El Casademont conquistó una nueva victoria en la Champions League (70-77), la sexta de la temporada, y da un importante paso adelante en sus aspiraciones de acceder a la siguiente fase de la competición. Enfrente aguardaba el Falco Szombathely, la revelación del torneo y un conjunto especialmente fiable al calor de sus aficionados. De hecho, la escuadra húngara ha exhibido carácter, oficio y una gran capacidad competitiva en su feudo, donde había sumado cinco triunfos en sus cinco actuaciones anteriores. Nico Brussino, con 19 puntos (5/7 en triples), resultó determinante en el triunfo de los zaragozanos. El argentino emergió en los instantes decisivos, cuando más apretaba el falco, para liderar la victoria de los aragoneses en un escenario de gran exigencia.
El Casademont fue mejor en el inicio. Firme y contundente atrás, anuló los cinco primeros ataques de su adversario. Y en ataque, Seeley protagonizó las primeras acciones, primero con un lanzamiento de media distancia y luego con un triple, para edificar una renta de cinco puntos en el marcador (0-5). El Falco permaneció sin anotar los dos primeros minutos del duelo, pero reaccionó después con las canastas de Benke y Varadi para igualar la contienda. A partir de ahí, el choque se equilibró en todos los órdenes. Los húngaros se agarraron a Perl, muy incisivo, para ponerse por delante en el marcador tras un parcial de 6-0 (13-11); pero Seeley sostuvo a los zaragozanos con un acierto devastador. El escolta del Casademont facturó 15 puntos en 8 minutos, lo que situó por delante a los aragoneses al cierre del primer acto (17-19).
En el segundo cuarto, el Casademont elevó sus prestaciones en los dos lados de la pista. No sólo recuperó su solvencia defensiva, sino que, además, también se manejó con rapidez y criterio en sus acciones de ataque. Por fin halló situaciones ventajosas para anotar. Dos certeros triples, primero de Brussino y después de Carlos Alocén, y las canastas de Vázquez y Radovic establecieron la máxima ventaja delchoque (21-31) al filo del cuarto de hora. El equipo aragonés había modificado su aspecto, especialmente por el notable desempeño de sus pívots, y comenzaba a exhibir una superioridad manifiesta.
Sin embargo, el Falco no se descompuso. Beneficiado por cuatro pérdidas consecutivas de los zaragozanos, los locales firmaron un parcial de 9-0 para recortar distancias en el marcador (30-31). Los húngaros habían recuperado el pulso en apenas tres minutos de juego. Fisac tuvo que detener el duelo para corregir las continuas precipitaciones de sus jugadores.
Después del tiempo muerto, y tras una nueva pérdida de balón de los visitantes, el Falco culminó la remontada con dos tiros libres de DeQuon Lake (32-31).
El Casademont se sobrepuso gracias a su solidez defensiva. Su aplicación defensiva le proporcionó tres robos seguidos, que se tradujeron en tres rápidos contragolpes. Canastas fáciles que conllevaron el tiempo muerto del preparador local (32-37). Pero el Falco, siempre presto al combate, se agarraba a cualquier circunstancia para seguir optando a la victoria. El equipo aragonés alcanzó el descanso con una renta de tres puntos (39-42), tras un certero triple de Barreiro sobre la bocina.
El Casademont encuentra a Justiz
En la reanudación, el choque permaneció igualado. En ataque, el Casademont encontró, por fin, a Javier Justiz en la pintura (44-50), pero los locales respondieron con un parcial de 8-0 inmediatamente después (52-50), con Perl y Varadi como principales ejecutores. El cuadro aragonés, de nuevo parado en ataque, había dilapidado su ventaja con una facilidad sorprendente. Ron Curry, desde el perímetro, castigó el desconcierto de los zaragozanos (55-50), pero entonces aparecieron Benzing y, sobre todo, Brussino para modificar el escenario. Un triple del germano y dos del argentino devolvieron la ventaja al Casademont (55-59). Y otra vez Brussino, ahora desde la línea de personal, aumentó la renta de los visitantes a la media hora de juego (55-61).
Pese a todo, el Falco seguía sin desencajarse. Y obligó a Fisac a solicitar un nuevo tiempo muerto, a cinco minutos de la conclusión, después de que Filipovity (12 puntos, sin un solo fallo en los lanzamientos) recortara las diferencias en el marcador (63-68). Fue precisamente Filipovity, con un triple desde la esquina, quien redujo aún más las distancias (68-70), tras aprovechar un error defensivo de los visitantes. El choque encaró el tramo final con todo por decidirse. Por entonces, el Falco parecía más entero y más seguro de sus fuerzas. Pero el Casademont tiene a Brussino en sus filas, con todo lo que conlleva. El argentino, con un triple a tabla al límite de la posesión, solventó otro mal ataque de los zaragozanos (70-75), al mismo tiempo que asestaba una perniciosa puñalada al corazón de la escuadra húngara. Restaban 90 segundo para que el duelo finalizase. Y otra vez Brussino, con un mate, sentenció a los locales (70-77). Un triunfo arduo y laborioso, de mucho mérito, en un exigente escenario. Un paso de gigante en el torneo continental.
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