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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (22.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (22.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (21.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3623

 REAL ZARAGOZA 2-3 EIBAR

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, 70); Borge, Lluís López, Jair, Lecoeuche; Aguado (Moya, 75), Maikel Mesa, Grau; Valera (Bermejo, 70), Manu Vallejo (Mollejo, 65); y Azón (Bakis, 65).

SD Eibar: Luca Zidane; Tejero, Berrocal, Arbilla (Venancio, 88), Ríos Reina; Sergio Álvarez, Matheus; Corpas (Aketxe, 57), Mario Soriano (Vencedor, 88), Stoichkov; y Jon Bautista (Quique Glez., 80).

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Ríos Reina (24), Maikel Mesa (36), Corpas (41), Tejero (45), Grau (77), Mollejo (82) y Bakis (94).

Goles: 1-0, min. 38: Maikel Mesa. 2-0, min. 44: Grau. 2-1, min. 61: Jon Bautista. 2-2, min. 68: Stoichkov. 2-3, min. 86: Aketxe.

Incidencias: Noche fresca en Zaragoza, con un ostensible bajón en las temperaturas: apenas 14 grados al inicio del duelo (las 21.00), con un leve viento. El césped de La Romareda presentó un buen estado visual pero, como últimamente, estuvo muy blando y resbaladizo. En las gradas hubo alrededor de 28.000 espectadores.

Real Zaragoza 2-3 Éibar

44.5 % Posesión 55.4 %
5 remates dentro 6
3 disparos bloqueados 1
5 remates fuera 3
10 disparos recibidos 13
4 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 9
9 faltas cometidas 14
147 perdidas de posesión 165
60 recuperaciones de posesión 78
2 fueras de juego 5
xxxxx

El Real Zaragoza confirma su crisis al perder 2-3 con el Éibar tras ir ganando 2-0 al descanso

Mesa y Grau adelantaron a los aragoneses al final de un ya mal primer tiempo y Bautista, Stoichkov y Aketxe voltearon a un equipo muerto y sin reacción.

El Real Zaragoza no tiene iniciativa cuando hay que romper los partidos y carece de reacción cuando los rivales se la exigen con goles. Está en crisis el plan de Fran Escribá, seriamente. En el cuarto partido seguido sin ganar en casa, esta vez perdió 2-3 con el Eibar tras ir ganando 2-0. Otra vez, como hace seis días en Gijón, voló una ventaja tan notable. Grave asunto.

Si a falta de 8 minutos para el descanso les hubieran pasado a la totalidad de espectadores de este partido una nota, un wattshap o un mensaje SMS donde se les anunciara que el equipo zaragocista se iba a ir a la caseta con un 2-0 favorable el índice de crédulos no hubiera alcanzado un porcentaje superior al uno por ciento, siendo generosos. El bloque de Escribá, por primera vez en lo que va de temporada con la pelota en juego y en la primera parte, había sido silbado, pitado sonoramente por los suyos en tres fases, desde el minuto 23.

Abuso de balón atrás, pases horizontales, lentitud extrema y falta de imaginación generalizada presidieron su propuesta… hasta que un repente, movido por una volada del aire frío que adornaba la noche zaragozana, surgió en el minuto 38 y el feísmo habitual se transformó en un torbellino de 7 u 8 minutos en los que llegaron dos goles y casi surgió un tercero. Así es este género del fútbol. Impredecible. Aleatorio.

Durante 38 minutos, los primeros, el Eibar fue mejor que el Real Zaragoza. Pero su dominio, aplastante con el balón por momentos, fue estéril por la incapacidad para ver puerta de los Jon Bautista, Stoichkov, Corpas y compañía. También porque Cristian Álvarez, el mesías que regresó a tiempo, salvó un tanto cantado en el minuto 20 tras un derechazo del citado Stoichkov, toro bravo que tuvo que lidier el joven Borge, relevo de Gámez, sin convocar a última hora por una lesión. Los vascos metieron atrás a un Zaragoza sin gobierno. Con el medio campo obturado, pues Aguado (quizá no al cien por cien tras su semana de dolencia muscular), Grau, Mesa y los apoyos de los laterales y los extremos no fueron capaces de hilar una sola jugada potable en tanto tiempo.

Solo una incursión de Valera (apagadísimo toda la noche) antes del minuto 5 y otra por el otro lado de Manu Vallejo en el 30, siempre a título individual, llevaron el balón al área con cierta picardía, sin hallar remates nunca. En frente, el Eibar amagó en el minuto 8 con un chut de Corpas en el área al que se cruzó providencialmente Jair. Y en el 20, la referida ocasión de Stoichkov advirtió de que, así, la derrota aragonesa estaba cada vez más cercana. En el 32, Jon Bautista culminó el enésimo ataque azulgrana con un disparo a la media vuelta en el área chica prácticamente, que Cristian paró abajo. Lo dicho, si algo se barruntaba era tormenta contra el Real Zaragoza. A Lecoeuche, tanto Corpas como las ayudas del exzaragocista Tejero le dieron la velada, una vez tras otra. Manu Vallejo le trato de ayudar, con éxito dispar. En la medular, Sergio Álvarez y Matheus estaban más inspirados que los zaragocistas en todo.

Pero, súbitamente, sin razón aparente, algo cambió en el 38. Azón, todo el tiempo por el suelo, peleón sin provecho alguno, aguantó de pie un ataque. El balón le llegó a Manu.

Vallejo en la frontal y lo prolongó de cabeza a modo de pase al hueco para la zancada de Maikel Mesa, que entraba como un tren expreso por la media luna. El remate final del canario se fue a la jaula para delirio del graderío, que preparaba ya una bronca de las buenas para el intermedio. El 1-0 dejó K.O. al Eibar, que no entendía nada.

En la recta final del primer acto, el Real Zaragoza recuperó su mayor grado de eficacia, aquel de los primeros cinco partidos y el impecable liderato. Con los vascos aturdidos, sin dar crédito al accidente que habían sufrido, hubo un par de jugadas ligadas, por fin, de los de Escribá. De esas largas, con cierta profundidad. Raras de ver. En una, Lecoeuche lanzó un balón larguísimo desde la línea de medios al área guipuzcoana, patada a seguir. Y, nadie sabe por qué, ahí estaba de delantero centro ¡Jair! El central controló el balón con la derecha, pinchándolo de forma maradoniana, hasta por dos veces. Y se lo cedió atrás en un recurso de lujo a la llegada de Grau, que voleó de primeras para doblarle la mano a Luca Zidane, el portero eibarrés, y anotar un 2-0 tan bello como anómalo por sus protagonistas. La locura recorrió La Romareda en todos sus poros y milímetros cuadrados. Si, justo antes del descanso, la falta directa que Manu Vallejo lanzó fuera por dos dedos se hubiera convertido en el 3-0, la cosa para los eibarreses hubiera sido de diván e incienso.

Segundo tiempo

El segundo tiempo, con el socavón de fútbol salvado de la forma más efectiva que es posible en una noche tan gris oscura como la que protagonizó el Real Zaragoza durante 38 minutos, empezó con la calma y regocijo propio del caso. Las sonrisas de satisfacción y sorna predominaban en los graderíos. Qué bonito es el pelotón cuando sonríe a favor de obra.

No hicieron cambios los entrenadores. El Eibar salió espoleado, por fuerza. Y el equipo de Escribá jugó a tener la pelota, a arriesgar poco, a buscar la velocidad de sus puntas en las múltiples contras que se iban a generar con el rival adelantado varios metros más que en su plan inicial. Grau, en un centro-chut en el minuto 52 rozó el palo lejano y casi anotó su doblete. Mesa, en el 56, concluyó un contragolpe de Azón, con pase intermedio de Valera, echando el balón fuera por medio metro.

El Eibar quería dominar y atacar pero, con la confianza en las alforjas, el Zaragoza le replicaba con peligro siempre. Ahí, en ese punto, tampoco nadie hubiese firmado una remontada visitante. En estas Etxeberría, el técnico azulgrana, metió a su talismán goleador, Aketxe, a falta de más de media hora y enseguida probó a Cristian. Su presencia volvió a dar alas al cuadro norteño, que halló el 2-1 en un remate cercano de Jon Bautista a centro de Stoichkov en el 61, ante la marca floja de Borge y el despiste de Jair en el área pequeña. Con 30 minutos por delante, los fantasmas de Gijón revolotearon por La Romareda, aquello de poder perder una ventaja de 2-0… Escribá modificó la vanguardia, con Bakis y Mollejo refrescando el ataque en vez de Azón y Manu Vallejo. Nada logró de su propósito.

Y no tardaron en aparecer los de las sábanas, las bolas y las cadenas, en vuelo directo desde El Molinón. Stoichkov anotó el 2-2 solo 7 minutos después, con el pecho, sobre la raya, solo, tras un centro de Bautista, que le robó la cartera a Jair de forma terrible por sus consecuencias. Aún no estaba el zaragocismo recuperado del mazazo cuando Cristian Álvarez volvió a resentirse de su lesión y pidió el cambio. Poussin a escena. Difícil trago. El galo, tras sus dos días de pifias superlativas, fue recibido con una ovación de gala. El buenismo en su más alto grado de exaltación. La recta final del duelo se presentaba llena de histerias. Con el Eibar creyendo en la victoria tras su doble voltereta previa al descanso y con el Zaragoza, con su nula capacidad de reacción ya constatada, firmando las tablas con su propia sangre.

Bermejo y Moya dieron relevo a los grises Aguado y Valera. El último cuarto de hora venía cargado de incertidumbre, por unos y por otros. Poussin, en frío, tuvo tres balones para entrar en calor entre algún runrún de los clásicos, resbalón nervioso incluido en uno de ellos. Los pitidos a los balones atrasados de los centrales zaragocistas retornaron en el minuto 79. Eran el preludio del huracán con tornado que le esperaba a este Real Zaragoza impersonal de Escribá. El 2-3 lo firmó Aketxe en el 86 en una falta lejana, desde 35 metros. La colocó cerca de la escuadra de un Poussin que, claro, no ha visto nunca cómo le pega Aketxe al balón en este tipo de acciones. El batacazo estaba consumado. Lo de El Molinón, que tanto daño hizo, se quedó corto en La Romareda. En vez de mejorar, se empeoraron las sensaciones. Terrible padecimiento.

De ahí al final, un chut de Bakis al final del aumento y un cabezazo de Jair tras el córner consiguiente dieron sensación de peligro en el portal adversario. En la última jugada, Moya pudo anotar el 3-3 pero su testarazo se topó con una parada de reflejos de Zidane. Todo tarde y mal. Escribá tiene cientos de problemas. No decenas. Cientos. Y con él, el resto.

  Aketxe tumba al Zaragoza

El equipo de Fran Escribá se dejó remontar dos goles de ventaja frente a un Eibar superior y sumó su tercera derrota consecutiva en La Romareda. Golazo de bandera del cañonero armero.

Un gol de bandera de Aketxe en el minuto 87 le dio al Eibar una merecida victoria en La Romareda, un triunfo que prolonga la imponente racha armera y deja descolocado al Real Zaragoza de Fran Escribá, que se dejó remontar dos goles de ventaja y que sumó su tercera derrota consecutiva en casa, una serie fatal que le ha hecho caer del liderato a la sexta plaza.

El Eibar, que venía remontando posiciones en la tabla a marchas forzadas, asaltó también La Romareda y exhibió toda su valentía y poderío frente a un Zaragoza que no acaba de recomponerse y que fue inferior a su rival salvo en el primer cuarto de hora de la segunda parte.

Cristian Álvarez y Borge, éste por baja de última hora de Fran Gámez y que tuvo una noche notabilísima, fueron las dos novedades en el once de Fran Escribá, que volvió a ordenar a su equipo en 4-3-3, con Valera, Iván Azón y Manu Vallejo como tridente ofensivo, mientras Joseba Etxeberria presentó un único cambio: Bautista por Quique en la punta del ataque.

El Eibar se hizo pronto con el control de la pelota y del partido, cortocircuitando con su agobiante presión todo intento ofensivo del Zaragoza y percutiendo una y otra vez con sus afilados laterales Tejero y Ríos Reina. El mando armero no se tradujo en un racimo de grandes oportunidades, pero sí en una muy clara de Stoichkov que conjuró Cristian Álvarez con un paradón a mano cambiada.

Al equipo de Escribá, encogido, sin fluidez y silbado en varias fases por su parroquia, le costó hasta superar su divisoria y se pasó muchos minutos corriendo detrás del balón como un equipo menor de la categoría y no como un aspirante al ascenso, pero a la que se le presentó media ocasión le metió hasta dos caballos de Troya seguidos al Eibar, blandito e indeciso en sus dominios. El 1-0 llegó en el minuto 39, tras un saque largo de Cristian Álvarez que prolongó Jaume Grau sin aparente peligro y Maikel Mesa, siempre con la caña preparada, mandó a la jaula con un imponente derechazo. Y el 2-0, apenas cinco minutos después, nació de otro balón colgado al área por Lecoeuche, que acabó resolviendo de volea Jaume Grau, después de que Jair hiciera malabares de delantero centro. Así es el fútbol. Y así fue la primera parte: el Eibar puso el fútbol y el Real Zaragoza, los goles.

El equipo de Etxeberria volvió del vestuario descolocado y durante los primeros minutos de la segunda mitad estuvo a merced del Zaragoza, pero en dos fogonazos casi consecutivos deshizo la ventaja local y pasó a mandar otra vez en el partido. En el minuto 62, Bautista finalizó con un remate cruzado y trompicado un pase de Stoichkov y en el 67 fue Stoichkov el que empujó a gol con el pecho un centro de Bautista, tras un grave error de Jair. Para colmo de males en el Zaragoza, apenas dos minutos después del 2-2, Cristian Álvarez volvió a lesionarse muscularmente y tuvo que salir a toda prisa Poussin, al que La Romareda recibió con aplausos, pese a su error fatal en El Molinón.

El Eibar no se conformó con el empate y acabó obteniendo el premio gordo gracias a un golazo marca de la casa del cañonero Aketxe, que firmó la victoria de su equipo con un imponente zurdazo por toda la escuadra en una falta directa a tres minutos del tiempo reglamentario.

PARTIDO Nº 748 NORUEGA 0-1 ESPAÑA (15-OCT-2023)

PARTIDO Nº 748 NORUEGA 0-1 ESPAÑA (15-OCT-2023)

NORUEGABandera De Noruega En La Ilustración Insignia Redonda Ilustraciones svg,  vectoriales, clip art vectorizado libre de derechos. Image 45534611

Partido 748

ESPAÑA

bandera españa circular  

 

0-1
 
 

Clasificacion Alemania 2024

15 Octubre 2023

 Oslo

Estadio: Ullevaal Stadio

0-1 | (49´) Gavi

FICHA TËCNICA

NORUEGA (0)

Nyland, Ryerson, Strandberg (Ajer 77´), Ostigard, Meling, Bobb (Sorloth 58´), Berg (Nusa 58´), Berge, Aursnes (Thorstvedt 77´), Odegaard y Haaland

Seleccionador: Stale Solbakken

ESPAÑA (1)

Unai Simón, Carvajal, Le Normand (David García 46´), Laporte, Fran García, Gavi (Oihan Sancet 79´), Rodrigo, Fabián Ruiz, Ferran (Alfonso Pedraza 71´) Torres, Ansu Fati (Oyarzabal 46´), y Morata (Joselu 89´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

0-1 | (49´) Gavi remata con la izquierda tras varios rechaces dentro del área.

Tobias Stieler (Alemania): Mostró tarjeta amarilla a Bobb (31´) y Ryerson (40´) por parte de Noruega y a Le Normand (30´), Laporte (56´), Morata (61´) y Rodrigo (86´) de España

Árbitros asistentes: Christian Dietz y Mark Borsch (Alemania)

Cuarto árbitro: Tobias Reichel (Alemania)

Árbitro asistente de vídeo: Bastian Dankert (Alemania)

Asistente VAR: Marco Fritz (Alemania)

Sexta jornada para España de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024

Ullevaal Stadio de Oslo (Noruega). Lleno en las gradas.

Noruega 0-1 España

33.1 % Posesión 66.9 %
2 remates a puerta 2
1 remates paradas 4
2 remates fuera 7
13 disparos recibidos 0
2 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 0
8 faltas recibidas 11
11 faltas cometidas 9
117 balones perdidos 111
63 balones recuperados 65
0 fueras de juego 3
intervenciones portero

Gavi nos mete en la Eurocopa

Un gol del azulgrana da la victoria a España en Oslo y garantiza la octava presencia consecutiva de La Roja en el torneo continental.

España es una selección de palabra, está visto. Una vez más, La Roja estará en un gran campeonato tras sellar el billete para la Eurocopa (ocho presencias consecutivas) con una victoria de oficio en Oslo. Bastó para ello el gol de Gavi tras una carambola que requirió el visto bueno del VAR. Ni siquiera el ogro Haaland pudo apartarnos del camino. Alemania espera en 2024 a un equipo que, bajo la batuta de Luis de la Fuente, ha logrado en ocho meses ganar la Nations League y clasificarse para la Euro. Botines así no se consiguen todos los días.

Cuando todos miraban a Haaland, De la Fuente sorprendió con Ansu Fati. El jugador del Brighton fue la gran novedad en el once con el que España se plantó en el estadio Ullevaal. Era un aviso a navegantes y entre esos navegantes, quizá el propio Xavi, que en el Barça administraba los minutos del canterano a cuentagotas. Pero no se me ocurre mejor forma de devolverle la confianza que darle la titularidad en un partido en el que España se jugaba el pase directo a la Eurocopa. Ni más ni menos. Ansu se antojaba un buen punzón con el que resquebrajar al equipo de Solbakken, pertrechado en un 4-4-2 casi inalterable. Noruega no tenía rubor alguno en esperar atrás pese a que la victoria era obligada para mantener sus aspiraciones de ocupar una de las dos plazas que proporcionan el acceso directo a la Euro. Entre esos cerrojos sobresalía Strandberg, el central del Valerenga. Era tal su ansia por cerrar todos los huecos defensivos que en un balón centrado al área por Carvajal a punto estuvo de firmar en propia puerta el 0-1.

Sin embargo, en esa acción, en la que el despeje errado engañó a su guardameta, Morata jugó a favor de Noruega. El delantero del Atlético estaba en fuera de juego cuando Carvajal centró y, tras el despeje de Strandberg, en lugar de dejar que el balón llegara plácidamente a la red, lo empujó activando la llamada desde las alturas del VAR. Incluso sus compañeros parecieron recriminarle el toquecito. El alemán Tobias Stieler, árbitro de césped, decidió anular el gol tras revisión. Un jarro de agua fría en una noche ya de por sí fresca, cinco grados que suponían un auténtico shock comparados con los 33 con los que dos días antes los internacionales españoles dejaban Sevilla.

El papel de los laterales

El gol que pudo ser y no fue no alteró la partitura. España siguió armada de paciencia, con Rodrigo, Gavi y Fabián triangulando antes de abrir a banda. Era necesario hacer ancho el campo y en esa tarea Carvajal y Fran García eran especialmente bienvenidos. ¿Y Ansu Fati? Pues a punto de llegar al descanso, poco y nada; apenas encaró y ese es su ADN, lo primero que hay que esperar de él. Luego, podrán salir o no los regates. ¿Y Haaland? Pues en la misma línea. Bastante tenía con pegarse con Le Normand, a quien le forzó la tarjeta amarilla, con amagar arrancadas de esas en las que parece que el césped retumba como si pasara el metro bajo nuestros pies.

Pero una cosa es felicitarse por el buen marcaje a la estrella rival y otra jugar con fuego. Así que, con la amarilla a Le Normand como alerta en el móvil, De la Fuente decidió cambiar en el descanso al central de la Real Sociedad. Entró David García, al igual que lo hizo Oyarzabal por un Ansu demasiado gris. Pero el protagonista, estaba visto, no era ninguno de los que entraban o salían del campo sino el VAR, que vigila sin descanso.

A los cinco minutos de la reanudación, un remate de Ferran Torres se envenenó con el rebote en un defensa y en Gavi, también en Morata, el balón regresó de nuevo a Gavi, quien batió a Nyland aunque con la duda de si el delantero del Atleti estaba en fuera de juego posicional. Al final, tras cuatro minutos de chequeo y suspense, puro Hitchcock, el gol subió al marcador. Una jugada de pinball que en esos momentos nos situaba con pie y medio en la Eurocopa.

A Noruega, que se jugaba la vida, no le quedaba otra que arriesgar, así que Solbakken decidió dar entrada a Nusa, el nuevo chico de oro del fútbol noruego a sus 18 años, y Sorloth en sustitución de Berg y Bobb. El efecto gaseosa duró diez minutos, pues la efervescencia de esos cambios se tradujo en un remate desviado de Odegaard, que fue a menos a medida que avanzaba el partido, y otro de Nusa que atajó con seguridad Unai Simón. Y poco más. El viento cambió pronto de dirección y, con Rodrigo a los mandos, Fabián durmiendo el juego en sus pies, Carvajal incombustible y Pedraza como un nuevo debutante en la era De la Fuente, España se adueñó del partido. Tomó el control y ya no lo soltó. El billete a la Eurocopa estaba en el bolsillo, dentro de un año sabremos cómo acaba de verdad este viaje.

La joven España va directa a por el Viejo Continente (0-1)

Sólo era un niño al comienzo de la Primaria la última vez que la ganamos y este domingo, 11 años después, Pablo Martín Páez Gavira ha inscrito su nombre en la historia del torneo continental al clasificar a España para una fase final que puede significar su cuarto entorchado.

El paso inicial para ello se ha dado en Oslo gracias al triunfo frente a Noruega en el que el seleccionador Luis de la Fuente ha introducido un cambio por línea respecto al equipo que superaba tres días atrás a Escocia en Sevilla.

Con el esférico monopolizado de inicio por España y los nórdicos aguardando a la contra, el choque adquiría un ritmo vertiginoso con un Odegaard sinuoso entre líneas, un Ferran muy profundo por derecha y Laporte erigido en valladar insuperable para el gigante Haaland,.

La Selección gozaba así de las mejores opciones con tanto anulado a Morata por fuera de juego a instancias del VAR sobre el minuto veinte y Carvajal dibujando un precioso chut con el exterior de la diestras frisando la media hora.

España ha dominado la posesión y triplicado en ocasiones a Noruega

Rodrigo volvía a rondar el tanto antes del intermedio y tras la reanudación la entrada de Oyarzabal le daba otro aire al ataque español que encontraba al fin y con suspense el premio del gol en la zurda de Gavi tras una jugada repleta de rechaces en el área noruega.

Los de Solbakken apuraban opciones dando entrada a Sorloth, pero se topaban con la seguridad de Unai Simón y el peligro de España en unas transiciones que a punto estarían de aumentar distancias.

La Selección estará en el bombo del sorteo de la fase final el próximo 2 de diciembre en Hamburgo

El debut de Alfonso Pedraza en el costado derecho, noveno estreno del año en curso, añadía otra buena noticia a la de la clasificación para la Eurocopa y a la del asalto al liderato del grupo.

0-1 final en el electrónico de Oslo, objetivo cumplido y ahora esperan Chipre y Georgia en noviembre para asegurarse ser cabeza de serie en el sorteo del próximo dos de diciembre en Hamburgo. La suerte continental está echada.

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3622

REAL SPORTING 2-2 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 44: Maikel Mesa

0-2, min 75: Azón

1-2, min. 85: Campuzano

2-2, min 97: Insúa

Ficha técnica

Sporting: Yáñez; Guille Rosas (Enol Coto, 56), Rober Pier, Insúa, Pablo García (Cote, 69); Rivera (Nacho Méndez, 56) y Roque Mesa; Hassan (Queipo, 84), Gaspar Campos; Otero y Djuka (Campuzano, 61)

Real Zaragoza: Poussin; Gámez, Lluis López, Jair Amador (Mouriño, 71), Lecoeuche; Jaume Grau, Aguado (Toni Moya, 56); Germán Valera (Mollejo, 71), Maikel Mesa; Azón y Manu Vallejo (Bermejo, 71) .

Goles: 0-1, min. 44: Maikel Mesa. 0-2, min 75: Azón. 1-2, min. 85: Campuzano. 2-2, min 97: Insúa.

Árbitro: Sánchez López (Comité de Murcia). Mostró amarillas a Lecoeuche (6’), Djuka (33’), Guille Rosas (49’), Maikel Mesa (93’)

Incidencias: Partido de la undécima jornada jornada de liga jugado en El Molinón-Enrique Castro ‘Quini’, ante 20.698 espectadores, unos 800 de ellos del Real Zaragoza. El césped presentó un excepcional estado, rápido y mojado, después de las lluvias caídas durante el día.

Real Sporting 2-2 Real Zaragoza

60.8 % Posesión 39.2 %
4 remates dentro 3
5 disparos bloqueados 5
4 remates fuera 5
13 disparos recibidos 13
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 12
12 faltas cometidas 10
130 perdidas de posesion 127
66 recuperaciones de posesion 53
5 fueras de juego 0
xxxxxx

Poussin arruina al Zaragoza en Gijón (2-2)

Un fallo grosero de su portero en el minuto 97 tira abajo un triunfo de lujo en lo que había sido el mejor partido del Real Zaragoza esta temporada ante un gran rival. Maikel Mesa y Azón pusieron un 0-2 a favor.

Entre todos habrá que ayudarlo, porque de un golpe así cuesta salir: Poussin le arruinó un partidazo al Real Zaragoza con un fallo grosero, inexplicable, en el minuto 97. Fue a sacar de portería haciendo lo que no hay que hacer a esas alturas del encuentro: tiró la pelota al césped para pegarle, pero, agazapado tras él, se había quedado Pablo Insúa. Se la quitó y marcó a placer, empatando un partido en el que el Zaragoza enseñó su mejor versión, jugado entre el vértigo de los locales y la pausa de los visitantes. Se fueron dos puntos ganados a pulso, frente a un gran rival y en un escenario imponente. Por momentos aquello no pareció la Segunda División, por atmósfera, pero también por la propuesta de ambos equipos.

Se fueron dos puntos, decíamos, pero Escribá encontró, entre tanta desgracia final, un rumbo. Una senda que seguir. El Zaragoza no ganó un partido, pero ganó una fórmula, un manual de instrucciones: un 4-3-3 que lo mejoró en todo, ordenando sus jugadores, acercándolos a su espacios naturales y coherentes con sus esencias futbolísticas. Así fue más racional, fluido e intencionado con la pelota. Si al Zaragoza se le pedía fútbol, en Gijón lo puso sobre la mesa.

El brochazo de mayor interés se lo dio Escribá al sistema. Dejó aparcado su estricto y dogmático 4-4-2 y articuló a los suyos con un 4-3-3 que tuvo efectos inmediatos en el rendimiento de casi todos los jugadores. Entraron al equipo Lluis López, Maikel Mesa y Marc Aguado. Salieron, en consecuencia, Mouriño, marcado por su último partido, Toni Moya, el mejor zaragocista de las dos últimas semanas, y Sinan Bakis, el fichaje estrella.

Azón quedó en punta, flanqueado por Valera en la derecha y Vallejo en la izquierda, pero la gran transformación la sufrió el centro del campo, donde las conexiones entre Marc Aguado, Mesa y Grau, adecuadamente escalonados, con el terreno y las funciones bien repartidas, le lavaron la imagen por completo al Zaragoza. Metieron vida, oxígeno, alimento y sangre a la zona más moribunda del equipo en el último mes.

El partido nació embalado. Con dos púgiles mirándose a la cara. El Sporting juega muy bien. Es un conjunto moderno, con sus fases del juego elásticas y sincronizadas: defiende con una arquitectura y ataca con otra. Miguel Ángel Ramírez dibuja un 3-5-2 cuando hay que ir hacia la portería, iniciando el juego con sus tres defensas, entre ellos, el lateral derecho, Guille Rosas esta vez, lanzando al otro arriba en profundidad y amplitud. En el otro lado, es el extremo el encargado de ello, liberando a un Gaspar Campos que está en todas las partes, pero que defiende como extremo izquierdo: un 4-4-2 que se compone y se descompone con milimétrica ejecución. Todo está enfocado a que Haissen Hassan destripe a los rivales por su flanco derecho.

El Zaragoza no tardó en ver venir a los indios por ahí. Lecouche vivió unos primeros minutos de tortura en el dentista. Hassan se tiró a por él y al lateral francés se le erizaron los pelos del flequillo de ese viento endemoniado que levanta el extremo sportinguista. A los seis minutos ya le había sacado una amarilla a Lecoeuche y aquello apuntaba a tragedia... El Sporting jugaba para eso, para que los uno contra uno de Hassan, la dama de su tablero, resolvieran las cosas. A Lecoeuche le costó, sufrió con dolor, recibía ayudas de todo un ejército, de Grau, de Vallejo, de todos, apretó lo dientes, y, poco a poco, fue plantando cara, resistiendo y venciendo.

Los locales no terminaron de avisar, enviando a Otero y Djuka a un ejercicio incesante de desmarques de todo tipo, largos y cortos, cruzados y directos. El balcánico hacía daño picando entre lateral y central izquierdos, y el Sporting comenzó a pegar arañazos. Una falta de Pablo García, una carrera de Otero que disparó al lateral de la red, una parada de Poussin a tiro de Guille Rosas… Pero el Zaragoza emitía otras vibraciones con la pelota respecto a otros días. El acoso no era tal porque el equipo aragonés, sin mucha determinación, pero con más intención, también tenía un plan.

Fue, en este aspecto, una primera mitad en la que ambos conjuntos se hacían daños, los ataques tensionaban a las defensas. Así, después de 20 minutos de control del Sporting, el Zaragoza comenzó a latir y a llegar a la zona de Valera, donde morían casi todas las jugadas.

El extremo, con un tiro a la media vuelta, comenzó a abrir camino. Un casi gol olímpico de Manu Vallejo fue el siguiente dardo sobre el Sporting. Maikel Mesa chutó con fiereza después cerca de un palo. Luego, tras un tiro rival de Roque Mesa al que puso escudo Poussin, Lluis López lo buscó de lejos en los mejores minutos del Zaragoza, bien lubricado por dentro, rompiendo líneas con el pase de Lluis López o Marc Aguado… Y así, tras una buena secuencia de pases, atrevimiento e intensidad, Maikel Mesa metió un golazo, disparando con muy mala uva sobre Yáñez: allí no había portero que llegase. El gol llegó justo a tiempo y le daba al Zaragoza el caramelo de la tarde y el premio a sus buenos modos y modales. Superando al Sporting en número y táctica en la zona central con un Maikel Mesa mejorado y notable entre líneas, y controlando a Roque Mesa, los aragoneses se habían apoderado de la trama.

Del descanso, el Zaragoza salió con el traje a prueba de bombas: había que resistir el arreón de los locales. Y lo hizo. El Sporting había encajado el golpe en la mandíbula y los de Escribá comenzaron a refugiarse en el balón, cómodos, con su tradicional ritmo bajo y pase de seguridad. Un control firme y paciente. Iván Azón tuvo dos ocasiones de oro para mandar ya el partido a facturación. Primero, con un disparo que atajó Yáñez. Y después con un cabezazo al saque de una falta por Toni Moya al que no dio la dirección adecuada. Parecía gol pero fue un garabato.

El Sporting había movido el banco. Enol entró por Guille Rosas en el lateral derecho y Nacho Méndez por Rivera. Por ahí se coló el cambio de Toni Moya por Aguado, con problemas físicos. El Zaragoza llegó así a los 25 minutos finales muy vivo, levantado sobre un sacrificio defensivo que frustraba a los locales. La entrada de Cote en el lateral izquierdo complicó las cosas. El Sporting revivió por ese lado, con su veterano capitán, uno de los mejores centradores del fútbol profesional español. Su guante sacó un envío al segundo palo, la pelota se ensució, le cayó a Gaspar Campos y la mandó al larguero. El susto ahí estaba. Pero entonces, Escribá, viendo lo que se venía, paró el partido. Lo que iba a ser un doble cambio con la entrada de Bermejo y Mollejo fue uno triple ante la lesión de Jair, Entró también Mouriño. Entre unas cosas y otras, la atención médica, el remoloneo, las protestas del Sporting y las entradas y salidas, el juego cayó por un agujero negro. El tiempo se paró lo suficiente para abortar el despegue del Sporting.

Y así, en la siguiente jugada, Fran Gámez, que llevaba varios minutos pegándose golpes en la cabeza lamentándose por un mal centro anterior, le puso uno algodonado a Iván Azón, en una jugada que partió de un pase exacto y astuto de Toni Moya, imperial durante el rato que jugó, excepto por su desliz en el primer gol rival. Se llevó todo y a todos por delante. Esa triangulación culminada con Azón pareció el camino definitivo a la gloria.

El Sporting ya se fue a por todas. Un centro, cómo no de Cote, lo cazó Campuzano para poner el partido al borde de un ataque de nervios. El asedio final, con nueve minutos de alargue, llenó el área del Zaragoza de rivales. Escribá no ejecutó el quinto cambio, para la anestesia final. Quizá no era necesario... Ya había pasado lo peor, ya se celebraba el triunfo, ya se escribían crónicas con el título “el Zaragoza se luce en Gijón”, y, entonces, un disparo al corazón, un disparo de uno de los tuyos. Poussin hizo lo que no debía.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

PARTIDO Nº 747 ESPAÑA 2-0 ESCOCIA (12-OCT-2023)

PARTIDO Nº 747 ESPAÑA 2-0 ESCOCIA (12-OCT-2023)

ESPAÑA

bandera españa circular

Partido 747

ESCOCIA

Botón De Escocia Foto de stock y más banco de imágenes de Bandera escocesa  - Bandera escocesa, Círculo, Insignia - Accesorio personal - iStock

 

2-0
 

 

 1-0 | (73´) | Morata

2-0 | (86´) | Oihan Sancet

Clasificacion Alemania 2024

12 Octubre 2023

Sevilla

Estadio: La Cartuja


FICHA TËCNICA

ESPAÑA

Unai Simón, Carvajal (Jesús Navas 67´), Le Normand, Laporte, Balde (Fran García 46´), Gavi, Rodrigo, Mikel Merino (Oihan Sancet 67´), Ferran Torres, Oyarzabal (Bryan Zaragoza 46´) y Morata (Joselu 84´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

ESCOCIA

Gunn, Hickey, Porteous (Gilmour 87´), Hendry, Mc Kenna, Robertson (Patterson 44´), Christie (Armstrong 79´), Mc Gregor (Mc Lean 87´), Mc Tominay, Mc Ginn y Dykes (Ché Adams 79´).

Seleccionador: Steve Clarke

1-0 | (73´) | Morata de cabeza a centro de Jesús Navas.

2-0 | (86´) | Oihan Sancet rebaña dentro del área una asistencia de Ferran Torres.

Serdar Gözürbüyük (Países Bajos): Mostró tarjeta amarilla a Mikel Merino (45´), Carvajal (59´), Unai Simón (60´) y Laporte (90´) por parte de España y a Dykes (36´) y Patterson (51´) de Escocia.

Árbitros asistentes: Erwin Zeinstra y Johan Balder (Países Bajos)

Cuarto árbitro: Marc Nagtegaal (Países Bajos)

Árbitro asistente de vídeo: Pol van Boekel (Países Bajos)

Asistente VAR: Clay Ruperti (Países Bajos)

Quinto partido para España de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024

Estadio La Cartuja de Sevilla. 45.623 espectadores en las gradas.

España 2-0 Escocia

74.4 % Posesión 25.6 %
5 remates a puerta 1
5 remates paradas 1
8 remates fuera 2
0 disparos recibidos 18
4 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
8 faltas recibidas 15
15 faltas cometidas 8
111 balones perdidos 104
51 balones recuperados 44
3 fueras de juego 1
intervenciones portero

¡Y ahora, a por Haaland!

Navas y Morata, con un pase mágico y un remate de postal, deciden frente a Escocia y dejan a España con un pie en la Eurocopa 2024.

Fue en Sevilla, donde Navas es capitán general. Fue en La Cartuja, que atronó cuando ese chaval a punto de cumplir los 38 años entró en el campo con 0-0 en el marcador y Escocia pisando el acelerador. Pero Navas ha librado tantas batallas que quiso ganar esta él solito. Así que, cuando apenas había dado dos carreras, recibió un balón y se inventó un centro que encontró el vuelo de Morata. Un remate espléndido del rojiblanco, un gol de postal con el que España pone un pie en la Eurocopa. El 2-0, de Sancet, sirvió para igualar el goal average con Escocia. El domingo, en Oslo, La Roja puede sellar el pasaporte con una victoria. Haaland está avisado.

La alineación titular era la mejor muestra de que la cosa iba en serio. Hace medio año, a De la Fuente le llovieron las críticas por revolucionar el equipo en Glasgow pese a que solo tres días antes España había ganado a Noruega. Bien es cierto que aquella fue una Noruega sin Haaland y que el 3-0 resultaba engañoso pues los nórdicos presionaron lo suyo. Pero el baile de jugadores resultó un disparo en el pie que en La Cartuja, de nuevo con Escocia como rival, el técnico no estaba dispuesto a repetir. Luis realizó solo tres cambios respecto al 6-0 a Chipre y los tres estaban justificados por las lesiones: José Luis Gayà, Lamine Yamal y Nico Williams. Balde, Ferran Torres y Oyarzabal ocuparon sus puestos en un equipo que de nuevo situaba a Morata como punta de lanza.

Si el delantero del Atlético está de dulce, ¿cómo no alinearlo de titular? Del mismo modo, Rodri ejercía de timón, pues el adiós a La Roja de Busquets y su crecimiento le han hecho merecedor de ese puesto casi de forma vitalicia. El del City se echó el equipo a sus hombros pese a que en La Cartuja soportaba un peso extra: parecía jugar en Old Trafford pues, cada vez que el balón pasaba por sus pies, los aficionados escoceses le regalaban un sonoro abucheo como respuesta a sus críticas al estilo de juego británico en el tropezón en Glasgow.

Rodri ganaba la partida en esa zona del campo, donde McGregor y McTominay ejercían de doble pivote escocés. Pero la línea alta de la defensa visitante complicó el juego español. La gran ocasión había llegado en el 1′, con un pase al hueco de Morata que dejó a Ferran cara a cara con Gunn, pero el azulgrana cruzó en exceso ante el meta escocés. La Roja siguió generando peligro, con Merino como recurso ante una defensa bien armada; el de la Real no solo asistió sino que acarició el gol con un zurdazo que se estrelló en el palo (34′). Se movía el árbol, fueron 10 los remates españoles en la primera mitad (por ninguno de los de Steve Clarke), pero la manzana no caía. Uno imaginaba a Lamine, o a Nico Williams, pero no estaban. Quien sí descansaba en el banquillo era un malagueño de 22 años que revolucionó el pasado fin de semana con su zapateao ante el Barça. Solo quedaba que De la Fuente pulsara esa tecla. ¿Lo haría? Bryan Zaragoza, mientras, se mordía las uñas en los quince minutos que llenaban el descanso.

Tres debutantes en La Roja

Y pronto se las dejó de morder, pues entró de inicio en la segunda parte junto a otro jugador que también es sinónimo de vértigo como Fran García. Dos debutantes de una tacada, con Balde y Oyarzabal cediéndoles su lugar en el césped. Y como alguien que ha sido capaz de pedirse el 10 en la camiseta es imposible que tenga miedo, pues bastaron sus primeras acciones, con un disparo alto y una falta forzada a Patterson, para dejar claro que por ahí debía empezar a resquebrajarse la defensa escocesa.

Pero con lo que no contaba nadie es con que las virguerías de Bryan contagiaran a los defensas de La Roja y que Carvajal se arriesgara con una ruleta allí donde no toca, en zona defensiva. Al intentar arreglar su desliz cometió falta con la tarjeta amarilla como propina. La botó McTominay y el balón se coló directamente en la portería española, pero el VAR tocó la campanita y el neerlandés Gözübüyük se fue a la pantalla mientras La Cartuja tragaba saliva. Finalmente, el gol quedó anulado por fuera de juego por interferencia de Hendry.

Fue un susto que animó a De la Fuente a meter más madera con Navas y Sancet (que debutaba) en sustitución de Carvajal y Merino. Y el truco de magia no pudo resultar más efectivo. Siete minutos después de entrar en el campo, Navas sirvió un centro de oro que encontró el cabezazo en plancha de Morata. Y el gol. Era el 1-0. Una joya fruto del pase decisivo de un chaval llamado Navas y el remate de un killer que no era killer, llamado Morata, a quien de un tiempo a esta parte los goles se le caen de los bolsillos. El 2-0 de Sancet cerró la victoria. Ahora solo queda tomar aire y prepararse para la batalla en Oslo, en la casa de Haaland.

A España le funciona el plan B

Los cambios de Luis de la Fuente ante Escocia revolucionaron el partido. Fran García mejoró a Balde, que jugó mermado y dejó la concentración para dar entrada a Pedraza.

Escocia llegó a Sevilla con parámetros poco conocidos, pero eficientes. Es el equipo que más rédito saca a balón parado, el más sólido defensivamente y el que recupera más balones. Sumó todo y logró desquiciar a España, incapaz de superarla durante la primera parte. La banda izquierda de la Selección no funcionaba. Luego se supo que Balde, que deja la concentración, jugó mermado por unas molestias en el pubis. Oyarzabal, sin nadie que le doblara, poco pudo hacer. En el descanso entraron Bryan y Fran García y por ahí comenzó la revolución.

El veloz extremo granadino provocó el primer uno contra uno nada más saltar al campo y le arrancó una amarilla a Patterson, que hasta la entrada de Bryan Zaragoza había tenido una noche plácida. Fran García, en plenitud, le seguía el ritmo a su compañero. La banda izquierda había recuperado su potencial. Para Luis de la Fuente no era fácil darle solución al problema, porque no es lo mismo tener a Lamine Yamal y a Nico Williams que no tenerlos, y anoche no los tenía. Lo intentó en la primera parte con Balde y Oyarzabal y le funcionó en la segunda con Fran García y Bryan Zaragoza. En Oslo repetirá el madridista y puede que también Bryan ya que Nico, como Balde, dejó la concentración en Sevilla por problemas en la ingle y en la espalda. Se incorporó Pedraza, del Villarreal. Llama la atención que el seleccionador no pensara en Grimaldo, que está cuajando una gran temporada. Pero es cierto que sus decisiones, hasta ahora, se cuentan más por aciertos que por errores.

Más allá de la banda izquierda, merece un aparte Jesús Navas. El lateral sevillano cumplirá 38 años el mes que viene y es el único que queda de la gloriosa Selección de Del Bosque, campeona del Mundo y de Europa. Su centro en el gol de Morata, el que derribó el muro portugués, fue un prodigio de precisión y temple. Pero no fue lo único bueno que salió de sus botas. Trabajó bien la banda y tuvo cuajo ante un rival muy poderoso físicamente y que puso en serios apuros a Le Normand y Laporte, sobre todo en los centros laterales. Navas, que no es ni alto ni especialmente fuerte les creó más problemas por la derecha que cualquier otro jugador español..., excepción hecha de Joselu quien, nada más entrar, metió en líos a la defensa de Escocia y, con picardía y rapidez, robó un balón que terminó en el gol de Sancet, otro que debutó bendecido como le pasó a Lamine Yamal el mes pasado.

Luis de la Fuente siempre dice que los partidos se maduran y luego se rematan, y más ante rivales rocosos como Escocia. En Sevilla le salió bien el Plan B. Lo mejor de esta nueva España es que no son sólo 11, son 16-17 jugadores para sacar adelante los partidos. Si el sistema va a ser desgastar al contrario para luego tumbarle con velocidad es una apuesta arriesgada, mucho más si no están Lamine Yamal, Nico Williams y Yeremy Pino. Es el turno de Bryan García, que podría ser titular en Oslo este domingo.

Debutantes

843 FRAN GARCÍA 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla
844 BRYAN ZARAGOZA 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla
845 OIHAN SANCET 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla

Jugador n°843

Fran Garcia

Jugador n°84

Bryan Zaragoza

Jugador n°845

Oihan Sancet

Convocatoria Seleccion Española Octubre 2023

Convocatoria Seleccion Española Octubre 2023

 

La lista completa de convocados es la siguiente:

 

Club Jugador
Athletic Club  Unai Simón
Athletic Club Nico Williams 
Athletic Club Oian Sancet
Club Atlético de Madrid  Álvaro Morata 
Al-Nassr Aymeric Laporte
Aston Villa Pau Torres
Arsenal David Raya
FC Barcelona Gavi
FC Barcelona Alejandro Balde
FC Barcelona Lamine Yamal
FC Barcelona Ferran Torres
Manchester City Rodrigo Hernández
CA Osasuna David García
PSG Fabián Ruiz
Real Madrid CF Dani Carvajal
Real Madrid CF Kepa Arrizabalaga
Real Madrid CF José Luis Mato "Joselu"
Real Madrid CF Fran García
Real Sociedad de Fútbol Mikel Merino
Real Sociedad de Fútbol Robin Le Normand
Real Sociedad de Fútbol Martín Zubimendi
Real Sociedad de Fútbol Mikel Oyarzabal
Sevilla FC Jesús Navas
Villarreal CF Yeremy Pino

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3621

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-2 ALCORCONEscudo/Bandera equipo

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Poussin; Gámez, Mouriño (Francés, 46), Jair, Lecoeuche (Sergi Enrich, 80); Grau (Aguado, 59), Moya; Valera, Manu Vallejo (Maikel Mesa, 80); Azón y Bakis (Mollejo, 59).

AD Alcorcón: Jesús Ruiz; Víctor García, Rivas, Babin, Chema Rodríguez, Morillas (Castro, 57); Mosquera, Bravo (Yan Eteki, 50); Javi Lara (Bustos, 57), Addai (Artola, 89); y Chiki (Jacobo González, 57).

Árbitro: Quintero González (Comité Andaluz). Amonestó a Mouriño (16), Valera (45+3), Chiki (45+5), Jesús Ruiz (57), Mollejo (84), Chema Rodríguez (86), Maikel Mesa (87), Mosquera (93) y Azón (93),

Goles: 0-1, min. 37: Bravo. 0-2, min. 81: Yan Eteki.

Incidencias: Noche calurosa en una Zaragoza en plenas fiestas del Pilar, con 27 grados al inicio del duelo (21.00). El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 29.000 espectadores. En el palco estuvieron los exzaragocistas, actuales jugadores del Rayo Vallecano, Bebé y Chavarría.

Real Zaragoza 0-2 Alcorcon

63.8 % Posesión 36.2 %
5 remates dentro 2
5 disparos bloqueados 2
5 remates fuera 7
11 disparos recibidos 15
5 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 0
17 faltas recibidas 11
12 faltas cometidas 8
143 perdidas de posesion 136
63 recuperaciones de posesion 66
5 fueras de juego 1
xxxxxx

El Real Zaragoza de Escribá es un caos y cae por 0-2 ante el vicecolista Alcorcón

El debutante portero Poussin patrocinó los dos goles madrileños con sendos errores gruesos. La falta de fútbol, los errores ante el gol y un mal arbitraje, mezcla letal de nuevo.

El Real Zaragoza de Escribá es un caos. Ha llegado en 2ª posición a esta 10ª jornada pero su fútbol, su poca destreza goleadora y la discutible gestión de la plantilla están llevando al grupo a hacer aguas por todas partes. El penúltimo de la tabla, un débil Alcorcón, ganó 0-2 en La Romareda y sacó los colores a los gestores y protagonistas de este proyecto. Se viene advirtiendo hace días, incluso desde la bonanza más edulcorada. Ahora, la realidad ya no se puede redibujar.

El primer tiempo fue una pastilla comprimida de lo visto siete días antes en La Romareda ante el Mirandés. Lo mismo, pero en menos tiempo. Ganaba el Alcorcón 0-1 en el descanso con un solo tiro a puerta, regalado por un suicida pase de salida del debutante portero Poussin sobre Grau, que poco ducho con el balón en los pies lo perdió ante Bravo, que marcó el gol visitante en el minuto 37 en la única llegada al área zaragocista desde el primer segundo de juego. A partir de este hecho trascendental en la trama del primer capítulo del duelo, hay que desgranar los demás detalles. Pero, sin duda, el Real Zaragoza estaba perdiendo básicamente porque se pegó este tiro en su propio pie y regaló la ventaja a un rival madrileño de baja calidad en todas las facetas del juego, que mostró porqué estaba en la zona baja de la tabla.

En un segundo nivel de lectura del juego entra la falta de destreza de los muchachos zaragocistas cuando de generar jugadas ofensivas se trata. Escribá, el entrenador que sigue parapetado en el resultadismo para regatear las máculas de su plan táctico y el escaso provecho que está sacando a una plantilla supuestamente muy superior a la que heredó el año pasado y que se ha remodelado a su medida, no da con la tecla. Insiste en el 4-4-2, esta vez sin rombo. Redunda en revolucionar la alineación de día en día, esta vez con hasta ¡9 cambios! en el once inicial respecto del anterior partido en Andorra (solo siguieron Grau y Manu Vallejo), equiparando a los 23 jugadores de la plantilla como si todos fueran primeras marcas, piezas gemelas de mecano. Los sueldos y cachés quizá tendrán que ser revisados enseguida de seguir con este singular criterio de no titulares y no suplentes en todo el grupo. Habrá que ir a un comunismo de remuneraciones idénticas, dadas las circunstancias. Lo de lograr que todos rindan igual, obviamente, es un imposible que quizá abolle a Escribá más pronto que tarde. Nunca hubo 23 titulares en ningún equipo profesional en 150 años de historia del fútbol. En todo caso, 23 suplentes sí.

En esta página del análisis queda el disparo alto de Manu Vallejo en el minuto 3 tras un quiebro al central de turno en el área. Y el disparo al larguero de Azón en el 4, cuando el equipo aragonés vivía esos momentos efervescentes del principio, cuando siempre parece que se va a comer el mundo y termina por no comerse ni un colín. Más adelante, Manu Vallejo no llegó a rematar a bocajarro en el 15 un centro al segundo palo porque un defensor rival metió la puntera, cuestión que el pésimo árbitro andaluz Quintero González y sus auxiliares se comieron. Y en el 25, Mouriño chutó desde lejos, fuera rozando el poste. Y el reaparecido Bakis (físicamente, se entiende, en persona) falló un gol regalado

por Valera en un pase atrás (el de la muerte de siempre). Su resolución, en el minuto 27. fue de tractor sin luces. Lento, con miedo a rematar, tanto que no lo hizo tras un horrible control inicial, con todo a placer. El citado Valera se quedó en el área con balón en ventaja en el 32 pero tardó en embocar el disparo y se le cruzó un defensa y el portero para sacar la pelota a córner. Y Moya, en el 43, lanzó una falta directa rozando la escuadra por fuera, desde 30 metros.

Thank you for watching

O sea, que llegadas esta vez sí hubo. Pero no hay buen tino. Ni decisiones correctas. Falta calidad a raudales. Es pandémico el asunto del gol en el último pasaje de tres años y pico por Zaragoza.

Y en un compartimento estanco anejo hay que citar al árbitro, Quinteros González. Un tipo desahogado. Chulesco de ademanes, como ya es hábito en La Romareda. Todos vienen a gustarse. Es día de fiesta para promocionarse ante un ascenso a Primera. Venir a Zaragoza es como ir al Teatro Real de Segunda. El penalti que se comió en el minuto 8 sobre Manu Vallejo es de denuncia. Porque, en sus narices, decretó piscinazo del zaragocista y lo amonestó, cuando la zancadilla fue panorámica y la pena máxima indiscutible. Y ahí apareció el otro cómplice de la fechoría: el ya retirado Sagués Oscoz, vasco ahora metido a videoarbitrar. Como la moviola delataba el error del colega, echó atrás las imágenes hasta hallar una uña de Bakis en posible fuera de juego en un centro muy anterior al caso. Sagués hubiera retrocedido hasta la final de Montjuic contra el Real Madrid en 2004 si hubiera sido preciso para torpedear el penalti a Vallejo que, claro, se fue al limbo. Más de 7 minutos estuvo parado el duelo, algo que le rompió el ritmo gaseoso a los zaragocistas, que ya no lo recuperaron.

Entremezclado todo esto en la coctelera dio como resultado una derrota parcial ante el peor equipo que ha pasado por ahora por La Romareda. Una mala señal. El Real Zaragoza de Escribá no mejora y da la impresión cada día que pasa que su techo cualitativo está empezando a establecerse con mucha fijeza. Y no es buena la impresión que transmite. Así que Escribá movió el banquillo en el intermedio y retiró a un torpón Mouriño, amonestado pronto, bailado por Addai varias veces y rozando la roja en un par de acciones al límite. Francés fue el relevo.

La reanudación fue del mismo tenor. Dominio absoluto del Real Zaragoza ante un Alcorcón aculado atrás con su 5-4-1 cristalino en fase defensiva, perdiendo tiempo incluso cuando respiraban, pero sin que ninguna individualidad fuera capaz de romper líneas, ganar superioridades y agilizar las combinaciones de medio campo en adelante. El equipo aragonés es el más previsible de la categoría. Bakis volvió a quedarse con el motor calado en el área y lo mismo le sucedió a Azón un par de minutos después. Los dos arietes, en vez de rematar, vieron cómo se les nublaban las ideas y la defensa abortaba cualquier atisbo de peligro.

En el minuto 59, tras un triple cambio del Alcorcón para refrescar su trinchera, Escribá metió en danza a Mollejo y Aguado. El sustituido Bakis fue pitado por primera vez por el público. Enseguida, Mollejo marcó a puerta vacía tras un fallo previo de Azón en un centro de Moya. Se celebró ese 1-1 como merecía. El Pelado seguía mostrando su inspiración, la que lo hace ser el mejor artillero del grupo con sol o2 dianas. Pero el VAR, otra vez, halló irregularidad por otra uña de fuera de juego, en este caso de Azón. Y la remontada se disolvió en otro rato de angustia cibernética. Anulado, seguía el 0-1 por lo tanto.

El portero alcorconero, el ex del Tarazona Jesús Ruiz, estuvo más por el suelo que de pie. Sus pérdidas de tiempo fueron por momentos escandalosas. Quinteros fue toreado por su escasa personalidad, siendo benévola la apreciación. A todo esto, el fútbol del Real Zaragoza seguía sin aparecer. Todo era una ‘jazz sesion’, sin partitura.

Alocadamente, dejando espacios que el rival aprovechó un par de veces para meter miedo. Yan Eteki casi hizo el 0-2 tras una muestra de falta de atención de Vallejo en el área propia. No estaba el equipo de Escribá bien sintonizado. Como el día del Mirandés, el segundo tiempo fue peor que un ya defectuoso primero. Un horrible síntoma. A Escribá se le desmonta el chiringuito según pasan los minutos, las jornadas. Y no lo rehace con los cambios. La equidad en la valoración de los futbolistas se derrumba por este lado de la ecuación.

Los silbidos de la hinchada zaragocista cuando se dieron ratos largos de rondos en zonas inertes, cuando solo restaba un cuarto de hora, denunciaron lo que pasa mayormente. Hubo varios desmarques de los puntas que los centrocampistas no asistieron. No los ven. Una diagonal profunda es un pecado para los de Escribá. El corolario al desastre fue el segundo gol visitante. Otra pifia monumental del debutante Poussin, que va a tener difícil remontar esta presentación. Perdió un balón que le entregó Aguado en el área, acosado por Bustos, y Yan Eteki, en segunda instancia, marcó a puerta vacía, porque Poussin se quedó revolcándose pidiendo una falta que no hubo en vez de ponerse de pie para evitar el tanto.

El 0-2, a falta de 9 minutos, causó un efecto viejo por primera vez este año: buena parte del zaragocismo abandonó las gradas, bramando, decepcionados. Lo del Racing y el Mirandés no fueron meros accidentes. Tampoco lo de Ferrol. Como se denuncia desde los más rápidos y afilados microscopios de siempre, cuando muchos solo son capaces de ver a la orquesta tocar y a la gente bailar, en el subsuelo de este equipo hay grietas peligrosas que las actitudes forofas y condescendientes están ocultando más de lo debido. Llegado el primer cuarto de la liga, el 25% de la competición, es un buen momento para unos ejercicios espirituales de los de verdad. Aún se está a tiempo de poner tratamiento adecuado, con el equipo en el paquete de cabeza por su excelente rentabilidad inicial, ya difuminada.

El Zaragoza se pega un tiro en el pie

Dos errores clamorosos de Jaume Grau y de Poussin le sirven en bandeja a un renacido Alcorcón su sexta victoria consecutiva en La Romareda. El equipo aragonés sólo ha sumado cuatro puntos en las últimas cinco jornadas.

Un error fatal de Jaume Grau y otro aún mayor de Poussin le sirvieron en bandeja al Alcorcón su sexta victoria consecutiva en La Romareda, lo que se dice pronto, y descabalgaron al Real Zaragoza de posición de ascenso directo y lo mandaron a la quinta plaza. El equipo alfarero se presentó penúltimo y con nada menos que 17 goles encajados, pero volvió a rehabilitarse costa de un Zaragoza que comenzó el partido al galope, pero lo acabó absolutamente atascado e impotente, falto de ideas y de soluciones. Su segunda parte fue absolutamente vergonzante y vergonzosa.

El fútbol del Real Zaragoza no convencía ni a sus más firmes partidarios, pero ya no le sostienen ni los resultados, porque acumula tres encuentros consecutivos sin ganar en La Romareda (un empate y dos derrotas) y sólo ha sumado cuatro puntos en las últimas cinco jornadas. Así que ya no hay quién discuta la involución del equipo de Fran Escribá desde el liderato, desde el juego y también desde los números.

Escribá presentó otra rotación masiva, la mayor en su etapa en el Zaragoza, con hasta nueve novedades, esta vez más justificada por haber jugado el jueves por la tarde. Sólo Jaume Grau y Manu Vallejo repitieron en el once. Poussin relevó al lesionado Cristian Álvarez y Bakis regresó a la alineación, tras dos jornadas de completa suplencia. También Fran Fernández presentó un equipo prácticamente nuevo, con ocho cambios respecto del que alineó el martes frente al Albacete, además de variar su habitual disposición táctica pasando a jugar con tres centrales.

El Zaragoza, en su afán por vencer y convencer de una vez por todas, salió como un tiro y puso rápido coto a la portería del Alcorcón. Iván Azón pudo abrir el marcador a los cuatro minutos, pero su zurdazo a la media vuelta se estrelló en el larguero, y cinco minutos después Quintero González no quiso ver un claro derribo dentro del área de Óscar Rivas a Manu Vallejo. El árbitro andaluz no sólo no señaló penalti, sino que amonestó al atacante del Zaragoza por simular su caída. Intervino el VAR y el juego estuvo detenido hasta seis minutos, pero, aunque no quedó duda sobre la claridad de la pena máxima y la tarjeta amarilla fue anulada, todo se quedó en nada por un fuera de juego previo de Bakis por milímetros.

El equipo aragonés, que jugó con la defensa diez metros por delante de su ubicación habitual, no dejó de atacar y hasta probó suerte de lejos el central Mouriño con un impresionante obús que se marchó rozando el poste derecho de Jesús Ruiz, después de un robo del charrúa. También pudo marcar Bakis, tras un gran servicio de Valera, pero el turco se enredó en el área después de un mal control. Y el propio Valera tuvo su gran oportunidad pasada la media hora ante el portero.

Pero en el fútbol un regalo inesperado lo cambia todo, y un error fatal de Jaume Grau en la salida de balón del Zaragoza le sirvió el gol en bandeja a Juanma Bravo, que fusiló a Poussin a los 38 minutos. Así que sucedió lo inesperado, lo que menos merecía el equipo aragonés. El 0-1 disparó el ánimo y la confianza del Alcorcón y el partido dio un giro completo. Toni Moya tuvo el empate con una falta directa que rozó la escuadra, y Bakis, en otra tarde negada, cabeceó a las manos del portero, pero lo cierto es que el Zaragoza acabó la primera parte descolocado y descentrado.

Tras el descanso, Escribá relevó a Mouriño, con una tarjeta, por Francés, y el Alcorcón perdió enseguida al goleador Juan Bravo por un choque fortuito con Lecoeuche, antes de un triple cambio de Fran Fernández, que nunca renunció a ganar. Pasaban los minutos, el Alcorcón se iba sintiendo cada vez más cómodo con su ventaja y el Zaragoza jugaba ya a la desesperada. El VAR le negó un gol a Mollejo, agitador una vez más, por fuera de juego previo de Azón en el 66′, pero fue el canto del cisne de un Zaragoza impotente y sin recursos, que encajó un segundo gol en un regalo al alimón entre Marc Aguado y Poussin y que se salvó al final de un resultado más adverso. Su segunda parte fue absolutamente vergonzosa y vergonzante.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3620

F.C. ANDORRA 0-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Ficha Técnica

FC Andorra: Dani Martín; Leal, Diego González, Alende, Vilá (Moreno, 62); Bover, Molina (Álvaro Martín, 76), Iván Gil; Benito (Lobete, 76), Shabani (Petxarromán, 62); Scheidler (Manu Nieto , 89).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, 82); Luna (Gámez, 68), Francés, Lluís López, Borge; Aguado, Maikel Mesa, Bermejo (Valera, 68), Grau (Moya, 46); Mollejo; y Manu Vallejo (Azón, 68).

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Expulsó a Bover (18), roja directa por juego violento sobre Aguado. Amonestó a Grau (13), Aguado (45), Benito (49), Francés (54) y Alende (92).

Goles: 0-1, min. 36: Mollejo.

Incidencias: Tarde calurosa, con 21 grados al inicio del partido (las 19.00). El césped del estadio Nacional presentó un excelente estado. En las gradas hubo alrededor de 2.500 espectadores, de ellos 500 zaragocistas.

FC Andorra 0-1 Real Zaragoza

40.2 % Posesión 59.8 %
0 remates dentro 3
0 disparos bloqueados 1
5 remates fuera 1
5 disparos recibidos 5
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 8
9 faltas cometidas 16
128 perdidas de posesion 110
47 recuperaciones de posesion 53
1 fueras de juego 3
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El Real Zaragoza retorna al camino de las victorias con un 0-1 en Andorra entre la espesura

Un gol de cabeza de Mollejo al final del primer tiempo decide un feo e insulso partido. La expulsión del local Bover en el minuto 18, clave.

El Real Zaragoza retornó este jueves al camino de las victorias al ganar en Andorra con un solitario gol, surgido entre un fútbol espeso, insulso, aburrido y sin seducción alguna. Así, los aragoneses vuelven a los puestos de ascenso directo tras tres jornadas de crisis.

El primer tiempo acabó 0-1 gracias al aserto de la ley del mínimo esfuerzo, modalidad aplicada una vez más al fútbol tedioso del Real Zaragoza que, en contrapunto al perjuicio del anterior día frente al Mirandés que causó la tempranera expulsión de Enrich, esta vez se vio beneficiada por la tarjeta roja que recibió el andorrano Bover en el minuto 18, por juego violento ante Aguado en un balón dividido en medio campo. No hay ninguna intención de desmerecer ese fenomenal marcador favorable que logró el cuadro aragonés en el primer periodo del choque. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente, de contar lo que hubo sobre el césped del Nacional del país pirenaico que, con 2.500 personas tuvo su mejor entrada en muchos meses (caben 3.600 en total, forzando mucho, 4.000).

Antes del gol, anotado por Mollejo de cabeza en el minuto 36 a centro lateral de Grau desde la izquierda, solo hay otra anotación más, solo una: también una finalización con la testa pelada del manchego en una asistencia de Maikel Mesa en la línea de fondo, en el 29, que acabó mansamente en las manos del portero Dani Martín, tan inédito como Cristian Álvarez en los primeros 48 minutos (eso duró el primer acto). Y es que fue un partido insípido, anodino como pocos entran en docena. Con un Andorra decepcionante en su anunciada propuesta de posesión masiva del balón y dominió del timón, pues nada de eso supo hacer el cuadro de Sarabia. Y con un Zaragoza, revolucionado con seis cambios por un Escribá desatado (que fueron siete, si computamos la traslación de banda de Borge en la defensa, de la derecha a la izquierda), que no supo qué hacer con el balón hasta que la expulsión de Bover lo dejó en superioridad desde el minuto 18 y su rival se atrincheró atrás por natura.

El equipo zaragozano se diseminó por el campo en un 4-4-2 dúctil, que partía en forma de rombo en la medular. Aguado era el eje. Mesa por la derecha, Grau por la izquierda y Bermejo por el centro, de enganche. Una novedad lo de Mesa y Bermejo, quizá montado al revés de la lógica. No funcionó, claro. En punta, Manu Vallejo y Mollejo conformaron un dúo de poca mezcla, ni entre ellos ni con los demás de la segunda línea. Los laterales, Luna y Borge, aportaron entre cero y nada en ataque, limitándose sobremanera a guardar su zona atrás.

El Andorra no existió en ataque jamás. Ni con 11 jugadores, hasta el minuto 18, ni mucho menos después. Solo una incursión de Benito en el 17, con un centro en el lateral del área que sacó de cabeza la zaga aragonesa en el área chica, se puede apuntar como máxima y única llegada con cierto peligro de los locales. Un desastre el cuadro tricolor (con tres colores fueron ambas escuadras, parecía un partido de la Copa de África). Y, frente a esa inoperancia andorrana, se apreció a un Zaragoza de poco lustre, sin brillos con el balón en los pies. Su fútbol, un día más, abusó del pase atrás, lateral, en zonas inertes. Apenas se rebasaron líneas con intención ofensiva. Hubo pocos desmarques y muchos menos pases profundos o diagonales. Todo con la misma previsibilidad ya conocida desde hace más de un mes.

Vino de maravilla la roja a Bover, que midió mal una entrada con el pie por delante, arrastrándose sobre la mojada hierba, que acabó con un plantillazo peligroso en el rostro de Aguado a un palmo del suelo. Eso anuló por completo las supuestas intenciones del Andorra de mandar por completo en el partido. Mató a los del Principado y le dio galones al, hasta entonces, perdido Zaragoza. El partido empezó realmente para los de Escribá ahí, en el minuto 18. Y lo gobernaron sin sudar demasiado en lo sucesivo. Al trantrán, sin velocidad de transición, con conducciones de motor diésel. De no haber surgido en el 36 el gol de Mollejo, el primero de cabeza del curso de los zaragocistas, se hubiera consumado el peor primer tiempo de la década, seguramente. Lo demás fue un erial, un páramo futbolístico.

El intermedio, con ese 0-1 tan rico en réditos para tan poco como se había expuesto sobre la hierba andorrana, se degustó entre el zaragocismo con buen paladar. El equipo de Escribá, siguiendo el guion de Tenerife o Cartagena, estaba por delante con una efectividad máxima y, lo mejor, estaba litigando contra un adversario con aires de zombi. Escribá dejó en la ducha a Grau (tarjeteado) y metió en danza a Moya en la reanudación. El partido renació igual que había parado un rato antes: feo a más no poder, infumable por parte de ambos equipos. En este escenario, el problema grueso era para los locales, que iban perdiendo. Al Zaragoza, como dejó patente Escribá con la inapetencia atacante mostrada desde el pitido inicial del segundo tiempo, no le importaba seguir así hasta el final de los días. Para qué buscar el segundo gol si con uno basta.

En el minuto 68, a falta de 22 para la finalización del pestiño, el técnico zaragocista hizo un triple cambio entre la nebulosa global. Eran dos de inicio, Valera y Azón para refrescar a los difuminados Bermejo y Vallejo, pero se unió Gámez para relevar a Luna, otro lateral con problemas musculares a mitad del segundo tiempo, una epidemia que no cesa. El tostón (tostonazo, en mayúscula) no varió. De las ciénagas del fútbol, lugar donde se desarrolló este partido toda la noche, el Zaragoza montó una contra con la gente fresca recién entrada. Azón condujo y Valera, en vez de rematar a portería con todo a favor en el 71, buscó el penalti. Ni una cosa ni otra obtuvo.

Y, como siempre que se juega con fuego, al equipo de Escribá le saltó un chispazo que le socarró la ropa en el 73. El ariete francés Scheidler, un tallo torpón, cabeceó una falta lejana volcada al área zaragocista y el balón se estrelló en el poste izquierdo, con Cristian Álvarez batido, en modo estatua. La ausencia de Jair se nota mucho por arriba. Lluís López no es lo mismo en esa faceta. En el último cuarto de hora, los andorranos se dedicaron a llevar balones de cualquier modo al área zaragocista y Cristian Álvarez tuvo que salir un par de veces por arriba (en una, con un fallo de cálculo serio que, por fortuna, no penalizó).

La renuncia total del Zaragoza a buscar el 0-2 en más de tres cuartas partes del tiempo de duración del choque patrocinó esa reactivación postrera de los tricolores. Como en los primeros cinco partidos, los de las victorias, el viento de cola golpeó favorablemente la popa zaragocista. Los rivales remataron al palo, se autoexpulsaron, jugaron fatal. Y los de Escribá, con muy poco, obtuvieron petróleo en las montañas del Pirineo. 

Cuando faltaban 8 minutos cayó lesionado Cristian Álvarez, lo que facilitó el debut de Poussin. Menos mal que el técnico blanquillo aún no había cubierto el quinto y último cambio, pues de lo contrario el epílogo hubiera sido un drama.

Los posibles contragolpes de los zaragocistas quedaron siempre abortados por pésimas decisiones de sus porteadores. El que malogró Valera en el 83, con Azón y Mollejo acompañándolo en solitario y a los que no asistió, fue un paradigma cristalino de este mal. En el argot, pecó de chupón. Por no hablar de los pelotazos largos, sin dirección ni objeto, lanzados por la zaga tomate en los minutos finales como si se tratase de fútbol regional. Bajísima calidad en general. Improvisación permanente.

Al final, con 6 minutos de añadido, el equipo pudo celebrar su sexto triunfo en nueve jornadas. Unos números que tapan el feísmo de las formas. A Escribá, poco amigo del resultadismo cuando va en contra de sus tesis, le edulcoran la fórmula del presente precisamente las cuestiones relativas a los marcadores finales. El Real Zaragoza se rehace después de 20 días de bajonazo en rentabilidad, aunque la textura de su juego no anuncie luces nuevas ni ayude a aumentar la autoestima. Todo esto, en la primera o la segunda posición en la tabla, además de paradójico, es ejercicio de análisis singular. Es lo que hay.

La revolución en la alineación, un día más, volvió a demostrar que ese no es un buen método. Quizá fuese más cabal ir armando un esqueleto básico y prevalente. ¿Y qué hay de Bakis?

 

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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

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PARTIDO OFICIAL Nº 3619

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-1 MIRANDESEscudo/Bandera equipo

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche (Mouriño, 73); Grau, Moya (Aguado, 68); Valera (Mollejo, 73), Maikel Mesa (Bermejo, 91); Azón (Manu Vallejo, 68) y Sergi Enrich.

CD Mirandés: Luis López; Rubén Sánchez (Diego Moreno, 55), Pablo Ramón, Barbu, Barcia (Gómez, 66), Alcedo; Tomeo (Tachi, 79), Reina; Baeza (Álvaro Sanz, 66), Gabri Martínez (Durdov, 79); y Carlos Martín.

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Expulsó a Sergi Enrich (45+1) por juego violento. Amonestó a Barcia (5), Jair (16), Rubén Sánchez (44), Mouriño (91), Durdov (94) y Pablo Ramón (96).

Goles: 0-1, min. 87: Jair, en propia puerta.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Zaragoza, con 34 grados al inicio del partido, las 18.30, horario que ya tuvo que ser rectificado por La Liga a mitad de semana, pues estaba programado a las 16.15 en plena ola de calor del veranillo de San Miguel. El césped de La Romareda presentó un buen estado, algo resbaladizo por el riego. En las gradas hubo alrededor de 31.000 espectadores.

Real Zaragoza 0-1 Mirandes

59.9 % Posesión 40.1 %
2 remates dentro 0
2 disparos bloqueados 3
4 remates fuera 5
9 disparos recibidos 8
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 11
134 perdidas de posesion 116
47 recuperaciones de posesion 48
0 fueras de juego 2
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El Real Zaragoza patina por tercera vez consecutiva y cae 0-1 ante el Mirandés en La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair en el minuto 87, tras haber rematado al larguero Azón en el 48 y después de afrontar medio partido con 10 jugadores por expulsión de Sergi Enrich, tumba de nuevo a un raquítico equipo en el apartado futbolístico.

El Real Zaragoza patinó por tercera vez consecutiva. Cayó por primera vez este año en La Romareda, 0-1 ante un poco brillante Mirandés, que vino en posiciones de descenso. La decepción llegó con un tanto en propia puerta de Jair cuando el duelo ya acababa. El equipo zaragozano jugó medio partido en inferioridad, tras la tarjeta roja que vio Sergi Enrich antes del descanso.

Esta crónica requiere de imágenes claras, fijas, detenidas en la literatura para no perderse en florituras. De entrada, el Real Zaragoza no jugó bien. Era una de esas mini asignaturas que cada partido presenta a los equipos que, esta vez, viniendo de dos pifias seguidas, debía aprobar el equipo aragonés. Y pecó de muchos defectos ya conocidos, incluso en días de victorias. Le falta fútbol, agilidad en las conducciones, generación en la zona medular (Grau y Moya fueron el doble pivote, obturado casi siempre) y engarce positivo con los puntas. Solo el extremo Valera, permanentemente buscado como única herramienta profunda, ofreció soluciones, que pocas veces culminaron con peligro. Azón, en el juego directo, siempre pelea todo, pero otra cosa es el final de cada cortometraje.

Por otra parte, el plan del 4-4-2 de nuevo, esta vez con Sergi Enrich en vez de Bakis (el técnico acabó de raíz con el runrún que viene percibiendo hace tres semanas sobre el germano-turco y su no agilidad ante el gol), con la vuelta de Mesa en vez de Bermejo y con el lateral Lecoeuche estrenándose en casa por la izquierda, con Borge por la diestra de una zaga más nerviosa de lo habitual, está ya detectado en los radares de los rivales, que lo acogotan con cierta facilidad. Esta vez, el entrenador del Mirandés, Alessio Lesci, montó un 5-3-2, con un centro de campo tupido de piezas, que hizo inútil la posesión de los zaragocistas en zonas de nadie. Lo de siempre.

Y, como ya viene siendo habitual en el tiempo de bajón de prestaciones del impecable Real Zaragoza de las primeras jornadas, que sigue alargándose, se fallaron varias ocasiones claras de esas que decantan marcadores y definen victorias en caso de buen tino. Valera, en el 10, solo mano a mano, en vez de tirar él a portería optó por pasar a Azón, que no llegó por milímetros bajo palos. El gol se evaporó. Por cierto, Azón estuvo cayéndose toda la primera parte, resbalándose con una botas naranjas que pedían relevo. No lo hubo. En el 22 se revisó un posible penalti al propio Valera, que pudo ser zancadilleado tras una peinada de Azón que lo dejó solo en el área. El VAR dijo no, como pudo haber dicho sí. Todo cabía. Pero los árbitros no están muy del lado zaragocista en caso de dudas por ahora. Curiosa percepción.

Grau marró en el 31 un remate franco tras un rechace aéreo de la zaga castellana, chutando fatal, fuera. En el 45 se le anuló un gol a Sergi Enrich, que cabeceó junto al portero en el área pequeña, sin que la falta que se dio por descontada se vea en la moviola. Fue limpio su salto. Pero esos goles ya no valen desde los años 60. Es el fútbol de finuras y cuestiones asumidas por defecto. Una pena.

Entre este pequeño muestrario zaragocista para abrir el marcador con resultado negativo (cosas de cenizos, tal vez), el aplicado Mirandés gestó dos ocasiones cristalinas para haber puesto las cosas aún más complicadas al Real Zaragoza. Carlos Martín cabeceó solo ante el portero local en el minuto 20 un centro de Pablo Ramón, gemelo al del gol del Racing de Ferrol el lunes pasado (con disfunción de Jair y Francés semejante, y de Lecoeuche -entonces fue Borge- en la marca previa al asistente), pero el balón se le marchó fuera por poco. Y en el 34, el mismo jugador, no llegó por un número de zapato a un pase raso de Pablo Ramón, a quemarropa.

La roja a Enrich, golpe bajo clave

El colofón al primer periodo raro, alborotado, de este Real Zaragoza amorfo e irregular marcó para mal lo que aguardaba tras el intermedio. Sergi Enrich fue expulsado en el minuto 45+1, ya en el aumento, por juego violento. Levantó el pie en exceso y le marcó los tacos en la nuca al adversario rojinegro, que le echó el picante a la acción necesario para que el árbitro no dudase. El equipo aragonés se quedaba con 10 hombres, en inferioridad, medio partido. En ese barullo postrero, curiosamente, pudo llegar el 1-0, pues Valera recogió un balón en el área y, tras un quiebro de los suyos, remató raso, cruzado, fuera por un par de metros.

El partido se reanudó con el ambiente cargado en unas gradas casi llenas. Y sin cambios nominales. Diez para once. Tras unos primeros baqueteos de iniciativa mirandesa, la primera llegada del Real Zaragoza fue nítida, al recoger en el 48 Lecoeuche un balón suelto mal despejado por los visitantes y poner un centro que Azón cabeceó al larguero. En días tan enrevesados y donde la madeja cada vez se lía más, no se pueden fallar este tipo de ocasiones. Entretanto, Valera y Lecoeuche cayeron en sendos choque con rivales y el árbitro, el navarro Galech Apezteguía, adoptó la pose de despotismo, no se sabe bien cuánto de ilustrado. No pitó ni una falta de esas, en toda la tarde.

El Mirandés, en posiciones de descenso cuando empezó la jornada (y eso nunca es gratis), mostró poco empuje y decisión en ir a por el triunfo en los albores de ese segundo tiempo que comenzaba en superioridad de piezas sobre la hierba. Pasó el primer cuarto de hora de la reanudación y los zaragocistas no sufrieron un acoso diferente ni más adelantado que lo vivido en la primera fase, donde apostaron claramente por defender y salir con escasez a la contra. En ese hito del reloj, por pura inercia, construyeron el primer ataque que rozó el 0-1. El extremo Gabri Martínez hizo una incursión individual, superando a Francés, y su chut a placer se marchó fuera, a milímetros del palo izquierdo de un batido Cristian Álvarez.

Empezó el batiburrillo de los cambios a falta de 25 minutos. El Mirandés a su aire, sin pisar casi el área local. El Zaragoza con la entrada de Manu Vallejo y Aguado en un primer doble lote. Un agotado Azón y el desdibujado Moya se fueron a la ducha. El cuadro blanquillo llevaba muchos minutos plano, sin recursos de medio campo hacia arriba. El 0-0 parecía el máximo botín en otra tarde cruzada… A falta de 20 minutos, Lecoeuche cayó redondo al suelo. Cambio obligado por cuestiones físicas en el día de su reincorporación al equipo. Mouriño, acompañado por Mollejo (este en vez de otro que estaba sin pilas hacía largo tiempo, Valera), modificaron la cara del equipo en el último cuarto de hora. Francés se puso en el lateral diestro, eso que no se sabe bien por qué no está sucediendo hace tres semanas desde el inicio .

En los últimos 11 minutos, el Mirandés sí que dio diez pasos adelante en pos de la victoria. Pareció que era muy tarde. Durdov, el zaragozano Álvaro Sanz y los movimientos hacia zonas delanteras de sus laterales y mediocampistas hicieron recular al Zaragoza como no había sucedido hasta entonces. En las filas zaragocistas, detalle importante, Bakis no calentó en ningún momento para salir.

En las postrimerias del partido, una incursión de Grau en el área en el minuto 84 acabó con una caída susceptible de ser penalti por zancadilla. Galech, por supuesto, dio la negativa al asunto. Fue el único desahogo en área rival durante media hora larga de nada en ataque. El Mirandés dominaba cada vez con más veneno. Durdov amagó peligro máximo apenas un minuto antes de que la desgracia trajera el castigo mayor al Real Zaragoza, con el autogol de Jair en el 87 a centro de Pablo Ramón, solo en el lateral del área. De repente, los goles en portal propio se los mete el equipo zaragocista y los remates a los palos son suyos y no del contrincante. Los vientos del fútbol son así de ingobernables. Ahora, ya no viene de cola.

El aumento, de 8 minutos, se alargó hasta más de 10. Con pérdidas de tiempo del Mirandés y con Galech gustándose con trote de caballo jerezano entre la algarada de la grada. Cristian Álvarez subió a rematar un córner y dio el susto al chocar cabeza con cabeza (y puño) con su colega Luis López. Hay quien vio penalti en el topetazo. Los del VAR, que son los que llevan el timón en estos casos, se llamaron andana. Claro. El galimatías fue de órdago a la grande, el líneas generales. Al juez navarro, este tipo de circunstancias le vienen grandes como una saya de Demis Roussos. Se jugó la mitad del tiempo. Todo fueron interrupciones de los visitantes.

Y así se acabó este tercer tropezón serio del Real Zaragoza en dos semanas. Se bajó el ‘souflé’. Ya no hay liderato que sujete alegatos. Tampoco queda tan mal el asunto, pues el equipo aragonés será 2º o 3º, según haga el Espanyol más tarde. Pero el récord de los últimos tres partidos es de un punto sumado de 9 disputados. Y con la cosecha de solo un gol en las porterías de enfrente. Es probable que el entrenador siga oyendo runrunes. Habrá una novedad este lunes: la gente por la calle le dirá ‘míster, no pasa nada, son dos derrotas y un empate, a por otra’. Las pifias han aumentado en unidades. En resumen, cortito y al pie, algo no funciona en el juego del Real Zaragoza. Y es algo muy importante. El amplio cuerpo técnico sabrá detectarlo. Solucionarlo es otra cosa.

El Mirandés asalta La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair a un minuto del final descabalga al Zaragoza del liderato. El equipo de Escribá, sin síntomas de mejoría, jugó toda la segunda parte con diez por rigurosa expulsión de Sergi Enrich.

Al Real Zaragoza se le volvió a atragantar el Mirandés en La Romareda, lo que es casi una costumbre, y sumó una nueva derrota que le descabalga del liderato seis jornadas después. El partido estuvo marcado por la rigurosa expulsión de Sergi Enrich en el descuento de la primera parte, pero lo cierto es que el equipo de Escribá hizo escasísimos méritos frente a un rival serio y firme, que no regaló nada. Toda la ofensiva del Zaragoza fue un cabezazo de Iván Azón al larguero. Su fútbol no mejoró, ni con once ni con diez. Fue plano y fácilmente defendible para un Mirandés que no se confundió y que se benefició de un gol de Jair en propia puerta a un minuto del tiempo reglamentario. La suerte es caprichosa. Te da y te quita.

Lecoeuche, Maikel Mesa y Sergi Enrich, en su primera titularidad, fueron las tres novedades en el once de Escribá, en detrimento del lesionado Fran Gámez, de Bermejo y de Bakis, suplente por primera vez, mientras Lisci varió el sistema, pasando a jugar con tres centrales, e introdujo hasta cuatro cambios: Barbu, Tomeo, Reina y Baeza relevaron a Martón, Álvaro Sanz, Tachi e Ilyas Chaira.

El Zaragoza, responsabilizado y exigido por las circunstancias, pretendió tomar el mando desde el principio, apretando en la presión y estirando sus intenciones, pero su amenaza resultó ciertamente escasa y muy previsible. Tuvo la iniciativa, pero no el control. Otra vez sin producción en sus medios centro y con Maikel Mesa perdido, la sociedad Borge-Valera fue su único argumento ofensivo en la primera parte. Ambos cocinaron una ocasión a los diez minutos que Iván Azón no mandó a la jaula por centímetros. Pero no hubo más. Pareció un primer aviso, pero fue principio y final de su ofensiva frente a la seguridad y el orden de un Mirandés que respondió primero con un cabezazo picado de Gabri y pasada la media hora con un centro pasado de Baeza al que no llegó Carlos Martín.

La primera parte moría sin novedad y sin peligro cuando el Zaragoza se quedó con diez por una rigurosa expulsión de Sergi Enrich en una entrada aparatosa sobre Gabri en el centro del campo. Una tarjeta roja directa que lo cambió todo y que abrió un nuevo escenario para la segunda mitad.

El Zaragoza volvió del descanso enrabietado, dispuesto a compensar su inferioridad con arrojo y decisión, y pudo resolver el encuentro en el minuto 48, cuando un centro de Lecoeuche lo cabeceó Azón a bocajarro al larguero. Fue la mejor ocasión de la tarde, pero ahora al equipo de Escribá ya no le sale todo como en las cinco primeras jornadas. A partir de ahí, el Zaragoza quiso pero no pudo. Lo intentó, pero no le alcanzó, porque fue incapaz de producir más ocasiones claras y porque el Mirandés no hizo una sola concesión.

El partido era de empate, porque Cristian Álvarez no tuvo que intervenir una sola vez, pero a un minuto del tiempo reglamentario Jair, valladar tantas veces del Zaragoza, introdujo en su propia portería un centrochut del lateral Diego Moreno y le dio al Mirandés su primera victoria lejos de Anduva.

 

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CD TERUEL X-X CD TERUEL 

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