El Casademont Zaragoza, muy vulnerable atrás, perdió en la pista del PAOK de Salónica tras completar otra deficiente actuación (93-78). Por momentos fue un equipo abatido y timorato, con muchas carencias en todas sus líneas y muy poca convicción en su juego. Abandonó el partido cabizbajo, desencantado, con evidentes signos de impotencia, después de haber sido retratado por un rival, el colista del Grupo D, que había acudido a la cita con una sola victoria en el torneo continental. La oportunidad perdida fue gigantesca. De hecho, el cuadro aragonés tiró de casta y orgullo en el tramo final, cuando perdía por 15 puntos de distancia (80-65), para situarse a sólo seis tantos (80-74) a dos minutos y medio de la conclusión. Pero ya era tarde para intentar culminar la remontada. El PAOK respondió con solvencia y oficio, y con los puntos de Adam Smith, Lewis y Aaron Best, para hurgar aún más en la herida de los zaragozanos.
Fisac apostó de inicio por Dylan Ennis. El canadiense se estrenó en la competición europea, y lo hizo desempeñando las funciones de escolta, donde multiplica sus virtudes y minimiza sus defectos. Fue Ennis, precisamente, el primero en desequilibrar el marcador con un 2+1, tras una valiente penetración (0-3). Respondió el PAOK con prontitud, agarrado al acierto de Antwaine Wiggins. Y aunque Brussino facturó cinco puntos consecutivos, lo hizo por talento individual, no por el juego colectivo desplegado por los zaragozanos. De hecho, el Casademont permaneció tres y minutos y medio sin anotar, lo que aprovecharon los griegos para establecer un parcial de 11-0 (18-10) en el ecuador del primer acto. Porfirio Fisac tuvo que detener el encuentro.
En cualquier caso, las dudas del Casademont no atendían exclusivamente al ataque. En defensa, los aragoneses presentaban lagunas gigantescas desde todas las posiciones. Era un bloque vacilante y quebradizo atrás, lo que posibilitaba tiros muy liberados de los locales. Con lanzamientos muy favorables, sin apenas oposición, el PAOKhabía anotado 28 puntos a los 10 minutos de juego (30-20). Egekeze (8 tantos), Adam Smith (7) y Wiggins (7) eran los jugadores más productivos del conjunto heleno al cierre del primer acto.
Mejoró el Casademont Zaragoza después, con DJ Seeley liderando las primeras acciones del cuarto. Dos jugadas del escolta americano, una penetración de Rodrigo San Miguel y un certero triple de Robin Benzing, al margen de una mayor solidez defensiva de los aragoneses, situaron a los visitantes a sólo tres puntos de los griegos (30-27), a los 13 minutos del duelo.
Reaccionó el PAOK con dos triples consecutivos, primero de Adam Smith y después de Aaron Best; pero el Casademont no se descompuso. Al contrario, se sostuvo gracias a juego alegre, rápido y dinámico en ataque, que le reportó una elevada anotación, con Robin Benzing y Javier Justiza como jugadores más incisivos. El cuadro aragonés igualó la contienda poco después, tras un triple desde la esquina de Nico Brussino (43-43); e incluso se puso por delante en la siguiente jugada, al acertar el alero argentino uno de sus dos lanzamientos desde la línea de personal. Sin embargo, Lewis volteó nuevamente el marcador, justo al filo del descanso, con una acción personal (45-44).
En cualquier caso, el Casademont ya había modificado su enfermizo aspecto. Tras un primer acto desalentador, con numerosos desajustes defensivos, con hasta 30 puntos encajados, los de Porfirio Fisac recuperaron el pulso en las labores de contención y dificultaron, por fin, la mayoría de las ofensivas de su adversario. En el segundo acto, la facturación del conjunto heleno se había reducido a la mitad (15 puntos en 10 minutos de juego). Y los zaragozanos ya volvían a aspirar decididamente a la victoria.
La mejoría aragonesa, sin embargo, no se limitaba a las tareas defensivas. Además, Benzing (10 puntos), Brussino (9) y Seeley se manejaban en ataque con oficio y seguridad, y representaban una importante amenaza para el conjunto griego.
Al descanso, la tendencia del choque parecía favorable al conjunto de Porfirio Fisac. Sin embargo, el panorama dio un giro inesperado en los primeros compases de la reanudación. El talento y la puntería de Adam Smith distanciaron nuevamente a los locales, beneficiados también por la falta de lucidez ofensiva del Casademont (58-48). El equipo aragonés, muy impreciso en ataque, había anotado cuatro puntos en los cuatro primeros minutos del acto. Muy poco bagaje para competir en Europa, incluso en la pista del último clasificado.
Dos canastas de Ennis, un triple de Benzing y el ímpetu de Jonathan Barreiro –siempre combativo– aportaron oxígeno al Casademont, al filo de la media hora de juego (64-58). Sin embargo, bastaron una antideportiva de DJ Seeley y tres desajustes defensivos para que el PAOK, nuevamente, adquiriera una sólida renta en el marcador (73-61). El cuadro aragonés se había desplomado con una facilidad asombrosa. El equipo heleno anotó 28 tantos en el tercer acto, retratando una vez más la fragilidad de los zaragozanos.
En el tramo definitivo, el Casademont se sobrepuso a una desventaja de 15 tantos en los compases finales (80-65), al firmar un parcial de 9-0 (80-74) cuando restaban dos minutos y medio para la conclusión; aunque su mejoría enseguida quedó en un amago de la nada. De hecho, volvió a emitir señales muy preocupantes en su juego, especialmente atrás, y encajó 13 tantos en la recta final (93-78).
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