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REAL ZARAGOZA 2022/23

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº35 (9.4.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº35 (9.4.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº35 (9.4.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3598

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-0 GRANADA

Fran Gamez 36’

Titulares



1 Alvarez (P) (C) 1 RAÚL F. (P)
3 JAIR JR 3 Lozano   62’
4 BEBÉ   86’ 11 UZUNI
5 Jaume   68’ 12 Meseguer
9 Azon   68’ 14 Ignasi
10 Bermejo   86’ 15 Neva   82’
14 Serrano 16 Victor Diaz (C)
17 Nieto 17 Quini   78’
18 Fran Gamez 21 Melendo   78’
20 Simeone   89’ 22 Perea
24 Lluis Lopez 25 WEISSMAN   62’

Sustituciones



5 Jaume   21 Zapater 68’ 3 Lozano   26 Zaragoza 62’
9 Azon   7 Miguel 68’ 25 WEISSMAN   9 CALLEJON 62’
4 BEBÉ   6 Frances 86’ 21 Melendo   8 F. DIEDHIOU 78’
10 Bermejo   8 Valderrama 86’ 17 Quini   6 Bodiger 78’
20 Simeone   19 P. MAKHTAR 89’ 15 Neva   7 Soro 82’

Real Zaragoza 1-0 Granada

36.4 % Posesión 63.6 %
6 remates dentro 2
3 disparos bloqueados 1
4 remates fuera 7
10 disparos recibidos 13
1 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 11
11 faltas cometidas 11
117 perdidas de posesion 125
61 recuperaciones de posesion 46
3 fueras de juego 1
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Un gran Real Zaragoza derrota al Granada y prácticamente sella la permanencia

Un solitario gol de Fran Gámez acerca una victoria crucial, que pudo ser más abultada. El equipo suma siete partidos consecutivos sin perder. 

Si Azón sonríe, el zaragocismo sonríe. Dos meses y medio después, el canterano volvió a ser titular en La Romareda y el equipo, a pesar de su desacierto hacia la portería, creció. Cuando se junta con Simeone, los de Escribá pueden ganarle a cualquiera. Defienden y atacan mejor. Son capaces de plasmar una idea de juego que, sin la continua amenaza de estos dos, es impensable. Un planteamiento que este sábado valió para pasar por encima de uno de los mejores equipos de la categoría, de un aspirante al ascenso que no aparentó serlo.

En su mejor partido de lo que va de año en casa, el Real Zaragoza derrotó (1-0) al Granada y prácticamente selló su permanencia. Triunfo de mucho mérito, gracias a un solitario gol de Fran Gámez que pudo venir acompañado de varios más.

Empezando por los marrados en un inicio fulgurante en el que el Real Zaragoza no supo castigar la ‘torrija’ del Granada. De lo contrario, el marcador hubiese sido escandaloso en apenas 10 minutos, los que Azón y Simeone, al fin juntos, tardaron en generar un puñado de ocasiones manifiestas de gol.

La primera vino en el 7, cuando Francho encontró al espacio a Simeone y este lanzó un pase de la muerte que Azón no conectó por muy poco. Era solo un aviso de lo que vendría seguidamente, 60 segundos de locura en los que, inexplicablemente, el Zaragoza no supo batir a Raúl Fernández.

Tan sorprendente fue que Simeone no acertara a controlar un caramelito que le había sido cedido por Azón a la altura del punto de penalti como que este último, justo después, no empujase el balón a puerta vacía -y sobre la misma línea- tras un gran envío desde la derecha de Sergio Bermejo.

Al canterano se le trabaron los pies y al zaragocismo la voz, la posibilidad de cantar el gol más esperado, el de un futbolista que no jugaba en La Romareda desde el 30 de enero a causa de las malditas lesiones y que cada vez que emerge nos hace fantasear con lo que pudo ser y no fue.

El equipo es otro con Azón sobre el campo. Cualquier balón en largo, con él y Simeone a la carrera, representa peligro. Sea cual sea el partido; sea cual sea el rival, el Zaragoza se siente capacitado para ganar cuando se refugia atrás y luego ataca la espalda de sus oponentes.

Así transcurrió la primera mitad de ayer. Los de Escribá controlaron al Granada con un fútbol inteligente y práctico. Sujetaron bien a Uzuni y compañía y descifraron las debilidades nazaríes. Las opciones que, más allá de las salidas en largo, surgían por el flanco defendido por Neva.

Por allí, precisamente, llegó el 1-0. Una brillante combinación entre Bermejo y Gámez que terminó con un chut de exterior del lateral. Un golazo que hacía tiempo que no se veía por aquí, por la dificultad de la jugada y la forma de concretarla, y que hizo justicia a la superioridad zaragocista en el 36 de juego.

El Granada apenas había intimidado. Y tampoco lo hizo hacia el descanso. Fue el Zaragoza el que siguió insistiendo a través de internadas de Bebé, a veces demasiado individualista, y un último disparo de Simeone que se perdió alto antes de que Hernández Maeso señalara el camino a vestuarios.

El Zaragoza había interpretado perfectamente su concepto de partido. Y lo siguió haciendo en la segunda mitad, aunque con un Granada más incisivo, que adelantó metros y buscó un intercambio de golpes que le favorecía.

Bebé fue el primero en avisar en el 47, con un disparo que se perdió cerca del poste izquierdo; Uzuni, hasta entonces apagado, respondió con un derechazo que también se fue por muy poco; y el choque entró en una fase con opciones para ambos bandos, en la que Lluís López y Jair desperdiciaron una doble ocasión a la salida de un córner y el cuadro andaluz pudo igualar con un zurdazo lejano de Quini que, con Cristian superado, se estrelló en el larguero.

Se acababa de cumplir la hora de encuentro y el Granada había despertado. Tarde, sí, pero los de Paco López comenzaron a exhibir el acoso que se le presupone a un equipo diseñado para atacar que se está jugando el ascenso.

Paco López buscó frescura en su banquillo. Weissman y Pol Lozano dejaron su lugar a Callejón y Bryan, y este último dispuso de la siguiente oportunidad clara para los granadinos en el minuto 64, justo antes de que se produjera una de las acciones polémicas del choque. No se entiende que Hernández Maeso no revisara en el VAR una posible mano en el área del Granada tras un remate de cabeza de Azón en un saque de esquina.

Pudo haber conllevado penalti y la sentencia, pero al Zaragoza le iba a tocar seguir sufriendo en ese intercambio de ocasiones que no cesó hasta el final del encuentro.

Como ocurriera hace una semana ante el Levante, el cuadro aragonés comenzó a acusar el cansancio y a ser menos preciso en los metros finales, al tiempo que el Granada incrementaba su ritmo de juego y se acercaba a Cristian.

Puche y Zapater –en sustitución de Azón y Grau– entraron para otorgarle algo de aire y control al equipo, pero el Zaragoza no logró sacudirse la sensación de peligro visitante. En su mejor acción, Uzuni estuvo a punto de empatar en el minuto 76, pero su disparo se topó con la cabeza de Alberto Perea, compañero que incluso tuvo que ser atendido justo antes de que Paco López introdujera a Bodiger y Diedhiou.

El Zaragoza sufría, pero también respondía. De hecho, en el último tramo, a campo abierto, fue el cuadro aragonés el que dispuso de las opciones más claras. Principalmente, una nueva escapada de Simeone en la que Raúl Fernández evitó el 2-0.

Por suerte, el Zaragoza no necesitó concretar esa ocasión ni las que después protagonizó el incombustible Francho, al que los kilómetros recorridos le pasaron factura a la hora de precisar los últimos pases.

Daba igual. Con el 1-0 bastó para cerrar una victoria que deja al Zaragoza con 44 puntos, a nueve sobre la zona de descenso que marca la Ponferradina, que hoy (18.30) recibe al Leganés.

La Romareda celebró la salvación virtual y tuvo tiempo de aplaudir el regreso del exzaragocista Alberto Soro en una recta final en la que el Granada protestó otro posible penalti sobre Miquel.

Triunfo que refuerzan la labor de Fran Escribá en un Zaragoza que suma siete partidos consecutivos sin perder.

Ficha técnica

1 - R. Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Nieto; Bermejo (Eugeni, 87), Francho, Jaume Grau (Zapater, 68), Bebé (Francés, 87); Giuliano Simeone (Gueye, 89) e Iván Azón (Puche, 68).

0 - Granada: Raúl Fernández; Quini (Bodiger, 77), Víctor Díaz, Ignasi Miquel, Neva (Soro, 82); Pol Lozano (Bryan, 62), Meseguer, Melendo (Diedhiou, 77); Uzuni, Weissman (Callejón, 62) y Perea.

Goles: 1-0, min. 36: Fran Gámez.

Arbitro: Hernández Maeso (Comité Extremeño). Amonestó con tarjeta amarilla a Giuliano Simeone.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 35 de Segunda División, disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante 15.504 espectadores. Se rindió homenaje al equipo femenino del Casademont Zaragoza, que recientemente se proclamó campeón de la Copa de la Reina de baloncesto. Hizo el saque de honor la capitana, Vega Gimeno.

Gámez marca el gol de su vida

El lateral firmó un golazo de bandera en el mejor partido de la temporada del Real Zaragoza, que superó de cabo a rabo al Granada y dejó prácticamente resuelta su permanencia.

En su mejor faena en mucho tiempo, el Real Zaragoza superó de cabo a rabo al Granada y dio un paso de gigante, casi definitivo, para certificar su permanencia. Fran Gámez, un lateral desacostumbrado al gran protagonismo, le puso firma a la victoria con una obra de arte que tardará en olvidarse en La Romareda. Su gol fue verdaderamente imponente y deja descolocado a un aspirante al ascenso que pudo salir goleado y encajó su segunda derrota consecutiva, tras diez jornadas sin perder.

Dicho y hecho. Escribá proclamó en las vísperas su intención de “juntar a los mejores” y alineó a su cuarteto más destacado de atacantes: Bermejo y Bebé en las bandas y Giuliano e Iván Azón en la punta. Además, incluyó a Jaume Grau en perjuicio de Zapater como pareja de Francho en el doble pivote. Por su parte, Paco López introdujo otras tres novedades en el once del Granada: Quini, Meseguer y Perea relevaron a Ricard, Bodiger y Callejón, este último hasta ahora intocable.

Escribá también vaticinó un partido cerrado, sin intercambio de golpes, pero en esta ocasión jugó al despiste, al menos en parte, porque el Zaragoza salió al galope y pudo haber resuelto la tarde en los primeros diez minutos con dos clamorosas ocasiones de Iván Azón. Pero al joven ariete aragonés se le bajaron las persianas con todo a su favor: primero, a servicio de Giuliano, le pasó la pelota por debajo de las piernas a medio metro de la portería y acto seguido no empujó a un palmo de la línea de gol un pase de Bermejo, cuando era mucho más difícil fallar el remate que meterlo dentro.

Pero a la tercera hubo premio y pasada la media hora Fran Gámez dejó un gol para el recuerdo, un gol maravilloso con el exterior de su pie derecho, tras un taconazo espléndido de Bermejo. Su primer gol con el Zaragoza. El equipo aragonés, valiente y aplicado a la vez, había perdonado dos veces al Granada y el golazo de Fran Gámez le hizo justicia plena. Su primera parte fue de lo mejor de la temporada.

El Granada, por contra, careció de cualquier respuesta y sólo incomodó en un error de Lluís López que conjuró Jair ante Weissman, demasiado poco para un aspirante al ascenso directo.

El Zaragoza, liderado por un Francho espléndido, fue también el primero en amenazar en la segunda mitad con un obús de Bebé antes de que el portero le negara a Lluís López el 2-0 en un cabezazo a bocajarro del central a la salida de un córner.

El Granada sólo despertó un tanto en la última media hora, cuando Quini, su jugador más activo, estrelló un disparo desde fuera del área en el larguero. Fue la gran ocasión -y la única- del equipo de Paco López, que con el reloj ya corriendo a toda velocidad dio entrada a Callejón y a Bryan Zaragoza por unos desaparecidos Weissman y Pol Lozano. También Escribá metió un doble cambio y Zapater y Puche sustituyeron a Jaume Grau, aparentemente ‘tocado’, y a un infortunado Azón, que peleó como siempre, pero falló más que nunca.

Ya a la desesperada, y después de una cabalgada marca de la casa de Giuliano, Paco López quemó sus naves con Bodiger, Famara y el ex zaragocista Soro, pero no fue el día del Granada, al que el Zaragoza, que terminó jugando con tres centrales, neutralizó y superó siempre.

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº34 (31.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3597

LEVANTE 1-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

(1-0)Montiel 10’ (1-1)Bermejo 61’

Titulares



1 Cardenas (P)

1 Alvarez (P)

4 Roberto

3 JAIR JR

8 Jose Luis

7 Miguel 46’

9 Soldado 62’

10 Bermejo

10 Iborra (C)

14 Serrano

14 Ruben Vezo 7’

16 TOMÁS ALARCÓN 40’

16 Alex Muñoz

17 Nieto

18 Jorge

18 Fran Gamez 87’

20 Montiel

20 Simeone

24 Campaña 71’

21 Zapater (C) 54’

29 Marc 62’

24 Lluis Lopez

Sustituciones



14 Ruben Vezo 23 Marcelo Josemir 7’

16 TOMÁS ALARCÓN 40’

9 Soldado 22 M. BOULDINI 62’

7 Miguel 9 Azon 46’

29 Marc 2 Son 62’

21 Zapater (C) 5 Jaume 54’

24 Campaña 11 Cantero 71’

11 VADA 4 BEBÉ 54’


18 Fran Gamez 12 Larra 87’

Levante 1-1 Real Zaragoza

49.8 % Posesión 50.2 %
3 remates dentro 4
0 disparos bloqueados 1
8 remates fuera 10
15 disparos recibidos 11
2 tarjetas amarillas 3
1 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 14
15 faltas cometidas 12
121 perdidas de posesion 115
61 recuperaciones de posesion 71
1 fueras de juego 1
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Punto de oro del Real Zaragoza ante el Levante, que pudieron ser tres

En una buena segunda parte, el equipo aragonés se repuso al gol tempranero de Montiel y a un errático planteamiento inicial de Escribá.

El Real Zaragoza logró este viernes un punto de oro en Valencia en el campo del Levante, equipo puntero en la tabla, al empatar a uno en un partido con dos caras distintas. Los de Escribá no existieron en el primer tiempo, donde recibieron el gol local enseguida y vivieron un caos táctico que debió remover el técnico sobre la marcha. Y en la segunda mitad, tras un mal arranque, el equipo zaragocista igualó el marcador, se quedó en superioridad media hora por expulsión del local Saracchi y erró goles cantados que pudieron haberle dado el triunfo en un día de gran dificultad a priori.

El primer tiempo quedó marcado a fuego por el gol tempranero de los levantinistas, anotado en el minuto 9 por Montiel en una segunda jugada, pues todo venía de un rechace de Cristian Álvarez en un mano a mano ante Iborra, que se había llevado el balón con poderío ante la blandura de Jair en la acción de ganar la posición. Fue la primera jugada que se salió de los minutos de tanteo inicial, de ese periodo de tregua fea que suele surgir en muchos partidos de esta espesa e indigesta Segunda División a ojos de cualquier aficionado. Que el Levante tomase ventaja enseguida fue razón básica para que el duelo entrara en unos derroteros marcados por la lentitud, el control de los locales y el despiste creciente de los zaragocistas.

Escribá movió el equipo con tres cambios de entrada, Jair, Zapater y Puche en los puestos que el último día habían ocupado Francés, Vada y Gueye. Ello derivó en una matización, asímismo, del sistema táctico, que no fue el habitual 4-2-2 sino un 4-3-2-1, con un ‘trivote’ bastante inerte con Zapater, Alarcón y Francho. En las bandas caían Bermejo y Puche, inexistentes casi todo el tiempo. Y arriba, solo como la una, Simeone, desaparecido por completo. No encontró nunca la fórmula de crear fútbol, de combinar con cierta intención. Y eso que pasada la media hora, en una de las varias interrupciones por lesiones que hubo, el entrenador zaragocista aprovechó para volver al 4-4-2 al ver que era un despropósito la puesta en escena de su idea inicial. Francho se fue a la banda derecha, Bermejo a la izquierda y Puche se puso cerca de Simeone en punta. Nada cambió. Solo algún escarceo cerca del área, sin que nadie sepa dar el último pase o encarar con éxito al rival.

Entretanto, Escribá tuvo que retirar en el minuto 39 del campo a Alarcón, amonestado en el minuto 3, rápidamente, por un desconcertante Arcediano Monescillo, cuyo rasero con las tarjetas fue dispar según fuese el infractor de uno u otro equipo. Casero, casero. Al chileno lo buscaron los rivales todo el tiempo y estuvo a punto de ver la doble amarilla en un par de ocasiones. El técnico se temió la repetición de lo de Gijón, porque Alarcón demostró una vez más que no sabe controlar sus impulsos con sentido común, que le puede el ímpetu y esa rasmia mal concebida. Abandonó el césped caliente como una cafetera. Eso sí, de fútbol, nada. Sus pases hacia atrás son costumbre. Vada, su sustituto, por cierto, entró con igual talante peleón y casi dio igual. Al menos, el argentino estaba limpio de tarjetas. Eso sí, llevaba una aparatosa muslera en la pierna derecha que denunciaba lesión reciente, o amago de ella.

¿Y las ocasiones de gol? Casi ninguna. Además del 1-0 del minuto 9, el local De Frutos remató suave un centro raso de Montiel en el 16 que sacó en una gran parada abajo Cristian Álvarez (el linier señalo fuera de juego). El propio De Frutos, en el 41, cruzó en exceso un balón al hueco servido por Iborra, fuera por un par de metros cuando tenía todo a favor. Y por parte zaragocista, un único remate entre palos en todo el primer periodo fue firmado por Francho en el minuto 24 después de una conducción de Bermejo que quedó suelta en la corona del área. Fue un remate flojo, sin pólvora, que paró Cárdenas sin sufrir. Y ya está contado lo sustancial. Nada más aconteció digno de mención. Futbolísticamente, la calidad fue, en general, muy deficiente. Algo mejor el Levante en el manejo de la pelota, en media docena de buenas contras por las bandas, pero con muy mala resolución en el área, por fortuna para los zaragocistas.

Tras el intermedio, Escribá dejó en la ducha a Puche y devolvió a la competición a Azón. Era cuestión de probar a ver si el ariete aragonés tenía su aura de talismán de tiempos atrás. Pero quien salió lanzado fue el Levante, con un remate del internacional Soldado al larguero desde el pico del área en la primera acción, que estuvo a centímetros de ser el 2-0. Aunque replicó Nieto con un disparo lejano en el 48, fue Montiel el que rozó de nuevo el tanto levantinista en dos jugadas consecutivas, en el 49 y el 50. En la primera, mano amano ante Cristian Álvarez, su chut cruzado lo echó a saque de esquina el argentino con un muslo, con cierta fortuna. Y en la segunda, a la salida de ese córner, ensayado en corto y que ningún zaguero zaragocista intuyó, el mediapunta granota chutó potentísimo y el balón rozó por fuera el poste derecho de un batido Cristian.

En el 52, la venda de Vada tuvo sentido. Se lesionó el ‘11’ zaragocista y tuvo que ser suplido por Bebé, llegado desde Cabo Verde horas antes. Ni 13 minutos pudo pisar el césped Vada. Mal medido su problema muscular. Quizá no estaba apto para jugar. En estas, para no perder la ventana de un cambio, Escribá se vio obligado a meter ya simultáneamente a Grau en el puesto de Zapater. En este desbarajuste, el ritmo del juego se quebró por completo para el Levante y el Real Zaragoza, ahí sí, supo activarse. Esta vez, el río revuelto trajo peces a la cesta zaragocista.

Azón avisó en el 56 al cabecear alto, rozando el larguero, una falta lateral centrada por Bermejo. Y este último, en el 60, marcó el 1-1 en un ataque que culminó de modo individual, encarando a Campaña, ganando espacio y colocando su disparo colocado a media altura junto al palo derecho, lejos de Cárdenas. En un rato de inspiración, en cinco minutos de reactivación colectiva, el plano Real Zaragoza de la primera parte se había venido arriba y con rentas. El recién entrado Bebé estuvo cerca de anotar el 1-2 en uno de sus latigazos desde 40 metros, pero el balón salió a un palmo de la escuadra diestra en el 66, con el Levante muy tocado anímicamente y silbado por su afición.

Con media hora por delante, el Real Zaragoza había logrado darle la vuelta a la tendencia de un partido del montón que se le había puesto cuesta arriba muy pronto. De repente, los levantinistas entraron en histeria. Simeone erró uno de esos goles que no se deben fallar si se quiere estar en la élite, un mano a mano claro ante el portero local que culminó mal, cruzando demasiado con un golpeo mordido un balón que tuvo que haber sido el del volteo del marcador en el minuto 66. Y, con el público local afeando a los suyos su bajonazo evidente, el defensor Saracchi le dijo algo al linier que derivó en la roja directa de Arcediano. El Levante se quedó con un hombre menos en el 68 y allanó aún más el camino al rehecho Zaragoza tras las sustituciones.

Calleja, el técnico valenciano, movió el banquillo en busca de revulsivos. Bouldini, Son y Cantero fueron su savia nueva. Y en ese rato de reacción de casta de un Levante mellado, Pepelu se sacó de la nada un disparo lejano, desde 30 metros, que alcanzó velocidad de obús y se fue al larguero. Era el minuto 72 y el Zaragoza estuvo en un tris de tirar por la borda su buena fase de iniciativa. Ahí entró un poco el miedo a los de Escribá que, pese a estar en superioridad numérica, pensaron seguramente que un punto en el campo del Levante era una gran cosecha vistas las circunstancias de la liga y del propio equipo zaragocista en el último mes y medio.

Bebé probó fortuna en el 80 y el 81, en una falta directa que le fue arriba y en un remate cruzado desde el lateral del área que lamió el travesaño. Pero en el otro lado, Bouldini desaprovechó un mano a mano de el 82 patrocinado por un error garrafal de Lluís López en medio campo y, a continuación, Montiel estuvo cerca del gol del triunfo valenciano desde el borde del área. El cansancio favorecía las pifias, las malas mediciones en los cortes y los pases. Y de ahí surgieron todas estas ocasiones finales que nadie atinó a definir bien. El último cuarto de hora fue una moneda al aire para los dos rivales. Por ello, el empate se manifestó como lo más justo.

El duelo acabó con el perdón del Real Zaragoza al Levante en dos contragolpes que debieron significar la victoria aragonesa. El primero fue otro indulto de Simeone al portero Cárdenas. Un nuevo mano a mano, solo, en carrera, tras un gran pase al espacio de Bebé en el minuto 90. Apuró demasiado el argentino en golpear el balón, se metió demasiado dentro y el chut final se le fue al lateral de la red. Se había quedado sin espacio. Y el segundo, el enésimo mano a mano (la redundancia es la única y mejor manera de describir cómo fueron estas acciones) de la noche, esta vez de Bebé, que se recreó y acabó echando la pelota fuera a un metro del poste derecho.

Ficha Técnica

Levante UD: Cárdenas; Pubill (Son, 62), Rober Pier, Vezo (Saracchi, 5), Álex Muñoz; Iborra, Pepelu; De Frutos, Montiel, Campaña (Cantero, 71); y Soldado (Bouldini, 62).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Larrazabal, 87), Lluís López, Jair, Nieto; Zapater (Grau, 52), Alarcón (Vada, 39) (Bebé, 52), Francho; Bermejo, Puche (Azón, 46); y Simeone.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castilla-La Mancha). Expulsó con roja directa a Saracchi Amonestó a Alarcón (3), Pepelu (18), Bermejo (31), Pubill (45) y Grau (70).

Goles: 1-0, min. 9: Montiel. 1-1, min. 60: Bermejo.

Incidencias: Noche magnífica en Valencia, con 24 grados tras un día de sol y nubes. El césped presentó un estado sobresaliente. En las gradas hubo alrededor de 15.500 espectadores, de ellos más de 400 zaragocistas. El Levante celebró la confirmación del título de Copa de la República que el club valenciano ganó en 1937 y que ha sido reconocido oficialmente en las últimas fechas. Con este motivo, los locales no vistieron de azulgrana sino que recuperaron el uniforme de aquellos años, blanco y azul con una raya vertical. Entregó el trofeo el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales.

 

 

SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº33 (26.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº33 (26.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº33 (26.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3596

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 1-1 ALBACETE

(1-0)Lluis Lopez 54’

(1-1) Muñoz 66’

Titulares



1 Alvarez (P) (C) 1 Barragan (P) (C)
6 Frances 2 Djetei
10 Bermejo   78’ 5 Maikel M.   62’
11 VADA   71’ 7 Garcia   62’
14 Serrano 10 Manuel
16 TOMÁS ALARCÓN   85’ 12 Higinio   85’
17 Nieto 18 Riki
18 Fran Gamez 19 Olaetxea
19 P. MAKHTAR   78’ 22 Muñoz
20 Simeone   85’ 24 Antonio Cristian   62’
24 Lluis Lopez 26 Alcedo

Sustituciones



11 VADA   8 Valderrama 71’ 24 Antonio Cristian   3 Ros 62’
10 Bermejo   12 Larra 78’ 7 Garcia   16 Dubasin 62’
19 P. MAKHTAR   7 Miguel 78’ 5 Maikel M.   29 Rodrigo 62’
16 TOMÁS ALARCÓN   5 Jaume 85’ 12 Higinio   11 JOVANNY BOLIVAR 85’

Real Zaragoza 1-1 Albacete

54.2 % Posesión 45.8 %
3 remates dentro 3
3 disparos bloqueados 3
4 remates fuera 6
12 disparos recibidos 10
1 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
8 faltas recibidas 14
15 faltas cometidas 8
131 perdidas de posesion 147
62 recuperaciones de posesion 61
0 fueras de juego 4

 

El Zaragoza guarda la ropa contra el Albacete (1-1)

El equipo aragonés sobrevive a la electricidad de un Albacete mejor después de adelantarse con un cabezazo de Lluís López y empata contra un rival que exigió mucho.

El Zaragoza se queda como está. Empatado un día más, pero sin mayores daños en la carrocería después de una tarde en el dentista. Nadó y guardó la ropa todo lo que pudo, porque el Albacete casi le saca los colores más de lo que ya se los sacó, y porque el empate de la Ponferradina deja las cosas como estaban con una jornada menos de torturas por jugar. Después de una primera mitad en la que salió vivo de milagro, el Zaragoza se adelantó con un gol de Lluís López de un imponente cabezazo. Pero el Albacete igualó en una desatención de Vada aprovechada por Carlos Isaac. De lateral a lateral, así fue el genuino y distintivo gol manchego.

La cita fue eléctrica por el fútbol de alto voltaje de un Albacete que es un dolor de muelas. Un equipo intenso, esforzado y disciplinado, pero también veloz como un rayo, alegre como un recreo y afilado como una navaja. No dio tregua al Zaragoza, a quien le exhibió un fútbol superior que pone en muy buen lugar a su entrenador Rubén Albés. No hay nada dejado al azar en un equipo que es pura artesanía. El Zaragoza, por su parte, bastante tuvo con tocarse el cuerpo al acabar el partido y comprobar que todos los huesos seguían en su sitio.

Fran Escribá le puso todo el picante al plato cuando alineó de inicio a Gueye. Una oportunidad destinada a que el delantero africano se reivindicara, se reconciliara, no con La Romareda, sino consigo mismo, con el fútbol y los argumentos que lo trajeron a este equipo. Gueye le puso ganas, faltaría menos, tenía ahí el último tren, se esforzó sin la pelota, pero se atragantó con ella. Tampoco el equipo le sirvió situaciones apropiadas a su estilo. La otra novedad en el 4-4-2 de Escribá fue el regreso de Lluís López por Jair, una medida enfocada a darle velocidad a la defensa ante un ataque trepidante y vertiginoso como el del Albacete.

Los manchegos se apostaron en un ofensivo 3-4-3 que llevó por la calle de la amargura los compromisos defensivos del Zaragoza. Insertado Olaetxea entre centrales, con dos carrileros supersónicos, el timón diestro de Riki y dos extremos asimétricos, el fino Fuster en la izquierda y el bólido Juanma en la derecha; el Albacete dejó claro qué tipo de equipo es y por qué está dónde está. El sistema con carrileros y extremos dio una amplitud y una profundidad a su equipo a la que el Zaragoza no le terminó de encontrarle el antídoto, pues Vada y Bermejo no sabían si abrirse o cerrarse, si defender hacia delante o hacia atrás.

Aun con todo, el partido comenzó con la batuta del Zaragoza, que sí le halló el ojo de la cerradura al rival. Juntando pases en el sector derecho, entre Gámez, Francho y Bermejo, el conjunto aragonés comenzó a arañar terreno, atacando el lado más débil del adversario, donde protegían Alcedo, Fuster y Maikel Mesa. El Zaragoza casi siempre sacaba algo por allí, aunque no terminara de concretar con las últimas decisiones, sin confianza ni precisión. Bermejo tuvo un tiro que un defensa mandó a córner y Simeone se sacó un tirazo raso que se fue lamiendo el poste derecho.

El Zaragoza vivía momentos en los que progresaba, conectaba pases y movía con fluidez al rival, casi siempre explotando los costados de los dos pivotes del Albacete: ahí se abrió un espacio por el que generar problemas.

Pero, en cuanto el Albacete ajustó ahí, las persianas se fueron bajando y el partido se inclinó hacia el otro lado. Los manchegos son un equipo que hace muchas cosas y casi todas bien: salen bien jugando gracias a una fase inicial muy cuidada; saben cuándo juntarse y cuándo acelerar; detectan dónde deben hacerse las superioridades; se cierran y se abren según procede; se agrupan en defensa con perfecta armonía; y, sobre todo, atacan como una escuadrilla de cazas enfurecidos. Suman mucha gente al remate y exigen una tensión agónica a los rivales porque tocan muy rápido, muy vertical y con muy mala uva. Así pusieron al Zaragoza contra las cuerdas. Olaetxea marcó el punto de inflexión de la primera mitad con un cabezazo alto, Juanma no alcanzó una pelota de gol por milímetros, Fuster disparó al larguero… Todo en un puñado de minutos que se le hicieron eternos al Zaragoza hasta que Simeone se sacó un remate que Bernabé tocó con las yemas de los dedos cuando iba adentro.

El Zaragoza, en ese contexto, encontró jugadas para correr. Y así le devolvió cierto equilibrio a la contienda. Pero al equipo de Escribá le faltó todo el atrevimiento -y la calidad- que le sobra a un equipo desenfadado, osado y audaz como el Albacete. Tocaba bien, pero ni Alarcón, ni Vada, ni Francho ni nadie miraban con firmeza hacia delante. En el minuto 40, Cristian sacó la mano habitual que salva los muebles ante un remate venenoso de Maikel Mesa, en un balón perdido en un saque de esquina. Porque el Albacete, casi siempre, finaliza sus jugadas, casi siempre, encuentra acciones de remate, así se explica su alta cuota de gol: marcan porque se fabrican opciones muy claras y las resuelven.

Al descanso, el partido llegó con el pulso elevado, después de 45 minutos de intercambio de golpes, un escenario en el que el Zaragoza casi siempre sufre, pero, al menos, esta vez, el primer puñetazo lo pegó él. Fue Lluís López, tras el descanso, con un poderoso remate de cabeza en un saque de esquina puesto por Vada. Pero el gol no nació ahí. Nació en el tesón, la fe y el denuedo de ese chaval para quien no hay imposibles: Giuliano Simeone. Donde no había nada, forzó el córner, con esa tenacidad y esa voluntad tan suyas que encuentran agua cuando todo es desierto. Si quieren descubrir una fuente en Marte, suban a Giuliano a una nave espacial.

Lluís Lopez se elevó majestuoso y remató picado a gol, un tanto que serenó el corazón del equipo y le permitió comenzar a jugar como mejor se desenvuelve, en ventaja. Lo difícil parecía hecho. Pero el Albacete es un dolor. Juega y juega, ataca y ataca. Y lo hace con mucha gente, llegan todos al remate.

En esas, su carrilero derecho, Carlos Isaac, desnudó a Vada y su inexistente retorno defensivo, cazando un balón al segundo palo y reventándolo contra la red con un tiro cruzado. Fue el empate, en una jugada larga y dinámica del Albacete en la que el Zaragoza solo perseguía sombras, como en buena parte de la segunda mitad. Había un ritmo en los manchegos que desarbolaba a un equipo al que se le echó en falta algún alivio desde el banquillo, porque la cosa se vio venir. Escribá esperó mucho, hasta el minuto 70 para meter a Eugeni por Vada, quien casi cuesta otro disgusto, un futbolista con más crédito del que su fútbol le avala, alguien que suma más cuanto menos aparece en el juego del equipo.

El relato del partido entró en una fase de ida y vuelta, con el Albacete exigiendo y apretando, y el Zaragoza tratando de conectar su jugada. Llegaron más cambios. Salieron Puche, Larrazábal y también Grau para la batalla final. Hasta Simeone se fue fuera, relevado por un brioso Pau Sans. Quedaban seis minutos, y el punto no parecía mal botín. Más aún si en el transistor nos decían que la Ponferradina no ganaba en su partido. En ese último tramo, no pasaron grandes sucesos. Al Albacete ya le dolían las piernas y al Zaragoza le faltaban recursos para poder tratar de atacar la victoria. El punto bien valía no jugar más a la ruleta rusa.

Ficha técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Lluís López, Nieto; Francho, Alarcón (Grau, 84); Sergio Bermejo (Larrazabal, 78), Vada (Eugeni, 71); Gueye (Puche, 78) y Simeone (Pau Sans, 84)

Albacete: Bernabé; Carlos Isaac, Djetei, Glauder (Ros, 61), Alcedo; Riki, Olaetxea; Maikel Mesa (Rodri Alonso, 61), Fuster; Juanma (Dubasin, 61) e Higinio (Bolívar, 85).

Goles: 1-0, min. 54: Lluís López. 1-1, min. 65: Carlos Isaac.

Árbitro: Gálvez Rascón (Comité de Madrid). Mostró tarjeta amarilla a Francés (42), Alcedo (89)

Incidencias: Partido de la jornada 33 del campeonato de Segunda División disputado en La Romareda, con una asistencia de 19.812 espectadores. Tarde muy agradable en Zaragoza, pese al viento, con unos 22 grados y ambiente primaveral. El césped de La Romareda presenta unas buenas condiciones, mejoradas respecto a su estado de hace un mes.

 

Un punto de aburrimiento

Lluís López adelantó al Real Zaragoza y Carlos Isaac estableció el empate para el Albacete. El equipo manchego tuvo las mejores ocasiones, especialmente en la primera parte. La ausencia de Bebé pesó muchísimo.

Fran Escribá, quizá obligado por el cargo, no deja de pregonar que el Real Zaragoza va a conseguir la salvación sin excesiva dificultad, pero eso no es lo que luego demuestra en el campo su equipo, al que todo le cuesta demasiado. Y todavía más frente a rivales como el Albacete, ordenados y firmes atrás y claros y atrevidos en ataque. Su sexta posición no es casualidad y acreditó sobradamente en La Romareda su condición de revelación del campeonato. El reparto de puntos fue lo mejor que el Zaragoza pudo llevarse a la boca en una nueva tarde decepcionante ante su parroquia. La ausencia de Bebé pesó muchísimo.

Escribá sorprendió con la alineación de Gueye como pareja de ataque de Giuliano e introdujo otras tres novedades en su alineación, las de Alarcón y Bermejo forzadas por las ausencias de Zapater y de Bebé, y la de Lluís López por Jair dentro de su política de rotación con los centrales. Por su parte, Rubén Albés, también con bajas, varió el sistema, ordenando a su equipo con defensa de cinco, e introdujo otros cuatro cambios en su once: Carlos Isaac, Djetei, Alcedo y Juanma relevaron a Álvaro Rodríguez, Boyomo, Julio Alonso y Dubasin.

La primera media hora, pese al calor, se jugó a un ritmo vertiginoso, en un constante ida y vuelta, lo que no le conviene a este Zaragoza de poco fútbol y escasa eficacia. El equipo aragonés salió a presionar muy arriba, buscando a través de un rápido robo descolocar al Albacete y romper su acreditado equilibrio táctico. Y a punto estuvo de obtener premio antes del cuarto de hora en una acción de quite de Alarcón que resolvió Giuliano con un disparo desde fuera del área rozando el poste. Pero el Albacete, valiente y decidido, dio rápida respuesta, y por partida doble. Primero fue Juanma el que pegó un tiro al aire a metro y medio de Cristian Álvarez, y cuando estaba totalmente solo, en un fallo de los que no se creen, y acto seguido, en el minuto 20, fue Manu Fuster, el cerebro manchego, el que estrelló un derechazo en larguero. Dos ocasiones clarísimas que pudieron decantar el partido para los visitantes.

Giuliano, la única amenaza del Zaragoza por su incomodidad permanente, replicó con un cañonazo que Bernabé mandó a córner con apuros, pero ahí se acabó la potencia de fuego del equipo de Escribá, al que salvó Cristian Álvarez a cinco minutos del descanso con una intervención felina a remate de Maikel Mesa.

El Zaragoza le metió pausa al partido en la segunda parte en un claro intento por minimizar el ataque alegre del Albacete y, gracias a la insistencia de Giuliano, forzó un córner providencial que botó Vada y cabeceó picado de forma impecable Lluís López desde el punto de penalti. Un gol de pizarra, el sexto en un saque esquina del equipo aragonés, que sufre en la estrategia defensiva, pero que también ha mejorado de forma notable en la ofensiva con Escribá.

El 1-0 lo cambió todo por momentos, metió al Albacete en prisas y obligó a su entrenador a mover el banquillo con una triple sustitución: Ros, Rodrigo y Dubasin entraron por Glauder, Maikel Mesa y Juanma. Y la maniobra le salió perfecta a Rubén Albés, porque en menos de cuatro minutos Carlos Isaac, al que Vada no siguió en la marca, logró el empate con un gran derechazo a bote pronto, tras un centro pasado desde la derecha de Alcedo. La pelota fue de lateral a lateral del Albacete y acabó en la red del Zaragoza. La ocasión menos clara de los manchegos fue la que terminó en gol y la que le permitió llevarse un punto cuando quizá mereció los tres.

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº32 (19.3.2023)

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº32 (19.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3595

SD HUESCA 1-1 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

1-1 Obeng 48’

0-1 BEBÉ 32’

Titulares



1 Andres Fdez (P) 1 Alvarez (P)
2 ANDREI 3 JAIR JR
3 FLORIAN MIGUEL 4 BEBÉ   76’
4 Timor 6 Frances
7 Valentin   87’ 7 Miguel   46’
9 Obeng   87’ 11 VADA   76’
11 Joaquín   28’ 14 Serrano
14 J.Pulido (C) 17 Nieto
15 Blasco 18 Fran Gamez
22 Juan Carlos   78’ 20 Simeone   83’
23 Sielva   78’ 21 Zapater (C)

Sustituciones



11 Joaquín   24 Pulido 28’ 7 Miguel   16 TOMÁS ALARCÓN 46’
23 Sielva   5 KENTO HASHIMOTO 78’ 4 BEBÉ   8 Valderrama 76’
22 Juan Carlos   21 M. Mateu 78’ 11 VADA   10 Bermejo 76’
7 Valentin   19 A. KANTE 87’ 20 Simeone   19 P. MAKHTAR 83’
9 Obeng   10 JAVI 87’

SD Huesca 1-1 Real Zaragoza

41 % Posesión 59 %
 remates dentro 
 disparos bloqueados 
 remates fuera 
4 disparos recibidos 18
0 tarjetas amarillas 2
1 tarjetas rojas 1
7 faltas recibidas 4
5 faltas cometidas 8
114 perdidas de posesion 114
46 recuperaciones de posesion 37
3 fueras de juego 2

Empate a goles, a expulsiones y a juego feo entre el Huesca y el Real Zaragoza

Bebé adelantó al Real Zaragoza en El Alcoraz y Obeng igualó antes del descanso. Jorge Pulido y Zapater, los capitanes, vieron sendas tarjetas rojas muy pronto.

Nadie fue mejor que nadie en el derbi aragonés entre el Huesca y el Real Zaragoza este domingo en El Alcoraz. En un partido tosco, de muy pocas luces futbolísticas en ambos equipos, el 1-1 final fue aceptado por la generalidad como algo natural, un mal menor visto el devenir de los acontecimientos, con las expulsiones de Rubén Pulido, primero, y de Zapater, después, en una primera parte en la que sucedió todo lo importante y con trascendencia en la soporífera tarde vivida.

Si alguien no tenía claro lo que suele ser un partido de máxima rivalidad, esos denominados derbis entre equipos que viven el enfrentamiento con ciertos pluses añadidos a un día normal, este Huesca-Real Zaragoza de marzo de 2023 sirvió de paradigma contundente. La primera parte fue un prodigio de nulidad futbolística de unos y otros, de pérdidas constantes del balón, de un ir y venir sin sentido en infinidad de minutos. Imposible decir a ciencia cierta quién dominó más el balón, quien tuvo el timón de la iniciativa. Espesura global. Aburrimiento para los que acuden a los estadios o encienden el televisor en busca de algo de calidad, de plasticidad, de destreza en los protagonistas de la segunda categoría profesional. Y, en ese juego enrevesado constante, se dieron gotas de dureza, de excesiva aplicación de algunos futbolistas en acciones evitables, de abundancia de revoluciones en cabezas que no saben medir las pulsaciones.

El Huesca solo hilvanó una jugada en la primera mitad. Fue en el minuto 13, con un gran pase de Juan Carlos al espacio donde entraba por el centro Joaquín. Este no logró rematar bien porque se anticipó Nieto a la desesperada dentro del área, pero dejó el balón muerto para que Obeng, que entraba apoyando a sus colegas, rematara al palo izquierdo, cruzado, con todo a favor. El Real Zaragoza, por cierto, no existió en ataque durante media hora larga. Toques inútiles en la zona inerte del campo y ninguna luz a la hora de dar el último pase o el centro válido cerca de un inédito Ándrés Fernández (era el de naranja). Hasta el minuto 30, solo un disparo lejano de Timor, en el 25, que detuvo bien abajo Cristian Álvarez, supuso una aproximación con cierta intención a portería de ambos contendientes.

Y en estas, un jaleado Jorge Pulido, central oscense que se pone a cien por hora cada vez que se enfrenta al Real Zaragoza -mucho más si el graderío de El Alcoraz lo jalea como lo hizo en sendas acciones contundentes-, entró abajo, al tobillo, a Simeone en un balón insustancial en medio campo y se ganó la roja directa de López Toca. En el minuto 27, el Huesca se quedaba en inferioridad y tocado moralmente. El viento se le puso en contra a los azulgranas cuatro minutos después cuando, en la que también fue única acción medianamente combinada del Real Zaragoza, Gámez centró al corazón del área, Blasco se anticipó a la recepción de Simeone o Puche, pero dejó la pelota a placer al borde del área para que un cañonero como Bebé, de primeras, colocara un derechazo seco fuera del alcance del portero. En el minuto 31, los zaragocistas parecían poner la proa hacia una victoria vital con todos los condicionantes a su favor.

Pero los de Escribá, siempre incapaces este año de jugar como el fútbol manda cuando uno está en superioridad numérica, lo estropearon en un abrir y cerrar de ojos. Lejos de matar el partido, de llevarlo al descanso tal y como estaba (ya no se les puede pedir más, ir a por un 0-2, por ejemplo), le dieron vida al Huesca cuando los azulgranas estaban noqueados. En otra acción inútil, en campo oscense, Zapater levantó la pierna al estilo kung fu en una pelota dividida y golpeó en la cara con la bota a Sielva, que se retorció de inmediato en el suelo mientras sus compañeros acudían a rodear al juez, como mandan los cánones en estos casos. La roja al capitán ejeano estaba pedida por aclamación, más allá de que su acción fuese juego peligroso evidente. El precedente de Pulido y el ambiente de derbi en casa de la víctima de esa acción no dejaban lugar a la duda. En el 35, Zapater se fue a la ducha y dejó la contienda 10 contra 10.

Y el Huesca, que no había pisado el área desde el 0-1, logró el empate pasados tres minutos del tiempo reglamentado, casi cumplido el aumento. Ratiu chutó desde 40 metros con potencia, raso, Cristian Álvarez no atrapó el balón y lo dejó suelto para que Obeng, al que nadie marcó ni siguió en el rechace, fusilara el 1-1 ante la emoción de una grada que ya no se esperaba este premio viendo la desorientación de los muchachos de Ziganda toda la tarde.

El intermedio sentó de maravilla al Huesca, que acababa de escapar del ataud cuando ya le preparaban el responso incluso parte de los suyos. Y el Real Zaragoza volvió a adoptar esa cara de ido que se le queda a menudo cuando falla en victorias o circunstancias absolutamente favorables. Antes del descanso, Ziganda había metido al otro Pulido, Rubén, por Joaquín para cubrir la defensa, dejando su ataque en mantillas. En el tiempo de asueto, Escribá introdujo a Alarcón por Puche para remendar la falta de Zapater y también dejó a Simeone en solitario.

Este cúmulo de hechos y movimientos de ajedrez causó mejor respuesta en el cuadro altoaragonés, que salió crecido de la caseta en la segunda mitad. Gerard Valentín estuvo cerca de marcar el 2-1 y voltear el marcador en el minuto 48, nada más rodar la pelota de nuevo. Disparó en el área, solo y a placer, tras otro rechace en corto, malo, de Cristian Álvarez en un remate primero de Obeng, pero Jair sacó bajo palos cuando el balón iba dentro. Ratiu, acompañado por el vertical Valentín, amargó el rato a Nieto con un par de desbordes seguidos que no acabaron en gol por la poca habilidad de los rematadores oscenses. De nuevo, como en el primer tiempo, el Real Zaragoza no existió durante un larguísimo trecho en lo concerniente al fútbol de ataque.

Se alcanzaron los últimos 20 minutos con el Real Zaragoza portando una estadística que define su puesta en escena: el único disparo a portería en hora y 10 minutos era el del gol de Bebé. Al menos, en su inoperancia general, el Huesca le puso siempre más gotas de veneno a su propuesta ofensiva, incluso tras perder a Joaquín para reestructurar el bloque por la expulsión de Pulido. Cuando los Alarcón, Francho, Vada y demás se pusieron un par de veces a tratar de controlar el balón de modo insulso, las pérdidas no forzadas de uno u otro denunciaron la mala tarde del equipo.

Escribá metió a Bermejo y Eugeni a falta de menos de un cuarto de hora, en vez de un apático Vada y de un agotado Bebé. Quizá con sangre fresca pudiera llegar cerca de Andrés Fernándes una vez, aunque solo fuese una. En frente, Ziganda se la jugó en última baza con Mateu y Hashimoto, por la misma razón: tener gente con oxígeno en la

mente entre tanto agotamiento. Nada de ello dio resultados visibles a corto plazo. El tostón siguió en el mismo rango de tostón. Al Zaragoza el 1-1 hacía rato que le parecía una joya. Al Huesca, no tanto. Veían los azulgranas que estaban ante un adversario conformista y sin pilas ni cerebro. En los últimos 8 minutos, Gueye tuvo su enésima y breve oportunidad en el puesto de Simeone, vacío tras correr para nada todo el partido. Una pena que el equipo jugase hacia atrás más que hacia delante, con Alarcón a la cabeza de pases retrasados y laterales.

En el 85, Florian Miguel rondó el triunfo del Huesca al lanzar un zurdazo seco desde su lateral, en carrera atacante, que Cristian Álvarez echó a córner por alto cuando se iba hacia dentro. Y, ciertamente, ahí se acabó el fuelle de los de El Alcoraz. Se vio venir desde mucho rato antes que la película iba encarada a un 1-1 que a nadie sirve para sustentar sus aspiraciones. El Huesca no soñará con alcanzar a largo plazo la sexta plaza, o sea, la promoción de ascenso. Y el Real Zaragoza no logra despegarse del peligro del descenso. Al contrario, pierde dos puntos de colchón tras la victoria de la Ponferradina ante el Alavés.

Los azulgranas están abonados a los empates, renta escasa en el fútbol donde las victorias valen por tres. Y los zaragocistas, puntito a puntito, van a tratar de alcanzar la orilla como sea, sabedores de que las capacidades del conjunto para gobernar y ganar muchos de los partidos de esta liga son insuficientes. Nada nuevo dejó, pues, este derbi aragonés. Fue una dosis más de lo mismo, igual se mire desde Huesca que se haga desde Zaragoza.

Ficha Técnica

SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Blasco, Jorge Pulido, Florian Miguel; Gerard Valentín (Kanté 87), Sielva (Hashimoto, 76), Timor, Juan Carlos (M. Mateu, 76); Joaquín (Rubén Pulido, 30) y Obeng (Kanté, 87).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Zapater, Francho; Vada (Bermejo, 76), Bebé (Eugeni, 76); Puche (Alarcón, 46) y Simeone (Gueye, 83).

Árbitro: López Toca (Comité Cántabro). Expulsó con roja directa a Jorge Pulido (27) por una dura entrada a Simeone y a Zapater (35) por juego peligroso sobre Sielva. Amonestó a Bebé (41) y Francho (75).

Goles: 0-1, min. 31: Bebé. 1-1, min. 45+3: Obeng.

Incidencias: Tarde primaveral, con 18 grados y sol, con algunas nubes. El césped de El Alcoraz presentó un magnífico aspecto. En las gradas hubo un lleno técnico, casi absoluto, en torno a los 8.500 espectadores, de ellos en torno a 300 de Zaragoza.

 

Empate con polémica

El árbitro expulsó injustamente a Zapater, después de una roja directa a Pulido. Bebé adelantó al Real Zaragoza y Obeng empató para el Huesca al filo del descanso.

Empate con polémica en un Alcoraz con récord histórico de público. En una tarde con más emoción que fútbol, Bebé adelantó al Zaragoza con uno de sus clásicos obuses y Obeng igualó al filo del descanso, tras una ‘cantada’ de Cristian Álvarez. Pero el partido estuvo marcado por la injusta expulsión de Zapater ocho minutos después de que Jorge Pulido viera la roja directa por una patada muy destemplada a Giuliano.

El Zaragoza salió mejor al partido, imponiendo el control con posesiones largas, pero el primer aviso serio lo dio el Huesca al filo del cuarto de hora con un zurdazo al poste de Obeng en una contra que inició Joaquín. Ninguno de los dos equipos quiso destaparse y correr riesgos, ninguno quiso equivocarse, hasta que Jorge Pulido, sobreexcitado siempre frente al Zaragoza, se auto expulsó en el minuto 27 con una entrada terrible por detrás a Giuliano en el centro del campo. López Toca, muy cerca de la jugada, no lo dudó y le enseñó la tarjeta roja directa. El Huesca se quedó con diez, lo que obligó a Ziganda a sacrificar a Joaquín para rearmar su defensa con Rubén Pulido, pero el Zaragoza supo sacar inmediata ventaja de su superioridad numérica y cinco minutos después Bebé aprovechó un despeje en falso de Ratiu para sorprender a Andrés Fernández desde fuera del área con un cañonazo marca de la casa.

El encuentro entró entonces en una fase de nervios y al árbitro se le fue la mano expulsando también con roja directa a Zapater por una acción de juego peligroso sobre Sielva, que debió quedarse en amarilla. López Toca, el colegiado de los tres últimos ascensos del Huesca, quiso compensar y se equivocó, dejando al Zaragoza también con un hombre menos. Zapater lleva el brazalete de capitán, pero ni protestó la injusticia…

El partido terminó de igualarse en el último minuto del descuento de la primera parte, cuando Obeng aprovechó un regalo de Cristian Álvarez, que no sujetó el disparo lejano de Ratiu, para establecer el empate.

Escribá movió el banquillo en el descanso y dio entrada a Alarcón por Puche, dejando sólo en punta a Giuliano e intentando amurallar la medular con el internacional chileno, pero al poco de empezar la segunda parte una desatención general sembró el desconcierto y Francés tuvo que salvar casi bajo palos un disparo envenenado de Ratiu. El Huesca, afilado por su banda derecha, se fue creciendo y Cristian Álvarez pasó por una fase de apuro permanente, mientras el Zaragoza, reservón y previsible, no logró inquietar a Andrés Fernández hasta el minuto 70, cuando Vada, con todo a su favor, no supo rentabilizar una gran acción personal de Nieto.

A un cuarto de hora del final y cuando el cansancio ya apretaba en los dos equipos, Bermejo y Eugeni entraron por Vada y Bebé, en el Zaragoza, y Marc Mateu y Hasimoto, por el Huesca. Escribá le dio también los últimos minutos a Gueye por un Giuliano agotado en su pelea en solitario contra toda la defensa azulgrana, pero para entonces el Zaragoza ya se conformaba con el empate y el senegalés sigue negado.


LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº31 (12.3.2023)

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº31 (12.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3594

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 3-0 LEGANESEscudo/Bandera equipo

3-0 Miguel 66’
2-0 VADA 59’
1-0 Simeone 35’

Titulares



1 Alvarez (P) 2 Nyom
4 BEBÉ   84’ 4 Kenneth Josiah (C)
5 Jaume   69’ 6 Sergio
6 Frances 10 Jose Arnaiz   84’
7 Miguel 11 Muñoz   65’
11 VADA   69’ 13 Riesgo (P)
17 Nieto   78’ 17 Raba   74’
20 Simeone   84’ 18 Ruben Pardo   74’
21 Zapater (C) 20 Undabarrena   65’
24 Lluis Lopez 21 Jorge Miramón
27 Luna 32 Cisse

Sustituciones



11 VADA   10 Bermejo 69’ 20 Undabarrena   7 Juan Jose 65’
5 Jaume   16 TOMÁS ALARCÓN 69’ 11 Muñoz   19 Jon 65’
17 Nieto   38 Sans 78’ 17 Raba   14 Vico 74’
4 BEBÉ   12 Larra 84’ 18 Ruben Pardo   8 Gaku 74’
20 Simeone   8 Valderrama 84’ 10 Jose Arnaiz   9 Qasmi 84’

Real Zaragoza 3-0 Leganes

39.5 % Posesión 60.5 %
6 remates dentro 2
2 disparos bloqueados 4
1 remates fuera 4
10 disparos recibidos 9
3 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 17
18 faltas cometidas 12
105 perdidas de posesion 97
46 recuperaciones de posesion 42
0 fueras de juego 0

El Real Zaragoza rompe el ayuno y golea al Leganés

Simeone fue el gran protagonista del partido, marcando el tanto que liberó al equipo antes del descanso. Ya en la segunda, Vada, de penalti, y Puche cerraron un triunfo vital.

Terminó el ayuno. El Real Zaragoza se reencontró este domingo al fin con el gol para celebrar una victoria crucial en La Romareda. El equipo de Escribá se impuso por 3-0 al Leganés con Simeone como gran protagonista. El hispano-argentino fue el autor del tanto que cambió el partido antes del descanso y, a partir de ahí, el equipo se soltó y Vada -de penalti- y Puche acabaron completando la goleada ante un rival apático e inofensivo.

El partido había empezado recordando a los anteriores. Durante la primera media hora apenas ocurrió nada. Ambos equipos se esforzaron en asentar sus planteamientos sin asumir riesgos. El Real Zaragoza, de vuelta al 4-4-2, se protegía en su campo a la espera de atacar espacios a la contra. El Leganés circulaba a un ritmo bajo, previsible, sin llegar a inquietar a Cristian Álvarez.

Un disparo lejano de Raba, que se perdió por encima del larguero, fue la llegada con más peligro de los pepineros en ese tramo inicial. El resto fueron jugadas de escasa influencia. Combinaciones sin profundidad, bien controladas por un Zaragoza que agradeció la presencia de Francés en los duelos directos ante Juan Muñoz y Arnaiz.

Con balón, el bloque de Escribá estaba tan espeso como en anteriores compromisos. Sin precisión. Sin claridad. Sin ideas… Bebé monopolizaba cada avance. Su pierna derecha era el único recurso ofensivo. Miraba a portería cuando debía y cuando no. Se confiaba todo a su inspiración, pero no fue él, sino Simeone, quien acabó con el ayuno del gol.

En el minuto 36, el hispano-argentino recogió un balón en la frontal del área y se fue contra todos. Decidido. Como es él. Capaz de colarse entre cinco o seis rivales y, esta vez sí, definir con un toque sutil que batió a Asier Riesgo.

Fue una liberación. Para Simeone y para el Zaragoza. Casi tres meses sin meses sin marcar llevaba el argentino. Tres jornadas, lo que va de Cuaresma, duraba la abstinencia del equipo. Más de 280 sin ver portería que este domingo terminaron. Vaya, si terminaron…

A partir del 1-0 el partido fue otro. Y el Real Zaragoza, también. Bebé pudo ampliar distancias antes de que se llegase al tiempo de descanso, con otro balón recuperado por Simeone que le fue cedido a la media luna, pero fue en la segunda mitad cuando los de Escribá se terminaron de desatar.

Simeone fue un dolor constante para la defensa del Leganés en la reanudación. Suya fue la primera ocasión tras la reanudación, con un balón que no acertó a pasar a Puche, y en la siguiente (minuto 58 de juego) provocó el penalti que significó el 2-0, obra de Vada con suspense.

El Cholito corrió un balón largo, falló nuevamente en la entrega, pero peleó la pelota hasta estrellarla en el brazo de Sergio González. García Verdura consultó en el VAR y acabó señalando los once metros y la sentencia de un Leganés que ya no se repondría.

El Zaragoza se hizo amo del juego y terminó firmando una tarde redonda, para disfrutar. Puche completó la goleada en el minuto 65, convirtiendo un pase de la muerte cedido desde la izquierda por Nieto; Cristian Álvarez tuvo su protagonismo con una meritoria parada que impidió que los madrileños recortasen distancias; y Simeone acabó siendo despedido entre vítores, con La Romareda en pie, cuando Escribá se sintió ganador.

Triunfo fundamental de un Real Zaragoza que, a la espera de lo que hagan sus rivales a lo largo de este domingo, asciende hasta la decimotercera posición. El zaragocismo vuelve a respirar tranquilo. El descenso queda a nueve puntos. Los que separan al conjunto aragonés de una Ponferradina que esta noche (21.00) se medirá con el Granada.

Ficha técnica:

3 - R. Zaragoza: Cristian Alvarez; Luna, Francés, Lluís López, Nieto; Vada (Bermejo, m.68), Zapater, Jaume Grau (Alarcón, m.68), Bebé (Larrazábal, m.84); Puche (Pau Sans, m.78) y Giuliano Simeone (Eugeni, m.84).

0 - Leganés: Riesgo; Nyom, Omeruo, Sergio González; Cissé, Rubén Pardo (Gaku, m.74), Undabarrena (Narváez, m.65), Miramón; Raba (Fede Vico, m.74), Juan Muñoz (Karrikaburu, m.65) y Arnáiz (Qasmi, m.84).

Goles: 1-0. M.35. Giuliano Simeone; 2-0. M.58. Vada; 3-0. M.66. Puche.

Arbitro: García Verdura (Comité Catalán). Amonestó con tarjeta amarilla a Vada, Zapater y Alarcón, del Real Zaragoza.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 31 de Liga de Segunda división disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 18.000 espectadores. Se le entregó la insignia de oro y brillantes a Jesús Villanueva, que fuera médico del Real Zaragoza durante 33 años. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo del fallecimiento de José Ramón Irusquieta, exjugador del Real Zaragoza.

El Zaragoza apabulla al Leganés

Un gol de bandera de Giuliano, en tarde estelar, abrió una clara y fundamental victoria del equipo aragonés. Vada y Puche completaron la goleada.

Por fin ganó el Real Zaragoza. Y lo hizo a costa del Leganés, su bestia negra en Segunda, un rival con el que había perdido sus cinco últimos enfrentamientos, alguno con escandalosa goleada. Pero no hay mal que cien años dure y el equipo aragonés se tomó la revancha y reaccionó cuando más lo necesitaba, cuando en esta segunda vuelta caminaba a paso de tortuga y no lograba sacudirse sus problemas clasificatorios ni la amenaza del descenso. El triunfo fue claro, merecido y rotundo frente a un rival de cartón piedra que no tuvo respuesta. Giuliano, en tarde estelar, abrió el marcador con un golazo y Vada y Puche cerraron un marcador concluyente y reparador.

Francés, Vada y Puche fueron las tres novedades en el once de Escribá, en detrimento de Jair, Francho, con un proceso gripal, y Bermejo, mientras que Idiákez, en su vuelta a La Romareda, varió el sistema -del 5-3-2 a un elástico 4-2-3-1- e introdujo hasta cinco cambios: Omeruo, Cissé, Rubén Pardo, José Arnáiz y Juan Muñoz relevaron al sancionado Jorge Sáenz, al lesionado Franquesa, a Gaku, a Narváez y a Karrikaburu.

El Leganés avisó enseguida con un disparo de Raba desde fuera del área que se marchó rozando el larguero, pero fue un fogonazo aislado, porque los dos equipos impusieron sus precauciones durante más de media hora. Ninguno arriesgó, ninguno quiso equivocarse, y el partido se convirtió en un puro forcejeo a ritmo lento, salpicado de imprecisiones y ausente de ocasiones. El Leganés parecía muy cómodo, aunque sin profundidad, y el Zaragoza, demasiado metido atrás, sólo tenía una tímida amenaza en el derechazo de Bebé. Pero en estas apareció Giuliano para alterarlo todo con una jugada genial y un gol de bandera. El Cholito llevaba ocho encuentros sin ver puerta, pero su suerte cambió cuando más lo necesitaba su equipo: recibió en la esquina del área, aceleró en diagonal, se fue de dos contrarios con la ayuda de un rebote, se zafó de otros tres ya dentro del área y elevó con maestría y precisión sobre la salida de Riesgo. Un golazo. Un serio candidato al gol del año en Segunda.

Lejos de reaccionar tras el descanso, el Leganés careció de la ambición y el brío para ir a por el empate y se encontró con un segundo gol en contra definitivo. No sin suspense, porque el penalti por mano de Sergio González fue señalado a instancias del VAR y porque el lanzamiento de Vada desde los once metros fue detenido en primera instancia por Riesgo. El 2-0 impulsó al Zaragoza como un cohete y no tardó en llegar el tercer gol al rematar Puche un centro de Nieto.

Ya lo dejo dicho Escribá en las vísperas: “El día menos pensado empezarán a entrar los goles”.

 SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº30 (5.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº30 (5.3.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº30 (5.3.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3593

LUGO 0-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

Titulares



3 PANTIC 1 Alvarez (P)
7 SEBAS 3 JAIR JR
9 M. Barreiro (C)   64’ 4 BEBÉ
13 WHALLEY (P) 5 Jaume
14 XAVI T 10 Bermejo   67’
15 Loureiro 14 Serrano   73’
17 Lopez   76’ 17 Nieto
18 EL HACEN   86’ 20 Simeone   82’
19 Aviles   76’ 21 Zapater (C)
21 Rodriguez 24 Lluis Lopez
38 Borges   64’ 27 Luna   73’

Sustituciones



38 Borges   12 ZE RICARDO 64’ 10 Bermejo   19 P. MAKHTAR 67’
9 M. Barreiro (C)   16 SCEPOVIC 64’ 27 Luna   12 Larra 73’
17 Lopez   4 Claveria 76’ 14 Serrano   11 VADA 73’
19 Aviles   29 Cuellar 76’ 20 Simeone   7 Miguel 82’

Lugo 0-0 Real Zaragoza

44 % Posesión 56 %
4 remates dentro 1
3 disparos bloqueados 0
1 remates fuera 7
8 disparos recibidos 8
2 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
9 faltas recibidas 12
13 faltas cometidas 10
171 perdidas de posesion 169
68 recuperaciones de posesion 69
3 fueras de juego 1
xxxxxx

El Real Zaragoza tampoco es capaz de marcar gol ni de ganar en Lugo

En otro partido lleno de impotencia e ineficacia de los de Escribá el equipo alcanzó su máxima aspiración: otro 0-0. Simeone y Gueye fallaron dos goles cantados.

Pues el Real Zaragoza tampoco ganó en Lugo, en casa del penúltimo y desahuciado rival que va camino de Primera RFEF, es decir, del descenso. No pasó del 0-0. Otro 0-0. Lo que parece ser su máxima aspiración en infinidad de días, donde no hay creatividad de juego ni tino en las ocasiones que se generan. Esta vez, Simeone, como en Málaga, y Gueye fallaron dos tantos hechos. La crisis zaragocista no remite y las dudas y miedos siguen en aumento.

El primer tiempo tiene el dudoso honor de ser, más que probablemente, el más insustancial y aburrido de la temporada. Y este récord estaba difícil de batir, casi imposible. El Real Zaragoza jugó andando. Literalmente andando. Escribá montó otra vez, como en Málaga, un 4-2-3-1, dejando a Simeone solo en punta. La pieza nueva fue Grau, muchos meses después, en el doble medio centro con Zapater. Eso llevó a Francho a la banda, un desperdicio de propuesta para el canterano, que ahí no se ve. Y Bermejo se movió por el centro, pero ni en la mediapunta, ni en el centro del campo. En definitiva, perdido en la nada. El método, por lo que se dedujo con el paso de los minutos, era que no sucediera nada. Que el cadavérico Lugo no llegara a creerse capaz de ganar por insistencia.

Y esta trama general, un tostonazo monumental, estuvo a punto de tener un prefacio maravilloso para el Real Zaragoza. Porque el único disparo a puerta de los 47 primeros minutos antes del intermedio lo hizo Bebé (siempre Bebé) en una falta directa desde… 40 metros. Aún no se había cumplido el primer minuto de juego. Es un osado el lisboeta. Su ‘folha seca’ cayó a plomo sobre el larguero, junto al ángulo izquierdo del sorprendido Whalley, y el bote se fue hacia fuera. El cuadro aragonés pudo adquirir ventaja en la primera jugada y eso hubiese cambiado todo notablemente. Pero no sucedió. Y el partido se fue a la oscuridad de futbolistas sin imaginación, los 22 que había en el campo.

El Lugo esperó atrás con calma, también sin prisas, como si su estado de moribundo no fuera tal. Cuando recuperaba algún balón en la media, que fueron varios, los dos extremos eran sus apuestas ofensivas. El zurdo Moyano le hizo un ovillo al joven Luna un par de veces. Y Avilés, por el otro lado, bailó a Nieto al menos cuatro veces en velocidad y conducción. De ahí salieron los únicos peligros del primer tiempo. En el minuto 15 Avilés remató desde el borde del área y Cristian Álvarez paró bien a media altura. Y en el 33, Moyano lanzó alto por un metro un chut desde la corona. No hubo más búsqueda de palos por parte lucense. Sus centros al área nunca encontraron al ariete tanque Barreiro, muy venido a menos.

Al Real Zaragoza se le fueron los minutos en salvas. Nadie buscó espacios. Ni el uno contra uno. Pases atrás y laterales. Fue un equipo ‘acarcedado’, o sea, como jugaba con Carcedo en el arranque liguero. Insípido, aburrido a más no poder. Sin riesgo por parte de nadie a la hora de dar un pase. Bebé se desesperó varias veces porque nadie buscaba su banda. Cierto es que él tampoco estuvo inspirado para ver a Francho y Bermejo. Un par de veces corriendo solos por el pasillo central en sendas contras que podían haber hecho daño al Lugo. Todos estaban bajo el efecto del cloroformo que pidió Escribá para la primera mitad del choque. Grau volvió al once con espesura. Nadie destacó, más allá del orden de Zapater, una garantía siempre.

Solo una falta directa, otra, de Bebé desde medio campo de nuevo, en el minuto 40, permitió anotar en el folio un segundo disparo del Real Zaragoza. Solo que esta vez se le fue muy alto. Mal. Y llegó el descanso, para alivio de los aficionados y televidentes. Esto no es el fútbol que se conoce como tal. Es otro deporte que deriva de él, un sucedáneo. A ninguno de los dos equipos les servía el empate para sus necesidades extremas. Debían ganar. Así que todo iba a quedar pendiente de la segunda mitad, de si alguien era capaz de poner algo de brillo al manejo del balón, ese enemigo redondo para la mayoría de los protagonistas. Desde el prisma zaragocista, el estado era de decepción. De temor a que si el Lugo marcaba primero por esas cosas que tiene el fútbol, el equipo se apagase como un candil, pues aceite tenía poco.

El segundo periodo comenzó sin cambios nominales. O ambos entrenadores estaban contentos con lo visto o la alternativa era peor en cualquiera de los casos. Asustaba pensar cuál de las dos circunstancias era la verdadera. Sobre el césped el guión no experimentó novedades tampoco: el Lugo agazapado atrás (sorprendentemente) y el Zaragoza con pocas ganas de irse arriba con ambición palmaria. Hasta que en el 57 Simeone repitió error superlativo, como en Málaga. Hizo una jugada individual, con hasta cuatro regates en carrera en profundidad, excelente. Iba a ser la jugada del partido cuando quebró al último central y se quedó solo ante el batido Whalley. Pero disparó con el exterior del pie fuera, fatal, ante el asombo de la afición gallega, que no daba crédito al indulto de Giuliano. No está bien el argentino. Y este yerro fue como la gota malaya en su cabeza. Increíble que ahí no se pusiera 0-1 el Real Zaragoza. El gafe del gol roza en las últimas semanas lo enfermizo.

El entrenador local, Carrillo, movió el árbol metiendo a Zé Ricardo y Scepovic en busca de sangre fresca en ataque, pues su equipo no llegaba al área aragonesa. Quedaban 25 minutos y parecía ya la hora del alboroto de las sustituciones. Escribá respondió con Gueye, tal y como había anunciado el viernes que haría. Era la 16ª oportunidad para el senegalés, que relevó al apático y nulo Bermejo. En el primer centro al área de Luna, el africano no estaba en su sitio. En un pase de Simeone a continuación, que lo dejaba solo ante Whalley, no se enteró de que la pelota iba para él. Cuestión de fe es este asunto. Así que también cabe el ateísmo y hasta el agnosticismo respecto del delantero de Senegal.

El Lugo era un mar de nervios. Se veían impotentes para apretar al Zaragoza. Pero los aragoneses, como es habitual, no tenían luces para gobernar el balón con rentabilidad y sacar provecho al apagón de los gallegos. Pura impotencia. A falta de 17 minutos Escribá introdujo a Larrazabal y Vada. La ruleta rusa en danza. El juego de los dados, si se quiere. El técnico rojiblanco también modificó dos piezas del tablero, con Cuéllar y Clavería como refuerzos últimos desde el banco. Con el partido en plena metamorfosis de caras nuevas, entró en juego el factor lotería. A ver si a alguno de los dos le tocaba el gordo. Gran táctica. Todavía entró en el 82 Puche por el desmoralizado Simeone. O sea, la delantera zaragocista acabó siendo Gueye-Puche.

Los galaicos intentaron sacar fuerzas de flaqueza y Cuéllar, en el 85, logró alcanzar posición de gol tras ganarle la espalda a Nieto, pero su chut raso lo atrapó Cristian Álvarez en dos veces. Era el preámbulo de otro martillazo del Real Zaragoza sobre el mismo clavo de la incapacidad absoluta para marcar goles, incluso a placer. En el 87, Larrazabal se llevó el balón dividido ante Alberto y entró en el lateral del área solo, en un tres contra uno, con Vada y Gueye esperando el centro tras el central Pantic. 

El vasco puso el balón tenso, raso, paralelo a la raya de gol, y Gueye se tiró mal y tarde, sin llegar a tocar la pelota bajo palos, a bocajarro, para haber empujado su primer gol como zaragocista. Terrible sensación. De pesadilla, sino fuera porque todo esto se da por descontado hace largo tiempo.

Otra victoria que debió ser clara por el tamaño de las ocasiones marradas por el Real Zaragoza se iba a quedar nonata. Y gracias, porque de nuevo Cuéllar, tras un resbalón de Nieto, se quedó con la pelota en el área en el 92 y su remate, nervioso, malo, fue a las manos de Cristian Álvarez. Y, sobre todo, en el 95, Scepovic cabeceó picado un centro de Moyano y el portero argentino tuvo que hacer la parada de la noche, abajo, sobre la raya, para evitar la tragedia absoluta, como hubiese sido si ahí el Lugo llega a marcar el 1-0.

El pitido final de González Francés dejó a los lucenses casi con la escritura de su plaza en la categoría inferior rubricada. Y al Real Zaragoza… este empate a cero, el octavo de un año que va a batir todos los registros de inanición goleadora, no lo saca de su pobreza de miras. Toca seguir padeciendo. Punto a punto no da de sí para alcanzar la tranquilidad pretendida. Si no se gana en campos así...

Ficha Técnica

CD Lugo: Whalley; Loureiro, Pantic, Alberto, Andoni López (Clavería, ,77); Xavi Torres, Gui (Zé Ricardo, 64), El Hacen (Baena, 86); Avilés (Cuéllar, 77), Moyano; y Barreiro (Scepovic, 64).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Luna (Larrazabal, 73), Lluís López, Jair, Nieto; Grau, Zapater; Francho (Vada, 73), Bermejo (Gueye, 67), Bebé; y Simeone (Puche, 82).

Árbitro: González Francés (Canario). Amonestó a Gui (34), Loureiro (38) y Luna (47).

Goles: No hubo.

Incidencias: Tarde fría en Lugo, con 7 grados al inicio del partido (18.30), con el cielo muy nublado y amenaza de lluvia. El césped del Anxo Carro presentó un aspecto irregular. En las gradas hubo alrededor de 4.600 espectadores, de ellos 60 zaragocistas. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Pelayo Novo, exfutbolista del Lugo.

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LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº29 (26.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº29 (26.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº29 (26.2.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3592

Real Zaragoza SADREAL ZARAGOZA 0-0 BURGOS CFEscudo/Bandera equipo

Titulares



1 Alvarez (P) 5 Atienza
3 JAIR JR 6 Navarro
4 BEBÉ 10 Bermejo   72’
7 Miguel   64’ 11 Gaspar   64’
10 Bermejo   64’ 13 Caro (P)
14 Serrano 16 Curro   87’
17 Nieto 18 Cordoba (C)
20 Simeone 19 Areso
21 Zapater (C)   86’ 21 Goldar
24 Lluis Lopez 22 Muñoz   87’
27 Luna   73’ 23 MATOS   72’

Sustituciones



7 Miguel   38 Sans 64’ 11 Gaspar   9 Daoudi 64’
10 Bermejo   11 VADA 64’ 23 MATOS   3 Fran Garcia 72’
27 Luna   18 Fran Gamez 73’ 10 Bermejo   8 Pablo Valcarce 72’
21 Zapater (C)   5 Jaume 86’ 22 Muñoz   4 Michel Zabaco 87’

16 Curro   15 Hernandez 87’

 

Real Zaragoza 0-0 Burgos

52.4 % Posesión 47.6 %
5 remates dentro 2
4 disparos bloqueados 4
6 remates fuera 7
13 disparos recibidos 15
3 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
9 faltas recibidas 9
9 faltas cometidas 9
186 perdidas de posesion 167
73 recuperaciones de posesion 74
2 fueras de juego 1
xxxxxx

El Zaragoza no sale de pobre contra el Burgos

El equipo aragonés sigue sin ganar y sin recuperar el buen pulso y suma, frente al Burgos, un punto tras un partido equilibrado y en el que volvió a revelarse como un ataque inofensivo.

Tampoco al Burgos. Tampoco esta vez. El Zaragoza sigue sin ganar, sigue sin marcar goles, sigue sin afianzarse en La Romareda, y sigue sin convencer a casi nadie. Sacó un punto justo en todos los sentidos del término ante el Burgos. Un escaso y pobre garbanzo que apenas le llena la tripa y le mantiene con las alertas encendidas, pues la clasificación aprieta y muerde. Al menos, cortó la hemorragia defensiva tras siete goles encajados en dos partidos. 

El resumen, en esencia, es el de casi siempre. Al Zaragoza no le da para ganar partidos porque no le mete goles a casi nadie. Su incapacidad ofensiva, su debilidad en zonas de remates es desesperante. Al Burgos le valía el empate, por eso condujo el duelo a uno de tantos de la categoría en los que el detalle mínimo lo resuelve todo. Pero ese momento crucial nunca llegó. En pleno huracán de cierzo, el Zaragoza tuvo sus momentos entre el final del primer tiempo y el arranque del segundo. Pero no tuvo continuidad. 

Es cierto que apenas sufrió contra un rival que sabe moverse de cine en este tipo de escenarios. Todo lo contrario que un Zaragoza que no supo muy bien qué hacer cuando el duelo presentaba oportunidades, más allá de confiarlo todo a Bebé. A Escribá, el equipo se le ha gripado. No es el mismo. Le falta lo de siempre, calidad y capacidad diferencial. Pero, además, ahora la maquinaria colectiva apenas suma en un equipo que no termina de cuajar desde que se cayeron Mollejo y Azón. Su principal plan ofensivo fue el aclarado para Bebé. Que, como fuese, el portugués se hiciera la jugada con su nombre y apellido. Esa excesiva descarga de responsabilidades y esa dependencia de la inspiración y el cañonazo de un recién llegado lo explica casi todo.

A quien, por fin, le llegó el turno de la titularidad fue a Marcos Luna, en un digno y solvente estreno en tal condición con el primer equipo. Ante la grieta abierta en el lateral derecho en los anteriores partidos por Gámez y Larrazábal, el entrenador le dio su oportunidad al canterano, gran novedad en una formación a la que regresó Alberto Zapater al doble pivote y en la que Puche recuperó su sitio junto a Simeone en la delantera, una posición en la que el chico es un quiero y no puedo. Fran Escribá, de este modo, conservó el 4-4-2 y mantuvo a Pau Sans bajo las mantas del banquillo, tal y como había deslizado en la previa. No quiere quemar al juvenil en un momento de extrema necesidad, ni exponerlo a responsabilidades que no le tocan, ni medir si vale o no vale cuando una lengua de fuego cae del cielo, aunque muchas veces en la vida es mejor recibir un no a la primera que vivir siempre con la incertidumbre de que pudo ser un sí.

Al partido no se le tardó mucho en hallarle el trazo. El Burgos es un equipo que le apaga las luces a las tardes. Las introduce en un fútbol de ritmos bajos, control posicional y manejo de las situaciones. Procura que cuanto menos líneas tengan las crónicas, mejor para ellos. Viven, y viven bien, de que apenas se desencadenen sucesos dentro de los partidos y de la que pelota vaya debilitándose lejos de su área. El Zaragoza se vio arrastrado por esas intenciones en la primera media hora. El bloque medio del Burgos, bien posicionado y bien cimentado con la entrada de tres mediocentros de pulmón y cantidad como Atienza, Navarro y Mumo -una fórmula poco habitual en los planes esta temporada de Julián Calero-, negaba espacios interiores y vías de circulación.

El Zaragoza se vio empujado a los caminos exteriores, pues el Burgos se sabe muy superior a la mayoría de los rivales a la hora de cerrar su área, misión para la que Atienza se incrustaba entre centrales. Ahí, por arriba, ni Puche ni Simeone tenían nada que hacer. Así que Luna, en tres lanzadas por la banda derecha, metió tres balones abajo. El más claro no lo culminó Puche con un mal control.

El Zaragoza daba facilidades al Burgos para que desplegara su campo de minas y se acomodara en apenas 25 metros de andamiaje defensivo. Los aragoneses reiniciaban y reiniciaban desde centrales aun cuando el desarrollo de las jugadas indicaban verticalidad, agresividad y determinación. El Zaragoza ha perdido esa mirada afilada, y se sumergió en la intrascendencia de quien a también se le comen los miedos y la tensión.

Bebé quedó como verso aislado sobre el que intentar algo. El portugués sacó un disparo rotundo que paró Caro y Luna, después, mandó arriba. El Burgos estaba cómodo, pero tampoco inquietaba. Su vía de ataque era la espalda de Bebé, hacia donde se proyectaba como un cohete Areso para juntarse con Curro y traerle problemas a Nieto. Su mejor opción, en todo caso, fue un cabezazo de Álex Bermejo en una falta lateral nada más empezar el partido.

A Bebé le cuesta el retorno defensivo, pero de sus pies salían avisos serios cuando agarraba la pelota. Le cedió un balón a Simeone que el argentino no supo atinar. Justo en ese momento, Escribá mandó a Francho, que esta vez empezó en el sector izquierdo, al perfil derecho del doble pivote, su mejor zona, activando así a Sergio Bermejo. El juego comenzó a mezclarse mejor. Esa decisión marcó un punto de inflexión desde el que el Zaragoza creció. A Puché le faltó un número de pie más para desviar un buen pase de gol de Francho. Después, Caro le hizo un paradón a bocajarro a Simeone. Fueron las dos opciones más claras del primer acto. Zapater y Bebé también lo buscaron de lejos antes del descanso.

Al regreso al campo, el Zaragoza se entregó así a Bebé, como cuando Los Ángeles Lakers de la NBA dejaban todo en manos de Kobe Bryant y los demás abrían los ojos de par en par. Todos los balones iban al portugués y todos se los jugaba él: los triples, las asistencias, las penetraciones y los mates. Un par de tiros suyos y un pase delicioso con el exterior al que no llegó Puche confirmaron que el Zaragoza tenía las riendas del partido. Le faltaba determinación, dentellada, brío en los metros finales, como casi siempre, pero exhibía posibilidades de victoria.

El Burgos titubeó y se separó. Los dos equipos comenzaron a correr más. La historia era otra. Escribá vio que era un buen momento para Pau Sans. Salió al campo acompañado de Vada, mientras el equipo visitante recurría a Mourad, Valcarce y Fran García.

Tras los cambios, el encuentro se fue rompiendo y deslavazándose, aunque no sucedían grandes cosas en las áreas. Al Zaragoza le faltaba serenidad. Quería hacer muchas cosas y muchas a la vez. No enlazaba dos pases derechos. Un tiro de Curro encendió las alarmas. Mumo lanzó arriba en una jugada de estrategia. El Zaragoza se estiró y casi logra que Goldar se metiera en propia puerta.

El Burgos trató de controlar el asunto y recurrió a Zabaco. Un cambio que fue una declaración de intenciones, pues engrosó la defensa con un hombre más, un tercer central con el que defenderse de una acometida final del Zaragoza que en realidad no llegó porque no podía llegar: no tenía con qué, Simeone estaba muerto, nadie levantaba la cabeza ni filtraba un pase con intención. No le daba para más al equipo de Escribá, víctima de lo de casi siempre. Es inofensivo y no parece claro que vaya a dejar de serlo de aquí a final de temporada. Habrá que encontrar petróleo donde no hay.

Ficha técnica:

0 - R. Zaragoza: Cristian Álvarez; Luna (Fran Gámez, m.73), Lluís López, Jair, Nieto; Bermejo (Vada, m.65), Francho, Zapater (Jaume Grau, m.87), Bebé; Puche (Pau Sans, m.65) y Giuliano Simeone.

0 - Burgos: Caro; Areso, Córdoba, Goldar, Matos (Fran García, m.72); Raúl Navarro, Atienza, Mumo (Zabaco, m.86); Curro (Juan Hernández, m.86), Bermejo (Valcarce, m.72) y Gaspar (Mourad, m.64).

Arbitro: Trujillo Suárez (Comité de Tenerife). Trujillo Suárez (Comité de Tenerife). Mostró tarjeta amarilla a Simeone (27), Atienza (58), Gámez (82), Vada (90).

Incidencias: Partido de la jornada 29 del campeonato de Segunda División disputado en La Romareda, con una asistencia de 17.281 espectadores. Tarde fresca y soleada, con 10 grados y un fuerte viento huracanado y frío. Terreno de juego en buen estado.

El Real Zaragoza se estrella contra un muro

Nuevo ejercicio de voluntarismo del equipo de Fran Escribá en La Romareda que no le sirvió para ganar a rival muy duro de pelar.

Nuevo ejercicio de impotencia del Real Zaragoza, cuyo voluntarismo no le sirvió para ganar a un Burgos muy duro de pelar. El equipo aragonés lo dio todo, pero no pudo. Sencillamente, no le alcanzó. Lo intentó a base de agresividad y de nervio, pero fue incapaz de marcarle un gol al tercer mejor visitante de la categoría y a un serio aspirante al ‘playoff’. El Zaragoza continua sin ganar en La Romareda en toda la segunda vuelta -tres empates y una derrota- y no acaba de enderezar su delicada situación.

Luna, Zapater y Puche fueron las tres novedades en el once de Escribá, que volvió a dejar a Pau Sans en el banquillo, mientras que que Calero ordenó a su equipo en 4-3-3, renunciando a su clásica defensa con tres centrales, y relevó con Navarro y Mumo al lesionado Grego Sierra y al sancionado Elgezábal, dos de sus indiscutibles.

El Burgos, sólido y decidido a la vez, salió a pescar en el río revuelto de La Romareda y avisó enseguida con un cabezazo de Álex Bermejo desde el punto de penalti, aprovechando la pasividad de la defensa en un balón parado. El Zaragoza, ante su irresoluble falta de juego, respondió con la habitual agitación de Giuliano, pero el que primero puso en apuros a Caro fue Bebé con un cañonazo marca de la casa a los veinte minutos.

Durante un largo pasaje, el partido estuvo siempre donde quiso el Burgos, pero en el tramo final de la primera parte se impuso el Zaragoza a base de genio, y Caro, en la parada de la tarde, salvó a su equipo en un remate de Giuliano a pase de Francho, que, tras intercambiar su posición con Zapater, no dejó de percutir por la banda derecha.

El Zaragoza, agresivo e intenso, volvió del descanso al galope, sin dar respiro al Burgos, pero sin la claridad suficiente como para descomponer a su muralla defensiva. Bebé no dejó de centrar, pero no remató nadie.

A media hora del final, Escribá se jugó ya la baza de Pau Sans, que salió junto a Vada como doble recambio del voluntarioso Puche y de un desaparecido Bermejo, al que no se vio en toda la tarde. También Calero movió su banquillo, dando entrada primero a Mourad y después a Fran García y a Pablo Valcarce, unos cambios que precedieron a un disparo envenenado de Curro, que estuvo a punto de sorprender a Cristian Álvarez, con todo el sol de cara y el cierzo en contra.

El Zaragoza siguió empujando hasta el final, pero un partido más se diluyó en su ineficacia. El punto no resuelve sus graves problemas.

 SD HUESCA X-X SD HUESCA

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº28 (20.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº28 (20.2.2023)

LIGA 2ªDiv. 2022/23 JORNADA Nº28 (20.2.2023)

PARTIDO OFICIAL Nº 3591

MALAGA 3-0 REAL ZARAGOZAReal Zaragoza SAD

  • LAGO JUNIOR 75’
  • R. Castro 56’
  • R. Castro 82’

 TITULARES



5 Rivas (C) 1 Alvarez (P) (C)
7 LAGO JUNIOR   88’ 3 JAIR JR
9 FRAN SOL   65’ 4 BEBÉ
10 Febas 10 Bermejo   64’
13 R. Yáñez (P) 11 VADA   77’
16 Rodriguez 12 Larra   64’
17 Delmas 14 Serrano
18 N’DIAYE   46’ 16 TOMÁS ALARCÓN   77’
21 Villalba   65’ 17 Nieto
22 Ramalho 20 Simeone   82’
39 Cristian   77’ 24 Lluis Lopez

Sustituciones



18 N’DIAYE   24 R. Castro 46’ 12 Larra   18 Fran Gamez 64’
9 FRAN SOL   11 Alex Gallar 65’ 10 Bermejo   7 Miguel 64’
21 Villalba   23 Escassi 65’ 16 TOMÁS ALARCÓN   23 Molina 77’
39 Cristian   3 Javier 77’ 11 VADA   38 Sans 77’
7 LAGO JUNIOR   2 Appiah 88’ 20 Simeone   19 P. MAKHTAR 82’

Malaga 3-0 Real Zaragoza

44 % Posesión 56 %
5 remates dentro 4
3 disparos bloqueados 2
2 remates fuera 5
11 disparos recibidos 10
0 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
15 faltas recibidas 3
3 faltas cometidas 15
152 perdidas de posesion 137
50 recuperaciones de posesion 46
3 fueras de juego 3
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Un Real Zaragoza que no marca ni a puerta vacía cae goleado 3-0 en Málaga

El antepenúltimo y casi desahuciado equipo andaluz superó y ridiculizó a los de Escribá en la segunda mitad tras ser indultado por estos antes del descanso con fallos inexplicables ante la portería.

El Real Zaragoza cayó goleado y humillado en Málaga ante el antepenúltimo clasificado de la liga, un equipo que estaba al borde del desahucio y acabó cantando el “sí se puede” con su público haciendo la ola ante un rival ridículo, el aragonés. El 3-0 final es una afrenta de difícil explicación, que enlaza con el 1-4 del día anterior frente al Alavés. La sensación de crisis es profunda en el seno blanquillo.

Le perdonó la vida el Real Zaragoza al Málaga en la primera parte. El final de la misma, en los minutos 44 y 45, fue la moraleja de este aserto. Primero, Simeone falló el gol de Cardeñosa en el Mundial del 78 en el España-Brasil. A puerta vacía, sin portero porque lo había regateado en un mano a mano tras error del central Juande. No se sabe por qué no remató de primeras el ariete zaragocista. Tampoco de segundas, tras controlar el balón a placer con la zurda. La portería seguía vacía a cinco metros de él. Y cuando se decidió a golpear el balón, se le cruzó Ramalho para salvar el gol increíblemente. Como le hizo Amaral a Cardeñosa. Decía Escribá en la previa que había carencia de gol. Pues toma muestrario. Simplemente, Simeone, no se puede fallar esto en el fútbol profesional. Ni el Regional.

Y a la salida del córner de semejante pifia histórica, que se recordará por los siglos de los siglos, Bebé (el mejor del equipo, jugador fuera de categoría en Segunda) remató duro, Yáñez sacó como pudo junto al palo derecho y, solo a bocajarro, Vada remató alto con todo a favor. Otro gol infallable en un equipo con calidad, más allá de que un zaguero local pudiera tocar el pie del argentino y hacerle incluso penalti en esa fallida culminación.

Pero es que, cuando sucedieron estas dos inexplicables jugadas de marro zaragocista, se venía de rumiar un error superlativo de Bermejo, en el minuto 36, solo en el área en un pase atrás del eléctrico Bebé, que le dejó el gol manufacturado. El ‘10’ zaragocista, tan errático como siempre en el golpeo del balón, lo mando alto, al barrio de La Palmilla. Tampoco se pueden perdonar ocasiones así. Bebé tenía la sensación ya para entonces de que él jugaba un partido y sus demás compañeros otro distinto. Fue el estilete de los tomates (de rojo vistió el Zaragoza), a su aire, superando siempre al exblanquillo Delmás y a quien se pusiera por delante. Pero nadie le da apoyo ni continuidad en la resolución de sus buenos ataques, de sus excelentes controles orientados. Una pena muy grande. La llegada de Bebé ha servido para dejar aún más en evidencia el rango del resto.

El Real Zaragoza había sufrido en los primeros 20 minutos ante un Málaga apurado, histérico, que salió con el corazón en la boca. En los cinco primeros le dio réplica, abriendo un choque que fue de ida y vuelta, con ocasiones locales de Genaro, por partida doble, en el minuto 4 y el 5, fallando primero un remate franco a quemarropa tras una falta mal defendida por los aragoneses y, después, rematando duro en el área para lucimiento de Cristian Álvarez. En el otro lado, Vada y Bebé, en el 6 y el 7, dijeron a los andaluces que no se vinieran muy arriba, que iban a tener contestación. El argentino acabó mal un pase majestuoso del lisboeta, sin fuerza; y Bebé probó a Yáñez con un zurdazo (si, con la izquierda) casi sin ángulo y por sorpresa.

Las subidas de Delmás junto a Lago Junior amargaron el rato a Nieto. Y por el otro lado, el reaparecido Larrazabal, amonestado pronto, padeció con Febas y Villalba. Pero el gas le duró al Málaga hasta el minuto 20. El Zaragoza, pasada la efervescencia inicial de los blanquiazules, quiso jugar al otro fútbol, a tener posesiones largas en terrenos neutros. Hasta la recta final del primer periodo, la reseñada con pesar por cómo se perdió la opción de haber apuntillado a un rival que no aguanta ni una banderilla, no alcanzó el equipo de Escribá un nivel aceptable de solvencia en su juego. El 0-0 del intermedio fue un regalo para el Málaga, que debió estar aniquilado entonces por 0-2 o 0-3 si este Zaragoza fuese un equipo normalito de Segunda División y no uno de la zona medio-baja, con enormes carencias en facetas claves del juego en sus líneas.

Pellicer, viendo que los suyos, a los que solo les servía la victoria, estaban languideciendo, introdujo metralla tras el descanso con el cuarentón ariete Rubén Castro. Escribá siguió con su novedoso 4-3-2-1, con Simeone demasiado solo en punta y Vada con escasa sustancia haciendo de enganche. El Málaga agradecía la vida al cuadro zaragocista, que estaba otro día más retratado ante el espejo de su impotencia frente a las porterías contrarias, ni aun vacías, como ayer le pasó a Simeone, que quedó aturdido tras su insólito yerro.

La reanudación empezó con ambos equipos destensados y el primero que salió de ese miedo fue el Málaga, castigando como hace siempre el fútbol a quién indulta a su adversario tan gravemente como había hecho el Zaragoza justo antes del parón del descanso. Delmás hizo un jugadón por su banda diestra, centró a Villalba que asistió enseguida a Rubén Castro para que este fusilara, solo, en el segundo palo. Era el 1-0 en el minuto 55 y los de Escribá, una vez más, fueron objeto de una caricatura jocosa del juego en manos de un rival que, para entonces, debería estar ya en la consulta del forense.

Los tomates reaccionaron por inercia. Vada hizo una filigrana, rematando de tacón en el 60 un centro del espumoso e inerte Bermejo, al cuerpo de un afortunado Yáñez. Los hados de la fortuna abandonan a los menos duchos en el que debería ser su arte laboral. Les pasa a los toreros maletillas con el estoque. Un minuto después, Bebé intentó la del Alavés, pero su obús desde 40 metros se marchó fuera por centímetros junto al palo izquierdo ante el resoplido del graderío. Dos aldabonazos fallados de nuevo. Y en el 66, en cuanto el Málaga retomó el ataque, una pifia de cesión atrás de Lluís López, otro de los recuperados por Escribá para esta causa, facilitó un mano a mano de Rubén Castro que Cristian Álvarez tuvo que solucionar in extremis con su salida fuera del área para evitar el 2-0.

Escribá retiro al fallón Larrazabal y al desaparecido Bermejo y metió a Gámez y Puche, cambiando por completo la banda derecha. Dio igual. Este equipo es una máquina de fallar. Un grupo demasiado pusilánime en momentos de máxima exigencia. Como para echarse a temblar con lo que viene. En el 74, Lago Junior marcó el 2-0 desde fuera del área, sin que la defensa zaragocista lo encimara como es debido. Golpeó seco, duro, dio en el palo derecho y entró a la red. Demoledora imagen del Real Zaragoza ante un adversario cadavérico que chupó de su sangre para revivir. Demostraron los de Escribá que no están preparados

Pau Sans y Molina fueron dos recambios a la desesperada, por Vada y Alarcón, dos jugadores insustanciales toda la noche. Hasta Gueye salió al final por un alterado Simeone. El entrenador, lejos de arreglar el roto, lo fue haciendo más grande con estos movimientos. Los muchachos no le respondieron. Quizá porque de donde no hay no se puede sacar. Lo de la mata y la patata. Y la consecución inmediata del 3-0, en otra jugada de Rubén Castro que solventó con una vaselina sobre Cristian Álvarez en una defensa de margarina del Zaragoza (ni siquiera llega a categoría de mantequilla), rubricó las sensaciones de caos absoluto que emitió esta noche de lunes el equipo en casa del antepenúltimo y casi desahuciado Málaga. Era el minuto 82 y la goleada abría una herida sangrante de difícil cauterización entre el zaragocismo. Un desastre mayúsculo.

La recta final del envite fue un retrato a todo color de un Zaragoza menor, con cara pálida, enfermiza en lo futbolístico, que deja indicios y síntomas de serios problemas en el esprint final de la liga. Siete goles ha encajado el equipo en dos partidos. Su blandura anímica es digna de análisis clínico. Esto es fútbol y se necesitan tipos curtidos. La falta de las picardías que echaba en menos Escribá en la previa son otra mácula grave de esta plantilla. Ir a la guerra con chavales que disparan con tirachinas es sinónimo de derrota segura. Cuando la liga pide el máximo tino en la hora de la verdad, ahí se ven las hechuras y el talante de un equipo. En Málaga, el Zaragoza ha pedido la vez para el psicólogo. Que preparen una treintena de divanes.

El duelo acabó con La Rosaleda llevando en volandas a su equipo, con los zaragocistas mirando al horizonte sabedores del chandrío que acababan de consumar. Vienen curvas y habrá que estar preparado para el duro libro de ruta que aguarda. Era una noche de puerta grande o enfermería. Y salió la segunda opción. Problemas.

Ficha Técnica

Málaga CF: Yáñez; Delmás, Juande, Ramalho, Cristian Gutiérrez (Javi Jiménez, 76); Genaro, N’Diaye (Rubén Castro, 56); Febas, Villalba (Escassi, 64); Lago Junior (Appiah, 88) y Fran Sol (Gallar, 64).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Larrazabal (Gámez, 63), Lluís López, Jair, Nieto; Francho, Alarcón (Molina, 76); Bermejo (Puche, 63), Vada (Pau Sans, 76), Bebé; y Simeone (Gueye, 81).

Árbitro: Gorostegui Fernández (Comité Vasco). Amonestó a Larrazabal (17) y Simeone (79).

Goles: 1-0, min. 55: Rubén Castro. 2-0, min. 75: Lago Junior. 3-0, min. 82: Rubén Castro.

Incidencias: Noche agradable en la capital de la Costa del Sol, con 12 grados y cielo muy cubierto. El césped del histórico campo de La Rosaleda presentó unas magníficas condiciones. En las gradas hubo alrededor de 16.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Marcos Alonso, exentrenador de ambos equipos, y del exfutbolista malacitano Atsu, víctima del terremoto de Turquía.

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