho campeones del mundo en su once. Vicente del Bosque no dio paso a sus jóvenes talentos, fiel a los futbolistas con los que la Roja tocó el cielo futbolístico que tuvieron el día más negro de sus carreras como internacionales.

El duelo nacía con un ambiente en contra de Diego Costa, brasileño de nacimiento que renunció a su selección. Pero Costa no es futbolista de amilanarse. Con abucheos e insultos de la grada salió a su particular pelea, ante tres centrales porque Louis Van Gaal parapetó a Holanda en defensa, juntó líneas y renunció a la posesión. No quiso elaboración y sí juego directo. Buscó las cosquillas a la Roja atacando a sus laterales, con la velocidad de Sneijder y Robben que completaba Van Persie en un trío temible.

Comenzó España con demasiado balón en largo con imprecisiones. Y se agarró a la figura de Casillas antes del peor día del capitán. Apareció en un mano a mano a los siete minutos ante Sneijder. Robben le dejó solo aprovechando un error en la salida de balón de Jordi Alba, Iker aguantó en pie y sacó el puño derecho ante el disparo.

Holanda rozó el premio a su plan, aguantar en su terreno y dañar con velocidad, pero de inició lo frenó España. Iniesta chutó arriba cuando buscaba la escuadra y Silva generó dos ocasiones gracias a su entrega en la presión. Diego Costa no remató la primera, enredado en una bicicleta, y mandó al limbo la segunda. Al menos metió miedo unos minutos en el cuerpo del rival.

Fueron los únicos minutos que España se acercó a un resultado positivo. Xavi encontraba un nuevo socio a su visión, con un devorador de espacios como Costa. Silva perdonó la primera por generoso, antes de que Diego Costa, con poca confianza para chutar, optase por recortar y se encontró el regalo de De Vrij, que fue al suelo y el colegiado interpretó que le barrió. El penalti lo materializó Xabi Alonso, para disipar las dudas sembradas en las penas máximas.

España lograba el objetivo, adelantarse en el marcador, y la conexión Iniesta-Silva invitaba a soñar. Un pase mágico del manchego, mirando al tendido, dejó solo al isleño. Picó el balón a la salida de Cillessen, que despejó con sus dos puños. Nadie sabe lo que habría pasado en caso de marcar pero seguro que la caída de los campeones no habría sido tan cruel.

Pasó la Roja de tener dos tantos de ventaja y poder manejar el partido a su antojo a ser víctima de su primer grave error defensivo. Cada carrera de los holandeses dejaba síntoma de peligro pero el tanto clave en la remontada partió de la nada. Un pase medido en largo, desde el costado izquierdo de Blind que cabeceó Can Persie por encima de Casillas a media salida. Un exceso de confianza de Ramos. Una mala posición de Piqué que rompía el fuera de juego. Al borde del descanso el tanto marcó el duelo.

Porque en la reanudación cuando España quiso no pudo y acabó atropellada por un vendaval de fútbol eléctrico, con el agua al cuello superado físicamente y regalando un marcador histórico como venganza más dulce para Holanda. A los 54 minutos una pérdida de Xabi Alonso dio inicio a los peores minutos de la ’era Del Bosque’. Otro pase en largo de Blind a Robben, con metros cedidos por Piqué. Recorte y disparo que supera a Casillas por el centro. Era la venganza de un jugador marcado por la última final.

En un abrir y cerrar de ojos, España había encajado los mismos goles que todo el Mundial pasado. Su seguridad defensiva enterrada y desde las desconfianza perdió el control del partido para ser un muñeco en manos del rival.

Se divirtió Holanda sobre el césped, con su verdugo arrodillado y pidiendo un rápido final. Van Persie estrelló un latigazo en el travesaño y Casillas lamentó el tercer tanto, al ver como su mala salida a un balón desde el costado encontró una falta de Van Persie que el colegiado no apreció, para que De Vrij marcase a placer en el segundo palo. Los españoles pedían a Rizzoli que mirase la repetición en el vídeo marcador, pero de poco sirvió.

Fuera del partido, los cambios de Del Bosque no surgieron efecto. Sin Xabi Alonso perdió aún más el centro del campo y Pedro, el jugador en mejor forma de la Roja cuya suplencia sorprendió, no pudo levantar de la lona a su equipo. Su testarazo lo sacó Cillessen y Silva marcó en fuera de juego.

Con España superada Casillas sacó las que pudo y acabó cometiendo uno de los errores más graves de su carrera. Cuando la cabeza no está en el fútbol y se repite continuamente un error ocurren imágenes que marcan. Un pase atrás de Ramos lo controló mal. Van Persie, más listo que nadie, le robó la cartera y marcó a placer.

El broche lo puso Robben, con su partido soñado, deseando que nunca acabase para borrar tanto dolor por su mano a mano fallado en Johannesburgo. Hoy definió bien y hasta dejó en evidencia a todos sus rivales. A alta velocidad se fue de todos, tumbó a Iker y cerró una goleada histórica. España comienza de la misma forma que el último Mundial, con derrota. Tan abultada que le empuja a la depresión y le deja en el alambre para jugarse el todo o nada con Chile y Australia ya sin margen de error.

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