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PARTIDO Nº 663 BELGICA 0-2 ESPAÑA (1-9-2016)

PARTIDO Nº 663 BELGICA 0-2 ESPAÑA (1-9-2016)

 

BELGICA

Partido 662



Corea S.
ESPAÑA
 X-XEspaña

 

 

Amistoso

1 Septiembre 2016

Bruselas

Estadio:Rey Balduino

 

0-1, m.33: Silva.

 0-2, m.62: Silva, de penalti

Ficha técnica:

0 - Bélgica: Courtois; Meunier, Alderweireld, Vertonghen, Jordan Lukaku; Nainggolan (Dembélé, m.46), Witsel; De Bruyne (Defour, m.87); Carrasco (Mirallas, m.77), Hazard; y Origi (Romelu Lukaku, m.67).

2 - España: De Gea; Carvajal (Sergi Roberto, m.85), Piqué (Bartra, m.59), Sergio Ramos, Jordi Alba (Azpilicueta, m.59); Busquets, Koke, Thiago; Vitolo (Saúl, m.75), Silva (Lucas Vázquez, m.75) y Morata (Diego Costa, m.27).

Goles: 0-1, m.33: Silva. 0-2, m.62: Silva, de penalti.
Árbitro: Benoit Bastien (Francia).

Incidencias: encuentro amistoso disputado en el estadio Rey Balduino de Bruselas ante unos 38.000 espectadores.

 

Belgica 0-2 España

37 % Posesión 63 %
0 remates poste 0
1 remates a puerta 4
2 remates paradas 1
2 remates fuera 4
0 remates otros 2
0 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
7 faltas recibidas 11
11 faltas cometidas 7
74 balones perdidos 68
37 balones recuperados 50
2 fueras de juego 4
0 penalties 1
9 intervenciones portero 8

Debut Jugador Selección nº 773

Nombre: Saúl Ñíguez Esclápez (Atletico de Madrid)

 

 

El primer brindis de Lopetegui

España se luce en el estreno del técnico con victoria con dos goles de Silva y buen juego ante una Bélgica muy chata. Positiva respuesta de Koke, Thiago, Vitolo y Costa

Resplandeció la Roja en un día inolvidable para Julen Lopetegui. El vasco se bautizó con una victoria tan contundente como lucida ante la selección que, según el baremo de la FIFA, es la segunda del mundo. Frente a una buena España, Bélgica fue una birria, un espanto. Lo contrario que el equipo español, que dio un notable tono general en todas las líneas, incluidos los más examinados, Vitolo, Diego Costa, Koke y Thiago. Los cuatro subieron la nota, rescatados los dos primeros tras su ausencia en Francia y lanzados los dos segundos a la titularidad. Acunados por Lopetegui en las categorías inferiores, a Koke y Thiago les toca ahora madurar definitivamente en el campo internacional con el mismo rector.

Evolución, no revolución. Es lo predicado por Lopetegui, matriculado en la Ciudad del Fútbol, muy cerca de Vicente del Bosque. Como es lógico, con solo unas horas de vuelo al frente de La Roja, queda pendiente consolidar el deseado progreso. Para lo que no hará falta tiempo es para certificar que de revuelta nada de nada. Se comprobó con la lista de convocados y se evidenció en Bruselas, donde la partitura fue la habitual, el orden a partir de colonizar la pelota y el centro del campo como zona crucial de tránsito y no como un simple apeadero. Eso sí, de nuevo más producción de juego que remates. Y también hubo alternancias en la presión alta y el repliegue de los cinco volantes junto a los zagueros

Casual o no, ironías de la vida, las mejores señales llegaron por el costado derecho. Por ahí encontró España la primera vía de escape, por la orilla de Carvajal y Vitolo, justo los dos únicos titulares que no tuvieron plaza en la última Eurocopa. El madridista, que era un fijo, por lesión. El canario, que era un aspirante, por decisión del seleccionador. En la capital belga, tras media hora de muermo, con los dos equipos muy chatos, con mucho soldado raso a la vista de los dos técnicos debutantes, fueron Carvajal, que crece, crece y crece cada día, y Vitolo quienes prendieron la mecha. Tras algún amago sin éxito, el lateral filtró un pase estupendo para el sevillista, que dejó tirado a Courtois y conectó con Diego Costa. El ariete no controló el balón, pero su toque impreciso cayó a pies de Silva, que ha arrancado en esta etapa como cerró la anterior. Ya suma 26 goles como internacional. Si ya fue el máximo goleador bajo la tutela de Del Bosque, ya puede decir que lo es con Lopetegui.

A partir del tanto del jugador de City, España le dio un meneo considerable a una decepcionante Bélgica. Con Wilmots o el español Roberto Martínez resulta ser una selección sin alma, sin chicha, funcionarial. Puro garrafón por mucho que aliste a ilustres como Hazard, Carrasco, De Bruyne... Todos hicieron mutis ante su nuevo entrenador. Sus gentes no les perdonaron tanta modorra y se llevaron un considerable abucheo tras no lograr ni un remate, tirito siquiera, ante De Gea, hasta el minuto 82. La nadería, un adversario afeitado, con Hazard a la cabeza.

Bien los secundarios

El primer tanto visitante parasitó aún más a los belgas. Máxime con la crecida de España. Se activaron Thiago y Koke, los nuevos escoltas de Busquets, y a la fiesta se sumó Silva, mientras Vitolo no dejó de desenfocar a Jordan Lukaku, que se las comió todas, incluido el penalti al sevillista que no desaprovechó Silva. Ya desde el primer gol, la Roja le había cogido gusto al partido, había olido la oportunidad de lucirse. Sin arabescos, con ingenio, dominio y eficacia. Silva ya es un clásico, pero chicos como Koke y Thiago, secundarios hasta ahora, nunca han llegado a soltarse con España. Lopetegui les ha dado bola a la primera y, por fin, ninguno sintió la carga. Ambos manejaron el cotarro, con el timbre de autoridad que se les intuye, que fluye con asiduidad en sus equipos.

En el mismo caso que el jugador del Atlético y el del Bayern está Diego Costa, desnortado en su carrera internacional. La lesión de Morata a los veinte minutos, anticipó su entrada al encuentro. Y esta vez no defraudó, sino que selló su mejor partido con la Roja. Courtois, como haría con un cabezazo de Piqué, le privó del gol con una parada con los pies, pero Diego Costa fue Diego Costa. Supo estirar al equipo, fue el incordiante que suele ser y se exprimió como un limón. Esta vez conectó en largo y en corto y siempre se ofreció como solución. Es el Costa que se espera desde hace dos años. Otro guiño positivo para Lopetegui, reforzado sobremanera por el despliegue de sus principales apuestas: Vitolo, Koke, Thiago y el repescado Costa. El debut soñado para cualquiera.

 

España recupera la ilusión con Lopetegui

La Roja supera por 0-2 a Bélgica con un doblete de David Silva.

El inicio de la ’era Lopetegui’ devolvió la ilusión a la selección española, en un esperanzador primer capítulo con la misma base de jugadores y un estilo levemente retocado, que se impuso con claridad a una decepcionante Bélgica gracias a un doblete de David Silva (0-2).

España y Bélgica, dos de las selecciones con mejor gusto futbolístico del planeta, comenzaron una nueva etapa con dos seleccionadores cuya dimensión creció alejados de su país de nacimiento. Julen Lopetegui y Roberto Martínez buscarán imponer el concepto equipo al alto nivel individual del que disponen.

El primer capítulo de ambos tras el disgusto de la Eurocopa apenas mostró cambios. La revolución de Lopetegui no afectó a un once repleto de jugadores que ya contaban con la confianza de Vicente del Bosque.
Como novedades respecto a los que estuvieron en la cita en Francia, Carvajal y Vitolo en la banda derecha. Y en el once más protagonismo para Thiago, el nuevo jefe español en el campo, y plena confianza en Koke.


Son futbolistas que triunfaron con Lopetegui en sus inicios en las categorías inferiores. Los que ahora deben ilusionar con recuperar años de gloria de la Roja. El inicio de partido no fue alentador para España. 
Con posesión pero sin profundidad, ante una Bélgica vertical que por momentos amenazó con ponerse el disfraz de Italia y hacer daño al contraataque.

España plasmó en unos minutos los mismos problemas en el balance defensivo del fatídico día en París. Los belgas se lanzaban en velocidad al ataque cuando recuperaban el balón, con líneas tan adelantadas de la Roja que quedaban al descubierto carencias en el repliegue. La primera llegada supuso un susto para De Gea. Se le escapó el balón de los guantes tras un centro lateral y provocó el disparo de Witsel desde la frontal de área. Llegan nuevos tiempos en la portería. Sin debate y sin la figura de Iker Casillas 16 años después.

Le faltaba imaginación a España mientras se maduraba el partido. Morata lanzó alguna carrera contra el mundo y en la pelea cayó lesionado. Un percance muscular le hizo retirarse en el minuto 23. El regreso de Diego Costa cambió de un plumazo la cara a España. Obcecado en triunfar con la Roja, entró dispuesto a comerse el mundo, a encajar al fin en un equipo que nunca le encontró acomodo.

En su primer balón, un gran detalle técnico, en una contra bien llevada. Cada vez que entró en contacto con el balón se intuyó peligro y Bélgica lo acusó.Fue cuando aparecieron los galones de Thiago, los pases entre líneas y la profundidad de Vitolo. De su acción nació el primer gol. Silva, el centrocampista más goleador de la anterior época, recogió el balón en el punto de penalti y fusiló a la red. Era el primer tanto de la ’era Lopetegui’.

La ventaja en el marcador instaló la comodidad en España. Ya no volvió a sufrir en el resto del partido. Segura con el balón, buscó siempre goles. Ansia de agradar con un fútbol que recuperó nivel. El toque se alternaba con el balón largo. Piqué encontró la carrera de Carvajal a espaldas de la defensa y el lateral pidió penalti tras ser derribado dentro del área.
El centro del campo era la clave. Koke conectaba con todos mientras que Costa seguía su particular lucha por marcar y hasta se le acababa el campo buscando el mejor disparo. Los laterales aparecían en ataque y Bélgica pedía a gritos el descanso.

Hubo aspectos del primer acto que no convencieron a Lopetegui. Los corrigió para evitar la reacción en el regreso al verde de Bélgica. Apareció la presión alta y España encerró a su rival. Courtois salvaba a su selección con la intervención de la noche tras una falta medida de Koke y un testarazo en plancha de Piqué.

Diego Costa ataca arrollando, como a tropezones, con el balón siempre en trayectoria irregular, pero fue un martillo pilón. Su estilo distinto al resto mereció el premio deseado. Busquets encontró un desmarque suyo y en carrera buscó sorprender a su compañero de club, Courtois, por bajo. Le sacó con los pies el esférico y la mirada de complicidad chocó con la de la ansiedad por marcar del delantero hispano-brasileño. No había pasado un minuto cuando de nuevo tuvo una oportunidad de marcar. El centro de Koke lo controlaba largo y aunque se lanzaba para rematar, de nuevo se quedaba con la miel en los labios. Eran minutos de disfrute español.

Vitolo volvía a aparecer para hacer daño a Jordan Lukaku, que se comía el recorte y cometía un claro penalti. La responsabilidad recayó sobre Silva, con Ramos en la lejanía viendo cómo engañaba con el cuerpo y materializaba el segundo. El partido estaba sentenciado.

Bélgica lo intentó hasta el final con más orgullo que fútbol. Los silbidos del antiguo Heysel mostraron la decepción de su afición. Habría sido fiesta en España de haber jugado un duelo de tan alto nivel en casa. Lopetegui en Bruselas como Del Bosque en Copenhague. Un triunfo que devuelve la ilusión.

 

 

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