La salvación ya se toca con la yema de los dedos de todo el zaragocismo. El Real Zaragoza ganó este sábado 0-2 en Las Palmas y, con 47 puntos, alcanza casi el nivel necesario para firmar la permanencia en la categoría a falta de tres jornadas para el final de la liga. Fue un partido feo, otro más de tantos, lleno de responsabilidad y nervios, en el que además de los goles, Eguaras falló una pena máxima y Narváez disparó al poste. Los canarios, sin problemas clasificatorios ni aspiraciones a estas alturas del torneo, también erraron varios goles claros en las pocas jugadas de peligro que se vieron en la ventosa noche en Gran Canaria.
El primer tiempo fue de fútbol escaso, de ritmo lento, con un Las Palmas amodorrado, ya salvado y sin estímulos, y un Real Zaragoza que se encontró enseguida con el 0-1 a su favor, en el minuto 7, lo que cimentó su habitual pose especulativa de manejo del reloj sin rubor alguno. En ese guión general, fue una lástima que los aragoneses no solucionasen el triunfo ya antes del intermedio hasta con tres goles, tranquilamente. Pero, por otra parte, como las cosas que sucedieron en las áreas sobrevinieron a fogonazos puntuales, esporádicos, también es cierto que los canarios pudieron hacer daño a los de Juan Ignacio Martínez ‘Jim’, sobre todo en dos mano a mano de la estrella Jesé, que marró sendos goles cantados en los minutos 10 y 34. Pudo pasar de todo, en definitiva.
Dos penaltis tuvo a favor el Real Zaragoza en 23 minutos. Uno lo metió y el otro lo erró, lamentablemente. Zanimacchia, la gran novedad de Jim en su revolucionada alineación en esta cita tan importante para la salvación, provocó y convirtió en gol el primero en el 5, al recibir un pisotón de Cardona que el madrileño Gálvez Rascón se tragó pero que fue rectificado por el VAR, por su colega murciano Sánchez López. El italiano estrenó su balance goleador en la 39ª jornada tras un año pésimo, pese a que Valles, el portero isleño, le adivinó la trayectoria. Algo que le salió mucho peor a Eguaras, encargado de lanzar el segundo penalti, en el 25 (cometido por otro pisotón de Suárez a Narváez), tras la revisión del VAR, que esta vez ratificó a Gálvez. El navarro lanzó mal, con poca fe, Valles tocó la pelota, dio en el palo y la atrapó. Eguaras ha fallado sus dos penaltis tirados con el Zaragoza, después del que marró el año pasado, clave ante el Albacete.
De haber podido tener todo bien encarado para la victoria, el Zaragoza se metió en un mar de dudas y nervios. No jugó al fútbol en ningún momento. Ni antes de estos episodios concretos de las penas máximas, ni después. Y entre Araujo, Jesé y Pejiño (este, lesionado desde la media hora) volvieron locos a los centrales, Francés y Peybernes, y sobre todo al lateral Vigaray. Sus espaldas fueron de mantequilla y se temió por el marcador favorable no menos de media docena de veces. Tremenda blandura la de todos ellos. En ese maremágnum de despropósitos, en la planicie creativa de un Zaragoza abstracto, con Eguaras ido, Zapater alborotado e Igbekeme (relevo de Adrián, que se quedó en casa lesionado) totalmente nulo en la medular, surgió una llegada al área, la tercera, de Narváez en el minuto 45. Su disparo raso dio el el palo izquierdo y el rechace le cayó franco a Zapater para meter el 0-2… pero el ejeano la echó fuera con toda la portería para elegir.
Pasaron los primeros 20 minutos de la reanudación y el Real Zaragoza no había llegado arriba nunca con peligro en jugada ligada. La apuesta era, toda entera, al 0-1 vigente en el tanteador. Serio riesgo, pero es que probablemente no haya material para otra cosa. Era cuestión de implorar al cielo para que Las Palmas no encontrara una gatera en la portería de Cristian en algún momento de inspiración. Azón era una peonza, corriendo siempre al margen del balón. Narváez, el único que empezaba cosas en punta, acabó muy poco en condiciones. Qué escaso bagaje ofensivo. Todo lo sujeta la rentabilidad, la tensión con la que se está jugando desde Navidad, razones enormes para quitarle importancia en días en los que se puntúa, mucho más si se gana.
A falta de 12 minutos, Narváez pidió el cambio, también con pinta de lesionado. En este sentido la noche fue preocupante ante lo que se avecina en 14 días, el final de la liga, todo. Jair lo sustituyó. Una clara idea de lo que pensaba ahí Jim. Defensa, defensa y defensa del 0-1.Sanabria también dio aire en vez de Zapater en el minuto 79 y, siendo el último cambio, entrando de puntillas, el uruguayo resultó clave en el primer balón que tocó. Un cabezazo a centro de Tejero, anticipándose a la pasiva zaga local, supuso el 0-2 tranquilizador en el 80. Era el primero y único remate del Zaragoza a puerta en todo el segundo tiempo. Definición clara de lo acontecido en este grumoso pero vital choque en Canarias. El tanto se celebró como merecía, por todo lo alto. La misión, con enorme padecimiento, estaba consumada.
El partido concluyó con otro paradón de Cristian Álvarez, abajo, en una falta directa lanzada por Benito Ramírez junto al palo. Un homenaje al mejor del partido, un capítulo más de esta película de miedo que ya está tocando a su fin, gracias a Dios. El pitido final de Gálvez provocó un grito de liberación de los zaragocistas. Se oyó en todo el archipiélago. Ya queda menos para que las matemáticas cuadren.
Ficha Técnica
UD Las Palmas: Valles; Díez (Lemos, 59), Suárez, Cardona, Benito Ramírez; Sergio Ruiz, Fabio (Kirian, 83); Pejiño (Mújica, 46), Clemente (Aridai, 59); Jesé y Araujo.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray (Tejero, 54 Peybernes, Francés, Nieto; Eguaras, Zapater (Sanabria, 79); Zanimacchia (Bermejo, 59), Igbekeme (Francho, 46), Narváez (Jair, 79); e Iván Azón.
Árbitro: Gálvez Rascón (Comité Madrileño). Amonestó a Eguaras (21), Vigaray (44), Lemos (63) y Jair (93).
Goles: 0-1, min. 7: Zanimacchia, de penalti. 0-2, min. 80: Sanabria.
Incidencias: Noche agradable en Las Palmas, con 22 grados tras un día de sol y nubes, con mucha humedad en el ambiente y un viento fuerte por momentos. El terreno de juego del estadio de Gran Canaria presentó un buen estado.
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