20ª ETAPA 7-AGOSTO-2006 BURGOS-RABE DE LAS CALZADAS 10.8KM
Etapa 20 7/8/06
Burgos – Rabé de las Calzadas 10,8 Km
Salida 11h llegada14h
Recto y llano, soleado con aire, bueno para caminar
Empezamos esta 4ª temporada donde lo dejamos el verano pasado. Madrugamos saliendo de Zaragoza para llegar lo antes posible a Burgos. Aun con todo se nos hacen las 10 o las 11 de la mañana cuando entramos en la capital, buscamos un buen sitio donde dejar el coche durante una semana, sacamos las mochilas, almorzamos unos bocadillos y unos melocotones y nos ponemos a callejear por la ciudad aproximándonos al parque lineal que escolta al río Arlanzón que nos llevara a cruzar el parque el parral donde se encuentra el albergue que puso punto final al tramo que recorrimos el año pasado. La mañana es fresca y la ciudad despierta a una nueva mañana estival, pasamos el precioso enclave universitario y en el restaurante que hay en la esquina en el cual intento sellar la credencial para que conste que hemos empezado en Burgos y podamos dormir en el próximo albergue de peregrinos, tras conseguir que me habrán el restaurante y esperar un buen rato a conseguir el sello, nos disponemos a salir de Burgos atravesando a un lado todas las nuevas facultades que están construyendo para ampliar la ciudad universitaria, a la derecha un barrio de casas nuevas nos despiden de esta bonita e histórica ciudad.
Anabel necesita hacer sus necesidades y los primeros pasos son buscando un lugar entre los campos que despiden la ciudad donde poder deshogarse, muchos terraplenes casas semiabandonadas y un nuevo barrio (creo que se llama los Guindales) que están urbanizando al fondo a la derecha nos acompañan durante los primeros kilómetros una pequeña ermita es nuestro 1º encuentro con el románico.
Empezamos a adentrarnos en una bonita chopera, el frescor de la sombra y el aire hace que la temperatura sea fresca y agradable. Es una maravilla caminar entre estos grandes chopos que amenizan el camino y lo hacen umbrío. Tal y como entramos vamos saliendo de el, y empieza a cambiar el paisaje, tierras de cultivo son la nueva estampa, tras varios cruces de caminos donde alternamos vías de tierra con zonas asfaltadas empezamos a tener enfrente los puentes que soportan la autovía que une Burgos con León, unos sobrecogedores puentes por la altura y dimensiones, llamada autovía del Camino de Santiago, como ha cambiado a lo largo de los siglos los caminos de llegar a la ciudad de apostos, no solo el camino que se recorre andando, ya les gustaría a los peregrinos de la edad media tener estas estupendas vías tan seguras y comunicadas, sino que ahora existen autovías rapidísimas para que los turistas lleguen rapidísimamente y recurran en pocas horas lo que hace pocos siglos se realizaba en meses, lo que hace el turismo y el negocio de un camino que no podemos imaginar a donde llegara para exprimir una ruta que ha perdido todo el sentido que tenia antaño.
Tras sortear la autovía, por abajo y la carretera nacional por arriba salimos a una local para en un breve tramo a la vera de la carretera llegar a Tardajos y su bonito crucero nos da la bienvenida allí paramos en un bar para reponer fuerzas y Anabel tomar su dosis de cafeína, todos tenemos nuestros vicietes y Anabel sin café no es ella.
Descansamos un ratito en ese bar lleno de lugareños y gente que veranea en este pueblecito a la salida de Burgos. Nosotros emprendemos el camino cruzando el pueblo y entablando conversación con un peregrino que nos indica que el albergue de este pueblo esta muy bien pero que aun quedan varias horas para que abran, este peregrino será uno de los que nos acompañaran a lo largo del camino y que cuando terminemos en Sahagún nos daremos cuenta que es de esas personas que merece tener como amigo por su forma de ser. Decidimos seguir porque no estamos muy candados ya que solo llevamos 5 Km y nuestra meta es Rabé, salimos del pueblo por una carretera llena de chalet que la gente utiliza para evadirse de la ciudad, muchos de ellos grandiosos y con mucho gusto, admirando estas segundas residencias llegaremos a Rabé, fin de nuestra primera etapa, el albergue esta cerrado y no abre hasta las 13 o 14 pero el problema no fue ese sino que el hospitalero no llego hasta pasada una hora larga mas, por lo que la espera se hizo bastante larga, gracias a que llevábamos algo de comer y pudimos reponer fuerzas y descansar en los bancos que había en la puerta del albergue, auque no es lo mismo que si lo haces después de una buena ducha.
Cuando llega no va alojando en las diferentes habitaciones de la casa, la nuestra es de 8 camas y la compartimos con dos parejas de ciclistas con las que pasaríamos la tarde muy amenamente, gracias a dios que son 2 matrimonios jóvenes y creemos que no roncaran, ya que los ciclistas tienen fama de ello.
El alojamiento lo cogemos con cena ya que en este pueblo no hay tiendas ni bares y el albergue no dispone de cocina para uso de los peregrinos, el negocio del albergue es cobrar las cenas y los desayunos. Suerte que como el hospitalero es novato, las referencias que tenia de este albergue eran buenas gracias a la hospitalera anterior la famosa Mariví que tuvo que dejarlo después de muchos años por un tumor que le había salido, lleva poco mas de un año se le olvida cobrarnos, cosa que agradecemos ya que la cena no vale lo que cobra, cenamos tras esperar unos turnos larguísimos, la pasta estaba pasadísima, no sabia ni preparar un espaguetti que solo los condimento con tomate mezclado con perejil, con una ensalada que solo llevaba lechuga, y para colmo se habia quedado corto de comida y tuvo que hacer mas y fatal. Pero no nos podíamos quejar por que no habíamos pagado nada y demás en el camino se dice que el peregrino no exige nada solo agradece lo que se le da.
La tarde se hizo larga ya que no estábamos cansados pues habíamos andado pocos kilómetros y era nuestra 1ª etapa, aunque como habíamos madrugado bastante la siesta sentó bien y luego dimos un paseo por el pueblo que era francamente pequeño pero coqueto y terminamos la tarde charlando con los ciclistas en uno de los bancos y según bajaba el sol el aire se hizo fresco tirando a frió, la noche era realmente fría y no se podía estar charlando fuera en la calle, nos daba esperanza para el día siguiente no nos hiciera demasiado frió.
La cena fue muy divertida, ya no por los ”manjares” sino porque el hospitalero suplía su inexperiencia con verborrea y el grupo de italianos que cenaron con nosotros pusieron la típica gracia que tienen a la hora de dialogar. El vino también ayudo lo suyo.
El albergue se lleno de tal manera que tuvo que colocar colchonetas en el suelo de la salita de reuniones y en el pasillo de la entrada, esto causo que al haber solo 2 baños la estampida a la mañana siguiente fuese coger baño una odisea.
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