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REAL ZARAGOZA 2023/24

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3619

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-1 MIRANDESEscudo/Bandera equipo

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche (Mouriño, 73); Grau, Moya (Aguado, 68); Valera (Mollejo, 73), Maikel Mesa (Bermejo, 91); Azón (Manu Vallejo, 68) y Sergi Enrich.

CD Mirandés: Luis López; Rubén Sánchez (Diego Moreno, 55), Pablo Ramón, Barbu, Barcia (Gómez, 66), Alcedo; Tomeo (Tachi, 79), Reina; Baeza (Álvaro Sanz, 66), Gabri Martínez (Durdov, 79); y Carlos Martín.

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Expulsó a Sergi Enrich (45+1) por juego violento. Amonestó a Barcia (5), Jair (16), Rubén Sánchez (44), Mouriño (91), Durdov (94) y Pablo Ramón (96).

Goles: 0-1, min. 87: Jair, en propia puerta.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Zaragoza, con 34 grados al inicio del partido, las 18.30, horario que ya tuvo que ser rectificado por La Liga a mitad de semana, pues estaba programado a las 16.15 en plena ola de calor del veranillo de San Miguel. El césped de La Romareda presentó un buen estado, algo resbaladizo por el riego. En las gradas hubo alrededor de 31.000 espectadores.

Real Zaragoza 0-1 Mirandes

59.9 % Posesión 40.1 %
2 remates dentro 0
2 disparos bloqueados 3
4 remates fuera 5
9 disparos recibidos 8
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 11
134 perdidas de posesion 116
47 recuperaciones de posesion 48
0 fueras de juego 2
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El Real Zaragoza patina por tercera vez consecutiva y cae 0-1 ante el Mirandés en La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair en el minuto 87, tras haber rematado al larguero Azón en el 48 y después de afrontar medio partido con 10 jugadores por expulsión de Sergi Enrich, tumba de nuevo a un raquítico equipo en el apartado futbolístico.

El Real Zaragoza patinó por tercera vez consecutiva. Cayó por primera vez este año en La Romareda, 0-1 ante un poco brillante Mirandés, que vino en posiciones de descenso. La decepción llegó con un tanto en propia puerta de Jair cuando el duelo ya acababa. El equipo zaragozano jugó medio partido en inferioridad, tras la tarjeta roja que vio Sergi Enrich antes del descanso.

Esta crónica requiere de imágenes claras, fijas, detenidas en la literatura para no perderse en florituras. De entrada, el Real Zaragoza no jugó bien. Era una de esas mini asignaturas que cada partido presenta a los equipos que, esta vez, viniendo de dos pifias seguidas, debía aprobar el equipo aragonés. Y pecó de muchos defectos ya conocidos, incluso en días de victorias. Le falta fútbol, agilidad en las conducciones, generación en la zona medular (Grau y Moya fueron el doble pivote, obturado casi siempre) y engarce positivo con los puntas. Solo el extremo Valera, permanentemente buscado como única herramienta profunda, ofreció soluciones, que pocas veces culminaron con peligro. Azón, en el juego directo, siempre pelea todo, pero otra cosa es el final de cada cortometraje.

Por otra parte, el plan del 4-4-2 de nuevo, esta vez con Sergi Enrich en vez de Bakis (el técnico acabó de raíz con el runrún que viene percibiendo hace tres semanas sobre el germano-turco y su no agilidad ante el gol), con la vuelta de Mesa en vez de Bermejo y con el lateral Lecoeuche estrenándose en casa por la izquierda, con Borge por la diestra de una zaga más nerviosa de lo habitual, está ya detectado en los radares de los rivales, que lo acogotan con cierta facilidad. Esta vez, el entrenador del Mirandés, Alessio Lesci, montó un 5-3-2, con un centro de campo tupido de piezas, que hizo inútil la posesión de los zaragocistas en zonas de nadie. Lo de siempre.

Y, como ya viene siendo habitual en el tiempo de bajón de prestaciones del impecable Real Zaragoza de las primeras jornadas, que sigue alargándose, se fallaron varias ocasiones claras de esas que decantan marcadores y definen victorias en caso de buen tino. Valera, en el 10, solo mano a mano, en vez de tirar él a portería optó por pasar a Azón, que no llegó por milímetros bajo palos. El gol se evaporó. Por cierto, Azón estuvo cayéndose toda la primera parte, resbalándose con una botas naranjas que pedían relevo. No lo hubo. En el 22 se revisó un posible penalti al propio Valera, que pudo ser zancadilleado tras una peinada de Azón que lo dejó solo en el área. El VAR dijo no, como pudo haber dicho sí. Todo cabía. Pero los árbitros no están muy del lado zaragocista en caso de dudas por ahora. Curiosa percepción.

Grau marró en el 31 un remate franco tras un rechace aéreo de la zaga castellana, chutando fatal, fuera. En el 45 se le anuló un gol a Sergi Enrich, que cabeceó junto al portero en el área pequeña, sin que la falta que se dio por descontada se vea en la moviola. Fue limpio su salto. Pero esos goles ya no valen desde los años 60. Es el fútbol de finuras y cuestiones asumidas por defecto. Una pena.

Entre este pequeño muestrario zaragocista para abrir el marcador con resultado negativo (cosas de cenizos, tal vez), el aplicado Mirandés gestó dos ocasiones cristalinas para haber puesto las cosas aún más complicadas al Real Zaragoza. Carlos Martín cabeceó solo ante el portero local en el minuto 20 un centro de Pablo Ramón, gemelo al del gol del Racing de Ferrol el lunes pasado (con disfunción de Jair y Francés semejante, y de Lecoeuche -entonces fue Borge- en la marca previa al asistente), pero el balón se le marchó fuera por poco. Y en el 34, el mismo jugador, no llegó por un número de zapato a un pase raso de Pablo Ramón, a quemarropa.

La roja a Enrich, golpe bajo clave

El colofón al primer periodo raro, alborotado, de este Real Zaragoza amorfo e irregular marcó para mal lo que aguardaba tras el intermedio. Sergi Enrich fue expulsado en el minuto 45+1, ya en el aumento, por juego violento. Levantó el pie en exceso y le marcó los tacos en la nuca al adversario rojinegro, que le echó el picante a la acción necesario para que el árbitro no dudase. El equipo aragonés se quedaba con 10 hombres, en inferioridad, medio partido. En ese barullo postrero, curiosamente, pudo llegar el 1-0, pues Valera recogió un balón en el área y, tras un quiebro de los suyos, remató raso, cruzado, fuera por un par de metros.

El partido se reanudó con el ambiente cargado en unas gradas casi llenas. Y sin cambios nominales. Diez para once. Tras unos primeros baqueteos de iniciativa mirandesa, la primera llegada del Real Zaragoza fue nítida, al recoger en el 48 Lecoeuche un balón suelto mal despejado por los visitantes y poner un centro que Azón cabeceó al larguero. En días tan enrevesados y donde la madeja cada vez se lía más, no se pueden fallar este tipo de ocasiones. Entretanto, Valera y Lecoeuche cayeron en sendos choque con rivales y el árbitro, el navarro Galech Apezteguía, adoptó la pose de despotismo, no se sabe bien cuánto de ilustrado. No pitó ni una falta de esas, en toda la tarde.

El Mirandés, en posiciones de descenso cuando empezó la jornada (y eso nunca es gratis), mostró poco empuje y decisión en ir a por el triunfo en los albores de ese segundo tiempo que comenzaba en superioridad de piezas sobre la hierba. Pasó el primer cuarto de hora de la reanudación y los zaragocistas no sufrieron un acoso diferente ni más adelantado que lo vivido en la primera fase, donde apostaron claramente por defender y salir con escasez a la contra. En ese hito del reloj, por pura inercia, construyeron el primer ataque que rozó el 0-1. El extremo Gabri Martínez hizo una incursión individual, superando a Francés, y su chut a placer se marchó fuera, a milímetros del palo izquierdo de un batido Cristian Álvarez.

Empezó el batiburrillo de los cambios a falta de 25 minutos. El Mirandés a su aire, sin pisar casi el área local. El Zaragoza con la entrada de Manu Vallejo y Aguado en un primer doble lote. Un agotado Azón y el desdibujado Moya se fueron a la ducha. El cuadro blanquillo llevaba muchos minutos plano, sin recursos de medio campo hacia arriba. El 0-0 parecía el máximo botín en otra tarde cruzada… A falta de 20 minutos, Lecoeuche cayó redondo al suelo. Cambio obligado por cuestiones físicas en el día de su reincorporación al equipo. Mouriño, acompañado por Mollejo (este en vez de otro que estaba sin pilas hacía largo tiempo, Valera), modificaron la cara del equipo en el último cuarto de hora. Francés se puso en el lateral diestro, eso que no se sabe bien por qué no está sucediendo hace tres semanas desde el inicio .

En los últimos 11 minutos, el Mirandés sí que dio diez pasos adelante en pos de la victoria. Pareció que era muy tarde. Durdov, el zaragozano Álvaro Sanz y los movimientos hacia zonas delanteras de sus laterales y mediocampistas hicieron recular al Zaragoza como no había sucedido hasta entonces. En las filas zaragocistas, detalle importante, Bakis no calentó en ningún momento para salir.

En las postrimerias del partido, una incursión de Grau en el área en el minuto 84 acabó con una caída susceptible de ser penalti por zancadilla. Galech, por supuesto, dio la negativa al asunto. Fue el único desahogo en área rival durante media hora larga de nada en ataque. El Mirandés dominaba cada vez con más veneno. Durdov amagó peligro máximo apenas un minuto antes de que la desgracia trajera el castigo mayor al Real Zaragoza, con el autogol de Jair en el 87 a centro de Pablo Ramón, solo en el lateral del área. De repente, los goles en portal propio se los mete el equipo zaragocista y los remates a los palos son suyos y no del contrincante. Los vientos del fútbol son así de ingobernables. Ahora, ya no viene de cola.

El aumento, de 8 minutos, se alargó hasta más de 10. Con pérdidas de tiempo del Mirandés y con Galech gustándose con trote de caballo jerezano entre la algarada de la grada. Cristian Álvarez subió a rematar un córner y dio el susto al chocar cabeza con cabeza (y puño) con su colega Luis López. Hay quien vio penalti en el topetazo. Los del VAR, que son los que llevan el timón en estos casos, se llamaron andana. Claro. El galimatías fue de órdago a la grande, el líneas generales. Al juez navarro, este tipo de circunstancias le vienen grandes como una saya de Demis Roussos. Se jugó la mitad del tiempo. Todo fueron interrupciones de los visitantes.

Y así se acabó este tercer tropezón serio del Real Zaragoza en dos semanas. Se bajó el ‘souflé’. Ya no hay liderato que sujete alegatos. Tampoco queda tan mal el asunto, pues el equipo aragonés será 2º o 3º, según haga el Espanyol más tarde. Pero el récord de los últimos tres partidos es de un punto sumado de 9 disputados. Y con la cosecha de solo un gol en las porterías de enfrente. Es probable que el entrenador siga oyendo runrunes. Habrá una novedad este lunes: la gente por la calle le dirá ‘míster, no pasa nada, son dos derrotas y un empate, a por otra’. Las pifias han aumentado en unidades. En resumen, cortito y al pie, algo no funciona en el juego del Real Zaragoza. Y es algo muy importante. El amplio cuerpo técnico sabrá detectarlo. Solucionarlo es otra cosa.

El Mirandés asalta La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair a un minuto del final descabalga al Zaragoza del liderato. El equipo de Escribá, sin síntomas de mejoría, jugó toda la segunda parte con diez por rigurosa expulsión de Sergi Enrich.

Al Real Zaragoza se le volvió a atragantar el Mirandés en La Romareda, lo que es casi una costumbre, y sumó una nueva derrota que le descabalga del liderato seis jornadas después. El partido estuvo marcado por la rigurosa expulsión de Sergi Enrich en el descuento de la primera parte, pero lo cierto es que el equipo de Escribá hizo escasísimos méritos frente a un rival serio y firme, que no regaló nada. Toda la ofensiva del Zaragoza fue un cabezazo de Iván Azón al larguero. Su fútbol no mejoró, ni con once ni con diez. Fue plano y fácilmente defendible para un Mirandés que no se confundió y que se benefició de un gol de Jair en propia puerta a un minuto del tiempo reglamentario. La suerte es caprichosa. Te da y te quita.

Lecoeuche, Maikel Mesa y Sergi Enrich, en su primera titularidad, fueron las tres novedades en el once de Escribá, en detrimento del lesionado Fran Gámez, de Bermejo y de Bakis, suplente por primera vez, mientras Lisci varió el sistema, pasando a jugar con tres centrales, e introdujo hasta cuatro cambios: Barbu, Tomeo, Reina y Baeza relevaron a Martón, Álvaro Sanz, Tachi e Ilyas Chaira.

El Zaragoza, responsabilizado y exigido por las circunstancias, pretendió tomar el mando desde el principio, apretando en la presión y estirando sus intenciones, pero su amenaza resultó ciertamente escasa y muy previsible. Tuvo la iniciativa, pero no el control. Otra vez sin producción en sus medios centro y con Maikel Mesa perdido, la sociedad Borge-Valera fue su único argumento ofensivo en la primera parte. Ambos cocinaron una ocasión a los diez minutos que Iván Azón no mandó a la jaula por centímetros. Pero no hubo más. Pareció un primer aviso, pero fue principio y final de su ofensiva frente a la seguridad y el orden de un Mirandés que respondió primero con un cabezazo picado de Gabri y pasada la media hora con un centro pasado de Baeza al que no llegó Carlos Martín.

La primera parte moría sin novedad y sin peligro cuando el Zaragoza se quedó con diez por una rigurosa expulsión de Sergi Enrich en una entrada aparatosa sobre Gabri en el centro del campo. Una tarjeta roja directa que lo cambió todo y que abrió un nuevo escenario para la segunda mitad.

El Zaragoza volvió del descanso enrabietado, dispuesto a compensar su inferioridad con arrojo y decisión, y pudo resolver el encuentro en el minuto 48, cuando un centro de Lecoeuche lo cabeceó Azón a bocajarro al larguero. Fue la mejor ocasión de la tarde, pero ahora al equipo de Escribá ya no le sale todo como en las cinco primeras jornadas. A partir de ahí, el Zaragoza quiso pero no pudo. Lo intentó, pero no le alcanzó, porque fue incapaz de producir más ocasiones claras y porque el Mirandés no hizo una sola concesión.

El partido era de empate, porque Cristian Álvarez no tuvo que intervenir una sola vez, pero a un minuto del tiempo reglamentario Jair, valladar tantas veces del Zaragoza, introdujo en su propia portería un centrochut del lateral Diego Moreno y le dio al Mirandés su primera victoria lejos de Anduva.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3618

Racing FerrolRACING DE FERROL 1-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

1-0, min. 60: Álvaro Giménez

Ficha Técnica

Racing de Ferrol: Cantero; Delmás, Jon García, Castro, Brais Martínez (Delgado, 85); Bernal, Señé; Carlos Vicente (Manzanara, 90), Losada (Nacho, 85), Héber Pena (Chuca, 73); y Álvaro Giménez (Manu Justo, 73).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Luna, 80), Francés, Jair, Borge; Grau, Moya (Maikel Mesa, 71); Valera (Mollejo, 71), Bermejo (Sergi Enrich, 80); Azón y Bakis (Manu Vallejo, 61).

Árbitro: Cid Camacho (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Castro (22).

Goles: 1-0, min. 60: Álvaro Giménez.

Real Zaragoza 1-0 Real Zaragoza

41.7 % Posesión 58.3 %
4 remates dentro 2
2 disparos bloqueados 1
4 remates fuera 6
9 disparos recibidos 10
1 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 8
8 faltas cometidas 13
135 perdidas de posesion 146
52 recuperaciones de posesion 65
4 fueras de juego 3
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Ferrol, primer tropiezo de un errático Real Zaragoza, que cayó por 1-0

El exblanquillo Álvaro Giménez marcó el gol al inicio de la segunda parte. Los de Escribá en una revolución inútil del entrenador, jugaron otro mal partido y esta vez no tuvieron ningún hado de de la fortuna de su parte. El equipo aragonés sigue líder.

El Real Zaragoza sigue líder en solitario tras perder el Espanyol en Tenerife. Pero hasta aquí ha llegado su condición de invicto. Ferrol, La Coruña, jornada 7. El recién ascendido conjunto gallego tumbó a un deficiente equipo zaragocista por 1-0, con un gol del ex Álvaro Giménez al inicio de la segunda parte. Fran Escribá planteó un partido conservador a más no poder, con una revolución de cinco cambios en la alineación inicial, que fue castigada con la derrota y, lo que es más doloroso, poniendo de relieve la incapacidad del bloque zaragocista a dar muestras de reacción tras encajar en gol, con un tercio de partido por delante.

La primera parte fue ya de fútbol de bajo nivel. Aburrida de seguir. Tanto por parte de los locales, muy timoratos y apostando por el contragolpe, apostados atrás de partida, como por parte de un cuadro zaragocista que no mejoró las prestaciones de los últimos partidos. Lento en la circulación, previsible siempre, sin profundidad en las terminaciones de las jugadas que tenían cierto desarrollo. Los cinco cambios que aplicó Escribá al once inicial, afectando a todas las líneas, no elevaron la solvencia del grupo en los primeros 45 minutos (clavados, no hubo aumento).

En los 23 minutos iniciales no sucedió nada de nada. Literal. La primera mitad de la primera mitad del duelo fue inerte, insustancial, de tanteo y miradas a los ojos permanentes de los contrincantes. En boxeo se hubiese sancionado falta de combatividad en muchas fases del duelo. En balonmano, pasivo. En waterpolo, ambos equipos habrían perdido la posesión infinidad de veces. Las porterías fueron durante ese largo trecho dos adornos del estadio, maceteros de fondo, ornamentos prescindibles para todos, decorado de tramoyistas.

El Racing de Ferrol se sintió cómodo según pasaron los minutos al ver que el Real Zaragoza, considerado en esta visita como un gigante (el líder aplastante en la tabla, no era para menos en el feudo de un debutante en la categoría), no era capaz de llevar un balón a su área medianamente potable. El equipo aragonés era una malva. Todos iban con el lirio en la mano en cuando pasaban a campo contrario. Bakis, desaparecido. Azón, peleón contra el mundo para nada. Bermejo, gaseoso e impreciso como es habitual. Valera, poco osado en los tres o cuatro balones en los que pudo percutir a su par, el zaragozano Delmás. En la media, Moya y Grau fueron dos timoneles fáciles de desactivar, simples en su juego, nada atrevido con el balón en los pies. Los laterales, fofos en ataque. Gámez, de vuelta a la derecha, sin acierto hacia arriba y sufriendo un par de veces en defensa a su espalda, con Héber Pena. Y el debutante Borge, bastante hizo con sujetar al aragonés Carlos Vicente en varias incursiones a base de aplicación y pelea, pues en otras fue rebasado. El Racing de Ferrol insistió siempre por ese flanco, sabedor de que ahí podía estar la flaqueza de la, por otra parte, firme defensa zaragocista. Bien los centrales, Jair y, de nuevo, Francés.

Francés, precisamente, estrenó las anotaciones de sucesos interesantes del partido en el minutos 23. Cabeceó una falta lejana botada por Moya y el balón se fue fuera por poco. La estrategia, un día más, fue la primera manera de llegar con cierto veneno por parte zaragocista. Con balón combinado, el equipo de Escribá no funciona. Se empeñe en lo que se empeñe el técnico y oiga runrunes donde solo hay evidencias. Los dos puntas fueron dos islas, sin suministro. Y, en global, el equipo no dio miedo nunca a los ferrolanos.

Thank you for watching

En el 30 apareció el Racing gallego en ataque, con un remate fallido de Losada, tras un quiebro afortunado sobre Jair que paró listo Cristian Álvarez. En el 35, en el rechace de un córner, Carlos Vicente empalmó una volea en el borde del área y el portero argentino sacó de la chistera una de sus palomitas milagreras para evitar el 1-0 y echar el balón a córner. De este saque de esquina, defendido con los ojos por un Zaragoza dormido, llegó otro casi gol local, pero el taconazo frívolo de Bernal, medio centro de Muniesa (Teruel), se marchó por encima del larguero mientras los avispas (el equipo aragonés no lució su uniforme oficial sin razón aparente para ello) no se enteraban de la película.

Se alcanzó la recta final de una primera mitad sosa, tediosa en infinidad de tramos, con un remate flojo de Valera a centro de Azón, en la primera jugada con cierto nivel notable del Real Zaragoza que llevó Azón por la izquierda, que paró Cantero sin problemas en el 40. Y en el 44, un centro-chut de Gámez no encontró ni portería ni rematador cuando los avispas parecían desperezar. Demasiado tarde. El árbitro, casero en diversas acciones que debió señalar como falta a favor del Zaragoza y se ahorró, los mandó a todos a la caseta cuando los de Escribá daban muestras de algo hasta entonces no visto. El 0-0, justo, se antojó un estado de las cosas buscado por ambos técnicos, que programaron un partido largo, a verlas venir, muy al estilo de la competición de Segunda. La liga va tomando forma y el conservadurismo empieza a imperar por doquier.

El segundo tiempo empezó sin cambios nominales en ningún equipo. Todo estaba bien, al parecer. El acto comenzó con un gol fallado por Bakis a bocajarro, mano a mano tras jugada trompicada de Azón en el minuto 49, que el germano-turco remató cruzado, fatal, fuera. El árbitró, Cid Camacho, acabó pitando falta a posteriori del ariete zaragozano antes del pase, pero Bakis ya había vuelto a desaprovechar una opción nítida de gol. Sigue su estado de ansiedad evidente. No es runrún. Es lo que hay.

El Racing de Ferrol, como al inicio del duelo, se había apostado atrás para jugar a la contra claramente. El Zaragoza empezó mandando. Moya recogió el balón en tres cuartos y soltó uno de sus disparos de derecha en el 51 que Cantero sacó a córner por encima del larguero en la mejor opción de gol de los aragoneses hasta entonces. Atrás, Carlos Vicente acababa de asustar de cabeza en un centro largo, vertical, que se topó con el cuerpo de Jair en el segundo palo. En los primeros 10 minutos de la reanudación, el equipo de Escribá se manifestó más gobernante, con mayores galones que en toda la primera mitad. Hubo filípica en el descanso. No gustó nada lo visto antes del intermedio.

Pero no remató nada bien. El equipo se le disuelve a Escribá de medio campo hacia arriba. Y esta vez, porque no siempre va a ser fiesta (era lunes, así que ni el calendario ayudaba al tópico), el rival, el animoso y bien armado Racing de Ferrol, pilló relajado a los avispas en una contra que montó Carlos Vicente, marcado muy de lejos por Borge, cuyo centro remató de cabeza Álvaro Giménez para hacer el 1-0 en el minuto 60. El gafe de los ex. Algo ancestral en la historia zaragocista. Los gallegos, en su primera salida con cicuta en todo el segundo periodo, se adelantaron en el tanteador y pusieron en evidencia al Real Zaragoza decadente de los últimos partidos.

El líder debía pelear por mantener su condición de invicto con media hora por delante. Había tirado a la basura una hora de fútbol. De mal fútbol. Al menos, de fútbol inconsistente. Escribá, si pretende seguir de líder y en posiciones cabeceras jugando así de feo y de deslavazado, se supone que admitirá que es imposible. Por más tópicos que se manejen para aludir a la categoría, a la igualdad, a los runrunes y demás asideros de talante psitaciforme habituales de los entrenadores en circunstancias semejantes.

La reacción seria no fue inmediata. El técnico quitó a Bakis y metió a Manu Vallejo en el gol. A partir de ahí, Bermejo no acababa nada. Valera ni lo empezaba. Las bandas estaban obturadas en ataque. Y así, Azón era un poste de telégrafos, o sea, de nula utilidad. Once minutos tardó Escribá en mover el equipo con más hondura. Va siempre con retardo cuando de actuar con contundencia se trata (ya le pasó en Cartagena cuando aplazó la salida de Lecoeuche al lesionarse Nieto y aquello costó un gol). Mollejo y Mesa fueron sus primeras balas, con solo 19 minutos como escenario. El equipo pedía modificaciones mucho antes, incluso con el 0-0.

Mollejo tuvo un balón franco en el minuto 72, en el área tras un par de rechaces fallidos, pero su chut de volea acabó en el mar, por encima del tejadillo del fondo. Descriptivo detalle. En la contra, con la grada de A Malata enfervorecida, el recién entrado Manu Justo ganó la espalda a Jair y Francés y chutó con fuerza provocando una parada de Cristian Álvarez providencial para evitar el 2-0 en el 76. A Escribá le entraron las prisas. El 0-0 le gustaba, aunque el juego fuese deficiente. La derrota, por el contrario, lo ponía en evidencia. Sergi Enrich y Luna fueron sus siguientes cambios en el 80. El equipo daba muestras por esos pasajes del partido de estar alborotado, ido. Los ferrolanos atacaban con facilidad, espoleados por su gente. Lejos de esperarse el 1-1, el barrunto era que el 2-0 podía llegar en cualquier momento. Mal asunto para los zaragocistas, aturdidos por el mazazo del gol y con nula respuesta a esa adversidad, con 30 minutos para repararla.

Se entró en los últimos 5 minutos con el Real Zaragoza hecho un ovillo, desmontado como equipo con las sustituciones. Y con el Racing de Ferrol empoderado, con razones para ello. Los zaragocistas no pisaron el área de Cantero durante la media hora en la que estuvieron en inferioridad, más allá del ‘drop’ de rugbi de Mollejo. Otra imagen cristalina de la falta de calidad del partido de los avispas, en claro retroceso. El árbitro solo dio 3 minutos extra. Poco. Caserete, caserete. Dio igual. Pudo haber dado 15 minutos más, que el Real Zaragoza no habría logrado el empate. La noche gallega empezó mal planteada, se desarrolló por caminos confundidos, Escribá apostó por guardar el 0-0 y ver si llovía café en el campo y, esta vez, le salió rana la jugada. Un sapo, más bien. El que se tragó el zaragocismo a ver a su equipo líder fuera de la órbita que requiere esa condición. El gas se esbafa. Escribá ha sido empujado por las circunstancias al centro del escenario, con el foco enfocándolo a él. Interesante imagen de un líder que, lejos de ir a mejor desde las victorias, está en evidente abollamiento de sus formas.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3611

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-1 REAL RACINGEscudo/Bandera equipo

0-1, min. 40: Grenier.

1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

FICHA TÉCNICA

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Mouriño, Jair, Luna; Toni Moya, Aguado (Grau, 62); Valera (Sergio Bermejo, 79), Manu Vallejo (Azón, 62); Maikel Mesa (Mollejo, 74) y Bakis (Enrich, 74).

Racing de Santander: Ezkieta; Mantilla, Germán Sánchez, Alves, Saúl; Morante (Pol Moreno, 88), Grenier (Peque, 59), Aldasoro; Andrés Martín (Sangalli, 74), Íñigo Vicente (Sainz de Maza, 88); Ekain (Arana, 59).

Goles: 0-1, min. 40: Grenier. 1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

Árbitro: Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Mostró amarillas a Saúl (31’), Bakis (37’), Grenier (51’), Andrés Martín (71’), Ezkieta (86’), y Germán Sánchez (88’), Toni Moya (94’).

Incidencias: Partido de la sexta jornada jornada de liga jugado en La Romareda, ante 27.208 espectadores. Noche es fresca en La Romareda y muy húmeda. El césped estuvo buen estado, rápido debido a las últimas lluvias caídas en Zaragoza en las últimas horas. Los jugadores saltaron al campo con una camiseta de apoyo a Carlos Nieto. Por su parte Cristian Álvarez, recibió el premio al jugador del mes de Segunda División

Real Zaragoza 1-1 Real Racing

63.8 % Posesión 36.2 %
2 remates dentro 4
1 disparos bloqueados 4
3 remates fuera 4
12 disparos recibidos 6
2 tarjetas amarillas 5
0 tarjetas rojas 0
15 faltas recibidas 19
21 faltas cometidas 16
132 perdidas de posesion 117
51 recuperaciones de posesion 51
2 fueras de juego 4
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El Real Zaragoza es humano y empata contra el Racing de Santander (1-1)

El Zaragoza sufre su primer tropiezo del curso en un partido desmejorado en el que un gol de Valera remontó el inicial de Grenier para un notable Racing.

El Real Zaragoza alienígena de las cinco victorias seguidas, el conjunto que parecía que no podía dejar de ganar ni en sus peores tardes, exhibió ayer su cara más real, más humana y terrena, más cercana a lo que hoy es su fútbol y sus capacidades. En otro partido de escaso bagaje ofensivo, el equipo de Escribá se atascó ante un Racing superior en la primera mitad, que se le puso por delante con un gol de Grenier al que Valera dio rápida respuesta al filo del descanso. El empate puede darse por justo, porque el Zaragoza, con los cambios y su diversidad de recursos en la suplencia, enderezó la noche en la segunda mitad, sobre todo, gracias a Azón. Y el punto aún puede mantener el liderato en función del resultado del Espanyol en esta jornada.

Pero, por encima de todo, el resultado dejó al descubierto algunas de las carencias creativas y ofensivas que Escribá aún no tiene solventadas, ya advertidas en los días de vino y gloria de las últimas semanas y a las que las victorias le echaron el velo por encima. El Zaragoza, en resumen, juega muy lejos del área adversaria y no termina de imponerse en campo contrario: al Racing solo le remató dos veces a puerta. Su rival le dobló en disparos.

Fue Gámez el lateral izquierdo de emergencia con el que Escribá le pegó un parche a la posición ante las ausencias de los lesionados Nieto y Lecoeuche, movimiento que motivó el debut en la temporada en su zona natural de Marcos Luna en un once en que no figuraron ni Francés ni Azón. Quizá el técnico, en un intento por gestionar los méritos y la salud del grupo en un vestuario del que se presume por su anchura de soluciones, dejó fuera a los dos internacionales, que solo habían trabajado un par de días esta semana. Ambos se notaron: Francés porque Mouriño bajó un pistón su rendimiento de Cartagena. Y Azón porque es la cremallera que da recorrido y profundidad a la delantera del Zaragoza. Este fue el problema nuclear del equipo ante un Racing que le controló y domesticó con facilidad durante la primera mitad. El Zaragoza fue un equipo denso, horizontal y atascado porque ni Maikel Mesa ni Bakis le daban al ataque por dentro desmarques profundos. Ambos realizaban movimientos similares: recibían de espaldas, la pedían al pie y se dedicaban ambos al apoyo, sin sincronizarse entre ellos desmarques de ruptura. Difícilmente cuajarán juntos en un sistema así. A ello, se le unió los problemas del Zaragoza para que su doble pivote asuma el peso del juego y los pases iniciales: Moya y Aguado, bien marcados al hombre por el Racing, circulaban la pelota lentamente, una parsimoniosa cadencia que acababa siempre de vuelta a los centrales. O el Zaragoza deja de acostar el juego en los pies de sus defensas o sufrirá más días así. Entre unos delanteros que no estiraban al equipo y unos medios con poca progresión, el Zaragoza no avanzaba. Y así, expuso su fútbol a pérdidas que el Racing, un equipo brillante en la transición, eléctrico, vertical y punzante, convirtió en su llave en la cerradura del partido. Antes de su gol, los cántabros ya amenazaron con un tiro cruzado de Aldasoro tras un desliz de Moya que Cristian sofocó y con una intervención del divino argentino a una picadita de Andrés Martín. Eran minutos en los que Aldasoro, indetectable entre líneas, le encendía una hoguera a Aguado y Moya en su zona. Gran jugador el vasco: completo, intenso, fino cuando toca.

El Zaragoza, por su parte, apenas respiraba por su carril derecho, donde la agitación y el desborde de Germán Valera trató de abrir camino a gol. Fue el principal activo ofensivo, mientras que Manu Vallejo apenas intervenía en su sector. A Valera le hicieron nada más empezar un penalti que solo se explica que no se pitará vía VAR si se apreció mano de Maikel Mesa en un control previo. La mejor la tuvo Bakis con un rechace al que no le puso dirección correcta. También Andrés Martín mandó al cielo un remate franco dentro del área.

El Zaragoza se vio por debajo por primera vez después de que la tela de araña del Racing atrapara un error de salida de Mouriño. Fue Vicente quien gestionó el asunto y le entregó medio gol a Grenier, que la cruzó por bajo. Al Zaragoza se le quebraba así un partido por primera vez.

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Sin embargo, respondió con grandeza al filo de los últimos segundos de los dos minutos de prolongación. Un largo hilo de pases, acabó en la bota precisa de Toni Moya. Su centro desde tres cuartos lo repelió la defensa cántabra, pero allí fue Valera como si ese balón fuera su cena de la noche: un trozo de pan al que le pegó una dentellada que no era fácil, metiendo el pie al bote y mandando la pelota a la red. Así, con ese empate justo y psicológico, se llevó el asunto el Zaragoza al descanso.

A la vuelta al césped, el Racing pegó el susto, con un cabezazo de Mantilla, su lateral derecho, a dos palmos de la línea de gol que mandó fuera cuando eso, precisamente, parecía lo imposible. El partido recorría su curso en los mismos términos que el primer acto. El Racing buscaba el error del Zaragoza para dañar con su infantería. La idea estuvo muy bien traída porque el equipo aragonés si de algo está pecando es de tener la posesión más cerca de su portería que de la rival, lo que multiplica ciertos riesgos. Mientras tanto, el colegiado, algo indescifrable, le perdonaba la posible segunda amarilla a Grenier. Pareció tan clara que su técnico no tardó ni un minuto en quitarlo: saltaron Peque y Arana, delantero que relevó a Ekain. Por su parte, Escribá movió pieza poco después: retiró a un Aguado al que el contexto de su equipo aún se le atraganta y a Manu Vallejo, lejos de lo esperado. Salieron así Jaume Grau e Iván Azón al campo, pasando Maikel Mesa de la segunda punta a la banda izquierda.

El Zaragoza, solo con la presencia del ariete canterano, acabó metiéndose en campo del Racing. Las cargas en profundidad de Azón nivelaron la pugna, y su equipo comenzó a crecer. Sin mucha llegada, pero, palmo a palmo, ganando terreno. Fue el tramo del encuentro en el que Bakis exhibió cierta desconexión, como si sintiera que algo falta por incorporar a su carta de servicios. El gol, la falta de él, es como el frío: parece que no, pero poco a poco se va metiendo en los huesos. Escribá lo cambió para el asalto final, al que se apuntaron Enrich y Mollejo, y poco después Bermejo, quien entró por Valera, fatigado y con molestias.

Aquí se evidenció una de las grandes fortalezas del Zaragoza de este año: los cambios, los recursos en el fondo del armario, le dieron soluciones y le inyectaron gasolina. Aun con todo, el conjunto aragonés no terminó de intimidar el área, bien cerrada para el final con tres hombres por un Racing que no tardó en poner en valor el punto que tenía en la mano. Al Zaragoza, al final, se le oscurecieron las ideas. La Romareda, de nuevo exultante y celestial, con 27.208 almas, la mejor entrada del año, le trató de llevar arriba, pero poco más pasó. Esto, la comunión de acero que han firmado equipo y afición fue la victoria del día.

 

El Racing frena al líder

El Real Zaragoza, cortocircuitado y atascado, no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo. José Alberto le ganó la partida a Escribá.

Al Real Zaragoza le ha aupado al liderato su eficacia y no su fútbol, así que era cuestión de tiempo que se acabara su impecable racha de resultados. Esta vez no pudo con un Racing aplicado y valiente, que le complicó las cosas desde el primer momento. Hasta ahora, al equipo de Escribá le había salido todo, pero en su partido más gris de todo el campeonato no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo, porque si alguien mereció ganar fue el Racing.

Ante las bajas de Nieto y Lecoeuche, Fran Escribá pretendió resolver el problema del lateral zurdo colocando a Luna en la banda derecha y trasladando a Fran Gámez a la izquierda, mientras Valera reemplazó a Bermejo como volante derecho. Fueron los dos únicos cambios en el once del Zaragoza, en el que no entraron los internacionales Sub-21 Francés y Azón. Por su parte, José Alberto introdujo mucho atrevimiento y hasta tres novedades en la alineación del Racing: Morante, Grenier y Ekain relevaron a Íñigo, Peque y Arana.

El partido comenzó a un ritmo vertiginoso y se puso enseguida a mil revoluciones, quizá lo que nunca desea Escribá, porque el Racing, lejos de especular o pausar el juego, salió como un tiro y su valentía y decisión provocó un toma y daca constante. Y en el intercambio, las ocasiones se sucedieron en las dos porterías en el primer cuarto de hora. Cristian Álvarez salvó un disparo cruzado de Aldasoro y sacó una mano prodigiosa ante Andrés Martín, mientras Manu Vallejo se enredó solo ante Ezkieta y ni remató ni pasó, y Bakis, con la suerte de espaldas, mandó rozando el larguero un balón a la salida de un córner.

El juego fue perdiendo gas, pero el Zaragoza, sorprendido por el planteamiento de José Alberto, no estuvo cómodo en toda la primera parte. Le costó superar la presión del Racing, careció de fluidez e intención en la circulación de la pelota, sus laterales no percutieron y no defendió con solvencia ante un rival afilado por Íñigo Vicente que siguió acumulando ocasiones en las botas de Ekain y de un activísimo Andrés Martín. Y así, a cinco minutos del descanso, Grenier hizo diana, tras un error al alimón de Marc Aguado y Mouriño en la salida del balón. El gol fue justo premio a los méritos del Racing que, sin embargo, mereció quedarse enseguida con diez por una segunda amarilla del lateral Saúl que el árbitro, literalmente, no quiso ver. Sólo Valera, encarador de genio y voluntad, un extremo desequilibrante en la categoría, sostuvo al equipo de Escribá en ataque, y su insistencia acabó teniendo recompensa a segundos del descanso, cuando, providencial, mandó a la jaula una pelota muerta en el área pequeña. El Racing fue bastante mejor en la primera mitad, pero el Zaragoza se valió otra vez de su eficacia. O del oportunismo de Germán Valera.

En la segunda parte, Escribá pasó del 4-2-3-1 al 4-4-2, permutando las posiciones de Maikel Mesa y Manu Vallejo, en un intento por variar el rumbo del encuentro, pero el Racing no perdió una pizca de osadía, continuó desordenando con su fútbol a la defensa del Zaragoza y tuvo el 1-2 en la cabeza de Mantilla en el minuto 51, en una oportunidad verdaderamente de oro.

En vista de que el Zaragoza no mejoraba, a media hora del final entraron Jaume Grau e Iván Azón. Antes habían ingresado Arana y Peque en un Racing que siguió cortocircuitando al equipo aragonés, que ya a la desesperada dio entrada a Mollejo, Sergi Enrich y Bermejo por Bakis y Maikel Mesa, ambos en noche de ausencia, y por un agotado Valera.

Pero no fue el día de un atascado Zaragoza, que esta vez no tuvo ni fútbol ni eficacia. Ni tampoco fue el día de Escribá. José Alberto le ganó la partida.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3610

CARTAGENA 1-3 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 16: Manu Vallejo.

1-1, min. 31: Arnau Solá.

1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta.

1-3, min. 92: Mollejo.

Ficha técnica

FC Cartagena: Martínez; Jansson (Umaro, 62), Verdú (Luis Muñoz, 46), Alcalá, Fontán (Alarcón, 89), Arnau Solá; Jony (Juan Carlos, 62), Hevel, Jairo; Ayllón (Narváez, 62) y Ortuño.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Mouriño, Jair, Nieto (Lecoeuche, 32); Aguado, Moya (Francho, 65); Bermejo (Valera, 78), Maikel Mesa (Grau, 78); Manu Vallejo (Mollejo, 65) y Bakis.

Arbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Jony (37), Jair (42) y Ortuño (85).

Goles: 0-1, min. 16: Manu Vallejo. 1-1, min. 31: Arnau Solá. 1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta. 1-3, min. 92: Mollejo.

Incidencias: Tarde muy calurosa en Cartagena, con 30 grados y bochorno a la hora del partido (las 18.30). El césped de Cartagonova presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 10.000 espectadores, con un centenar de zaragocistas entre ellos. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el terremoto de Marruecos.

Cartagena 1-3 Real Zaragoza

50.2 % Posesión 49.8 %
5 remates dentro 5
5 disparos bloqueados 2
9 remates fuera 2
10 disparos recibidos 19
2 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
5 faltas recibidas 9
11 faltas cometidas 6
128 perdidas de posesion 118
63 recuperaciones de posesion 61
2 fueras de juego 0
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El Real Zaragoza suma su quinto triunfo consecutivo y sigue líder tras vencer en Cartagena

Manu Vallejo, Alcalá en propia puerta y Mollejo anotaron los goles ganadores en una tarde de juego irregular y muchas dosis de fortuna zaragocista.

Un carrusel de sensaciones fue la primera parte. Un ir y venir de área a área en muchas fases, con infinidad de incidencias y, sobre todo, máxima efectividad del cuadro zaragocista, que se fue al descanso ganando 1-2 y superando un serio contratiempo con la lesión de Nieto que, en su continuidad y en inferioridad numérica porque Fran Escribá estuvo lento en reaccionar y sustituirlo, supuso el empate local momentáneamente. El Cartagena lanzó dos veces a los palos y se marcó en propia puerta el segundo tanto zaragocista. Los aragoneses, que jugaron siempre al fútbol control, tuvieron el santo de cara en casi todos los lances decisivos.

Empezó mejor el equipo murciano. Ortuño voleó en el minuto 10 en la frontal, fuera por un metro. Replicó por primera vez el Zaragoza con una contra individual de Manu Vallejo, que estrenaba titularidad y remató en carrera provocando una parada extraordinaria de Martínez en el 15. A la salida del córner consiguiente, ensayado, Moya pasó a Nieto, que entró solo en el área para asistir al propio Vallejo para que remachara a placer el 0-1 en el 16. Los albinegros no habían sabido aprovechar varias penetraciones de Jairo y Arnau Solá por el carril de Gámez, un coladero todo el tiempo por la falta de apoyo además de Bermejo en los repliegues defensivos.

Hevel desperdició un balón franco al borde del área en el 25, lanzando su rosca alta. Y Moya cabeceó mal, alto, un centro de Gámez un minuto después en la respuesta aragonesa. En el juego combinativo era mejor el Cartagena, pero le faltaba siempre el último pase. Y en esas, Nieto se llevó un balón por arriba levantando en exceso el pie ante Jansson en el minuto 28. Se rompió el lateral zaragozano y el juego estuvo parado 3 minutos. Salió en camilla. Escribá no metió enseguida a Lecoeuche y defendió esa falta con 10 y con Manu Vallejo, un delantero, de improvisado zaguero zurdo. Por ahí entró el Cartagena. El propio Jansson bailó a Manu dos veces en el área, chutó al poste y del rechace, entre los nervios de la defensa avispa, la pelota le cayó al borde del área a Arnau Solá que empalmó de primeras raso, adentro. Cristian Álvarez reaccionó tarde. Era el 1-1 en un accidente evitable por parte del banquillo zaragocista.

La fortuna se alió con el Real Zaragoza tras varios minutos grogui, con el público de Cartagonova encendido. Ocho minutos más tarde, en el siguiente acercamiento al área murciana, centró Moya y el central Alcalá se marcó en propia puerta un golazo. Metió la pierna derecha para despejar y le salió un remate por la escuadra izquierda de un sorprendido Martínez. En el 39 el equipo zaragocista volvía a ponerse por delante en el tanteador. Los padecimientos por los laterales continuaron todo el tiempo. Gámez no se enteró de la fiesta. El debutante Lecoeuche anduvo despistado en sus acciones primeras tras salir en frío. Solo Jair y el otro que se estrenaba, Mouriño, mantuvieron el nivel óptimo atrás. En la medular, Aguado tuvo una pérdida grave que le costó tarjeta a Jair. Moya ayudó como pudo hacia atrás. Los demás, solo iban hacia delante, con Bakis un día más aislado y sin mezclar bien con nadie ni con nada.

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No encandila jugando al fútbol el Real Zaragoza. Pero es rentable a más no poder. Gana por decantación, por peso específico individual en acciones puntuales. Sufrió de lo lindo el bloque de Escribá en los cinco minutos de aumento. Hevel lanzó alta una falta al borde del área. Y antes del silbido final de Ais Reig, Alcalá estuvo a centímetros del desquite, pues remató a la escuadra un centro largo al área aragonesa. El intermedio hizo de campana salvadora para los zaragocistas, que siguen con el viento de cola en todo lo crucial de los partidos de este inicio de temporada.

Escribá apostó por un 4-2-3-1 novedoso, con Mesa de mediapunta y Vallejo de extremo zurdo (Bermejo era el diestro). Los locales jugaron con un 5-3-2 atrevido que, en el cotejo, les dio más rendimiento con la pelota pero menos a la hora de la verdad. Y el fútbol son goles. Y marcadores. Y ahí fue mejor el Real Zaragoza.

Tras el refrigerio, Víctor Sánchez, técnico local, cambió una pieza. Dejó en la ducha al central Verdú y metió al medio centro Luis Muñoz, que se colocó de falso defensor. El sistema era idéntico. Los departamentales salieron con fuerza. Jair se tuvo que multiplicar al corte. Y, sin embargo, el primer remate de la reanudación fue del Zaragoza, a cargo de Bakis, desde la corona del área, que paró abajo Martínez en el minuto 49. Apareció ahí por primera vez el germano-turco. El equipo de Escribá se ubicó atrás y facilitó el dominio absoluto de los locales. Jugaba con el marcador y el reloj a favor, dos grandes aliados. Futbolísticamente, nada cambió ni mejoró: los laterales eran muy vulnerables y Aguado y Moya no mandaban en la zona central. Aguantar así todo el segundo periodo parecía una aventura con difícil final feliz. Urgían cambios de actitud y rendimiento.

En el 58, Bermejo protagonizó una salida veloz tras el acoso local, asistió a Bakis que hizo dos recortes en carrera en el área, magníficos, y su remate lo sacó a córner Martínez en un paradón. Ahí estuvo el 1-3. Pero el ariete, de momento, sigue sin suerte ante el gol. En la contra cartagenera, Ayllón aprovecho otro error de la línea de medios para irse solo, no decidió disparar y erró en el pase a Ortuño, pero el rechace le quedó a Jairo, cuyo remate mordido lo echó a córner Cristian Álvarez en una gran palomita que evitó el 2-2. Seguía el vértigo de lado a lado. Tónica general toda la tarde.

Víctor Sánchez hizo un triple cambio en el 62. A la desesperada muy pronto. El exzaragocista Narváez fue de los refrescos, como Juan Carlos y Umaro. Buscaban el lateral de Lecoeuche. Escribá respondió metiendo a Francho y a Mollejo por Moya y Manu Vallejo. Agitar el tarro se llama esto. Entretanto, Jair era el salvador de todos los agobios atrás, que eran constantes. Y Cristian Álvarez, el otro baluarte, tuvo que ser atendido en el 71 por un problema en la pierna izquierda. Saltaron las alarmas. Pero todo quedó en un susto. Valera y Grau fueron la tercera ventana de sustituciones, en vez de Bermejo y Mesa. El Zaragoza necesitaba pausa y oxígeno, pues estaba demasiado atrás y siendo superado en cada jugada albinegra.

Se entró en los 10 últimos minutos con los aragoneses demasiado lejos del portero local siempre. Sin pisar el área rival en el 95 por ciento del tiempo de juego del segundo tiempo. Jugaban a hacer rondos los avispas. Control sin profundidad. Desde muy pronto se dedujo que la pretensión era sujetar el 1-2, que era oro molido. Bakis pecó de individualista en una contra en superioridad en el minuto 83. Está ya obsesionado con el gol. Mal síntoma. Pero es normal. Ya en el 89, otro ex, Alarcón, fue la última bala cartagenera. Se les iba el tiempo a los anfitriones.

El colofón a este partido ‘sui géneris’ del líder Real Zaragoza lo puso el 1-3, marcado por Mollejo en el 92 tras un regalo del portero Martínez en una salida con el pie fuera del área que resultó suicida. Quiso regatear, controló mal y donó la pelota al delantero zaragocista, que avanzó con la portería desguarnecida y marcó a placer. Al final, goleada a favor de los zaragocistas en un duelo en el que pudieron salir derrotados sin que nadie se sintiera extrañado por ello. Un triunfo de campeón. Otro. El quinto seguido. Los hados siguen llevando el escudo del león en el pecho.

Ficha técnica

FC Cartagena: Martínez; Jansson (Umaro, 62), Verdú (Luis Muñoz, 46), Alcalá, Fontán (Alarcón, 89), Arnau Solá; Jony (Juan Carlos, 62), Hevel, Jairo; Ayllón (Narváez, 62) y Ortuño.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Mouriño, Jair, Nieto (Lecoeuche, 32); Aguado, Moya (Francho, 65); Bermejo (Valera, 78), Maikel Mesa (Grau, 78); Manu Vallejo (Mollejo, 65) y Bakis.

Arbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Jony (37), Jair (42) y Ortuño (85).

Goles: 0-1, min. 16: Manu Vallejo. 1-1, min. 31: Arnau Solá. 1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta. 1-3, min. 92: Mollejo.

Incidencias: Tarde muy calurosa en Cartagena, con 30 grados y bochorno a la hora del partido (las 18.30). El césped de Cartagonova presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 10.000 espectadores, con un centenar de zaragocistas entre ellos. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el terremoto de Marruecos.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº4 (3.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº4 (3.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº4 (3.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3609

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 2-0 ELDENSE

(1-0) Azón, min. 41.

(2-0) Piña, en propia puerta, min. 57.

Ficha Tecnica:

Real Zaragoza: Cristian Alvarez, Fran Gámez, Francés, Jair, Nieto, Francho (Toni Moya, 73), Marc Aguado, Maikel Mesa (Manu Vallejo, 63), Valera (Bermejo, 63), Iván Azón (Mollejo, 73) y Bakis (Sergi Enrich, 84).

Eldense: Vallejo, Abad, Piña, Dumic, Poloni (Soberón, 58), Timor (Álex Bernal, 82), Sergio Ortuño, Cris Montes (Arnau Ortiz, 69), Mateu, Juanto Ortuño (Chapela, 58), y Andone (Eddy Salcedo, 69).

Goles: Azón, min. 41. Piña, en propia puerta, min. 57.

Árbitro: López Toca (Comité Cántabro). Mostró amarilla a Maikel Mesa, Dumic y Francho.

Incidencias: Tarde agradable en la capital aragonesa, con 28 grados, cielo nublado y una suave brisa. La Dana descargó las lluvias por la mañana y respetó el horario del partido. El césped de La Romareda presentó un estado impecable. En las gradas hubo más de 26.000 espectadores, unos 100 procedentes de Elda.

Real Zaragoza 2-0 Eldense

58.8 % Posesión 41.2 %
1 remates dentro 3
4 disparos bloqueados 2
8 remates fuera 3
8 disparos recibidos 14
2 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 6
6 faltas cometidas 13
135 perdidas de posesion 137
60 recuperaciones de posesion 55
2 fueras de juego 2
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Un Real Zaragoza imparable vence al Eldense y sigue líder con pleno de victorias

El equipo de Escribá se impone a los alicantinos con goles de Azón y Francés. La Romareda fue una fiesta.

Al Real Zaragoza no hay quien lo pare. Nuevo triunfo ante el Eldense (2-0). Pleno de victorias. Doce puntos de doce posibles, y la sensación de que todo está de cara. Los resultados, la afición… La ilusión sigue disparada después de un partido en el que los de Escribá han sido superiores a su rival y se han valido de dos jugadas afortunadas para seguir en una dinámica de la que nadie se quiere bajar.

Iván Azón, antes del descanso, y Alejandro Francés, en el 57, fueron los autores de los goles de un choque en el que Escribá dejó atrás el rombo para disponer un 4-4-2 más clásico. Aguado y Francho formaron en el doble pivote; Maikel Mesa partió desde la izquierda y Valera jugó en banda derecha -a pierna cambiada- para convertirse en el hombre más incisivo.

El comienzo del duelo fue bronco. Estuvo cargado de faltas eimprecisiones. El Zaragoza no encontraba los espacios mientras el Eldense esperaba agazapado una distracción. Un error que llegó en el minuto 10,cuando Andone logró colarse entre Nieto y Jair para regalarle un pase atrás a Juanto Ortuño que, afortunadamente, este mandó a la grada.

El aviso espoleó al Zaragoza. Francés protagonizó el primer disparo peligroso, un derechazo que se fue al lateral de la red, y seguidamente comenzó la exhibición de Germán Valera. Media hora en la que el equipo de Escribá volcó todo su fútbol a la banda derecha para valerse de sus incursiones.

En 17, el joven extremo tiró una diagonal que terminó con un chut desviado de Nieto; en el 20, dejó a sentado a Poloni en el vértice del área para mandar un misil por encima del larguero; y en el 35 lanzó la jugada que, sin acabar en gol, empezó a decantar el partido del lado zaragocista.

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Francho Serrano recibió en la parcela del propio Valera, se zafó de Timor con una finta, y fue agarrado sobre la misma línea sin que López Toca decretara un penalti muy protestado. Tanto por el propio Francho, castigado con amarilla, como por el público de La Romareda, que se entregó a los suyos en el emocionante final de la primera parte.

Fútbol combinativo hubo más bien poco. Pero el Zaragoza, enrabietado, sumó verticalidad. Pujanza para hacer recular al Eldense y aprovecharse de una jugada afortunada para adelantarse en el marcador.

Fue en el minuto 37, cuando Valera -¿quién si no?- lanzó un mal pase de exterior que, tras golpear Sergio Ortuño, se hizo bueno en los pies de Azón. En la bota derecha que batió a Vallejo con un eficaz remate e hizo estallar a la parroquia zaragocista.

Con 1-0 se llegó al tiempo de descanso y con el 2-0 se pudo reanudar el envite. Muchos -los que ya habían terminado de acomodarse- lo cantaron. Fue el efecto óptico de un zurzado de Nieto que acarició el exterior de las mallas. Fue el preludio de la fiesta del Zaragoza. De un equipo que está con la suerte de cara.

Solo así se explica la acción del verdadero 2-0. Otro balón rechazado. Otro testarazo de Francés que, al golpear en la espalda de Íñigo Piña, se coló junto al poste izquierdo de un Vallejo que nada pudo hacer.

La Romareda estalló de alegría. La gente se sonreía asintiendo con la cabeza. La cosa está de que sí… Y no hay que detenerse a preguntarse el por qué. Hay que mantenerse subido a una inercia positiva que, hacia la recta final de partido, nunca hizo temer por la victoria.

Ni siquiera cuando, rebasada la hora de juego, el Eldense tuvo su mejor ocasión. Ahí estaba Cristian Álvarez para detener el mano a mano con Chapela. Ahí estaba el argentino, casi inédito hasta entonces, para recordar su importancia en un bloque que, no lo olvidemos, está forjando su éxito desde la solidez defensiva.

Lo volvió a demostrar este domingo. Cuarta portería a cero. Mínimas concesiones ante un rival que durante el último cuarto de hora se topó con la contundencia de Jair y Francés, con el poso de Marc Aguado para sujetar el centro del campo y controlar el cierre del encuentro.

Apenas hubo un par más de acercamientos del Zaragoza. Una incursión de Bermejo y otra de Manu Vallejo, de dos de los hombres que habían entrado para refrescar el ataque. Para demostrar la profundidad de plantilla de un equipo en el que también terminaron participando Toni Moya, Mollejo y Sergi Enrich.

Todos aportan. Todos se sienten partícipes de un liderato que empieza a ir en serio. De un inicio (12 de 12) que hace creer a unos aficionados que este domingo despidieron a los suyos con el “volveremos, volveremos” que, este año sí, puede hacerse realidad.

El Zaragoza, líder inmaculado

El equipo aragonés despacha también al recién ascendido Eldense y cuenta sus partidos por victorias. Iván Azón abrió la cuenta y la cerró un autogol de Íñigo Piña. Fiesta en la Romareda.

Cada vez más líder. Cuatro partidos, doce puntos. Seis goles a favor y ninguno en contra. El Real Zaragoza mantiene el vuelo en lo más alto de la clasificación, después de despachar también al Eldense, que se presentó en La Romareda sin complejos, pero no pudo detener la inmaculada racha del equipo aragonés, que tiene el fútbol y la suerte de cara. Iván Azón abrió el marcador al filo del descanso y un autogol de Íñigo Piña sentenció el partido ante el entusiasmo de la fiel y numerosísima parroquia zaragocista, que sigue disfrutando del decretado estado de ilusión.

Escribá no repitió está vez alineación y presentó la novedad de Valera por Toni Moya, un extremo regateador por un mediocentro para afilar más a su equipo, desplazando a Francho de la banda derecha al doble pivote. Estévez también introdujo un único cambio y relevó a Chapela por Montes en la aparición en sociedad del Eldense en una Romareda de gala, con más de 26.000 espectadores, una bendita excepción en la categoría.

Al recién ascendido no le asustó el ambiente y salió al partido sin complejos, aprovechándose del espíritu contemplativo del Zaragoza y de un fútbol a bajas revoluciones. Y así, a los once minutos, Juanto dio el primer aviso serio con un remate alto en una acción en la que se quedó enganchado Fran Gámez. El susto desperezó algo al equipo aragonés, que respondió con un taconazo dentro del área de Francho y, sobre todo, con un zurdazo de Valera, tras un espléndido zig-zag desde la banda derecha. Valera, un consumado driblador, fue el animador del Real Zaragoza en la primera media hora y el único que creó desequilibrio en las filas de un Eldense sólido, ordenado y que abusó de las faltas ante la permisividad y el criterio variable de López Toca.

El Zaragoza tomó el mando en el tramo final de la primera parte, aunque un error de Jair en la salida del balón le sirvió al rumano Andone una ocasión inmejorable en el minuto 38. Pero el que la tuvo acto seguido y no falló fue Iván Azón. Al ariete aragonés, un incordio constante, le cayó en el área pequeña un rechace del lateral Abad, a centro de Valera, y fusiló a bocajarro al portero Guille Vallejo. Un gol de oportunista que puso por delante al equipo de Escribá a tres minutos del descenso. Un gol psicológico.

El Zaragoza tuvo la sentencia nada más volver del descanso, cuando Nieto se hizo con un rechace en la frontal del área y largó un zurdazo que salió rozando el poste, pero el 2-0 no tardó en llegar. A los 57 minutos y a balón parado, como se resolvieron los duelos frente al Valladolid y el Tenerife. Francés cabeceó un córner de Francho y el central Íñigo Peña desvió la pelota a la red.

Con todo perdido, Fernando Estévez intentó lo imposible con los cambios, pero el Zaragoza durmió el partido con oficio y demostró que esta temporada va muy en serio.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº3 (27.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº3 (27.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº3 (27.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3608

TENERIFE 0-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 68: Jair

Ficha técnica

CD Tenerife: Soriano; Mellot, León, Sipcic (Elady, 81), Nacho González; Sergio González (Amo, 70), Corredera; Luismi Cruz (Teto, 56), Roberto López (Dauda, 56), Waldo Rubio (Ángel, 70); y Gallego.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Aguado (Grau, 80), Francho, Moya (Bermejo, 46), Maikel Mesa (Valera, 46); Azón (Sergi Enrich, 89) y Bakis (Mollejo, 72).

Árbitro: González Estéban (Comité Vasco). Expulsó a Ángel (75), por agresión a Nieto. Amonestó a Maikel Mesa (1), Gámez (37), Sergio González (47), Ángel (74), Francés (82), Amo (87) y Soriano (87).

Goles: 0-1, min. 68: Jair.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Santa Cruz de Tenerife, con 31 grados al inicio del duelo (las 18.00, hora local) y un altísimo grado de humedad, en torno al 80 por ciento, que hizo que el aire fuera irrespirable. El césped del Heliodoro Rodríguez López presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 19.000 espectadores sobre un aforo de 22.000.

Tenerife 0-1 Real Zaragoza

54.1 % Posesión 45.9 %
2 remates dentro 4
8 disparos bloqueados 2
4 remates fuera 1
7 disparos recibidos 14
3 tarjetas amarillas 3
1 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 17
19 faltas cometidas 10
139 perdidas de posesion 116
61 recuperaciones de posesion 52
3 fueras de juego 2
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El Real Zaragoza sale líder en solitario de Tenerife tras ganar 0-1 en un duelo áspero

Jair, a la salida de una falta, marcó el gol decisivo a falta de 22 minutos. Los canarios fueron superiores en la primera parte pero no supieron abatir a los de Escribá, que aprovecharon los detalles para vencer de nuevo

El Real Zaragoza ya es líder en solitario de la Segunda División tras ganar 0-1 este sábado en Tenerife con un gol de Jair en el minuto 68. El pleno de victorias, tres de tres en agosto, con cuatro goles a favor y ninguno aún encajado, subrayan un inicio de liga inédito desde hacía cuatro décadas. No fue un partido bueno del equipo zaragozano, sobre todo en la primera parte, llena de máculas. Pero mostró oficio, paciencia y capacidad de mejora para acabar llevándose un triunfo de enorme valor.

Orden, rigor táctico, mecanicismo al máximo en los movimientos, escaso riesgo con la pelota en los pies, buen repliegue ante los ratos de acoso del rival y poco, muy poco fútbol ofensivo. Este fue el equipo de Escribá en la primera parte. Con dos delanteros, como presumió el técnico blanquillo que iba a jugar todo el año para asustar y ser ofensivos, pero sin generar apenas una jugada combinada potable hacia el marco del inédito Soriano. Repitió el preparador valenciano alineación por tercera jornada consecutiva, algo fuera de lo normal en su ‘currículum vitae’ y esta vez el rombo no dio frutos en el apartado atacante. Fue una rémora todo el tiempo porque ninguno de los cuatro centrocampistas, Aguado, Francho, Moya y Mesa, se atrevieron a traspasar líneas con pases diagonales o largos y se limitaron al toquecito corto, horizontal, insustancial y… además, con infinidad de fallos.

No jugó bien el Real Zaragoza en la primera parte, superado de cabo a rabo por un Tenerife que, aunque no quisiera, tenía que dominar el balón por la inacción de los zaragocistas, atrincherados atrás dejando pasar el cronómetro sin rubor. Hubo un arranque prometedor de los avispas, con una subida por la banda de Gámez en el minuto 2 que acabó Moya con un chut raso desde la frontal del área a las manos de Soriano que, visto el discurrir del juego, se quedó en un amago falso de algo consistente. Los zaragocistas no dieron cuatro pases seguidos en ningún momento. Y los locales, por pura decantación, acabaron encerrandolos en el área de un atinado Cristian Álvarez… menos mal. El último cuarto de hora antes del descanso, tras la pausa de hidratación, fue de tal aplastamiento del Tenerife que parecía un partido de un equipo de Segunda División, el canario, contra uno de Regional Preferente. Que nadie se ofenda. Solo que revise el vídeo. Los yerros zaragocistas fueron, en gran número, groseros. Lo mejor fue que njo penalizaron en el marcador y se aguantó el 0-0 en el intermedio.

Debe mucho el Real Zaragoza para salir bien parado de este tramo del partido a que los canarios tardaron en darse cuenta de su mejor condición física bajo el calor insoportable que hacía en la isla. El fútbol en agosto es un crimen para este deporte. También literal la acepción. Mata el espectáculo a sabiendas de antemano. Así no es posible que un ser humano pueda rendir mínimamente. También es milagroso que no suceda nada en cuestiones de salud de los futbolistas… hasta que ocurra. El Tenerife no disparó a puerta, pese a su manejo del timón, hasta el minuto 33. Fue el zaragozano Roberto López, desde 30 metros, ante la pasividad de un cierre del medio campo que ya no funcionaba hacía largo rato, quien lanzó raso, el balón pegó en el pie de Jair y obligó a Cristian Álvarez a rectificar para sacar a córner una pelota que iba a la red.

A partir de ahí, los zaragocistas se mudaron en equipo ‘amateur’ y no dieron una a derechas. Con la delantera desaparecida todo el tiempo (Bakis tocó cinco balones en 48 minutos), el medio campo fue un monigote a manos de los chicharreros y la defensa un mar de dudas, con los laterales superados siempre por Luismi Cruz y Waldo Rubio. Flojos Gámez y Nieto, demasiado superados. En el 38, Francés estuvo en un tris de marcar el 1-0 en propia puerta, en un despeje erróneo y nervioso a centro raso del citado Luismi que tocó de tacón hacia su marco, saliendo fuera rozando el palo por centímetros. Y en el aluvión de llegadas constantes de los tinerfeñistas al área avispa, en tiempo de aumento (45+1), Corredera soltó un latigazo desde el pico del área al que respondió Cristian Álvarez en una estirada a dos puños para evitar irse a la caseta con la derrota.

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Decepcionante el Real Zaragoza en su primer fase como visitante de la liga. Jugando así, la máxima aspiración es sujetar el 0-0 en un partido. Si no se tira a puerta (no cito el cabezazo alto de Jair tras un córner en el minuto 28 porque fue falta por derribar antes al defensor local), es imposible marcar gol. Y solo lo hizo Moya, mal, en el minuto 2. No hay más que añadir, señorías. Se esperaban cambios en el ecuador del partido. Mesa, desdibujado en su vuelta a casa, había visto la tarjeta amarilla en el minuto 1 y no se le vio. Gámez también venía amonestado por inferioridad en el retroceso a su zona de cobertura. Escribá, si hubiera sido un bolo de verano, se habría quedado bien descansado quitando a todos, menos al portero, obviamente. Cristian sostuvo el 0-0, en su línea habitual.

Los damnificados por la deficiente actuación de todo el equipo en el primer periodo fueron Mesa y Moya. Les tocó a ellos como les podía haber tocado a los demás. Valera y Bermejo fueron las alternativas de Escribá, ambos por los laterales del rombo, con Francho adelantado a mediapunta, en una basculación que también lo colocaba a veces a la par que Aguado, haciendo el 4 del medio campo en línea, don dos pivotes. Un híbrido. Quizá buscado, quizá fruto del devenir del juego.

Empezó espoleado el Real Zaragoza. Con banderillas negras en la caseta. Seguro. Y el recién incorporado Bermejo, en el 49, hizo una de sus jugadas ‘eslalon’ y, cuando ya estaba con la portería en frente en la corona del área, lanzó un tirín de alevín que paró Soriano a cámara lenta. O sea, según le llegó la pelota a las manos. El Tenerife no se quitó el acoso zaragocista hasta el minuto 55, con una contra mal culminada por Luismi. O mejor, bien solucionada por enésima vez por Álvarez en un balón por alto al área chica aragonesa. Garitano se dio cuenta de que a los suyos se les había perdido el oremus. Y metió pronto a Dauda y Teto para oxigenar su ataque, seco por atrancamiento de sus cansados jugadores de vanguardia.

Fue mano de santo para el Tenerife. Los dos nuevos revolucionaron a los canarios en un par de minutos. Y el Zaragoza volvió a dar diez pasos atrás. A la fuerza. Un dato llamativo, pasada la hora de juego, era que los dos delanteros, Azón y Bakis, seguían aislados en punta, solos, sin suministro alguno. El duelo avanzó sin dueño claro. Los de Escribá no reaccionaban como era debido y, ante esto, lo mejor era que los insulares no alcanzaban el nivel de agobio del final del primer tiempo. A falta de 25 minutos, se activó esa clásica sensación de que “el que marque primero se lleva el triunfo”. Y el código del fútbol, casi siempre infalible, castigó al que perdonó hasta ahí, es decir, al cuadro tinerfeño.

El Real Zaragoza, a balón parado, en el 68, marcó el 0-1 en un ataque aislado en el que Azón provocó una falta. La lanzó Bermejo, Jair cabeceó en el segundo palo, el portero Soriano respondió con un paradón, pero la pelota quedó muerta a placer y el central luso-caboverdiano la introdujo en la mala con un disparo violento por alto, para que nadie pudiera evitar el gol. El equilibro logrado, a la baja, por Escribá con sus cambios en el descanso dio resultado de nuevo en la estrategia. Al equipo le cuesta un montón crear fútbol. Pero tiene pegada… en la segunda y tercera línea. Los delanteros no ven portería. Sí lo han hecho los medios y, en los dos últimos partidos, de forma decisiva, los dos defensas centrales. Caprichoso destino.

Garitano metió en danza al exzaragocista Ángel, delantero de 36 años que volvía a casa tras muchos años, a la vez que Escribá introducía a Mollejo por Bakis. El tinerfeño se confundió y perjudicó a su equipo al ser expulsado con roja directa en el 75 por un bofetón a Nieto en una disputa. Las revoluciones hay que saber medirlas. Y Ángel nunca tuvo ese fuerte. En apenas 5 minutos, al Real Zaragoza se le abrió el cielo. Aguantó con fortuna y acierto cuando tuvo que hacerlo, en una tarde obtusa de fútbol, y resolvió a favor por esos detalles que tantos partidos deciden en el fútbol moderno. Grau suplió a un agotado Aguado. Sangre fresca a la batalla.

Los locales se lanzaron a la heroica. Elady, delantero, suplió al central Sipcic, Pasaron a cerrar atrás con solo dos zagueros (recordemos que estaban con 10 hombres). El Zaragoza se retrasó por instinto. Dauda, individualista, era el gran peligro. En una jugada suya, Teto remató a placer tras una doble acción de madres ursulinas de la defensa aragonesa y, con Cristian batido, Gámez salvó el empate agarrado al palo derecho. La mejor acción de la tarde del saguntino. Providencial.

El partido llegó al minuto 90 con la grada encendida tras la roja a Ángel y el gol encajado poco antes. El Zaragoza hizo bien la faena del ‘otro fútbol’. Se jugó poco. Y el árbitro otorgó 8 minutos de aumento. Eso quedaba por aguantar. Con Dauda volviendo locos a Gámez y Francés cada vez que entraba por su banda. Teto volvió a fallar en idéntica situación en el 92, su remate rozó el palo por fuera. Nieto fue superado por Elady en acciones de peligro postreras. La defensa fue un flan por los laterales, pero Cristian y los centrales aguantaron la peana con éxito. Al final, fueron 9 de añadido, tras los que el Real Zaragoza salió líder en solitario del Heliodoro. El viento viene de cola. Agosto ha concluido con pleno, 9 de 9 puntos en disputa. Exprimiendo al máximo las virtudes y limando con eficacia los defectos. El año sigue pintando bien… de maravilla.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº2 (20.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº2 (20.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº2 (20.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3607

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-0 REAL VALLADOLID

1-0, min. 30: Francés

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Aguado, Francho, Moya (Grau, 81), Maikel Mesa (Valera, 91); Azón (Bermejo, 72) y Bakis (Mollejo, 81).

Real Valladolid: Masip; Luis Pérez, Boyomo (Montiel, 58), Quintana, Escudero (Rosa, 46); De la Hoz, Monchu; Moro (Kenedy, 46), Iván Sánchez; Tunde y Cedric (Sergio León, 58).

Árbitro: Ávalos Barrera (Comité Catalán). Amonestó a Nieto (14), Iván Sánchez (45+4), Cristian Álvarez (82), Quintana (83) y Poussin (97, en el banquillo).

Goles: 1-0, min. 30: Francés.

Incidencias: Noche de calor espantoso, con 38 grados y ambiente húmedo, con cielo tormentoso a las 21.30, horario de comienzo del partido. El césped de La Romareda presentó un buen aspecto. El horario tardío, en plenas vacaciones de agosto y en día laboral dejó la entrada en las gradas del estadio zaragozano en unos 20.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los abonados del Real Zaragoza fallecidos durante el verano (no se hizo el primer día con el Villarreal B).

Real Zaragoza 1-0 Real Valladolid

42.4 % Posesión 57.6 %
5 remates dentro 5
2 disparos bloqueados 2
5 remates fuera 4
11 disparos recibidos 12
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
14 faltas recibidas 9
10 faltas cometidas 14
119 perdidas de posesion 108
61 recuperaciones de posesion 56
7 fueras de juego 2
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Victoria de líder del Real Zaragoza por 1-0 sobre un gran Valladolid

Un gol de Francés en el minuto 30 decantó el segundo triunfo consecutivo de los aragoneses en esta liga, esta vez ante un ex Primera de alto potencial. El equipo duerme líder con 6 puntos y ningún gol encajado.

Intensa, trabada, disputadísima fue la primera parte, con un Valladolid con hechuras de equipo superior, dejando patente su poso de ex Primera pese a tener su actual bloque en estado de provisionalidad absoluta. Los castellanos dominaron a los de Escribá durante los primeros 20 minutos en todos los rincones del campo. Tuvieron el balón, su gobierno, entraron bien por las bandas y sorprendieron, sobremanera, con un sistema atacante en varias fases ofensivas compatible con un 3-2-5… sí, como en los años 50 y 60 del siglo pasado. Le costó una barbaridad de tiempo al cuadro aragonés descifrar este plan de Pezzolano, el técnico uruguayo (castigado, en una cabina de radio, por una expulsión del año pasado) que dirige a los albivioletas.

Bastante hizo en toda la primera parte el Zaragoza con contener las acometidas al área del rival, que eran siempre llenas de veneno y de picardía. Hubo infinidad de duelos directos, de regates y encares de los vallisoletanos que pudieron con las marcas blanquillas. Los laterales Gámez y Nieto sufrieron de lo lindo, el primero con el velocista Tunde y el segundo con Moro y los apoyos de Iván Sánchez. Ahí hubo un par de agujeros que los centrales, inmensos, Jair y Francés, ayudaron siempre a taponar.

En ese tramo, Monchu casi sorprendió en el minuto 7 a Cristian Álvarez en una falta en el lateral del área que sacó directa. La réplica la dio Azón en una contra larga, en solitario, sin apoyarse en Bakis, que acabó con un chut por alto junto a la escuadra izquierda, al lateral de la red en el 13. El Valladolid fue un equipo de presión alta, permanente. Unos atletas, pese a jugarse a 37 grados. En un acoso a Cristian, este sacó mal con el pie, regaló la pelota a Monchu en el minuto 21 y el disparo de este desde fuera del área lo atrapó el argentino reparando su error de origen.

El Real Zaragoza, sujetado en esta franca inferioridad por el ánimo de su público, empezó a encontrar alguna jugada combinada a partir de mitad del primer periodo. En el 23, Moya lanzó desde media distancia y el balón se le marchó fuera por un metro junto a palo derecho de un inédito Masip. El equipo de Escribá no era capaz de llevar el balón al área adversaria. Aguado y Moya estaban obturados, acosados siempre de cerca, sin cintura ni apoyos rápidos. Mesa no tenía flujo de pases. Y Azón y Bakis eran dos islas. Francho, el más activo de los medios, anduvo torpe con el balón en los espacios cortos que siempre tenía alrededor.

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En un pelotazo largo sobre Azón en el minuto 29, este encaró el área con su habitual tranco en carrera, disparó raso y Masip sacó el balón a córner en su única intervención de mérito antes del descanso. A la salida de ese saque de esquina, el rechace de la defensa le cayó a Francés, que controló con el hombro y batió desde cerca la portería pucelana. Era el 1-0 a la media hora y el Real Zaragoza veía las puertas del cielo. Se encontró en ventaja a balón parado sin hacer demasiado esfuerzo ofensivo en jugadas corridas. Una explosión de alegría y desahogo tremenda se sintió en todo el estadio. De ahí al intermedio, el fútbol subió en rozamientos y peleas, pero bajó en calidad.

El Zaragoza apenas pisó de nuevo la zona de los goles ante Masip. Y el Valladolid se tiró arriba con mayor énfasis, pero con mucha precipitación. Lo único reseñable fue, antes de los 9 minutos de aumento, un posible penalti de Francés por agarrón continuado a Monchu en un centro de Moro en el minuto 35. Lo revisó el VAR… durante más de 4 minutos. La cosa era que había fuera de juego por brazo y medio del ariete Cedric, lo que desvaneció la opción de señalar la pena máxima. El Real Zaragoza volvió a ver a todos los coros celestiales en esta acción puntual. Parecía una noche propicia. Se llegó a la pausa del ecuador del duelo con las pulsaciones a tope. El rival pucelano era mucho rival y se preveía un segundo tiempo de máximo.

El duelo se reanudó con dos cambios en los visitantes. Rosa y Kenedy dieron aire nuevo desde el lateral zurdo y el extremo derecho al rival castellano. Escribá siguió confiando en los mismos y en lo mismo. En el minuto 51, Bakis se quedó a un palmo de su primer gol oficial, al cruzar ligeramente un buen pase de Aguado tras jugada de Moya. Una pena, pues se cantó el 2-0 en los graderíos. Los zaragocistas habían aprendido del primer periodo y ya no se repitió la sorpresa y el despiste del inicio de la noche. Dos minutos después, el VAR desmontó el ya celebrado y festejado segundo tanto de Maikel Mesa, rematando en el segundo palo un centro de Francho que ni Azón ni Bakis puntearon antes. El canario estaba en fuera de juego y lo que el linier se comió, los jueces de cámara y moviola rectificaron. Era el minuto 53 y ahí pudo estar la sentencia.

Pezzolano hizo otro doble cambio enseguida. Sergio León (ofrecido horas antes al Real Zaragoza por su entorno) y Montiel reforzaron el mecanismo de ataque pucelano con dos tipos de muchos quilates. Faltaba más de media hora y todo estaba abierto de par en par. El equipo aragonés trataba de jugar al fútbol control, con Aguado crecido, lo mismo que Mesa. Solo se echaba en falta más verticalidad, mayor largura de las jugadas hacia el área rival. Se morían los balones demasiado lejos del peligro, y eso que Francho también ganó en acierto cada vez que entró como un fuera borda por la banda derecha. Los dos puntas, Azón y Bakis, estuvieron demasiado desvinculados de los remates de las jugadas.

Se entró en los últimos 20 minutos con una falta lejana lanzada por Montiel y detenida bien por Cristian Álvarez y con el primer cambio de Escribá, dando entrada a Bermejo en vez del agotado Azón. Y en el 75, el Valladolid avisó de que la victoria que trataba de sujetar el Zaragoza a base de adormecer el partido, corría peligro. En una jugada de Sergio León en el área, su dejada atrás la remató al larguero Iván Sánchez con un zurdazo tremendo. Llegaba el momento de la verdad y los de Escribá, un día más, habían dejado pasar ocasiones propicias para haber decantado el marcador con antelación. La velada estaba programada para padecer, incluso en una deseada y potencial victoria.

Escribá metió a Grau y Mollejo para dar oxígeno a un equipo que cada vez estaba más aculado en el área, peligrosamente. Por eso, Montiel estuvo a centímetros del 1-1 en el 80, con un remate franco con todo a favor que cruzó fuera milagrosamente para el Zaragoza. Una recuperación de Mollejo en el 86 generó el efecto deseado y Maikel Mesa forzó a un paradón de Masip en la enésima carrera de galgo de un Francho magnífico en los desahogos largos. Oro molido ese contragolpe para bajar las revoluciones de un Valladolid demasiado mandón. Valera relevó a Mesa ya en el 91, en los 8 minutos de aumento. Todo por sujetar un triunfo de liderazgo.

El final tuvo mucho de agónico, de épico. Al límite en el área propia, y con la opción del 2-0 en un contragolpe horriblemente finalizado por Bermejo, fuera de onda pese a que Escribá trata de recuperarlo como sea lo antes posible. Era un pase a Mollejo lo suyo, para que marcase a placer… pero no lo vio el ‘10’. Pudo haber sido la explosión del volcán zaragocista en el 96, que llegó dos minutos después con el pitido final. Tres puntos de mucho calibre. De mucho valor intrínseco. El equipo aragonés se pone en todo lo alto cuando la carrera acaba de comenzar. Marcando talante. Mostrando intenciones. Qué falta hacía esto.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA 

 

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº1 (12.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº1 (12.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº1 (12.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3606

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 2-0 VILLARREAL B

1-0, min. 56: Maikel Mesa.

2-0, 63: Francho

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Aguado (Grau, 80), Francho, Moya (Bermejo, 75), Maikel Mesa (G. Valera, 85); Azón (Mollejo, 75) y Bakis (Sergi Enrich, 85).

Villarreal B: Iker Álvarez; Altimira, Hugo Pérez (Gelardo, 77), Abraham, Tasende; Del Moral, Carlo Adriano (Requena, 77); Rodri Alonso (Víctor Moreno, 77), Ontiveros; Ferrari (Jorge Pascual, 65) y Forés (Collado, 65).

Pronto actualizaremos con la pieza del partido. Así te lo hemos contado en directo.

Árbitro: Quinteros González (Comité Andaluz). Amonestó a Rodri Alonso (35), Gámez (49), Altimira (69), Mollejo (85), Ontiveros (91) e Iker Álvarez (96).

Goles: 1-0, min. 56: Maikel Mesa. 2-0, 63: Francho.

Incidencias: Tarde-noche extremadamente calurosa, con 36 grados al inicio del choque, las 21.00, tras un día de fuerte sol (el horario se cambió por La Liga, pues estaba programado en un principio para las 19.00). El césped de La Romareda presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 18.000 espectadores.


Real Zaragoza 2-0 Villarreal B

53.3 % Posesión 46.7 %
remates dentro 2
disparos bloqueados 3
7 remates fuera 6
11 disparos recibidos 16
tarjetas amarillas 4
tarjetas rojas 0
faltas recibidas 9
faltas cometidas 8
109 perdidas de posesion 115
50 recuperaciones de posesion 53
fueras de juego 1
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El año viene con bien: victoria clara del Real Zaragoza sobre el Villarreal B

Dos goles al inicio del segundo tiempo, de Maikel Mesa y Francho, dan forma al 2-0 final que pudo ser más amplio. El equipo aragonés se mostró aún tierno en su juego y con amplio margen de mejora. Debutaron casi todos los nuevos.

No cabe duda de que el año viene con bien. El triunfo por 2-0 del Real Zaragoza ante el Villarreal B en la jornada 1 de la Segunda División 23-24 es un buen aperitivo, una muestra que consolida la fe y la ilusión de la afición en este proyecto de metarmorfosis masiva del plantel. Con un equipo aún tierno en su modo de operar, incompleto y con enorme margen de mejora por delante, estos tres puntos son gloria bendita. Empezar en agosto con buen tino es sinónimo en estos lares de futuro floreciente. Y ya es un hecho.

Le costó romper a hervir al remozado Real Zaragoza de medio campo hacia arriba (atrás, es idéntico al reciente, por ahora). Salvo la primera jugada, en el minuto 1, cuando Maikel Mesa voleó en el segundo palo, alto, un centro de Gámez, el equipo de Escribá pasó 20 minutos de cierta torpeza en el inicio de las jugadas, con demasiados errores propios no forzados por un rival blando,como buen filial. El técnico entremezcló el rombo del medio campo con muchos momentos en los que Mesa se fue a la izquierda y Moya se retrasó junto a Aguado para hacer el doble pivote en la parsimoniosa (demasiado) salida del balón.

En el 20, Azón se quedó mano a mano ante Iker Álvarez tras un buen pase de Maikel Mesa, pero su definición fue mala, cruzando en exceso el balón, que se perdió a un metro del palo izquierdo. En el 21, de inmediato, Bakis repitió escena, en este caso tras un pase de 50 metros perfecto de Francés desde atrás del todo. Controló el germano-turco y, a placer, estrelló el potente chut contra el cuerpo de Iker Álvarez. No hace prisioneros Bakis, siempre dispara a matar. Esta pelota era para colocarla con sutileza. Otro estilo. Y en plena reacción zaragocista, en el 26, Moya recuperó un balón en la línea de tres cuartos, agarró la pelota con la dirección a favor para golpear desde más de 20 metros y demostró su poderío en el remate a larga distancia… solo que poniendo el balón medio metro por fuera del poste izquierdo, a media altura.

Aquí debió decantar el partido el Real Zaragoza a su favor. Este tipo de acometidas son las que se echan en falta desde hace largo tiempo y, por lo visto, ahora existen. Pero hay que atinar. Se repitió el escenario del amistoso con el Stade Reims en el Pinatar Arena. No hubo buen tino ante los palos. Y hubo que dar gracias a que Cristian Álvarez, para no perder las buenas costumbres, salvó de nuevo el primer tanto villarrealense en el minuto 27, cuando Ontiveros se fue solo hacia el portal desde la línea de medios tras una contra patrocinada por la mala colocación de todo el equipo zaragocista en una pérdida en medio campo. El remate del ‘veterano’ del filial amarillo, con quiebro previo a Gámez, lo sacó con la rodilla el argentino en un paradón del catálogo de milagros. El primero de curso.

De ahí al descanso, pesaron las piernas a todos. Jugar al fútbol con 36 grados y una bochornera insoportable es algo que va contra toda lógica. Son las cosas de iniciar la liga antes de la Virgen de Agosto en un lugar como España. De locos. Los visitantes no aguantaban el balón más de tres pases. Flojita su propuesta de dominio del juego, que correspondió casi siempre al Real Zaragoza. Pero Aguado estuvo muy previsible, lo mismo que Moya, demasiado lento de ideas. Y por ahí el equipo se resintió. Es necesario circular con más rapidez. De hecho, las dos mejores opciones de gol llegaron en formato de contragolpe, con juego directo y pases largos a la espalda de los centrales contrarios. Dato este a tener en cuenta. Con el balón en posesión, el Zaragoza es hoy en día fácil de combatir.

Solo una ocasión más se generó en este tramo grumoso: la firmó de nuevo Bakis, tras un error en la salida desde atrás del Villarreal B en un saque de puerta. Robó Mesa, asistió al ariete que, con todo a favor, tiró centrado e Iker Álvarez, de nuevo, rechazó con acierto. Por ahora, los porteros de los rivales foranos que pisan La Romareda son los mejores. Esa tendencia hay que cambiarla con urgencia. Parte de culpa está en los rematadores zaragocistas, obviamente.

El segundo tiempo empezó a las 22.05 con ¡33 grados de temperatura! Y La Liga había puesto este partido a las 19.00 el 12 de agosto… No hubo sustitución alguna en el intermedio. El Villarreal B empezó mejor en la reanudación. Más enchufado. Ontiveros forzó una falta al borde del área, peligrosísima, nada más rodar el balón. Y Ferrari tuvo el gol en su pie derecho en el 51 al culminar una contra rápida en la que ganó a Jair en velocidad y lo regateó. El remate se le marchó dos palmos fuera. Menos mal. El Real Zaragoza era en esa fase, de nuevo, un mar de imprecisiones. Aguado y Moya abusaron del pase horizontal, sin rebasar líneas con la agilidad necesaria.

La luz la trajo Maikel Mesa en el 56, tras una deslavazada jugada de ataque que Azón llevó a trompicones en el área, con un rebote afortunado en un defensa rival que le cayó al canario. Y ahí, en la zona de los goles, Mesa es letal. Raso, colocado, supero a Iker por primera vez y destapó la lata de los tantos este año. El marcador se decantaba hacia el lado bueno y La Romareda explotó. Ambientazo. Los nuevos empezaron a sentir lo que es jugar con el viento de cola en este coliseo. El Villarreal B se quedó grogui y el equipo de Escribá retomó el timón con el mismo porcentaje avasallador del primer tiempo.

Y siete minutos después llegó el 2-0, un golazo de Francho por la escuadra, en un voleón desde la frontal tras el rechace forzado de un zaguero amarillo por la presión del inconmensurable Mesa. No estaba teniendo buen pie el canterano en toda la noche… la jugada venía de un centro suyo malo, pasadísimo de potencia. Pero el fútbol tiene estas paradójicas reparaciones de las cosas. Un alegrón tremento de Francho, que merece por su buen verano un inicio de curso tan brillante. Un gol siempre lo es. Y más, de semejante factura. En un plisplás, el equipo de Escribá había solucionado el partido. Esto se llama pegada y solvencia. Cuánto se ha echado en falta durante el último vía crucis de tres años. De paso, crecieron en aportación los Aguado, Moya, Francho, los laterales, porque con el marcador a favor se juega mucho mejor, por confianza y porque el adversario es más vulnerable. Romper antes el 0-0 será para este Zaragoza mano de santo cuando se produzca. Hoy costó casi una hora. Demasiado.

Escribá dio minutos al final a Mollejo y Bermejo, recuperados por diferente vía en la recta final de la pretemporada, en la que no han participado. No abusó de las sustituciones para modificar el equipo en momentos de dudas. Apostó por su once inicial y confió en que ahí estaba el éxito. Otros días será distinto. En frente, Miguel Álvarez hizo los cinco cambios en dos tacadas en busca del imposible. Se encararon los últimos 10 minutos con un aire relajado. Grau suplió a un aplaudido Aguado. Y poco más tarde debutaron Sergi Enrich y Valera. Noche redonda de novedades y buenas sensaciones.

En medio del galimatias propio de tanto parón, Valera se estrenó en el 86 con una asistencia perfecta de gol a Bermejo. Pero el ‘10’ demostró su falta de puesta a punto en el mano a mano sencillo o, quizá, su mal de siempre: la falta de gol. Remató contra el cuerpo del portero, que estaba vendido. Debió ser el 3-0 y el redondeo final al alza.


SD HUESCA X-X SD HUESCA

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA