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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº11 (14.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3622

REAL SPORTING 2-2 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

0-1, min. 44: Maikel Mesa

0-2, min 75: Azón

1-2, min. 85: Campuzano

2-2, min 97: Insúa

Ficha técnica

Sporting: Yáñez; Guille Rosas (Enol Coto, 56), Rober Pier, Insúa, Pablo García (Cote, 69); Rivera (Nacho Méndez, 56) y Roque Mesa; Hassan (Queipo, 84), Gaspar Campos; Otero y Djuka (Campuzano, 61)

Real Zaragoza: Poussin; Gámez, Lluis López, Jair Amador (Mouriño, 71), Lecoeuche; Jaume Grau, Aguado (Toni Moya, 56); Germán Valera (Mollejo, 71), Maikel Mesa; Azón y Manu Vallejo (Bermejo, 71) .

Goles: 0-1, min. 44: Maikel Mesa. 0-2, min 75: Azón. 1-2, min. 85: Campuzano. 2-2, min 97: Insúa.

Árbitro: Sánchez López (Comité de Murcia). Mostró amarillas a Lecoeuche (6’), Djuka (33’), Guille Rosas (49’), Maikel Mesa (93’)

Incidencias: Partido de la undécima jornada jornada de liga jugado en El Molinón-Enrique Castro ‘Quini’, ante 20.698 espectadores, unos 800 de ellos del Real Zaragoza. El césped presentó un excepcional estado, rápido y mojado, después de las lluvias caídas durante el día.

Real Sporting 2-2 Real Zaragoza

60.8 % Posesión 39.2 %
4 remates dentro 3
5 disparos bloqueados 5
4 remates fuera 5
13 disparos recibidos 13
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 12
12 faltas cometidas 10
130 perdidas de posesion 127
66 recuperaciones de posesion 53
5 fueras de juego 0
xxxxxx

Poussin arruina al Zaragoza en Gijón (2-2)

Un fallo grosero de su portero en el minuto 97 tira abajo un triunfo de lujo en lo que había sido el mejor partido del Real Zaragoza esta temporada ante un gran rival. Maikel Mesa y Azón pusieron un 0-2 a favor.

Entre todos habrá que ayudarlo, porque de un golpe así cuesta salir: Poussin le arruinó un partidazo al Real Zaragoza con un fallo grosero, inexplicable, en el minuto 97. Fue a sacar de portería haciendo lo que no hay que hacer a esas alturas del encuentro: tiró la pelota al césped para pegarle, pero, agazapado tras él, se había quedado Pablo Insúa. Se la quitó y marcó a placer, empatando un partido en el que el Zaragoza enseñó su mejor versión, jugado entre el vértigo de los locales y la pausa de los visitantes. Se fueron dos puntos ganados a pulso, frente a un gran rival y en un escenario imponente. Por momentos aquello no pareció la Segunda División, por atmósfera, pero también por la propuesta de ambos equipos.

Se fueron dos puntos, decíamos, pero Escribá encontró, entre tanta desgracia final, un rumbo. Una senda que seguir. El Zaragoza no ganó un partido, pero ganó una fórmula, un manual de instrucciones: un 4-3-3 que lo mejoró en todo, ordenando sus jugadores, acercándolos a su espacios naturales y coherentes con sus esencias futbolísticas. Así fue más racional, fluido e intencionado con la pelota. Si al Zaragoza se le pedía fútbol, en Gijón lo puso sobre la mesa.

El brochazo de mayor interés se lo dio Escribá al sistema. Dejó aparcado su estricto y dogmático 4-4-2 y articuló a los suyos con un 4-3-3 que tuvo efectos inmediatos en el rendimiento de casi todos los jugadores. Entraron al equipo Lluis López, Maikel Mesa y Marc Aguado. Salieron, en consecuencia, Mouriño, marcado por su último partido, Toni Moya, el mejor zaragocista de las dos últimas semanas, y Sinan Bakis, el fichaje estrella.

Azón quedó en punta, flanqueado por Valera en la derecha y Vallejo en la izquierda, pero la gran transformación la sufrió el centro del campo, donde las conexiones entre Marc Aguado, Mesa y Grau, adecuadamente escalonados, con el terreno y las funciones bien repartidas, le lavaron la imagen por completo al Zaragoza. Metieron vida, oxígeno, alimento y sangre a la zona más moribunda del equipo en el último mes.

El partido nació embalado. Con dos púgiles mirándose a la cara. El Sporting juega muy bien. Es un conjunto moderno, con sus fases del juego elásticas y sincronizadas: defiende con una arquitectura y ataca con otra. Miguel Ángel Ramírez dibuja un 3-5-2 cuando hay que ir hacia la portería, iniciando el juego con sus tres defensas, entre ellos, el lateral derecho, Guille Rosas esta vez, lanzando al otro arriba en profundidad y amplitud. En el otro lado, es el extremo el encargado de ello, liberando a un Gaspar Campos que está en todas las partes, pero que defiende como extremo izquierdo: un 4-4-2 que se compone y se descompone con milimétrica ejecución. Todo está enfocado a que Haissen Hassan destripe a los rivales por su flanco derecho.

El Zaragoza no tardó en ver venir a los indios por ahí. Lecouche vivió unos primeros minutos de tortura en el dentista. Hassan se tiró a por él y al lateral francés se le erizaron los pelos del flequillo de ese viento endemoniado que levanta el extremo sportinguista. A los seis minutos ya le había sacado una amarilla a Lecoeuche y aquello apuntaba a tragedia... El Sporting jugaba para eso, para que los uno contra uno de Hassan, la dama de su tablero, resolvieran las cosas. A Lecoeuche le costó, sufrió con dolor, recibía ayudas de todo un ejército, de Grau, de Vallejo, de todos, apretó lo dientes, y, poco a poco, fue plantando cara, resistiendo y venciendo.

Los locales no terminaron de avisar, enviando a Otero y Djuka a un ejercicio incesante de desmarques de todo tipo, largos y cortos, cruzados y directos. El balcánico hacía daño picando entre lateral y central izquierdos, y el Sporting comenzó a pegar arañazos. Una falta de Pablo García, una carrera de Otero que disparó al lateral de la red, una parada de Poussin a tiro de Guille Rosas… Pero el Zaragoza emitía otras vibraciones con la pelota respecto a otros días. El acoso no era tal porque el equipo aragonés, sin mucha determinación, pero con más intención, también tenía un plan.

Fue, en este aspecto, una primera mitad en la que ambos conjuntos se hacían daños, los ataques tensionaban a las defensas. Así, después de 20 minutos de control del Sporting, el Zaragoza comenzó a latir y a llegar a la zona de Valera, donde morían casi todas las jugadas.

El extremo, con un tiro a la media vuelta, comenzó a abrir camino. Un casi gol olímpico de Manu Vallejo fue el siguiente dardo sobre el Sporting. Maikel Mesa chutó con fiereza después cerca de un palo. Luego, tras un tiro rival de Roque Mesa al que puso escudo Poussin, Lluis López lo buscó de lejos en los mejores minutos del Zaragoza, bien lubricado por dentro, rompiendo líneas con el pase de Lluis López o Marc Aguado… Y así, tras una buena secuencia de pases, atrevimiento e intensidad, Maikel Mesa metió un golazo, disparando con muy mala uva sobre Yáñez: allí no había portero que llegase. El gol llegó justo a tiempo y le daba al Zaragoza el caramelo de la tarde y el premio a sus buenos modos y modales. Superando al Sporting en número y táctica en la zona central con un Maikel Mesa mejorado y notable entre líneas, y controlando a Roque Mesa, los aragoneses se habían apoderado de la trama.

Del descanso, el Zaragoza salió con el traje a prueba de bombas: había que resistir el arreón de los locales. Y lo hizo. El Sporting había encajado el golpe en la mandíbula y los de Escribá comenzaron a refugiarse en el balón, cómodos, con su tradicional ritmo bajo y pase de seguridad. Un control firme y paciente. Iván Azón tuvo dos ocasiones de oro para mandar ya el partido a facturación. Primero, con un disparo que atajó Yáñez. Y después con un cabezazo al saque de una falta por Toni Moya al que no dio la dirección adecuada. Parecía gol pero fue un garabato.

El Sporting había movido el banco. Enol entró por Guille Rosas en el lateral derecho y Nacho Méndez por Rivera. Por ahí se coló el cambio de Toni Moya por Aguado, con problemas físicos. El Zaragoza llegó así a los 25 minutos finales muy vivo, levantado sobre un sacrificio defensivo que frustraba a los locales. La entrada de Cote en el lateral izquierdo complicó las cosas. El Sporting revivió por ese lado, con su veterano capitán, uno de los mejores centradores del fútbol profesional español. Su guante sacó un envío al segundo palo, la pelota se ensució, le cayó a Gaspar Campos y la mandó al larguero. El susto ahí estaba. Pero entonces, Escribá, viendo lo que se venía, paró el partido. Lo que iba a ser un doble cambio con la entrada de Bermejo y Mollejo fue uno triple ante la lesión de Jair, Entró también Mouriño. Entre unas cosas y otras, la atención médica, el remoloneo, las protestas del Sporting y las entradas y salidas, el juego cayó por un agujero negro. El tiempo se paró lo suficiente para abortar el despegue del Sporting.

Y así, en la siguiente jugada, Fran Gámez, que llevaba varios minutos pegándose golpes en la cabeza lamentándose por un mal centro anterior, le puso uno algodonado a Iván Azón, en una jugada que partió de un pase exacto y astuto de Toni Moya, imperial durante el rato que jugó, excepto por su desliz en el primer gol rival. Se llevó todo y a todos por delante. Esa triangulación culminada con Azón pareció el camino definitivo a la gloria.

El Sporting ya se fue a por todas. Un centro, cómo no de Cote, lo cazó Campuzano para poner el partido al borde de un ataque de nervios. El asedio final, con nueve minutos de alargue, llenó el área del Zaragoza de rivales. Escribá no ejecutó el quinto cambio, para la anestesia final. Quizá no era necesario... Ya había pasado lo peor, ya se celebraba el triunfo, ya se escribían crónicas con el título “el Zaragoza se luce en Gijón”, y, entonces, un disparo al corazón, un disparo de uno de los tuyos. Poussin hizo lo que no debía.

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

PARTIDO Nº 747 ESPAÑA 2-0 ESCOCIA (12-OCT-2023)

PARTIDO Nº 747 ESPAÑA 2-0 ESCOCIA (12-OCT-2023)

ESPAÑA

bandera españa circular

Partido 747

ESCOCIA

Botón De Escocia Foto de stock y más banco de imágenes de Bandera escocesa  - Bandera escocesa, Círculo, Insignia - Accesorio personal - iStock

 

2-0
 

 

 1-0 | (73´) | Morata

2-0 | (86´) | Oihan Sancet

Clasificacion Alemania 2024

12 Octubre 2023

Sevilla

Estadio: La Cartuja


FICHA TËCNICA

ESPAÑA

Unai Simón, Carvajal (Jesús Navas 67´), Le Normand, Laporte, Balde (Fran García 46´), Gavi, Rodrigo, Mikel Merino (Oihan Sancet 67´), Ferran Torres, Oyarzabal (Bryan Zaragoza 46´) y Morata (Joselu 84´).

Seleccionador: Luis de la Fuente

ESCOCIA

Gunn, Hickey, Porteous (Gilmour 87´), Hendry, Mc Kenna, Robertson (Patterson 44´), Christie (Armstrong 79´), Mc Gregor (Mc Lean 87´), Mc Tominay, Mc Ginn y Dykes (Ché Adams 79´).

Seleccionador: Steve Clarke

1-0 | (73´) | Morata de cabeza a centro de Jesús Navas.

2-0 | (86´) | Oihan Sancet rebaña dentro del área una asistencia de Ferran Torres.

Serdar Gözürbüyük (Países Bajos): Mostró tarjeta amarilla a Mikel Merino (45´), Carvajal (59´), Unai Simón (60´) y Laporte (90´) por parte de España y a Dykes (36´) y Patterson (51´) de Escocia.

Árbitros asistentes: Erwin Zeinstra y Johan Balder (Países Bajos)

Cuarto árbitro: Marc Nagtegaal (Países Bajos)

Árbitro asistente de vídeo: Pol van Boekel (Países Bajos)

Asistente VAR: Clay Ruperti (Países Bajos)

Quinto partido para España de la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024

Estadio La Cartuja de Sevilla. 45.623 espectadores en las gradas.

España 2-0 Escocia

74.4 % Posesión 25.6 %
5 remates a puerta 1
5 remates paradas 1
8 remates fuera 2
0 disparos recibidos 18
4 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
8 faltas recibidas 15
15 faltas cometidas 8
111 balones perdidos 104
51 balones recuperados 44
3 fueras de juego 1
intervenciones portero

¡Y ahora, a por Haaland!

Navas y Morata, con un pase mágico y un remate de postal, deciden frente a Escocia y dejan a España con un pie en la Eurocopa 2024.

Fue en Sevilla, donde Navas es capitán general. Fue en La Cartuja, que atronó cuando ese chaval a punto de cumplir los 38 años entró en el campo con 0-0 en el marcador y Escocia pisando el acelerador. Pero Navas ha librado tantas batallas que quiso ganar esta él solito. Así que, cuando apenas había dado dos carreras, recibió un balón y se inventó un centro que encontró el vuelo de Morata. Un remate espléndido del rojiblanco, un gol de postal con el que España pone un pie en la Eurocopa. El 2-0, de Sancet, sirvió para igualar el goal average con Escocia. El domingo, en Oslo, La Roja puede sellar el pasaporte con una victoria. Haaland está avisado.

La alineación titular era la mejor muestra de que la cosa iba en serio. Hace medio año, a De la Fuente le llovieron las críticas por revolucionar el equipo en Glasgow pese a que solo tres días antes España había ganado a Noruega. Bien es cierto que aquella fue una Noruega sin Haaland y que el 3-0 resultaba engañoso pues los nórdicos presionaron lo suyo. Pero el baile de jugadores resultó un disparo en el pie que en La Cartuja, de nuevo con Escocia como rival, el técnico no estaba dispuesto a repetir. Luis realizó solo tres cambios respecto al 6-0 a Chipre y los tres estaban justificados por las lesiones: José Luis Gayà, Lamine Yamal y Nico Williams. Balde, Ferran Torres y Oyarzabal ocuparon sus puestos en un equipo que de nuevo situaba a Morata como punta de lanza.

Si el delantero del Atlético está de dulce, ¿cómo no alinearlo de titular? Del mismo modo, Rodri ejercía de timón, pues el adiós a La Roja de Busquets y su crecimiento le han hecho merecedor de ese puesto casi de forma vitalicia. El del City se echó el equipo a sus hombros pese a que en La Cartuja soportaba un peso extra: parecía jugar en Old Trafford pues, cada vez que el balón pasaba por sus pies, los aficionados escoceses le regalaban un sonoro abucheo como respuesta a sus críticas al estilo de juego británico en el tropezón en Glasgow.

Rodri ganaba la partida en esa zona del campo, donde McGregor y McTominay ejercían de doble pivote escocés. Pero la línea alta de la defensa visitante complicó el juego español. La gran ocasión había llegado en el 1′, con un pase al hueco de Morata que dejó a Ferran cara a cara con Gunn, pero el azulgrana cruzó en exceso ante el meta escocés. La Roja siguió generando peligro, con Merino como recurso ante una defensa bien armada; el de la Real no solo asistió sino que acarició el gol con un zurdazo que se estrelló en el palo (34′). Se movía el árbol, fueron 10 los remates españoles en la primera mitad (por ninguno de los de Steve Clarke), pero la manzana no caía. Uno imaginaba a Lamine, o a Nico Williams, pero no estaban. Quien sí descansaba en el banquillo era un malagueño de 22 años que revolucionó el pasado fin de semana con su zapateao ante el Barça. Solo quedaba que De la Fuente pulsara esa tecla. ¿Lo haría? Bryan Zaragoza, mientras, se mordía las uñas en los quince minutos que llenaban el descanso.

Tres debutantes en La Roja

Y pronto se las dejó de morder, pues entró de inicio en la segunda parte junto a otro jugador que también es sinónimo de vértigo como Fran García. Dos debutantes de una tacada, con Balde y Oyarzabal cediéndoles su lugar en el césped. Y como alguien que ha sido capaz de pedirse el 10 en la camiseta es imposible que tenga miedo, pues bastaron sus primeras acciones, con un disparo alto y una falta forzada a Patterson, para dejar claro que por ahí debía empezar a resquebrajarse la defensa escocesa.

Pero con lo que no contaba nadie es con que las virguerías de Bryan contagiaran a los defensas de La Roja y que Carvajal se arriesgara con una ruleta allí donde no toca, en zona defensiva. Al intentar arreglar su desliz cometió falta con la tarjeta amarilla como propina. La botó McTominay y el balón se coló directamente en la portería española, pero el VAR tocó la campanita y el neerlandés Gözübüyük se fue a la pantalla mientras La Cartuja tragaba saliva. Finalmente, el gol quedó anulado por fuera de juego por interferencia de Hendry.

Fue un susto que animó a De la Fuente a meter más madera con Navas y Sancet (que debutaba) en sustitución de Carvajal y Merino. Y el truco de magia no pudo resultar más efectivo. Siete minutos después de entrar en el campo, Navas sirvió un centro de oro que encontró el cabezazo en plancha de Morata. Y el gol. Era el 1-0. Una joya fruto del pase decisivo de un chaval llamado Navas y el remate de un killer que no era killer, llamado Morata, a quien de un tiempo a esta parte los goles se le caen de los bolsillos. El 2-0 de Sancet cerró la victoria. Ahora solo queda tomar aire y prepararse para la batalla en Oslo, en la casa de Haaland.

A España le funciona el plan B

Los cambios de Luis de la Fuente ante Escocia revolucionaron el partido. Fran García mejoró a Balde, que jugó mermado y dejó la concentración para dar entrada a Pedraza.

Escocia llegó a Sevilla con parámetros poco conocidos, pero eficientes. Es el equipo que más rédito saca a balón parado, el más sólido defensivamente y el que recupera más balones. Sumó todo y logró desquiciar a España, incapaz de superarla durante la primera parte. La banda izquierda de la Selección no funcionaba. Luego se supo que Balde, que deja la concentración, jugó mermado por unas molestias en el pubis. Oyarzabal, sin nadie que le doblara, poco pudo hacer. En el descanso entraron Bryan y Fran García y por ahí comenzó la revolución.

El veloz extremo granadino provocó el primer uno contra uno nada más saltar al campo y le arrancó una amarilla a Patterson, que hasta la entrada de Bryan Zaragoza había tenido una noche plácida. Fran García, en plenitud, le seguía el ritmo a su compañero. La banda izquierda había recuperado su potencial. Para Luis de la Fuente no era fácil darle solución al problema, porque no es lo mismo tener a Lamine Yamal y a Nico Williams que no tenerlos, y anoche no los tenía. Lo intentó en la primera parte con Balde y Oyarzabal y le funcionó en la segunda con Fran García y Bryan Zaragoza. En Oslo repetirá el madridista y puede que también Bryan ya que Nico, como Balde, dejó la concentración en Sevilla por problemas en la ingle y en la espalda. Se incorporó Pedraza, del Villarreal. Llama la atención que el seleccionador no pensara en Grimaldo, que está cuajando una gran temporada. Pero es cierto que sus decisiones, hasta ahora, se cuentan más por aciertos que por errores.

Más allá de la banda izquierda, merece un aparte Jesús Navas. El lateral sevillano cumplirá 38 años el mes que viene y es el único que queda de la gloriosa Selección de Del Bosque, campeona del Mundo y de Europa. Su centro en el gol de Morata, el que derribó el muro portugués, fue un prodigio de precisión y temple. Pero no fue lo único bueno que salió de sus botas. Trabajó bien la banda y tuvo cuajo ante un rival muy poderoso físicamente y que puso en serios apuros a Le Normand y Laporte, sobre todo en los centros laterales. Navas, que no es ni alto ni especialmente fuerte les creó más problemas por la derecha que cualquier otro jugador español..., excepción hecha de Joselu quien, nada más entrar, metió en líos a la defensa de Escocia y, con picardía y rapidez, robó un balón que terminó en el gol de Sancet, otro que debutó bendecido como le pasó a Lamine Yamal el mes pasado.

Luis de la Fuente siempre dice que los partidos se maduran y luego se rematan, y más ante rivales rocosos como Escocia. En Sevilla le salió bien el Plan B. Lo mejor de esta nueva España es que no son sólo 11, son 16-17 jugadores para sacar adelante los partidos. Si el sistema va a ser desgastar al contrario para luego tumbarle con velocidad es una apuesta arriesgada, mucho más si no están Lamine Yamal, Nico Williams y Yeremy Pino. Es el turno de Bryan García, que podría ser titular en Oslo este domingo.

Debutantes

843 FRAN GARCÍA 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla
844 BRYAN ZARAGOZA 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla
845 OIHAN SANCET 12 de octubre ESPAÑA 2-0 Escocia Clasificación Eurocopa 2024 Sevilla

Jugador n°843

Fran Garcia

Jugador n°84

Bryan Zaragoza

Jugador n°845

Oihan Sancet

Convocatoria Seleccion Española Octubre 2023

Convocatoria Seleccion Española Octubre 2023

 

La lista completa de convocados es la siguiente:

 

Club Jugador
Athletic Club  Unai Simón
Athletic Club Nico Williams 
Athletic Club Oian Sancet
Club Atlético de Madrid  Álvaro Morata 
Al-Nassr Aymeric Laporte
Aston Villa Pau Torres
Arsenal David Raya
FC Barcelona Gavi
FC Barcelona Alejandro Balde
FC Barcelona Lamine Yamal
FC Barcelona Ferran Torres
Manchester City Rodrigo Hernández
CA Osasuna David García
PSG Fabián Ruiz
Real Madrid CF Dani Carvajal
Real Madrid CF Kepa Arrizabalaga
Real Madrid CF José Luis Mato "Joselu"
Real Madrid CF Fran García
Real Sociedad de Fútbol Mikel Merino
Real Sociedad de Fútbol Robin Le Normand
Real Sociedad de Fútbol Martín Zubimendi
Real Sociedad de Fútbol Mikel Oyarzabal
Sevilla FC Jesús Navas
Villarreal CF Yeremy Pino

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº10 (8.10.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3621

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-2 ALCORCONEscudo/Bandera equipo

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Poussin; Gámez, Mouriño (Francés, 46), Jair, Lecoeuche (Sergi Enrich, 80); Grau (Aguado, 59), Moya; Valera, Manu Vallejo (Maikel Mesa, 80); Azón y Bakis (Mollejo, 59).

AD Alcorcón: Jesús Ruiz; Víctor García, Rivas, Babin, Chema Rodríguez, Morillas (Castro, 57); Mosquera, Bravo (Yan Eteki, 50); Javi Lara (Bustos, 57), Addai (Artola, 89); y Chiki (Jacobo González, 57).

Árbitro: Quintero González (Comité Andaluz). Amonestó a Mouriño (16), Valera (45+3), Chiki (45+5), Jesús Ruiz (57), Mollejo (84), Chema Rodríguez (86), Maikel Mesa (87), Mosquera (93) y Azón (93),

Goles: 0-1, min. 37: Bravo. 0-2, min. 81: Yan Eteki.

Incidencias: Noche calurosa en una Zaragoza en plenas fiestas del Pilar, con 27 grados al inicio del duelo (21.00). El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 29.000 espectadores. En el palco estuvieron los exzaragocistas, actuales jugadores del Rayo Vallecano, Bebé y Chavarría.

Real Zaragoza 0-2 Alcorcon

63.8 % Posesión 36.2 %
5 remates dentro 2
5 disparos bloqueados 2
5 remates fuera 7
11 disparos recibidos 15
5 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 0
17 faltas recibidas 11
12 faltas cometidas 8
143 perdidas de posesion 136
63 recuperaciones de posesion 66
5 fueras de juego 1
xxxxxx

El Real Zaragoza de Escribá es un caos y cae por 0-2 ante el vicecolista Alcorcón

El debutante portero Poussin patrocinó los dos goles madrileños con sendos errores gruesos. La falta de fútbol, los errores ante el gol y un mal arbitraje, mezcla letal de nuevo.

El Real Zaragoza de Escribá es un caos. Ha llegado en 2ª posición a esta 10ª jornada pero su fútbol, su poca destreza goleadora y la discutible gestión de la plantilla están llevando al grupo a hacer aguas por todas partes. El penúltimo de la tabla, un débil Alcorcón, ganó 0-2 en La Romareda y sacó los colores a los gestores y protagonistas de este proyecto. Se viene advirtiendo hace días, incluso desde la bonanza más edulcorada. Ahora, la realidad ya no se puede redibujar.

El primer tiempo fue una pastilla comprimida de lo visto siete días antes en La Romareda ante el Mirandés. Lo mismo, pero en menos tiempo. Ganaba el Alcorcón 0-1 en el descanso con un solo tiro a puerta, regalado por un suicida pase de salida del debutante portero Poussin sobre Grau, que poco ducho con el balón en los pies lo perdió ante Bravo, que marcó el gol visitante en el minuto 37 en la única llegada al área zaragocista desde el primer segundo de juego. A partir de este hecho trascendental en la trama del primer capítulo del duelo, hay que desgranar los demás detalles. Pero, sin duda, el Real Zaragoza estaba perdiendo básicamente porque se pegó este tiro en su propio pie y regaló la ventaja a un rival madrileño de baja calidad en todas las facetas del juego, que mostró porqué estaba en la zona baja de la tabla.

En un segundo nivel de lectura del juego entra la falta de destreza de los muchachos zaragocistas cuando de generar jugadas ofensivas se trata. Escribá, el entrenador que sigue parapetado en el resultadismo para regatear las máculas de su plan táctico y el escaso provecho que está sacando a una plantilla supuestamente muy superior a la que heredó el año pasado y que se ha remodelado a su medida, no da con la tecla. Insiste en el 4-4-2, esta vez sin rombo. Redunda en revolucionar la alineación de día en día, esta vez con hasta ¡9 cambios! en el once inicial respecto del anterior partido en Andorra (solo siguieron Grau y Manu Vallejo), equiparando a los 23 jugadores de la plantilla como si todos fueran primeras marcas, piezas gemelas de mecano. Los sueldos y cachés quizá tendrán que ser revisados enseguida de seguir con este singular criterio de no titulares y no suplentes en todo el grupo. Habrá que ir a un comunismo de remuneraciones idénticas, dadas las circunstancias. Lo de lograr que todos rindan igual, obviamente, es un imposible que quizá abolle a Escribá más pronto que tarde. Nunca hubo 23 titulares en ningún equipo profesional en 150 años de historia del fútbol. En todo caso, 23 suplentes sí.

En esta página del análisis queda el disparo alto de Manu Vallejo en el minuto 3 tras un quiebro al central de turno en el área. Y el disparo al larguero de Azón en el 4, cuando el equipo aragonés vivía esos momentos efervescentes del principio, cuando siempre parece que se va a comer el mundo y termina por no comerse ni un colín. Más adelante, Manu Vallejo no llegó a rematar a bocajarro en el 15 un centro al segundo palo porque un defensor rival metió la puntera, cuestión que el pésimo árbitro andaluz Quintero González y sus auxiliares se comieron. Y en el 25, Mouriño chutó desde lejos, fuera rozando el poste. Y el reaparecido Bakis (físicamente, se entiende, en persona) falló un gol regalado

por Valera en un pase atrás (el de la muerte de siempre). Su resolución, en el minuto 27. fue de tractor sin luces. Lento, con miedo a rematar, tanto que no lo hizo tras un horrible control inicial, con todo a placer. El citado Valera se quedó en el área con balón en ventaja en el 32 pero tardó en embocar el disparo y se le cruzó un defensa y el portero para sacar la pelota a córner. Y Moya, en el 43, lanzó una falta directa rozando la escuadra por fuera, desde 30 metros.

Thank you for watching

O sea, que llegadas esta vez sí hubo. Pero no hay buen tino. Ni decisiones correctas. Falta calidad a raudales. Es pandémico el asunto del gol en el último pasaje de tres años y pico por Zaragoza.

Y en un compartimento estanco anejo hay que citar al árbitro, Quinteros González. Un tipo desahogado. Chulesco de ademanes, como ya es hábito en La Romareda. Todos vienen a gustarse. Es día de fiesta para promocionarse ante un ascenso a Primera. Venir a Zaragoza es como ir al Teatro Real de Segunda. El penalti que se comió en el minuto 8 sobre Manu Vallejo es de denuncia. Porque, en sus narices, decretó piscinazo del zaragocista y lo amonestó, cuando la zancadilla fue panorámica y la pena máxima indiscutible. Y ahí apareció el otro cómplice de la fechoría: el ya retirado Sagués Oscoz, vasco ahora metido a videoarbitrar. Como la moviola delataba el error del colega, echó atrás las imágenes hasta hallar una uña de Bakis en posible fuera de juego en un centro muy anterior al caso. Sagués hubiera retrocedido hasta la final de Montjuic contra el Real Madrid en 2004 si hubiera sido preciso para torpedear el penalti a Vallejo que, claro, se fue al limbo. Más de 7 minutos estuvo parado el duelo, algo que le rompió el ritmo gaseoso a los zaragocistas, que ya no lo recuperaron.

Entremezclado todo esto en la coctelera dio como resultado una derrota parcial ante el peor equipo que ha pasado por ahora por La Romareda. Una mala señal. El Real Zaragoza de Escribá no mejora y da la impresión cada día que pasa que su techo cualitativo está empezando a establecerse con mucha fijeza. Y no es buena la impresión que transmite. Así que Escribá movió el banquillo en el intermedio y retiró a un torpón Mouriño, amonestado pronto, bailado por Addai varias veces y rozando la roja en un par de acciones al límite. Francés fue el relevo.

La reanudación fue del mismo tenor. Dominio absoluto del Real Zaragoza ante un Alcorcón aculado atrás con su 5-4-1 cristalino en fase defensiva, perdiendo tiempo incluso cuando respiraban, pero sin que ninguna individualidad fuera capaz de romper líneas, ganar superioridades y agilizar las combinaciones de medio campo en adelante. El equipo aragonés es el más previsible de la categoría. Bakis volvió a quedarse con el motor calado en el área y lo mismo le sucedió a Azón un par de minutos después. Los dos arietes, en vez de rematar, vieron cómo se les nublaban las ideas y la defensa abortaba cualquier atisbo de peligro.

En el minuto 59, tras un triple cambio del Alcorcón para refrescar su trinchera, Escribá metió en danza a Mollejo y Aguado. El sustituido Bakis fue pitado por primera vez por el público. Enseguida, Mollejo marcó a puerta vacía tras un fallo previo de Azón en un centro de Moya. Se celebró ese 1-1 como merecía. El Pelado seguía mostrando su inspiración, la que lo hace ser el mejor artillero del grupo con sol o2 dianas. Pero el VAR, otra vez, halló irregularidad por otra uña de fuera de juego, en este caso de Azón. Y la remontada se disolvió en otro rato de angustia cibernética. Anulado, seguía el 0-1 por lo tanto.

El portero alcorconero, el ex del Tarazona Jesús Ruiz, estuvo más por el suelo que de pie. Sus pérdidas de tiempo fueron por momentos escandalosas. Quinteros fue toreado por su escasa personalidad, siendo benévola la apreciación. A todo esto, el fútbol del Real Zaragoza seguía sin aparecer. Todo era una ‘jazz sesion’, sin partitura.

Alocadamente, dejando espacios que el rival aprovechó un par de veces para meter miedo. Yan Eteki casi hizo el 0-2 tras una muestra de falta de atención de Vallejo en el área propia. No estaba el equipo de Escribá bien sintonizado. Como el día del Mirandés, el segundo tiempo fue peor que un ya defectuoso primero. Un horrible síntoma. A Escribá se le desmonta el chiringuito según pasan los minutos, las jornadas. Y no lo rehace con los cambios. La equidad en la valoración de los futbolistas se derrumba por este lado de la ecuación.

Los silbidos de la hinchada zaragocista cuando se dieron ratos largos de rondos en zonas inertes, cuando solo restaba un cuarto de hora, denunciaron lo que pasa mayormente. Hubo varios desmarques de los puntas que los centrocampistas no asistieron. No los ven. Una diagonal profunda es un pecado para los de Escribá. El corolario al desastre fue el segundo gol visitante. Otra pifia monumental del debutante Poussin, que va a tener difícil remontar esta presentación. Perdió un balón que le entregó Aguado en el área, acosado por Bustos, y Yan Eteki, en segunda instancia, marcó a puerta vacía, porque Poussin se quedó revolcándose pidiendo una falta que no hubo en vez de ponerse de pie para evitar el tanto.

El 0-2, a falta de 9 minutos, causó un efecto viejo por primera vez este año: buena parte del zaragocismo abandonó las gradas, bramando, decepcionados. Lo del Racing y el Mirandés no fueron meros accidentes. Tampoco lo de Ferrol. Como se denuncia desde los más rápidos y afilados microscopios de siempre, cuando muchos solo son capaces de ver a la orquesta tocar y a la gente bailar, en el subsuelo de este equipo hay grietas peligrosas que las actitudes forofas y condescendientes están ocultando más de lo debido. Llegado el primer cuarto de la liga, el 25% de la competición, es un buen momento para unos ejercicios espirituales de los de verdad. Aún se está a tiempo de poner tratamiento adecuado, con el equipo en el paquete de cabeza por su excelente rentabilidad inicial, ya difuminada.

El Zaragoza se pega un tiro en el pie

Dos errores clamorosos de Jaume Grau y de Poussin le sirven en bandeja a un renacido Alcorcón su sexta victoria consecutiva en La Romareda. El equipo aragonés sólo ha sumado cuatro puntos en las últimas cinco jornadas.

Un error fatal de Jaume Grau y otro aún mayor de Poussin le sirvieron en bandeja al Alcorcón su sexta victoria consecutiva en La Romareda, lo que se dice pronto, y descabalgaron al Real Zaragoza de posición de ascenso directo y lo mandaron a la quinta plaza. El equipo alfarero se presentó penúltimo y con nada menos que 17 goles encajados, pero volvió a rehabilitarse costa de un Zaragoza que comenzó el partido al galope, pero lo acabó absolutamente atascado e impotente, falto de ideas y de soluciones. Su segunda parte fue absolutamente vergonzante y vergonzosa.

El fútbol del Real Zaragoza no convencía ni a sus más firmes partidarios, pero ya no le sostienen ni los resultados, porque acumula tres encuentros consecutivos sin ganar en La Romareda (un empate y dos derrotas) y sólo ha sumado cuatro puntos en las últimas cinco jornadas. Así que ya no hay quién discuta la involución del equipo de Fran Escribá desde el liderato, desde el juego y también desde los números.

Escribá presentó otra rotación masiva, la mayor en su etapa en el Zaragoza, con hasta nueve novedades, esta vez más justificada por haber jugado el jueves por la tarde. Sólo Jaume Grau y Manu Vallejo repitieron en el once. Poussin relevó al lesionado Cristian Álvarez y Bakis regresó a la alineación, tras dos jornadas de completa suplencia. También Fran Fernández presentó un equipo prácticamente nuevo, con ocho cambios respecto del que alineó el martes frente al Albacete, además de variar su habitual disposición táctica pasando a jugar con tres centrales.

El Zaragoza, en su afán por vencer y convencer de una vez por todas, salió como un tiro y puso rápido coto a la portería del Alcorcón. Iván Azón pudo abrir el marcador a los cuatro minutos, pero su zurdazo a la media vuelta se estrelló en el larguero, y cinco minutos después Quintero González no quiso ver un claro derribo dentro del área de Óscar Rivas a Manu Vallejo. El árbitro andaluz no sólo no señaló penalti, sino que amonestó al atacante del Zaragoza por simular su caída. Intervino el VAR y el juego estuvo detenido hasta seis minutos, pero, aunque no quedó duda sobre la claridad de la pena máxima y la tarjeta amarilla fue anulada, todo se quedó en nada por un fuera de juego previo de Bakis por milímetros.

El equipo aragonés, que jugó con la defensa diez metros por delante de su ubicación habitual, no dejó de atacar y hasta probó suerte de lejos el central Mouriño con un impresionante obús que se marchó rozando el poste derecho de Jesús Ruiz, después de un robo del charrúa. También pudo marcar Bakis, tras un gran servicio de Valera, pero el turco se enredó en el área después de un mal control. Y el propio Valera tuvo su gran oportunidad pasada la media hora ante el portero.

Pero en el fútbol un regalo inesperado lo cambia todo, y un error fatal de Jaume Grau en la salida de balón del Zaragoza le sirvió el gol en bandeja a Juanma Bravo, que fusiló a Poussin a los 38 minutos. Así que sucedió lo inesperado, lo que menos merecía el equipo aragonés. El 0-1 disparó el ánimo y la confianza del Alcorcón y el partido dio un giro completo. Toni Moya tuvo el empate con una falta directa que rozó la escuadra, y Bakis, en otra tarde negada, cabeceó a las manos del portero, pero lo cierto es que el Zaragoza acabó la primera parte descolocado y descentrado.

Tras el descanso, Escribá relevó a Mouriño, con una tarjeta, por Francés, y el Alcorcón perdió enseguida al goleador Juan Bravo por un choque fortuito con Lecoeuche, antes de un triple cambio de Fran Fernández, que nunca renunció a ganar. Pasaban los minutos, el Alcorcón se iba sintiendo cada vez más cómodo con su ventaja y el Zaragoza jugaba ya a la desesperada. El VAR le negó un gol a Mollejo, agitador una vez más, por fuera de juego previo de Azón en el 66′, pero fue el canto del cisne de un Zaragoza impotente y sin recursos, que encajó un segundo gol en un regalo al alimón entre Marc Aguado y Poussin y que se salvó al final de un resultado más adverso. Su segunda parte fue absolutamente vergonzosa y vergonzante.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº9 (5.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3620

F.C. ANDORRA 0-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Ficha Técnica

FC Andorra: Dani Martín; Leal, Diego González, Alende, Vilá (Moreno, 62); Bover, Molina (Álvaro Martín, 76), Iván Gil; Benito (Lobete, 76), Shabani (Petxarromán, 62); Scheidler (Manu Nieto , 89).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (Poussin, 82); Luna (Gámez, 68), Francés, Lluís López, Borge; Aguado, Maikel Mesa, Bermejo (Valera, 68), Grau (Moya, 46); Mollejo; y Manu Vallejo (Azón, 68).

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Expulsó a Bover (18), roja directa por juego violento sobre Aguado. Amonestó a Grau (13), Aguado (45), Benito (49), Francés (54) y Alende (92).

Goles: 0-1, min. 36: Mollejo.

Incidencias: Tarde calurosa, con 21 grados al inicio del partido (las 19.00). El césped del estadio Nacional presentó un excelente estado. En las gradas hubo alrededor de 2.500 espectadores, de ellos 500 zaragocistas.

FC Andorra 0-1 Real Zaragoza

40.2 % Posesión 59.8 %
0 remates dentro 3
0 disparos bloqueados 1
5 remates fuera 1
5 disparos recibidos 5
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 8
9 faltas cometidas 16
128 perdidas de posesion 110
47 recuperaciones de posesion 53
1 fueras de juego 3
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El Real Zaragoza retorna al camino de las victorias con un 0-1 en Andorra entre la espesura

Un gol de cabeza de Mollejo al final del primer tiempo decide un feo e insulso partido. La expulsión del local Bover en el minuto 18, clave.

El Real Zaragoza retornó este jueves al camino de las victorias al ganar en Andorra con un solitario gol, surgido entre un fútbol espeso, insulso, aburrido y sin seducción alguna. Así, los aragoneses vuelven a los puestos de ascenso directo tras tres jornadas de crisis.

El primer tiempo acabó 0-1 gracias al aserto de la ley del mínimo esfuerzo, modalidad aplicada una vez más al fútbol tedioso del Real Zaragoza que, en contrapunto al perjuicio del anterior día frente al Mirandés que causó la tempranera expulsión de Enrich, esta vez se vio beneficiada por la tarjeta roja que recibió el andorrano Bover en el minuto 18, por juego violento ante Aguado en un balón dividido en medio campo. No hay ninguna intención de desmerecer ese fenomenal marcador favorable que logró el cuadro aragonés en el primer periodo del choque. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente, de contar lo que hubo sobre el césped del Nacional del país pirenaico que, con 2.500 personas tuvo su mejor entrada en muchos meses (caben 3.600 en total, forzando mucho, 4.000).

Antes del gol, anotado por Mollejo de cabeza en el minuto 36 a centro lateral de Grau desde la izquierda, solo hay otra anotación más, solo una: también una finalización con la testa pelada del manchego en una asistencia de Maikel Mesa en la línea de fondo, en el 29, que acabó mansamente en las manos del portero Dani Martín, tan inédito como Cristian Álvarez en los primeros 48 minutos (eso duró el primer acto). Y es que fue un partido insípido, anodino como pocos entran en docena. Con un Andorra decepcionante en su anunciada propuesta de posesión masiva del balón y dominió del timón, pues nada de eso supo hacer el cuadro de Sarabia. Y con un Zaragoza, revolucionado con seis cambios por un Escribá desatado (que fueron siete, si computamos la traslación de banda de Borge en la defensa, de la derecha a la izquierda), que no supo qué hacer con el balón hasta que la expulsión de Bover lo dejó en superioridad desde el minuto 18 y su rival se atrincheró atrás por natura.

El equipo zaragozano se diseminó por el campo en un 4-4-2 dúctil, que partía en forma de rombo en la medular. Aguado era el eje. Mesa por la derecha, Grau por la izquierda y Bermejo por el centro, de enganche. Una novedad lo de Mesa y Bermejo, quizá montado al revés de la lógica. No funcionó, claro. En punta, Manu Vallejo y Mollejo conformaron un dúo de poca mezcla, ni entre ellos ni con los demás de la segunda línea. Los laterales, Luna y Borge, aportaron entre cero y nada en ataque, limitándose sobremanera a guardar su zona atrás.

El Andorra no existió en ataque jamás. Ni con 11 jugadores, hasta el minuto 18, ni mucho menos después. Solo una incursión de Benito en el 17, con un centro en el lateral del área que sacó de cabeza la zaga aragonesa en el área chica, se puede apuntar como máxima y única llegada con cierto peligro de los locales. Un desastre el cuadro tricolor (con tres colores fueron ambas escuadras, parecía un partido de la Copa de África). Y, frente a esa inoperancia andorrana, se apreció a un Zaragoza de poco lustre, sin brillos con el balón en los pies. Su fútbol, un día más, abusó del pase atrás, lateral, en zonas inertes. Apenas se rebasaron líneas con intención ofensiva. Hubo pocos desmarques y muchos menos pases profundos o diagonales. Todo con la misma previsibilidad ya conocida desde hace más de un mes.

Vino de maravilla la roja a Bover, que midió mal una entrada con el pie por delante, arrastrándose sobre la mojada hierba, que acabó con un plantillazo peligroso en el rostro de Aguado a un palmo del suelo. Eso anuló por completo las supuestas intenciones del Andorra de mandar por completo en el partido. Mató a los del Principado y le dio galones al, hasta entonces, perdido Zaragoza. El partido empezó realmente para los de Escribá ahí, en el minuto 18. Y lo gobernaron sin sudar demasiado en lo sucesivo. Al trantrán, sin velocidad de transición, con conducciones de motor diésel. De no haber surgido en el 36 el gol de Mollejo, el primero de cabeza del curso de los zaragocistas, se hubiera consumado el peor primer tiempo de la década, seguramente. Lo demás fue un erial, un páramo futbolístico.

El intermedio, con ese 0-1 tan rico en réditos para tan poco como se había expuesto sobre la hierba andorrana, se degustó entre el zaragocismo con buen paladar. El equipo de Escribá, siguiendo el guion de Tenerife o Cartagena, estaba por delante con una efectividad máxima y, lo mejor, estaba litigando contra un adversario con aires de zombi. Escribá dejó en la ducha a Grau (tarjeteado) y metió en danza a Moya en la reanudación. El partido renació igual que había parado un rato antes: feo a más no poder, infumable por parte de ambos equipos. En este escenario, el problema grueso era para los locales, que iban perdiendo. Al Zaragoza, como dejó patente Escribá con la inapetencia atacante mostrada desde el pitido inicial del segundo tiempo, no le importaba seguir así hasta el final de los días. Para qué buscar el segundo gol si con uno basta.

En el minuto 68, a falta de 22 para la finalización del pestiño, el técnico zaragocista hizo un triple cambio entre la nebulosa global. Eran dos de inicio, Valera y Azón para refrescar a los difuminados Bermejo y Vallejo, pero se unió Gámez para relevar a Luna, otro lateral con problemas musculares a mitad del segundo tiempo, una epidemia que no cesa. El tostón (tostonazo, en mayúscula) no varió. De las ciénagas del fútbol, lugar donde se desarrolló este partido toda la noche, el Zaragoza montó una contra con la gente fresca recién entrada. Azón condujo y Valera, en vez de rematar a portería con todo a favor en el 71, buscó el penalti. Ni una cosa ni otra obtuvo.

Y, como siempre que se juega con fuego, al equipo de Escribá le saltó un chispazo que le socarró la ropa en el 73. El ariete francés Scheidler, un tallo torpón, cabeceó una falta lejana volcada al área zaragocista y el balón se estrelló en el poste izquierdo, con Cristian Álvarez batido, en modo estatua. La ausencia de Jair se nota mucho por arriba. Lluís López no es lo mismo en esa faceta. En el último cuarto de hora, los andorranos se dedicaron a llevar balones de cualquier modo al área zaragocista y Cristian Álvarez tuvo que salir un par de veces por arriba (en una, con un fallo de cálculo serio que, por fortuna, no penalizó).

La renuncia total del Zaragoza a buscar el 0-2 en más de tres cuartas partes del tiempo de duración del choque patrocinó esa reactivación postrera de los tricolores. Como en los primeros cinco partidos, los de las victorias, el viento de cola golpeó favorablemente la popa zaragocista. Los rivales remataron al palo, se autoexpulsaron, jugaron fatal. Y los de Escribá, con muy poco, obtuvieron petróleo en las montañas del Pirineo. 

Cuando faltaban 8 minutos cayó lesionado Cristian Álvarez, lo que facilitó el debut de Poussin. Menos mal que el técnico blanquillo aún no había cubierto el quinto y último cambio, pues de lo contrario el epílogo hubiera sido un drama.

Los posibles contragolpes de los zaragocistas quedaron siempre abortados por pésimas decisiones de sus porteadores. El que malogró Valera en el 83, con Azón y Mollejo acompañándolo en solitario y a los que no asistió, fue un paradigma cristalino de este mal. En el argot, pecó de chupón. Por no hablar de los pelotazos largos, sin dirección ni objeto, lanzados por la zaga tomate en los minutos finales como si se tratase de fútbol regional. Bajísima calidad en general. Improvisación permanente.

Al final, con 6 minutos de añadido, el equipo pudo celebrar su sexto triunfo en nueve jornadas. Unos números que tapan el feísmo de las formas. A Escribá, poco amigo del resultadismo cuando va en contra de sus tesis, le edulcoran la fórmula del presente precisamente las cuestiones relativas a los marcadores finales. El Real Zaragoza se rehace después de 20 días de bajonazo en rentabilidad, aunque la textura de su juego no anuncie luces nuevas ni ayude a aumentar la autoestima. Todo esto, en la primera o la segunda posición en la tabla, además de paradójico, es ejercicio de análisis singular. Es lo que hay.

La revolución en la alineación, un día más, volvió a demostrar que ese no es un buen método. Quizá fuese más cabal ir armando un esqueleto básico y prevalente. ¿Y qué hay de Bakis?

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº8 (1.8.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3619

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-1 MIRANDESEscudo/Bandera equipo

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche (Mouriño, 73); Grau, Moya (Aguado, 68); Valera (Mollejo, 73), Maikel Mesa (Bermejo, 91); Azón (Manu Vallejo, 68) y Sergi Enrich.

CD Mirandés: Luis López; Rubén Sánchez (Diego Moreno, 55), Pablo Ramón, Barbu, Barcia (Gómez, 66), Alcedo; Tomeo (Tachi, 79), Reina; Baeza (Álvaro Sanz, 66), Gabri Martínez (Durdov, 79); y Carlos Martín.

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Expulsó a Sergi Enrich (45+1) por juego violento. Amonestó a Barcia (5), Jair (16), Rubén Sánchez (44), Mouriño (91), Durdov (94) y Pablo Ramón (96).

Goles: 0-1, min. 87: Jair, en propia puerta.

Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en Zaragoza, con 34 grados al inicio del partido, las 18.30, horario que ya tuvo que ser rectificado por La Liga a mitad de semana, pues estaba programado a las 16.15 en plena ola de calor del veranillo de San Miguel. El césped de La Romareda presentó un buen estado, algo resbaladizo por el riego. En las gradas hubo alrededor de 31.000 espectadores.

Real Zaragoza 0-1 Mirandes

59.9 % Posesión 40.1 %
2 remates dentro 0
2 disparos bloqueados 3
4 remates fuera 5
9 disparos recibidos 8
2 tarjetas amarillas 4
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 11
134 perdidas de posesion 116
47 recuperaciones de posesion 48
0 fueras de juego 2
xxxxxx

El Real Zaragoza patina por tercera vez consecutiva y cae 0-1 ante el Mirandés en La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair en el minuto 87, tras haber rematado al larguero Azón en el 48 y después de afrontar medio partido con 10 jugadores por expulsión de Sergi Enrich, tumba de nuevo a un raquítico equipo en el apartado futbolístico.

El Real Zaragoza patinó por tercera vez consecutiva. Cayó por primera vez este año en La Romareda, 0-1 ante un poco brillante Mirandés, que vino en posiciones de descenso. La decepción llegó con un tanto en propia puerta de Jair cuando el duelo ya acababa. El equipo zaragozano jugó medio partido en inferioridad, tras la tarjeta roja que vio Sergi Enrich antes del descanso.

Esta crónica requiere de imágenes claras, fijas, detenidas en la literatura para no perderse en florituras. De entrada, el Real Zaragoza no jugó bien. Era una de esas mini asignaturas que cada partido presenta a los equipos que, esta vez, viniendo de dos pifias seguidas, debía aprobar el equipo aragonés. Y pecó de muchos defectos ya conocidos, incluso en días de victorias. Le falta fútbol, agilidad en las conducciones, generación en la zona medular (Grau y Moya fueron el doble pivote, obturado casi siempre) y engarce positivo con los puntas. Solo el extremo Valera, permanentemente buscado como única herramienta profunda, ofreció soluciones, que pocas veces culminaron con peligro. Azón, en el juego directo, siempre pelea todo, pero otra cosa es el final de cada cortometraje.

Por otra parte, el plan del 4-4-2 de nuevo, esta vez con Sergi Enrich en vez de Bakis (el técnico acabó de raíz con el runrún que viene percibiendo hace tres semanas sobre el germano-turco y su no agilidad ante el gol), con la vuelta de Mesa en vez de Bermejo y con el lateral Lecoeuche estrenándose en casa por la izquierda, con Borge por la diestra de una zaga más nerviosa de lo habitual, está ya detectado en los radares de los rivales, que lo acogotan con cierta facilidad. Esta vez, el entrenador del Mirandés, Alessio Lesci, montó un 5-3-2, con un centro de campo tupido de piezas, que hizo inútil la posesión de los zaragocistas en zonas de nadie. Lo de siempre.

Y, como ya viene siendo habitual en el tiempo de bajón de prestaciones del impecable Real Zaragoza de las primeras jornadas, que sigue alargándose, se fallaron varias ocasiones claras de esas que decantan marcadores y definen victorias en caso de buen tino. Valera, en el 10, solo mano a mano, en vez de tirar él a portería optó por pasar a Azón, que no llegó por milímetros bajo palos. El gol se evaporó. Por cierto, Azón estuvo cayéndose toda la primera parte, resbalándose con una botas naranjas que pedían relevo. No lo hubo. En el 22 se revisó un posible penalti al propio Valera, que pudo ser zancadilleado tras una peinada de Azón que lo dejó solo en el área. El VAR dijo no, como pudo haber dicho sí. Todo cabía. Pero los árbitros no están muy del lado zaragocista en caso de dudas por ahora. Curiosa percepción.

Grau marró en el 31 un remate franco tras un rechace aéreo de la zaga castellana, chutando fatal, fuera. En el 45 se le anuló un gol a Sergi Enrich, que cabeceó junto al portero en el área pequeña, sin que la falta que se dio por descontada se vea en la moviola. Fue limpio su salto. Pero esos goles ya no valen desde los años 60. Es el fútbol de finuras y cuestiones asumidas por defecto. Una pena.

Entre este pequeño muestrario zaragocista para abrir el marcador con resultado negativo (cosas de cenizos, tal vez), el aplicado Mirandés gestó dos ocasiones cristalinas para haber puesto las cosas aún más complicadas al Real Zaragoza. Carlos Martín cabeceó solo ante el portero local en el minuto 20 un centro de Pablo Ramón, gemelo al del gol del Racing de Ferrol el lunes pasado (con disfunción de Jair y Francés semejante, y de Lecoeuche -entonces fue Borge- en la marca previa al asistente), pero el balón se le marchó fuera por poco. Y en el 34, el mismo jugador, no llegó por un número de zapato a un pase raso de Pablo Ramón, a quemarropa.

La roja a Enrich, golpe bajo clave

El colofón al primer periodo raro, alborotado, de este Real Zaragoza amorfo e irregular marcó para mal lo que aguardaba tras el intermedio. Sergi Enrich fue expulsado en el minuto 45+1, ya en el aumento, por juego violento. Levantó el pie en exceso y le marcó los tacos en la nuca al adversario rojinegro, que le echó el picante a la acción necesario para que el árbitro no dudase. El equipo aragonés se quedaba con 10 hombres, en inferioridad, medio partido. En ese barullo postrero, curiosamente, pudo llegar el 1-0, pues Valera recogió un balón en el área y, tras un quiebro de los suyos, remató raso, cruzado, fuera por un par de metros.

El partido se reanudó con el ambiente cargado en unas gradas casi llenas. Y sin cambios nominales. Diez para once. Tras unos primeros baqueteos de iniciativa mirandesa, la primera llegada del Real Zaragoza fue nítida, al recoger en el 48 Lecoeuche un balón suelto mal despejado por los visitantes y poner un centro que Azón cabeceó al larguero. En días tan enrevesados y donde la madeja cada vez se lía más, no se pueden fallar este tipo de ocasiones. Entretanto, Valera y Lecoeuche cayeron en sendos choque con rivales y el árbitro, el navarro Galech Apezteguía, adoptó la pose de despotismo, no se sabe bien cuánto de ilustrado. No pitó ni una falta de esas, en toda la tarde.

El Mirandés, en posiciones de descenso cuando empezó la jornada (y eso nunca es gratis), mostró poco empuje y decisión en ir a por el triunfo en los albores de ese segundo tiempo que comenzaba en superioridad de piezas sobre la hierba. Pasó el primer cuarto de hora de la reanudación y los zaragocistas no sufrieron un acoso diferente ni más adelantado que lo vivido en la primera fase, donde apostaron claramente por defender y salir con escasez a la contra. En ese hito del reloj, por pura inercia, construyeron el primer ataque que rozó el 0-1. El extremo Gabri Martínez hizo una incursión individual, superando a Francés, y su chut a placer se marchó fuera, a milímetros del palo izquierdo de un batido Cristian Álvarez.

Empezó el batiburrillo de los cambios a falta de 25 minutos. El Mirandés a su aire, sin pisar casi el área local. El Zaragoza con la entrada de Manu Vallejo y Aguado en un primer doble lote. Un agotado Azón y el desdibujado Moya se fueron a la ducha. El cuadro blanquillo llevaba muchos minutos plano, sin recursos de medio campo hacia arriba. El 0-0 parecía el máximo botín en otra tarde cruzada… A falta de 20 minutos, Lecoeuche cayó redondo al suelo. Cambio obligado por cuestiones físicas en el día de su reincorporación al equipo. Mouriño, acompañado por Mollejo (este en vez de otro que estaba sin pilas hacía largo tiempo, Valera), modificaron la cara del equipo en el último cuarto de hora. Francés se puso en el lateral diestro, eso que no se sabe bien por qué no está sucediendo hace tres semanas desde el inicio .

En los últimos 11 minutos, el Mirandés sí que dio diez pasos adelante en pos de la victoria. Pareció que era muy tarde. Durdov, el zaragozano Álvaro Sanz y los movimientos hacia zonas delanteras de sus laterales y mediocampistas hicieron recular al Zaragoza como no había sucedido hasta entonces. En las filas zaragocistas, detalle importante, Bakis no calentó en ningún momento para salir.

En las postrimerias del partido, una incursión de Grau en el área en el minuto 84 acabó con una caída susceptible de ser penalti por zancadilla. Galech, por supuesto, dio la negativa al asunto. Fue el único desahogo en área rival durante media hora larga de nada en ataque. El Mirandés dominaba cada vez con más veneno. Durdov amagó peligro máximo apenas un minuto antes de que la desgracia trajera el castigo mayor al Real Zaragoza, con el autogol de Jair en el 87 a centro de Pablo Ramón, solo en el lateral del área. De repente, los goles en portal propio se los mete el equipo zaragocista y los remates a los palos son suyos y no del contrincante. Los vientos del fútbol son así de ingobernables. Ahora, ya no viene de cola.

El aumento, de 8 minutos, se alargó hasta más de 10. Con pérdidas de tiempo del Mirandés y con Galech gustándose con trote de caballo jerezano entre la algarada de la grada. Cristian Álvarez subió a rematar un córner y dio el susto al chocar cabeza con cabeza (y puño) con su colega Luis López. Hay quien vio penalti en el topetazo. Los del VAR, que son los que llevan el timón en estos casos, se llamaron andana. Claro. El galimatías fue de órdago a la grande, el líneas generales. Al juez navarro, este tipo de circunstancias le vienen grandes como una saya de Demis Roussos. Se jugó la mitad del tiempo. Todo fueron interrupciones de los visitantes.

Y así se acabó este tercer tropezón serio del Real Zaragoza en dos semanas. Se bajó el ‘souflé’. Ya no hay liderato que sujete alegatos. Tampoco queda tan mal el asunto, pues el equipo aragonés será 2º o 3º, según haga el Espanyol más tarde. Pero el récord de los últimos tres partidos es de un punto sumado de 9 disputados. Y con la cosecha de solo un gol en las porterías de enfrente. Es probable que el entrenador siga oyendo runrunes. Habrá una novedad este lunes: la gente por la calle le dirá ‘míster, no pasa nada, son dos derrotas y un empate, a por otra’. Las pifias han aumentado en unidades. En resumen, cortito y al pie, algo no funciona en el juego del Real Zaragoza. Y es algo muy importante. El amplio cuerpo técnico sabrá detectarlo. Solucionarlo es otra cosa.

El Mirandés asalta La Romareda

Un gol en propia puerta de Jair a un minuto del final descabalga al Zaragoza del liderato. El equipo de Escribá, sin síntomas de mejoría, jugó toda la segunda parte con diez por rigurosa expulsión de Sergi Enrich.

Al Real Zaragoza se le volvió a atragantar el Mirandés en La Romareda, lo que es casi una costumbre, y sumó una nueva derrota que le descabalga del liderato seis jornadas después. El partido estuvo marcado por la rigurosa expulsión de Sergi Enrich en el descuento de la primera parte, pero lo cierto es que el equipo de Escribá hizo escasísimos méritos frente a un rival serio y firme, que no regaló nada. Toda la ofensiva del Zaragoza fue un cabezazo de Iván Azón al larguero. Su fútbol no mejoró, ni con once ni con diez. Fue plano y fácilmente defendible para un Mirandés que no se confundió y que se benefició de un gol de Jair en propia puerta a un minuto del tiempo reglamentario. La suerte es caprichosa. Te da y te quita.

Lecoeuche, Maikel Mesa y Sergi Enrich, en su primera titularidad, fueron las tres novedades en el once de Escribá, en detrimento del lesionado Fran Gámez, de Bermejo y de Bakis, suplente por primera vez, mientras Lisci varió el sistema, pasando a jugar con tres centrales, e introdujo hasta cuatro cambios: Barbu, Tomeo, Reina y Baeza relevaron a Martón, Álvaro Sanz, Tachi e Ilyas Chaira.

El Zaragoza, responsabilizado y exigido por las circunstancias, pretendió tomar el mando desde el principio, apretando en la presión y estirando sus intenciones, pero su amenaza resultó ciertamente escasa y muy previsible. Tuvo la iniciativa, pero no el control. Otra vez sin producción en sus medios centro y con Maikel Mesa perdido, la sociedad Borge-Valera fue su único argumento ofensivo en la primera parte. Ambos cocinaron una ocasión a los diez minutos que Iván Azón no mandó a la jaula por centímetros. Pero no hubo más. Pareció un primer aviso, pero fue principio y final de su ofensiva frente a la seguridad y el orden de un Mirandés que respondió primero con un cabezazo picado de Gabri y pasada la media hora con un centro pasado de Baeza al que no llegó Carlos Martín.

La primera parte moría sin novedad y sin peligro cuando el Zaragoza se quedó con diez por una rigurosa expulsión de Sergi Enrich en una entrada aparatosa sobre Gabri en el centro del campo. Una tarjeta roja directa que lo cambió todo y que abrió un nuevo escenario para la segunda mitad.

El Zaragoza volvió del descanso enrabietado, dispuesto a compensar su inferioridad con arrojo y decisión, y pudo resolver el encuentro en el minuto 48, cuando un centro de Lecoeuche lo cabeceó Azón a bocajarro al larguero. Fue la mejor ocasión de la tarde, pero ahora al equipo de Escribá ya no le sale todo como en las cinco primeras jornadas. A partir de ahí, el Zaragoza quiso pero no pudo. Lo intentó, pero no le alcanzó, porque fue incapaz de producir más ocasiones claras y porque el Mirandés no hizo una sola concesión.

El partido era de empate, porque Cristian Álvarez no tuvo que intervenir una sola vez, pero a un minuto del tiempo reglamentario Jair, valladar tantas veces del Zaragoza, introdujo en su propia portería un centrochut del lateral Diego Moreno y le dio al Mirandés su primera victoria lejos de Anduva.

 

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CD TERUEL X-X CD TERUEL 

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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº7 (25.9.2023)

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PARTIDO OFICIAL Nº 3618

Racing FerrolRACING DE FERROL 1-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

1-0, min. 60: Álvaro Giménez

Ficha Técnica

Racing de Ferrol: Cantero; Delmás, Jon García, Castro, Brais Martínez (Delgado, 85); Bernal, Señé; Carlos Vicente (Manzanara, 90), Losada (Nacho, 85), Héber Pena (Chuca, 73); y Álvaro Giménez (Manu Justo, 73).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Luna, 80), Francés, Jair, Borge; Grau, Moya (Maikel Mesa, 71); Valera (Mollejo, 71), Bermejo (Sergi Enrich, 80); Azón y Bakis (Manu Vallejo, 61).

Árbitro: Cid Camacho (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Castro (22).

Goles: 1-0, min. 60: Álvaro Giménez.

Real Zaragoza 1-0 Real Zaragoza

41.7 % Posesión 58.3 %
4 remates dentro 2
2 disparos bloqueados 1
4 remates fuera 6
9 disparos recibidos 10
1 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
13 faltas recibidas 8
8 faltas cometidas 13
135 perdidas de posesion 146
52 recuperaciones de posesion 65
4 fueras de juego 3
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Ferrol, primer tropiezo de un errático Real Zaragoza, que cayó por 1-0

El exblanquillo Álvaro Giménez marcó el gol al inicio de la segunda parte. Los de Escribá en una revolución inútil del entrenador, jugaron otro mal partido y esta vez no tuvieron ningún hado de de la fortuna de su parte. El equipo aragonés sigue líder.

El Real Zaragoza sigue líder en solitario tras perder el Espanyol en Tenerife. Pero hasta aquí ha llegado su condición de invicto. Ferrol, La Coruña, jornada 7. El recién ascendido conjunto gallego tumbó a un deficiente equipo zaragocista por 1-0, con un gol del ex Álvaro Giménez al inicio de la segunda parte. Fran Escribá planteó un partido conservador a más no poder, con una revolución de cinco cambios en la alineación inicial, que fue castigada con la derrota y, lo que es más doloroso, poniendo de relieve la incapacidad del bloque zaragocista a dar muestras de reacción tras encajar en gol, con un tercio de partido por delante.

La primera parte fue ya de fútbol de bajo nivel. Aburrida de seguir. Tanto por parte de los locales, muy timoratos y apostando por el contragolpe, apostados atrás de partida, como por parte de un cuadro zaragocista que no mejoró las prestaciones de los últimos partidos. Lento en la circulación, previsible siempre, sin profundidad en las terminaciones de las jugadas que tenían cierto desarrollo. Los cinco cambios que aplicó Escribá al once inicial, afectando a todas las líneas, no elevaron la solvencia del grupo en los primeros 45 minutos (clavados, no hubo aumento).

En los 23 minutos iniciales no sucedió nada de nada. Literal. La primera mitad de la primera mitad del duelo fue inerte, insustancial, de tanteo y miradas a los ojos permanentes de los contrincantes. En boxeo se hubiese sancionado falta de combatividad en muchas fases del duelo. En balonmano, pasivo. En waterpolo, ambos equipos habrían perdido la posesión infinidad de veces. Las porterías fueron durante ese largo trecho dos adornos del estadio, maceteros de fondo, ornamentos prescindibles para todos, decorado de tramoyistas.

El Racing de Ferrol se sintió cómodo según pasaron los minutos al ver que el Real Zaragoza, considerado en esta visita como un gigante (el líder aplastante en la tabla, no era para menos en el feudo de un debutante en la categoría), no era capaz de llevar un balón a su área medianamente potable. El equipo aragonés era una malva. Todos iban con el lirio en la mano en cuando pasaban a campo contrario. Bakis, desaparecido. Azón, peleón contra el mundo para nada. Bermejo, gaseoso e impreciso como es habitual. Valera, poco osado en los tres o cuatro balones en los que pudo percutir a su par, el zaragozano Delmás. En la media, Moya y Grau fueron dos timoneles fáciles de desactivar, simples en su juego, nada atrevido con el balón en los pies. Los laterales, fofos en ataque. Gámez, de vuelta a la derecha, sin acierto hacia arriba y sufriendo un par de veces en defensa a su espalda, con Héber Pena. Y el debutante Borge, bastante hizo con sujetar al aragonés Carlos Vicente en varias incursiones a base de aplicación y pelea, pues en otras fue rebasado. El Racing de Ferrol insistió siempre por ese flanco, sabedor de que ahí podía estar la flaqueza de la, por otra parte, firme defensa zaragocista. Bien los centrales, Jair y, de nuevo, Francés.

Francés, precisamente, estrenó las anotaciones de sucesos interesantes del partido en el minutos 23. Cabeceó una falta lejana botada por Moya y el balón se fue fuera por poco. La estrategia, un día más, fue la primera manera de llegar con cierto veneno por parte zaragocista. Con balón combinado, el equipo de Escribá no funciona. Se empeñe en lo que se empeñe el técnico y oiga runrunes donde solo hay evidencias. Los dos puntas fueron dos islas, sin suministro. Y, en global, el equipo no dio miedo nunca a los ferrolanos.

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En el 30 apareció el Racing gallego en ataque, con un remate fallido de Losada, tras un quiebro afortunado sobre Jair que paró listo Cristian Álvarez. En el 35, en el rechace de un córner, Carlos Vicente empalmó una volea en el borde del área y el portero argentino sacó de la chistera una de sus palomitas milagreras para evitar el 1-0 y echar el balón a córner. De este saque de esquina, defendido con los ojos por un Zaragoza dormido, llegó otro casi gol local, pero el taconazo frívolo de Bernal, medio centro de Muniesa (Teruel), se marchó por encima del larguero mientras los avispas (el equipo aragonés no lució su uniforme oficial sin razón aparente para ello) no se enteraban de la película.

Se alcanzó la recta final de una primera mitad sosa, tediosa en infinidad de tramos, con un remate flojo de Valera a centro de Azón, en la primera jugada con cierto nivel notable del Real Zaragoza que llevó Azón por la izquierda, que paró Cantero sin problemas en el 40. Y en el 44, un centro-chut de Gámez no encontró ni portería ni rematador cuando los avispas parecían desperezar. Demasiado tarde. El árbitro, casero en diversas acciones que debió señalar como falta a favor del Zaragoza y se ahorró, los mandó a todos a la caseta cuando los de Escribá daban muestras de algo hasta entonces no visto. El 0-0, justo, se antojó un estado de las cosas buscado por ambos técnicos, que programaron un partido largo, a verlas venir, muy al estilo de la competición de Segunda. La liga va tomando forma y el conservadurismo empieza a imperar por doquier.

El segundo tiempo empezó sin cambios nominales en ningún equipo. Todo estaba bien, al parecer. El acto comenzó con un gol fallado por Bakis a bocajarro, mano a mano tras jugada trompicada de Azón en el minuto 49, que el germano-turco remató cruzado, fatal, fuera. El árbitró, Cid Camacho, acabó pitando falta a posteriori del ariete zaragozano antes del pase, pero Bakis ya había vuelto a desaprovechar una opción nítida de gol. Sigue su estado de ansiedad evidente. No es runrún. Es lo que hay.

El Racing de Ferrol, como al inicio del duelo, se había apostado atrás para jugar a la contra claramente. El Zaragoza empezó mandando. Moya recogió el balón en tres cuartos y soltó uno de sus disparos de derecha en el 51 que Cantero sacó a córner por encima del larguero en la mejor opción de gol de los aragoneses hasta entonces. Atrás, Carlos Vicente acababa de asustar de cabeza en un centro largo, vertical, que se topó con el cuerpo de Jair en el segundo palo. En los primeros 10 minutos de la reanudación, el equipo de Escribá se manifestó más gobernante, con mayores galones que en toda la primera mitad. Hubo filípica en el descanso. No gustó nada lo visto antes del intermedio.

Pero no remató nada bien. El equipo se le disuelve a Escribá de medio campo hacia arriba. Y esta vez, porque no siempre va a ser fiesta (era lunes, así que ni el calendario ayudaba al tópico), el rival, el animoso y bien armado Racing de Ferrol, pilló relajado a los avispas en una contra que montó Carlos Vicente, marcado muy de lejos por Borge, cuyo centro remató de cabeza Álvaro Giménez para hacer el 1-0 en el minuto 60. El gafe de los ex. Algo ancestral en la historia zaragocista. Los gallegos, en su primera salida con cicuta en todo el segundo periodo, se adelantaron en el tanteador y pusieron en evidencia al Real Zaragoza decadente de los últimos partidos.

El líder debía pelear por mantener su condición de invicto con media hora por delante. Había tirado a la basura una hora de fútbol. De mal fútbol. Al menos, de fútbol inconsistente. Escribá, si pretende seguir de líder y en posiciones cabeceras jugando así de feo y de deslavazado, se supone que admitirá que es imposible. Por más tópicos que se manejen para aludir a la categoría, a la igualdad, a los runrunes y demás asideros de talante psitaciforme habituales de los entrenadores en circunstancias semejantes.

La reacción seria no fue inmediata. El técnico quitó a Bakis y metió a Manu Vallejo en el gol. A partir de ahí, Bermejo no acababa nada. Valera ni lo empezaba. Las bandas estaban obturadas en ataque. Y así, Azón era un poste de telégrafos, o sea, de nula utilidad. Once minutos tardó Escribá en mover el equipo con más hondura. Va siempre con retardo cuando de actuar con contundencia se trata (ya le pasó en Cartagena cuando aplazó la salida de Lecoeuche al lesionarse Nieto y aquello costó un gol). Mollejo y Mesa fueron sus primeras balas, con solo 19 minutos como escenario. El equipo pedía modificaciones mucho antes, incluso con el 0-0.

Mollejo tuvo un balón franco en el minuto 72, en el área tras un par de rechaces fallidos, pero su chut de volea acabó en el mar, por encima del tejadillo del fondo. Descriptivo detalle. En la contra, con la grada de A Malata enfervorecida, el recién entrado Manu Justo ganó la espalda a Jair y Francés y chutó con fuerza provocando una parada de Cristian Álvarez providencial para evitar el 2-0 en el 76. A Escribá le entraron las prisas. El 0-0 le gustaba, aunque el juego fuese deficiente. La derrota, por el contrario, lo ponía en evidencia. Sergi Enrich y Luna fueron sus siguientes cambios en el 80. El equipo daba muestras por esos pasajes del partido de estar alborotado, ido. Los ferrolanos atacaban con facilidad, espoleados por su gente. Lejos de esperarse el 1-1, el barrunto era que el 2-0 podía llegar en cualquier momento. Mal asunto para los zaragocistas, aturdidos por el mazazo del gol y con nula respuesta a esa adversidad, con 30 minutos para repararla.

Se entró en los últimos 5 minutos con el Real Zaragoza hecho un ovillo, desmontado como equipo con las sustituciones. Y con el Racing de Ferrol empoderado, con razones para ello. Los zaragocistas no pisaron el área de Cantero durante la media hora en la que estuvieron en inferioridad, más allá del ‘drop’ de rugbi de Mollejo. Otra imagen cristalina de la falta de calidad del partido de los avispas, en claro retroceso. El árbitro solo dio 3 minutos extra. Poco. Caserete, caserete. Dio igual. Pudo haber dado 15 minutos más, que el Real Zaragoza no habría logrado el empate. La noche gallega empezó mal planteada, se desarrolló por caminos confundidos, Escribá apostó por guardar el 0-0 y ver si llovía café en el campo y, esta vez, le salió rana la jugada. Un sapo, más bien. El que se tragó el zaragocismo a ver a su equipo líder fuera de la órbita que requiere esa condición. El gas se esbafa. Escribá ha sido empujado por las circunstancias al centro del escenario, con el foco enfocándolo a él. Interesante imagen de un líder que, lejos de ir a mejor desde las victorias, está en evidente abollamiento de sus formas.

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

 

CD TERUEL X-X CD TERUEL 

SD TARAZONA X-X SD TARAZONA

LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

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LIGA 2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº6 (15.9.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3611

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-1 REAL RACINGEscudo/Bandera equipo

0-1, min. 40: Grenier.

1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

FICHA TÉCNICA

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Mouriño, Jair, Luna; Toni Moya, Aguado (Grau, 62); Valera (Sergio Bermejo, 79), Manu Vallejo (Azón, 62); Maikel Mesa (Mollejo, 74) y Bakis (Enrich, 74).

Racing de Santander: Ezkieta; Mantilla, Germán Sánchez, Alves, Saúl; Morante (Pol Moreno, 88), Grenier (Peque, 59), Aldasoro; Andrés Martín (Sangalli, 74), Íñigo Vicente (Sainz de Maza, 88); Ekain (Arana, 59).

Goles: 0-1, min. 40: Grenier. 1-1, min. 45 (+2): Germán Valera.

Árbitro: Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Mostró amarillas a Saúl (31’), Bakis (37’), Grenier (51’), Andrés Martín (71’), Ezkieta (86’), y Germán Sánchez (88’), Toni Moya (94’).

Incidencias: Partido de la sexta jornada jornada de liga jugado en La Romareda, ante 27.208 espectadores. Noche es fresca en La Romareda y muy húmeda. El césped estuvo buen estado, rápido debido a las últimas lluvias caídas en Zaragoza en las últimas horas. Los jugadores saltaron al campo con una camiseta de apoyo a Carlos Nieto. Por su parte Cristian Álvarez, recibió el premio al jugador del mes de Segunda División

Real Zaragoza 1-1 Real Racing

63.8 % Posesión 36.2 %
2 remates dentro 4
1 disparos bloqueados 4
3 remates fuera 4
12 disparos recibidos 6
2 tarjetas amarillas 5
0 tarjetas rojas 0
15 faltas recibidas 19
21 faltas cometidas 16
132 perdidas de posesion 117
51 recuperaciones de posesion 51
2 fueras de juego 4
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El Real Zaragoza es humano y empata contra el Racing de Santander (1-1)

El Zaragoza sufre su primer tropiezo del curso en un partido desmejorado en el que un gol de Valera remontó el inicial de Grenier para un notable Racing.

El Real Zaragoza alienígena de las cinco victorias seguidas, el conjunto que parecía que no podía dejar de ganar ni en sus peores tardes, exhibió ayer su cara más real, más humana y terrena, más cercana a lo que hoy es su fútbol y sus capacidades. En otro partido de escaso bagaje ofensivo, el equipo de Escribá se atascó ante un Racing superior en la primera mitad, que se le puso por delante con un gol de Grenier al que Valera dio rápida respuesta al filo del descanso. El empate puede darse por justo, porque el Zaragoza, con los cambios y su diversidad de recursos en la suplencia, enderezó la noche en la segunda mitad, sobre todo, gracias a Azón. Y el punto aún puede mantener el liderato en función del resultado del Espanyol en esta jornada.

Pero, por encima de todo, el resultado dejó al descubierto algunas de las carencias creativas y ofensivas que Escribá aún no tiene solventadas, ya advertidas en los días de vino y gloria de las últimas semanas y a las que las victorias le echaron el velo por encima. El Zaragoza, en resumen, juega muy lejos del área adversaria y no termina de imponerse en campo contrario: al Racing solo le remató dos veces a puerta. Su rival le dobló en disparos.

Fue Gámez el lateral izquierdo de emergencia con el que Escribá le pegó un parche a la posición ante las ausencias de los lesionados Nieto y Lecoeuche, movimiento que motivó el debut en la temporada en su zona natural de Marcos Luna en un once en que no figuraron ni Francés ni Azón. Quizá el técnico, en un intento por gestionar los méritos y la salud del grupo en un vestuario del que se presume por su anchura de soluciones, dejó fuera a los dos internacionales, que solo habían trabajado un par de días esta semana. Ambos se notaron: Francés porque Mouriño bajó un pistón su rendimiento de Cartagena. Y Azón porque es la cremallera que da recorrido y profundidad a la delantera del Zaragoza. Este fue el problema nuclear del equipo ante un Racing que le controló y domesticó con facilidad durante la primera mitad. El Zaragoza fue un equipo denso, horizontal y atascado porque ni Maikel Mesa ni Bakis le daban al ataque por dentro desmarques profundos. Ambos realizaban movimientos similares: recibían de espaldas, la pedían al pie y se dedicaban ambos al apoyo, sin sincronizarse entre ellos desmarques de ruptura. Difícilmente cuajarán juntos en un sistema así. A ello, se le unió los problemas del Zaragoza para que su doble pivote asuma el peso del juego y los pases iniciales: Moya y Aguado, bien marcados al hombre por el Racing, circulaban la pelota lentamente, una parsimoniosa cadencia que acababa siempre de vuelta a los centrales. O el Zaragoza deja de acostar el juego en los pies de sus defensas o sufrirá más días así. Entre unos delanteros que no estiraban al equipo y unos medios con poca progresión, el Zaragoza no avanzaba. Y así, expuso su fútbol a pérdidas que el Racing, un equipo brillante en la transición, eléctrico, vertical y punzante, convirtió en su llave en la cerradura del partido. Antes de su gol, los cántabros ya amenazaron con un tiro cruzado de Aldasoro tras un desliz de Moya que Cristian sofocó y con una intervención del divino argentino a una picadita de Andrés Martín. Eran minutos en los que Aldasoro, indetectable entre líneas, le encendía una hoguera a Aguado y Moya en su zona. Gran jugador el vasco: completo, intenso, fino cuando toca.

El Zaragoza, por su parte, apenas respiraba por su carril derecho, donde la agitación y el desborde de Germán Valera trató de abrir camino a gol. Fue el principal activo ofensivo, mientras que Manu Vallejo apenas intervenía en su sector. A Valera le hicieron nada más empezar un penalti que solo se explica que no se pitará vía VAR si se apreció mano de Maikel Mesa en un control previo. La mejor la tuvo Bakis con un rechace al que no le puso dirección correcta. También Andrés Martín mandó al cielo un remate franco dentro del área.

El Zaragoza se vio por debajo por primera vez después de que la tela de araña del Racing atrapara un error de salida de Mouriño. Fue Vicente quien gestionó el asunto y le entregó medio gol a Grenier, que la cruzó por bajo. Al Zaragoza se le quebraba así un partido por primera vez.

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Sin embargo, respondió con grandeza al filo de los últimos segundos de los dos minutos de prolongación. Un largo hilo de pases, acabó en la bota precisa de Toni Moya. Su centro desde tres cuartos lo repelió la defensa cántabra, pero allí fue Valera como si ese balón fuera su cena de la noche: un trozo de pan al que le pegó una dentellada que no era fácil, metiendo el pie al bote y mandando la pelota a la red. Así, con ese empate justo y psicológico, se llevó el asunto el Zaragoza al descanso.

A la vuelta al césped, el Racing pegó el susto, con un cabezazo de Mantilla, su lateral derecho, a dos palmos de la línea de gol que mandó fuera cuando eso, precisamente, parecía lo imposible. El partido recorría su curso en los mismos términos que el primer acto. El Racing buscaba el error del Zaragoza para dañar con su infantería. La idea estuvo muy bien traída porque el equipo aragonés si de algo está pecando es de tener la posesión más cerca de su portería que de la rival, lo que multiplica ciertos riesgos. Mientras tanto, el colegiado, algo indescifrable, le perdonaba la posible segunda amarilla a Grenier. Pareció tan clara que su técnico no tardó ni un minuto en quitarlo: saltaron Peque y Arana, delantero que relevó a Ekain. Por su parte, Escribá movió pieza poco después: retiró a un Aguado al que el contexto de su equipo aún se le atraganta y a Manu Vallejo, lejos de lo esperado. Salieron así Jaume Grau e Iván Azón al campo, pasando Maikel Mesa de la segunda punta a la banda izquierda.

El Zaragoza, solo con la presencia del ariete canterano, acabó metiéndose en campo del Racing. Las cargas en profundidad de Azón nivelaron la pugna, y su equipo comenzó a crecer. Sin mucha llegada, pero, palmo a palmo, ganando terreno. Fue el tramo del encuentro en el que Bakis exhibió cierta desconexión, como si sintiera que algo falta por incorporar a su carta de servicios. El gol, la falta de él, es como el frío: parece que no, pero poco a poco se va metiendo en los huesos. Escribá lo cambió para el asalto final, al que se apuntaron Enrich y Mollejo, y poco después Bermejo, quien entró por Valera, fatigado y con molestias.

Aquí se evidenció una de las grandes fortalezas del Zaragoza de este año: los cambios, los recursos en el fondo del armario, le dieron soluciones y le inyectaron gasolina. Aun con todo, el conjunto aragonés no terminó de intimidar el área, bien cerrada para el final con tres hombres por un Racing que no tardó en poner en valor el punto que tenía en la mano. Al Zaragoza, al final, se le oscurecieron las ideas. La Romareda, de nuevo exultante y celestial, con 27.208 almas, la mejor entrada del año, le trató de llevar arriba, pero poco más pasó. Esto, la comunión de acero que han firmado equipo y afición fue la victoria del día.

 

El Racing frena al líder

El Real Zaragoza, cortocircuitado y atascado, no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo. José Alberto le ganó la partida a Escribá.

Al Real Zaragoza le ha aupado al liderato su eficacia y no su fútbol, así que era cuestión de tiempo que se acabara su impecable racha de resultados. Esta vez no pudo con un Racing aplicado y valiente, que le complicó las cosas desde el primer momento. Hasta ahora, al equipo de Escribá le había salido todo, pero en su partido más gris de todo el campeonato no supo nunca cómo meterle mano a un rival que se lleva de La Romareda un empate merecidísimo, porque si alguien mereció ganar fue el Racing.

Ante las bajas de Nieto y Lecoeuche, Fran Escribá pretendió resolver el problema del lateral zurdo colocando a Luna en la banda derecha y trasladando a Fran Gámez a la izquierda, mientras Valera reemplazó a Bermejo como volante derecho. Fueron los dos únicos cambios en el once del Zaragoza, en el que no entraron los internacionales Sub-21 Francés y Azón. Por su parte, José Alberto introdujo mucho atrevimiento y hasta tres novedades en la alineación del Racing: Morante, Grenier y Ekain relevaron a Íñigo, Peque y Arana.

El partido comenzó a un ritmo vertiginoso y se puso enseguida a mil revoluciones, quizá lo que nunca desea Escribá, porque el Racing, lejos de especular o pausar el juego, salió como un tiro y su valentía y decisión provocó un toma y daca constante. Y en el intercambio, las ocasiones se sucedieron en las dos porterías en el primer cuarto de hora. Cristian Álvarez salvó un disparo cruzado de Aldasoro y sacó una mano prodigiosa ante Andrés Martín, mientras Manu Vallejo se enredó solo ante Ezkieta y ni remató ni pasó, y Bakis, con la suerte de espaldas, mandó rozando el larguero un balón a la salida de un córner.

El juego fue perdiendo gas, pero el Zaragoza, sorprendido por el planteamiento de José Alberto, no estuvo cómodo en toda la primera parte. Le costó superar la presión del Racing, careció de fluidez e intención en la circulación de la pelota, sus laterales no percutieron y no defendió con solvencia ante un rival afilado por Íñigo Vicente que siguió acumulando ocasiones en las botas de Ekain y de un activísimo Andrés Martín. Y así, a cinco minutos del descanso, Grenier hizo diana, tras un error al alimón de Marc Aguado y Mouriño en la salida del balón. El gol fue justo premio a los méritos del Racing que, sin embargo, mereció quedarse enseguida con diez por una segunda amarilla del lateral Saúl que el árbitro, literalmente, no quiso ver. Sólo Valera, encarador de genio y voluntad, un extremo desequilibrante en la categoría, sostuvo al equipo de Escribá en ataque, y su insistencia acabó teniendo recompensa a segundos del descanso, cuando, providencial, mandó a la jaula una pelota muerta en el área pequeña. El Racing fue bastante mejor en la primera mitad, pero el Zaragoza se valió otra vez de su eficacia. O del oportunismo de Germán Valera.

En la segunda parte, Escribá pasó del 4-2-3-1 al 4-4-2, permutando las posiciones de Maikel Mesa y Manu Vallejo, en un intento por variar el rumbo del encuentro, pero el Racing no perdió una pizca de osadía, continuó desordenando con su fútbol a la defensa del Zaragoza y tuvo el 1-2 en la cabeza de Mantilla en el minuto 51, en una oportunidad verdaderamente de oro.

En vista de que el Zaragoza no mejoraba, a media hora del final entraron Jaume Grau e Iván Azón. Antes habían ingresado Arana y Peque en un Racing que siguió cortocircuitando al equipo aragonés, que ya a la desesperada dio entrada a Mollejo, Sergi Enrich y Bermejo por Bakis y Maikel Mesa, ambos en noche de ausencia, y por un agotado Valera.

Pero no fue el día de un atascado Zaragoza, que esta vez no tuvo ni fútbol ni eficacia. Ni tampoco fue el día de Escribá. José Alberto le ganó la partida.

 

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CD TERUEL X-X CD TERUEL 

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