El Real Zaragoza inició 2020 con un trabajado triunfo por 2-0 ante el Sporting de Gijón gracias a los goles de Guti y Luis Suárez, anotados en los inicios de ambas partes. Fue un partido igualado, con mayor control zaragocista pero con un rival asturiano que nunca se rindió y tuvo opciones en la recta final para haber cuajado un marcador bien diferente al definitivo.
El duelo empezó de forma excelente para el cuadro zaragocista: un gol en el primer minuto. Mejor, imposible. Soro botó una falta lateral de manera sobresaliente al segundo palo y R. Guti cabeceó picado, a placer, el 1-0. Fue sinónimo de salir ganando de la caseta. Esta acción resultó crucial en el desarrollo de los primeros 45 minutos, pues dotó a los zaragocistas de confianza y obligó permanentemente al Sporting a salir al ataque. No podían especular ni un ápice los asturianos después de su pifia defensiva nada más iniciarse el duelo. Bajo ese manto, sintetizado en la niebla que subía y bajaba del cielo zaragozano amenazante, transcurrió siempre el juego.
Los de Víctor Fernández dominaron más el balón, siempre. Pero les faltó acierto en las decisiones últimas, con Eguaras activo y espeso a la vez; con Igbekeme, volcado a la izquierda de la medular, muy efervescente pero con precipitación a la hora de la verdad; y con Guti, el más atinado, que fue de más a menos en su participación. Arriba, Puado y Suárez corrieron más que jugaron, pues los balones que recibieron casi nunca fueron en ventaja. Se notó atrás, para bien, el poso de Atienza y Vigaray, recuperados tras dos meses de lesión. El lateral madrileño dio profundidad siempre por su banda. El Sporting amagó sin pegar en el área del también reaparecido Cristian Álvarez, que tuvo que salvar una cesión atrás suicida de Nieto que casi agarró letalmente Djurdjevic a la media hora.
El Real Zaragoza apenas generó un par de ocasiones claras más de gol hasta el descanso. Una de Soro, cabeceanzo picado y cruzado un centro de Igbekeme en el minuto 31, que se le marchó fuera por centímetros. Y otra, flagrante, de Luis Suárez en el 41, cuando el colombiano regateó al portero Mariño tras un pase atrás descontrolado de Cordero que olió a autoinmolación del central gijonés; el ariete zaragocista, con todo a favor, remató al palo, incomprensiblemente. Ahí se esfumó el 2-0, que era necesario para acabar con la incertidumbre. Porque los del debutante Djukic llegaban bien por las bandas a la zona de peligro de Álvarez, aunque no lograran un remate claro nunca.
Djurdjevic, en el minuto 13, disparó desde fuera del área tras un error de Eguaras y el portero zaragocista paró bien el primer remate visitante. En el 17, poco después, Carmona se quedó solo en el área, pero fue estorbado in extremis por Vigaray y su remate franco salió alto. Había rival y el Zaragoza lo sentía en cada penetración de Aitor García y Manu García. Entremedias, solo un par de punteos de Guti, con remates blandos desde la frontal, llevaron algo de desasosiego al portal de Mariño. Hubo más intenciones que hechos en los locales.
El duelo llegó al intermedio abierto de par en par. Lo mejor para el Zaragoza era su ventaja precoz en el tanteador. Eso era salvoconducto para vivir con cierta calma. Pero sin confianzas. El cuadro gijonés estaba muy vivo.
El inicio del segundo tiempo fue trepidante. Puado, en la primera jugada, se quedó solo ante Mariño, contra el que estrelló su remate, aunque se le señaló fuera de juego. Y en la réplica inmediata, Djurdjevic tuvo el empate en su bota derecha, pero su remate en vaselina sobre la salida de Cristian Álvarez se marchó por encima del larguero por un palmo. Primer susto grueso en el cuerpo de los zaragocistas en el ecuador del partido. Los gijoneses tuvieron que improvisar en el minuto 53 al mediocampista Cristian Salvador (uno de los griposos más severos durante los días previos) como central, al lesionarse Cordero. Un cambio importante en lo táctico, pues la zaga astur flaqueó en lo sucesivo por ese flanco.
De inmediato, el Real Zaragoza logró el 2-0 en una gran jugada ofensiva culminada por Vigaray con un centro raso al segundo palo que Luis Suárez convirtió magistralmente por alto, cerca de la escuadra más cercana. Un golazo que hacía justicia y cimentaba, ya sí, el triunfo aragonés. Vital la aportación en ataque del lateral derecho blanquillo. Y, como siempre, magnífico el olfato goleador del sudamericano. Una bestia. Incansable. En pleno éxtasis blanquillo, Guti tuvo el tercero en su cabeza, rematando en carrera un centro de Soro, pero la pelota se le marchó fuera, mal dirigida. Todo tenía ya el aroma a victoria a falta de 25 minutos.
Pero Cristian Álvarez debió aparecer en dos ocasiones consecutivas, con sendas paradas de gran calidad en palomita, a dos disparos venenosos de Aitor García en los minutos 64 y 68. Y el mismo punta gijonés todavía dispuso de otra opción más clara, en el 68, mano a mano tras irse a espaldas de los centrales, pero su remate se estrelló en el larguero. De repente, los zaragocistas se habían ido del partido. Cosas del fútbol. En esta categoría no caben relajos. Víctor quitó del campo al renqueante Luis Suárez, que salía de un problema físico, y dio minutos a Kagawa en punta en busca de oxígeno. Djukic, en frente, había agotado las sustituciones soñando con un milagro a través de Hernán y Cerro.
Tras ese lapso de ceguera defensiva zaragocista, saldado sin daños en el marcador gracias al portero argentino y a la mala fortuna de Aitor, el equipo de Víctor volvió a tomar el timón del partido. Fue como si el Sporting supiera que había dejado escapar sus escasas opciones de remontar el desaguisado del 2-0. Pese a esa leve mejoría del Zaragoza, una pérdida de Guti en la salida desde atrás provocó otra enorme oportunidad de gol gijonesa: Djurdjevic, en el minuto 78, remató de nuevo al larguero y el rechace, con todo a placer, lo envío fuera Manu García ante el regocijo de la grada. No era el día de los sportinguistas que, si miran la estadística en la última media hora, lamentarán no haber logrado el empate, como mínimo. El bajonazo de tensión del Zaragoza resultó peligroso y poco explicable en este tramo final. Por suerte, esta vez no derivó en daños severos para sus intereses.
Víctor movió el banquillo para ir rompiendo el ritmo de un Sporting desesperado. Ros y Linares entraron en el campo para la estadística y poco más, con el partido ya roto por completo. Era cuestión de dejar correr el reloj. La gélida noche de enero había salido buena para el Real Zaragoza, que se aupaba a la 3ª plaza de la clasificación de nuevo merced a estos tres puntos de oro en el inicio de la segunda vuelta con un partido bien trabajado y de mérito. Los asturianos acabaron con 10 hombres por la expulsión de Molinero en tiempo de aumento, tras agredir a Igbekeme. Otra muestra más de su impotencia global.
El pitido final de Moreno Aragón llevó la algarabía a las tribunas y certificó un buen inicio del segundo tramo de la liga del Real Zaragoza. El ascenso directo está a solo tres puntos de distancia (lo marca el Almería) y los de Víctor Fernández, a expensas de reconstruir el equipo en el mercado invernal de fichajes, pueden soñar con todo, con lo mejor.
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, Clemente, Nieto; Eguaras, R. Guti; Soro (Javi Ros, 80), Igbekeme; Puado (Linares, 86) y Luis Suárez (Kagawa, 71).
Sporting de Gijón: Mariño; Molinero, Babin, Cordero (Cristian Salvador, 53), Damián; Javi Fuego, Pedro Díaz (Hernán, 64); Carmona (Isma Cerro, 71), Manu García, Aitor García; y Djurdjevic.
Árbitro: Moreno Aragón (Comité Madrileño). Expulsó a Molinero (90) con roja directa por agresión a Igbekeme. Amonestó a Cordero (26), Isma Cerro (76), Igbekeme (77) y Javi Ros (86).
Goles: 1-0, min. 1: R. Guti. 2-0,min. 53: Luis Suárez.
Incidencias: Noche gélida, invernal, en Zaragoza, con apenas 4 grados a la hora del inicio del partido y niebla. El césped presentó un excelente estado. En las gradas de La Romareda hubo alrededor de 16.000 espectadores.
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