PARTIDO Nº 654 ITALIA 1-1 ESPAÑA (24-3-2016)
ITALIA |
ESPAÑA | |
1-0, 66’: Insigne | Amistoso 24 Marzo 2016 Udine Estadio: Stadio Friuli | 1-1, 69’: Aduritz |
ITALIA: Buffon, Darmian, Bonucci, Astori, Florenzi (88’ De Silvestri), Thiago Motta, Parolo (88’ Jorginho), Giaccherini (78’ Antonelli), Candreva (61’ Bernardeschi), Pellé (61’ Zaza), Eder (51’ Insigne) Seleccionador: Antonio Conte | |
ESPAÑA: De Gea, Juanfran (78’ Jordi Alba), Ramos (46’ Nacho) , Piqué, Azpilicueta, San José, Cesc, Thiago (61’ Isco), Mata (46’ Koke), Morata (85’ Alcácer), Aduriz (71’ Silva) Seleccionador: Vicente del Bosque |
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Cambios
Nacho (45’, Sergio Ramos), Koke (45’, Mata), Insigne (50’, Eder), Zaza (59’, Pellé), (60’, Candreva), Isco (60’, Thiago), David Silva (69’, ), Alba (78’, Juanfran), Antonelli (78’, Giaccherini), Alcácer (85’, Morata), (88’, Florenzi), (88’, Parolo) - Goles
1-0, 66’: Insigne, 1-1, 69’ : Aduritz
Amonestaciones
Motta (44’, Amarilla), Parolo (68’, Amarilla), Piqué (73’, Amarilla), Cesc (81’, Amarilla)
Italia 1-1 España
44 % Posesión 56 %
0 remates poste 0
7 remates a puerta 2
1 remates paradas 6
4 remates fuera 1
0 remates otros 0
2 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 12
12 faltas cometidas 13
65 balones perdidos 71
48 balones recuperados 46
1 fueras de juego 3
0 penalties 0
6 intervenciones porteroc 12
David de Gea y Aduriz le envían un fax a Vicente del Bosque
España empata en Italia gracias a las paradas del portero del United y al gol del delantero del Athletic. La primera parte, para olvidar. La Roja necesita a Silva e Iniesta, los guardianes del tiqui-taca.
A ochenta días de la Eurocopa España huele a cambio. De Gea adelantó a Casillas y Aduriz, a Diego Costa. El portero hizo tres paradas de mérito que sostuvieron a España hasta un remate de Insigne a bocarrajo, que adelantó a Italia. Lo remedió casi de inmediato Aduriz con un gol de nueve puro. Todo lo que pasó, pasó en la segunda parte. El partido dejó consecuencias positivas sobre todo para ellos, los semidebutantes. De Gea y Aduriz salieron reforzados.
El de anoche en Udine es el primer partido de calado en el que el portero del futuro adelantó al del presente. Hasta ayer De Gea había estado a la sombra de Íker. Respondió con solvencia la primera vez que lo probaron. Fue Thiago Motta desde fuera del área. El meta del United replicó con una parada buena, de mérito. Así presentó sus credenciales. Luego, en la segunda parte, hizo otra parecida a remate de Insigne, también desde lejos. En el siguiente, otra vez de Lorenzo Insigne, no pudo evitar el gol. Pero le tuvieron que rematar desde el área pequeña. Todo lo demás que le llegó lo solventó con brillo, especialmente un remate envenenado otra vez de Insigne, cuando el partido estaba empate a uno. Fue en esos minutos en los que pasó casi todo, después de una primera parte para olvidar.
Pero hubo más. Otras novedades. Sólo un jugador (Sergio Ramos) del Madrid en la Selección, y sólo uno del Barça (Piqué), en la alineción inicial. Y, sobre todo, la presencia en la delantera de Morata y Aduriz, que jugaron juntos por primera vez. Morata mezcla mejor que Aduriz con el tiqui-taca. Pero Aduriz mezcló mejor con España que Diego Costa.
Fantasía. Del Bosque ha ido parcheando con buena mano las retiradas de Puyol, Xavi y Xabi Alonso. Le está costando más esfuerzo reponer a Torres y Villa, especialmente al Güaje. En esa pareja Morata-Aduriz se adivina nostalgia de la que formaron Villa y Torres. Los de anoche jugaron parecido, en términos relativos. Uno arrancando desde la banda, Morata, y otro, Aduriz, para aprovechar los espacios, como el Niño. Tiene pinta de que la idea puede cuajar. Pero para saberlo de verdad tenemos que ver a Morata y Aduriz con Silva e Iniesta, con jugadores capaces de fabricar los balones que ellos necesitan.
Holanda descubrió en Brasil que a España se le atragantan las defensas con tres centrales. Italia probó la fórmula en Udine. Le salió bien en el plano defensivo. No tanto por sus méritos como por la ausencia en España de gente como Silva y sobre todo Iniesta. Sin ellos nada es igual. España puede ser reconocible incluso sin Casillas. Pero no sin Iniesta. Y menos aún sin Iniesta ni Silva. Sin ellos se pierde lo que queda de la esencia que nos hizo dobles campeones de Europa y campeones del Mundo. Se vio anoche en Udine. Para la Eurocopa necesitamos al mejor Silva y al Iniesta más inspirado. Eso o echaremos un garabato, como lo echamos en Salvador de Bahía.
Se vio, se comprobó que La Roja necesita fantasia cuando por fin entró Isco. Lo hizo después de Koke, que suplió a Mata, y de Nacho, que entró por Sergio Ramos. Y más aún cuando salió Silva. Los dos primeros fueron cambios calculados que obeden al reparto de minutos con el que el seleccionador se declara neutral ante los clubes en el tramo decisivo de la temporada. Los de Isco y Silva no tanto. Esos fueron estratégicos.
España volverá el domingo. Espera Rumanía en Cluj. La Roja tiene la portería bien cubierta y asoma una solución en la delantera. De Gea y Aduriz suman. Casillas tiene relevo y Diego Costa competencia. Eso está bien. Pero el cogollo es Iniesta, y lo que puedan ayudarle talentos como Thiago y Silva. Esa es la apuesta.
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Gran noche del cancerbero, que en tres ocasiones impidió la victoria de una peligrosa “squadra azzurra”. Al soberbio tanto italiano de Insigne a los 68’ respondió la furia del cazagoles español Aduriz a los 71’
Deben ustedes perdonar que inicie esta crónica con una licencia en una noche en la que, aparentemente, parece que han ocurrido muchas cosas (la titularidad de David de Gea, dicho sea de paso y como ejemplo).
Dicha licencia tiene algo que ver con el presente y yo creo que bastante más con el pasado. En los aseos de caballeros del estadio del Udinese, hoy salpicado de treinta y pico mil butacas de distintos colores, del negro al blanco, pasando por el azul, el verde, el amarillo, el rojo y el marrón, en los aseos próximos a los vestuarios, repito, aún sobrevive sobre sus mosaicos blancos el “Pinocho” logotipo del Mundial de 1990.
Como España disputó aquí dos de sus encuentros ante la República de Corea y la gran Uruguay del “Principito” Francescoli y de Rubén Sosa, cabe deducir que frente a esos azulejos detuvimos nuestra mirada algunos de los que esta noche nos encontrábamos en el nuevo estadio. Han pasado 26 años, pero esas cosas no se olvidan fácilmente. Y, además, recordar no es malo y mucho menos en Italia.
Una vez explicada la licencia hay que retornar a lo sustancial. Lo sustancial estuvo, presuntamente como se dice ahora para que nadie se coja las manos, en parte de la alineación española, una prueba sin gaseosa ante un rival cuatro vecescampioni del mundo y una de Europa, gran asunto, por cierto; una alineación con De Gea y Thiago quizás como elementos clave, y un banquillo con otros que deberían estar como Alba y Silva; una formación de las que tanto gustan a los que tanto gusta especular, sin, además, Iniesta y Busquets, ambos, lesionados, en España, y con una dupla atacante de estreno flamante: el maduro Aduriz y el floreciente Morata.
Hace ya para cuatro años, España le dio una soberana lección a Italia, en Donestk, un estadio hoy en escombros, en la final del Europeo 2012. Ni aquello ni otras diferencias polémicas (Mundial de 1934, Mundial de 1994 y otras muchas historias) evitaron que el público aplaudiera cariñosamente a la selección cuando saltó al campo, más cuando, muy a la italiana, al espectáculo se sumó el vuelo de dos paracaidistas que cayeron sobre el césped con las banderas de ambos países. Un sentidísimo minuto de silencio por las universitarias italianas muertas en el accidente de Tarragona y por las víctimas de los atentados de Bruselas añadió unas gotas de amargura a una prueba muy sugerente.
A falta de, y no creo que sea una exageración decirlo, tres muy probables titulares dentro de unos meses, los mencionados Iniesta, Busquets y Silva, el perfil venía bien para ver otras cosas: a Thiago, conduciendo; a Fábregas y Cesc, en sus flancos. Constatado que Morata no es un ariete por definición, era bueno verle junto a Aduriz, que sí lo es. El resto, o sea, De Gea y su cobertura son bien conocidos. La cuestión era ver la pausa, el toque breve, las incorporaciones, la diligencia, en fin. Como si John Ford estuviera rodando por Udine. A los 15’ se lució De Gea, sacando con las yemas de su mano derecha un disparo de Pellé. Italia tenía más el balón y lo jugaba mejor, por cierto. A los 23’ fue Giacherini el que anduvo cerca del gol con una volea a un centro llegado como siempre desde el lado de Florenzi. A los 39’ se envenenó un remate frontal de Martins, que De Gea, listo, no dejó ir más allá.
España cambió tras el descanso. Entraron sucesivamente en el campo Koke, Nacho, Isco, Silva, con su claridad de siempre, yAlba, en un comprensible deseo de tejer una red en la línea media hasta ese momento muy poco visible. A los 59’, sin embargo, De Gea volvió a dejar huella de su presencia en el campo, tras un contragolpe bien llevado por la “azzurra”, que dejó solo en la frontal del área al recién aparecido, y muy aplaudido Insigne, que disparó raso y duro donde más duele. La mano salvadora del portero español evitó el tanto y tres minutos más tarde, que fuera Florenzi el que lo consiguiera.
Poco más, nada diría yo, podía pedírsele al guardameta de Vicente del Bosque, convertido en el bastión de la igualada. Y digo poco, porque a los 68’ llegó la más espectacular jugada de la noche en un contraataque fulgurante de los italianos que remachó el rapidísimo Insigne sin que hubiera respuesta posible al juicio sumarísimo de su acción velocísima en las narices de David. Quienes sospecharon que allí se terminaba España se dieron cuenta muy pronto, tres minutos después, de que no era así: una falta botada desde la izquierda acabó con una especie de meleéen torno a Buffon, que apenas si había tenido algún trabajo de riesgo hasta entonces, y del lío salió bien parado uno de los de siempre, Aduriz, que cazó el cuero de abajo arriba. El empate.
A los 76’, Insigne volvió a poner a prueba el talento del portero del “U” con una rara vaselina que el de amarillo (“¡ay si le viera Luis Aragonés!”) conjuró torciendo el cuerpo en una pirueta casi inverosímil. Se desesperó ante tanta respuesta el más que activo atacante azul, mas lo cierto es que con ella cerró De Gea una noche de peligros, lo que nos lleva a la verdad indiscutible de que jugar juegan los que juegan, pero a veces, y para ser justos, hay que cargar más las tintas, y los méritos, en unos que en otros. Espero que esto no suene a herejía. Se ha dicho tantas veces…
De Gea: Titular y solvente en el trabajo que tuvo en los arreones italianos. Jugó 90 minutos y dejó la grandes paradas que salvaron a España de la derrota. Nada pudo hacer en gol de Insigne.
Juanfran: No se pareció al lateral del Atlético. Lo intentó sin suerte. Más activo tras el descanso que en la primera mitad.
Piqué: Solvente en el trabajo aéreo. No cerró bien un remate tras un córner de Bonucci que le pudo costar a España el 1-0. Vio amarilla por una mano.
Ramos: Jugó 45 minutos. Al descanso Nacho ocupó su puesto. Parece no estar a su mejor nivel físico y se quedó en la caseta al descanso por molestias en la espalda. Aún así, le sacó una a Candevra en el inicio del partido
Azpilicueta: Menos incisivo que Juanfran
San José: Seguro en la distribución del balón. Sin florituras
Thiago: En ocasiones mostró precipitación. Ganas de demostrar su talento y creatividad
Mata: No fue su día. Pasó casi desapercibido por el partido.
Cesc: Cogió el brazalete de capitán con la salida de Ramos. sacó la falta que posibilitó el empate de España
Morata: Casi inédito en la primera mitad. Generoso en el esfuerzo no dio un balón por perdido. Mejoró la movilidad tras el descanso, dando más opciones a España. Remató bien antes del gol de Aduriz. Buffon le privó del tanto.
Aduriz: Referencia en el ataque de España. No tuvo apenas ocasiones en la primera mitad y se empleó bien en la presión, sobre todo en la segunda mitad. Empató tras un remate de Morata. Hizo lo que mejor sabe: marcar gol.
Nacho: Entro por Ramos y ocupó la posición de central. Cumplió como suele ser habitual en él.
Koke: Ocupó la banda izquierda y acompañó en la presión a los delanteros. Poco contacto con el balón
Isco: Entró en el 60’. En la media hora que estuvo en el campo apenas pudo demostrar nada.
Silva: Se metió entre líneas e intentó desatascar el ataque español.
Jordi Alba: Apenas jugó minutos.
Alcácer: Entró con el partido ya moribundo.
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