9.8.2017 7º AMISTOSO PRETEMPORADA 2017/18
9.8.2017 – 7º AMISTOSO – PRETEMPORADA 2017/18
G. TARRAGONA 2-1 R. ZARAGOZA
Ficha Tecnica
G. Tarragona: Dimitrevski; Suzuki, Perone, Djetei (Kakabadze, 51), Javi Jiménez (Abraham, 60); Molina (Sandro, 86), Maikel Mesa (Carlos García, 86); Omar (Tete, 71), Muñiz (Rayco, 71), Delgado; y Barreiro (Stephane Emana, 60).
Real Zaragoza: Ratón; Benito (Leto, 81), Jesús Valentín (Verdasca, 81), Grippo (Zalaya, 81), Ángel Martínez (Marcén, 81); Zapater (Javi Ros, 76), Eguaras (Febas, 66); Papunashvili, Buff (Raúl Guti, 76), Pombo (Oyarzun, 66); y Borja Iglesias (Toquero, 66).
Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear), de Segunda División. Expulsó a Leto (83) con roja directa por una dura entrada. Amonestó a Javi Ros (80) y Stephane Emana (85).
Goles: 1-0, min. 39: Maikel Mesa. 1-1, min. 49: Borja Iglesias, de penalti cometido sobre Pombo. 2-1, min. 55: Maikel Mesa.
Incidencias: Tarde-noche tormentosa, con temperatura agradable, algo fresca, 20 grados. La lluvia comenzó a caer con fuerza desde hora y media antes del comienzo del partido. El césped del Nou Estadio, además del agua caída, no presentó un buen estado, con infinidad de pequeñas calvas. En las gradas, alrededor de 4.000 espectadores. El partido era a la 9ª edición del Trofeo Ciudad de Tarragona.
La pegada del Nástic tumba a un Zaragoza que falló en el último pase
El Real Zaragoza cayó por 2-1 ante el Nástic en el quinto amistoso de pretemporada como consecuencia de su falta de precisión en ataque y de la pegada enorme de los de Tarragona en los ataques que cuajaron con verticalidad en el área aragonesa, que fueron menos en cantidad que los gestados por los de Natxo González, pero mucho más certeros. En un partido irregular, donde el equipo blanquillo dejó detalles positivos en la primera hora de juego, el marcador final premió a quien estuvo más atinado ante la portería contraria, por encima del dominio del balón y de las intenciones de juego colectivo. Intentó más cosas el Zaragoza, pero fue el Nástic el más práctico.
Fue una pena que en el primer tiempo los zaragocistas fallasen, una vez tras otra, en el último pase. Llegaron con cierta facilidad, tanto en los momentos de dominio del balón como en los contragolpes, hasta el borde del área. Pero quedó en evidencia que falta mucha compenetración en los momentos cumbre. Con un poco de acierto, el Real Zaragoza podría haber marcado varios goles ante Dimitrevski. Borja Iglesias pecó de individualista un par de veces, obviando a Papunashvili y Buff, solos a su lado. Estos dos, también estuvieron espesos en la asistencia crucial en sendos ataques. Pombo, el más participativo, aunque igual de impreciso por exceso de conducción, también pudo dejar solo a Iglesias en otras dos buenas penetraciones. Esta cuestión parece que puede arreglarse con algo más de tiempo.
El Real Zaragoza dominó el tiempo del juego en la primera media hora, espacio en el que el Nástic no se acercó al área aragonesa ni una vez con sentido. Pero ahí erró todo lo bueno que hizo en ataque. Tres ocasiones se computaron en las botas zaragocistas. Pombo, en el minuto 12, ejecutó el primer remate, franco, al borde del área, pero el contacto deficiente con el balón hizo que se le marchara fuera, raso. En el 20 los blanquillos ligaron la mejor acción, con un centro de Pombo al segundo palo que Buff empalmó con la derecha, solo en el área, mal. Aun así, Borja Iglesias estuvo a milímetros de conectar la cabeza para empujar el balón a la red en ese yerro inicial, pero solo bajo palos el balón lo rebasó y se marchó fuera. Y en el 23, Borja Iglesias recogió una pelota suelta fuera del área y chutó duro para que Dimitrevski, el internacional por Macedonia, hiciera una gran parada a dos manos.
Por todo esto, sentó fatal el tanto del Nástic, cuando solo restaban 6 minutos para el descanso. Después de una contra mal solucionada por Iglesias, en la pérdida del balón se montó el ataque local y pilló descolocada a la zaga zaragozana. Omar se metió solo en el área por la derecha del ataque catalán y asistió raso a Maikel Mesa, que fusiló a puerta vacía llegando desde atrás. El equipo de Tarragona, sin hacer casi nada, tomó ventaja aprovechando las imprecisiones y desajustes que todavía evidencia el equipo de Natxo González a estas alturas del verano. Los de Carreras fueron un equipo ramplón, sin continuidad, al que el Real Zaragoza pareció siempre tener controlado. Pero encontraron petróleo en esa jugada del 1-0 y le sacaron todo el provecho posible.
El cuadro zaragocista se mostró con cierto rigor en la medular, con Eguaras menos activo que el último día en Teruel ante el Levante, y Zapater haciendo su trabajo constante de área a área. Los laterales, Benito y Ángel Martínez, abrieron bien el campo, metiéndose Pombo y Papunashvili por dentro en muchas jugadas de combinación. Se vieron intenciones, algunas realidades positivas. Pero nadie halló un buen último pase por precipitación, por falta de sintonía de tanta gente nueva. Atrás, Grippo y Jesús Valentín, los centrales, se mostraron firmes, sin trabajo exigente. Y el portero, Ratón, estuvo casi inédito en este primer periodo.
Zapater pudo empatar en el último instante, en el lanzamiento de una falta directa en la frontal del área. Pero su rosca la despejó con los dos puños Dimitrevski con ciertos apuros. Y llegó el intermedio, en el que ningún entrenador hizo cambios. Ambos quisieron darle seriedad al ensayo.
Nada más empezar el segundo tiempo, el Real Zaragoza logró el 1-1. Había salido de nuevo dominador el equipo de Natxo y, en una buena penetración de Pombo en el área, el canterano fue derribado por Suzuki. La pena máxima sirvió para que Borja Iglesias se estrenara como goleador en un partido serio. Batió a media altura al portero local y puso la justicia en el tanteador. Los zaragocistas se crecieron por la rapidez del tanto y el 1-2 estuvo a punto de llegar tres minutos después. Papunashvili, tras una dejada de esgrima de Buff en una contra de Pombo, remató de rosca en carrera al poste derecho, con Dimitrevski ya batido. Una lástima porque la acción mereció lo mejor. Y sobre todo, porque de nuevo el Nástic replicó con el inesperado 2-1 instantes después.
Fue de nuevo el navarro Maikel Mesa, esta vez de cabeza, tras un centro preciso de Omar, el extinerfeñista, que fue el mejor de los catalanes y, en esa jugada, pudo claramente con Ángel Martínez en la banda. Sin duda, los de Tarragona tenían veneno por ese flanco y con las llegadas de Mesa desde atrás. De nuevo tocaba remar contra corriente para los de González dado que no lograron alcanzar la consistencia defensiva por la que tanto está trabajando el entrenador vitoriano. El Zaragoza tenía más y mejor el balón, pero quien golpeaba con rotundidad era el Nástic.
A falta de 25 minutos, Natxo movió el banquillo. Debutó Toquero, volvió Oyarzun y se estrenó Febas en el puesto de medio centro creativo. Ir abajo en el marcador fue la razón de esta apuesta marcadamente ofensiva. Hasta cinco futbolistas de miras atacantes puso en el campo el técnico vasco. Carreras también fue cambiando la faz de su equipo, y la recta final del choque se encaró con el alboroto habitual en los bolos de verano. Tal vez por esto, y también porque el equipo se aceleró en exceso contra el reloj, el Real Zaragoza perdió tono y le costó mucho llegar al área catalana. Solo una contra montada por Febas, con un buen pase a Toquero que acabó en los pies de Oyarzun tras un rechace, provocó la opción del 2-2. Era el minuto 74. Pero el disparo del guipuzcoano, solo en el área pequeña, tocó en Perone y se marchó a córner rozando el palo.
A falta de 9 minutos, Natxo decidió que el partido de disolviera definitivamente. En una falta a favor del Nástic, sustituyó a los cuatro defensas e introdujo, así, a los dos laterales del filial, Leto y Marcén, novedades de apoyo en este desplazamiento. El partido se endureció tras una dura entrada de Ros y la correspondiente tangana. De tal guisa que el debutante Leto, que repitió juego violento segundos después, fue expulsado el día de su debut ¡sin llegar a tocar siquiera la pelota! Un final indeseado a la tormentosa noche de Tarragona. Esa joven y extraña defensa estuvo a punto de encajar dos goles a bocajarro, por su inestabilidad, pero Bustos y Stephane Emana erraron sendos tantos cantados cuando el duelo ya concluía. Todo derivó por el camino contrario al que el Real Zaragoza debió buscar con el marcador en contra. Era evidente que a Natxo no le importaba demasiado esta derrota de precampaña.
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