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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3620

F.C. ANDORRA 0-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Ficha Técnica

FC Andorra: Dani Martín; Leal, Diego González, Alende, Vilá (Moreno, 62); Bover, Molina (Álvaro Martín, 76), Iván Gil; Benito (Lobete, 76), Shabani (Petxarromán, 62); Scheidler (Manu Nieto , 89).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, 82); Luna (Gámez, 68), Francés, Lluís López, Borge; Aguado, Maikel Mesa, Bermejo (Valera, 68), Grau (Moya, 46); Mollejo; y Manu Vallejo (Azón, 68).

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Expulsó a Bover (18), roja directa por juego violento sobre Aguado. Amonestó a Grau (13), Aguado (45), Benito (49), Francés (54) y Alende (92).

Goles: 0-1, min. 36: Mollejo.

Incidencias: Tarde calurosa, con 21 grados al inicio del partido (las 19.00). El césped del estadio Nacional presentó un excelente estado. En las gradas hubo alrededor de 2.500 espectadores, de ellos 500 zaragocistas.

FC Andorra 0-1 Real Zaragoza

40.2 % Posesión 59.8 %
0 remates dentro 3
0 disparos bloqueados 1
5 remates fuera 1
5 disparos recibidos 5
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 8
9 faltas cometidas 16
128 perdidas de posesion 110
47 recuperaciones de posesion 53
1 fueras de juego 3
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El Real Zaragoza retorna al camino de las victorias con un 0-1 en Andorra entre la espesura

Un gol de cabeza de Mollejo al final del primer tiempo decide un feo e insulso partido. La expulsión del local Bover en el minuto 18, clave.

El Real Zaragoza retornó este jueves al camino de las victorias al ganar en Andorra con un solitario gol, surgido entre un fútbol espeso, insulso, aburrido y sin seducción alguna. Así, los aragoneses vuelven a los puestos de ascenso directo tras tres jornadas de crisis.

El primer tiempo acabó 0-1 gracias al aserto de la ley del mínimo esfuerzo, modalidad aplicada una vez más al fútbol tedioso del Real Zaragoza que, en contrapunto al perjuicio del anterior día frente al Mirandés que causó la tempranera expulsión de Enrich, esta vez se vio beneficiada por la tarjeta roja que recibió el andorrano Bover en el minuto 18, por juego violento ante Aguado en un balón dividido en medio campo. No hay ninguna intención de desmerecer ese fenomenal marcador favorable que logró el cuadro aragonés en el primer periodo del choque. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente, de contar lo que hubo sobre el césped del Nacional del país pirenaico que, con 2.500 personas tuvo su mejor entrada en muchos meses (caben 3.600 en total, forzando mucho, 4.000).

Antes del gol, anotado por Mollejo de cabeza en el minuto 36 a centro lateral de Grau desde la izquierda, solo hay otra anotación más, solo una: también una finalización con la testa pelada del manchego en una asistencia de Maikel Mesa en la línea de fondo, en el 29, que acabó mansamente en las manos del portero Dani Martín, tan inédito como Cristian Álvarez en los primeros 48 minutos (eso duró el primer acto). Y es que fue un partido insípido, anodino como pocos entran en docena. Con un Andorra decepcionante en su anunciada propuesta de posesión masiva del balón y dominió del timón, pues nada de eso supo hacer el cuadro de Sarabia. Y con un Zaragoza, revolucionado con seis cambios por un Escribá desatado (que fueron siete, si computamos la traslación de banda de Borge en la defensa, de la derecha a la izquierda), que no supo qué hacer con el balón hasta que la expulsión de Bover lo dejó en superioridad desde el minuto 18 y su rival se atrincheró atrás por natura.

El equipo zaragozano se diseminó por el campo en un 4-4-2 dúctil, que partía en forma de rombo en la medular. Aguado era el eje. Mesa por la derecha, Grau por la izquierda y Bermejo por el centro, de enganche. Una novedad lo de Mesa y Bermejo, quizá montado al revés de la lógica. No funcionó, claro. En punta, Manu Vallejo y Mollejo conformaron un dúo de poca mezcla, ni entre ellos ni con los demás de la segunda línea. Los laterales, Luna y Borge, aportaron entre cero y nada en ataque, limitándose sobremanera a guardar su zona atrás.

El Andorra no existió en ataque jamás. Ni con 11 jugadores, hasta el minuto 18, ni mucho menos después. Solo una incursión de Benito en el 17, con un centro en el lateral del área que sacó de cabeza la zaga aragonesa en el área chica, se puede apuntar como máxima y única llegada con cierto peligro de los locales. Un desastre el cuadro tricolor (con tres colores fueron ambas escuadras, parecía un partido de la Copa de África). Y, frente a esa inoperancia andorrana, se apreció a un Zaragoza de poco lustre, sin brillos con el balón en los pies. Su fútbol, un día más, abusó del pase atrás, lateral, en zonas inertes. Apenas se rebasaron líneas con intención ofensiva. Hubo pocos desmarques y muchos menos pases profundos o diagonales. Todo con la misma previsibilidad ya conocida desde hace más de un mes.

Vino de maravilla la roja a Bover, que midió mal una entrada con el pie por delante, arrastrándose sobre la mojada hierba, que acabó con un plantillazo peligroso en el rostro de Aguado a un palmo del suelo. Eso anuló por completo las supuestas intenciones del Andorra de mandar por completo en el partido. Mató a los del Principado y le dio galones al, hasta entonces, perdido Zaragoza. El partido empezó realmente para los de Escribá ahí, en el minuto 18. Y lo gobernaron sin sudar demasiado en lo sucesivo. Al trantrán, sin velocidad de transición, con conducciones de motor diésel. De no haber surgido en el 36 el gol de Mollejo, el primero de cabeza del curso de los zaragocistas, se hubiera consumado el peor primer tiempo de la década, seguramente. Lo demás fue un erial, un páramo futbolístico.

El intermedio, con ese 0-1 tan rico en réditos para tan poco como se había expuesto sobre la hierba andorrana, se degustó entre el zaragocismo con buen paladar. El equipo de Escribá, siguiendo el guion de Tenerife o Cartagena, estaba por delante con una efectividad máxima y, lo mejor, estaba litigando contra un adversario con aires de zombi. Escribá dejó en la ducha a Grau (tarjeteado) y metió en danza a Moya en la reanudación. El partido renació igual que había parado un rato antes: feo a más no poder, infumable por parte de ambos equipos. En este escenario, el problema grueso era para los locales, que iban perdiendo. Al Zaragoza, como dejó patente Escribá con la inapetencia atacante mostrada desde el pitido inicial del segundo tiempo, no le importaba seguir así hasta el final de los días. Para qué buscar el segundo gol si con uno basta.

En el minuto 68, a falta de 22 para la finalización del pestiño, el técnico zaragocista hizo un triple cambio entre la nebulosa global. Eran dos de inicio, Valera y Azón para refrescar a los difuminados Bermejo y Vallejo, pero se unió Gámez para relevar a Luna, otro lateral con problemas musculares a mitad del segundo tiempo, una epidemia que no cesa. El tostón (tostonazo, en mayúscula) no varió. De las ciénagas del fútbol, lugar donde se desarrolló este partido toda la noche, el Zaragoza montó una contra con la gente fresca recién entrada. Azón condujo y Valera, en vez de rematar a portería con todo a favor en el 71, buscó el penalti. Ni una cosa ni otra obtuvo.

Y, como siempre que se juega con fuego, al equipo de Escribá le saltó un chispazo que le socarró la ropa en el 73. El ariete francés Scheidler, un tallo torpón, cabeceó una falta lejana volcada al área zaragocista y el balón se estrelló en el poste izquierdo, con Cristian Álvarez batido, en modo estatua. La ausencia de Jair se nota mucho por arriba. Lluís López no es lo mismo en esa faceta. En el último cuarto de hora, los andorranos se dedicaron a llevar balones de cualquier modo al área zaragocista y Cristian Álvarez tuvo que salir un par de veces por arriba (en una, con un fallo de cálculo serio que, por fortuna, no penalizó).

La renuncia total del Zaragoza a buscar el 0-2 en más de tres cuartas partes del tiempo de duración del choque patrocinó esa reactivación postrera de los tricolores. Como en los primeros cinco partidos, los de las victorias, el viento de cola golpeó favorablemente la popa zaragocista. Los rivales remataron al palo, se autoexpulsaron, jugaron fatal. Y los de Escribá, con muy poco, obtuvieron petróleo en las montañas del Pirineo. 

Cuando faltaban 8 minutos cayó lesionado Cristian Álvarez, lo que facilitó el debut de Poussin. Menos mal que el técnico blanquillo aún no había cubierto el quinto y último cambio, pues de lo contrario el epílogo hubiera sido un drama.

Los posibles contragolpes de los zaragocistas quedaron siempre abortados por pésimas decisiones de sus porteadores. El que malogró Valera en el 83, con Azón y Mollejo acompañándolo en solitario y a los que no asistió, fue un paradigma cristalino de este mal. En el argot, pecó de chupón. Por no hablar de los pelotazos largos, sin dirección ni objeto, lanzados por la zaga tomate en los minutos finales como si se tratase de fútbol regional. Bajísima calidad en general. Improvisación permanente.

Al final, con 6 minutos de añadido, el equipo pudo celebrar su sexto triunfo en nueve jornadas. Unos números que tapan el feísmo de las formas. A Escribá, poco amigo del resultadismo cuando va en contra de sus tesis, le edulcoran la fórmula del presente precisamente las cuestiones relativas a los marcadores finales. El Real Zaragoza se rehace después de 20 días de bajonazo en rentabilidad, aunque la textura de su juego no anuncie luces nuevas ni ayude a aumentar la autoestima. Todo esto, en la primera o la segunda posición en la tabla, además de paradójico, es ejercicio de análisis singular. Es lo que hay.

La revolución en la alineación, un día más, volvió a demostrar que ese no es un buen método. Quizá fuese más cabal ir armando un esqueleto básico y prevalente. ¿Y qué hay de Bakis?

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3619

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-1 MIRANDESEscudo/Bandera equipo

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche (Mouriño, 73); Grau, Moya (Aguado, 68); Valera (Mollejo, 73), Maikel Mesa (Bermejo, 91); Azón (Manu Vallejo, 68) y Sergi Enrich.

CD Mirandés: Luis López; Rubén Sánchez (Diego Moreno, 55), Pablo Ramón, Barbu, Barcia (Gómez, 66), Alcedo; Tomeo (Tachi, 79), Reina; Baeza (Álvaro Sanz, 66), Gabri Martínez (Durdov, 79); y Carlos Martín.

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Expulsó a Sergi Enrich (45+1) por juego violento. Amonestó a Barcia (5), Jair (16), Rubén Sánchez (44), Mouriño (91), Durdov (94) y Pablo Ramón (96).

Goles: 0-1, min. 87: Jair, en propia puerta.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Zaragoza, con 34 grados al inicio del partido, las 18.30, horario que ya tuvo que ser rectificado por La Liga a mitad de semana, pues estaba programado a las 16.15 en plena ola de calor del veranillo de San Miguel. El césped de La Romareda presentó un buen estado, algo resbaladizo por el riego. En las gradas hubo alrededor de 31.000 espectadores.

Real Zaragoza 0-1 Mirandes

59.9 % Posesión 40.1 %
2 remates dentro 0
2 disparos bloqueados 3
4 remates fuera 5
9 disparos recibidos 8
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 11
134 perdidas de posesion 116
47 recuperaciones de posesion 48
0 fueras de juego 2
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El Real Zaragoza patina por tercera vez consecutiva y cae 0-1 ante el Mirandés en La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair en el minuto 87, tras haber rematado al larguero Azón en el 48 y después de afrontar medio partido con 10 jugadores por expulsión de Sergi Enrich, tumba de nuevo a un raquítico equipo en el apartado futbolístico.

El Real Zaragoza patinó por tercera vez consecutiva. Cayó por primera vez este año en La Romareda, 0-1 ante un poco brillante Mirandés, que vino en posiciones de descenso. La decepción llegó con un tanto en propia puerta de Jair cuando el duelo ya acababa. El equipo zaragozano jugó medio partido en inferioridad, tras la tarjeta roja que vio Sergi Enrich antes del descanso.

Esta crónica requiere de imágenes claras, fijas, detenidas en la literatura para no perderse en florituras. De entrada, el Real Zaragoza no jugó bien. Era una de esas mini asignaturas que cada partido presenta a los equipos que, esta vez, viniendo de dos pifias seguidas, debía aprobar el equipo aragonés. Y pecó de muchos defectos ya conocidos, incluso en días de victorias. Le falta fútbol, agilidad en las conducciones, generación en la zona medular (Grau y Moya fueron el doble pivote, obturado casi siempre) y engarce positivo con los puntas. Solo el extremo Valera, permanentemente buscado como única herramienta profunda, ofreció soluciones, que pocas veces culminaron con peligro. Azón, en el juego directo, siempre pelea todo, pero otra cosa es el final de cada cortometraje.

Por otra parte, el plan del 4-4-2 de nuevo, esta vez con Sergi Enrich en vez de Bakis (el técnico acabó de raíz con el runrún que viene percibiendo hace tres semanas sobre el germano-turco y su no agilidad ante el gol), con la vuelta de Mesa en vez de Bermejo y con el lateral Lecoeuche estrenándose en casa por la izquierda, con Borge por la diestra de una zaga más nerviosa de lo habitual, está ya detectado en los radares de los rivales, que lo acogotan con cierta facilidad. Esta vez, el entrenador del Mirandés, Alessio Lesci, montó un 5-3-2, con un centro de campo tupido de piezas, que hizo inútil la posesión de los zaragocistas en zonas de nadie. Lo de siempre.

Y, como ya viene siendo habitual en el tiempo de bajón de prestaciones del impecable Real Zaragoza de las primeras jornadas, que sigue alargándose, se fallaron varias ocasiones claras de esas que decantan marcadores y definen victorias en caso de buen tino. Valera, en el 10, solo mano a mano, en vez de tirar él a portería optó por pasar a Azón, que no llegó por milímetros bajo palos. El gol se evaporó. Por cierto, Azón estuvo cayéndose toda la primera parte, resbalándose con una botas naranjas que pedían relevo. No lo hubo. En el 22 se revisó un posible penalti al propio Valera, que pudo ser zancadilleado tras una peinada de Azón que lo dejó solo en el área. El VAR dijo no, como pudo haber dicho sí. Todo cabía. Pero los árbitros no están muy del lado zaragocista en caso de dudas por ahora. Curiosa percepción.

Grau marró en el 31 un remate franco tras un rechace aéreo de la zaga castellana, chutando fatal, fuera. En el 45 se le anuló un gol a Sergi Enrich, que cabeceó junto al portero en el área pequeña, sin que la falta que se dio por descontada se vea en la moviola. Fue limpio su salto. Pero esos goles ya no valen desde los años 60. Es el fútbol de finuras y cuestiones asumidas por defecto. Una pena.

Entre este pequeño muestrario zaragocista para abrir el marcador con resultado negativo (cosas de cenizos, tal vez), el aplicado Mirandés gestó dos ocasiones cristalinas para haber puesto las cosas aún más complicadas al Real Zaragoza. Carlos Martín cabeceó solo ante el portero local en el minuto 20 un centro de Pablo Ramón, gemelo al del gol del Racing de Ferrol el lunes pasado (con disfunción de Jair y Francés semejante, y de Lecoeuche -entonces fue Borge- en la marca previa al asistente), pero el balón se le marchó fuera por poco. Y en el 34, el mismo jugador, no llegó por un número de zapato a un pase raso de Pablo Ramón, a quemarropa.

La roja a Enrich, golpe bajo clave

El colofón al primer periodo raro, alborotado, de este Real Zaragoza amorfo e irregular marcó para mal lo que aguardaba tras el intermedio. Sergi Enrich fue expulsado en el minuto 45+1, ya en el aumento, por juego violento. Levantó el pie en exceso y le marcó los tacos en la nuca al adversario rojinegro, que le echó el picante a la acción necesario para que el árbitro no dudase. El equipo aragonés se quedaba con 10 hombres, en inferioridad, medio partido. En ese barullo postrero, curiosamente, pudo llegar el 1-0, pues Valera recogió un balón en el área y, tras un quiebro de los suyos, remató raso, cruzado, fuera por un par de metros.

El partido se reanudó con el ambiente cargado en unas gradas casi llenas. Y sin cambios nominales. Diez para once. Tras unos primeros baqueteos de iniciativa mirandesa, la primera llegada del Real Zaragoza fue nítida, al recoger en el 48 Lecoeuche un balón suelto mal despejado por los visitantes y poner un centro que Azón cabeceó al larguero. En días tan enrevesados y donde la madeja cada vez se lía más, no se pueden fallar este tipo de ocasiones. Entretanto, Valera y Lecoeuche cayeron en sendos choque con rivales y el árbitro, el navarro Galech Apezteguía, adoptó la pose de despotismo, no se sabe bien cuánto de ilustrado. No pitó ni una falta de esas, en toda la tarde.

El Mirandés, en posiciones de descenso cuando empezó la jornada (y eso nunca es gratis), mostró poco empuje y decisión en ir a por el triunfo en los albores de ese segundo tiempo que comenzaba en superioridad de piezas sobre la hierba. Pasó el primer cuarto de hora de la reanudación y los zaragocistas no sufrieron un acoso diferente ni más adelantado que lo vivido en la primera fase, donde apostaron claramente por defender y salir con escasez a la contra. En ese hito del reloj, por pura inercia, construyeron el primer ataque que rozó el 0-1. El extremo Gabri Martínez hizo una incursión individual, superando a Francés, y su chut a placer se marchó fuera, a milímetros del palo izquierdo de un batido Cristian Álvarez.

Empezó el batiburrillo de los cambios a falta de 25 minutos. El Mirandés a su aire, sin pisar casi el área local. El Zaragoza con la entrada de Manu Vallejo y Aguado en un primer doble lote. Un agotado Azón y el desdibujado Moya se fueron a la ducha. El cuadro blanquillo llevaba muchos minutos plano, sin recursos de medio campo hacia arriba. El 0-0 parecía el máximo botín en otra tarde cruzada… A falta de 20 minutos, Lecoeuche cayó redondo al suelo. Cambio obligado por cuestiones físicas en el día de su reincorporación al equipo. Mouriño, acompañado por Mollejo (este en vez de otro que estaba sin pilas hacía largo tiempo, Valera), modificaron la cara del equipo en el último cuarto de hora. Francés se puso en el lateral diestro, eso que no se sabe bien por qué no está sucediendo hace tres semanas desde el inicio .

En los últimos 11 minutos, el Mirandés sí que dio diez pasos adelante en pos de la victoria. Pareció que era muy tarde. Durdov, el zaragozano Álvaro Sanz y los movimientos hacia zonas delanteras de sus laterales y mediocampistas hicieron recular al Zaragoza como no había sucedido hasta entonces. En las filas zaragocistas, detalle importante, Bakis no calentó en ningún momento para salir.

En las postrimerias del partido, una incursión de Grau en el área en el minuto 84 acabó con una caída susceptible de ser penalti por zancadilla. Galech, por supuesto, dio la negativa al asunto. Fue el único desahogo en área rival durante media hora larga de nada en ataque. El Mirandés dominaba cada vez con más veneno. Durdov amagó peligro máximo apenas un minuto antes de que la desgracia trajera el castigo mayor al Real Zaragoza, con el autogol de Jair en el 87 a centro de Pablo Ramón, solo en el lateral del área. De repente, los goles en portal propio se los mete el equipo zaragocista y los remates a los palos son suyos y no del contrincante. Los vientos del fútbol son así de ingobernables. Ahora, ya no viene de cola.

El aumento, de 8 minutos, se alargó hasta más de 10. Con pérdidas de tiempo del Mirandés y con Galech gustándose con trote de caballo jerezano entre la algarada de la grada. Cristian Álvarez subió a rematar un córner y dio el susto al chocar cabeza con cabeza (y puño) con su colega Luis López. Hay quien vio penalti en el topetazo. Los del VAR, que son los que llevan el timón en estos casos, se llamaron andana. Claro. El galimatías fue de órdago a la grande, el líneas generales. Al juez navarro, este tipo de circunstancias le vienen grandes como una saya de Demis Roussos. Se jugó la mitad del tiempo. Todo fueron interrupciones de los visitantes.

Y así se acabó este tercer tropezón serio del Real Zaragoza en dos semanas. Se bajó el ‘souflé’. Ya no hay liderato que sujete alegatos. Tampoco queda tan mal el asunto, pues el equipo aragonés será 2º o 3º, según haga el Espanyol más tarde. Pero el récord de los últimos tres partidos es de un punto sumado de 9 disputados. Y con la cosecha de solo un gol en las porterías de enfrente. Es probable que el entrenador siga oyendo runrunes. Habrá una novedad este lunes: la gente por la calle le dirá ‘míster, no pasa nada, son dos derrotas y un empate, a por otra’. Las pifias han aumentado en unidades. En resumen, cortito y al pie, algo no funciona en el juego del Real Zaragoza. Y es algo muy importante. El amplio cuerpo técnico sabrá detectarlo. Solucionarlo es otra cosa.

El Mirandés asalta La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair a un minuto del final descabalga al Zaragoza del liderato. El equipo de Escribá, sin síntomas de mejoría, jugó toda la segunda parte con diez por rigurosa expulsión de Sergi Enrich.

Al Real Zaragoza se le volvió a atragantar el Mirandés en La Romareda, lo que es casi una costumbre, y sumó una nueva derrota que le descabalga del liderato seis jornadas después. El partido estuvo marcado por la rigurosa expulsión de Sergi Enrich en el descuento de la primera parte, pero lo cierto es que el equipo de Escribá hizo escasísimos méritos frente a un rival serio y firme, que no regaló nada. Toda la ofensiva del Zaragoza fue un cabezazo de Iván Azón al larguero. Su fútbol no mejoró, ni con once ni con diez. Fue plano y fácilmente defendible para un Mirandés que no se confundió y que se benefició de un gol de Jair en propia puerta a un minuto del tiempo reglamentario. La suerte es caprichosa. Te da y te quita.

Lecoeuche, Maikel Mesa y Sergi Enrich, en su primera titularidad, fueron las tres novedades en el once de Escribá, en detrimento del lesionado Fran Gámez, de Bermejo y de Bakis, suplente por primera vez, mientras Lisci varió el sistema, pasando a jugar con tres centrales, e introdujo hasta cuatro cambios: Barbu, Tomeo, Reina y Baeza relevaron a Martón, Álvaro Sanz, Tachi e Ilyas Chaira.

El Zaragoza, responsabilizado y exigido por las circunstancias, pretendió tomar el mando desde el principio, apretando en la presión y estirando sus intenciones, pero su amenaza resultó ciertamente escasa y muy previsible. Tuvo la iniciativa, pero no el control. Otra vez sin producción en sus medios centro y con Maikel Mesa perdido, la sociedad Borge-Valera fue su único argumento ofensivo en la primera parte. Ambos cocinaron una ocasión a los diez minutos que Iván Azón no mandó a la jaula por centímetros. Pero no hubo más. Pareció un primer aviso, pero fue principio y final de su ofensiva frente a la seguridad y el orden de un Mirandés que respondió primero con un cabezazo picado de Gabri y pasada la media hora con un centro pasado de Baeza al que no llegó Carlos Martín.

La primera parte moría sin novedad y sin peligro cuando el Zaragoza se quedó con diez por una rigurosa expulsión de Sergi Enrich en una entrada aparatosa sobre Gabri en el centro del campo. Una tarjeta roja directa que lo cambió todo y que abrió un nuevo escenario para la segunda mitad.

El Zaragoza volvió del descanso enrabietado, dispuesto a compensar su inferioridad con arrojo y decisión, y pudo resolver el encuentro en el minuto 48, cuando un centro de Lecoeuche lo cabeceó Azón a bocajarro al larguero. Fue la mejor ocasión de la tarde, pero ahora al equipo de Escribá ya no le sale todo como en las cinco primeras jornadas. A partir de ahí, el Zaragoza quiso pero no pudo. Lo intentó, pero no le alcanzó, porque fue incapaz de producir más ocasiones claras y porque el Mirandés no hizo una sola concesión.

El partido era de empate, porque Cristian Álvarez no tuvo que intervenir una sola vez, pero a un minuto del tiempo reglamentario Jair, valladar tantas veces del Zaragoza, introdujo en su propia portería un centrochut del lateral Diego Moreno y le dio al Mirandés su primera victoria lejos de Anduva.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3618

Racing FerrolRACING DE FERROL 1-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

1-0, min. 60: Álvaro Giménez

Ficha Técnica

Racing de Ferrol: Cantero; Delmás, Jon García, Castro, Brais Martínez (Delgado, 85); Bernal, Señé; Carlos Vicente (Manzanara, 90), Losada (Nacho, 85), Héber Pena (Chuca, 73); y Álvaro Giménez (Manu Justo, 73).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Luna, 80), Francés, Jair, Borge; Grau, Moya (Maikel Mesa, 71); Valera (Mollejo, 71), Bermejo (Sergi Enrich, 80); Azón y Bakis (Manu Vallejo, 61).

Árbitro: Cid Camacho (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Castro (22).

Goles: 1-0, min. 60: Álvaro Giménez.

Real Zaragoza 1-0 Real Zaragoza

41.7 % Posesión 58.3 %
4 remates dentro 2
2 disparos bloqueados 1
4 remates fuera 6
9 disparos recibidos 10
1 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 8
8 faltas cometidas 13
135 perdidas de posesion 146
52 recuperaciones de posesion 65
4 fueras de juego 3
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Ferrol, primer tropiezo de un errático Real Zaragoza, que cayó por 1-0

El exblanquillo Álvaro Giménez marcó el gol al inicio de la segunda parte. Los de Escribá en una revolución inútil del entrenador, jugaron otro mal partido y esta vez no tuvieron ningún hado de de la fortuna de su parte. El equipo aragonés sigue líder.

El Real Zaragoza sigue líder en solitario tras perder el Espanyol en Tenerife. Pero hasta aquí ha llegado su condición de invicto. Ferrol, La Coruña, jornada 7. El recién ascendido conjunto gallego tumbó a un deficiente equipo zaragocista por 1-0, con un gol del ex Álvaro Giménez al inicio de la segunda parte. Fran Escribá planteó un partido conservador a más no poder, con una revolución de cinco cambios en la alineación inicial, que fue castigada con la derrota y, lo que es más doloroso, poniendo de relieve la incapacidad del bloque zaragocista a dar muestras de reacción tras encajar en gol, con un tercio de partido por delante.

La primera parte fue ya de fútbol de bajo nivel. Aburrida de seguir. Tanto por parte de los locales, muy timoratos y apostando por el contragolpe, apostados atrás de partida, como por parte de un cuadro zaragocista que no mejoró las prestaciones de los últimos partidos. Lento en la circulación, previsible siempre, sin profundidad en las terminaciones de las jugadas que tenían cierto desarrollo. Los cinco cambios que aplicó Escribá al once inicial, afectando a todas las líneas, no elevaron la solvencia del grupo en los primeros 45 minutos (clavados, no hubo aumento).

En los 23 minutos iniciales no sucedió nada de nada. Literal. La primera mitad de la primera mitad del duelo fue inerte, insustancial, de tanteo y miradas a los ojos permanentes de los contrincantes. En boxeo se hubiese sancionado falta de combatividad en muchas fases del duelo. En balonmano, pasivo. En waterpolo, ambos equipos habrían perdido la posesión infinidad de veces. Las porterías fueron durante ese largo trecho dos adornos del estadio, maceteros de fondo, ornamentos prescindibles para todos, decorado de tramoyistas.

El Racing de Ferrol se sintió cómodo según pasaron los minutos al ver que el Real Zaragoza, considerado en esta visita como un gigante (el líder aplastante en la tabla, no era para menos en el feudo de un debutante en la categoría), no era capaz de llevar un balón a su área medianamente potable. El equipo aragonés era una malva. Todos iban con el lirio en la mano en cuando pasaban a campo contrario. Bakis, desaparecido. Azón, peleón contra el mundo para nada. Bermejo, gaseoso e impreciso como es habitual. Valera, poco osado en los tres o cuatro balones en los que pudo percutir a su par, el zaragozano Delmás. En la media, Moya y Grau fueron dos timoneles fáciles de desactivar, simples en su juego, nada atrevido con el balón en los pies. Los laterales, fofos en ataque. Gámez, de vuelta a la derecha, sin acierto hacia arriba y sufriendo un par de veces en defensa a su espalda, con Héber Pena. Y el debutante Borge, bastante hizo con sujetar al aragonés Carlos Vicente en varias incursiones a base de aplicación y pelea, pues en otras fue rebasado. El Racing de Ferrol insistió siempre por ese flanco, sabedor de que ahí podía estar la flaqueza de la, por otra parte, firme defensa zaragocista. Bien los centrales, Jair y, de nuevo, Francés.

Francés, precisamente, estrenó las anotaciones de sucesos interesantes del partido en el minutos 23. Cabeceó una falta lejana botada por Moya y el balón se fue fuera por poco. La estrategia, un día más, fue la primera manera de llegar con cierto veneno por parte zaragocista. Con balón combinado, el equipo de Escribá no funciona. Se empeñe en lo que se empeñe el técnico y oiga runrunes donde solo hay evidencias. Los dos puntas fueron dos islas, sin suministro. Y, en global, el equipo no dio miedo nunca a los ferrolanos.

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En el 30 apareció el Racing gallego en ataque, con un remate fallido de Losada, tras un quiebro afortunado sobre Jair que paró listo Cristian Álvarez. En el 35, en el rechace de un córner, Carlos Vicente empalmó una volea en el borde del área y el portero argentino sacó de la chistera una de sus palomitas milagreras para evitar el 1-0 y echar el balón a córner. De este saque de esquina, defendido con los ojos por un Zaragoza dormido, llegó otro casi gol local, pero el taconazo frívolo de Bernal, medio centro de Muniesa (Teruel), se marchó por encima del larguero mientras los avispas (el equipo aragonés no lució su uniforme oficial sin razón aparente para ello) no se enteraban de la película.

Se alcanzó la recta final de una primera mitad sosa, tediosa en infinidad de tramos, con un remate flojo de Valera a centro de Azón, en la primera jugada con cierto nivel notable del Real Zaragoza que llevó Azón por la izquierda, que paró Cantero sin problemas en el 40. Y en el 44, un centro-chut de Gámez no encontró ni portería ni rematador cuando los avispas parecían desperezar. Demasiado tarde. El árbitro, casero en diversas acciones que debió señalar como falta a favor del Zaragoza y se ahorró, los mandó a todos a la caseta cuando los de Escribá daban muestras de algo hasta entonces no visto. El 0-0, justo, se antojó un estado de las cosas buscado por ambos técnicos, que programaron un partido largo, a verlas venir, muy al estilo de la competición de Segunda. La liga va tomando forma y el conservadurismo empieza a imperar por doquier.

El segundo tiempo empezó sin cambios nominales en ningún equipo. Todo estaba bien, al parecer. El acto comenzó con un gol fallado por Bakis a bocajarro, mano a mano tras jugada trompicada de Azón en el minuto 49, que el germano-turco remató cruzado, fatal, fuera. El árbitró, Cid Camacho, acabó pitando falta a posteriori del ariete zaragozano antes del pase, pero Bakis ya había vuelto a desaprovechar una opción nítida de gol. Sigue su estado de ansiedad evidente. No es runrún. Es lo que hay.

El Racing de Ferrol, como al inicio del duelo, se había apostado atrás para jugar a la contra claramente. El Zaragoza empezó mandando. Moya recogió el balón en tres cuartos y soltó uno de sus disparos de derecha en el 51 que Cantero sacó a córner por encima del larguero en la mejor opción de gol de los aragoneses hasta entonces. Atrás, Carlos Vicente acababa de asustar de cabeza en un centro largo, vertical, que se topó con el cuerpo de Jair en el segundo palo. En los primeros 10 minutos de la reanudación, el equipo de Escribá se manifestó más gobernante, con mayores galones que en toda la primera mitad. Hubo filípica en el descanso. No gustó nada lo visto antes del intermedio.

Pero no remató nada bien. El equipo se le disuelve a Escribá de medio campo hacia arriba. Y esta vez, porque no siempre va a ser fiesta (era lunes, así que ni el calendario ayudaba al tópico), el rival, el animoso y bien armado Racing de Ferrol, pilló relajado a los avispas en una contra que montó Carlos Vicente, marcado muy de lejos por Borge, cuyo centro remató de cabeza Álvaro Giménez para hacer el 1-0 en el minuto 60. El gafe de los ex. Algo ancestral en la historia zaragocista. Los gallegos, en su primera salida con cicuta en todo el segundo periodo, se adelantaron en el tanteador y pusieron en evidencia al Real Zaragoza decadente de los últimos partidos.

El líder debía pelear por mantener su condición de invicto con media hora por delante. Había tirado a la basura una hora de fútbol. De mal fútbol. Al menos, de fútbol inconsistente. Escribá, si pretende seguir de líder y en posiciones cabeceras jugando así de feo y de deslavazado, se supone que admitirá que es imposible. Por más tópicos que se manejen para aludir a la categoría, a la igualdad, a los runrunes y demás asideros de talante psitaciforme habituales de los entrenadores en circunstancias semejantes.

La reacción seria no fue inmediata. El técnico quitó a Bakis y metió a Manu Vallejo en el gol. A partir de ahí, Bermejo no acababa nada. Valera ni lo empezaba. Las bandas estaban obturadas en ataque. Y así, Azón era un poste de telégrafos, o sea, de nula utilidad. Once minutos tardó Escribá en mover el equipo con más hondura. Va siempre con retardo cuando de actuar con contundencia se trata (ya le pasó en Cartagena cuando aplazó la salida de Lecoeuche al lesionarse Nieto y aquello costó un gol). Mollejo y Mesa fueron sus primeras balas, con solo 19 minutos como escenario. El equipo pedía modificaciones mucho antes, incluso con el 0-0.

Mollejo tuvo un balón franco en el minuto 72, en el área tras un par de rechaces fallidos, pero su chut de volea acabó en el mar, por encima del tejadillo del fondo. Descriptivo detalle. En la contra, con la grada de A Malata enfervorecida, el recién entrado Manu Justo ganó la espalda a Jair y Francés y chutó con fuerza provocando una parada de Cristian Álvarez providencial para evitar el 2-0 en el 76. A Escribá le entraron las prisas. El 0-0 le gustaba, aunque el juego fuese deficiente. La derrota, por el contrario, lo ponía en evidencia. Sergi Enrich y Luna fueron sus siguientes cambios en el 80. El equipo daba muestras por esos pasajes del partido de estar alborotado, ido. Los ferrolanos atacaban con facilidad, espoleados por su gente. Lejos de esperarse el 1-1, el barrunto era que el 2-0 podía llegar en cualquier momento. Mal asunto para los zaragocistas, aturdidos por el mazazo del gol y con nula respuesta a esa adversidad, con 30 minutos para repararla.

Se entró en los últimos 5 minutos con el Real Zaragoza hecho un ovillo, desmontado como equipo con las sustituciones. Y con el Racing de Ferrol empoderado, con razones para ello. Los zaragocistas no pisaron el área de Cantero durante la media hora en la que estuvieron en inferioridad, más allá del ‘drop’ de rugbi de Mollejo. Otra imagen cristalina de la falta de calidad del partido de los avispas, en claro retroceso. El árbitro solo dio 3 minutos extra. Poco. Caserete, caserete. Dio igual. Pudo haber dado 15 minutos más, que el Real Zaragoza no habría logrado el empate. La noche gallega empezó mal planteada, se desarrolló por caminos confundidos, Escribá apostó por guardar el 0-0 y ver si llovía café en el campo y, esta vez, le salió rana la jugada. Un sapo, más bien. El que se tragó el zaragocismo a ver a su equipo líder fuera de la órbita que requiere esa condición. El gas se esbafa. Escribá ha sido empujado por las circunstancias al centro del escenario, con el foco enfocándolo a él. Interesante imagen de un líder que, lejos de ir a mejor desde las victorias, está en evidente abollamiento de sus formas.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3611

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-1 REAL RACINGEscudo/Bandera equipo

0-1, min. 40: Grenier.

1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

FICHA TÉCNICA

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Mouriño, Jair, Luna; Toni Moya, Aguado (Grau, 62); Valera (Sergio Bermejo, 79), Manu Vallejo (Azón, 62); Maikel Mesa (Mollejo, 74) y Bakis (Enrich, 74).

Racing de Santander: Ezkieta; Mantilla, Germán Sánchez, Alves, Saúl; Morante (Pol Moreno, 88), Grenier (Peque, 59), Aldasoro; Andrés Martín (Sangalli, 74), Íñigo Vicente (Sainz de Maza, 88); Ekain (Arana, 59).

Goles: 0-1, min. 40: Grenier. 1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

Árbitro: Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Mostró amarillas a Saúl (31’), Bakis (37’), Grenier (51’), Andrés Martín (71’), Ezkieta (86’), y Germán Sánchez (88’), Toni Moya (94’).

Incidencias: Partido de la sexta jornada jornada de liga jugado en La Romareda, ante 27.208 espectadores. Noche es fresca en La Romareda y muy húmeda. El césped estuvo buen estado, rápido debido a las últimas lluvias caídas en Zaragoza en las últimas horas. Los jugadores saltaron al campo con una camiseta de apoyo a Carlos Nieto. Por su parte Cristian Álvarez, recibió el premio al jugador del mes de Segunda División

Real Zaragoza 1-1 Real Racing

63.8 % Posesión 36.2 %
2 remates dentro 4
1 disparos bloqueados 4
3 remates fuera 4
12 disparos recibidos 6
2 tarjetas amarillas 5
0 tarjetas rojas 0
15 faltas recibidas 19
21 faltas cometidas 16
132 perdidas de posesion 117
51 recuperaciones de posesion 51
2 fueras de juego 4
xxxxxx

El Real Zaragoza es humano y empata contra el Racing de Santander (1-1)

El Zaragoza sufre su primer tropiezo del curso en un partido desmejorado en el que un gol de Valera remontó el inicial de Grenier para un notable Racing.

El Real Zaragoza alienígena de las cinco victorias seguidas, el conjunto que parecía que no podía dejar de ganar ni en sus peores tardes, exhibió ayer su cara más real, más humana y terrena, más cercana a lo que hoy es su fútbol y sus capacidades. En otro partido de escaso bagaje ofensivo, el equipo de Escribá se atascó ante un Racing superior en la primera mitad, que se le puso por delante con un gol de Grenier al que Valera dio rápida respuesta al filo del descanso. El empate puede darse por justo, porque el Zaragoza, con los cambios y su diversidad de recursos en la suplencia, enderezó la noche en la segunda mitad, sobre todo, gracias a Azón. Y el punto aún puede mantener el liderato en función del resultado del Espanyol en esta jornada.

Pero, por encima de todo, el resultado dejó al descubierto algunas de las carencias creativas y ofensivas que Escribá aún no tiene solventadas, ya advertidas en los días de vino y gloria de las últimas semanas y a las que las victorias le echaron el velo por encima. El Zaragoza, en resumen, juega muy lejos del área adversaria y no termina de imponerse en campo contrario: al Racing solo le remató dos veces a puerta. Su rival le dobló en disparos.

Fue Gámez el lateral izquierdo de emergencia con el que Escribá le pegó un parche a la posición ante las ausencias de los lesionados Nieto y Lecoeuche, movimiento que motivó el debut en la temporada en su zona natural de Marcos Luna en un once en que no figuraron ni Francés ni Azón. Quizá el técnico, en un intento por gestionar los méritos y la salud del grupo en un vestuario del que se presume por su anchura de soluciones, dejó fuera a los dos internacionales, que solo habían trabajado un par de días esta semana. Ambos se notaron: Francés porque Mouriño bajó un pistón su rendimiento de Cartagena. Y Azón porque es la cremallera que da recorrido y profundidad a la delantera del Zaragoza. Este fue el problema nuclear del equipo ante un Racing que le controló y domesticó con facilidad durante la primera mitad. El Zaragoza fue un equipo denso, horizontal y atascado porque ni Maikel Mesa ni Bakis le daban al ataque por dentro desmarques profundos. Ambos realizaban movimientos similares: recibían de espaldas, la pedían al pie y se dedicaban ambos al apoyo, sin sincronizarse entre ellos desmarques de ruptura. Difícilmente cuajarán juntos en un sistema así. A ello, se le unió los problemas del Zaragoza para que su doble pivote asuma el peso del juego y los pases iniciales: Moya y Aguado, bien marcados al hombre por el Racing, circulaban la pelota lentamente, una parsimoniosa cadencia que acababa siempre de vuelta a los centrales. O el Zaragoza deja de acostar el juego en los pies de sus defensas o sufrirá más días así. Entre unos delanteros que no estiraban al equipo y unos medios con poca progresión, el Zaragoza no avanzaba. Y así, expuso su fútbol a pérdidas que el Racing, un equipo brillante en la transición, eléctrico, vertical y punzante, convirtió en su llave en la cerradura del partido. Antes de su gol, los cántabros ya amenazaron con un tiro cruzado de Aldasoro tras un desliz de Moya que Cristian sofocó y con una intervención del divino argentino a una picadita de Andrés Martín. Eran minutos en los que Aldasoro, indetectable entre líneas, le encendía una hoguera a Aguado y Moya en su zona. Gran jugador el vasco: completo, intenso, fino cuando toca.

El Zaragoza, por su parte, apenas respiraba por su carril derecho, donde la agitación y el desborde de Germán Valera trató de abrir camino a gol. Fue el principal activo ofensivo, mientras que Manu Vallejo apenas intervenía en su sector. A Valera le hicieron nada más empezar un penalti que solo se explica que no se pitará vía VAR si se apreció mano de Maikel Mesa en un control previo. La mejor la tuvo Bakis con un rechace al que no le puso dirección correcta. También Andrés Martín mandó al cielo un remate franco dentro del área.

El Zaragoza se vio por debajo por primera vez después de que la tela de araña del Racing atrapara un error de salida de Mouriño. Fue Vicente quien gestionó el asunto y le entregó medio gol a Grenier, que la cruzó por bajo. Al Zaragoza se le quebraba así un partido por primera vez.

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Sin embargo, respondió con grandeza al filo de los últimos segundos de los dos minutos de prolongación. Un largo hilo de pases, acabó en la bota precisa de Toni Moya. Su centro desde tres cuartos lo repelió la defensa cántabra, pero allí fue Valera como si ese balón fuera su cena de la noche: un trozo de pan al que le pegó una dentellada que no era fácil, metiendo el pie al bote y mandando la pelota a la red. Así, con ese empate justo y psicológico, se llevó el asunto el Zaragoza al descanso.

A la vuelta al césped, el Racing pegó el susto, con un cabezazo de Mantilla, su lateral derecho, a dos palmos de la línea de gol que mandó fuera cuando eso, precisamente, parecía lo imposible. El partido recorría su curso en los mismos términos que el primer acto. El Racing buscaba el error del Zaragoza para dañar con su infantería. La idea estuvo muy bien traída porque el equipo aragonés si de algo está pecando es de tener la posesión más cerca de su portería que de la rival, lo que multiplica ciertos riesgos. Mientras tanto, el colegiado, algo indescifrable, le perdonaba la posible segunda amarilla a Grenier. Pareció tan clara que su técnico no tardó ni un minuto en quitarlo: saltaron Peque y Arana, delantero que relevó a Ekain. Por su parte, Escribá movió pieza poco después: retiró a un Aguado al que el contexto de su equipo aún se le atraganta y a Manu Vallejo, lejos de lo esperado. Salieron así Jaume Grau e Iván Azón al campo, pasando Maikel Mesa de la segunda punta a la banda izquierda.

El Zaragoza, solo con la presencia del ariete canterano, acabó metiéndose en campo del Racing. Las cargas en profundidad de Azón nivelaron la pugna, y su equipo comenzó a crecer. Sin mucha llegada, pero, palmo a palmo, ganando terreno. Fue el tramo del encuentro en el que Bakis exhibió cierta desconexión, como si sintiera que algo falta por incorporar a su carta de servicios. El gol, la falta de él, es como el frío: parece que no, pero poco a poco se va metiendo en los huesos. Escribá lo cambió para el asalto final, al que se apuntaron Enrich y Mollejo, y poco después Bermejo, quien entró por Valera, fatigado y con molestias.

Aquí se evidenció una de las grandes fortalezas del Zaragoza de este año: los cambios, los recursos en el fondo del armario, le dieron soluciones y le inyectaron gasolina. Aun con todo, el conjunto aragonés no terminó de intimidar el área, bien cerrada para el final con tres hombres por un Racing que no tardó en poner en valor el punto que tenía en la mano. Al Zaragoza, al final, se le oscurecieron las ideas. La Romareda, de nuevo exultante y celestial, con 27.208 almas, la mejor entrada del año, le trató de llevar arriba, pero poco más pasó. Esto, la comunión de acero que han firmado equipo y afición fue la victoria del día.

 

El Racing frena al líder

El Real Zaragoza, cortocircuitado y atascado, no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo. José Alberto le ganó la partida a Escribá.

Al Real Zaragoza le ha aupado al liderato su eficacia y no su fútbol, así que era cuestión de tiempo que se acabara su impecable racha de resultados. Esta vez no pudo con un Racing aplicado y valiente, que le complicó las cosas desde el primer momento. Hasta ahora, al equipo de Escribá le había salido todo, pero en su partido más gris de todo el campeonato no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo, porque si alguien mereció ganar fue el Racing.

Ante las bajas de Nieto y Lecoeuche, Fran Escribá pretendió resolver el problema del lateral zurdo colocando a Luna en la banda derecha y trasladando a Fran Gámez a la izquierda, mientras Valera reemplazó a Bermejo como volante derecho. Fueron los dos únicos cambios en el once del Zaragoza, en el que no entraron los internacionales Sub-21 Francés y Azón. Por su parte, José Alberto introdujo mucho atrevimiento y hasta tres novedades en la alineación del Racing: Morante, Grenier y Ekain relevaron a Íñigo, Peque y Arana.

El partido comenzó a un ritmo vertiginoso y se puso enseguida a mil revoluciones, quizá lo que nunca desea Escribá, porque el Racing, lejos de especular o pausar el juego, salió como un tiro y su valentía y decisión provocó un toma y daca constante. Y en el intercambio, las ocasiones se sucedieron en las dos porterías en el primer cuarto de hora. Cristian Álvarez salvó un disparo cruzado de Aldasoro y sacó una mano prodigiosa ante Andrés Martín, mientras Manu Vallejo se enredó solo ante Ezkieta y ni remató ni pasó, y Bakis, con la suerte de espaldas, mandó rozando el larguero un balón a la salida de un córner.

El juego fue perdiendo gas, pero el Zaragoza, sorprendido por el planteamiento de José Alberto, no estuvo cómodo en toda la primera parte. Le costó superar la presión del Racing, careció de fluidez e intención en la circulación de la pelota, sus laterales no percutieron y no defendió con solvencia ante un rival afilado por Íñigo Vicente que siguió acumulando ocasiones en las botas de Ekain y de un activísimo Andrés Martín. Y así, a cinco minutos del descanso, Grenier hizo diana, tras un error al alimón de Marc Aguado y Mouriño en la salida del balón. El gol fue justo premio a los méritos del Racing que, sin embargo, mereció quedarse enseguida con diez por una segunda amarilla del lateral Saúl que el árbitro, literalmente, no quiso ver. Sólo Valera, encarador de genio y voluntad, un extremo desequilibrante en la categoría, sostuvo al equipo de Escribá en ataque, y su insistencia acabó teniendo recompensa a segundos del descanso, cuando, providencial, mandó a la jaula una pelota muerta en el área pequeña. El Racing fue bastante mejor en la primera mitad, pero el Zaragoza se valió otra vez de su eficacia. O del oportunismo de Germán Valera.

En la segunda parte, Escribá pasó del 4-2-3-1 al 4-4-2, permutando las posiciones de Maikel Mesa y Manu Vallejo, en un intento por variar el rumbo del encuentro, pero el Racing no perdió una pizca de osadía, continuó desordenando con su fútbol a la defensa del Zaragoza y tuvo el 1-2 en la cabeza de Mantilla en el minuto 51, en una oportunidad verdaderamente de oro.

En vista de que el Zaragoza no mejoraba, a media hora del final entraron Jaume Grau e Iván Azón. Antes habían ingresado Arana y Peque en un Racing que siguió cortocircuitando al equipo aragonés, que ya a la desesperada dio entrada a Mollejo, Sergi Enrich y Bermejo por Bakis y Maikel Mesa, ambos en noche de ausencia, y por un agotado Valera.

Pero no fue el día de un atascado Zaragoza, que esta vez no tuvo ni fútbol ni eficacia. Ni tampoco fue el día de Escribá. José Alberto le ganó la partida.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

PARTIDO Nº 746 ESPAÑA 6-0 CHIPRE (12-SEP-2023)

PARTIDO Nº 746 ESPAÑA 6-0 CHIPRE (12-SEP-2023)

 

ESPAÑA

bandera españa circular

Partido 746

CHIPRE

Ilustración de Bola De Luz De Cristal Con Bandera De Chipre Esfera Redonda  Icono De Plantilla Símbolo Nacional Bola Realista Brillante Ilustración  Vectorial Abstracta En 3d Resaltada Sobre Un Fondo Blanco Gran  

 

6-0
 

 

1-0 | (18´) Gavi

2-0 | (33´) Mikel Merino

3-0 | (70´) Joselu

4-0 | (73´) Ferran Torres

5-0 | (78´) Álex Baena

6-0 | (83´) Ferran Torres

Clasificacion Alemania 2024

12 Septiembre 2023

Granada

Estadio: Nuevo Los Cármenes

FICHA TËCNICA

ESPAÑA

Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Laporte, Gayà (Balde 61´), Rodrigo, Mikel Merino, Gavi (Álex Baena 76´), Lamine Yamal (Ferran Torres 61´), Nico Williams (Yeremy Pino 46´) y Morata (Joselu 46´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

CHIPRE

Mall, Karo, Gogic, Laifis, Andreou (Panayiotou 91´), Kyriakou (Ioannu 46´), Kousoulos (Tzionis 55´), Charalampous (Pileas 61´), Anderson Correia, Sotiriou (Pittas 61´) y Kastanos.

Seleccionador: Temur Ketsbaia

1-0 | (18´) Gavi ramata de primeras un centro de Nico Williams desde la izquierda.

2-0 | (33´) Mikel Merino de cabeza a centro de Nico Williams.

3-0 | (70´) Joselu a centro de Carvajal.

4-0 | (73´) Ferran Torres en combinación con Carvajal.

5-0 | (78´) Álex Baena en el primer balón que toca como internacional.

6-0 | (83´) Ferran Torres bate a Mall en su salida.

Simone Sozza (Italia): Mostró tarjeta amarilla a Yeremy Pino (69´) por parte de España y a Kastanos (45´) de Chipre. 

Árbitros asistentes: Alberto Tegoni y Marco Bresmes (Italia)

Cuarto árbitro: Livio Marinelli (Italia)

VAR: Maurizio Mariani (Italia)

Asistente VAR: Daniele Doveri (Italia)

Cuarto partido para España de la fase de clasificación para la Eurocopa 2024

Estadio Nuevo Los Cármenes de Granada. 17.311 espectadores en las gradas.

Se guardó un minuto de silencio en solidaridad con los afectados de las tragedias naturales acaecidas recientemente en Marruecos y Libia

España 6-0 Chipre

81.4% Posesión 16.6%
12 remates a puerta 1
6 remates paradas 0
10 remates fuera 0
0 disparos recibidos 28
1 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
3 faltas recibidas 6
6 faltas cometidas 4
114 balones perdidos 94
53 balones recuperados 41
2 fueras de juego 2
intervenciones portero

Nico y Lamine alegran a España

La frescura de los extremos es clave para abrir una goleada que cerró Ferran Torres, autor de un doblete. También marcaron Gavi, Merino y Joselu.

A la misma hora en que Luis Rubiales nos contaba en una entrevista en un canal de televisión británico lo injusta que es la vida, La Roja cerraba de la mejor manera posible el parón de selecciones de este mes de septiembre. Una goleada ante Chipre que, unida a la de hace cinco días en Georgia (1-7), nos permiten respirar rumbo a la Eurocopa 2024. El galgo escocés queda un poquito más cerca. Ya se cansará.

Vaya por delante el agradecimiento a la afición de Granada. Da gusto ver un estadio así, lleno hasta el último de sus rincones, cuando el menú tiene a Chipre (con todo el respeto del mundo para su selección) como plato principal. La gente no se cansó de animar, sonaron trompetas, vuvuzelas, canciones y coplas; en definitiva, que Granada, como se escribió y se piensa de París, era una fiesta. Lo fue antes siquiera de que los jugadores saltaran al césped porque De la Fuente tuvo la brillante idea de alinear de inicio a Nico Williams y Lamine Yamal en las bandas. Promesa de vértigo, de fútbol rápido hasta reventar a los defensas rivales. Y eso, más ese Gavi que con su gorro protector pareciera rendir homenaje al Mundial de rugby que se disputa en estos días, eran sinónimo de batalla.

Chipre, selección clasificada en el puesto 118 del ranking FIFA, se preparó para ella como mejor podía, con una defensa de cinco que desde el primer minuto no pudo hacer otra cosa que achicar agua. Aguantó exactamente 17 minutos con el marcador inamovible, tratando de evitar que llegara el 1-0 a favor de España, eso que en sentido figurado se llama abrir la lata. Lamine lo intentaba por la derecha, Nico lo hacía por la izquierda, y Rodri y Merino se relamían ante tantas invitaciones para poder hilar el ataque. En ese minuto 17 se trenzó una jugada de fantasía, con el pase en profundidad de Gayà, la carrera a mil por hora de Nico para centrar hacia atrás desde la línea de fondo y el remate de primera, con el extra de que además lo hizo con la izquierda, de Gavi. Un gol de tiralíneas que reflejaba fielmente el vendaval que en esos minutos soplaba a favor de España.

No dejó de hacerlo. El balón apenas le duraba un suspiro a los de Temur Ketsbaia y la posesión era indiscutible: 76% para los locales, 24% para los visitantes. Un guion previsto desde que se configuró el grupo de clasificación, el toque y toque que es habitual en La Roja, pero que en esta ocasión encontró el fruto de llevar al balón a la red. Tal era la fidelidad de los internacionales al plan de De la Fuente que el segundo tanto fue un calco del primero. De nuevo la llegada por la orilla izquierda y el pase desde allí de Nico para que uno de esos trenes que llegan desde la segunda línea, en este caso Merino, rematara a gol. Los flashes se iban hacia el extremo del Athletic, acertado en el pase y en el desborde, así que Lamine quiso su cuota de pantalla y al borde del descanso soltó una de esas roscas de zurda que en él son copyright. Lástima que el balón se estrellara en el palo derecho de Joel Mall y que en el posterior remate de Morata el gol fuera invalidado por el VAR por fuera de juego.

Lesión de Nico Williams

Pero la cosa pintaba bien. A esas alturas de la noche, Rubiales declaraba, en el confesionario de Piers Morgan, que va a dedicarse “de la forma más limpia posible” en su defensa ya que tiene “muchos procesos abiertos”. Palabras, solo palabras, y lo que nosotros queríamos eran goles. Pero lamentablemente lo que llegó entonces fue el único revés de los primeros 45 minutos, la lesión de Nico Williams, que tuvo que abandonar el terreno de juego como ya hicieran Asensio y Olmo el viernes en Tiflis. Triple secuela de ese virus FIFA del que ahora estarán lamentándose en Athletic, PSG y Leipzig.

Fue la mala noticia de esa primera parte y el peor presagio para el inicio de la segunda, pues el juego de España en ese arranque no volvió a ser el mismo. Yeremy Pino entró por Nico y Joselu lo hizo por Morata, pero no se trataba de un simple cambio de cromos, sino que el sentir general era distinto. La Roja perdió velocidad y capacidad de sorpresa y Chipre se sintió cada vez más cómoda, con Karo, Gogic y Laifis con el cerrojo echado. Pero cuando parecía que la goleada quedaba a medias llegó una nueva sacudida de La Roja. Primero, con un gol en el que Carvajal centró y Joselu remató de testarazo para que Ancelotti se rompiera las palmas en su sillón de Madrid. Después, con un nuevo pase del lateral blanco que en esta ocasión encontró la bota de Ferran Torres para dibujar el 4-0. Dos goles en apenas tres minutos, la mejor forma de respirar y permitir a De la Fuente hacer el último cambio de la noche: el de Álex Baena por Gavi que significaba el debut en La Roja del centrocampista del Villarreal. Llegó con un pan debajo del brazo pues al minuto marcó el 5-0, preámbulo del 6-0 de Ferran, que regresaba a la Selección por la puerta grande. Un colofón feliz a una noche plácida, la mejor manera de dar carpetazo a este parón de selecciones que se abrió en plena tormenta extradeportiva y se cierra con sabor a fútbol, buen fútbol.

Debutante

Jugador n°842

Alex Baena

España prolonga su racha en una Granada rendida (6-0)

Los tantos de Gavi, Nico Williams, Joselu, dos de Ferran Torres y el debutante Álex Baena colocan a la Selección cerca de la cabeza de su grupo camino a la Eurocopa

Hay amores fugaces, estivales, intermitentes, prolongados, eternos... y luego está lo de la Selección Española con Granada.

La ciudad de la Alhambra (La Roja en árabe) ha vuelto a resultar talismán en el camino del equipo de todos hacia la próxima Eurocopa.

Seis goles seis a sumar a los siete de Georgia para culminar una semana de ensueño que allana el camino hacia la fase final.

Ante Chipre, Luis de la Fuente mantenía portería y defensa y cambiaba mediocampo y extremos respecto al equipo de Tiflis, manteniendo idéntico espíritu ofensivo.

España ha totalizado 27 ocasiones claras de gol y ha dominado la posesión el 71% del tiempo

Desde el silbatazo inicial, España se volcaba sobre la meta de Joel Mall, quien a duras penas podía contener con su zaga el vendaval de fútbol de la Selección.

La lata tardaba poco más de un cuarto de hora en abrirse, gracias a la autopista en la que Nico Williams convertía el flanco izquierdo, sirviendo dos balones de oro a Gavi primero por abajo y a Mikel Merino poco después de cabeza para poner tierra de por medio al descanso.

En la reanudación llegaban los cambios y se desataba la eficacia rematadora en la figura de Joselu y un Ferran Torres descomunal en su vuelta con doblete anotador.

Álex Baena ha debutado anotando un gol en el primer balón que ha tocado como internacional absoluto

Mención aparte merecen además un inspirado Carvajal en las asistencias y la aparición providencial de Álex Baena quien, en un hecho insólito, hacía gol en el primer balón que ha tocado como internacional absoluto.

Set en blanco final y tres importantes puntos más al casillero con la líder Escocia avizorándose ya en el horizonte un jueves 12 de octubre, día de la Hispanidad y sobre el césped de La Cartuja de Sevilla.

PARTIDO Nº 745 GEORGIA 1-7 ESPAÑA (8-SEP-2023)

PARTIDO Nº 745 GEORGIA 1-7 ESPAÑA (8-SEP-2023)

 

GEORGIA

GEORGIA - European Network

Partido 745


ESPAÑA

bandera españa circular   

 

 
1-7
 

 

1-4 | (49´) | Chakvetadze de disparo desde dentro del área.

Clasificacion Alemania 2024

8 Septiembre 2023

Tiflis

Estadio: Nacional Borís Paichadze

0-1 | (22´) | Morata

0-2 | (28´) | Kverkvelia p.p.

0-3 | (38´) | Dani Olmo

0-4 | (41´) | Morata

1-5 | (66´) | Morata 

1-6 | (68´) | Nico Williams

1-7 | (74´) | Lamine Yamal

 

FICHA TËCNICA

GEORGIA (1)

Mamardashvili, Azarov, Kashia, Kverkvelia, Gocholeishvili (Sazonov 77´), Gagnidze (Mekvabishvili 46´), Lobjanidze (Davitashvili 46´), Aburjania (Chakvetadze 46´), Kiteishvili, Mikautadze y Kvaratskhelia.

Seleccionador: Willy Sagnol 

ESPAÑA (7)

Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Laporte, Gayà, Gavi (Mikel Merino 58´), Rodrigo (Zubimendi 72´), Fabián Ruiz, Marco Asensio (Lamine Yamal 44´), Dani Olmo (Nico Williams 44´) y Morata (Joselu 72´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

0-1 | (22´) | Morata de cabeza a centro de Asensio.

0-2 | (28´) | Kverkvelia en propia puerta al desviar un centro de Fabián.

0-3 | (38´) | Dani Olmo de fuerte derechazo dentro del área.

0-4 | (41´) | Morata a puerta vacía en combinación con Fabián.

1-4 | (49´) | Chakvetadze de disparo desde dentro del área.

1-5 | (66´) | Morata de tiro cruzado a pase de Mikel Merino.

1-6 | (68´) | Nico Williams con la derecha en acción individual.

1-7 | (74´) | Lamine Yamal con la izquierda a pase de Nico Williams.

Daniel Siebert (Alemania): Mostró tarjeta amarilla a Aburjania (45´), Kashia (50´), Gocholeishvili (60´), Chakvetadze (63´) y Kvaratskhelia (82´) por parte de Georgia y a Gavi (45´) y Zubimendi (79´) de España.

Árbitros asistentes: Jan Seidel y Rafael Foltyn (Alemania)

Cuarto árbitro: Florian Bastübner (Alemania)

Árbitro asistente de vídeo: Marco Fritz (Alemania)

Asistente VAR: Pascal Müller (Alemania)

Tercer partido para España de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024.

Estadio Nacional Borís Paichadze de Tiflis (Georgia)

Presenció el encuentro desde el palco de autoridades el presidente de la RFEF, Pedro Rocha.

 

Georgia 1-7 España

28.7 % Posesión 71.3 %
2 remates a puerta 12
0 remates paradas 11
3 remates fuera 10
34 disparos recibidos 5
5 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
5 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 5
111 balones perdidos 93
48 balones recuperados 53
2 fueras de juego 2
0 intervenciones portero 11

Diluvio de goles en Tiflis

España recupera la calma con un gran juego y hat-trick de Morata. Lamine Yamal, el más joven en debutar en la historia de La Roja.

La Selección tuvo que irse a cinco mil kilómetros de España para encontrar la calma, para aliviar con goles y un fútbol de quilates la torpeza de su seleccionador y algún internacional a la hora de afrontar el bochornoso Caso Rubiales. El 1-7 en Tiflis deja claro que el título de la Nations League no fue casualidad y que La Roja disfruta de suficiente talento como para aspirar a las grandes citas. No perdamos la calma, eso sí, no pidamos ahora esa copa del mundo que descansa en el bolsillo de Messi, pero lo cierto es que en Georgia se vio la mejor versión que se recuerda de ese equipo con estrella en el pecho.

Fue una labor coral que se impuso desde el primer compás. Mamardashvili, por ejemplo, necesitó solo un minuto para demostrar que es de lo mejor que tiene el Valencia de un tiempo a esta parte. En ese primer minuto de partido, Morata erró en su remate de primera, pero el balón cayó a la pierna izquierda de Asensio. ¿Sinónimo de peligro? Eso siempre, pero en esta ocasión su disparo raso junto al palo encontró la pierna, no accidental sino adrede, de Mamardashvili.

Pero quien disfrutó de la mejor ocasión en ese arranque de partido fue Olmo, que tras una combinación entre Asensio y Gavi recibió el balón, se lo acomodó a la derecha, pero remató demasiado alto. El delantero del Leipzig había sido protagonista precisamente en ese mismo escenario hace dos años, cuando nos regaló la victoria por 1-2 en el minuto 92. Y de Kvaratskhelia, ¿qué? Pues por entonces, mediada la primera parte, ni rastro. Unas veces era frenado por Asensio (con falta, sí) al inicio de su cabalgada, otras lo era por Carvajal cuando sus compañeros le buscaban con un balón en largo. Del que sí sabíamos con qué pie se ha había levantado era Rodrigo, que crece convocatoria a convocatoria y que a este paso es capaz, el muy irrespetuoso, de hacernos olvidar algún día a Busquets. Y eso nunca, Rodri.

Ese saber estar del centrocampista del City favorecía los movimientos entre líneas de Olmo o Gavi ante la defensa de cuatro que había ordenado Willy Sagnol, con Kashia y Kvirkvelia como eje central. Y en una de esas acciones en las que Asensio se dejó caer hacia la banda derecha llegó el 0-1. Un tanto de guante y martillo, con el centro medido de la zurda de Asensio y el remate incontestable de Morata, de arriba abajo, como mandan los cánones desde que el fútbol es fútbol, incluso del fútbol con VAR. Sucedió que cuando Georgia aún no se había recuperado de ese primer zarpazo, recibió el segundo, con el añadido de llegar en propia puerta tras un centro de Fabián que Kvirkvelia desvió al fondo de la red. Apenas habían pasado seis minutos, del 22′ al 28′, entre uno y otro gol, una factura demasiado alta para que los georgianos recuperaran el rumbo.

Fabián y Morata, un gol de lujo

No lo hicieron porque La Roja siguió con la suya, moviendo el balón con la claridad y el acierto de causar daño en cada ataque. Tanto que incluso asistimos a una misma jugada en la que Fabián, Asensio y Olmo remataron consecutivamente ante la desesperación de Mamardashvili. Así que el tercero estaba escrito antes incluso de que Olmo lo llevara al marcador con un derechazo en el 37. Y también el cuarto (38′), que llevó el lacito de las grandes obras como la que brindaron Morata y Fabián con un tuya-mía que finalizó con el tanto del rojiblanco que dejó a Sagnol con cara de querer irse derechito al hotel.

Se acercaba el descanso, los quince minutos para tomar aire, en el caso de los españoles, y para ingeniar una suerte de dique con el que evitar males mayores, en el caso de los georgianos. El único revés a esas alturas eran las lesiones de Asensio y Olmo, que obligaron a sus sustituciones de una tacada en el 42′. Nico Williams entró por el del PSG y Lamine Yamal, que lo hizo por el del Leipzig, se convirtió de ese modo en el jugador más joven en debutar en la historia de La Roja a sus 16 años y 57 días.

De ahí al final solo había un propósito, el de evitar más lesiones y tratar de que España siguiera con el dominio del balón para frustrar la reacción, alimentada por el amor propio, de los locales. Hubo un atisbo de revuelta, con el gol de Chakvetadze en el minuto 3, un punterazo que se le escapó de las manos a Unai Simón, quizá influido por lo mojado del césped ante el diluvio que caía sobre Tiflis. Pero poco más. La lluvia fue protagonista de ahí hasta el final en competencia con Morata, que firmó un hat-trick al marcar tras un pase made in Merino, y Nico Williams, que no dejó escapar la oportunidad y firmó el 1-6 tras demostrar a los aficionados georgianos la cilindrada de su moto. La victoria se redondeó con el gol de Lamine, que vive deprisa, muy deprisa, a lo Alejandro Sanz. Era una tarde para disfrutar, incluso de la lluvia. Una victoria con la que enderezar ese viaje hacia la Eurocopa 2024 que había nacido torcido.

Debutante

Jugador n°841

Yamina Lamal

CRÓNICA | España se exhibe con un vendaval de fútbol en Tiflis (1-7)

La Selección allana su camino hacia la Eurocopa gracias a un espectacular triunfo frente a Georgia (1-7)

El final del verano ha traído este viernes las lluvias hasta la capital georgiana mezclada con un ciclón de fútbol en ráfagas de talento, intensidad y un juego a la vez preciosista y efectivo por parte de la Selección Española.

El combinado nacional ha dado en Tiflis toda una lección en su primer choque de la temporada, catapultándose de paso hasta los puestos de clasificación para la fase final de la Eurocopa

España partía de inicio con sólo tres cambios (los dos laterales y Dani Olmo por Yeremy Pino) respecto al equipo titular de la final de la Liga de Naciones y el dominio de los de Luis de la Fuente irrumpía desde el silbatazo con más fuerza aún de la tormenta que estaba por llegar.

Ya en el minuto dos entre Morata y Asensio estaban a punto de inaugurar el marcador, como Dani Olmo poco más tarde y Le Normand en un cabezazo que rozaba la diana al cuarto de hora.

Finalmente era Morata quien abría la lata caucásica con otro testarazo marca de la casa aprovechando el centro medido de Marco Asensio.

El de Mirasierra abría las puertas del cielo anotador por donde poco después transitaba Dani Olmo con un derechazo posterior al tanto involuntario de Kverkvelia y anterior a una nueva diana de Morata con España en magistral combinación con Fabián Ruiz, quien a su vez veía invalidado otro gol por ajustado fuera de juego.

Llegaba el descanso y aparecían los nubarrones que descargaban con igual furia desde las alturas georgianas que con su selección a ras de césped, deseosa de reducir distancias.

España ha llegado más de treinta veces a la portería contraria en una tormenta de fútbol ofensiva

Willy Sagnol introducía un triple cambio para que Chakvetadze viese puerta tras ingresar al campo para alegría de la animosa afición local.

Arreciaba la lluvia, pero España frenaba la tormenta dando entrada a Mikel Merino y poniendo de nuevo la lluvia fina del control de la pelota.

Así, se sucederían los récords goleadoras con el primer hat-trick de Morata en la Absoluta y sobre todo con el tanto del jovencísimo Lamine Yamal, quien con 16 años recién cumplidos se convierte en el anotador más joven de la historia en una selección europea.

Lamine Yamal se ha convertido en el jugador más joven en marcar un gol con una selección europea 

El catalán marcaba gracias a un pase de Nico Williams, sumado a la fiesta con su primer tanto en partido oficial con el equipo de todos.

1-7 final y dos partidos por delante para asaltar el liderato del grupo con Chipre como primera parada dentro de cuatro días sobre el verde del Nuevo Los Cármenes.

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº5 (10.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3610

CARTAGENA 1-3 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 16: Manu Vallejo.

1-1, min. 31: Arnau Solá.

1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta.

1-3, min. 92: Mollejo.

Ficha técnica

FC Cartagena: Martínez; Jansson (Umaro, 62), Verdú (Luis Muñoz, 46), Alcalá, Fontán (Alarcón, 89), Arnau Solá; Jony (Juan Carlos, 62), Hevel, Jairo; Ayllón (Narváez, 62) y Ortuño.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Mouriño, Jair, Nieto (Lecoeuche, 32); Aguado, Moya (Francho, 65); Bermejo (Valera, 78), Maikel Mesa (Grau, 78); Manu Vallejo (Mollejo, 65) y Bakis.

Arbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Jony (37), Jair (42) y Ortuño (85).

Goles: 0-1, min. 16: Manu Vallejo. 1-1, min. 31: Arnau Solá. 1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta. 1-3, min. 92: Mollejo.

Incidencias: Tarde muy calurosa en Cartagena, con 30 grados y bochorno a la hora del partido (las 18.30). El césped de Cartagonova presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 10.000 espectadores, con un centenar de zaragocistas entre ellos. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el terremoto de Marruecos.

Cartagena 1-3 Real Zaragoza

50.2 % Posesión 49.8 %
5 remates dentro 5
5 disparos bloqueados 2
9 remates fuera 2
10 disparos recibidos 19
2 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
5 faltas recibidas 9
11 faltas cometidas 6
128 perdidas de posesion 118
63 recuperaciones de posesion 61
2 fueras de juego 0
xxxxxx

El Real Zaragoza suma su quinto triunfo consecutivo y sigue líder tras vencer en Cartagena

Manu Vallejo, Alcalá en propia puerta y Mollejo anotaron los goles ganadores en una tarde de juego irregular y muchas dosis de fortuna zaragocista.

Un carrusel de sensaciones fue la primera parte. Un ir y venir de área a área en muchas fases, con infinidad de incidencias y, sobre todo, máxima efectividad del cuadro zaragocista, que se fue al descanso ganando 1-2 y superando un serio contratiempo con la lesión de Nieto que, en su continuidad y en inferioridad numérica porque Fran Escribá estuvo lento en reaccionar y sustituirlo, supuso el empate local momentáneamente. El Cartagena lanzó dos veces a los palos y se marcó en propia puerta el segundo tanto zaragocista. Los aragoneses, que jugaron siempre al fútbol control, tuvieron el santo de cara en casi todos los lances decisivos.

Empezó mejor el equipo murciano. Ortuño voleó en el minuto 10 en la frontal, fuera por un metro. Replicó por primera vez el Zaragoza con una contra individual de Manu Vallejo, que estrenaba titularidad y remató en carrera provocando una parada extraordinaria de Martínez en el 15. A la salida del córner consiguiente, ensayado, Moya pasó a Nieto, que entró solo en el área para asistir al propio Vallejo para que remachara a placer el 0-1 en el 16. Los albinegros no habían sabido aprovechar varias penetraciones de Jairo y Arnau Solá por el carril de Gámez, un coladero todo el tiempo por la falta de apoyo además de Bermejo en los repliegues defensivos.

Hevel desperdició un balón franco al borde del área en el 25, lanzando su rosca alta. Y Moya cabeceó mal, alto, un centro de Gámez un minuto después en la respuesta aragonesa. En el juego combinativo era mejor el Cartagena, pero le faltaba siempre el último pase. Y en esas, Nieto se llevó un balón por arriba levantando en exceso el pie ante Jansson en el minuto 28. Se rompió el lateral zaragozano y el juego estuvo parado 3 minutos. Salió en camilla. Escribá no metió enseguida a Lecoeuche y defendió esa falta con 10 y con Manu Vallejo, un delantero, de improvisado zaguero zurdo. Por ahí entró el Cartagena. El propio Jansson bailó a Manu dos veces en el área, chutó al poste y del rechace, entre los nervios de la defensa avispa, la pelota le cayó al borde del área a Arnau Solá que empalmó de primeras raso, adentro. Cristian Álvarez reaccionó tarde. Era el 1-1 en un accidente evitable por parte del banquillo zaragocista.

La fortuna se alió con el Real Zaragoza tras varios minutos grogui, con el público de Cartagonova encendido. Ocho minutos más tarde, en el siguiente acercamiento al área murciana, centró Moya y el central Alcalá se marcó en propia puerta un golazo. Metió la pierna derecha para despejar y le salió un remate por la escuadra izquierda de un sorprendido Martínez. En el 39 el equipo zaragocista volvía a ponerse por delante en el tanteador. Los padecimientos por los laterales continuaron todo el tiempo. Gámez no se enteró de la fiesta. El debutante Lecoeuche anduvo despistado en sus acciones primeras tras salir en frío. Solo Jair y el otro que se estrenaba, Mouriño, mantuvieron el nivel óptimo atrás. En la medular, Aguado tuvo una pérdida grave que le costó tarjeta a Jair. Moya ayudó como pudo hacia atrás. Los demás, solo iban hacia delante, con Bakis un día más aislado y sin mezclar bien con nadie ni con nada.

Thank you for watching

No encandila jugando al fútbol el Real Zaragoza. Pero es rentable a más no poder. Gana por decantación, por peso específico individual en acciones puntuales. Sufrió de lo lindo el bloque de Escribá en los cinco minutos de aumento. Hevel lanzó alta una falta al borde del área. Y antes del silbido final de Ais Reig, Alcalá estuvo a centímetros del desquite, pues remató a la escuadra un centro largo al área aragonesa. El intermedio hizo de campana salvadora para los zaragocistas, que siguen con el viento de cola en todo lo crucial de los partidos de este inicio de temporada.

Escribá apostó por un 4-2-3-1 novedoso, con Mesa de mediapunta y Vallejo de extremo zurdo (Bermejo era el diestro). Los locales jugaron con un 5-3-2 atrevido que, en el cotejo, les dio más rendimiento con la pelota pero menos a la hora de la verdad. Y el fútbol son goles. Y marcadores. Y ahí fue mejor el Real Zaragoza.

Tras el refrigerio, Víctor Sánchez, técnico local, cambió una pieza. Dejó en la ducha al central Verdú y metió al medio centro Luis Muñoz, que se colocó de falso defensor. El sistema era idéntico. Los departamentales salieron con fuerza. Jair se tuvo que multiplicar al corte. Y, sin embargo, el primer remate de la reanudación fue del Zaragoza, a cargo de Bakis, desde la corona del área, que paró abajo Martínez en el minuto 49. Apareció ahí por primera vez el germano-turco. El equipo de Escribá se ubicó atrás y facilitó el dominio absoluto de los locales. Jugaba con el marcador y el reloj a favor, dos grandes aliados. Futbolísticamente, nada cambió ni mejoró: los laterales eran muy vulnerables y Aguado y Moya no mandaban en la zona central. Aguantar así todo el segundo periodo parecía una aventura con difícil final feliz. Urgían cambios de actitud y rendimiento.

En el 58, Bermejo protagonizó una salida veloz tras el acoso local, asistió a Bakis que hizo dos recortes en carrera en el área, magníficos, y su remate lo sacó a córner Martínez en un paradón. Ahí estuvo el 1-3. Pero el ariete, de momento, sigue sin suerte ante el gol. En la contra cartagenera, Ayllón aprovecho otro error de la línea de medios para irse solo, no decidió disparar y erró en el pase a Ortuño, pero el rechace le quedó a Jairo, cuyo remate mordido lo echó a córner Cristian Álvarez en una gran palomita que evitó el 2-2. Seguía el vértigo de lado a lado. Tónica general toda la tarde.

Víctor Sánchez hizo un triple cambio en el 62. A la desesperada muy pronto. El exzaragocista Narváez fue de los refrescos, como Juan Carlos y Umaro. Buscaban el lateral de Lecoeuche. Escribá respondió metiendo a Francho y a Mollejo por Moya y Manu Vallejo. Agitar el tarro se llama esto. Entretanto, Jair era el salvador de todos los agobios atrás, que eran constantes. Y Cristian Álvarez, el otro baluarte, tuvo que ser atendido en el 71 por un problema en la pierna izquierda. Saltaron las alarmas. Pero todo quedó en un susto. Valera y Grau fueron la tercera ventana de sustituciones, en vez de Bermejo y Mesa. El Zaragoza necesitaba pausa y oxígeno, pues estaba demasiado atrás y siendo superado en cada jugada albinegra.

Se entró en los 10 últimos minutos con los aragoneses demasiado lejos del portero local siempre. Sin pisar el área rival en el 95 por ciento del tiempo de juego del segundo tiempo. Jugaban a hacer rondos los avispas. Control sin profundidad. Desde muy pronto se dedujo que la pretensión era sujetar el 1-2, que era oro molido. Bakis pecó de individualista en una contra en superioridad en el minuto 83. Está ya obsesionado con el gol. Mal síntoma. Pero es normal. Ya en el 89, otro ex, Alarcón, fue la última bala cartagenera. Se les iba el tiempo a los anfitriones.

El colofón a este partido ‘sui géneris’ del líder Real Zaragoza lo puso el 1-3, marcado por Mollejo en el 92 tras un regalo del portero Martínez en una salida con el pie fuera del área que resultó suicida. Quiso regatear, controló mal y donó la pelota al delantero zaragocista, que avanzó con la portería desguarnecida y marcó a placer. Al final, goleada a favor de los zaragocistas en un duelo en el que pudieron salir derrotados sin que nadie se sintiera extrañado por ello. Un triunfo de campeón. Otro. El quinto seguido. Los hados siguen llevando el escudo del león en el pecho.

Ficha técnica

FC Cartagena: Martínez; Jansson (Umaro, 62), Verdú (Luis Muñoz, 46), Alcalá, Fontán (Alarcón, 89), Arnau Solá; Jony (Juan Carlos, 62), Hevel, Jairo; Ayllón (Narváez, 62) y Ortuño.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Mouriño, Jair, Nieto (Lecoeuche, 32); Aguado, Moya (Francho, 65); Bermejo (Valera, 78), Maikel Mesa (Grau, 78); Manu Vallejo (Mollejo, 65) y Bakis.

Arbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Jony (37), Jair (42) y Ortuño (85).

Goles: 0-1, min. 16: Manu Vallejo. 1-1, min. 31: Arnau Solá. 1-2, min. 39: Alcalá, en propia puerta. 1-3, min. 92: Mollejo.

Incidencias: Tarde muy calurosa en Cartagena, con 30 grados y bochorno a la hora del partido (las 18.30). El césped de Cartagonova presentó un buen aspecto. En las gradas hubo alrededor de 10.000 espectadores, con un centenar de zaragocistas entre ellos. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el terremoto de Marruecos.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

7° Libro 2023 (4 Septiembre - 19 Septiembre)

7° Libro 2023 (4 Septiembre - 19 Septiembre)

Ficha técnica

Nº de páginas:192
Editorial:GALAXIA GUTENBERG
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa blanda
ISBN:9788418526305
Año de edición:2022
Plaza de edición:ES
Traductor:CARMEN VILELA GALLEGO
Fecha de lanzamiento:16/03/2022
Alto:21 cm
Ancho:14 cm
Peso:293 gr

Sinopsis de TIMANDRA

Timandra es una de las figuras femeninas más fascinantes de la antigüedad griega. Mujer de una belleza excepcional, supo congregar en su casa a las mejores mentes de su tiempo, desde Sócrates a Eurípides. Pero sobre todo trascendió por, como dicen las fuentes históricas, ser ’el éter espléndido que convivió con el héroe Alcibíades y recogió sus cenizas’. En esta novela de Theodor Kallifatides, considerada por su autor como quizá la mejor de ellas, es Timandra quien nos cuenta en primera persona su vida y la Atenas de su tiempo, en plena Guerra del Peloponeso contra Esparta. Figuras, lugares, tiempos, la Atenas del Ágora y puertos, gimnasios y campos de batalla: todo es real. Pero Timandra es mucho más que una novela histórica. El centro de gravedad es el amor: explorado, debatido, codificado -como era costumbre entre los griegos de la época-, aceptado siempre como regalo y condena, entre risas y lágrimas, en un simposio, un rito misterioso, a un minuto de la muerte.