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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3597

LEVANTE 1-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

(1-0)Montiel 10’ (1-1)Bermejo 61’

Titulares



1 Cardenas (P)

1 Alvarez (P)

4 Roberto

3 JAIR JR

8 Jose Luis

7 Miguel 46’

9 Soldado 62’

10 Bermejo

10 Iborra (C)

14 Serrano

14 Ruben Vezo 7’

16 TOMÁS ALARCÓN 40’

16 Alex Muñoz

17 Nieto

18 Jorge

18 Fran Gamez 87’

20 Montiel

20 Simeone

24 Campaña 71’

21 Zapater (C) 54’

29 Marc 62’

24 Lluis Lopez

Sustituciones



14 Ruben Vezo 23 Marcelo Josemir 7’

16 TOMÁS ALARCÓN 40’

9 Soldado 22 M. BOULDINI 62’

7 Miguel 9 Azon 46’

29 Marc 2 Son 62’

21 Zapater (C) 5 Jaume 54’

24 Campaña 11 Cantero 71’

11 VADA 4 BEBÉ 54’


18 Fran Gamez 12 Larra 87’

Levante 1-1 Real Zaragoza

49.8 % Posesión 50.2 %
3 remates dentro 4
0 disparos bloqueados 1
8 remates fuera 10
15 disparos recibidos 11
2 tarjetas amarillas 3
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 14
15 faltas cometidas 12
121 perdidas de posesion 115
61 recuperaciones de posesion 71
1 fueras de juego 1
xxxxxx

 

Punto de oro del Real Zaragoza ante el Levante, que pudieron ser tres

En una buena segunda parte, el equipo aragonés se repuso al gol tempranero de Montiel y a un errático planteamiento inicial de Escribá.

El Real Zaragoza logró este viernes un punto de oro en Valencia en el campo del Levante, equipo puntero en la tabla, al empatar a uno en un partido con dos caras distintas. Los de Escribá no existieron en el primer tiempo, donde recibieron el gol local enseguida y vivieron un caos táctico que debió remover el técnico sobre la marcha. Y en la segunda mitad, tras un mal arranque, el equipo zaragocista igualó el marcador, se quedó en superioridad media hora por expulsión del local Saracchi y erró goles cantados que pudieron haberle dado el triunfo en un día de gran dificultad a priori.

El primer tiempo quedó marcado a fuego por el gol tempranero de los levantinistas, anotado en el minuto 9 por Montiel en una segunda jugada, pues todo venía de un rechace de Cristian Álvarez en un mano a mano ante Iborra, que se había llevado el balón con poderío ante la blandura de Jair en la acción de ganar la posición. Fue la primera jugada que se salió de los minutos de tanteo inicial, de ese periodo de tregua fea que suele surgir en muchos partidos de esta espesa e indigesta Segunda División a ojos de cualquier aficionado. Que el Levante tomase ventaja enseguida fue razón básica para que el duelo entrara en unos derroteros marcados por la lentitud, el control de los locales y el despiste creciente de los zaragocistas.

Escribá movió el equipo con tres cambios de entrada, Jair, Zapater y Puche en los puestos que el último día habían ocupado Francés, Vada y Gueye. Ello derivó en una matización, asímismo, del sistema táctico, que no fue el habitual 4-2-2 sino un 4-3-2-1, con un ‘trivote’ bastante inerte con Zapater, Alarcón y Francho. En las bandas caían Bermejo y Puche, inexistentes casi todo el tiempo. Y arriba, solo como la una, Simeone, desaparecido por completo. No encontró nunca la fórmula de crear fútbol, de combinar con cierta intención. Y eso que pasada la media hora, en una de las varias interrupciones por lesiones que hubo, el entrenador zaragocista aprovechó para volver al 4-4-2 al ver que era un despropósito la puesta en escena de su idea inicial. Francho se fue a la banda derecha, Bermejo a la izquierda y Puche se puso cerca de Simeone en punta. Nada cambió. Solo algún escarceo cerca del área, sin que nadie sepa dar el último pase o encarar con éxito al rival.

Entretanto, Escribá tuvo que retirar en el minuto 39 del campo a Alarcón, amonestado en el minuto 3, rápidamente, por un desconcertante Arcediano Monescillo, cuyo rasero con las tarjetas fue dispar según fuese el infractor de uno u otro equipo. Casero, casero. Al chileno lo buscaron los rivales todo el tiempo y estuvo a punto de ver la doble amarilla en un par de ocasiones. El técnico se temió la repetición de lo de Gijón, porque Alarcón demostró una vez más que no sabe controlar sus impulsos con sentido común, que le puede el ímpetu y esa rasmia mal concebida. Abandonó el césped caliente como una cafetera. Eso sí, de fútbol, nada. Sus pases hacia atrás son costumbre. Vada, su sustituto, por cierto, entró con igual talante peleón y casi dio igual. Al menos, el argentino estaba limpio de tarjetas. Eso sí, llevaba una aparatosa muslera en la pierna derecha que denunciaba lesión reciente, o amago de ella.

¿Y las ocasiones de gol? Casi ninguna. Además del 1-0 del minuto 9, el local De Frutos remató suave un centro raso de Montiel en el 16 que sacó en una gran parada abajo Cristian Álvarez (el linier señalo fuera de juego). El propio De Frutos, en el 41, cruzó en exceso un balón al hueco servido por Iborra, fuera por un par de metros cuando tenía todo a favor. Y por parte zaragocista, un único remate entre palos en todo el primer periodo fue firmado por Francho en el minuto 24 después de una conducción de Bermejo que quedó suelta en la corona del área. Fue un remate flojo, sin pólvora, que paró Cárdenas sin sufrir. Y ya está contado lo sustancial. Nada más aconteció digno de mención. Futbolísticamente, la calidad fue, en general, muy deficiente. Algo mejor el Levante en el manejo de la pelota, en media docena de buenas contras por las bandas, pero con muy mala resolución en el área, por fortuna para los zaragocistas.

Tras el intermedio, Escribá dejó en la ducha a Puche y devolvió a la competición a Azón. Era cuestión de probar a ver si el ariete aragonés tenía su aura de talismán de tiempos atrás. Pero quien salió lanzado fue el Levante, con un remate del internacional Soldado al larguero desde el pico del área en la primera acción, que estuvo a centímetros de ser el 2-0. Aunque replicó Nieto con un disparo lejano en el 48, fue Montiel el que rozó de nuevo el tanto levantinista en dos jugadas consecutivas, en el 49 y el 50. En la primera, mano amano ante Cristian Álvarez, su chut cruzado lo echó a saque de esquina el argentino con un muslo, con cierta fortuna. Y en la segunda, a la salida de ese córner, ensayado en corto y que ningún zaguero zaragocista intuyó, el mediapunta granota chutó potentísimo y el balón rozó por fuera el poste derecho de un batido Cristian.

En el 52, la venda de Vada tuvo sentido. Se lesionó el ‘11’ zaragocista y tuvo que ser suplido por Bebé, llegado desde Cabo Verde horas antes. Ni 13 minutos pudo pisar el césped Vada. Mal medido su problema muscular. Quizá no estaba apto para jugar. En estas, para no perder la ventana de un cambio, Escribá se vio obligado a meter ya simultáneamente a Grau en el puesto de Zapater. En este desbarajuste, el ritmo del juego se quebró por completo para el Levante y el Real Zaragoza, ahí sí, supo activarse. Esta vez, el río revuelto trajo peces a la cesta zaragocista.

Azón avisó en el 56 al cabecear alto, rozando el larguero, una falta lateral centrada por Bermejo. Y este último, en el 60, marcó el 1-1 en un ataque que culminó de modo individual, encarando a Campaña, ganando espacio y colocando su disparo colocado a media altura junto al palo derecho, lejos de Cárdenas. En un rato de inspiración, en cinco minutos de reactivación colectiva, el plano Real Zaragoza de la primera parte se había venido arriba y con rentas. El recién entrado Bebé estuvo cerca de anotar el 1-2 en uno de sus latigazos desde 40 metros, pero el balón salió a un palmo de la escuadra diestra en el 66, con el Levante muy tocado anímicamente y silbado por su afición.

Con media hora por delante, el Real Zaragoza había logrado darle la vuelta a la tendencia de un partido del montón que se le había puesto cuesta arriba muy pronto. De repente, los levantinistas entraron en histeria. Simeone erró uno de esos goles que no se deben fallar si se quiere estar en la élite, un mano a mano claro ante el portero local que culminó mal, cruzando demasiado con un golpeo mordido un balón que tuvo que haber sido el del volteo del marcador en el minuto 66. Y, con el público local afeando a los suyos su bajonazo evidente, el defensor Saracchi le dijo algo al linier que derivó en la roja directa de Arcediano. El Levante se quedó con un hombre menos en el 68 y allanó aún más el camino al rehecho Zaragoza tras las sustituciones.

Calleja, el técnico valenciano, movió el banquillo en busca de revulsivos. Bouldini, Son y Cantero fueron su savia nueva. Y en ese rato de reacción de casta de un Levante mellado, Pepelu se sacó de la nada un disparo lejano, desde 30 metros, que alcanzó velocidad de obús y se fue al larguero. Era el minuto 72 y el Zaragoza estuvo en un tris de tirar por la borda su buena fase de iniciativa. Ahí entró un poco el miedo a los de Escribá que, pese a estar en superioridad numérica, pensaron seguramente que un punto en el campo del Levante era una gran cosecha vistas las circunstancias de la liga y del propio equipo zaragocista en el último mes y medio.

Bebé probó fortuna en el 80 y el 81, en una falta directa que le fue arriba y en un remate cruzado desde el lateral del área que lamió el travesaño. Pero en el otro lado, Bouldini desaprovechó un mano a mano de el 82 patrocinado por un error garrafal de Lluís López en medio campo y, a continuación, Montiel estuvo cerca del gol del triunfo valenciano desde el borde del área. El cansancio favorecía las pifias, las malas mediciones en los cortes y los pases. Y de ahí surgieron todas estas ocasiones finales que nadie atinó a definir bien. El último cuarto de hora fue una moneda al aire para los dos rivales. Por ello, el empate se manifestó como lo más justo.

El duelo acabó con el perdón del Real Zaragoza al Levante en dos contragolpes que debieron significar la victoria aragonesa. El primero fue otro indulto de Simeone al portero Cárdenas. Un nuevo mano a mano, solo, en carrera, tras un gran pase al espacio de Bebé en el minuto 90. Apuró demasiado el argentino en golpear el balón, se metió demasiado dentro y el chut final se le fue al lateral de la red. Se había quedado sin espacio. Y el segundo, el enésimo mano a mano (la redundancia es la única y mejor manera de describir cómo fueron estas acciones) de la noche, esta vez de Bebé, que se recreó y acabó echando la pelota fuera a un metro del poste derecho.

Ficha Técnica

Levante UD: Cárdenas; Pubill (Son, 62), Rober Pier, Vezo (Saracchi, 5), Álex Muñoz; Iborra, Pepelu; De Frutos, Montiel, Campaña (Cantero, 71); y Soldado (Bouldini, 62).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 87), Lluís López, Jair, Nieto; Zapater (Grau, 52), Alarcón (Vada, 39) (Bebé, 52), Francho; Bermejo, Puche (Azón, 46); y Simeone.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castilla-La Mancha). Expulsó con roja directa a Saracchi Amonestó a Alarcón (3), Pepelu (18), Bermejo (31), Pubill (45) y Grau (70).

Goles: 1-0, min. 9: Montiel. 1-1, min. 60: Bermejo.

Incidencias: Noche magnífica en Valencia, con 24 grados tras un día de sol y nubes. El césped presentó un estado sobresaliente. En las gradas hubo alrededor de 15.500 espectadores, de ellos más de 400 zaragocistas. El Levante celebró la confirmación del título de Copa de la República que el club valenciano ganó en 1937 y que ha sido reconocido oficialmente en las últimas fechas. Con este motivo, los locales no vistieron de azulgrana sino que recuperaron el uniforme de aquellos años, blanco y azul con una raya vertical. Entregó el trofeo el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales.

 

 

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