PRETEMPORADA 2023/24 6º AMISTOSO (3.6.2023)
PRETEMPORADA 2023/24 6º AMISTOSO (3.6.2023)
LI Memorial Carlos Lapetra
(Trofeo Ciudad de Zaragoza)
REAL ZARAGOZA 1-2 MILLONARIOS
Ficha técnica:
Real Zaragoza: Cristian; Luna (Gámez, 75), Borge, Jair (Lluis López, 24), Nieto; Marc Aguado (Grau, 75), Toni Moya (Puche, 62), Francho; Maikel Mesa (Cortés, 62); Cuenca (Azón, 45)y Sinan Bakis.
Millonarios: Álvaro Montero Álex Moreno (Perlaza, 3), Murillo (Arias, 72), Bertel, Pereira; Stiven Vega, Vásquez (Giraldo, 72), Beckham Castro (Jader Valencia, 72), Luis Paredes; Cataño (Silva, 63) y Carvajal (Castro, 63)
Goles: 0-1, min. 54: Bechkam Castro. 0-2, min 60: Cataño. 1-2, min. 66: Bakis.
Árbitro: César Soto Grado (Comité de La Rioja). Mostró amarillas a Maikel Mesa (42).
Incidencias: Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra disputado en La Romareda, ante la presencia de unos 16.000 aficionados, más de un millar y medio de Millonarios. Noche apacible de unos 22 grados, con algo de cierzo.
Buenas intenciones, poco acierto: el Real Zaragoza cae contra Millonarios (1-2)
Un Zaragoza de buenas maneras y en crecimiento se estrella contra Álvaro Montero, portero de Millonarios, campeón del Trofeo Ciudad de Zaragoza. Bakis marcó su primer gol.
Al Real Zaragoza le van saliendo los dientes, pero aún no tiene colmillos. Dejó una noche entretenida, poblada de ocasiones y juego bien trazado, pero le faltó acierto, porque ocasiones tuvo a pares. Millonarios se llevó (1-2) el Trofeo Ciudad de Zaragoza-Memorial Carlos Lapetra gracias a su contundencia en quince minutos de la segunda parte, aunque, ante todo, gracias a su portero, Álvaro Montero, que lo paró todo. Y cuando es todo, es todo.
Un resultado que no afea nada, en todo caso, al Zaragoza, en pleno proceso de construcción, un equipo a quien se le adivinan buenas intenciones, con un centro del campo rico en fútbol y calidades. A falta de mejorar ciertas cuestiones, sobre todo en cuanto a desborde individual, el conjunto aragonés va cocinándose a fuego lento.
El verano es para mirarse al espejo y ponerse guapo, y Fran Escribá aprovechó para probarle al Zaragoza el mejor traje posible a estas alturas del calendario, considerando las mejores prendas que tiene en el armario. El técnico, como ya hiciera en la primera parte del duelo contra el Cartagena en Pinatar, armó un Zaragoza en 4-4-2, pero ordenado en su línea media en rombo. El sistema no es el clásico 4-4-2 con doble pivote y extremos que tanto identifica y cuida Fran Escribá, pero el momento actual de la confección de la plantilla, sin extremos ni puntos de desequilibrio exterior ante la lesión de Bermejo y la recién atada incorporación de Mollejo, entrega una oportunidad de intentar construir algo desde esa fórmula. Al Zaragoza, en este sentido, se le apreciaron buenas intenciones, un hilado control del juego, buenas mezclas interiores y un apreciable ritmo de circulación. El rombo potencia ante todo a Marc Aguado y a Sinan Bakis.
Desde el mediocentro, con ojos y pies para todo, el canterano dio un recital de crear y cortar, con una sensibilidad especial a la hora de tejer el fútbol y descomponer el del rival. Bakis, por su parte, con el rombo, tiene variadas referencias para dejar de cara, descargar y conectar posiciones. Tiene buena bota, mimosa, el turco, además de mortífera cuando toca: como en dos tirazos que fueron dos avisos serios que comprometieron a Millonarios. Tanto Aguado como Bakis son jugadores que necesitan sistema, y Escribá les puso este jueves sobre el césped eslabones ideales: Francho y Moya pueden ejercer de interiores con muchos metros, Moya desde el pase, y Francho desde el movimiento. Y Maikel Mesa, aunque no tiene el giro y juego de espaldas que exige el vértice del rombo, dejó impronta de futbolista exquisito, elegante y plástico, con una serena pisadita canaria que entró por los ojos.
El Zaragoza, sobre esa idea de juego y esa composición, creció en el partido ante un Millonarios en plena liga ya, invitado a un amistoso, pero que viene guerreado en las últimas semanas y que a los tres minutos perdió ya a uno de sus defensas, Álex Moreno Paz, relevado por el lateral derecho Perlaza.
El Zaragoza ya había avisado a los dos minutos con un tiro de Francho que sacó Montero de la escuadra. El portero de Millonarios fue el mejor. Su guante le negó al equipo aragonés un gol de galería del coleccionista. Fue al final del primer tiempo y tuvo a tres fichajes como autores de la obra. Toni Moya enseñó su pincel y enlazó en profundidad con un notable desmarque de Bakis. El delantero pisó área y cedió atrás, a la zona que tiene bajo candado Maikel Mesa, la suya, donde aparece como un escorpión con el aguijón recién puesto: se lo pensó demasiado, se la cambió de pie, aún le dio tiempo a rematar, y el tiro lo desbarajustó Montero a mano cambiada. La jugada fue preciosa, la que más picante tuvo en un Zaragoza que gozó de más ocasiones con dos tiros de Bakis y otro de Maikel Mesa, pero al que le faltó algo de chispa, desborde y creación en los metros finales.
En la segunda parte, nada más empezar, Bakis se encontró con Montero, que impidió un golazo en plancha del punta, y después, con un gol anulado. El Zaragoza empujaba, ya con Azón, estirándose por arriba. En un exceso de toques en el área de Millonarios en el que Azón no quiso darle con la zurda, nació el gol colombiano. Cogieron al Zaragoza desplegado, y el veloz Luis Paredes le ganó una carrera de 60 metros a Moya. Tiró, paró Cristian y remachó Beckham Castro. A Azón, luego, le quitaron un gol en la línea, y Millonarios respondió con otro gol, golazo, de Cataño, quien empaló un balón que botó sobre Aguado. El Zaragoza, sin darse cuenta, perdía 0-2. El equipo aragonés propuso el juego, pero Millonarios puso la puntería.
El partido comenzó a abrirse fruto del marcador y las piernas fatigadas, y el Zaragoza cambió a jugar con extremos con la entrada de Puche y Cortés. Bakis recortó distancias después de volver a toparse con un imperial Montero. El turco descorchaba así su botella de goles después de una noche en la que no dejó de intimidar. A los hombros de un Francho pletórico, el Zaragoza siguió picando hacia el empate. Azón pudo conseguirlo en un tiro raso, también Cortés… Pero aún faltaban las más claras. Primero, Grau. Después, Azón de cabeza. Y al final, Gámez Y ahí estuvo, una vez más, Montero, portero inacabable e inaccesible, para decir que era su noche. Un escándalo.
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