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PARTIDO Nº 657 ESPAÑA 6-1 COREA DEL SUR (1-6-2016)

PARTIDO Nº 657 ESPAÑA 6-1 COREA DEL SUR (1-6-2016)

 

 

 Corea S.

ESPAÑA

Partido 657

Corea S.

  COREA

España6-1República de Corea

(1-0) Silva 30’

(2-0) Cesc 32’

(3-0) Nolito 38’

(4-0) Morata 50’

(5-0) Nolito 54’

(6-1) Morata 89’

Amistoso

1 Junio 2016

Salzburgo (AUS)

Estadio: Red Bull arena

(5-1) Se-jong 83’

Alineaciones

España

España

República de Corea

República de Corea

1Casillas (PO) (C)
74
21Jin-Hyeon (PO)
2Azpilicueta
46
3Yun
81
3Piqué
59
4Kee-hee
61
4Bartra6Ki Sung-Yong (C)
6Iniesta
46
7Son Heung-Min
61
7Morata
50
89
10Tae-Hee
10Fàbregas
32
46
11Ji Dong-Won
12Bellerín14Kook-Young
61
16Bruno Soriano15Hong Jeon-Ho
21Silva
30
46
18Ui-jo
46
22Nolito
38
54
20Hyun-soo
70

suplentes

13De Gea (PO)1Jung Sung-Ryong (PO)
23Rico (PO)
74
2Yong
70
5Busquets
46
5Kwak
61
11Pedro Rodríguez
46
8Woo-young
14Thiago Alcántara
46
9Suk
46
17San José12Se-jong
61
83
18Jordi Alba
46
13Bit-garam
20Aritz Aduriz
59
16Chang-woo
81


17Jae-sung
61

Entrenador

Vicente del Bosque (ESP)
Uli Stielike (GER)

Árbitro

Harald Lechner (AUT)

 

España 3-1 Corea del Sur

58 % Posesión 42 %
0 remates poste 0
9 remates a puerta 5
4 remates paradas 3
4 remates fuera 6
5 remates otros 2
0 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 7
7 faltas cometidas 11
72 balones perdidos 67
40 balones recuperados 45
6 fueras de juego 1
0 penalties 0
11 intervenciones portero11

 

Debutante:

 
Sergio Rico (SEV) jug nº 771

España se da un baño de goles (6-1) ante Corea

Silva desatascó el partido con una falta lanzada primorosamente a la media hora. Ahí se acabó la fortaleza de su rival. *”Nolito”, que volvió a marcar dos goles, Cesc y Morata, otro par, certificaron la enorme superioridad de una selección ilusionante

El día 18 de junio de 2008, tal día, casi, como hoy, España selló en el Arena de Salzburgo su clasificación como líder de grupo en la primera fase del Europeo de Austria/Suiza. Lo hizo con una victoria (2-1) frente a Grecia. España había llegado al tercer partido, ya de trámite, tras desembarazarse de Suecia y Rusia en las dos primeras de sus citas de aquel inolvidable Torneo. El duelo contra los helenos no era decisivo, pero había que jugarlo y, si era posible, ganarlo. Luis alineó un equipo de circunstancias. El griego Charisteas adelantó a Grecia. De la Red anuló su ventaja en torno a la hora de juego y Güiza la tumbó con un tanto cerca del final. La selección salía de Salzburgo hacia el que sería su formidable triunfo final con aroma de equipo grande.

Dos de los jugadores de aquel partido, Cesc e Iniesta, han vuelto a pisar el césped del Arena de Salzburgo como titulares ocho años más tarde. También lo ha hecho Casillas, héroe de la Euro 2008, que aquel día no disputó el encuentro contra los griegos. El portero de España fue Pepe Reina. De ese duelo oficial, bien ganado, demostrativo de las virtudes que atesoraba el grupo, y que asomaban, fuesen o no fijos en la selección, queda un recuerdo imborrable, el de una selección destinada a alcanzar la gloria.

Ocho años después de aquello, abocados a un desafío semejante o, si cabe mayor, pues se trata de ganar el tercer título europeo de selecciones consecutivo, con muchos que no están en el equipo y muchos que han desembarcado en él, todavía, repito, con un puñado de históricos de entonces, y ya con una alineación no lejana de la que disputará la Euro, nada que ver con el que batió (3-1) a Bosnia i Herzegovina en Saint Gallen (Suiza), España midió sus fuerzas con la República de Corea, un equipo con aceptable técnica, buen presencia física, bien dirigido, nada más y nada menos que por uno de los futbolistas alemanes más representativos en su selección y en el Real Madrid de los ochenta y algunos más, Uli Stielike, pero blandito e inocente en los momentos de agobio, que fueron demasiados para ellos.

El ensayo ante la República de Corea puede considerarse una prueba, casi, con todo. No se llenó el campo de españoles, aunque había un par de miles, porque él día se puso de perros desde por la mañana; no había la tensión de un encuentro de riesgo, claro que no, porque no lo era; no se ventilaban los puntos de la primera ronda, ni la presión era agobiante, pero Del Bosque guardó no demasiadas cosas de salida. Casillas estuvo en el marco hasta los 74’; Piqué, por delante de él; Silva, Cesc e Iniesta, en el centro y Morata, arriba. Estamos hablando de más de medio equipo, suponemos, titular, lo que, sin embargo, no se tradujo en un dominio claro durante un buen tramo de la primera mitad. Esto quiere decir que a España le costó entrar en juego. A Iniesta, además, no le salieron de la chistera esos pases mágicos a los que nos tiene acostumbrados. A los 27’, Bellerín tuvo la mejor ocasión de gol. Remató con intención al hueco, pero Sukyoung Yun, el portero, no le dio para más.

Justo a los 30’, ni un segundo más, ni un segundo menos, los coreanos cometieron su primer error. Era un error venial, que acabó convirtiéndose en grave porque minó su moral, pues para que una falta fuera del área sea de peligro extremo el enemigo ha de contar con auténticos especialistas. Gente que mire y coloqué el balón allá donde ha querido hacerlo. Justo allí. Y España tiene ese tipo de futbolistas. Lo es el generoso y desequilibrante Silva; lo es el talentoso y sutil Iniesta. También lo es Cesc. Esta vez fue Silva el que se situó de frente al balón para ejecutar la infracción cometida con Morata. A decir verdad, era una posición óptima para un jugador como él, que no desaprovechó. El largo vuelo de Sukyoung Yun fue un brindis al sol. Dos minutos más tarde, el portero perdió un balón ante la presión de Morata, quedó suelto el cuero para Cesc y Cesc marcó a puerta vacía. En dos minutos, todo resuelto y seis después, la puntilla, en una jugada primorosa de “Nolito”, que entró por la izquierda, salvó hábilmente al guardameta y elevó el tercero al marcador.

Un nutrido grupo de jugadores salió por otro tras el descanso. Se fueron a las duchas Silva, Cesc e Iniesta, además de Azipilicueta y entraron Alba, Busquets, Thiago y Pedro. Otra manera de ver el medio campo, pero lejos de lo que será en la Euro; algunos titulares más, eso sí. Y a los 49’, una de las razones para reforzar la opción Morata. Córner desde el lado izquierdo, gran salto, mejor remate de Álvaro y los coreanos, “de mirandas”. Cuatro minutos más tarde, otro de los motivos para confiar en Bellerín: rápida internada por la derecha, balón que se lleva a trancas y barrancas, pero que se lleva, al fin y a la postre, pase atrás y, otra vez, “Nolito”, marcando el quinto. No es de los que desaprovechan las ocasiones el de Sanlúcar. Todas las penas coreanas quedaron borradas, en premio a su honestidad, cuando a los 83’ marcó Se Jong Ju. La diana de su honor, sin duda, mitigó sus penas aunque otra aparición de Morata en el minuto 89 apagara parcialmente su satisfacción.

No es fácil hacer tantos goles en estos tiempos (véanse otros resultados de amistosos), así que habremos de valorar el triunfo y el significado de tan rotunda superioridad, obra de su buen fútbol y de su eficacia. En el segundo de sus preparatorios, la selección ha vuelto a ilusionarnos. Ya lo hizo otra vez en Salzburgo, aquel 18 de junio de 2008. De este mismo escenario al de hoy España salió camino del cielo.

 

España fue Mozart en Salzburgo

Dos goles de Nolito y otros dos de Morata ante una Corea blandísima. Silva firmó una obra de arte y Cesc completó el set. Debutó Sergio Rico.

Un campo fantasma, nueve recién llegados, cuatro por llegar, la cantera licenciada y una selección de cortísima embestida compusieron un escenario que devalúa conclusiones, pero quedó que la Selección se planta sin pereza ante este lienzo en blanco que es la Eurocopa y que dos futbolistas, Silva e Iniesta, marcarán la agenda nacional. Fueron piezas nucleares de nuestro mejor pasado y son los administradores de esa fabulosa herencia. Con las jubilaciones (alguna anticipada) de Puyol, Xabi y Xavi perdimos furia, ciencia y arquitectura, pero aún quedan dos futbolistas solemnes, a la altura de aquellos, que harán de palanca en la cita francesa. El recorrido de España será el suyo y ante Corea no evidenciaron el deterioro físico que tanto tememos por razones biológicas y de sobreexplotación en sus clubes. 

Anduvo mejor el canario, para el que la Selección es un traje a medida. Superados ya algunos vaivenes en la era Del Bosque, su pierna izquierda es ahora manual de instrucciones. Se siente mejor acompañado en España que en el City y eso reconforta su juego. Firmó una primera mitad excepcional y un gol de falta para una exposición universal (resulta imposible ceñirse más a la escuadra desde una distancia respetable). Rompió la simetría como verso libre partiendo desde la banda derecha. Está justificado su salvoconducto para jugar por donde quiera.

También asoma Nolito, que ha dado ya muletazos en muchas ferias, y que a diferencia de Silva e Iniesta, no es jugador de carrera pero sí de aquí y ahora. Nolito no es un producto cosmético y sus cuatro goles en dos partidos prueban que el ingenio no es incompatible con la eficiencia. Tiene apariencia de titular. El resto acompañó bien a la obra. Azpilicueta es lateral de cercanías en la izquierda, pero dejó un gran pase en el 3-0, Bellerín se alargó mucho y se apuntó una asistencia, Casillas dejó dos paradas de la edad de oro, Piqué y Bartra no se enfrentaron a casi nada, Cesc se consoló con un gol sin mejorar su relieve y Morata llevó bien el ingrato papel del nueve, al que aquí se le exige más paciencia que presencia. Dos tantos fueron su prima de trabajo.

Por lo demás, España fue la Selección territorial que se espera y Corea un sparring de tercera. Amabilísima en defensa, no se le apreció la energía y el juego corporativo que le llevaron a la final de la Copa de Asia. “Demasiados pocos jugadores en Europa”, se quejó Stielike, que sabe dónde está la universidad que convalida títulos en el fútbol. En la segunda mitad convivieron Busquets y Bruno (jugó un rato de central), para cuando convenga un paso atrás, y Morata (arrastrado a una banda, al estilo Villa) y Aduriz, pareja de urgencias. Y debutó Sergio Rico, absuelto del gol coreano, premio a su insistencia. Antes de relajar el ánimo, la Selección ya le había puesto un lazo al marcador. Celebremos el buen comienzo y lamentemos que Corea no esté en nuestro grupo en Francia.

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