Palmira y la reina Zenobia
Palmira
Sitio de Palmira1 | |
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Patrimonio de la Humanidad — Unesco | |
Ruinas monumentales. | |
Palmira (en árabe تدمر Tadmor o Tadmir) fue una antigua ciudad nabatea situada en el desierto de Siria, en la actual provincia de Homs a 3 km de la moderna ciudad de Tadmor o Tadmir, (versión árabe de la misma palabra aramea "palmira", que significa "ciudad de los árboles de dátil"). En la actualidad sólo persisten sus amplias ruinas que son foco de una abundante actividad turística internacional. La antigua Palmira fue la capital del Imperio de Palmira bajo el efímero reinado de la reina Zenobia, entre los años 266 - 272.
Historia
En la vecindad del oasis de Afqa se produjeron los primeros asentamientos de los que se conoce su existencia de los archivos de Mari. En la Biblia se menciona con los nombres de Tadmor y Tamar (aunque hay cierta confusión con otra ciudad cerca del Mar Muerto). Durante el predominio de los seléucidas en Siria, Palmira consiguió su independencia.
En el 41 a. C. los habitantes de Palmira huyeron de las tropas de Marco Antonio al otro lado del Éufrates. En el siglo I Siria se convirtió en provincia romana y la ciudad prosperó con el comercio de caravanas al estar situada en la ruta de la seda.
Tras una visita, el emperador Adriano otorgó a Palmira los derechos de ciudad libre y cambió el nombre a Palmyra Hadriana.
Tras la captura del emperador romano Valeriano en la guerra contra los sasánidas, Palmira defendió las fronteras bajo el mando del gobernador Septimio Odenato. Tras su asesinato, su viuda Zenobia en nombre de su hijo Vabalato, estableció en Palmira la capital de su reino nabateo. Mantuvo su independencia durante seis años frente al acoso y sitio por Roma consiguiendo extender su área de influencia hasta Egipto. En 272 fue derrotada y llevada cautiva por el emperador romano Aureliano quien la hizo tirar de un carro encadenada con cadenas de oro durante su marcha triunfal. Luego fue perdonada y se pudo retirar a una villa en Tibur. Tras una segunda revuelta de sus habitantes, Palmira fue arrasada en el 273.
Diocleciano reconstruyó Palmira aunque la nueva ciudad era más pequeña y estableció un campamento en sus cercanías como defensa contra los sasánidas. En el año 634 fue tomada por los musulmanes y en el 1089 fue completamente destruida por un terremoto.
Zenobia
Zenobia | |
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Reina de Palmira | |
La última mirada a Palmira de la reina Zenobia, cuadro por Herbert Schmalz | |
Reinado | 267-272 |
Nombre real | Septimia Bathzabbai Zainib |
Nacimiento | 23 de diciembre de 245 Palmira, Siria |
Fallecimiento | después de 272 Roma |
Predecesor | Septimio Odenato |
Consorte | Septimio Odenato |
Padre | Zabaii ben Selim o Julio Aurelio Zenobio |
Septimia Bathzabbai Zainib, más conocida como Zenobia (23 de diciembre 245 - 274), fue la segunda mujer del príncipe Odenato de Palmira y reina del Imperio de Palmira entre 267 y 272. Odenato (castellanización del nombre Odenat) era un príncipe cliente del Imperio romano, pero fue asesinado en el 267 y entonces Zenobia tomó las riendas del poder a nombre de su joven hijo heredero.
Aprovechando las disputas en el interior del imperio por la corona del mismo, el reino de Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio con la intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el romano y el sasánida. También tenían el incentivo de aprovechar el vacío de poder que el Imperio sasánida aún no había alcanzado a llenar. Las campañas militares de Zenobia le permitieron crear un imperio que abarcaba toda el Asia Menor e incluso logró tomar Egipto con sus tropas en el año 269, ya que allí se había levantado un posible candidato al trono romano. Zenobia logró deponer al pretendiente y reclamó la corona del imperio para su hijo.
Gobernó Egipto hasta el año 272, cuando fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el emperador Aureliano. A partir de este momento, el destino de Zenobia parece confuso. Existen múltiples teorías desde que una enfermedad acabó con la vida de Zenobia, hasta que fue una huelga de hambre o una decapitación la causa de su muerte. La versión más optimista cuenta que Aureliano quedó tan impresionado por Zenobia que la liberó, otorgándole una villa en Tibur (actual Tívoli, Italia) donde se convirtió en una filósofa destacada de la alta sociedad, viviendo con sus hijos como una matrona romana.
Reina de Palmira
Zenobia se casó con el rey de Palmira Septimio Odenato por 258 como su segunda esposa. Ella tenía un hijastro llamado Hairan, hijo del primer matrimonio de Odenato.
Alrededor de 266 Odenato y Zenobia tuvieron un hijo, su segundo hijo, Lucius Iulius Aurelio Septimio Vaballathus Atenodoro, más conocido como Vabalato.
En 267, el marido de Zenobia y su hijastro fueron asesinados, cuando Vabalato tenía solo un año de edad, por lo que su madre sucedió a su esposo y gobernó Palmira. A Zenobia y su hijo le fueron otorgados los títulos honoríficos de Augusta y Augusto.
Zenobia fortificó y embelleció la ciudad de Palmira con una avenida custodiada por grandes collumnas corintias de más de 15 metros de altura. Estatuas de héroes y de benefactores se encontraban por toda la ciudad, pidiendo a todos los nobles de la ciudad que mandaran esculpir sus estatuas y con ellas levantaran una columna en la que exhibirlas. Todos los notables de la ciudad, posaron ante los artistas para satisfacción de los ediles. En Palmira podían encontrarse cerca de doscientas estatuas en sus columnas y en las paredes del ágora.
También mandó erigir en el año 271 d.C. un par de estatuas de ella y de su difunto esposo. La ciudad que contaba con una población que superaba los 150.000 habitantes, estaba llena de hermosos templos, monumentos, jardines y edificios públicos, entre ellos destacaba el Templo del Sol. Las murallas que rodeaban la ciudad, según se decía, tenían 21 kilómetros de circunferencia.
Tras la muerte de Galieno en el año 268 d.C. y viendo que su sucesor, Claudio el Gótico, tenía que dedicar todos sus esfuerzos a contrarrestar una invasión goda, Zenobia sublevó al reino de Palmira e intentó crear su propio imperio, con la intención de dominar a los dos imperios que le flanqueaban, el Imperio Sansánida y el Imperio Romano.
Roma, envuelta en un nuevo periodo de caos debido a las distintas sucesiones, dejaba a la reina de Palmira, que estaba bien asentada en su reino, intentar aspirar a crear un tercer imperio que dominara a ambos.
Zenobia fue conquistando nuevos territorios, aumentando el territorio del Imperio de Palmira en memoria de su esposo y como un legado a su hijo. Su objetivo declarado era proteger el Imperio Romano de Oriente del Imperio Sasánida, por la paz de Roma, sin embargo, sus esfuerzos aumentaron significativamente el poder de su trono.
Las invasiones de Egipto y Anatolia
En 269, Zenobia, su ejército, y el General Zabdas de Palmira conquistaron violentamente Egipto con la ayuda de su aliado egipcio, Timagenes, y su ejército. El prefecto romano de Egipto, Probus Tenagino y sus fuerzas, trataron de expulsarles de Egipto, pero el ejército de Zenobia capturó y decapitó a Probus. Zenobia se proclamó reina de Egipto y acuñó monedas con su nombre. En ese momento su reino se extendía desde el Nilo hasta el Éufrates.
Después de estas incursiones iniciales, Zenobia llegó a ser conocida como "la reina guerrera" al dirigir a su ejército, demostrando ser buena jinete, capaz de caminar tres o cuatro millas con sus soldados a pie.
Zenobia hizo expediciones con su gran ejército y conquistó Anatolia hasta Ancira, Ankara y Calcedonia, y más tarde Siria, Palestina y el Líbano. En su imperio de corta duración, Zenobia tomó rutas de comercio vitales para los romanos. El emperador Aureliano, subido al trono en el año 270 d.C., tras estabilizar la frontera del Danubio, decidió finalmente emprender una campaña militar contra Zenobia. Mandó algunas de sus fuerzas hacia Egipto y el grueso de su ejército hacia el este a través de Asia Menor. Zenobia contaba con un gran ejército, formado por sus arqueros y catafractos comandado por dos generales, Zabdas y Zabbai. Pero Aureliano conquistó Egipto y lanzó sus fuerzas hacia Siria.
Zenobia fue derrotada en Emesa (actual Homs), y se retiró a Palmira. Aureliano sitió la ciudad. Palmira había hecho acopio de víveres y confiaba en la fuerza de sus excelentes arqueros, esperaba resistir durante meses, pero gracias a los jefes árabes del desierto, que Zenobia había desdeñado, Aureliano venció la resistencia de la ciudad. Zenobia y su hijo se escaparon de allí en camello con la ayuda de los sasánidas, pero fueron capturados en el río Éufrates por los jinetes de Aureliano. El corto reinado de Zenobia sobre Egipto y el Imperio de Palmira habían terminado. Los palmiros restantes que se negaron a rendirse fueron capturados y ejecutados por órden de Aureliano.
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