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PARTIDO Nº 719 CROACIA 3-5 ESPAÑA (28-Jun-2021)

CROACIA

BANDERA DE CROACIA

Partido 719


ESPAÑA

bandera españa circular   

  3-5

 

1-0 (20´) Pedri en propia puerta al ceder a Unai Simón 
2-3 (85´) Orsic tras una jugada embarullada en el área
3-3 (92´) Pasalic de cabeza aprovechando un servicio desde la izquierda

Eurocopa 2020

28 Junio 2021

Copenague

Estadio: Parken Stadion


1-1 (38´) Sarabia tras recoger un rechace de Livakovic
1-2 (57´) Azpilicueta de cabeza a centro de Ferran Torres
1-3 (77´) Ferran Torres bate por bajo a Livakovic tras un gran control
3-4 (100´) Morata de volea tras servicio de Dani Olmo
3-5 (103´) Mikel Oyarzabal aprovechando un centro de Dani Olmo
 
FICHA TÉCNICA 
Croacia (3):
Livakovic, Vida, Cáleta-Car, Juranovic (Brekalo 74´), Guardiot, Brozovic, Modric (Ivanusec 113´), Kovacic (Budimir 78´), Vlasic (Pasalic 78´), Rebic (Orsic 67´) y Petkovic (Kramaric 45´).

Seleccionador: 
España (5):
Unai Simón, Èric García (Pau Torres 71´), Laporte, Azpilicueta, Gayà (Jordi Alba 78´), Sergio Busquets (Rodri Hernández 102´), Koke (Fabián Ruiz 78´), Pedri, Ferran Torres (Oyarzabal 88´) , Sarabia (Dani Olmo 71´) y Morata. 

Seleccionador: Luis Enrique Martínez
 

1-0 (20´) Pedri en propia puerta al ceder a Unai Simón 
1-1 (38´) Sarabia tras recoger un rechace de Livakovic
1-2 (57´) Azpilicueta de cabeza a centro de Ferran Torres
1-3 (77´) Ferran Torres bate por bajo a Livakovic tras un gran control
2-3 (85´) Orsic tras una jugada embarullada en el área
3-3 (92´) Pasalic de cabeza aprovechando un servicio desde la izquierda
3-4 (100´) Morata de volea tras servicio de Dani Olmo
3-5 (103´) Mikel Oyarzabal aprovechando un centro de Dani Olmo

Cüneyt Çakır (Turquía): Mostró tarjeta amarilla a Brozovic (73´) y Cáleta-Car (84´) por parte de Croacia

Árbitros asistentes: Bahattin Duran y Tarik Ongun (Turquía)

Cuarta árbitra: Andreas Ekberg (Suecia)

Árbitro asistente de vídeo: Bastian Dankert (Alemania)

Octavos de final de la Eurocopa 2020

Parken Stadion de Copenhague (Dinamarca).  

Presenció el partido desde el palco de autoridades el presidente de la RFEF, Luis Rubiales.
Croacia 3-5 España

32.8 % Posesión 67.2 %
7 remates a puerta 10
0 remates paradas 3
5 remates fuera 10
23 disparos recibidos 13
2 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 25
26 faltas cometidas 10
143 balones perdidos 147
70 balones recuperados 73
6 fueras de juego 3
intervenciones portero

España es una bendita locura

Los goles de Morata y Oyarzabal en la prórroga permiten a la Selección reponerse con épica a un fallo de Unai Simón en el 1-0 y a desperdiciar un 1-3.

Esta España va en serio. Esta España jugó como no lo había hecho antes en la Eurocopa, donde otras selecciones no dudan en colgarle la etiqueta de gran tapado. Y mostró carácter justo cuando más se necesitaba. La Roja está en cuartos de final tras volver a marcar cinco goles, uno de ellos de justicia poética. Lo firmó Morata, en una acción como mandan los cánones. Control, volea y violines. Nadie lo necesitaba más que él. Dicen que a estas horas, Luis Enrique aún sigue dando botes de alegría por la banda.

Si teníamos dudas de dónde se iba a situar Croacia, quedaron rápidamente resueltas. Zlatko Dalic ordenó su 4-3-3 echado atrás, sin presionar la salida de balón de España. En defensa optó por Caleta-Car para suplir al sancionado Lovren, mientras que en ataque era Rebic quien debía solventar la difícil papeleta de cubrir la ausencia por positivo de Perisic, el puñal croata en lo que llevábamos de Eurocopa. En punta, Petkovic era una isla. La primera ocasión en que el delantero del Milan amenazó con controlar un balón en tres cuartos del ataque croata, se vio en medio de una emboscada con Ferran, Eric y Busquets en torno a él. Se saldó con falta del central del City. Fue el aviso claro de las concesiones defensivas que los internacionales españoles estaban dispuestos a conceder a la torre croata (1,92).

La pelota era nuestra, ahora quedaba el pequeño detalle de saber qué hacer con ella. Una misión que siempre resulta más fácil si es gente como Pedri la que debe tomar las decisiones. En el minuto 15, el del Barça se inventó un pase que dejó a Koke con un remate franco desde el punto de penalti. Tiró raso, demasiado centrado, y a Livakovic le bastó con estirar el pie a lo portero de balonmano para despejar a córner. Fue una ráfaga luminosa en medio de tanta contención por parte de los croatas, que no se ruborizaban por mantenerse hundidos atrás renunciando a la pelota. Cuatro minutos después disfrutamos de otra ocasión clara, esta vez en un cabezazo de Morata que rebotó en Vida en lugar de ir a portería. Sin embargo, lo peor no era eso, desaprovechar oportunidades de gol, sino lo que estaba por llegar. Porque en el minuto 20 los salones españoles dieron un bote. Mientras La Roja triangulaba para iniciar jugada, Pedri cedió a Unai Simón, quien se confió de tal manera que pretendió controlar con el pie y no hizo otra cosa que colarse un gol que desde ese instante se convertía en carne de meme. Hay quien dice que Pedri golpeó al balón demasiado fuerte. En realidad no hay debate: el error del meta del Athletic no admite disculpas. Demasiado grave. Letal si hablamos de una Eurocopa.

Se abrió entonces un tiempo en el que La Roja debía mostrar su verdadera altura en este tipo de campeonatos. Había jugado mejor que Croacia hasta el gol, sí, pero tocaba demostrar que nuestra mandíbula no era de cristal. Vlasic golpeó al hígado (remate al exterior de la red) y Kovacic amenazó al mentón (disparo que se fue alto), pero España, que se tambaleaba, no cayó. Todo lo contrario, se rehizo. A fuego lento, sin la frescura de minutos previos, pero fue alimentando el juego hasta llegar al minuto 37, a la postre algodón de azúcar para nuestra Selección. Eso sí, costó lo suyo pues la jugada requirió de dos remates de Gayà hasta que el rechace final cayó en la pierna izquierda de Sarabia, que no perdonó. Gol para gritar hasta que se oyera en Alemania, un tanto que en su dedicatoria no podía llevar otra cosa que ‘Esto es para ti, Unai’.

En la primera jugada de la reanudación, otra cesión a Unai sembró el griterío croata en la grada, pero el meta del Athletic resolvió con calma, quizá demasiada. Está visto que le va lo de arrimarse al toro. Luis Enrique mantuvo a sus alas donde habían acabado la primera mitad: a Sarabia en la derecha y a Ferran en la izquierda. Y a pierna cambiada vivimos mucho mejor. Dalic, mientras, sentó a Petkovic y dio entrada a Kramaric en busca de mayor movilidad en ataque. Pero lo que no tenían los croatas era a un chico de 18 años, de apodo futbolístico Pedri, que lejos de arrugarse por su error en el gol que abrió el marcador, quiso el balón en cada ataque. Y tras dos amagos, inició la diagonal que acabó en pase a Ferran, cuyo centro fue cabeceado a gol por... Azpilicueta. El capitán del Chelsea surgió donde nadie le esperaba para hacer justicia a un partido en el que hasta ese momento España había sido más valiente.

Unai vivió su minuto de gloria con un paradón a Gvardiol en el minuto 67. Olmo relevó a Sarabia, mientras que Pau Torres hizo lo propio con Eric. Sangre fresca para sostener a La Roja en los quince minutos finales que debían darnos la victoria. El tercer gol, fruto de la rapidez de los Torres, Pau y Ferran (octavo tanto en quince partidos con la Selección), pareció sellar la victoria, pero simplemente pareció. Porque el partido nos reservaba su taquicardia final con el tanto croata de Orsic y los diez minutos que aún quedaban por delante para llegar a la orilla. Justo ahí, cuando se requería un equipo con oficio, algo que este, a tenor del carné de identidad, no lo es, Croacia se hizo tan grande como el salto de Pasalic que significó el 3-3 en el minuto 92. Demasiado duro. Bastaba ver las caras de nuestros internacionales para entenderlo como demasiado cruel.

¿Cómo recuperarse? Esos treinta minutos de prórroga servirían para calibrar de qué pasta está hecha esta Selección. Se rehizo al primer aviso de Croacia por medio de un remate de Kramaric que detuvo espléndidamente Unai y respondió con una incursión de Alba que, a falta de Messi, fue rematada por Olmo. Y tocó la gloria con un gol que hizo gritar a un país entero. Olmo centró al área, Morata controló con la derecha y voleó de izquierda al fondo de la red. Una acción perfecta en el mejor de los escenarios. El delantero de la Juve merecía una alegría así, como también Oyarzabal, que firmó el 3-5. Dos goles que nos permiten sellar el ansiado pasaporte para cuartos de final. Se logró, allí estamos. Con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de que esta España disfruta todo lo que el arranque de campeonato nos había negado.

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La Selección remonta épicamente ante Croacia y ya está en cuartos de final de la Eurocopa

Afirmaban los clásicos que los dioses, a veces, envían desventuras a los hombres para que las generaciones venideras tengan algo que cantar. Este lunes en Copenhague, España se ha repuesto, no a una, sino a un par de desventuras en forma de autogol y tanto en el descuento para que el futuro recuerde la manera en que una Selección ha resistido, remontado y apeado a los subcampeones mundiales en una genuina oda al fútbol.

Y lo ha realizado desde el principio con un once en el que Gayà y Ferran Torres han entrado por Alba y Gerard Moreno de inicio con la misma idea futbolística que desde el comienzo de la Eurocopa.

Bastaba el pitido inicial para que el equipo de Luis Enrique empequeñeciese a una Croacia replegada en su campo y soportando las acometidas españolas por los costados y con el juego entre líneas de Sarabia y Pedri.

Un pase medido del canario, que hoy se ha convertido en el jugador más joven de la historia en jugar unas eliminatorias de Eurocopa, servía un balón franco a Koke que el madrileño estrellaba en el pie de Livakovic.

El combinado nacional se ha repuesto a dos duros golpes para llegar a cuartos dejando una genuina oda al fútbol en Copenhague

Poco después Morata disponía de una buena opción de cabeza a centro de Ferran Torres en medio de un torrente de fútbol ofensivo de España, que contra todo pronóstico iba a preceder al tanto croata.

Una cesión de Pedri sobre el guardameta Unai Simón terminaba en el fondo de la portería española para adelantar a Croacia y dejar tocada a la Selección, que acusaba el golpe y estaba cerca de encajar el segundo en una internada de Vlasic.

La eliminatoria se había puesto del lado balcánico, pero entonces, apenas unos minutos después de la acción desgraciada del gol, España se sacudía el polvo y retomaba el guión del comienzo del partido, esta vez sin piedad ante la portería contraria.

Primero Sarabia ponía las tablas antes del descanso aprovechando un rechace por paradón de Livakovic y tras la reanudación una nueva botella de cava se iba a descorchar en forma de goles.

El primero en un cabezazo de Azpilicueta, quien se ha estrenado como goleador aprovechando el centro de Ferran en su 27º partido con la Selección, y luego el extremo valenciano redondeando su partidazo con el tercer tanto cuando entrábamos en el último cuarto de encuentro.  

El partido tenía de todo y como tal necesitaba de la épica y el suspense de la prórroga a la que íbamos a llegar con un tanto de Orsic primero y un cabezazo mortal de Pasalic en el añadido.

Pero la epopeya no cambiaría en lo esencial gracias a una prórroga magistral de los de Luis Enrique con Morata y Oyarzabal haciendo buenas las cabalgadas por la banda de Dani Olmo y Unai Simón erigido en salvador con un par de grandes intervenciones providenciales.

Más argumentos para cantar la redención de un héroe convertido en Selección nacional. Ahora, Francia o Suiza aguardan en cuartos y el límite de este equipo sólo el cielo lo conoce.

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