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8° Libro 2023 (19 Septiembre - 23 Noviembre)

8° Libro 2023 (19 Septiembre - 23 Noviembre)

 

La Ilíada de Homero no solo marca el comienzo de la literatura griega, sino también el de la cultura occidental tal y como la conocemos. Literalmente, nuestro mundo sería diferente si Homero no hubiera existido.

El genial bardo ciego retrata con maestría la guerra de Troya, las hazañas de los contendientes y las rencillas entre los dioses con una intensidad y una fuerza que todavía conmueven.

La Ilíada simboliza como ninguna otra obra el tránsito de la tradición oral a la escrita, la fusión entre el mito y la historia; en resumen, la creación de un lenguaje narrativo y de una estructura mental que siguen vigentes casi tres milenios después

PARTIDO Nº 749 CHIPRE 1-3 ESPAÑA (16-NOV-2023)

PARTIDO Nº 749 CHIPRE 1-3 ESPAÑA (16-NOV-2023)

 

CHIPRE

Bandera De Chipre Como Redonda Icono Brillante. Botón Con Bandera Chipriota  Ilustraciones svg, vectoriales, clip art vectorizado libre de derechos.  Image 29186395

Partido 749

ESPAÑA

bandera españa circular   

 

1-3
  

 

1-3 | (75’) Pileas

 

Clasificacion Alemania 2024

16 Noviembre 2023

Limassol

Estadio: Limassol Stadium

0-1 | (5’) Lamine Yamal

0-2 | (22’) Oyarzabal

0-3 | (28’) Joselu

FICHA TËCNICA

CHIPRE

Joel Mall, Antreas Karo (Kousoulos, 65’), Hector Kyprianou (D. Spoljaric, 46’), Nicholas Ioannou, Alexander Gogic, Anderson Correia De Barros (Pileas, 46), Ioannis Pittas, Charalampos Kyriakou (Charalampous, 46’), Stelios Andreou, Konstantinos Laifis, Grigoris Kastanos.

Seleccionador: Temur Ketsbaia

ESPAÑA

David Raya, Alejandro Grimaldo, Robin Le Normand (David García, 46’), Pau Torres, Mikel Merino (Aleix García, 46’), Gavi, Joselu, Lamine Yamal (Ferran Torres, 71’), Martin Zubimendi, Mikel Oyarzabal (Rodrigo Riquelme, 40’), Jesús Navas (Carvajal, 65’).

Seleccionador: Luis de la Fuente

Áritro: Mykola Balakin (Ucrania); Mostró tarjeta amarilla a Anderson Correia (17’), a Karo (59’), a Kousoulos (77’) y a D. Spoljaric (87’) del equipo chipriota; Y a Rodrigo Riquelme (82’) del conjunto español.

Árbitros asistentes: Oleksandr Berkut y Dmytro Zaporozhenko (Ucrania)

Cuarto árbitro: Vitaliy Romanov (Ucrania)

VAR: Oleksii Derevinskyi (Ucrania)

Asistente VAR: Kateryna Monzul (Ucrania)

Séptimo partido para España de la fase de clasificación para la Eurocopa 2024

Limassol Stadium (Chipre). 11.000 espectadores en las gradas.

Chipre 1-3 España

23.3 % Posesión 76.7 %
3 remates a puerta 5
1 remates paradas 4
0 remates fuera 5
14 disparos recibidos 4
4 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
9 faltas recibidas 9
10 faltas cometidas 11
107 balones perdidos 104
44 balones recuperados 50
2 fueras de juego 1
1 intervenciones portero 4

España, más cerca del premio

Los goles de Lamine, Oyarzabal y Joselu dan el liderato a España y acercan la condición de cabeza de serie en el sorteo. El de la Real se lesionó. Grimaldo, Riquelme y Aleix García debutan.

Veinticinco años después, la Selección española sonrió en Chipre. Lejos de aquel fiasco clementino, la actual España resolvió por la vía rápida un partido que tuvo premio extra y un peaje. La victoria conduce al liderato y acerca la condición de cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa; la lesión de Oyarzabal, autor de un gol y una asistencia, confirma que el virus FIFA amenaza por mucho antibiótico que compremos. Afortunadamente, el 1-3 y los debuts de Álex Grimaldo, Rodrigo Riquelme y Aleix García alegran con vistas al duelo ante Georgia que cierra el próximo domingo la fase de clasificación.

España solo necesitó cinco minutos para dar con la contraseña con la que abrir la caja fuerte chipriota. Fue en el primer ataque medianamente ordenado, una ofensiva que nació por el centro (Gavi), viró a la izquierda y finalizó en la derecha, donde apareció ese chaval con pisada de cristal pero letal en sus definiciones. Su nombre, Lamine Yamal. El azulgrana recibió el balón, hizo un primer recorte con el que mandó al guardameta Mall a por tabaco y un segundo en el que fue Laifis quien voló sobre el césped. ¿Resultado? Balón en su pierna izquierda, que es la que duele a los rivales, y remate junto al palo para delirio de aquellos españoles que se hacían oír en el Limassol Arena.

Lamine se había ganado el derecho a estar en un once titular que deparaba nueve cambios respecto al que cerró la ventana de octubre con el 0-1 en Noruega. En esta ocasión, el refranero del fútbol quedó hecho trizas. Ya saben, aquel que repiten entrenadores de aquí y de allá, ese que sentencia en cada rueda de prensa que “todos los convocados pueden ser titulares”. En esta ocasión y sin que sirva de precedente, ocurrió. Porque Raya, Grimaldo, Zubimendi, Lamine o Joselu movieron el tablero pese a que España no podía cometer ningún desliz en Chipre. Era netamente superior, sí, pero lo que estaba en juego era sumar los tres puntos y el mayor número de goles para acariciar la condición de cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa.

De la Fuente era valiente, llevaba sangre fresca al once, continuaba con ese castin que no tiene otro propósito que llegar a la Eurocopa del próximo verano con un equipo de garantías. Lamine sumaba su segundo gol con La Roja, algo que, al margen de la muesca personal, confirmaba las variantes ofensivas de esta Selección. Solo Turquía ha visto participar en un gol a más jugadores que España en esta fase de clasificación: 19 a 18.

El 0-1 no alteró la hoja de ruta de Chipre, empeñada en no encajar una derrota dolorosa. Temuri Ketsbaia, discutido especialmente tras el último KO ante Georgia, su país natal, armaba al equipo con cinco atrás y el centro del campo bien junto apenas unos metros por delante. Pero ni siquiera eso sirvió para no encajar más golpes. El segundo llegó en el minuto 23, gol firmado por Oyarzabal tras encontrar por su orilla izquierda el resquicio a la defensa rival. Un tanto con firma txuri-urdin en un once que contaba con hasta cuatro jugadores de esa Real que pisa firme en España y en Europa. Le Normand, Zubimendi y Merino completaban el póquer donostiarra. Joselu marcó el 0-3 poco antes de llegarse a la media hora de juego y eso acabó con la poquita fe que les quedaba a los internacionales chipriotas, que veían cómo su balance goleador en la fase de clasificación se desequilibraba a esas alturas hasta los 28 tantos en contra y solo dos a favor.

¿Qué hacer a partir de entonces, pregunta dirigida tanto a los internacionales españoles como a quien esto escribe? Pues ajustar el sistema y cruzar los dedos para que ningún jugador sufriera ni siquiera un pellizco. También el periodista se une a esa causa... Pero el virus FIFA te adivina el pensamiento. Así que, antes incluso de acabar de escribir esta frase, Oyarzabal sufrió un pinchazo al intentar rematar un pase servido por Joselu. Mano al muslo, cara de “me he roto” y cambio obligado en La Roja. Quien entró por él fue Rodrigo Riquelme, que debutaba y vive días de vino y rosas en la banda izquierda que le ha brindado Simeone.

Y quienes lo hicieron tras el descanso fueron David García (por Le Normand) y Aleix García (por Merino), el tercer debutante en La Roja en el partido, muestra inequívoca de que De la Fuente quería seguir probando y probando. Aleix obtenía de ese modo un premio para él y para todo el Girona, equipo milagro y extraordinario líder de LaLiga EA Sports, del mismo modo que Grimaldo, que había salido de inicio, refrenda el éxito propio y de ese Bayer Leverkusen que es líder de la Bundesliga con Xabi Alonso a los mandos. Tanto Grimaldo como Aleix o Riquelme contribuyeron a mantener la tensión del equipo, del mismo modo que intentaron hacerlo Carvajal o Ferran, pero el caudal de goles se había secado en la primera parte. Brotó entonces para Chipre, que marcó gracias a Pileas, un tanto que requirió del VAR y el posterior OK del árbitro tras estudiar una posible falta de Kastanos a Gavi. El 1-3 valía. Aseguraba una victoria que, unida al 2-2 que a la misma hora firmaba Georgia ante Escocia, daban el liderato a La Roja. El domingo, ante Georgia y con la afición de Valladolid para hacer piña, toca rematar.

España se apunta al sobresaliente (1-3)

Lamine Yamal, ese descarado adolescente que ha derribado la puerta de la élite del fútbol a patadas, fue el primero en presentarse al festín de la selección española. Todavía acostumbrado a los exámenes y los viajes de final de curso, acudió puntual a su cita con el gol y antes del segundo pestañeo ya se había hecho dueño del partido y del marcador. Tras una gran jugada colectiva, el extremo del Barça recogía el balón en el área y tras un par de regates fruto de su talento y una tranquilidad impropia de un chico de 16 años, Yamal ponía el 0-1 en el marcador cuando el partido no había llegado al minuto cinco de juego.

A partir de ahí el guion del encuentro siempre fue el mismo. España inclinó el campo hacia la meta del portero chipriota, que tuvo que ver como los de Luis de la Fuente asediaban su área una y otra vez, por la derecha y por la izquierda, a través de centros laterales y de combinaciones por el centro. En una primera media hora vertiginosa España marcó tres tantos que pudieron ser más.

El 0-2 lo anotó Mikel Oyarzabal tras una revisión del VAR que anuló el fuera de juego que se le había señalado inicialmente y poco después Joselu ponía más tierra de por medio entre ambas selecciones marcando el 0-3 con un gran remate a la salida de un córner. Lejos de dar por bueno el resultado, España mostró hambre e ilusión a partes iguales y siguió buscando más y más goles al tiempo que el Limassol Arena, prácticamente lleno, solamente le quedaba la esperanza de ver un gol de los suyos y disfrutar del juego español. 

El premio a la insistencia lo encontró Chipre en el minuto 75, que marcó su gol y fue festejado por el público local como un triunfo en sí mismo. El tanto de Pileas maquilló un resultado que España pudo ampliar durante la segunda mitad, pero el contador del equipo nacional, sin ninguna urgencia, ya no se movió. Fue un día plácido para una España tan brillante como solvente, que ha sabido combinar modernidad y tradición para ganar en Chipre y acercarse un poco más a ese primer puesto de grupo que tendrá que certificar ante Georgia.

Y, además, por el camino debutaron tres de los cuatro que podían hacerlo. Grimaldo lo hizo desde la titularidad, Riquelme entró por Oyarzabal -que se lesionó antes del descanso- y Aleix Garcia ingresó en el terreno de juego tras la reanudación. Solamente queda por hacerlo el portero de la Real Sociedad, Remiro, quien tal vez pueda tener la oportunidad de estrenarse como internacional el próximo domingo en Valladolid en el último partido del año.

Grimaldo, Aleix García y Rodrigo Riquelme se unen a la lista de debutantes con la Selección Española 

Día de vino y rosas, por tanto, para una España que ilusiona, que emociona y que golea. A falta del duelo ante Georgia del próximo domingo, con los deberes más que hechos, la selección va a cerrar una brillante clasificación para la Eurocopa de Alemania del próximo verano.

Debutantes

Jugador n°847

Alejandro Grimaldo

Jugador n°848

Riquelme

Jugador n°849

Aleix Garcia

COPA DEL REY 2023/24 1ª RONDA (14.11.2023)

COPA DEL REY 2023/24 1ª RONDA (14.11.2023)

COPA DEL REY 2023/24 1ª RONDA (14.11.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3627

Puede ser una imagen de fútbol y texto ATZENETA 2-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Poussin; Juan Sebastián (Mesa, 85), Lluís López, Mouriño, Luna; Toni Moya (Francho, 78), Vaquero (Jaume Grau, 67), Valera, Bermejo; Sergi Enrich (Azón, 67) y Mollejo (Vallejo, 78).

Atzeneta: Ferri; Ballester, Porcar, Giménez, Camps; Carrasco (Adrián, 77), Gorxa (Uclés, 67), Ramírez, Javi García (Gomis, 77); Brandon (Casti, 67) y Encada (Martí, 77).

Goles: 0-1, min. 20: Mollejo. 1-1, min. 23: Yarce. 2-1, min. 69: Uclés.

Árbitro: José Luis Guzmán Mansilla (comité andaluz), asistido en las bandas por Ángel Valverde Martínez y Ángel Munuera Montero. Mostró tarjetas amarillas a Héctor Camps por el Atzeneta y a Vaquero por el Zaragoza.

Incidencias: partido disputado en el campo de El Clariano de Ontinyent correspondiente a la primera eliminatoria de la Copa del Rey

Ridículo del Real Zaragoza ante el Atzeneta en la Copa del Rey: un pueblo de mil habitantes pone contra las cuerdas a Escribá

El equipo aragonés cae contra el conjunto de Tercera valenciana y la situación del entrenador antes del derbi es muy delicada.

Un pueblo de 1.000 habitantes sitúa a Escribá al borde de la destitución. Ridículo histórico del Real Zaragoza en la Copa del Rey ante el Atzeneta, que no hace más que agravar la crisis de resultados que ya arrastraba el equipo y que deja al entrenador en una situación muy comprometida, casi insostenible, a la espera de lo que ocurra el próximo sábado en el derbi aragonés.

Ni siquiera poniéndose pronto por delante en el marcador, por mediación de Mollejo, el Real Zaragoza fue capaz de imponerse a un rival de Tercera . No tuvo autoridad alguna en el partido. Se dejó empatar muy pronto y después fue condenado por un nuevo error calamitoso de Poussin. Esta vez, de consecuencias incalculables. Porque, por más que él siga sintiéndose respaldado por la cúpula del club, está por ver qué ocurre con Escribá en los próximos días.

Lo que sí es evidente es que el Zaragoza ha perdido el dominio de las áreas y sigue sin tener un plan claro de juego. Este martes, otra vez le costó un mundo conectarse al partido. A pesar de una ocasión clarísima malgastada por Valera (minuto 5) y de un penalti no señalado a Sergio Bermejo (minuto 10), los aragoneses tardaron en hacerse con el control real del balón. Tanto, que el primer cuarto de hora fue local. De un Atzeneta bien posicionado y con las ideas claras, que, de entrada, ni mucho menos acusó los nervios de una noche histórica para ellos y su gente.

Los valencianos otorgaban metros a Lluís López y Mouriño en la salida de balón desde atrás; incluso dejaban crear con cierta libertad a Toni Moya; pero después se arropaban y cerraban los pasillos interiores.

Por allí, precisamente, se coló Víctor Mollejo para firmar el 0-1 en la primera jugada en la que la calidad del ataque zaragocista salió a relucir. En una rápida combinación entre Valera y Bermejo que terminó aprovechando el versátil delantero manchego.

Era el minuto 20 del encuentro y, lejos de ganar autoridad con su ventaja, el cuadro de Escribá se dejó empatar solo dos minutos después. Error de cálculo de Llúis López en un centro desde la izquierda de Encada, y ahí estaba Brando con la caña preparada para tocar lo justo el balón y que entrara llorando ante la impotencia de Poussin, que se fue pronto al suelo y luego tardó en reaccionar.

Ese 1-1 inminente fue un golpe seco. Como el disparo que en la siguiente jugada, con el Zaragoza descolocado tras perder la posesión en el saque de centro, sacó Gorxa desde el vértice del área. Un lanzamiento con toda la intención que se estrelló en el palo derecho y salió rozando el contrario, mientras El Clariano cantaba el segundo.

Susto gordo e injustificable. Un rival tan inferior no te puede sorprender de esa manera. Las tres saltos de categoría se deben apreciar ahí. En el mando. En la autoridad que al Zaragoza le faltó para conservar su ventaja, y también después, hacia el descanso, para volver a conseguirla.

Antes de enfilar hacia vestuarios, solo Mouriño, con un remate de cabeza fácil para Ferri (minuto 35), y Valera, con un zurdazo que esta vez sí hizo intervenir con mérito al guardameta (37), llevaron peligro al marco contrario. Todo lo demás fue un quiero y no puedo.

Y en esa misma tónica transcurrió el inicio de la segunda mitad, hasta que, recién cumplido el 60, Juan Sebastián cabalgó por la izquierda, recortó al pisar área, e hizo valer el hecho de jugar a pierna cambiada con un chut de interior que se fue el larguero.

A partir de ahí, el Zaragoza mejoró algo. Ganó metros. Verticalidad hacia la portería en la que, curiosamente, se ubicaron tras el intermedio los zaragocistas desplazados a Onteniente. Una veintena de seguidores que cambiaron la tribuna por ese fondo para reclamar otra actitud a los suyos.

Pero ni por esas. Apenas un par de ocasiones de Mollejo, una a centro de Valera y otra a pase de Bermejo, antes de que Poussin, otra vez Poussin, propiciara el desastre en una acción inexplicable. Impropia hasta -con todos los respetos- de un portero de Tercera como el que este martes tenía enfrente.

Se acababa de cumplir el 70 cuando el francés falló al golpear la pelota y Uclés, que acababa de entrar en el campo para sustituir a Brandon, se la robó y marcó a placer. Desastre completo. O no. Falta la recta final del partido. Un tramo en el que el que ni siquiera los múltiples cambios favorecieron la reacción zaragocista.

Un equipo de pueblo estaba pasando por encima del club de la quinta ciudad de España. Azón, Mouriño y Francho tuvieron ocasiones claras, clarísimas, en los minutos culminantes, pero no hubo forma. Ridículo sin paliativos de unos jugadores que al finalizar el partido fueron a pedir perdón a esos seguidores que habían recorrido 400 kilómetros un martes para verles perder de manera indecorosa.

Noche –y madrugada– triste para todos de regreso a Zaragoza. Mucho en lo que pensar y pocos argumentos futbolísticos a los que agarrarse. Porque aquello de ganar o perder por detalles no sirve ante un Tercera. En otras circunstancias, el fallo de Poussin quedaría (casi) en anécdota.

 

Atzeneta 2-1 Real Zaragoza

% Posesión  %
 remates dentro 
 disparos bloqueados 
 remates fuera 
 disparos recibidos 
 tarjetas amarillas 
 tarjetas rojas 
 faltas recibidas 
 faltas cometidas 
 perdidas de posesion 
 recuperaciones de posesion 
 fueras de juego

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº15 (11.11.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº15 (11.11.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº15 (11.11.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3626

ELCHE 2-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

1-0, min. 61: Morente

2-0, min. 64: O. Plano

Ficha técnica

Elche: San Román, Josan, Mario Gaspar, Diego González, Clerc; Febas (Javier Pamies, 92), Raúl Guti (C. Salvador, 71), Morente (Lautaro Blanco, 83), Nico (Borja Garcés, 82); Mourad y O. Plano (Rodrigo Mendoza, 71).

Real Zaragoza: Rebollo, Borge, Francés, Jair, Lecoeuche; Grau, Francho (Toni Moya, 77), Maikel Mesa (Sergi Enrich, 68), Valera (Sergio Bermejo, 68), Vallejo (Marcos Cuenca, 87); y Azón.

Goles: 1-0, min. 61: Morente. 2-0, min. 64: O. Plano.

Árbitro: Adrián Cordero Vega. Mostró amarillas a Lecoeuche (21’), Nico (55’), Morente (67’), Mourad (75’), Vallejo (76’), L. Blanco (86’).

Incidencias: 15681 presenciaron el partido en el Martínez Valero de Elche, en una tarde agradable con 24 grados y brisa. El césped del estadio presentó un estado inmejorable para un partido en el que se guardó un minuto de silencio por la muerte de Raphael Dwamena. Además, el Real Zaragoza lució brazalete negro.

Elche 2-0 Real Zaragoza

51.1 % Posesión 48.9 %
4 remates dentro 3
1 disparos bloqueados 2
8 remates fuera 3
8 disparos recibidos 13
4 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
12 faltas recibidas 17
18 faltas cometidas 12
122 perdidas de posesion 127
51 recuperaciones de posesion 41
2 fueras de juego 0
xxxxxx

El Real Zaragoza se hunde en Elche y Escribá queda muy tocado

El equipo aragonés cae por 2-0 tras una segunda mitad en la que el cuadro alicantino le pasó por encima, con goles de Morente y Óscar Plano. El técnico queda en situación delicada. 

Era el día de Escribá. Un partido que, contra natura, lo señalaba como el gran protagonista y del que sale muy tocado. Por la derrota encajada en Elche (2-0), que hunde al Real Zaragoza en la clasificación tras haber sumado solo siete puntos de los últimos 30 posibles, y por la imagen dada ante los aficionados desplazados al Martínez Valero, que pidieron la "dimisión" del técnico al término del encuentro.

En su regreso al escenario que lo hizo entrenador (un ascenso y tres permanencias lo avalan), Escribá fue incapaz de reconducir una situación que, tras este nuevo varapalo, se hace todavía más delicada. Casi insostenible, teniendo en cuenta las estrecheces futbolísticas demostradas en la segunda mitad de un choque que se había iniciado sobre las directrices que le gustan al técnico valenciano.

Escribá fue más Escribá que nunca. Jugó a controlar a su rival.  Arriesgando lo mínimo. Presentando un once titular lógico y continuista -considerando las bajas-, en el que Francho Serrano recuperó la titularidad dos meses después en detrimento del lesionado Marc Aguado; Manu Vallejo entró por Mollejo (sancionado); y el Zaragoza formó con un 4-5-1 en el que Maikel Mesa ejerció de enlace de Iván Azón.

Precisamente, Mesa dispuso de la primera ocasión clara del encuentro cuando el espectáculo estaba más cerca de lo visto la pasada semana pasada ante el Real Oviedo que de lo que, por desgracia, acabaría siendo. 

Esa jugada vino por la derecha, tras una internada de Valera en la que superó en carrera a Clerc y puso un centro raso hacia la frontal que, tras una doble dejada (Azón y Vallejo), llegó a la bota del canario para que conectara un chut de empeine-interior que salió cerca de la escuadra.

Aviso serio de un Real Zaragoza que, durante el cuarto de hora inicial, se había protegido cómodamente del dominio local. Y lo siguió haciendo después, afianzado sobre un sistema compacto defensivamente, de líneas muy juntas, que mutaba al lanzar los ataques.

En posicional, Borge y Lecoeuche ganaban profundidad en los laterales, mientras Francho o Jaume Grau se convertían en un central más al sacar el balón jugado. En las contras, los extremos eran los principales activos de un Zaragoza que trataba de ser lo más vertical posible.

Y así fueron transcurriendo los minutos, con los aragoneses esperando un fallo rival y el Elche jugando a un ritmo bajo, casi flemático, que apenas inquietaba la meta de Rebollo. De un portero que, en plena crisis, se ha hecho definitivamente con la titularidad en liga y este sábado nada pudo hacer por evitar la derrota. 

Su inicio fue plácido. De hecho, hasta el minuto 32 no tuvo que intervenir. Fue con un disparo lejano de Nico. Sin riesgo. Como el resto de acercamientos que, con excepción de un tiro elevado de Tete Morente desde el mismo vértice del área pequeña, se dieron antes de llegar a un tiempo de descanso de consecuencias fatales para el Zaragoza. 

Tras el paso por vestuarios, el Elche le imprimió otra velocidad al partido. Empezó a exigir a la defensa zaragocista con continuos centros laterales. Con balones colgados que, a pesar de ser repelidos por la pareja Francés-Jair, fueron encerrando progresivamente a los de Escribá.

Al Zaragoza le entró el canguelo y el Elche lo castigó con dos zarpazos consecutivos. El primero (minuto 61), obra de Tete Morente tras un gran centro de Josan que vino precedido de una posible falta a Borge en el arranque de la jugada. El segundo, seguidamente (63), con una vistosa combinación colectiva que culminó Óscar Plano con un zurdazo.

¡Pim! ¡Pam! Adiós al partido… A Escribá se le había caído el planteamiento. El equipo estaba ‘groggy’. Y apenas pudo asomar en campo contrario con dos faltas aisladas y un tiro de Francho desde 25 metros, antes de que Bermejo malgastara la única acción de verdadero peligro, un disparo desde el punto de penalti que repelió San Román- en el minuto 73.

A partir de ahí, el Zaragoza fue un bloqueo constante, sin soluciones futbolísticas. Sin ideas ni profundidad, más allá de un final que contuvo un puñado de centros laterales que no encontraron rematador.

Ni siquiera hubo un arreón de orgullo. Las últimas ocasiones -otra de Bermejo, una de Borge- fueron una sucesión de impotencia. Sin alma. Sin el arrojo que reclamaban -y merecían- los seguidores que recorrieron 500 kilómetros para ver esta nueva derrota que deja muy señalado a Escribá. 

Antes de la Copa, la plantilla va a desarrollar un mini ’stage’ en Alicante, entrenando en la Ciudad Deportiva del Hércules, y la semana concluirá con un derbi aragonés decisivo para el futuro del preparador. 

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº14 (6.11.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº14 (6.11.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº14 (6.11.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3625

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-0 REAL OVIEDONoche de vértigo sin goles

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Rebollo; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche; Aguado (Francho, 64), Maikel Mesa (Sergi Enrich, 64), Grau; Valera (Bermejo, 84), Mollejo (Manu Vallejo, 64); y Azón.

Real Oviedo: Leo Román; Luengo (Lucas, 46), Costas, Dani Calvo, Bretones; Cazorla (Camarasa, 63), Colombatto; Viti, Seoane (Paulino, 75), Moyano (Masca, 82); y Borja Bastón (Alemao, 63).

Árbitro: Moreno Aragón (Comité Madrileño). Amonestó a Costas (9) y Mollejo (59).

Goles: No hubo.

Incidencias: Noche de día laboral, fría con apenas 10 grados al inicio del partido (21.00). El césped de La Romareda presentó un buen aspecto visual pero demasiado inestable. Obviamente, la presencia de aficionados en las gradas se vio ostensiblemente mermada por la ubicación de La Liga de este partido en un nuevo lunes, solo acudieron alrededor de 19.500 espectadores.

Real Zaragoza 0-0 Real Oviedo

52.5 % Posesión 47.5 %
5 remates dentro 2
5 disparos bloqueados 4
9 remates fuera 7
13 disparos recibidos 19
1 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 15
17 faltas cometidas 13
148 perdidas de posesion 142
60 recuperaciones de posesion 50
1 fueras de juego 3
xxxxxx

Fran Escribá no saca de la crisis al Real Zaragoza, que sigue sin ganar y solo empató 0-0 con el Oviedo

En un mal partido de fútbol, espeso y lento durante 80 minutos que solo se aceleró al final, los aragoneses aumentaron su récord negativo a un balance de 7 puntos sumados de los últimos 27 disputados. El equipo no da muestras de reactivación y sigue con su formato plano.

Fran Escribá no saca al Real Zaragoza de su crisis de solvencia. El 0-0 con el que acabó el partido de la jornada 14 en La Romareda ante el rocoso Real Oviedo prolonga su mala racha de resultados y los problemas crecen. Son solo 7 puntos sumados de los últimos 27 disputados, en las últimas 9 jornadas.

Espesura, lentitud de movimientos y poco diente tuvo el fútbol de los dos equipos en la primera parte. Algo menos acentuado en el cuadro zaragocista, que por aquello de la obligación de jugar como local y por las urgencias de Escribá y el equipo tras los dos meses de colapso casi total en solvencia, debió tirar siempre del carro del guion del partido. Los ovetenses, por su parte, siempre se vieron cómodos arropados atrás, jugando en la zona inerte de su defensa, con infinitos pases a su portero y nulas ganas de profundizar mientras el 0-0 estuviera en el marcador. Por momentos, muchos, fueron dos equipos gemelos en esas trazas. A eso ha jugado en infinidad de ratos el Real Zaragoza en lo que va de liga, como bien se sabe y se padece.

En ese escenario general, la intensidad un grado superior de los blanquillos provocó que llegasen hasta cinco veces en los primeros 45 minutos al área de Leo Román con peligro, por solo una de los asturianos. Eso sí, la del Oviedo fue, además de ser calificada de traca por el error de Rebollo en un regate fuera de lugar, la más clara y polémica. Ocurrió en el minuto 28, cuando Viti acosó al portero zaragocista, que se estrenaba este año en La Romareda, le arrebató la pelota en el lujo de ‘dribling’ que el guardameta intentó hacerle en el área chica y, a puerta vacía, con escaso ángulo, remató raso al poste más lejano. El rechace le cayó a Borja Bastón, a contrapié, y en la búsqueda del segundo remate sin portero bajo palos, Francés forcejeó con él y le impidió el remate. Los astures pidieron penalti. El árbitro no lo vio y el VAR tampoco.

Para entonces el Real Zaragoza había desperdiciado cuatro aproximaciones con marchamo de gol. La primera, nada más empezar, en un precipitado cabezazo en plancha de Mollejo en el minuto 3 a centro de Borge que paró Román. El extremo local pudo haber parado el balón y recrearse, pues estaba solo en el segundo palo. La siguiente opción para el 1-0 la estropeó Francés, solo, a bocajarro, a la salida de una falta lateral que tuvo como mediación una dejada sin querer de Azón. El remate del central zaragocista se marchó altísimo, mal golpeado a placer en el minuto 14. Después, en el 20, Azón culminó flojo, deficientemente, un pase de Maikel Mesa en una contra rápida, rematando a las manos del portero. Se equivocaron los dos protagonistas, pues Valera entraba solo a su derecha y asistirlo hubiese sido, seguramente, garantía de éxito. No lo vieron. No está acostumbrado el Real Zaragoza de Escribá a este tipo de ataques corales. Los practica poco y, claro, suele errarlos cuando surgen. Y justo antes de la pifia gruesa de Rebollo y el casi gol ovetense, de nuevo Azón erró un cabezazo franco a centro del activo Lecoeuche, rematando mal, fuera, en el 27.

Le sigue faltando puntería a este Zaragoza rácano en la producción de jugadas ligadas de tres cuartos de campo en adelante. Pasa demasiados espacios de tiempo en fase de letargo, de verlas venir y, cuando suelta sus ramalazos de vez en cuando, no hay nadie habitualmente que aporte lucidez en los momentos de la verdad. Así, jornada a jornada. Sobre todo en casa. El 0-0 inicial no le molestaba demasiado ni a unos ni a otros. Están programados para esto.

Desde el susto provocado por Rebollo, que dejó patente el problema que es la portería para el actual Zaragoza cuando no está Cristian Álvarez hasta que algún aspirante se asiente con fuerza, solo cupo anotar un disparo fallido de Valera tras un córner rechazado por la zaga al borde del área en minuto 35. Lo más destacado del equipo de Escribá en este arrugado primer periodo fueron los fogonazos de Lecoecuche por la izquierda y los del citado Valera por la derecha, siempre culminados sin buenos pases o, en última instancia, con malos remates en destino. El resto de las cosas, en la más absoluta planicie. El juego es monótono, no sufre modificaciones según avanzan las jornadas. Viene a decir el técnico que “esto es lo que hay”. O sea, lentejas...

Tras el descanso, el Zaragoza salió con la clásica efervescencia de cada inicio de parte. Botó un córner en el primer minuto que Mollejo estuvo cerca de embocar en el 1-0 a la media vuelta, pero su derechazo rozó el palo izquierdo por fuera. Enseguida replicó el Oviedo, en el 50, con un cabezazo del exzaragocista Borja Bastón que se fue fuera del marco a escasos centímetros del poste izquierdo de un batido Rebollo. Se pitó fuera de juego, pero era más que dudoso. Menos mal que no entró, si no, el VAR hubiera tenido que entrar y quién sabe cuál hubiera sido su veredicto.

El juego entró en un ir y venir, algo diferente a lo visto antes del intermedio. Es ese botón que se toca en los banquillos para alborotar de alguna manera los ritmos de las primeras partes conservadoras y miedosas. Valera remató mal en el 54 una contra iniciada en superioridad por los zaragocistas que, como otras veces ya vistas, no supieron combinar bien en su conclusión. Se le cruzó Bretones ‘in extremis’ y evitó que el balón fuese a puerta. En la otra dirección de nuevo, fue Colombatto el que acabó de puntera una falta sacada desde el lateral por el laureado Cazorla en el 58, fuera del marco por un metro. La moneda estaba dando vueltas sin parar y podía caer de cualquier lado… o seguir girando hasta pasadas las 11 de la noche con el empate inicial. Lo de marcar goles no parecía tarea sencilla para ninguno de los presentes en el césped.

Pasada la hora de juego se abrió la veda de las sustituciones. Como manda el ‘big data’. El Oviedo hizo dos cambios y metió a Alemao en punta y a Camarasa en la creación. Y Escribá apostó por un inusual triple cambio: Enrich, Vallejo y el reaparecido Francho ocuparon las plazas de Mesa, el tarjeteado Mollejo y Aguado. Jugó con el efecto de los ex el técnico zaragocista, pues Enrich y Manu Vallejo fueron los dos delanteros ovetenses en la segunda vuelta de la liga pasada. En ese barullo de varios minutos hasta que todo se recolocó, el Oviedo fue el que gozó de la mejor opción para marcar, al cabecear Seoane desde muy cerca un córner cerrado, fuera por medio metro en el 66.

Entretanto, Rebollo, que no se repuso nunca del marro grave de la primera parte (que no penalizó con gol en esta ocasión, afortunadamente), demostró ser un mar de nervios cada vez que jugaba con los pies. El runrún de La Romareda sonó con buenos decibelios. Inevitable. Consustancial. En el 71, Viti perdonó con claridad el 0-1, tras irse solo a la espalda de los centrales zaragocistas. Su chut se marchó por encima del larguero, para alivio general del zaragocismo. Se había entrado ya en el tramo donde suele morir el cuadro de Escribá en esta última racha negativa.

Uno de los refrescos, Vallejo, pudo abrir el marcador tras un doble quiebro en el área carbayona en el minuto 74 que acabó con un latigazo seco raso que echó a córner en un paradón Román. Se soñaba con que, por una vez, los salidos desde el banquillo cambiasen las cosas para bien. No es lo habitual. El siguiente que rozó el 1-0 fue Sergi Enrich, por dos veces en el minuto 78. A pase de Borge, primero se le interpuso el portero y, en el rechace, su cabezazo los salvó bajo palos, en la raya de gol, el central Dani Calvo. Son ocasiones de esas que no se pueden fallar en partidos tan trabados.

El Oviedo no se achantó ante este ‘arreón’ zaragocista. Otro de sus relevos, Paulino, forzó a Rebollo a echar a córner con apuros un balón lanzado desde fuera del área que iba dentro en el minuto 84. El partido acabó siendo un correcalles. Es el efecto incontrolable del carrusel de cambios del neofútbol. Diez hombres nuevos en media hora ejercen un efecto de alboroto impredecible.

En el 88 La Romareda estalló con un gol de cabeza de Francés, peinando una falta lateral sobre el área. Pero era fuera de juego evidente. El VAR, esta vez, iba a rectificar al árbitro y al linier. Observar la algarabía de la afición a la vez que las imágenes repetidas de la televisión causó una pena muy honda a quienes teníamos los monitores a mano. Hubiese sido un final feliz por primera vez en la temporada, saboreando con dulzor lo que tantas veces se ha sufrido recientemente con amargura. Pero Francés estaba adelantado. El partido, con 5 minutos de aumento, acabó en el área ovetense. Pero con mucha precipitación y sin clarividencia de ningún zaragocista. Querer hacer en 15 minutos lo que no se ha forzado a conseguir en 80 es muy difícil. Y todo acabó como empezó.

Escribá sigue siendo incapaz de sacar al Real Zaragoza de su crisis y vive de las rentas de cinco tiros a la diana perfectos entre agosto y la primera quincena de septiembre. El récord es de 7 puntos sumados de los últimos 27 jugados. No hacen falta más explicaciones ni valoraciones.

Noche de vértigo sin goles

Mejoró el Real Zaragoza, pero se estrelló ante Leo Román y continúa sin ganar en La Romareda y sin enderezar su situación, mientras el Oviedo alarga una jornada más su racha positiva.

Partido vibrante en La Romareda, con un toma y daca constante en la segunda parte, jugada a un ritmo frenético y con ocasiones en las dos porterías, pero que se saldó con un empate final sin goles que deja las cosas como estaban en la clasificación. Mejoró el Zaragoza, pero continúa sin ganar en La Romareda y no acaba de enderezar su situación -tres derrotas y dos empates en sus últimos cinco encuentros como local y ya siete puntos de los últimos 27-, mientras el Oviedo, con un Leo Román en noche excelente, alarga una jornada más su racha positiva y ya son siete sin conocer la derrota.

Escribá presentó una única novedad en su alineación, dando entrada a Maikel Mesa por el lesionado Bakis, quizá un cambio que tenía decidido de antemano, y volvió a ordenar a su equipo en 4-3-3. Por su parte, Luis Carrión repitió once, con el argentino Colombatto y el veterano Santi Cazorla en la sala de máquinas.

Después de tres derrotas consecutivas en La Romareda, el Zaragoza, apretado por la necesidad, salió al partido con la decisión del que sólo le vale ganar y dio muy pronto un primer aviso con un cabezazo en plancha de Mollejo, pero el Oviedo no vino a esperar o a contemplar y entró de lleno en la discusión por la pelota.

En un terreno de juego en deficiente estado, la batalla principal se estableció en el juego interior, donde los dos equipos pusieron el acento y el tráfico y prácticamente se contrarrestaron. Aún así el Zaragoza tuvo una ocasión inmejorable en las botas de Francés, tras un rebote en una falta lateral sacada por Lecoeuche, y otra no menos clara en un testarazo de Iván Azón que se marchó fuera con todo a su favor. Pero el que estuvo más cerca de marcar fue el Oviedo. Justo antes de la media hora, Rebollo se durmió ante el acoso de Seoane y el remate del mediapunta ovetense se paseó por la línea de gol antes de estrellarse en un poste. En la acción posterior, Borja Bastón reclamó penalti por agarrón de Francés, pero ni el árbitro ni el VAR lo consideraron merecedor del máximo castigo.

El inicio de la segunda parte, como el de la primera, volvió a tener como protagonista a Mollejo, que mandó rozando el poste un balón enredado en el área, después de un córner lanzado por Lecoeuche, cuya zurda fue el mayor generador de peligro del Zaragoza. A partir de ahí, como por un resorte, el partido se desató en un ida y vuelta constante, con amenaza para las dos porterías, aunque con un Oviedo más decidido y vertical, especialmente tras el doble cambio de Camarasa y Alemao por Cazorla, aplaudido en su vuelta a La Romareda doce años después, y Borja Bastón, despedido con silbidos.

Escribá respondió de inmediato a la maniobra del Oviedo con una triple sustitución que trajo, además, consigo una modificación táctica: entraron Francho, Manu Vallejo y Sergi Enrich, se marcharon Marc Aguado, Mollejo y Maikel Mesa y el Zaragoza pasó a una disposición en 4-4-2 en línea, la preferida de su entrenador, que le mejoró notablemente y le permitió encadenar ocasiones.

En el cuarto de hora final los dos equipos se fueron decididamente a por la victoria. Primero perdonó Sebas Moyano, después tuvo la victoria en sus botas Manu Vallejo con una maniobra extraordinaria que le acabó negando el portero, más tarde Dani Calvo salvó en la raya un remate de Sergi Enrich y Leo Román, un seguro de vida en la portería del Oviedo, salvó a su equipo en un centro envenenado de Lecoeuche.

A dos minutos del final, Azón mandó a la jaula una falta que había peinado Francés en orsay, pero el VAR corrigió la decisión el árbitro, que dio gol en primera instancia, y anuló el gol por fuera de juego.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº13 (30.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº13 (30.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº13 (30.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3624

Real Zaragoza SAD REAL BURGOS 1-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 38: Mollejo.

1-1, min 94: Matos.

Ficha técnica

Burgos: Caro; Navarro, Córdoba, Grego Sierra, Matos; Mumo (Fer Niño, 53), Appin (Elgezabal 68), Atienza (Andy Rodríguez, 73); Dani Ojeda (Ander Martín, 73), Curro Sánchez; Edu Espiau (Álex Sancris, 66).

Real Zaragoza: Rebollo; Borge, Francés, Jair Amador, Lecoeuche; Marc Aguado (Lluis López, 88), Grau; Valera (Sergio Bermejo, 76), Mollejo (Manu Vallejo, 66); Bakis (Vaquero, 66) y Azón (Sergi Enrich, 76).

Goles: 0-1, min. 38: Mollejo. 1-1, min 94: Matos.

Árbitro: Milla Alvendiz (Comité de Andalucia). Mostró amarillas a Sinan Bakis (25’), Mollejo (45’), Matos (80), Navarro (90).

Incidencias: Partido de la décimotercera jornada jornada de liga jugado en El Plantío, ante 8.532 espectadores, unos 200 de ellos del Real Zaragoza. El césped presentó un excepcional estado, rápido y mojado, después de las lluvias caídas durante el día. El Zaragoza lució su uniforme rojo, actualizado esta temporada con pantalón blanco y medias negras.

Real Burgos 1-1 Real Zaragoza

59 % Posesión 41 %
2  remates dentro 5
6 disparos bloqueados 2
3 remates fuera 1
8 disparos recibidos 11
2 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 15
17 faltas cometidas 16
158 perdidas de posesión 147
61 recuperaciones de posesión 60
5 fueras de juego 0

 El Real Zaragoza se atraganta en Burgos en otro descuento maldito

El equipo aragonés es incapaz de defender un día más una ventaja y el Burgos le empata en el 94 un gol de Mollejo que pareció el ganador (1-1). Los de Escribá solo han vencido uno de sus últimos ocho encuentros.

No hay modo de que el Real Zaragoza proteja una ventaja. Ni siquiera cuando pone todos sus esfuerzos en ello, cuando se van acumulando hombres defensivos y se van retrocediendo pasos a cada minuto que pasa. El Burgos se cobró el premio en el minuto 94, un nuevo descuento que se le atraganta a los de Escribá. La bocina está maldita.

 El empate puso cierto equilibrio en los méritos de un duelo muy físico y arenoso, pero dolió porque el Zaragoza más sacrificado, calculador y defensivo del año, como el que se vio en la segunda mitad en El Plantío, no pudo redondear un partido que Mollejo le puso sobre ruedas y en el que el equipo volvió a sus orígenes. Fue el Zaragoza de Escribá en su más pura esencia. El Zaragoza más práctico, controlador, ordenado, cauteloso y eficaz en las áreas. Al final le falló imponerse en la suya en la última jugada del duelo porque, de alguna manera, el Burgos, un conjunto de gimnasio, de tipos grandes, fuertes, altos y atléticos, le exigió por encima de sus posibilidades. El punto, en todo caso, no soluciona casi nada: el Zaragoza solo ha ganado un partido de los últimos ocho y el fútbol, poco a poco, va arrinconando a Escribá.

El técnico le dio una sacudida de órdago a la alineación. Borró del mapa a Poussin, rescató a Bakis y mandó al limbo el 4-3-3. Quién sabe si por férrea convicción o por la ausencia de Maikel Mesa, pero Escribá retomó su formación base, aquella que más le estimula y para la que se confeccionó la plantilla, en cuanto las circunstancias se le pusieron favorables para ello. También regresó Francés y entró en el once Víctor Mollejo, formando así el Zaragoza un 4-4-2 de fisonomía muy ofensiva, prácticamente con cuatro delanteros, entre puntas y extremos, y con Marc Aguado y Jaume Grau como cuota única para el centro del campo.

Pero el volantazo más profundo se lo dio Escribá a la portería, eligiendo a Dani Rebollo sobre Poussin. El francés, fichado por Juan Carlos Cordero este año como apuesta para relevar y desafiar al totémico Cristian Álvarez, ha durado dos telediarios. El hierro de Escribá lo deja marcado y sellado después de sus infaustos antecedentes y después, también, de que lo sacara en La Romareda, estadio que le comprendió, le dio tregua y le dedicó una ovación contra el Eibar.

Así las cosas, con este aperitivo caliente, el Zaragoza saltó a El Plantío. El pulso, en sus primeros instantes, fue parejo, muy igualado. Los de Escribá, con su reforma táctica, volvieron, en cierto modo, a los principios fundamentales de su entrenador. A su idea madre de la temporada: precaución, control, reducción de riesgos, pragmatismo y eficiencia en las dos áreas. Este discurso le llevó a tener dominada la situación ante un Burgos con las vías taponadas y sus dos versos libres, Curro y Dani Ojeda, bien sujetos. El Zaragoza, de nuevo, comenzó a acostar el juego en sus centrales. La idea era evitarse cualquier pérdida interior, donde el Burgos más tráfico acumulaba, especialmente, con la entrada de Appin, un tercer centrocampistas. Fue la gran novedad de Bolo en la alineación, en la que prescindió de su mediapunta.

El Zaragoza jugaba sin prisas, paciente, con cautela, inclinando sus ataques hacia los costados. El equipo aragonés, fruto de su sobrecarga de delanteros, se hacía muy largo para atacar: el golpeo desde los centrales era su vía de suministro principal, mientras el doble pivote, en lugar de ser una zona de creación y gestión, se convertía en una zona de paso, enfocada a mantener la posición, la firmeza táctica y la disciplina del trabajo. De ahí la apuesta por Grau y Aguado, un doble pivote de zurdos, demasiado vigilantes y rígidos, lo que hacía que el Zaragoza fuera, en esencia, un 4-2-4.

Escribá, ante el dinamismo interior del Burgos y la proyección de sus laterales, Navarro por la derecha y Matos por la izquierda, procuró que su equipo se lanzara por esos espacios. Al Zaragoza le costaba conectar con Azón y Bakis, muy desabastecidos, y todo quedaba prácticamente a que Valera y Mollejo se jugaran unos contra uno. Fue sintomático del posicionamiento del equipo que Valera casi regateara más en campo propio que contrario, fruto, en parte, de su sacrificio defensivo ante un rival que empujaba los laterales muy arriba. Tanto él como Mollejo se dejaron la piel y los pulmones toda la noche. Con el partido muy bloqueado, sin apenas nada que llevarse al estómago, el Zaragoza estaba cómodo. Appin en un balón que repelió Rebollo y un pase de la muerte de Curro al que no llegó Córdoba por un pelo habían sido las intentonas locales, cuando Mollejo avisó con un cabezazo en plancha a servicio de Valera al que Caro le puso los guantes.

El partido era el clásico de Segunda, áspero, frío y tormentoso, con el gobierno repartido, hasta que al Zaragoza le salió lo que estaba buscando. Pilló al Burgos desplegado, volcó el juego a la izquierda y allí apareció el tacón travieso de Mollejo para despejarle la llanura de una contra a Lecoeuche. El lateral francés tiene un pie izquierdo en buena hora, y metió un buen centro al que no llegó Bakis. La pelota quedó muerta y Azón la cazó y la puso camino de gol… pero Atienza se puso en el medio. Con medio Burgos colgado del larguero, apareció Mollejo para finalizar lo que había empezado con un zurdazo que fue al único sitio por el que cabía la pelota. Gol.

El manchego es un volcán de energía y agitación que, en partidos así, donde todo está medido, calculado y teorizado, resuelve muchas cosas. Volvía así el Zaragoza eficaz y resolutivo que tanto define la propuesta de Escribá: con poco, sacó mucho.

El partido se fue el descanso sin mucho más. Los aragoneses habían marcado en el momento justo. Tras el paso por los vestuarios, casi sin salir aún de ellos, Bakis mandó un cabezazo a la madera. No tiene fortuna el turco, de innegable actitud y dedicación. Fue lo primero que sucedió en una segunda mitad en la que el Zaragoza se tuvo que meter en la mina, con un pico y un cándil. Bolo retiró a uno de sus pivotes, a Mumo, y metió un delantero centro, Fer Niño. Dani Ojeda avisó con un centro cerrado que salió por línea de fondo, a lo que el Zaragoza contestó con un disparo de Bakis que paró Caro. Mollejo la bajó del cielo y el germanoturco sacudió una descarga que sonó como una estampida pero que no cogió rumbo de gol.

Escribá refrescó al Zaragoza con Vaquero, que debutaba así con el primer equipo, y con Manu Vallejo. Se fueron Mollejo y Bakis, sin el premio del gol, pero con el reconocimiento de los zaragocistas de la grada. Los cambios le dieron al Zaragoza forma de 4-3-3 con ánimos defensivos. El Burgos lo intentaba, manejaba la pelota, pero el equipo aragonés mantenía el orden y la compostura. No sufría grandes tensiones. El partido se espesó, y el Zaragoza lo condujo a su terreno. Paradas de tiempo, discontinuidad… era el fútbol que tocaba, al tiempo que Bermejo y Enrich salían a escena. El Burgos agotó naves con Sancrís, Elgezabal y Andy. Rearmado con un trivote, el Zaragoza se protegía y se defendía en el balón parado con uñas y dientes y con un Alejandro Francés colosal. Grego a la media vuelta probó a Rebollo mientras a Sergio Bermejo le taponaron un buen disparo.

Para el asedio final del Burgos, volcado y furioso, Escribá preparó el cambio de Lluis López -no Mouriño, opción más física como reclamaban las características del rival- por Marc Aguado. Había que defender el área y el Zaragoza reunió cinco defensas: 5-4-1 para el momento de la verdad y de la resistencia. Pero no. De nuevo, todo saltó por los aires. Matos cazó una segunda jugada de un saque de banda y tiró abajo una nueva victoria del Zaragoza cuando el partido ya se iba más allá del 90. Fue el castigo al exceso de cálculo.

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (22.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (22.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº12 (21.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3623

 REAL ZARAGOZA 2-3 EIBAR

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, 70); Borge, Lluís López, Jair, Lecoeuche; Aguado (Moya, 75), Maikel Mesa, Grau; Valera (Bermejo, 70), Manu Vallejo (Mollejo, 65); y Azón (Bakis, 65).

SD Eibar: Luca Zidane; Tejero, Berrocal, Arbilla (Venancio, 88), Ríos Reina; Sergio Álvarez, Matheus; Corpas (Aketxe, 57), Mario Soriano (Vencedor, 88), Stoichkov; y Jon Bautista (Quique Glez., 80).

Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Ríos Reina (24), Maikel Mesa (36), Corpas (41), Tejero (45), Grau (77), Mollejo (82) y Bakis (94).

Goles: 1-0, min. 38: Maikel Mesa. 2-0, min. 44: Grau. 2-1, min. 61: Jon Bautista. 2-2, min. 68: Stoichkov. 2-3, min. 86: Aketxe.

Incidencias: Noche fresca en Zaragoza, con un ostensible bajón en las temperaturas: apenas 14 grados al inicio del duelo (las 21.00), con un leve viento. El césped de La Romareda presentó un buen estado visual pero, como últimamente, estuvo muy blando y resbaladizo. En las gradas hubo alrededor de 28.000 espectadores.

Real Zaragoza 2-3 Éibar

44.5 % Posesión 55.4 %
5 remates dentro 6
3 disparos bloqueados 1
5 remates fuera 3
10 disparos recibidos 13
4 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 9
9 faltas cometidas 14
147 perdidas de posesión 165
60 recuperaciones de posesión 78
2 fueras de juego 5
xxxxx

El Real Zaragoza confirma su crisis al perder 2-3 con el Éibar tras ir ganando 2-0 al descanso

Mesa y Grau adelantaron a los aragoneses al final de un ya mal primer tiempo y Bautista, Stoichkov y Aketxe voltearon a un equipo muerto y sin reacción.

El Real Zaragoza no tiene iniciativa cuando hay que romper los partidos y carece de reacción cuando los rivales se la exigen con goles. Está en crisis el plan de Fran Escribá, seriamente. En el cuarto partido seguido sin ganar en casa, esta vez perdió 2-3 con el Eibar tras ir ganando 2-0. Otra vez, como hace seis días en Gijón, voló una ventaja tan notable. Grave asunto.

Si a falta de 8 minutos para el descanso les hubieran pasado a la totalidad de espectadores de este partido una nota, un wattshap o un mensaje SMS donde se les anunciara que el equipo zaragocista se iba a ir a la caseta con un 2-0 favorable el índice de crédulos no hubiera alcanzado un porcentaje superior al uno por ciento, siendo generosos. El bloque de Escribá, por primera vez en lo que va de temporada con la pelota en juego y en la primera parte, había sido silbado, pitado sonoramente por los suyos en tres fases, desde el minuto 23.

Abuso de balón atrás, pases horizontales, lentitud extrema y falta de imaginación generalizada presidieron su propuesta… hasta que un repente, movido por una volada del aire frío que adornaba la noche zaragozana, surgió en el minuto 38 y el feísmo habitual se transformó en un torbellino de 7 u 8 minutos en los que llegaron dos goles y casi surgió un tercero. Así es este género del fútbol. Impredecible. Aleatorio.

Durante 38 minutos, los primeros, el Eibar fue mejor que el Real Zaragoza. Pero su dominio, aplastante con el balón por momentos, fue estéril por la incapacidad para ver puerta de los Jon Bautista, Stoichkov, Corpas y compañía. También porque Cristian Álvarez, el mesías que regresó a tiempo, salvó un tanto cantado en el minuto 20 tras un derechazo del citado Stoichkov, toro bravo que tuvo que lidier el joven Borge, relevo de Gámez, sin convocar a última hora por una lesión. Los vascos metieron atrás a un Zaragoza sin gobierno. Con el medio campo obturado, pues Aguado (quizá no al cien por cien tras su semana de dolencia muscular), Grau, Mesa y los apoyos de los laterales y los extremos no fueron capaces de hilar una sola jugada potable en tanto tiempo.

Solo una incursión de Valera (apagadísimo toda la noche) antes del minuto 5 y otra por el otro lado de Manu Vallejo en el 30, siempre a título individual, llevaron el balón al área con cierta picardía, sin hallar remates nunca. En frente, el Eibar amagó en el minuto 8 con un chut de Corpas en el área al que se cruzó providencialmente Jair. Y en el 20, la referida ocasión de Stoichkov advirtió de que, así, la derrota aragonesa estaba cada vez más cercana. En el 32, Jon Bautista culminó el enésimo ataque azulgrana con un disparo a la media vuelta en el área chica prácticamente, que Cristian paró abajo. Lo dicho, si algo se barruntaba era tormenta contra el Real Zaragoza. A Lecoeuche, tanto Corpas como las ayudas del exzaragocista Tejero le dieron la velada, una vez tras otra. Manu Vallejo le trato de ayudar, con éxito dispar. En la medular, Sergio Álvarez y Matheus estaban más inspirados que los zaragocistas en todo.

Pero, súbitamente, sin razón aparente, algo cambió en el 38. Azón, todo el tiempo por el suelo, peleón sin provecho alguno, aguantó de pie un ataque. El balón le llegó a Manu.

Vallejo en la frontal y lo prolongó de cabeza a modo de pase al hueco para la zancada de Maikel Mesa, que entraba como un tren expreso por la media luna. El remate final del canario se fue a la jaula para delirio del graderío, que preparaba ya una bronca de las buenas para el intermedio. El 1-0 dejó K.O. al Eibar, que no entendía nada.

En la recta final del primer acto, el Real Zaragoza recuperó su mayor grado de eficacia, aquel de los primeros cinco partidos y el impecable liderato. Con los vascos aturdidos, sin dar crédito al accidente que habían sufrido, hubo un par de jugadas ligadas, por fin, de los de Escribá. De esas largas, con cierta profundidad. Raras de ver. En una, Lecoeuche lanzó un balón larguísimo desde la línea de medios al área guipuzcoana, patada a seguir. Y, nadie sabe por qué, ahí estaba de delantero centro ¡Jair! El central controló el balón con la derecha, pinchándolo de forma maradoniana, hasta por dos veces. Y se lo cedió atrás en un recurso de lujo a la llegada de Grau, que voleó de primeras para doblarle la mano a Luca Zidane, el portero eibarrés, y anotar un 2-0 tan bello como anómalo por sus protagonistas. La locura recorrió La Romareda en todos sus poros y milímetros cuadrados. Si, justo antes del descanso, la falta directa que Manu Vallejo lanzó fuera por dos dedos se hubiera convertido en el 3-0, la cosa para los eibarreses hubiera sido de diván e incienso.

Segundo tiempo

El segundo tiempo, con el socavón de fútbol salvado de la forma más efectiva que es posible en una noche tan gris oscura como la que protagonizó el Real Zaragoza durante 38 minutos, empezó con la calma y regocijo propio del caso. Las sonrisas de satisfacción y sorna predominaban en los graderíos. Qué bonito es el pelotón cuando sonríe a favor de obra.

No hicieron cambios los entrenadores. El Eibar salió espoleado, por fuerza. Y el equipo de Escribá jugó a tener la pelota, a arriesgar poco, a buscar la velocidad de sus puntas en las múltiples contras que se iban a generar con el rival adelantado varios metros más que en su plan inicial. Grau, en un centro-chut en el minuto 52 rozó el palo lejano y casi anotó su doblete. Mesa, en el 56, concluyó un contragolpe de Azón, con pase intermedio de Valera, echando el balón fuera por medio metro.

El Eibar quería dominar y atacar pero, con la confianza en las alforjas, el Zaragoza le replicaba con peligro siempre. Ahí, en ese punto, tampoco nadie hubiese firmado una remontada visitante. En estas Etxeberría, el técnico azulgrana, metió a su talismán goleador, Aketxe, a falta de más de media hora y enseguida probó a Cristian. Su presencia volvió a dar alas al cuadro norteño, que halló el 2-1 en un remate cercano de Jon Bautista a centro de Stoichkov en el 61, ante la marca floja de Borge y el despiste de Jair en el área pequeña. Con 30 minutos por delante, los fantasmas de Gijón revolotearon por La Romareda, aquello de poder perder una ventaja de 2-0… Escribá modificó la vanguardia, con Bakis y Mollejo refrescando el ataque en vez de Azón y Manu Vallejo. Nada logró de su propósito.

Y no tardaron en aparecer los de las sábanas, las bolas y las cadenas, en vuelo directo desde El Molinón. Stoichkov anotó el 2-2 solo 7 minutos después, con el pecho, sobre la raya, solo, tras un centro de Bautista, que le robó la cartera a Jair de forma terrible por sus consecuencias. Aún no estaba el zaragocismo recuperado del mazazo cuando Cristian Álvarez volvió a resentirse de su lesión y pidió el cambio. Poussin a escena. Difícil trago. El galo, tras sus dos días de pifias superlativas, fue recibido con una ovación de gala. El buenismo en su más alto grado de exaltación. La recta final del duelo se presentaba llena de histerias. Con el Eibar creyendo en la victoria tras su doble voltereta previa al descanso y con el Zaragoza, con su nula capacidad de reacción ya constatada, firmando las tablas con su propia sangre.

Bermejo y Moya dieron relevo a los grises Aguado y Valera. El último cuarto de hora venía cargado de incertidumbre, por unos y por otros. Poussin, en frío, tuvo tres balones para entrar en calor entre algún runrún de los clásicos, resbalón nervioso incluido en uno de ellos. Los pitidos a los balones atrasados de los centrales zaragocistas retornaron en el minuto 79. Eran el preludio del huracán con tornado que le esperaba a este Real Zaragoza impersonal de Escribá. El 2-3 lo firmó Aketxe en el 86 en una falta lejana, desde 35 metros. La colocó cerca de la escuadra de un Poussin que, claro, no ha visto nunca cómo le pega Aketxe al balón en este tipo de acciones. El batacazo estaba consumado. Lo de El Molinón, que tanto daño hizo, se quedó corto en La Romareda. En vez de mejorar, se empeoraron las sensaciones. Terrible padecimiento.

De ahí al final, un chut de Bakis al final del aumento y un cabezazo de Jair tras el córner consiguiente dieron sensación de peligro en el portal adversario. En la última jugada, Moya pudo anotar el 3-3 pero su testarazo se topó con una parada de reflejos de Zidane. Todo tarde y mal. Escribá tiene cientos de problemas. No decenas. Cientos. Y con él, el resto.

  Aketxe tumba al Zaragoza

El equipo de Fran Escribá se dejó remontar dos goles de ventaja frente a un Eibar superior y sumó su tercera derrota consecutiva en La Romareda. Golazo de bandera del cañonero armero.

Un gol de bandera de Aketxe en el minuto 87 le dio al Eibar una merecida victoria en La Romareda, un triunfo que prolonga la imponente racha armera y deja descolocado al Real Zaragoza de Fran Escribá, que se dejó remontar dos goles de ventaja y que sumó su tercera derrota consecutiva en casa, una serie fatal que le ha hecho caer del liderato a la sexta plaza.

El Eibar, que venía remontando posiciones en la tabla a marchas forzadas, asaltó también La Romareda y exhibió toda su valentía y poderío frente a un Zaragoza que no acaba de recomponerse y que fue inferior a su rival salvo en el primer cuarto de hora de la segunda parte.

Cristian Álvarez y Borge, éste por baja de última hora de Fran Gámez y que tuvo una noche notabilísima, fueron las dos novedades en el once de Fran Escribá, que volvió a ordenar a su equipo en 4-3-3, con Valera, Iván Azón y Manu Vallejo como tridente ofensivo, mientras Joseba Etxeberria presentó un único cambio: Bautista por Quique en la punta del ataque.

El Eibar se hizo pronto con el control de la pelota y del partido, cortocircuitando con su agobiante presión todo intento ofensivo del Zaragoza y percutiendo una y otra vez con sus afilados laterales Tejero y Ríos Reina. El mando armero no se tradujo en un racimo de grandes oportunidades, pero sí en una muy clara de Stoichkov que conjuró Cristian Álvarez con un paradón a mano cambiada.

Al equipo de Escribá, encogido, sin fluidez y silbado en varias fases por su parroquia, le costó hasta superar su divisoria y se pasó muchos minutos corriendo detrás del balón como un equipo menor de la categoría y no como un aspirante al ascenso, pero a la que se le presentó media ocasión le metió hasta dos caballos de Troya seguidos al Eibar, blandito e indeciso en sus dominios. El 1-0 llegó en el minuto 39, tras un saque largo de Cristian Álvarez que prolongó Jaume Grau sin aparente peligro y Maikel Mesa, siempre con la caña preparada, mandó a la jaula con un imponente derechazo. Y el 2-0, apenas cinco minutos después, nació de otro balón colgado al área por Lecoeuche, que acabó resolviendo de volea Jaume Grau, después de que Jair hiciera malabares de delantero centro. Así es el fútbol. Y así fue la primera parte: el Eibar puso el fútbol y el Real Zaragoza, los goles.

El equipo de Etxeberria volvió del vestuario descolocado y durante los primeros minutos de la segunda mitad estuvo a merced del Zaragoza, pero en dos fogonazos casi consecutivos deshizo la ventaja local y pasó a mandar otra vez en el partido. En el minuto 62, Bautista finalizó con un remate cruzado y trompicado un pase de Stoichkov y en el 67 fue Stoichkov el que empujó a gol con el pecho un centro de Bautista, tras un grave error de Jair. Para colmo de males en el Zaragoza, apenas dos minutos después del 2-2, Cristian Álvarez volvió a lesionarse muscularmente y tuvo que salir a toda prisa Poussin, al que La Romareda recibió con aplausos, pese a su error fatal en El Molinón.

El Eibar no se conformó con el empate y acabó obteniendo el premio gordo gracias a un golazo marca de la casa del cañonero Aketxe, que firmó la victoria de su equipo con un imponente zurdazo por toda la escuadra en una falta directa a tres minutos del tiempo reglamentario.

PARTIDO Nº 748 NORUEGA 0-1 ESPAÑA (15-OCT-2023)

PARTIDO Nº 748 NORUEGA 0-1 ESPAÑA (15-OCT-2023)

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Partido 748

ESPAÑA

bandera españa circular  

 

0-1
 
 

Clasificacion Alemania 2024

15 Octubre 2023

 Oslo

Estadio: Ullevaal Stadio

0-1 | (49´) Gavi

FICHA TËCNICA

NORUEGA (0)

Nyland, Ryerson, Strandberg (Ajer 77´), Ostigard, Meling, Bobb (Sorloth 58´), Berg (Nusa 58´), Berge, Aursnes (Thorstvedt 77´), Odegaard y Haaland

Seleccionador: Stale Solbakken

ESPAÑA (1)

Unai Simón, Carvajal, Le Normand (David García 46´), Laporte, Fran García, Gavi (Oihan Sancet 79´), Rodrigo, Fabián Ruiz, Ferran (Alfonso Pedraza 71´) Torres, Ansu Fati (Oyarzabal 46´), y Morata (Joselu 89´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

0-1 | (49´) Gavi remata con la izquierda tras varios rechaces dentro del área.

Tobias Stieler (Alemania): Mostró tarjeta amarilla a Bobb (31´) y Ryerson (40´) por parte de Noruega y a Le Normand (30´), Laporte (56´), Morata (61´) y Rodrigo (86´) de España

Árbitros asistentes: Christian Dietz y Mark Borsch (Alemania)

Cuarto árbitro: Tobias Reichel (Alemania)

Árbitro asistente de vídeo: Bastian Dankert (Alemania)

Asistente VAR: Marco Fritz (Alemania)

Sexta jornada para España de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024

Ullevaal Stadio de Oslo (Noruega). Lleno en las gradas.

Noruega 0-1 España

33.1 % Posesión 66.9 %
2 remates a puerta 2
1 remates paradas 4
2 remates fuera 7
13 disparos recibidos 0
2 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 0
8 faltas recibidas 11
11 faltas cometidas 9
117 balones perdidos 111
63 balones recuperados 65
0 fueras de juego 3
intervenciones portero

Gavi nos mete en la Eurocopa

Un gol del azulgrana da la victoria a España en Oslo y garantiza la octava presencia consecutiva de La Roja en el torneo continental.

España es una selección de palabra, está visto. Una vez más, La Roja estará en un gran campeonato tras sellar el billete para la Eurocopa (ocho presencias consecutivas) con una victoria de oficio en Oslo. Bastó para ello el gol de Gavi tras una carambola que requirió el visto bueno del VAR. Ni siquiera el ogro Haaland pudo apartarnos del camino. Alemania espera en 2024 a un equipo que, bajo la batuta de Luis de la Fuente, ha logrado en ocho meses ganar la Nations League y clasificarse para la Euro. Botines así no se consiguen todos los días.

Cuando todos miraban a Haaland, De la Fuente sorprendió con Ansu Fati. El jugador del Brighton fue la gran novedad en el once con el que España se plantó en el estadio Ullevaal. Era un aviso a navegantes y entre esos navegantes, quizá el propio Xavi, que en el Barça administraba los minutos del canterano a cuentagotas. Pero no se me ocurre mejor forma de devolverle la confianza que darle la titularidad en un partido en el que España se jugaba el pase directo a la Eurocopa. Ni más ni menos. Ansu se antojaba un buen punzón con el que resquebrajar al equipo de Solbakken, pertrechado en un 4-4-2 casi inalterable. Noruega no tenía rubor alguno en esperar atrás pese a que la victoria era obligada para mantener sus aspiraciones de ocupar una de las dos plazas que proporcionan el acceso directo a la Euro. Entre esos cerrojos sobresalía Strandberg, el central del Valerenga. Era tal su ansia por cerrar todos los huecos defensivos que en un balón centrado al área por Carvajal a punto estuvo de firmar en propia puerta el 0-1.

Sin embargo, en esa acción, en la que el despeje errado engañó a su guardameta, Morata jugó a favor de Noruega. El delantero del Atlético estaba en fuera de juego cuando Carvajal centró y, tras el despeje de Strandberg, en lugar de dejar que el balón llegara plácidamente a la red, lo empujó activando la llamada desde las alturas del VAR. Incluso sus compañeros parecieron recriminarle el toquecito. El alemán Tobias Stieler, árbitro de césped, decidió anular el gol tras revisión. Un jarro de agua fría en una noche ya de por sí fresca, cinco grados que suponían un auténtico shock comparados con los 33 con los que dos días antes los internacionales españoles dejaban Sevilla.

El papel de los laterales

El gol que pudo ser y no fue no alteró la partitura. España siguió armada de paciencia, con Rodrigo, Gavi y Fabián triangulando antes de abrir a banda. Era necesario hacer ancho el campo y en esa tarea Carvajal y Fran García eran especialmente bienvenidos. ¿Y Ansu Fati? Pues a punto de llegar al descanso, poco y nada; apenas encaró y ese es su ADN, lo primero que hay que esperar de él. Luego, podrán salir o no los regates. ¿Y Haaland? Pues en la misma línea. Bastante tenía con pegarse con Le Normand, a quien le forzó la tarjeta amarilla, con amagar arrancadas de esas en las que parece que el césped retumba como si pasara el metro bajo nuestros pies.

Pero una cosa es felicitarse por el buen marcaje a la estrella rival y otra jugar con fuego. Así que, con la amarilla a Le Normand como alerta en el móvil, De la Fuente decidió cambiar en el descanso al central de la Real Sociedad. Entró David García, al igual que lo hizo Oyarzabal por un Ansu demasiado gris. Pero el protagonista, estaba visto, no era ninguno de los que entraban o salían del campo sino el VAR, que vigila sin descanso.

A los cinco minutos de la reanudación, un remate de Ferran Torres se envenenó con el rebote en un defensa y en Gavi, también en Morata, el balón regresó de nuevo a Gavi, quien batió a Nyland aunque con la duda de si el delantero del Atleti estaba en fuera de juego posicional. Al final, tras cuatro minutos de chequeo y suspense, puro Hitchcock, el gol subió al marcador. Una jugada de pinball que en esos momentos nos situaba con pie y medio en la Eurocopa.

A Noruega, que se jugaba la vida, no le quedaba otra que arriesgar, así que Solbakken decidió dar entrada a Nusa, el nuevo chico de oro del fútbol noruego a sus 18 años, y Sorloth en sustitución de Berg y Bobb. El efecto gaseosa duró diez minutos, pues la efervescencia de esos cambios se tradujo en un remate desviado de Odegaard, que fue a menos a medida que avanzaba el partido, y otro de Nusa que atajó con seguridad Unai Simón. Y poco más. El viento cambió pronto de dirección y, con Rodrigo a los mandos, Fabián durmiendo el juego en sus pies, Carvajal incombustible y Pedraza como un nuevo debutante en la era De la Fuente, España se adueñó del partido. Tomó el control y ya no lo soltó. El billete a la Eurocopa estaba en el bolsillo, dentro de un año sabremos cómo acaba de verdad este viaje.

La joven España va directa a por el Viejo Continente (0-1)

Sólo era un niño al comienzo de la Primaria la última vez que la ganamos y este domingo, 11 años después, Pablo Martín Páez Gavira ha inscrito su nombre en la historia del torneo continental al clasificar a España para una fase final que puede significar su cuarto entorchado.

El paso inicial para ello se ha dado en Oslo gracias al triunfo frente a Noruega en el que el seleccionador Luis de la Fuente ha introducido un cambio por línea respecto al equipo que superaba tres días atrás a Escocia en Sevilla.

Con el esférico monopolizado de inicio por España y los nórdicos aguardando a la contra, el choque adquiría un ritmo vertiginoso con un Odegaard sinuoso entre líneas, un Ferran muy profundo por derecha y Laporte erigido en valladar insuperable para el gigante Haaland,.

La Selección gozaba así de las mejores opciones con tanto anulado a Morata por fuera de juego a instancias del VAR sobre el minuto veinte y Carvajal dibujando un precioso chut con el exterior de la diestras frisando la media hora.

España ha dominado la posesión y triplicado en ocasiones a Noruega

Rodrigo volvía a rondar el tanto antes del intermedio y tras la reanudación la entrada de Oyarzabal le daba otro aire al ataque español que encontraba al fin y con suspense el premio del gol en la zurda de Gavi tras una jugada repleta de rechaces en el área noruega.

Los de Solbakken apuraban opciones dando entrada a Sorloth, pero se topaban con la seguridad de Unai Simón y el peligro de España en unas transiciones que a punto estarían de aumentar distancias.

La Selección estará en el bombo del sorteo de la fase final el próximo 2 de diciembre en Hamburgo

El debut de Alfonso Pedraza en el costado derecho, noveno estreno del año en curso, añadía otra buena noticia a la de la clasificación para la Eurocopa y a la del asalto al liderato del grupo.

0-1 final en el electrónico de Oslo, objetivo cumplido y ahora esperan Chipre y Georgia en noviembre para asegurarse ser cabeza de serie en el sorteo del próximo dos de diciembre en Hamburgo. La suerte continental está echada.