Sin embargo, el Casademont no se descompuso jamás, pese a los numerosos obstáculos que tuvo que sortear a lo largo del duelo: a la ausencia de Seibuitis, quien no se desplazó a Estambul, durante el partido se unió la de Javier Justiz, quien apenas permaneció cinco minutos en la pista; y posteriormente la de Rodrigo San Miguel, lesionado prácticamente en su primera intervención. Contra todo eso combatió el Casademont Zaragoza, que apeló a su carácter, su orgullo y su tesón, a una inexorable fe en sus propias posibilidades, para acabar adjudicándose el triunfo. La productividad de Seeley (16 tantos, la mayoría en el último cuarto) resultó determinante para que el cuadro aragonés obtuviera su justa recompensa.
El Casademont completó una notable actuación en el inicio. En ataque se manejó con seguridad y acierto, encontrando siempre la opción más ventajosa para anotar. Especialmente en la pintura, donde Javier Justiz y Nemanja Radovic se impusieron a cada uno de sus adversarios. Transcurridos tres minutos y medio, toda la productividad del Besiktas se reducía a un certero triple de Toddrick Gotcher . Mientras, el cuadro aragonés facturaba en cada una de sus ofensivas (3-11), lo que obligó a Dusko Ivanovic a detener el encuentro. Sin embargo, el tiempo muerto no modificó el guión. Al contrario, el equipo zaragozano mantuvo sus prestaciones defensivas, y los turcos no hallaban buenas situaciones para lanzar.
De esta forma, el Casademont pudo ampliar su ventaja, con un triple de Brussino y un 2+1 de Alocén (3-17), justo en el ecuador del primer acto. Fue entonces cuando Justiz, imponente bajo los aros, se retiró al banquillo cojeando al torcerse el tobillo derecho.
Sin el cubano en la pista, los visitantes perdieron capacidad de intimidación. Y la escuadra otomana comenzó, ahora sí, a emplearse con mayor solvencia en sus acciones ofensivas. El Besiktas redujo la distancia con un parcial de 6-0 (9-17); pero Brussino respondió con una canasta que conllevó, además, la falta personal de Akpinar y su posterior tiro adicional (9-20). Barreiro, también desde el tiro libre, aumentó la renta aragonesa tras cobrarse la falta de McKissic (9-22). Con una defensa perseverante y tenaz, de permanentes ayudas, el Casademont contuvo gran parte de las acometidas de su oponente: los locales sólo sumaron 11 puntos en el primer cuarto, un fiel reflejo de la presión ejercida por los zaragozanos. Los de Fisac, inmensos atrás, clarividentes en ataque, caminaban con paso firme hacia la victoria a los 10 minutos de juego (11-24).
En el segundo acto, la escuadra local se empleó atrás con mayor energía. Ya no exhibió tantas fisuras en su estructura de contención. El Casademont, por ello, redujo drásticamente su capacidad anotadora. Sus primeros puntos llegaron desde la línea de personal, por mediación de Radovic, a los tres minutos del cuarto. Y la primera canasta en juego, obra de Fran Vázquez, se produjo cuando los locales habían rebajado peligrosamente su desventaja. Seeley, con una acción de mérito, devolvió la tranquilidad a los zaragozanos, quienes ampliaron aún más su renta tras una técnica señalada al preparador de los turcos, Dusko Ivanovic. El Besiktas se resistía a bajar los brazos, pero los aragoneses habían resistido con entereza el empuje de su rival. Javi García, con una brillante penetración, y Radovic, al culminar un rápido contragolpe, establecieron la máxima renta del choque (21-36), a tres minutos del descanso. Y aunque el conjunto otomano facturó dos triples consecutivos, su intento de reacción enseguida quedó en un amago de la nada por el sobresaliente desempeño de los visitantes. El Casademont alcanzó el intermedio con el marcador favorable (30-43) y sensaciones muy positivas en su juego. Los zaragozanos, a tenor de los méritos acumulados, incluso merecieron una mayor ventaja al cierre del segundo acto; pero un pérdida de balón de Seeley, a cinco segundos del descanso, fue castigada con un triple sobre la bocina de Toddrick Gotcher.
Tras el descanso, el Besiktas subió sus líneas en defensa y el Casademont dejó de anotar. Se precipitó en sus acciones de ataque, se prodigó en las pérdidas de balón y vivió sus peores minutos. Y el conjunto turco, cada vez más acertado, no desaprovechó concesiones de tal magnitud: firmó un parcial de 8-0, en apenas dos minutos, que supuso el tiempo muerto de Porfirio Fisac (38-43). Alocén, desde la línea de personal, y Brussino, con un lanzamiento desde el perímetro, aportaron oxígeno al cuadro zaragozano (38-48). Pese a todo, el Besiktas en un bloque intenso, insistente, vertical. No está habituado a arrojar la toalla. No se da por vencido. Y siempre siguió creyendo en la remontada. Su insistencia, su fe, su tenacidad y su firmeza defensiva, unido al desacierto ofensivo del cuadro aragonés, dejaron el partido abierto para el cuarto definitivo. Tras un tercer cuarto muy deficiente, el Casademont llegó a la media hora con ventaja en el marcador (48-54), aunque ahora emitiendo señales preocupantes en los dos lados de la pista.
En el tramo final, el cuadro turco encontró bajo los aros a James McAdoo , quien facturó canastas fáciles, sin apenas oposición, para acercar aún más a los locales (52-56). Mientras, el Casademont fue castigado con dos faltas de ataque consecutivas; y la segunda, señalada a Seeley, fue considerada antideportiva por los colegiados. En este escenario, Birkan Batuk igualó la contienda con un triple desde la esquina, a los tres minutos del cuarto (56-56); y McAdoo puso por delante a los locales, tras protagonizar los zaragozanos la quinta pérdida de balón del cuarto definitivo. Dos buenas defensas, y dos triples seguidos del Casademont -Barreiro y Seeley-, devolvieron la tranquilidad a los visitantes (58-62), en un momento especialmente crítico para los de Porfirio Fisac. De ahí hasta el final, fue un duelo áspero, trabado, emocionante, intenso, igualado. Y en los instantes de fragor, en los momentos más comprometidos de la contienda, apareció -por fin- DJ Seeley para liderar las ofensivas del Casademont. El americano facturó 11 puntos consecutivos -tres triples, todos de muy difícil ejecución, más dos tiros libres- para sostener a los aragoneses en los últimos compases. Pero el Besiktas seguía optando decididamente al triunfo (71-72) con los tantos de McKissic y McAdoo. A 11 segundos de la conclusión, el equipo de Ivonovic desperdió dos tiros libres, pero McAdoo volteó al marcador al imponerse en el rebote ofensivo (73-72). Sin embargo, Seeley, cómo no, se jugó un último ataque desde el perímetro que finalizó en falta personal de Batuk. Tres tiros libres que conllevaron el meritorio triunfo de los visitantes: el escolta americano convirtió los dos primeros lanzamientos, y erró a propósito el tercero para no conceder un último ataque a los turcos (73-74).
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