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REAL ZARAGOZA 2022/23

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº27 (11.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº27 (11.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº27 (11.2.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3590

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-4 ALAVESEscudo/Bandera equipo

0-1 M. Sylla 20’ 0-2 Toni Moya 53’ 0-3 Villalibre 67’ 1-3 Bebé 79’ 1-4 L. Rioja 90’

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian; Gámez (Larrazábal, 69), Francés, Jair, Nieto; Francho, Zapater (Alarcón, 58); Vada (Bermejo, 58), Bebé (Valderrama, 87); Simeone y Puche (Pau Sans, 69).

Deportivo Alavés: Sivera; Arroyo, Sedlar, Abqar (Laguardia, 73), Duarte; Toni Moya (Benavidez, 73), Blanco; Luis Rioja, Rober (Javi López, 85), Jason (Alkain, 73); Sylla (Villalibre, 61).

Goles: 0-1, min. 20: Sylla. 0-2, min. 58: Toni Moya, 0-3, min. 67: Villalibre. 1-3, min. 78: Bebé. 1-4, min. 90: Luis Rioja.

Árbitro: Caparrós Hernández (Comité del País Vasco). Mostró tarjeta amarilla a Abqar (17), Francés (46), Nieto (55), Sivera (64), Simeone (72), Rubén Duarto (89).

Incidencias: Partido de la jornada 27 del campeonato de Segunda División disputado en La Romareda, con una asistencia de 20.000 espectadores. Tarde fresca y soleada, con 9 grados. Terreno de juego en regular estado.

Real Zaragoza 1-4 Alaves

61 % Posesión 39 %
7 remates dentro 6
2 disparos bloqueados 3
6 remates fuera 1
10 disparos recibidos 15
3 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
12 faltas recibidas 16
17 faltas cometidas 13
154 perdidas de posesion 139
64 recuperaciones de posesion 71
0 fueras de juego 5
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El Real Zaragoza se estrella contra el Alavés (1-4)

La diferencia de pegada y contundencia en las áreas resuelve un partido en el que los aragoneses no jugaron para sufrir semejante derrota. Prometedor debut de Pau Sans y golazo de Bebé.

El Alavés fue el encargado de decirle al Real Zaragoza por qué no tiene fútbol para estar donde quiere estar. Una pegada descomunal y una defensa metálica, es decir, el control y dominio de las dos áreas, mandó el partido en dirección a Vitoria con goles de Sylla, Moya, Villalibre y Rioja, y puso al equipo aragonés desnudo frente al espejo. Así de cruel es la Segunda División y esta es la realidad que la mueve: sin contundencia ni determinación allá donde el fútbol cobra vida, de poco sirve lo demás. Ni que el Zaragoza jugara bien en los cincuenta metros centrales del tapete ni que Caparrós Hernández, el colegiado, se paseara por el partido con un arbitraje quisquilloso, lo que le garantiza, sin duda, un largo recorrido en el estamento.

Al final, la vida en Segunda se trata de efectividad. Eso marcó la diferencia entre un Zaragoza de poco veneno y que tuvo que recurrir ayer al delantero del equipo juvenil, al debut de Pau Sans, y entre un Alavés que se exhibió como un equipo serio, eficaz, experto, seguro, superior, con puño de hierro y con varios focos de calidad. Un equipo con poca poesía, pero con mucha prosa. Lució una anatomía de Primera y le formuló al Zaragoza la razón de por qué cada uno está donde está. Y el Zaragoza está muy lejos del Alavés.

El primer acto se tejió de un fútbol pleno de ritmo y elevada temperatura entre dos equipos que se entendieron como iguales. El Zaragoza miró al Alavés sin importarle el tamaño de su carrocería ni la cilindrada de sus prestaciones. Y el Alavés enfrentó al Zaragoza como si fuera un rival de mayor dimensión de lo que indica su clasificación, desconfiando de él, respetándolo, sufriendo entre la incomodidad y la exigencia de la propuesta aragonesa. Porque el equipo de Escribá salió a lomos de un Bebé desbocado. 

El técnico le dio la titularidad en el flanco zurdo del ataque en una alineación fiel al 4-4-2, con Vada, esta vez, merodeando la derecha, y con Puche como lugarteniente de Simeone. En el doble pivote, otra vez sin el fichaje invernal de Tomás Alarcón, permanecieron cosidos Zapater y un Francho que se encargó, desde el inicio, de engranar a todo el equipo, como una correa de transmisión infatigable e insistente con la que el Zaragoza carburaba y enriquecía su juego. Tardó medio minuto Bebé en decirle a La Romareda a lo que ha venido: se sacó un latigazo raso desde el sector izquierdo, envenenado, que Silvera a duras penas pudo intuir.

El Zaragoza empezaba con intención y firmeza. Jugándole cara a cara a un Alavés armado en un 4-2-3-1 en el que Luis Rioja y Jason destilaban clase superior a la categoría, y en la que el plan era agitar al equipo aragonés con diagonales largas hacia Sylla. Poco a poco, el Zaragoza, con empuje y un ‘tempo’ alto, comenzó a meter al rival en su campo. Francho amenazó desde lejos y Bebé lo probó casi desde el Parque Grande con una falta tirada por abajo que casi le atraganta a Sivera. 

Todo se condensaba en la misma banda, por la derecha del Zaragoza y la izquierda del Alavés. Por esa franja se construyó el partido. Los vitorianos cedieron el balón y priorizaron no abrirle puertas al conjunto de Escribá a la espada de su defensa. Nunca picaron el anzuelo, no se dejaron atraer por el Zaragoza ni le entregaron espacios largos a Simeone, Puché o Bebé para que corrieran como en Andorra, parapetándose así cerca de Sivera.  

El Zaragoza estaba bien. Jugaba con sentido, orden y verticalidad. Todo parecía fluir pese a la buena compostura del Alavés en su zona defensiva. Pero el equipo de Escribá se enquistaba en dos problemas que no son nuevos. Por un lado, su escasa determinación y viveza en los últimos metros, en esos espacios donde el fútbol pasa de serlo todo a ser aire. Y por otro, el estado gaseoso de Vada, un futbolista cuyo valor e influencia en el juego colectivo crece conforme menos interviene en él. El argentino, siempre ralentizando la marcha del equipo, perdió una pelota fácil y provocó una falta evitable de la que el Alavés sacó oro. Toni Moya la botó con una suavidad y una finura que ya solo al subir al cielo era medio gol. No se sabe si por el sol, o por qué desatención, la defensa y Cristian se hicieron de piedra y Sylla remató a la red. Ahí estuvo la diferencia: el Alavés marcó a la primera y el Zaragoza no. En parte, porque Moya hizo lo que Vada en los saques de esquina del banderín derecho no pudo: simplemente, elevar la pelota del suelo.

El Alavés ganaba como ganan los equipos con callo, con hechuras de ascenso: fiabilidad máxima en las áreas. Ya se sabe cómo son estos conjuntos. El Zaragoza, en todo caso, no le perdió la cara al asunto. Bebé casi caza un pase de Simeone tras jugada del argentino. Pero la más clara la tuvo Jair Amador, quien acarició una pelota en un saque de esquina que se encontró Sivera sin saber muy bien cómo. Reaccionó el cristalino Rioja, y Vada con un tiro muy alto y Gámez con otro desviado le echaron el telón de la primera parte al encuentro.

Del descanso, el partido salió con un tono similar, hasta que Toni Moya, en el primer ataque visitante, le hizo un nudo a Gámez y Jair, y batió a Cristian. Era la confirmación del guion: un Alavés con una pegada desorbitada y un Zaragoza con juego, alma y energía, pero sin aguijón. El equipo aragonés afectó el golpe, impotente y desarmado. El partido se metió en un túnel. Al poco se pidió la roja para Sivera, portero alavés, por tirar abajo una carrera de Simeone fuera del área. El árbitro no lo entendió así, e inflamó a un estadio que observó en el colegiado un criterio cogido entre alfileres. Escribá movió el equipo. Primero con Bermejo y Alarcón, y luego con Larra y el estreno de la araña Pau Sans. El chico promete. De su energía se benefició el Zaragoza para reanimarse. Es móvil y tiene esa intuición de quien en el área no hace amigos. Le dio al Zaragoza mordiente,  estrelló un mano a mano en el portero y otra la mandó al palo. Aportó peligro y picante. Vida, aquello que le falta a su equipo en las zonas de remate. Ya había marcado Bebé un golazo, con un cañonazo desde fuera del área. Sacó un golpeo secó que se fue a la escuadra. El portugués tiene esa contundencia que tanto se echa en falta. Ha traído gol y eso es mucho. 

Pero el Zaragoza no pudo hacer más. El partido moría. Salió Eugeni, y el Alavés, con todo a favor en un campo abierto, aún metió el cuarto, con la firma de Luis Rioja mientras Francés, Jair y Cristian naufragaban en su bañera en una segunda mitad terrible. El resultado es más llamativo que explicativo. No obedeció, como tantas otras veces, a las leyes del merecimiento, si así se entiende el pulso de fuerzas en el tramo intermedio del juego. El marcador tuvo mucho de castigo desproporcionado. Fue un zarandeo excesivo para un Zaragoza que jugó para más. Pero esto es así. La Segunda es así: el dominio de las áreas -la calidad para hacerlo- se encarga de separar el grano de la paja. Quienes van al granero suben a Primera. Quienes van al pajar se amohínan en Segunda. 

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian; Gámez (Larrazábal, 69), Francés, Jair, Nieto; Francho, Zapater (Alarcón, 58); Vada (Bermejo, 58), Bebé (Valderrama, 87); Simeone y Puche (Pau Sans, 69).

Deportivo Alavés: Sivera; Arroyo, Sedlar, Abqar (Laguardia, 73), Duarte; Toni Moya (Benavidez, 73), Blanco; Luis Rioja, Rober (Javi López, 85), Jason (Alkain, 73); Sylla (Villalibre, 61).

Goles: 0-1, min. 20: Sylla. 0-2, min. 58: Toni Moya, 0-3, min. 67: Villalibre. 1-3, min. 78: Bebé. 1-4, min. 90: Luis Rioja.

Árbitro: Caparrós Hernández (Comité del País Vasco). Mostró tarjeta amarilla a Abqar (17), Francés (46), Nieto (55), Sivera (64), Simeone (72), Rubén Duarto (89).

Incidencias: Partido de la jornada 27 del campeonato de Segunda División disputado en La Romareda, con una asistencia de 20.000 espectadores. Tarde fresca y soleada, con 9 grados. Terreno de juego en regular estado.

El Alavés asalta La Romareda

Ejercicio de máxima eficacia de los vitorianos, lanzados al ascenso, frente a un Zaragoza sólo corazón. Golazo de Bebé, que se fue lesionado, y esperanzador debut del juvenil Pau Sans.

Goleada de realidad. En un ejercicio de máxima eficacia, el Alavés sumó en La Romareda su cuarta victoria consecutiva y sigue lanzado hacia la Primera División. Un gol de Sylla en la primera parte y otros tres de Toni Moya, Villalibre y Luis Rioja en la segunda acribillaron a un Real Zaragoza que fue todo corazón, pero al que no le alcanza más que para conservar, y sin descuidarse un ápice, la categoría. El golazo de Bebé sólo sirvió para maquillar una tarde en la que quizá lo único positivo fue el esperanzador debut del juvenil Pau Sans, la última perla de la cantera aragonesa.

Bebé y Puche fueron las dos únicas novedades en el once de Fran Escribá, que volvió a dejar al chileno Alarcón en el banquillo, mientras Luis García Plaza introdujo hasta tres cambios en su alineación: Arroyo, Toni Moya, el mejor de la tarde, con un pase de gol y un golazo, y Rober relevaron a Tenaglia, Salva Sevilla y Guridi.

El Zaragoza agarró desde el principio las riendas del partido y tuvo un primer cuarto de hora de empuje y acoso permanente sobre la portería de Sivera, aunque sus dos únicas acciones con peligro fueron dos cañonazos de Bebé, el primero a los 36 segundos y el segundo, en un tiro libre muy lejano. Pero en el fútbol todo cambia en un segundo y el Alavés, encerrado hasta entonces, sacó provecho a la primera de cambio, sirviéndose de una grave desatención defensiva de Bebé, que perdió la marca sobre Sylla: Toni Moya sacó una falta desde el costado izquierdo y el ariete senegalés cabeceó picado a la red, mientras toda la línea del Zaragoza se quedó parada reclamando un fuera de juego que no lo fue.

El gol lo cambió todo, porque le dio serenidad y espacios al Alavés y porque obligó al Zaragoza a destaparse y jugar a remolque. Aun así, el equipo aragonés pudo empatar a la media hora en un saque de esquina de Vada que cabeceó Abqar sobre su propia portería y atajó Sivera con la ayuda de la Providencia.

El Alavés tampoco propuso demasiado en la segunda parte, pero su eficacia fue superlativa, de claro candidato al ascenso directo. Y en su segunda acción de peligro sentenció el partido en el minuto 53. Fue en una gran jugada que sirvió Rober y resolvió Toni Moya, el hombre del partido, con una definición magnífica.

A partir de ahí al Zaragoza sólo le quedaba conducirse por la heroica, pero hasta ese intento de milagro se lo negó enseguida el ‘Búfalo’ Villalibre, que a los cinco minutos de salir al campo firmó el 0-3 al cabecear un centro de Luis Rioja anticipándose en su salida a Cristian Álvarez.

Con todo perdido, Escribá dio entrada al juvenil Pau Sans, la nueva esperanza del Zaragoza, que cabeceó al palo después de que Bebé acortara distancias con un cañonazo marca de la casa desde 25 metros antes de irse agotado.

Cerró el marcador y el encuentro Luis Rioja con un cuarto gol que se ‘tragó’ literalmente Cristian Álvarez.

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº26 (5.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº26 (5.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº26 (5.2.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3589

ANDORRA 0-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Ficha Técnica

FC Andorra: Vidal; Bundu (Germán Valera, 63), Petxarromán (Altimira, 75), Alende, Mármol, Pampín; Aguado, Hevel, Sergio Molina (Iván Gil, 56); Carlos Martínez (Bakis, 63) y Albanis (Jacobo Glez., 56).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Francho, Zapater (Grau, 86); Bermejo (Bebé, 46), Vada (Alarcón, 67); Mollejo (Puche, 31) y Simeone.

Árbitro: Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Amonestó a Bebé (92).

Goles: 0-1, min. 92: Bebé.

Incidencias: Tarde agradable en Andorra la Vella, con 8 grados al inicio del choque (las 16.15) en un día soleado. El césped del Nacional andorrano presentó un excelente aspecto, con algo de hielo recogido en el fondo sur por las bajas temperaturas de las últimas madrugadas (hasta -7 grados). Asistieron a las gradas alrededor de 2.200 espectadores (sobre un aforo total de 3.500), de ellos 350 llegados desde Aragón. El Real Zaragoza vistió de avispa.

Andorra 0-1 Real Zaragoza

73.7 % Posesión 26.3 %
2 remates dentro 3
7 disparos bloqueados 1
9 remates fuera 6
10 disparos recibidos 18
1 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
7 faltas recibidas 8
9 faltas cometidas 7
122 perdidas de posesion 126
51 recuperaciones de posesion 53
1 fueras de juego 2
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El Real Zaragoza saca adelante la vital visita a Andorra en el minuto 92 con un gol de Bebé

El último fichaje, suplente de inicio, resolvió un partido igualado que el cuadro zaragocista debió decantar a su favor en la primera mitad. 

Bebé llegó y se bautizó como héroe zaragocista. No jugó de inicio por decisión de Escribá, entró en el descanso por la lesión de Bermejo, tuvo una actuación gris durante la trama del partido… pero demostró su calidad enorme en la definición cuando dispuso de un balón franco, solo delante del portero, en la última acción del choque. Estas son las diferencias, los matices que hacen de un jugador que sea de Primera o Segunda División. Y Bebé, que le dio el triunfo al Real Zaragoza en Andorra, no dejó lugar a las discusiones al respecto.

El primer tiempo, en un campo desangelado por su estructura abierta, escasa de gradas y, sobre todo, de público, tuvo al cuadro zaragocista como dominador del juego durante los primeros 25 minutos. La presión zonal de los de Escribá (que dejó en el banquillo a los dos fichajes, Alarcón y Bebé) sirvió de antídoto al habitual manejo de los andorranos del tempo de cada uno de sus envites. Sarabia enseguida se dio cuenta y empezó a mover de banda a los laterales largos (Bundu y Pampín), provocó un tiempo muerto literal mientras se atendía al lesionado Mollejo cerca de la media hora y, en general, se mostró nervioso en sus discusiones con el banquillo zaragocista. Detalles que sostienen la mejor presencia zaragocista sobre el buen césped del Estadio Nacional de Andorra que, sin embargo, no fueron capaces de traducir en ventaja sus rematadores. O sea, lo de siempre en este equipo romo y ciego antes las porterías rivales.

En el minuto 2 Francho remató a placer dentro del área y Vidal rechazó el balón que iba dentro. Lo peor de esa jugada es que la pelota le quedó franca en segunda instancia a Vada, que se recreó, esperó demasiado y su toque, con la portería desguarnecida, lo sacó Petxarromán a córner. Increíble que eso no fuese ya el 0-1 nada más empezar. En el 13, con el Zaragoza envalentonado al verse mejor que el adversario, Simeone acompañó bien una contra rápida de Mollejo desde campo propio, recibió el pase del manchego y, a placer, remató ante Vidal cruzado, llevando la pelota al poste izquierdo y fallando otro tanto cantado, de los que jamás se pueden errar.

En el 19, Mollejo cabeceó solo un córner botado por Bermejo, alto por un metro al acometer la pelota a destiempo. Y en el 40, ya en otra fase más alborotada y rota de la primera mitad, de nuevo Simeone provocó con su velocidad otro remate mano a mano ante el portero local, que había salido fuera del área a tapar la contra. El balón lo tocó el guardameta Vidal in extremis y le quedó a Puche, a 35 metros del marco vacío. El turiasonense no logró empalmar un remate que, de haberlo logrado, era sinónimo de gol. Fueron cuatro opciones cristalinas para marcar que el Real Zaragoza tiró a la basura.

Entremedias, el Andorra apenas inquietó a un inédito Cristian Álvarez, pese a que llegó cerca del área con peligro no menos de ocho veces. Les falló siempre a los pirenaicos el último pase, el centro definitivo. Nieto sufrió con Bundu. Gámez con Pampín y Albanis. A Jair no le salieron bien varios despejes. Solo Francés aguantó el tipo, con buenas ayudas de Francho y Zapater. En el 11, Sergio Molina cabeceó un saque de esquina sin encontrar portería. En el 21, Carlos Martínez también remató con la testa un centro de Bundu, fuera por dos metros. Y en el 49, en el amplio aumento decretado por Milla Alvendiz, Hevel echó por encima del larguero el remate más claro del Andorra, en el área chica, tras centro raso de Molina. Esto fue el escaso padecimiento zaragocista en una parte inicial del partido que quedó marcada por las lesiones de los avispas.

Mollejo abandonó el campo en camilla, entre fuertes gestos de dolor tras haber intentado inútilmente volver al césped después de ser vendado en el tobillo derecho en el minuto 30. Lo suplió Puche. Y cuatro minutos después, Bermejo se dolió de un golpetazo en la cadera derecha, que lo dejó K.O. para correr y moverse. Pero aguantó casi un cuarto de hora sin apenas poder hacer nada útil para no gastar la segunda ventana de sustituciones prematuramente. Siete minutos después del 45, el intermedio sirvió de bálsamo para un accidentado partido que el Real Zaragoza ya se lamentaba de no ganar con cierta claridad. Su falta de gol sigue siendo alarmante y tóxica para sus intereses.

Bebé sustituyó al inicio del segundo tiempo al referido Bermejo y, ya sí, debutó como zaragocista en el extremo izquierdo. Vada se fue a la derecha y Puche fue segundo delantero junto a Simeone. Los zaragocistas prosiguieron con su iniciativa ante un decepcionante Andorra, en clara regresión. El despliegue físico de los aragoneses fue tremendo, desde lo más alto de la salida de la pelota cuando los andorranos trataban de construir desde su propia área. Aun así, la primera opción de gol la generaron los tricolores, por medio del efervescente Bundu (de Sierra Leona), que quebró a Nieto en el área y lanzó una rosca venenosa que rozó el palo derecho por fuera en el minuto 52. Fue un aviso para los zaragozanos. Como para que nadie se confiara ante la evidente superioridad en la posesión y el manejo del timón que tenían los de Escribá.

Sarabia hizo un doble cambio en busca de profundidad en el 56, con Gil y Jacobo como recambios. Su equipo estaba, como desde el minuto 1, desenchufado del partido. El Real Zaragoza se daba cuenta de que, de atinar en una jugada ofensiva y lograr el 0-1, la victoria podía estar muy cerca. Puche lo intentó en el 59 tras un robo de Zapater, pero su disparo raso desde la corona lo atrapó bien Vidal. En solo siete minutos, Sarabia hizo otra doble sustitución, introduciendo al goleador Bakis y a Valera para dar un giro total a su ataque. Con poco menos de media hora por delante, se observó a un Zaragoza más conservador. Surgió esa sensación mental del fútbol moderno, intrínseca, de que si no puedes ganar, no pierdas. Es decir, a sujetar el empate.

Escribá relevó a un desdibujado Vada por el suplente Alarcón a falta de 23 minutos y eso llevó a Francho al interior diestro, una decisión tal vez discutible viendo que el canterano estaba bien activado por el centro. Y así se entró en la recta final del choque. Con un segundo tiempo más feo que el primero, que quedó expuesto ya a cualquier error que patrocinara el gol ganador al que se pudiera beneficiar del mismo. Por méritos, no iba a llegar la victoria.

Bebé se mostró en el minuto 74, con una incursión potente en el área que acabó con un centro raso a la boca de gol que sacó la zaga local de un punterazo, anticipándose a Simeone y Puche. Y la réplica la puso en el 79 el turco Bakis, que enganchó un derechazo durísimo desde 30 metros que se fue a un palmo del palo derecho de un superado ya Cristian Álvarez. Empezaban los últimos fogonazos de unos y otros en esa fase de esfuerzos agonísticos que surge cada día en el momento en el que el reloj se acerca a toda velocidad al minuto 90. Así, en el 83, un chut de Altimira se envenenó en el empeine de Zapater y rozó el larguero con Cristian rebasado por alto. El Andorra más inspirado asomó en esta parte última del duelo y los de Escribá se vieron obligados a atrincherarse.

Cristian Álvarez, un día más, se erigió en salvador del equipo en el minuto 89, con un paradón superlativo a disparo cruzado de Jacobo que iba dentro a media altura. Y, además, esta intervención ganó valor cuando en el minuto 92 Bebé firmó el ansiado 0-1 en una contra de Simeone tras un robo de Francho en campo propio. El luso-caboverdiano acabó un mano a mano con clase, justo un par de minutos después de haber mandado un golpe franco directo desde 40 metros a la calle, quizá a Puigcercá o al túnel del Cadí. Fue el colofón perfecto a su estreno, a su apuesta. Se quitó la camiseta, se volvió locó, generó la felicidad completa en el banquillo. Casi ni se sacó de centro. Todos se fueron a abrazar a… Cristian Álvarez. Ahí estuvo la clave del triunfo que rubricó después Bebé. Hasta Mollejo, con muletas, saltó desde la grada para cantar esta vital victoria junto a los 350 zaragocistas desplazados a Andorra.

El 0-0 que se estaba escriturando ya en el acta iba a ser una nueva decepción para el zaragocismo. El 0-1 in extremis, con el aderezo de que haya sido Bebé el que cobrará sus derechos de autor, cambió de raíz la percepción y la evaluación. El gol. Un gol. Eso es lo que sirve en este deporte del fútbol. No hay más que hablar si aparece y sirve para vencer y sumar.

Ficha Técnica

FC Andorra: Vidal; Bundu (Germán Valera, 63), Petxarromán (Altimira, 75), Alende, Mármol, Pampín; Aguado, Hevel, Sergio Molina (Iván Gil, 56); Carlos Martínez (Bakis, 63) y Albanis (Jacobo Glez., 56).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Francho, Zapater (Grau, 86); Bermejo (Bebé, 46), Vada (Alarcón, 67); Mollejo (Puche, 31) y Simeone.

Árbitro: Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Amonestó a Bebé (92).

Goles: 0-1, min. 92: Bebé.

Incidencias: Tarde agradable en Andorra la Vella, con 8 grados al inicio del choque (las 16.15) en un día soleado. El césped del Nacional andorrano presentó un excelente aspecto, con algo de hielo recogido en el fondo sur por las bajas temperaturas de las últimas madrugadas (hasta -7 grados). Asistieron a las gradas alrededor de 2.200 espectadores (sobre un aforo total de 3.500), de ellos 350 llegados desde Aragón. El Real Zaragoza vistió de avispa.

 SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº25 (30.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº25 (30.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº25 (30.1.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3588

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-0 PONFERRADINA

Titulares



1 Alvarez (P) 1 AMIR (P)
2 GABI F. 3 Dieguez   67’
6 Frances 4 PASCANU
9 Azon   33’ 5 Amo
10 Bermejo 7 Dani Ojeda   90’
12 Larra   69’ 8 Agustin   67’
14 Serrano   86’ 11 NWAKALI
20 Simeone 16 Moi Delgado
21 Zapater (C) 20 J. Naranjo
24 Lluis Lopez 22 PARIS (C)
28 Mollejo   69’ 23 Severino   81’

Sustituciones



9 Azon   7 Miguel 33' 8 Agustin   18 Moran 67'
28 Mollejo   19 P. MAKHTAR 69' 3 Dieguez   10 Yuri 67'
12 Larra   27 Luna 69' 23 Severino   17 HERI 81'
14 Serrano   23 Molina 86' 7 Dani Ojeda   21 Alex Diez 90'

Real Zaragoza 0-0 Ponferradina

49.5 % Posesión 50.5 %
2 remates dentro 1
1 disparos bloqueados 4
6 remates fuera 4
9 disparos recibidos 9
2 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
7 faltas recibidas 9
10 faltas cometidas 8
183 perdidas de posesion 171
69 recuperaciones de posesion 64
4 fueras de juego 1
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El Real Zaragoza se congela con la lesión de Azón y empata contra la Ponferradina

El equipo de Escribá obtiene un pobre punto tras un partido en que fue muy superior hasta que Azón salió del campo y en el que en la segunda mitad todo pudo pasar.

El equipo que podía haber sido y puede ser el Zaragoza se observó durante media hora de su pulso contra la Ponferradina en una noche de crudo invierno en La Romareda . Hasta el momento en el que a Azón se le quejaron las fibras del muslo y al equipo se le congeló el corazón, el alma y el fútbol. Hasta ese punto, fue un torrente de personalidad, arrojo y pulsión ofensiva, pero la lesión de su delantero le apagó la llama y lo condenó a un empate del que no caben extraer muchas conclusiones. Ni le saca de pobre ni le alegra el futuro. Tendrá que seguir insistiendo para pasar el año porque no le sobra de nada. Después de una primera parte dominante y prometedora, el Zaragoza se perdió en prisas y desconcierto. Pudo ganar, pero también perder si el de siempre, Cristian, no hace su milagro habitual.

Bajo la carrocería del paradigmático 4-4-2 de Escribá, el Real Zaragoza agregó la vitalidad de Bermejo y Giuliano Simeone, reuniéndose así en el once titular, por fin, como pareja de estiletes enérgica y voraz, con Iván Azón, ladeándose de este modo al flanco izquierdo Víctor Mollejo. Los cuatro representaron el afán ofensivo del equipo en una alineación en la que Zapater se alió con Francho en la bisagra del centro del campo. Atrás, los cambios esperados: Fuentes por Carlos Nieto y Lluís López en el lugar de Jair Amador. 

Fue un modo inédito, distinto, por la propia designación de nombres, del Real Zaragoza de salir a un partido. Había viveza, dinamismo, agresividad, frescura e intenciones. Había, en definitiva, vida. Y el Zaragoza no tardó en arrinconar a la Ponferradina gracias a la hiperactividad y la energía de Azón, Mollejo, Giuliano Simeone y Sergio Bermejo, las cuatro Tortugas Ninja del Real Zaragoza, jóvenes, descarados, voraces, intrépidos, vertiginosos… El equipo se aceleró y se estiró con ellos. Solo la falta de concreción evitó que el Zaragoza arañara algún gol en ese entusiasta arranque en el que el juego solo tenía una dirección.

Bermejo dio el primer aviso. Es un futbolista diferente dentro del contexto de la plantilla y de la categoría, y el fútbol respira por sus pies. En cuanto pudo, recogió una entrega de Simeone y se hizo un autopase de dibujos animados, pero su tiro con la pierna menos hábil, la derecha, se fue al lateral de la red. Es lo que le falta a este jugador para elevarse a otra dimensión: el final. Y ya se sabe, un buen final lo es todo. El Zaragoza siguió con el martillo percutor. El plan era claro: tener la pelota cerca de sus dos delanteros. Como se anunciaba, Azón y Simeone son dos atacantes que, por sí solos, pueden definir todo el fútbol de un equipo. Elevan las marchas y las revoluciones. La Ponferradina no encontró cadenas para atarlos. El Zaragoza saltaba en largo y vertical la primera línea de presión del rival. Y de ahí, hacia arriba, a correr. Quien conducía la pelota y quienes se desplegaban por delante. El Zaragoza partió a la Ponferradina en dos: Azón y Simeone ganaban todos los duelos contra los centrales. Eran cuchillos, y las ocasiones de gol comenzaron a caer: Azón amenazó con una incursión en el área, Simeone acarició demasiado poco un notable servicio raso de Larrazábal, Azón repitió con una jugada individual y un fuerte disparo que Amir repelió fuera… Pudieron llegar más opciones si Simeone hubiera soltado más pelotas… Pero el gol no llegaba.

Se palpaba, se intuía que llegaría con la cacería de Azón y Simeone, carnívoros que tenían las presas seleccionadas, pero que no terminaron de pegarles la dentellada. Son dos puntas que, por su naturaleza, su modo de entender cada acción y cada pelota como una guerra sin cuartel, con tanto denuedo, confianza y poderío, someten a los defensas rivales a una tensión agónica, como les sucedió a Pascanu y Amo, que no tomaban aire. La Ponferradina apenas intervino en ataque en un tiro lejano de Nwakali y una carrera en la zancadas de Lacerda. Poco más. Armados en un 4-4-2, con Agus Medina tirado a banda izquierda, se presentó, de la mano de su técnico David Gallego, como un equipo con buenos propósitos con la pelota, aseándola desde los centrales y el portero, buscando superioridades a la espalda de la presión del Zaragoza, pero con poco empaque. Apenas carburó, mientras, en tareas defensivas, sufrieron para cerrarle al equipo de Escribá los carriles por donde correr, zonas en las que Francho se imponía, ejerciendo de pegamento entre la defensa y el ataque, entre extremos y delanteros.

Así se llegó al punto culminante: la lesión de Azón a la media hora. Un pinchazo muscular que sobrecogió a la grada y a sus compañeros. Y que tuvo un impacto directo en el juego: del mismo modo que su fútbol influye cuando sale al campo, tiene un efecto negativo cuando se va de él. Se entristeció el fútbol, y también la compostura emocional del equipo, que no terminó de ser el mismo. Se enfrió, se desactivó su dinamismo. Solo un disparo de Bermejo puso picante hasta el descanso.

Tras el intermedio, el Zaragoza exhibió menos pulso. Puche había relevado a Azón. Aunque salió en la izquierda, pasó pronto a la delantera. La Ponferradina cambió su sistema, moviéndose Agus Medina al centro, equilibrándose y cerrando fisuras con un 4-3-3 que liberó a Dani Ojeda, pelotero peligroso. Naranjo, en esas, pegó un par de avisos, antes de que Mollejo cabeceara muy forzado. El partido se espesó y perdió color. Pero sobre todo se igualó. Un centro envenenado de Moi Delgado se fue al larguero y no botó dentro porque la ley de la gravedad no quiso. Escribá movió ficha con Luna por un pitado Larrazábal y con Gueye, también silbado, por Víctor Mollejo. Gallego metió a Yuri y devolvió el 4-4-2 a su pizarra.

La entrada de Gueye cambió los planes del Zaragoza, variando a un fútbol más simplificado, girando su juego hacia los pasillos exteriores para buscar centros hacia el gigante senegalés. Eso condujo a la precipitación, saltándose pasos en la gestión del juego, aumentando así las pérdidas, las idas y vueltas,los nervios, el descontrol… El partido entró en una tierra de nadie, donde todo podía pasar. Se jugaba en una cornisa, y el Zaragoza, de la zurda de Bermejo, tuvo la suya, un tiro al palo que pudo ser y no fue. La respuesta de la Ponferradina puso los pelos de punta: Pascanu remató un saque de esquina que provocó la hora de los milagros de ese ser alado llamado Cristian Álvarez. Sacó un guante de oro, pero el rechace se fue a la madera. Un susto de muerte. El Zaragoza, entonces, quemó sus naves. Y aún pudo ganar con una carrera de Gueye que anuló un fuera de juego. No lo parecía. Pero es igual. Había resuelto del peor de los modos, dándole al muñeco. El balón para que Gueye corriera y fallara lo había prolongado de cabeza Simeone. El mundo al revés.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Larrazábal (Luna, 69), Francés, Lluís López, Fuentes; Francho Serrano (Manu Molina, 85), Zapater; Bermejo, Mollejo (Gueye, 69); Azón (Puche, 32) y Giuliano Simeone.

Ponferradina: Amir; Paris Adot, Pascanu, Amo, Moi Delgado; Diéguez (Erik Morán, 68), Nwakali, Agus Medina (Yuri, 68); Dani Ojeda (Ale Díaz, 90), Derik Lacerda (Heri Tavares, 80) y Naranjo.

Árbitro: Jon Ander González Esteban (Comité del País Vasco). Mostró tarjeta amarilla a Larrazábal (20), Bermejo (24), París Adot (89).

Incidencias: Partido de la jornada 25 del campeonato de Segunda División disputado en La Romareda, con una asistencia de 14.000 espectadores. Noche muy fría, con 6 grados. Terreno de juego en buen estado.

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº24 (22.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº24 (22.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº24 (22.1.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3587

REAL SPORTING 1-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

  • Queipo 3’
  • Titulares


    1 Cuellar (P) (C) 1 Alvarez (P) (C)
    2 Guillermo 3 JAIR JR
    4 Insua 6 Frances
    7 Aitor G.   75’ 7 Miguel   11’
    8 Pedro D. 9 Azon   46’
    11 Campuzano   62’ 11 VADA   69’
    17 Christian   84’ 12 Larra
    24 IZQUIERDOZ 14 Serrano   69’
    29 Jordi   84’ 16 TOMÁS ALARCÓN
    30 Queipo   75’ 17 Nieto
    32 Diego 28 Mollejo   81’

Sustituciones



11 Campuzano   12 Gonzalez 62’ 7 Miguel   5 Jaume 11’
30 Queipo   23 Djuka 75’ 9 Azon   20 Simeone 46’
7 Aitor G.   20 JORDAN 75’ 14 Serrano   21 Zapater 69’
17 Christian   22 Valentin 84’ 11 VADA   23 Molina 69’
29 Jordi   37 Varane 84’ 28 Mollejo   2 GABI F. 81’

Real Sporting 1-0 Real Zaragoza

67.3 % Posesión 32.7 %
3 remates dentro 2
5 disparos bloqueados 4
3 remates fuera 1
7 disparos recibidos 11
2 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 2
11 faltas recibidas 11
11 faltas cometidas 11
136 perdidas de posesion 133
63 recuperaciones de posesion 58
3 fueras de juego 0
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Desgraciado partido del Real Zaragoza en Gijón con derrota por 1-0 en un día accidentado

El Real Zaragoza acaba con 9 jugadores por las expulsiones de Alarcón y Nieto, la primera en el minuto 7 y ya con el gol local anotado por Queipo en el minuto 3.

Hay días en los que es mejor quedarse en la cama, descansando, eludiendo inclemencias del tiempo y de la vida, en pose de meditación. Eso debió hacer el Real Zaragoza, de haber sido posible, este domingo de enero. Su partido en Gijón fue una desgracia global, un cúmulo de accidentes relativos al discurrir del fútbol (no todos en contra, aunque sí los más decisivos), que lo hizo competir sin armas suficientes y lo llevó a una derrota dolorosa ante un rival que, pese a tener todos los condicionantes de su lado, no demostró nada extraordinario para vencerle.

La fría tarde asturiana nació torcida. Y bien torcida. En 5 minutos el suelo se le resquebrajó a Escribá. En la primera llegada gijonesa, en un agujero tremendo en la banda derecha que defendió finalmente Larrazabal ante la baja del lesionado Gámez, el joven Diego Sánchez puso un centro raso atrás en el área y Queipo remató a placer el 1-0 en el minuto 3, sin romper a sudar todavía nadie. Y en la siguiente acción, Alarcón se autoexpulsó al cortar un avance local con un plantillazo por detrás al gemelo del futbolista esportinguista. El árbitro, un flojo Busquets Ferrer toda la tarde, solo le mostró de inicio amarilla, pero en el VAR, el riojano Ocón Arráiz, le avisó de la gravedad del caso y lo echó. Apuntaba a catástrofe en esos momentos el evento.

El entrenador zaragocista tuvo que cambiar el plan por completo. Retiró a Puche, que volvía a la titularidad mucho tiempo después, y metió a Grau para recortar el vuelo ofensivo y recomponer la media. El equipo quedó aturdido largo tiempo. Los locales, con el viento a favor desde el primer instante, apuraron un par de llegadas por los extremos, pero no cerraron bien las jugadas y Cristian Álvarez, con apuros, y la falta de pericia de Campuzano impidieron males mayores en el primer cuarto de hora.

A partir de ahí, el Real Zaragoza se centró en el juego, asumió bien su menoscabo y empezó a controlar la situación dentro de un partido sin exquisiteces. El Sporting bajó el pistón, dando muestras de sus carencias que lo han llevado a despedir a Abelardo del banquillo y a estrenar este domingo a Miguel Ángel Ramírez como sustituto. El fútbol fue lento, parsimonioso, aburrido. Así lo quiso el cuadro astur y bien que le vino al Zaragoza. Mollejo, caído a la banda derecha, Vada, por la izquierda, y Azón, de nuevo titular, enhebraron varios contragolpes prometedores de gol y en el minuto 32, el pelado manchego tuvo el empate en su bota derecha. Remató en el área chica un centro de Vada y Cuéllar salvó bajo palos en un paradón a una mano. Al rechace no llegó por poco Francho, que también seguía la jugada.

El Sporting era un rival que ganaba, tenía un futbolista más en el campo desde el minuto 7, pero no demostraba nada del otro mundo. Aitor García protagonizó el único disparo a puerta en toda la primera parte, más alla del gol, flojo a las manos de Cristian Álvarez en el minuto 24. Y el cuadro aragonés dejaba muestras de que, con paciencia, podía aún meterse en el partido. Ahora bien, tuvo que saltar con la pértiga de la fortuna el 2-0 que llegó al borde del descanso, que Busquets lo dio por válido y que, de nuevo el VAR, anuló a posteriori. Campuzano, en el 43, cabeceó a la red en una mala salida de Cristian Álvarez tras un rechace en Jair de un disparo lejano. Ahí no estaba la sustancia de la irregularidad. El caso revisado por el videoarbitraje fue un pisotón de Insua a Mollejo al borde del área local un minuto antes, que el árbitro de campo se comió literalmente. No lo vio. Mollejo se quedó tirado en el suelo y eso fue mano de santo. Ocón esta vez dio vida a los zaragocistas, pues irse a la caseta con dos goles abajo y solo 10 hombres sobre el césped era sinónimo de K.O. técnico. Eso sí, Busquets, en la rectificación, no mostró ni amarilla a Insua, incomprensiblemente.

Con nada más que reseñar, en una primera mitad de planicie futbolística, al más puro estilo de esta Segunda División para eruditos, se dio paso al intermedio. Escribá tenía aún bazas para reparar un día que empezó con la peor de las pintas. Como primer paso dejó en la ducha al luchador (y poco más, esta vez) Azón y le dio vuelo a Simeone, tras superar su dolencia lumbar. Buscaba velocidad al espacio y presión en inferioridad numérica. Y así arrancó la hora de la verdad.

Como los duendes no paran nunca cuando están traviesos, el segundo tiempo empezó con otro susto morrocotudo. Un posible penalti de Larrazabal, por una mano en un corte en el área pequeña ante Campuzano tras un centro fue protestado y pedido por El Molinón y el VAR lo revisó minuto y medio. Olió a chamusquina, pero el alivio zaragocista fue de hondura cuando el árbitro dijo que no era pena máxima. Era el minuto 48, recién recomenzado el partido, y podría haber sido la puntilla. Así que la aventura de buscar el empate en estas circunstancias tan adversas siguió adelante. Metidos atrás, los avispas esperaban pasar bien las primeras acometidas rojiblancas y, entonces, apostar a grande con todos los órdagos del mundo. En el 54, Insua cabeceó solo, a placer, una falta lateral mal defendida por la zaga aragonesa, pero echó el balón por encima del larguero e indultó al Real Zaragoza de un mal mayor.

En los primeros 15 minutos de la reanudación, los de Escribá no habían dado señales de vida en ataque. Atrás, sufrían poco, más allá de ese balón parado. Pero faltaba chispa en la generación de juego. Había que suministrar más y mejor a los de arriba. Y eso no sucedía. El cuadro gijonés cambió de punta, Cristo por Campuzano. Necesitaban también algo de empuje, pues dio la sensación según pasaban los minutos de que se estaban conformando con sujetar el 1-0, sin más aspiraciones en el área de Cristian Álvarez. Realmente, el Sporting fue un equipo con pocas luces que vivió de su afortunado inicio de partido. Once contra once, es más que posible que la película hubiese sido bien diferente, visto lo visto.

Zapater y Molina suplieron a Francho y Vada, muy difuminados en el segundo tiempo, a falta de 21 minutos. Apuestas con poco gol, tal vez buscando soltar más a Mollejo junto a Simeone, que era una isla todo el rato. Respondió el técnico del Sporting con otra baza doble, poniendo en juego al devaluado Djurdjevic y a Jordan Carrillo, dos delanteros más de refresco. No fueron los cambios lo importante en esa fase de miradas al tablero de ajedrez. Lo crucial fue la torpeza de Nieto que, con una amarilla desde bien pronto, metió un plantillazo gratis en zona de nadie sobre un rival y vio la segunda. Era el minuto 76 y el Real Zaragoza se quedaba con nueve futbolistas. Ahí se acabó todo, si es que aún quedaba alguna gatera por la que salir airosos de esta sobremesa de pesadilla a orillas del movido Cantábrico. El último cuarto de hora lo acometió el Real Zaragoza con dos piezas menos, un lujo pernicioso que el equipo de Escribá no está para soportar.

Fuentes entró por Mollejo para parchear el lateral zurdo. Aún quedaba menos pólvora para intentar lo que, ya sí, se presumía un milagro de mucho mérito: empatar en la recta final. Hubo dos córneres seguidos a favor del Real Zaragoza en el 81 y ahí se rondó la heroica. Fallaron los rematadores por alto y Larrazabal lo intentó en el rechace del segundo desde lejos, sin encontrar la portería por un metro tras dar en un zaguero rojiblanco. Los de Gijón se pusieron muy nerviosos y se vieron vulnerables. Su entrenador hizo dos sustituciones más para parar la reacción aragonesa en modo ‘Los últimos de Filipinas’. Con nueve, el Zaragoza no se daba por abatido. Y el Sporting, que solucionó fatal dos contragolpes en franca ventaja numérica, era un mar de histerias, incapaz de rematar a un adversario malherido durante más de hora y media de juego (con los aumentos).

El duelo concluyó con mucha desazón zaragocista, por lo abrupto del guion de tan desgraciado partido, y con caras de moderada satisfacción entre los locales, pues habían salvado con éxito un día peligro para ellos, pero con una imagen bastante fea. Esta vez, la derrota de los de Escribá cabe achacarla más a los aderezos extrafutbolísticos, tangenciales a los errores clásicos técnicos y tácticos. Aunque, en definitiva, todo el fútbol. Y, como corolario, quedó claro que la plantilla no da para más que sobrevivir alejándose, en la medida de lo posible, de los problemas de la zona baja de la tabla. Lo de auparse a la parte noble, es una quimera.

Ficha técnica:

Sporting de Gijón: Cuéllar; Rosas, Izquierdoz, Pola (Pol Valentín, 84), Insua, Diego Sánchez; Pedro Díaz, Rivera (Varane, 84); Aitor García (Djurdjevic, 74), Queipo (Jordan Carrillo, 74) y Campuzano (Cristo, 61).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Larrazabal, Francés, Jair, Nieto; Francho (Zapater, 69), Alarcón; Puche (Grau, 11), Vada (Molina, 69); Mollejo (Fuenes, 80) y Azón (Simeone, 46).

Árbitro: Busquets Ferrer (Comité Balear). Expulsó a Alarcón (7) tras revisión del VAR y retirarle la amarilla inicial; y a Nieto, por doble amarilla (17 y76). Amonestó a Campuzano (33), Vada (56), Grau (57) y Jair (94).

Goles: 1-0, min. 3: Queipo.

Incidencias: Tarde soleada en Gijón, con temperatura fría, 8 grados al inicio del partido (las 16.15). El césped de El Molinón-Enrique Castro ’Quini’ presentó un magnífico estado. En las gradas hubo alrededor de 16.500 espectadores.

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº23 (14.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº23 (14.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº23 (14.1.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3586

Villarreal Club de Fútbol, SAD - AS.comVILLARREAL B 2-3 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

  • Carlo Adriano 27’
  • Niño 39’
  • Iñiguez H 71’ (PP)
  • Mollejo 90’
  • Azon 50’

Titulares



2 MIGUE 1 Alvarez (P) (C)
3 Daniel 2 GABI F.
4 De La Fuente (C) 3 JAIR JR
6 Del Moral 6 Frances
7 Collado 8 Valderrama   46’
8 Carlo Adriano 12 Larra   65’
9 Millan   67’ 14 Serrano   77’
11 Niño 16 TOMÁS ALARCÓN
13 Iker (P) 18 Fran Gamez
19 Iñiguez H 19 P. MAKHTAR   46’
21 Sergio 28 Mollejo   93’

Sustituciones



9 Millan   14 HASSAN 67’ 8 Valderrama   11 VADA 46’

19 P. MAKHTAR   9 Azon 46’

12 Larra   7 Miguel 65’

14 Serrano   23 Molina 77’

28 Mollejo   17 Nieto 93’

 

Villarreal B 2-3 Real Zaragoza

50.2 % Posesión 49.8 %
4 remates dentro 3
0 disparos bloqueados 1
6 remates fuera 3
8 disparos recibidos 10
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
22 faltas recibidas 13
13 faltas cometidas 22
113 perdidas de posesion 127
43 recuperaciones de posesion 55
2 fueras de juego 3
xxxxxx

Azón y Mollejo empujan la increíble remontada del Real Zaragoza en Villarreal

El equipo aragonés tuvo dos caras. Se fue perdiendo por 2-0 al descanso tras una pésima primera parte, y después fue capaz de darle la vuelta al partido.

Asombrosa, increíble remontada del Real Zaragoza en Villarreal. Nadie imaginaba al descanso, cuando los de Escribá perdían por 2-0 tras una deplorable puesta en escena, que la victoria era factible. Todo cambió con la entrada de Iván Azón al campo, con el empuje de un futbolista que hizo creer al equipo y se alió con Víctor Mollejo para obrar la gesta en La Cerámica.

Fue un Real Zaragoza de dos caras: el de la pesadumbre de Pape Gueye durante los primeros 45 minutos y el que resurgió después gracias a la viveza de un Azón que tuvo un impacto decisivo en el encuentro. 

La titularidad de Gueye alteró el método pero no el producto. En el inicio del choque, el equipo aragonés no tuvo control del centro del campo; volcó todo su juego hacia las bandas; pero esto no se tradujo en ocasiones. 

El equipo de Escribá formaba en un claro 4-4-2, con Eugeni Valderrama metiéndose hacia adentro desde la izquierda y Fran Gámez y Larrazabal cargando el otro costado sin éxito.

Lo visto ya en el minuto 2, con una subida del propio Fran Gámez que se perdió con un disparo simplón, fue el avance de lo que vendría después: un sinfín de intentonas erráticas, sin intención, que apenas inquietaron al Villarreal B.

Solo Francho Serrano fue capaz de asomar entre tanta vulgaridad para poner un centro medido a la cabeza de Mollejo que, tras el remate del manchego, encontró respuesta en una gran estirada de Iker Álvarez.

Se acababa de cumplir el minuto 20 de partido. Hasta entonces, el Villarreal B apenas había inquietado; pero todo cambió poco después (26 de juego) con un error en cadena de la defensa zaragocista que propició el 1-0 y el derrumbe del equipo.

Tasende puso un saque de banda al área; Fer Niño y Millán prolongaron hasta en dos ocasiones; y Carlo le ganó la partida a Francho y Jair para conectar un zurdazo que entró llorando sobre el poste izquierdo de Cristian Álvarez.

Con muy poco, el Villarreal lograba aventajar a un Real Zaragoza que en los minutos posteriores siguió reduciendo su juego a las subidas de Gámez y Larrazabal, del doble lateral que se volvió a solapar entre la indeterminación, entre la falta de concreción que el rival volvería a castigar en el minuto 40 con el 2-0.

Fer Niño recibió en la frontal; recortó a Jair para generarse posición de remate y conectó un zurdazo inapelable. Un zurdazo directo al corazón de los zaragocistas desplazados al Estadio de la Cerámica, de todos los aficionados que suplicaron la reacción hacia la segunda parte.

El equipo necesitaba un estímulo, un acicate, y Escribá movió el arbol al descanso. Iván Azón sustituyó a Gueye y Valentín Vada a Eugeni. Suficiente para ganar empuje hacia la portería contraria. Suficiente para creer en una remontada que se empezó a fraguar a los cinco minutos de la reanudación.

Alarcón, casi inédito durante la primera parte, encontró a Larrazabal en tres cuartos; este cedió un pase medido a Azón; y el ariete canterano batió por bajo a Iker Álvarez. Algo había cambiado. La influencia del ‘9’ en el partido fue inmediata.

A partir de ahí, con más arrojo que fútbol, el Real Zaragoza fue creciendo hasta saberse superior. Vada avisó en el minuto 59 con un derechazo que se fue elevado; el equipo ganó metros con Alarcón y Francho como timoneles; y Mollejo empató en el minuto 70 tras un gran pase de la muerte de Puche.

Azón había encontrado al socio perfecto en Mollejo. Ambos se bastaban para ahogar la salida rival y cargar de peligro cada envio en largo hacia la espalda de Íñiguez y Dela, de una pareja de centrales que perdió el dominio aéreo exhibido durante la primera parte.

Cada balón colgado representaba un peligro para los locales. Y así, el guardameta Iker Álvarez estuvo a punto de cometer penalti sobre Mollejo en el minuto 77, en una acción que el manchego no dio por perdida hasta ser derribado con polémica.

Guzmán Mansilla entendió que no había pena máxima y Mollejo lo siguió intentando hasta encontrar la recompensa del 2-3 en el tiempo de descuento, a través de un soberbio cabezazo que culminó una combinación de Azón –¿quién si no?– con Gabi Fuentes.

Esta vez, la banda izquierda fue la que guardaba el premio del gol. Y también por la izquierda se movió el Villarreal B en los minutos finales en busca de un empate que ya no llegó.

Los acercamientos finales del Villarreal se redujeron a unos cuantos disparos aislados desde fuera del área. El más peligroso, probablemente, fue obra de un Haissem que había entrado en el minuto 67 de partido en sustitución de Álex Millán.

La titularidad del delantero aragonés, recuperado del Famalicao portugués y que apenas había entrenado junto a sus compañeros, sorprendió tanto como la de Gueye en un encuentro en el que el Real Zaragoza fue capaz de sujetar los tres puntos gracias a una remontada inverosímil.

Tres puntos que saben a gloria. Mucho más, teniendo en cuenta las bajas que Escribá reunía para este compromiso y cómo se pusieron las cosas tras una primera parte en la que se demostró que, sin Simeone, la presencia de Azón en ataque resulta indispensable. 

Ficha técnica

2 – Villarreal B: Iker Álvarez, Leal, Pablo Íñiguez, De la Fuente, Tasende, Del Moral, Carlo Adriano, Lozano, Diego Collado, Álex Millán (Haissem, min. 67) y Fer Niño.

3 –Real Zaragoza: Cristian Álvarez, Jair Amador, Francés, Fuentes, Fran Gámez, Alarcón, Francho Serrano (Manu Molina, min. 75), Eugeni (Vada, min. 46), Larrazábal (Miguel Puche, min. 64), Gueye (Iván, min. 46) y Víctor Mollejo (Carlos Nieto, min. 90).

Goles: 1-0, min. 27: Carlo Adriano. 2-0, min. 40: Fer Niño. 2-1, min. 50: Iván. 2-2, min. 70: Pablo Íñiguez en propia meta. 2-3, min. 90: Víctor Mollejo

Árbitro: Guzmán Mansilla (andaluz). Mostró tarjetas amarillas a De la Fuente, Iker Álvarez y Pablo Íñiguez por el Villarreal B y a Francho Serrano y Miguel Puche por el Zaragoza.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 23 de LaLiga Smartbank disputado en el estadio de La Cerámica de Villarreal con 11.569 espectadores en las gradas. Numerosa presencia de seguidores del Real Zaragoza

 SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº22 (8.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº22 (8.1.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº22 (8.1.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3585

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-0 MIRANDES

Titulares



1 Alvarez (P) (C) 4 Martin
3 JAIR JR 6 Prados   73’
8 Valderrama   72’ 8 Sanchez
12 Larra   72’ 9 Garcia
14 Serrano 12 SALINAS
16 TOMÁS ALARCÓN   85’ 13 A. Herrero (P)
17 Nieto 14 O. Pinchi   87’
18 Fran Gamez 16 Raúl Navas
20 Simeone 20 Rey (C)
24 Lluis Lopez 21 Lopez   73’
28 Mollejo   85’ 26 Alejandro

Sustituciones



8 Valderrama   5 Jaume 72’ 21 Lopez   22 Carreras 73’
12 Larra   9 Azon 72’ 6 Prados   19 Manu 73’
28 Mollejo   7 Miguel 85’ 14 O. Pinchi   32 Ignacio 87’
16 TOMÁS ALARCÓN   23 Molina 85’

Real Zaragoza 0-0 Mirandes

62.6 % Posesión 37.4 %
3 remates dentro 6
4 disparos bloqueados 1
9 remates fuera 5
12 disparos recibidos 16
2 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 8
8 faltas cometidas 16
148 perdidas de posesion 128
58 recuperaciones de posesion 63
0 fueras de juego 1
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Año nuevo con defectos viejos en el Real Zaragoza: 0-0 ante el Mirandés

En un flojo partido, los de Escribá fueron incapaces de ver portería ante un rival accesible que, al final, estuvo incluso cerca de llevarse la victoria de La Romareda.

Nada cambia porque, por el hecho de que se pare la liga 21 días, no hay razón objetiva que derive en una mutación de las cosas. Eso se llama vacaciones, no rectificaciones. Así que el Real Zaragoza ha comenzado 2023 gritando a todos los que lo quieran oír que tiene un déficit tremendo en la creación de juego, que nadie es capaz de dar un pase profundo, que no hay encaradores en la plantilla, que nadie regatea por la banda, que los centros al área son pocos y malos y, lo peor, que la virtud de marcar goles no la posee casi nadie en ese vestuario. Otro 0-0 para la estadística y… gracias. Porque el juvenil Mirandés, esa Torre de Babel de cedidos de equipos de Primera, pudo haber hecho más sangre en La Romareda si se lo hubiera propuesto con más insistencia.

El primer tiempo zaragocista fue sencillamente horrible. Si alguien hizo algo con cierto rigor, que fue poco, ese fue el Mirandés, que a los 12 minutos ya había generado tres ocasiones claras de gol. A los de Escribá se les atragantó la trama del partido desde el mismo pitido inicial, con un rival metido atrás con siete jugadores en pocos metros por delante de su portero (cinco defensas y dos pivotes retrasados) y unas salidas al contragolpe llenas de rapidez y peligro entre la lluvia del principio. Mientras el debutante Alarcón no le cogía la onda al sitio (perdió tres balones muy peligrosos en la zona media), Raúl García forzaba la primera gran parada del retornado Cristian Álvarez en el minuto 2 en un chut raso que iba dentro. Y en el 4, Pinchi se fue del defensa de margarina Lluís López para acabar chutando, solo, al lateral de la red junto al poste, por alto.

El Real Zaragoza no daba una a derechas. No pasaba de la línea de tres cuartos jamás. De pisar el área rojinegra, ni soñar. En el minuto 12, Raúl Navas, un central, adelantado tras un córner, lanzó un derechazo seco desde fuera del área que rechazó como pudo Cristian Álvarez tras botar en el mojado césped un metro delante de él. El ambiente estaba frío y empezó a no gustar nada lo que se veía. Larrazabal y Mollejo, por la derecha de la ofensiva zaragocista, estuvieron obturados todo el tiempo, negados. Gámez, desde atrás, tampoco les ayudó nada, torpe e indeciso. Alarcón quería ser el jefe pero abusaba del pase horizontal, sin rebasar líneas ni aun en desmarques claros como uno de Nieto, novedad en el lateral zurdo, al que no se atrevió a asistir desde 40 metros. Nieto y Eugeni fueron los menos nublados en las subidas al ataque, aunque sin tino final.

Rebasada la media hora emergieron un par de minutos de cierto dominio claro del Real Zaragoza, los únicos. Unieron el 33 y el 35. En el primer hito, Simeone falló un remate en el área tras una combinación con Larrazabal, chutando mal sobre el cuerpo del central Álex Martín. Y en el 35, el citado Eugeni lanzó desde lejos una rosca envenenada, de su repertorio, que el portero Herrero salvó del gol con una parada excelente a brazo cambiado, arriba. Ahí pareció resucitar el lánguido Zaragoza posvacacional. Pero no dio de sí para más. Fue un ‘arreón’ esporádico, sin continuidad. Solo Simeone, que se multiplicó incluso hacia atrás al ver la inoperancia de sus colegas, dio sensación de ganas por pisar el área rival, algo que no ocurrió en el 99 por ciento del tiempo en los primeros 45 minutos. Y así es imposible pensar en ganar, claro.

El Mirandés, por fortuna demasiado contemplativo y concentrado en guardar su portería a cero (su talón de Aquiles este año), acabó el primer periodo como lo empezó: con una ocasión de gol. Pinchi lanzó una falta en el pico del área, directa, y Cristian Álvarez respondió con una buena parada junto al poste derecho, enviando a córner el que podía haber sido el 0-1. Escribá debía agitar el árbol con todas las fuerzas posibles para cambiar una tendencia negativa, que auguraba un mal final de no mediar una reacción radical.

En el primer minuto de la reanudación, de nuevo Pinchi avisó de las intenciones de los de Etxeberría, con un disparo colocado desde el lateral del área que se le fue alto por poco, tras un córner de aviso del Mirandés nada más empezar de nuevo el choque. Azón estaba ya calentando, entre los aplausos de una afición local que necesita estímulos por los cuatro costados, mucho más en tardes tan feas como esta. Los minutos fueron transcurriendo con los mismos síntomas de ineficacia en el Real Zaragoza. Pocas llegadas, deslavazadas y siempre mal concluidas. Los más activos eran los laterales, Gámez y Nieto, lo cual es por sí mismo un termómetro de la rareza del guión. Su índice de acierto, en general, estaba siendo deficiente, por otra parte. Así que variar el cero del guarismo zaragocista se antojaba un milagro de no introducir Escribá nuevas piezas y métodos.

El balón parado era la apuesta única entre tanta espesura. Y casi se encontró la solución por ahí en el 59, cuando Lluís López, tras un buen control orientado en un cabezazo previo de Jair al saque de una falta de Eugeni al segundo palo, remató fuera por centímetros. Había sido la mejor ocasión zaragocista en una hora de juego. El Mirandés estaba más adormecido que en la primera parte y permitía que los blanquillos tuvieran la pelota más rato y más arriba que nunca. Larrazabal entró en el área en el 61 con serias opciones de gol, pero definió mal, rematando sobre un defensor burgalés. No es lo suyo el gol, se sabe desde que vino hace tres cursos. Y Simeone erró un disparo franco en el 66 tras un centro de Mollejo, algo rehecho tras su flojo inicio del duelo. La balanza se estaba decantando claramente a favor de los aragoneses porque el Mirandés se conformaba con el 0-0 y apostaba al sonar de la flauta. A falta de 20 minutos, ningún entrenador había apostado por mover el banquillo, algo inaudito en el neofútbol.

Azón y Grau relevaron a Larrazabal y Eugeni a falta de solo 19 minutos. Empezaba la lotería de las sustituciones. Y en ese momento de confusión (el Mirandés también hizo un doble cambio), los burgaleses anduvieron cerca del 0-1 en una contra aislada, de nuevo a las vulnerables espaldas de Lluís López. Pinchi se fue mano a mano y su disparo final lo rechazó bien en su salida Cristian Álvarez en el 74. Aviso para navegantes. La réplica la puso enseguida Francho, que demostró que su golpeo de balón ante la portería es un punto flaco que no logra mejorar. Erró un gol en el 75 tras un rechace malo del central Barbu.

Se alcanzó la recta final del envite entre la incertidumbre del marcador y la nula seducción del juego zaragocista. Un equipo plano, al estilo viejo de Carcedo. Una regresión evidente, si se junta esto con lo ocurrido en Leganés antes de las vacaciones de Navidad. El Mirandés reaccionó. No así el Zaragoza. Al revés del mundo. Y los de Anduva tuvieron dos ocasiones nítidas para llevarse la victoria. En el 81, el recién entrado Manu García chutó desde 30 metros, con efecto extraño, y Cristian Álvarez rechazó con la clavícula en un raro escorzo. Y en el 83, un remate cruzado de Jofre Carreras, el otro cambio de Etxeberría, dio el Lluís López y no se fue adentro por tres dedos, saliendo a córner. El 0-0 empezaba a ser incluso bueno.

Simeone volvió a probar a Herrero desde lejos en el 87, sin demasiada fe. Y se pidió un posible penalti por mano de un central mirandés que el VAR no concedió tras breve revisión. Azón lo intentó por tierra y airej, todo muy forzado y contra el reloj, ya fuera de tiempo. En el 92, el ariete aragonés remató a quemarropa un centro raso de Simeone y Herrero detuvo bajo palos. Ahí hubiera estado el triunfo a la heroica, como el día del Villarreal B o el Ibiza. Pero esta vez no salió cara.

El año 2023 comienza como tantos otros en esta década de calvario en Segunda División, con un nuevo patinazo del Real Zaragoza, preso de sus males endémicos que, en cuanto se descuida Escribá, salen a la superficie por propia naturaleza de las cosas. Otro día a cero en ataque. Así será imposible cualquier aspiración que no sea salvar la categoría con más o menos sufrimiento.

Ficha técnica:

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Lluís López, Jair, Nieto; Francho, Alarcón (Molina, 85); Larrazabal (Azón, 71), Eugeni (Grau, 71); Mollejo (Puche, 85) y Simeone.

CD Mirandés: Herrero; Álex Martín, Raúl Navas, Barbu, José Salinas; Prados (Manu García, 72), Oriol Rey; Juanlu, Pinchi (Castillo, 87), Roberto López (Jofre Carreras, 72); y Raúl García.

Árbitro: Gorostegui Fernández (Comité Vasco). Amonestó a Prados (37), Lluís López (41) y Grau (86).

Goles: No hubo.

Incidencias: Tarde fría en Zaragoza, con fuerte lluvia y 8 grados al inicio del partido (las 16.15). El césped presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 16.500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio antes del inicio del choque en memoria de Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’, recientemente fallecido.

El Mirandés neutraliza al Zaragoza

El equipo de Escribá careció de fútbol y de sorpresa frente a un rival que tuvo más ocasiones y que alargó su exitosa racha en La Romareda.

El Mirandés hizo honor a su exitosa serie histórica de resultados en La Romareda y se llevó un empate sin goles que deja las cosas más o menos como estaban en la clasificación, con el Real Zaragoza descolgado al doble de distancia de la promoción que del descenso. Si alguien mereció ganar fue el equipo de Joseba Etxeberria, que neutralizó a un Zaragoza plano y predecible y que dispuso de casi el triple de ocasiones en el debut de Alarcón y ya con el nuevo director deportivo Juan Carlos Cordero sentado en el palco.

Cristian Álvarez, Lluís López, Nieto, el debutante Alarcón y Larrazábal, éste en otra tarde de barullo, fueron las cinco novedades en el once del Zaragoza, en detrimento de Rebollo, el sancionado Francés, Fuentes y los lesionados Zapater y Bermejo, mientras que Joseba Etxeberria presentó sólo dos cambios en la alineación del Mirandés: Alfonso Herrero y Prados relevaron a Ramón y a Gelabert, éste baja por sanción.

El Mirandés se metió antes en el partido y no tardó ni dos minutos en amenazar al reaparecido Cristian Álvarez por medio de Raúl, tras un robo de Prados al chileno Alarcón, que se estrenó sin pena ni gloria como ‘doble 6′ junto a Francho en la medular del Zaragoza. Apenas dos minutos después del primer aviso ‘jabato’ llegó el segundo, con un disparo de Pinchi al lateral de la red. Y antes del primer cuarto de hora aún habría un derechazo de Raúl Navas desde fuera del área que se le escapó peligrosamente al portero argentino. Y todo eso sin que el Zaragoza se acercara una vez con peligro a los dominios de Alfonso Herrero.

Al equipo de Escribá, sin fútbol y sin sorpresa, le costó hasta cruzar su divisoria, con una circulación improductiva, mientras el Mirandés, ordenado en 5-2-3, llegó fácil por ambos costados y también en rápidas combinaciones interiores, con Prados dando siempre soluciones. Hasta pasada la media hora no le llegó a Giuliano un balón en condiciones, una acción que salvó Raúl Navas y que precedió a un disparo lejano de Eugeni que conjuró Herrero a una mano en la que fue la única jugada peligrosa del Zaragoza en toda la primera parte.

Antes del descanso todavía daría otro susto el Mirandés, en un tiro libre de Pinchi, tras una falta del dubitativo Lluís López al borde del área, que le costó una tarjeta amarilla que acarrea suspensión.

La segunda parte empezó como acabó la primera, con una nueva ocasión de Pinchi y un Zaragoza muy previsible, que quiere, pero al que todo le cuesta mucho, porque carece de un jugador que le dé intención a su fútbol y porque no tiene regateadores. Larrazábal no tiene recursos técnicos y Eugeni, que sí los tiene, apenas participa. Sólo a balón parado creó algún peligro el equipo aragonés, como en un remate de Lluís López, tras un gran recorte del central en el segundo palo, o en alguna acción de contragolpe de Giuliano, siempre con el gatillo preparado.

En vista de que el ímpetu del Zaragoza no rendía frutos, Escribá introdujo un doble cambio en el minuto 71, dando entrada a Jaume Grau y a Iván Azón, tres meses después de su lesión, por Eugeni y Larrazábal, una decisión a la que dio respuesta inmediata Joseba Etxeberria: Jofre y Manu López por Roberto López y Prados. Las sustituciones le sentaron mejor al Mirandés, que volvió a amenazar por medio de Pinchi, de Raúl y de Manu García, pero el que estuvo más cerca al final de la victoria fue Iván Azón, cuyo remate a bocajarro en el descuento lo salvó milagrosamente Alfonso Herrero.

 

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº21 (18.12.2022)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº21 (18.12.2022)

PARTIDO OFICIAL Nº 3584

LEGANES 2-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

  • Muñoz 33’
  • Muñoz 75’ (P)
  • Simeone 17’

Titulares



2 Nyom 2 GABI F.
3 Sanz De Miera 3 JAIR JR
6 Sergio 6 Frances
10 Jose Arnaiz 8 Valderrama   78’
11 Muñoz (C)   84’ 10 Bermejo   29’
13 Riesgo (P) 14 Serrano
14 Vico   82’ 18 Fran Gamez   78’
18 Ruben Pardo   89’ 20 Simeone
20 Undabarrena 21 Zapater (C)   68’
21 Jorge Miramón 28 Mollejo   68’
32 Cisse 35 Rebollo (P)

Sustituciones



14 Vico   8 Gaku 82’ 10 Bermejo   12 Larra 29’
11 Muñoz (C)   9 Qasmi 84’ 21 Zapater (C)   5 Jaume 68’
18 Ruben Pardo   27 Garcia 89’ 28 Mollejo   19 P. MAKHTAR 68’

18 Fran Gamez   15 QUINTEROS 78’

8 Valderrama   23 Molina 78’

 

Leganes 2-1 Real Zaragoza

52.4 % Posesión 47.6 %
4 remates dentro 2
1 disparos bloqueados 1
1 remates fuera 4
7 disparos recibidos 6
3 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 1
10 faltas recibidas 7
9 faltas cometidas 12
142 perdidas de posesion 142
58 recuperaciones de posesion 66
2 fueras de juego 1
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Regresó el Real Zaragoza insípido y llegó la primera derrota de Escriba

Los aragoneses cayeron 2-1 en Leganés tras marcar primero Simeone. El exblanquillo Juan Muñoz volteó el marcador con un doblete, con el gol decisivo en un penalti que costó la expulsión de Francés.

Volvió Escribá al banquillo tras su sanción y se acabó su dinámica positiva, con la primera derrota liguera en su etapa al frente del equipo. Regresó el Real Zaragoza insípido, desustanciado en su fútbol y plan de juego, lo que le costó la derrota en Leganés en el cierre de 2022 y de la primera vuelta. El 2-1 a favor de los locales fue un castigo a una propuesta llena de defectos, de insuficiencias técnicas y tácticas que nadie supo reparar con el paso de los minutos.

El duelo comenzó frío en cuanto a intensidad de fútbol por parte de ambos rivales. Continuó gélido y terminó en parálisis total de iniciativas y combinaciones útiles. La calidad del fútbol visto en la primera fase fue bastante deficiente. Eso sí, singularmente, la cosa no acabó 0-0, como suele suceder ante propuestas y espectáculos de tan bajo tenor. Hubo dos goles, la igualada 1-1, porque las dos defensas patrocinaron a los ataques de enfrente sendas ocasiones nítidas que no fallaron. Primero pegó el Real Zaragoza. Después replicó el Leganés. Y, entre una y otra circunstancia, por delante y por detrás, el folio de anotaciones se quedó casi en blanco. Cabe aplicar aquello de tostón para lo apreciado en la congelante noche madrileña de la previa de Navidad.

Simeone firmó su sexta diana del curso en el minuto 16, surgida de la nada futbolística, mediante un pase largo vertical, del denominado juego directo, que había tratado de tocar de cabeza el efervescente y protestón Mollejo. Se comió el balón a su espalda el central Sergio González, el ariete argentino, listo y veloz como es norma, se fue directo ante Riesgo y, en primera instancia, remató mal sobre el cuerpo del guardameta local. Pero la pelota quedó suelta en el área a merced de un segundo disparo de Simeone que, esta vez si, con la portería desguarnecida, marcó el 0-1 que era una maravilla para el Zaragoza entre tanta espesura y fealdad.

El Leganés había salido dormido, ido. El tanto de los tomates (de rojo vistió el equipo zaragozano) ayudó a que los silbidos y las protestas surgieran de las gradas hacia los suyos. Todo parecía de cara, aunque los de Escribá, de nuevo en su sitio en el banquillo tras cumplir cuatro partidos de castigo heredados de su paso por el Elche, no enderezaron su escasa producción de jugadas ligadas, próxima a nula. Lo mejor hasta pasada la media hora era el magnífico marcador favorable. No se pisó nunca más el área con peligro.

En el minuto 26 empezó a torcerse con claridad el marchamo esperanzador del envite. Bermejo cayó lesionado en una jugada que parecía leve y que acabó con el ‘10’ zaragocista saliendo en camilla, con seria preocupación general. Entró Larrazabal y fue como si se le fundieran los plomos a los zaragocistas y, a la vez, los madrileños se tomasen una lata de espinacas. En la primera llegada a las proximidades de un inédito Rebollo, en el 32, Cissé le ganó la posición en el lateral de la banda al vulnerable

Fuentes, centro rasó y el exzaragocista Juan Muñoz empalmó de primeras cruzado, logrando el 1-1. También el Leganés había encontrado petróleo en su desértica propuesta ofensiva, con un 5-3-2 elástico por la banda derecha, buscando la referida debilidad del lateral colombiano del Real Zaragoza. Estaban los dos equipos iguales a todo.

El último cuarto de hora hasta el descanso tuvo una ligera variación de la tendencia. Los de Escribá quedaron tocados con ese tanto local y el Leganés se vino un paso arriba. Fede Vico y Arnáiz marearon un par de veces a Gámez, bien en el repliegue pero flojo en las marcas en pasivo. El primero lanzó un zambombazo en el 41 desde 30 metros y Rebollo hizo una gran parada, enviando a córner un balón muy comprometido. Solo la ceguera en la zona del gol de los leganenses evitó problemas mayores a los zaragocistas, demasiado lentos de reflejos y de intensidad en muchos emparejamientos. Perdieron demasiados duelos en zonas delicadas. El primer tiempo acabó con un descriptivo remate de Larrazabal desde 25 metros que casi se fue fuera del estadio, altísimo.

 

Tras el descanso se presuponía un reseteo en ambos bandos. Los entrenadores no apostaron por sustituciones y confiaron en lograr la mejora con los mismos del principio. Y como el principio del principio fueron los primeros minutos de la reanudación: un rosario de pases malos, fáciles, que hacían pasar el balón de un equipo al otro en un espectáculo impropio del fútbol profesional en demasiadas ocasiones. Simeone abanderó la serie de malas iniciativas en ataque con un pase erróneo a la entrada solo de Francho en uno de los primeros lances del segundo tiempo. Este, después, ensayó un disparo desde el borde del área que dio cinco botes antes de salir muy desviado y flojo. Eran errores demasiado gruesos. Los del Leganés no se quedaban atrás en las pifias, ante los murmullos de su desesperado público, que pidió cambios enseguida a Idiakez.

Lo más positivo del primer cuarto de hora fue que el balón era del Zaragoza. Al menos no había sufrimiento. La afición pepinera empezó a silbar como protesta en el minuto 60 ante el penoso repertorio de pases inútiles y de fallos a diestro y siniestro de todo el mundo, en especial del Leganés. Daba la sensación de que, a poco que los zaragocistas apretaran el área de Riesgo la ansiada victoria podía llegar con cierta soltura. Pero no había decisión ni reacción por parte de nadie. La planicie era generalizada, como si el 1-1 no molestara a ninguno en el campo ni en los banquillos. Los zaragocistas no pisaban el área jamás y, el Leganés, a base de casta y pelotazos largos, trataba de inquietar a Rebollo, sin ningún éxito.

Escribá movió el árbol a falta de 22 minutos. Gueye y Grau fueron sus apuestas para tratar de lograr la victoria, retirándose Mollejo y Zapater. A punto estuvo de salirle bien el movimiento, pues un par de minutos después hilvanaron los suyos la primera jugada de todo el segundo tiempo y Gámez, tras un mal despeje en el área de la zaga local, disparó alto, fatal, con todo a favor. El problema fue que ese yerro fue el despertador de los leganenses. Arnáiz, en el 71, le ganó la espalda a Francés tras una pérdida de Eugeni y el central aragonés lo arrolló por detrás en la carrera, bien provocada la acción por el punta pepinero. Penalti y problemas para los aragoneses, que además perdieron a Francés por doble amarillla en la protesta posterior y por patear el punto de penalti para perjudicar el lanzamiento, acción que cometió junto a Simeone. Juan Muñoz, en la maldición de los ex, hizo el doblete, engañando por raso a Rebollo y el Zaragoza se puso abajo en el marcador sin comerlo ni beberlo a falta de un cuarto de hora.

 

Escribá recompuso el equipo haciendo debutar al central Quinteros, el único que faltaba de la plantilla por hacerlo, y poniendo a Molina. Retrasó a Larrazabal de lateral y empezó un trabajo a la desesperada y en inferioridad para intentar arreglar en poco rato lo mucho malo desarrollado en la hora y cuarto anterior. Idiakez, con cierta pose de venganza sobre el Zaragoza durante las horas previas, estaba a punto de conseguir su propósito en un duelo de marca blanca, un sucedáneo de partido de fútbol en una liga referencial, como se presume que es la Segunda española. 

En el minuto 81, tarde, empezó a mover el banquillo, con el viento a favor. Era más por perder tiempo, por romper cualquier atisbo de recuperación zaragocista (que no se adivinaba por ningún sitio) que por necesidad real. De hecho, se llegó al minuto 90 y los de Escribá, nerviosos, atribulados, no pisaron terrenos de peligro ni por aproximación. Un error de Quinteros, en tiempo de aumento, estuvo a punto de costar otro gol, al ganarle la posición en carrera Arnáiz, que erró el tanto tras un mal control en carrera.

El parón navideño, por lo tanto, llegó por el peor de los caminos posibles: en un ambiente de decepción que diluye la ilusión vivida en las últimas semanas tras la llegada de Escribá. Y el 16º puesto en la tabla, con casi todos los de la cola ganando sus partidos en este último fin de semana de fútbol de 2022, vuelve a teñir con nubes el horizonte del Real Zaragoza y lo aleja de su sueño de escalar en la tabla. Se acabó la racha y se regresó a las dudas y carencias de la época de Carcedo. Se ha escapado el gas por algún agujero del envoltorio zaragocista y el equipo está en una posicion parecida a la de hace un mes. Llegan semanas de reflexión y reconstrucción.

 

Ficha Técnica

CD Leganés: Riesgo; Cissé, Nyom, Jorge Sáenz, Sergio González, Miramón; Pardo (Naim, 89), Undabarrena, Fede Vico (Shibashaki, 81); Arnáiz y Juan Muñoz (Yacine Qasmi, 84).

Real Zaragoza: Rebollo; Gámez (Quinteros, 78), Francés, Jair, Fuentes; Zapater (Grau, 68), Francho; Bermejo (Larrazabal, 28), Eugeni (Molina, 78); Mollejo (Gueye, 68) y Simeone.

Árbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño). Expulsó por doble amarilla a Francés (71 y 74). Amonestó a Mollejo (39), Fede Vico (76), Quinteros (83), Nyom (86) y Miramón (94).

Goles: 0-1, min. 16: Simeone. 1-1, min. 32: Juan Muñoz. 2-1, min. 74: Juan Muñoz, de penalti.

Incidencias: Noche muy fría en la periferia de Madrid, con apenas 6 grados al inicio del partido (las 21.00) y con sensación térmica de un par menos. El césped del estadio de Butarque presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 6.000 espectadores, entre ellos más de 250 zaragocistas.


 SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº19 (7.12.2022)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº19 (7.12.2022)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº19 (6.12.2022)

PARTIDO OFICIAL Nº 3582

ALBACETE 0-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Titulares



1 Barragan (P) (C) 2 GABI F.
2 Djetei 3 JAIR JR
5 Maikel M. 6 Frances
8 Francisco Javier   70’ 8 Valderrama   78’
10 Manuel   81’ 12 Larra   78’
12 Higinio 13 Raton (P)
16 Dubasin   70’ 14 Serrano
17 Alonso   63’ 19 P. MAKHTAR
19 Olaetxea 20 Simeone   78’
23 Rodriguez 21 Zapater (C)
24 Antonio Cristian 23 Molina   85’

Sustituciones



17 Alonso   26 Alcedo 63’ 20 Simeone   28 Mollejo 78’
16 Dubasin   70’ 12 Larra   22 Martin 78’
8 Francisco Javier   7 Garcia 70’ 8 Valderrama   11 VADA 78’
10 Manuel   3 Ros 81’ 23 Molina   5 Jaume 85’
14 Sergio   9 KAWAYA 81’

 

Albacete 0-0 Real Zaragoza

41.3 % Posesión 58.7 %
3 remates dentro 4
2 disparos bloqueados 0
5 remates fuera 6
10 disparos recibidos 10
0 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 6
7 faltas cometidas 10
144 perdidas de posesion 146
64 recuperaciones de posesion 59
3 fueras de juego 1
xxxxxx

Aburrido e insulso empate sin goles del Real Zaragoza en Albacete

En un partido feo, lleno de cambios en la alineación, los de Escribá suman un punto más, lo único positivo de este 0-0 de difícil digestión.

Escribá sigue invicto en liga con el Real Zaragoza. Esta vez, empató el equipo aragonés sin goles en Albacete en un partido aburrido, insulso, del que pocas cosas se pueden destacar. No le sirve de mucho este punto a los aragoneses, que no logran despegarse de la zona baja con tan poca renta.

La primera parte, en este martes de digestión de hormigón con el España-Marruecos jugado justo antes de este duelo liguero de los zaragocistas en campo manchego, fue como una continuidad de esa lejana previa de Catar. A un 0-0 cargado de plomo, grava y ferralla como fue el de la eliminación de los de Luis Enrique se enganchó con naturalidad el 0-0 del Carlos Belmonte, con unos minutos de publicidad entremedias. El Real Zaragoza que se inventó esta vez Escribá, con siete cambios respecto del triunfo ante el Ibiza 72 horas antes, fue un bloque pétreo, soso en su concepto futbolístico, con posesión sin sustancia alguna, en terrenos alejados del peligro en la portería de Bernabé, que aseguraban los paisanos que era el portero del Albacete.

Los -esta vez- avispas jugaron a que no pasara nada. A tener el balón sin prisas ni exigencia por pensar, por generar, por crear juego ofensivo. La portería de los locales pudo haber sido sustituida por un macetero o por una tómbola de parque de atracciones. No hizo falta para nada y casi no salió ni en las imágenes de televisión porque el balón no se dirigió a sus inmediaciones apenas. Un remate fuera, muy alto, de Simeone en el minuto 25 después de una falta lejana mal despejada por la zaga manchega fue lo único digno de ser anotado en el folio en blanco de las rentas de los de Escribá, que vio el partido por tercera vez en la grada a causa de su sanción heredada de Elche (aún le queda una cuarta cita con la nevera). Eso y un centro-chut de Eugeni en el 33, que buscó con intención la rosca desde fuera del área, pasándose de golpeo y yendo el balón fuera por metro y medio en el palo más lejano. Una nulidad la maquinaria del gol planteada por el entrenador esta vez, con Gueye titular junto a Simeone, con un medio campo sin alas (Francho y Eugeni hacían de extraños extremos), con Zapater y Molina sin chispa ofensiva en el doble pivote y con los laterales, Larrazabal y Fuentes, obturados en profundidad.

El 0-0 se sujetó hasta el intermedio gracias a que los albaceteños no estuvieron finos en tres minutos de máxima inspiración combinativa, con Fuster como figura sobresaliente. En el 12, Fran Álvarez lanzó con potencia desde 25 metros y Ratón envió a córner en una gran parada… que arreglaba un par de pifias monumentales segundos antes, una en la salida con el pie desde su posición y otra en una salida en falso por alto, en una acción cómica, que lo retrató de nuevo como un guardameta nervioso e inseguro. Un minuto después, con el Zaragoza aturdido por esta circunstancia de su portero (al que Escribá se empeña en mantener en medio de la crítica general del zaragocismo), Fuster no llegó a cabecear a puerta vacía un centro cerrado del belga Dubasin, gracias a que se anticipó

Medina providencialmente bajo palos. Y en el 15, el referido Fuster se marchó en eslalon desde medio campo y su disparo seco y raso lo envió fuera, junto al poste izquierdo, de nuevo Ratón en otro acierto compensatorio. Ahí, en ese primer cuarto de hora, los locales tuvieron la opción de tumbar al vaporoso Zaragoza que aguantó el tipo como pudo y, hasta el minuto 45, metió el cloroformo al ritmo del partido para que todo fuese plano y sin brillos de nadie.

El segundo tiempo empezó sin cambios nominales. Ambos entrenadores parecían apostar por un marcador corto. Por marcar primero, por aprovechar un error del adversario más que encontrar un acierto propio. Y todo siguió por la misma partitura de aburrimiento y bostezos en unas gradas semivacías en un campo sin mucha afición, mucha menos en mitad de un puente festivo como el de este diciembre naciente. El Belmonte es un estadio donde se oye todo lo que se grita en el césped. No hay presión ni ruido ambiental. Hasta el minuto 56 no sucedió nada de nada. Ahí, Zapater avanzó, chutó raso desde fuera del área, al centro, y Bernabé paró sin problemas. Esto hizo de despertador de los locales y un minuto después Maikel Mesa empalmó un derechazo también lejano que se fue cerca del larguero, alto.

Con el Albacete muy apagado, en un móvil 4-1-4-1 en fase de ataque que mutaba a 5-4-1 en defensa al recular Olaetxea, los zaragocistas dieron varios pasos adelante. La orden del intermedio, sin duda, pasó por buscar más el campo contrario. Así, en una breve fase en la que espabilaron los aragoneses, Larrazabal centro en el minuto 60 y le regaló el gol soñado a Gueye, el tanque de 1,95 de estatura. Su cabezazo, a placer, en el área chica, se fue al centro del marco y Bernabé pudo así rechazar lo que parecía el 0-1. Era la primera llegada de verdad del Zaragoza, una hora después del silbido inicial. Demasiado poco, obviamente. Y, además, sin acierto. El ‘gafe del 9’ no solo tiene afectado a Azón este año. También el africano anda contagiado.

El cuadro de Rubén Albés fue renovado a base de sustituciones por ver si resucitaban. El Zaragoza, a falta de 25 minutos, se estaba dando cuenta de que podía aspirar a algo más que el empate sin goles. Larrazabal martilleó más en esa tesis en el minuto 68, con un latigazo con la derecha desde 30 metros que Bernabé detuvo en dos veces con serios apuros. Escribá tardó más que nunca en modificar las cosas con los cambios. Mollejo, Vada y, por primera vez en año y medio, Vigaray, fueron un triple giro táctico en el 77 en busca de que la flauta sonara en algún golpe de viento. Ambos equipos, en vez de dar muestras de removerse y buscar el triunfo, lo que hicieron fue arrugarse cada vez más en la fealdad de la noche en general. Parecía que el 0-0 les venía bien a los dos. Las jugadas del epílogo fueron un concurso de malos entre albaceteños y zaragocistas, un a apuesta por ver quién lo hacía peor en los pases y los remates lejanos (de cerca, ni hablar). El alivio, a eso de las 23.00, era pensar que aquí no pasaba como en Catar, que no había prórroga y todo el mundo se iba a dormir tras este pestiño.

El partido acabó con un susto para Ratón, en un disparo del efervescente Kawaya (francés, casi homónimo con el japonés que estuvo en Zaragoza) que paró el arquero en el 94. Un petardo de feria de los que no sacan ni humo. Y el cuento se acabó con enormes ganas del poco público que fue al campo por irse a la cama a olvidar una tarde horrible del neofútbol de nuestros días. Este que vivimos, en el que tan difícil es ver un gol, en el que tanto cuesta encontrar futbolistas diferenciales que aporten magia, improvisación, regate, valentía para profundizar y rebasar líneasa defensivas.

Al Real Zaragoza sigue costándole una eternidad vencer a cualquier rival de su categoría, que desde hace diez años es la Segunda División española. En otros tiempos, dar por bueno este punto ante un deslavazado Albacete resultaría una ofensa. Hoy en día no queda más remedio que ponderarlo así. Es lo que hay, mientras no haya otra cosa. 

Ficha Técnica

Albacete Balompié: Bernabé; Alvaró Rodríguez, Djetei, Glauder, Julio Alonso (Alcedo, 63); Olaetxea; Dubasin (Juanma, 69), Maikel Mesa, Fran Álvarez (Maestre, 69) (Kawaya, 81), Fuster (Ros, 81); e Higinio.

Real Zaragoza: Ratón; Larrazabal (Vigaray, 77), Francés, Jair, Fuentes; Francho, Zapater, Molina (Grau, 84), Eugeni (Vada, 77); Simeone (Mollejo, 77) y Gueye.

Árbitro: Ávalos Barrera (Comité Catalán). Amonestó a Jair (21) y Molina (82).

Goles: No hubo.

Incidencias: Noche fría en Albacete, con 6 grados al inicio del choque (las 21.00) después de una tarde muy lluviosa, precipitaciones que cesaron un par de horas antes del partido. El césped del Carlos Belmonte presentó un perfecto estado. En las gradas hubo 5.790 espectadores.

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