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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº8 (3.10.2022)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº8 (3.10.2022)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº8 (3.10.2022)

PARTIDO OFICIAL Nº 3570

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-0 REAL ZARAGOZA




















Titulares


1 Alvarez (P) (C) 5 Berrocal   29’
3 JAIR JR 6 Sergio A.
5 Jaume 8 Pereira
9 Azon   67’ 13 Yoel (P)
10 Bermejo   67’ 14 Muñoz
11 VADA   83’ 15 A. Tejero
14 Serrano   83’ 17 Jose Corpas   42’
18 Fran Gamez   46’ 18 BAUTISTA   46’
20 Simeone 19 Stoichkov   42’
24 Lluis Lopez 23 Arbilla (C)

30 Garcia De Albeni   88’
Suplentes


4 PETROVIC 1 Ander
7 Miguel   83’ 3 F. VENANCIO   29’
12 Larra   46’ 4 Rober Correa   42’
13 Raton 7 Quique   88’
16 Lasure 9 Blanco   46’
17 Nieto 11 Y. RAHMANI
21 Zapater 21 Vadillo
22 Martin 22 Nolaskoain   42’
23 Molina   83’ 25 Luca
28 Mollejo   67’
Cuerpo Técnico


Carcedo Mardones, Juan Carlos, (Entrenador) Azkargorta Gezalaga, Andoni, (2º Entrenador)
Belsue Arias, Alberto, (Delegado) Garitano Aguirre, Gaizka, (Entrenador)
Navea Fauste, Francisco Javier, (Delegado) Andueza Berregui, German, (Delegado)

Sustituciones



18 Fran Gamez   12 Larra 46’ 5 Berrocal   3 F. VENANCIO 29’
10 Bermejo   28 Mollejo 67’ 19 Stoichkov   4 Rober Correa 42’
9 Azon   67’ 17 Jose Corpas   22 Nolaskoain 42’
11 VADA   23 Molina 83’ 18 BAUTISTA   9 Blanco 46’
14 Serrano   7 Miguel 83’ 30 Garcia De Albeni   7 Quique 88’

 

Real Zaragoza 0-0 Eibar 

58.9 % Posesión 41.1 %
3 remates dentro 1
2 disparos bloqueados 2
5 remates fuera 0
3 disparos recibidos 10
2 tarjetas amarillas 8
0 tarjetas rojas 2
12 faltas recibidas 14
14 faltas cometidas 12
140 perdidas de posesion 133
55 recuperaciones de posesion 53
2 fueras de juego 1
xxxxxx

El Real Zaragoza sin gol no sabe ganar a un Eibar que acabó el partido con nueve jugadores

Otro 0-0 lleno de impotencia ante la portería rival deja a los de Carcedo en evidencia en otro mal partido. Los vascos jugaron con uno menos desde el primer tiempo y con dos menos los últimos 20 minutos.

 

Otro 0-0. El Real Zaragoza no logró ganar a un Eibar que, más allá de ser un rival desdibujado con once jugadores, se quedó con diez aún en la primera parte y acabó con nueve desde su segunda expulsión en el minuto 74. Ni en estas coordenadas tan favorables, los de un atenazado Carcedo pudieron sacar adelante el partido que tan a favor se les había puesto por la dureza de los guipuzcoanos.

Poca historia futbolística tuvo la primera mitad. Todo lo jugoso que sucedió fue anejo, de la materia punible, de lo disciplinario y las brusquedades y sus consecuencias. El partido fue en ese tiempo anodino, sin el ritmo preciso. Carcedo, de tanto querer controlar el juego, acaba apagándolo como una hoguera de poco tiro con un vaso de agua. Aburrimiento generó lo visto en la inmensa mayoría del tiempo porque, además, el poderoso Eibar, uno de los favoritos de esta liga de plata, que vino como 3º en la tabla al inicio de esta jornada 8, resultó una decepción por su planicie. En su campo de Ipurúa lo bordan, pero como visitantes son una cara B del disco. Y bien que se vio en La Romareda este efecto de agentes dobles. En las filas zaragocistas, juntos por primera vez en punta Azón y Simeone, el resultado de la mezcla en los primeros 53 minutos (eso duró el primer periodo) no fue satisfactorio por falta de balones suministrados a la pareja.

De ocasiones de gol, pocos apuntes hubo en el folio. La estructura del partido fue de mucha pizarra, marcas cercanas en la línea media de unos y otros, demasiadas pérdidas de balón gratuitas y nadie con capacidad de desborde en el uno contra uno. Falta de calidad, se ha llamado siempre. Tuvo más el balón el Real Zaragoza, pero siempre con demasiada parsimonia y con una ausencia de imaginación que a estas alturas ya no sorprende. La afición acaba aplaudiendo carreras inútiles, presiones arriba del todo que no sacan rentas, algún gesto de Grau en el área propia que se sobrevalora entre tanta mediocridad. El valenciano perdió la opción de marcar el primer tanto en el minuto 8 al recrearse en la suerte del regate en el área cuando ya tenía posición de disparo tras una acción son Simeone. Ni tiró a puerta, le rebañaron la pelota.

Corpas, en el 15, dispuso de la que sería única oportunidad de gol del raquítico Eibar. Remató de primeras un centro de Imanol, tocó el Jair levemente y salió a córner rozando el palo. No habría más sustos para un inédito Cristian Álvarez. Pero el problema es que el Zaragoza tampoco llegaba. Jair, en la segunda jugada tras un córner (qué mal los saca todos el cuadro de Carcedo), cabeceó fuera por poco en el 22. De ahí hasta que Simeone, en el 45, colgó la pelota en la torre de la antigua Feria de Muestras, nadie probó al portero Yoel, que tampoco se manchó la ropa, como Cristian.

En el envoltorio de ese 0-0 que era lógico visto lo visto, pobre y con inmensas carencias futbolísticas entre todos los participantes en el soporífero espectáculo, hubo una acción clave que alteró el pulso del juego. La expulsión del central Venancio en el 39, tras una agresión a Vada en la espera del lanzamiento de una falta. El VAR tuvo que llamar a un despistado Trujillo Suárez y, tras seis minutos de debate videoarbitral, se decidieron por la roja. El portugués Venancio acababa de suplir a Berrocal, que se lesionó la rodilla con mala pinta un rato antes. Total, que Gaizka Garitano puso al tercer central en ese puesto en menos de 40 minutos, Nolaskoain, y retiró a los dos extremos, Corpas y Stoichkov, para meter otro lateral, Correa. Acabó el Eibar antes del descanso con un 5-3-1, una fortaleza defensiva que anunciaba que el empate a cero les servía. Iban a jugar todo el segundo tiempo en inferioridad numérica.

Carcedo, ante tal circunstancia de vital importancia, de entrada puso a Larrazabal para buscar profundidad por la derecha, en vez de un amonestado y gris Gámez (cambio ya habitual). Quizá era ya el momento de meter al tanque Gueye, pero sabido es que el riojano es de esperar. Aún confiaba en que despertaran los Bermejo, Vada, Grau, Francho… mustios hasta el intermedio. El duelo se había convertido en otro tipo de examen para este Zaragoza de dientes de sierra, dubitativo desde agosto: demostrar que sabe superar a un rival con un futbolista menos sobre el césped. Como primer dato sobre esto sirva este rotundo: se cumplió el cuarto de hora de la segunda parte y el equipo de Carcedo no había tirado ni una sola vez a portería. Mucho merodeo por los alrededores del área, pero no hay nadie que tenga una ingeniosa idea con el balón.

El Eibar, según lo esperado, se pertrechó atrás del todo para defender el 0-0 y esperar una flauta y un soplo de aire casual por si podía hacer el milagro de ganar en Zaragoza jugando a nada. Pero a nada de nada. El asunto es que, en frente, el Real Zaragoza no mostró argumentos sólidos para tumbar este plan durante la primera hora del duelo. Y cuando surgió uno, en el 62, en una jugada de Bermejo que acabó en la red de Yoel tras irse de Arbilla tocándole ligeramente la cara en el lance, el VAR se encargó de abortar el 1-0 que Trujillo había dado por bueno. La noche estaba cibernética en las decisiones claves. A Bermejo le cambió la suerte y de héroe pasó a sustituido por Mollejo, en un doble movimiento simultáneo de Carcedo, que relevó a un difuminado Azón por Gueye. Era el minuto 66 y tocaba jugar más directo, algo también novedoso desde el inicio del verano, pues el ariete senegalés llegó demasiado tarde, con la liga ya en marcha y tres jornadas consumidas. Es octubre, de hecho, y aún no se le ha visto.

Los vascos, duros desde un principio, aún elevaron más el nivel de rasponazos en las entradas, codos incluidos. En el 75, Trujillo le perdonó otra roja a Blanco Leschuk, pero tuvo que echar inevitablemente a Javi Muñoz por un entradón brutal a Fuentes. El Eibar iba a acabar el último cuarto de hora largo con 9 jugadores. Un reto para los zaragocistas saltar los cerrojos del 0-0. Pero a Carcedo este escenario le vino grande. Atacaba el equipo blanquillo con pocos efectivos, dejando a cuatro y hasta cinco jugadores por detrás del balón. Así no se afrontan este tipo de finales de choques con tanta superioridad. Hace falta mucha más valentía. Ah, y con Gueye en el área, es cuestión de ponerle balones por arriba. Ni uno le llevaron sus colegas durante largos minutos.

El reloj era una liebre. Corría a toda velocidad. Y el gol no llegaba. Puche y Molina fueron dos balas de plata finales de Carcedo. Las tarjetas amarillas eran a granel. Los líos, una constante. Los eibarreses, claro, iban a lo suyo. A que no hubiera fútbol. Piscinazos, lesiones fingidas, caídas por nada… lo de siempre. Con nueve, no aspiraba a más el cuadro armero. Mientras, al Zaragoza se lo fue comiendo su ineficacia creativa y su inoperancia rematadora. Salvo un remate fallido de Vada de cabeza en el 79, que ni cogió portería, no se acercaron al gol los zaragocistas jamás. Era una noche peligrosa porque iban a quedar retratadas todas las máculas de esta plantilla mal gestada.

Impotencia, ceguera, nerviosismo, precipitación… todo eso mostró el equipo de Carcedo en el segundo tiempo. No achuchó como es debido este pobre Zaragoza al acogotado Eibar. La falta de recursos fue manifiesta. Preocupante. Tanto en el campo como en la banda. Jair remató forzado con el pie en el 94 y Gueye lo hizo de cabeza en el 96, en pleno aumento, que fue de 8 mimnutos. Poca chicha para lo que la noche requería. El africano aún trataría de poner remedio al nuevo fiasco zaragocista en el 98 sobrepasado, pero lo suyo fue un pase al portero.

La contienda (nunca mejor dicho) acabó entre la bronca del público zaragocista que ya se huele un nuevo año de padecimientos. Sin gol ,como se sabía desde el 1 de julio, es imposible competir en condiciones en el fútbol profesional. Y por tercer año consecutivo, el Real Zaragoza no lo tiene en los mínimos exigibles. Este nuevo 0-0 ante un rival que jugó hasta con dos piezas menos muchos minutos, es un teorema en sí mismo. El problema es muy serio.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 46), Lluís López, Jair, Fuentes; Grau, Francho (Molina, 82); Bermejo (Mollejo, 66), Vada (Puche, 82) Simeone; y Azón (Gueye, 66).

SD Eibar: Yoel; Tejero, Berrocal (Venancio, 29), Arbilla, Imanol (Quique Glez., 87); Sergio Álvarez, Matheus; Corpas (Rober Correa, 41), Javi Muñoz, Stoichkov (Nolaskoain, 41); y Bautista (Blanco Leschuk, 46).

Árbitro: Trujillo Suárez (Canario). Expulsó con roja directa (39) a Venancio, por agresión a Vada; y a Javi Muñoz (76) por entrada violenta a Fuentes. Amonestó a Berrocal (24), Tejero (27), Gámez (34), Arbilla (39), Rober Correa (52), Matheus (68), Blanco Leschuk (74), Imanol (85), Jair (92) y Nolaskoain (92).

Goles: No hubo.

Incidencias: Noche muy agradable en Zaragoza, con 24 grados. El césped de La Romareda presentó un buen aspecto. Por lo intempestivo del horario, en las gradas solo hubo 18.500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Edu Navarro, entrenador de porteros del Aragón, fallecido en las últimas fechas, así como por las víctimas de la tragedia del estadio de Indonesia.

El Zaragoza no puede contra nueve

Ejercicio heroico de resistencia del Eibar en La Romareda que deja a Carcedo señalado y temblando. Venancio y Javi Muñoz fueron expulsados.

Ni contra nueve es capaz de ganar el Zaragoza de Carcedo, un equipo plano, reservón e ineficaz, reflejo de su entrenador y producto de dos arquitectos sin ojo clínico como Torrecilla y Sanllehí. El Eibar sufrió las expulsiones de Venancio (39′) y de Javi Muñoz (77′), pero hizo todo un ejercicio de resistencia en La Romareda que deja a Carcedo temblando y al Zaragoza con todas las alarmas encendidas.

Carcedo le dio a Iván Azón la primera titularidad de la temporada, relegando al banquillo a Mollejo y desplazando a Giuliano a la banda izquierda, y, exigido por las circunstancias, deshizo su doble pivote de las siete primeras jornadas, Manu Molina-Jaume Grau, y dio entrada a Francho, su centrocampista con mayor ritmo. Por su parte, el Eibar presentó un único cambio en su alineación: Javi Muñoz por el lesionado Aketxe.

El Zaragoza no se decidió a atacar de salida y alternó la presión alta con pasajes en los que se dedicó a esperar al Eibar en su campo. Y como Garitano, que perdió a Berrocal a la media hora, tampoco quiso correr riesgos, se impuso el fútbol control y apenas hubo ocasiones claras en la primera mitad. Acaso una por bando: un disparo en semifallo de Corpas desde la frontal del área que se fue rozando el poste izquierdo de Cristian Álvarez y un cabezazo de Jair a la salida de un córner que se marchó fuera por un palmo.

Todo muy igualado hasta que un manotazo en el cuello de Venancio a Vada en un forcejeo, antes del saque de una falta, acabó en el minuto 39 con la expulsión con roja directa del central portugués, relevo del lesionado Berrocal, después de que el árbitro acudiera a ver la repetición de la acción al monitor del VAR por la presión de La Romareda. El Eibar se quedó con diez de forma inesperada, y quizá exagerada, y eso empujó a Garitano a reestructurar su alineación, sacrificando a sus extremos Corpas y Stoichkov, que se marchó enfadadísimo, y recurriendo a Nolaskoain y Rober Correa para formar una defensa de cinco. Pese a que Trujillo Suárez dio ocho minutos de añadido, el Zaragoza no logró incomodar a Yoel.

Con un hombre menos y con sus futbolistas más peligrosos en la ducha, especialmente su goleador Stoichkov, el Eibar se limitó toda la segunda parte a resistir, dejando arriba como un islote al argentino Blanco Leschuk, recambio de Bautista en el descanso. También Carcedo movió su banquillo en el intermedio relevando a Fran Gámez por Larrazábal en un intento vano por abrir más la banda derecha.

El Zaragoza se dedicó a mover, o más bien, a trasladar, el balón sin apenas intención hasta que en el minuto 63 Bermejo recibió de Francho en el pico del área grande, se deshizo de Arbilla con un quiebro y un levísimo golpe con la mano en la cara, y batió a Yoel de un disparo con efecto junto al poste. Un gran gol que se llevó por delante el VAR quizá con la misma exageración que la expulsión de Venancio.

Inmediatamente después, Carcedo sustituyó a Azón y a Bermejo, que se vio de golpe sin gol y en la caseta, por Gueye y Mollejo, pero nada cambió en el Zaragoza ni en el partido hasta que en el 77′ el árbitro expulsó también con roja directa a Javi Muñoz por una dura entrada a Fuentes. El Eibar se quedaba con nueve para afrontar el último cuarto de hora, pero ni con esas tuvo Carcedo un alarde de valentía. Hizo otros dos cambios -Puche y Manu Molina-, pero siguió jugando con cuatro defensas y a marear la perdiz. Sanllehí dice de él que es un entrenador “trabajador, experto y moderno”, pero a este paso veremos cuánto le dura la paciencia al director general, porque el Zaragoza no juega a nada y no le marca un gol al arcoirís. Y Carcedo ya no le gusta a nadie.

GRANADA 0-0 SD HUESCA 






 

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