PARTIDO Nº 721 ITALIA 1-1 ESPAÑA (6-Jun-2021)
ITALIA | Partido 721 | ESPAÑA
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1-1 p.p.(4-2) | ||
1-0 (60´) Chiesa de remate ajustado tras un contraataque. | Eurocopa 2020 6 Junio 2021 Londres Estadio: Wembley | 1-1 (81´) Morata bate a Donnarumma en su salida tras un pase de Dani Olmo. |
Italia (1): Donnarumma, Bonucci, Chiellini, Di Lorenzo, Emerson (Tolói 74´), Jorginho, Barella (Locatelli 85´), Verratti (Pessina 74´) , Chiesa (Bernardeschi 107´), Insigne (Belotti 85´) e Immobile (Berardi 61´). Seleccionador: Roberto Mancini | |
España (1): Unai Simón, Èric García (Pau Torres 109´), Laporte, Azpilicueta (Marcos Llorente 85´), Jordi Alba, Sergio Busquets (Thiago 105´), Koke (Rodri Hernández 70´), Pedri, Ferran Torres (Morata 62´), Dani Olmo y Oyarzabal (Gerard Moreno 70´). Seleccionador: Luis Enrique Martínez |
1-0 (60´) Chiesa de remate ajustado tras un contraataque. 1-1 (81´) Morata bate a Donnarumma en su salida tras un pase de Dani Olmo. PENALTIS (4-2) Locatelli, para Unai Simón Dani Olmo, fuera. Belotti, gol Gerard Moreno, gol Bonucci, gol Thiago, gol Bernardeschi, gol Morata, para Donnarumma Jorginho, gol | |
Felix Brych (Alemania): Mostró tarjeta amarilla a Tolói (97´) y Bonucci (118´) por parte de Italia y a Sergio Busquets (51´) de España. Árbitros asistentes: Mark Borsch y Stefan Lupp (Alemania) Cuarto árbitro: Sergei Karasev (Rusia) Árbitro asistente de vídeo: Marco Fritz (Alemania) | |
Semifinales de la Eurocopa 2020. | |
Estadio de Wembley (Londres, Reino Unido). | |
Presenció el partido desde el palco de autoridades el presidente de la RFEF, Luis Rubiales. |
29.9 % Posesión 70.1 %
4 remates a puerta 5
1 remates paradas 4
2 remates fuera 7
16 disparos recibidos 7
2 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
18 faltas recibidas 17
17 faltas cometidas 18
151 balones perdidos 163
68 balones recuperados 73
8 fueras de juego 1
intervenciones portero
Máximo castigo
Italia logró el pase a la final en la tanda de penaltis tras los fallos de Morata y Olmo. La Roja hizo un gran partido, pero faltó acierto.
Adiós final. Llegamos a Wembley, pero no al Wembley que queríamos y que aguarda el domingo con el título de la Eurocopa en juego. Italia apeó a España en semifinales tras un partido en el que no hay nada que reprochar a los de Luis Enrique. Jugaron mejor, mostraron carácter y alma de equipo grande que a buen seguro debe ilusionarnos cara al Mundial 2022. Solo los penaltis rompieron el sueño. Con lo que duele. De todos modos, gracias, Roja.
Si los himnos marcan goles, entonces Italia vencía por 1-0 antes siquiera de que el balón echara a rodar. ¡Qué manera de cantarlo la de los azzurri! Pero los himnos, más allá de su drama (“estamos preparados para la muerte”, dice el italiano; “juremos con gloria morir” el argentino, o “¡a las armas, ciudadanos!”, el francés...), no ganan partidos. Luis Enrique pretendió pillar a Mancini con el pie cambiado. Ninguna de las alineaciones pronosticadas en webs de medio mundo acertó con el once. Laporte volvía a jugar como central izquierdo, mientras que Eric Garcia suplía a Pau Torres. El sorpresón llegaba arriba, donde ni Morata ni Gerard eran titulares. Tal honor correspondió a Oyarzabal en un intento de Luis Enrique por sacar a Chiellini y Bonucci de su zona de confort.
Y lo cierto es que ese cambio de cromos desconcertó a la defensa italiana. Pedri alternaba el tempo de cada ataque (ahora lento, ahora rápido) y Olmo, Oyarzabal y Ferran se erigían en sus mejores socios. A Italia se la notaba incómoda. ¿La mejor noticia al paso por el minuto 20? Ni rastro de Chiesa, Immobile e Insigne. ¿El susto que llegó un minuto después? Una contra italiana con salida en falso de Unai Simón que a punto estuvo de dibujar el 1-0 en el marcador. Afortunadamente, Barella no anduvo fino.
Por fuera estaba el camino, con Ferran y Olmo. Por dentro era misión imposible abrir el muro en el que Chiellini ejerce de pilar con tantas batallas a sus espaldas. Difícil ganarle en el cuerpo a cuerpo. Me da que el de la Juve incluso le suelta algún que otro codazo a su mujer en plena madrugada... En el 25’ llegó la ocasión más clara de España en un doble remate de Olmo que primero se topó con las piernas de un rival y después con los brazos de Donnarumma.
La llave que abría todas las puertas era Olmo. Bonucci no podía ir detrás de él, pero tampoco se atrevía a hacerlo Jorginho para no dejar desnudo su centro del campo. El delantero del Leipzig era un jeroglífico que los internacionales italianos se veían incapaces de descifrar. Pero ni siquiera en el vestuario se encontraba la solución, pues la segunda parte se inició bajo el mismo patrón.
El peligro de Italia llegaba en las contras, como la que finalizó Chiesa en el 52’ con un remate que detuvo Unai. Mancini lo tenía claro, pues refugiaba al equipo en un 4-5-1 con Immobile en punta. El partido estaba en ese momento en el que amenaza con romperse, con las fuerzas escasas y el rigor táctico en entredicho. Un paisaje en el que Italia florece bien. Y así lo hizo. Un balón perdido, un toque al hueco de Insigne a Chiesa quien, tras un despeje desafortunado, supo dar con una rosca que acabó en gol. La reacción fue buena e inmediata. En el 64’ un pase con tiralíneas de Koke no fue rematado por Oyarzabal, que incomprensiblemente no acertó a cabecear cuando muchos ya cantaban el gol. Tampoco encontró portería un disparo de Olmo en el 66’. Por entonces ya estaba Morata en el campo (suplió a Ferran), mientras que poco después entró Gerard Moreno (por Oyarzabal). A España no le quedaba más remedio que jugársela en ataque aun a riesgo de que una contra italiana cerrara el partido.
Y como el fútbol es de valientes, recompensó a la Selección. Justo cuando el piso picaba hacia arriba como ese Mont Ventoux que hoy aguarda a los ciclistas del Tour, Morata inició una carrera que alguno pensaría suicida. Nada de eso. El madrileño condujo el balón como si no hubiera mañana, hizo la pared con Olmo (pletórico en todo y también en ese pase) y remató con su zurda junto a la cepa del poste derecho de Donnarumma. Gol. Más que eso, golazo. Y una puerta a una prórroga que tenía en vilo a dos países. España confiaba en aprovechar la inercia de ese tanto con el que Morata se convertía en el máximo goleador español en la historia de la Eurocopa: seis, por los cinco de Fernando Torres. Pero ese viento de cola no llegó. Y cuando lo hizo, faltó acierto. Ni siquiera en una carambola tras una falta sacada con todo el picante por Olmo que deparó el doble remate de Morata y Busquets. La Roja no dejó de intentarlo ante una Italia que lo apostaba todo al islote de Belotti en ataque. Fue inútil. El partido ya tenía la palabra penalti escrita en la frente. Lamentablemente, escrita en blanco, rojo y verde. Olmo y Morata, tremendos antes de llegar a esa lotería, fallaron y Jorginho certificó con su acierto el pase de Italia a la final. Otra vez será.
España se va invicta de la Eurocopa tras el triunfo italiano en los penaltis (1-1 y 4-2)
Hay muchas maneras de decir adiós: con estruendo, rápida, tímida, imperceptiblemente. Tantas como personas y luego uno puede despedirse con grandeza, ofreciendo un ejemplo de juego y deportividad al mundo como el ofrecido este martes por la Selección española en Wembley.
El combiando nacional disponiendo de la posesión de la pelota, más que doblando a su rival en remates y gozando de las mejores opciones no ha podido superar en la tanda de penaltis las semifinales de una Eurocopa que España abandona invicta y con récord goleador en su casillero.
De inicio, el seleccionador introducía tres cambios respecto al choque de cuartos con la inclusión de Èric García, Dani Olmo y Mikel Oyarzabal en ataque.
Se enfrentaban las dos selecciones que más tiempo han tenido el balón entre las que siguen en la Eurocopa e Italia intentaba de inicio pugnar por la posesión hasta que pronto se vio que España era la incuestionable dominadora del esférico.
Con los azzurri replegados y esperando un error, España lo intentaba por bandas llevando peligro a la portería de Donnarumma con en un disparo de Ferran Torres al cuarto de hora.
Cinco minutos después, un pie salvador de Sergio Busquets evitaba el gol de Barella y Donnarumma hacía lo propio en un remate a bocajarro de Dani Olmo antes de que un remate al travesaño de Unai Simón significase la mejor ocasión transalpina justo antes del descanso.
En la reanudación la tónica continuaría siendo la misma con España propiniendo e Italia intentando pescar a la contra con Immobile ejerciendo de jugador más incisivo.
El peligro español llegaba por el costado derecho gracias a un centro de Dani Olmo, que Di Lorenzo le quitaba de la bota a Feran Torres y, sobre todo, en una acción de Oyarzabal con remate franco de Busquets fuera por muy poco.
El partido estaba entrando en una fase de rápidas transiciones y en una de ellas, los transalpinos iban a aprovechar su oportunidad en un contraataque culminado con un chut preciso de Chiesa.
España ha monopolizado la posesión de la pelota y ha rematado 16 veces a portería por sólo 7 de su rival
Ante la eventudalidad, Luis Enrique movía el banquillo dando entrada a Morata, Rodri y Gerard Moreno para poner cerco a la portería rival, salvada del gol por escasos centímetros en el cabezazo de Oyarzabal y disparo posterior de Dani Olmo.
Restaban menos de diez minutos y era entonces cuando un descomunal Morata iba a cambiar las tornas en una arrancada desde línea de tres cuartos plena de potencia y convicción que con un preciso apoyo en Dani Olmo iba a significar el gol del empate y el que enviaba la eliminatoria a la prórroga.
En el tiempo suplementario, Italia renunciaba totalmente a buscar el segundo frente a una España que disponía de una buena opción a balón parado y un puñado de acciones por banda que no encontrarían rematador.
Así llegábamos a la tanda desde los fatídicos once metros y esta vez la diosa fortuna se teñía de azul para tristeza del pedacito de España que hoy ha sido Wembley gracias a la comunión entre equipo y aficionados.
Esta Selección joven de edad y espíritu sólo no ha dejado un adiós, sino un hasta luego sobre el verde de Wembley. A este maravilloso grupo de jugadores el futuro les pertenece.
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