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EURO2012 POL-UKR

Euro 2012

Euro 2012

 

Segunda fase

Trofeo de la Eurocopa 2012.
 Cuartos de final Semifinales Final
  21 al 24 de junio  27 y 28 de junio  1 de julio
           
 Varsovia, 21 de junio      
 
  Bandera de la República Checa República Checa 0
 Donetsk, 27 de junio
  Bandera de Portugal Portugal 1 
  Bandera de Portugal Portugal 0 (2)
 Donetsk, 23 de junio
   Bandera de España España (p) 0 (4) 
  Bandera de España España 2
  Kiev, 1 de julio
  Bandera de Francia Francia 0 
  Bandera de España España 4
 Gdańsk, 22 de junio
   Bandera de Italia Italia 0
  Bandera de Alemania Alemania 4
 Varsovia, 28 de junio 
  Bandera de Grecia Grecia 2 
  Bandera de Alemania Alemania 1
 Kiev, 24 de junio
   Bandera de Italia Italia 2 
  Bandera de Inglaterra Inglaterra 0 (2)
  
  Bandera de Italia Italia (p) 0 (4) 

 

Tabla general

EquipoPtsPJPGPEPPGFGCDifRend
1Bandera de España España1464201211178%
2Bandera de Italia Italia9623167-150%
3Bandera de Alemania Alemania125401106480%
4Bandera de Portugal Portugal10531164267%
5Bandera de Inglaterra Inglaterra8422053267%
6Bandera de la República Checa República Checa6420246-250%
7Bandera de Grecia Grecia4411257-233%
8Bandera de Francia Francia4411235-233%
9Bandera de Rusia Rusia4311153244%
10Bandera de Croacia Croacia4311143144%
11Bandera de Dinamarca Dinamarca3310245-133%
12Bandera de Ucrania Ucrania3310224-233%
13Bandera de Suecia Suecia3310255033%
14Bandera de Polonia Polonia2302123-122%
15Bandera de los Países Bajos Países Bajos0300325-30%
16Bandera de Irlanda Irlanda0300319-80%

Partido 31 Final

Partido 31 Final

 

 
España
4
 
0
Italia
D. Silva  14’1-0 
J. Alba  41’2-0 
F. Torres  84’3-0 
J. Mata  88’4-0 
Des: 2-0
Estadio Olímpico (Asistencia: 60,000)
Árbitro: Pedro Proenca
 
Equipos
España
(4-3-3)
Iker Casillas1
Álvaro Arbeloa17
25’ Gerard Piqué3
Sergio Ramos15
41’ Jordi Alba18
Xavi8
Sergio Busquets16
Xabi Alonso14
59’ 14’ David Silva21
75’ Cesc Fàbregas10
87’ Andrés Iniesta6
Suplentes
Pepe Reina23
Víctor Valdés12
Raúl Albiol2
Jesús Navas22
Santi Cazorla20
Juanfran5
Javi Martínez4
87’ 88’ Juan Mata13
75’ 84’ Fernando Torres9
59’ Pedro7
Fernando Llorente19
Álvaro Negredo11
Italia
(4-1-3-2)
1Gianluigi Buffon
7Ignazio Abate
15Andrea Barzagli 45’
19Leonardo Bonucci
3Giorgio Chiellini 21’
21Andrea Pirlo
8Claudio Marchisio
18Riccardo Montolivo 57’
16Daniele De Rossi
9Mario Balotelli
10Antonio Cassano 46’
Suplentes
14Morgan De Sanctis
12Salvatore Sirigu
6Federico Balzaretti 21’
2Christian Maggio
4Angelo Ogbonna
5Thiago Motta 57’
23Antonio Nocerino
22Alessandro Diamanti
13Emanuele Giaccherini
11Antonio Di Natale 46’
20Sebastian Giovinco
17Fabio Borini
Entrenador
Vicente Del Bosque 
Entrenador
Cesare Prandelli 

 

Alineaciones
España Italia
4Goles0
4Asistencias0
14Disparos11
9Disparos a portería6
6Paradas5
0Goles de penalti0
0Penaltis0
27Centros15
3Saques de esquina3
3Fueras de juego3
17Faltas cometidas10
1Tarjetas amarillas1
0Tarjetas rojas0
51%Posesión49%

 

ESPAÑA, 4 – ITALIA, 0

España: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Pedro, m. 59), Xavi, Iniesta (Mata, m. 86); y Cesc (Torres, m. 75).

Italia: Buffon; Abate, Barzagli, Bonucci, Chiellini (Balzaretti, m. 21); Marchisio, Pirlo, Montolivo (Motta, m. 56), De Rossi; Cassano (Di Natale, m. 46) y Balotelli.

Goles: 1-0. M. 15. Cesc centra al punto de penalti, donde cabecea Silva. 2-0. M. 41. Jordi Alba define un contragolpe. 3-0. M. 84. Torres, de contragolpe. 4-0. M. 88. Mata, tras un pase interior.

Árbitro: Pedro Proença (POR). Mostró la cartulina amarilla a Piqué, Barzagli.

Estadio Olímpico de Kiev.

Una exhibición para la eternidad

España golea a Italia (4-0) y sella por primera vez en la historia una triple corona tras una final que fue un monumento de la selección de Del Bosque al buen fútbol

La selección que inició su quijotesca aventura en Viena hace cuatro años y luego llegó a la Luna en Johanesburgo descorchó en Kiev la triple corona, lo que parecía un viaje a Marte. Toda una hazaña para esta España que decidió sublevarse contra la nomenclatura del fútbol, que nunca imaginó semejante heterodoxia. Cuando la imaginación confabulaba contra los resultados, decían en algunas escuelas, la selección apostó por un rasgo diferenciador que la ha llevado a la cima en los podios y al corazón universal de las hinchadas. Esta selección civil, sin la caspa patriótica de antaño, ya no despierta escepticismo sino admiración. También se la ganó en su tercera Eurocopa, conquistada ante Italia en un partido que subrayó que este equipo juega y compite, con delanteros o sin ellos, pero siempre se las ingenian, porque tiene a un puñado de jugadores que son relojes con botas, unos caras pálidas que bajo esa apariencia frágil compiten como fieras. Lo mismo que los que tienen más pértiga, de Casillas a Busquets, pasando por Alonso, Ramos o Piqué. A falta de arietes, dos gnomos,Silva y Jordi Alba, el primero, para alimentar aún más el misterio, encima de cabeza, iniciaron la reconquista y despacharon a un rival que resistió cuanto pudo con nobleza y honor, aceptando el tremendo castigo en un ejercicio de hidalguía.

Tan imprevisible es esta España que por no tener no tiene ni vedetismos. Nada de pavos reales y narcisos, la gloria se la han repartido por igual en los tres campeonatos que la han entronizado. Desde su primer paso hacia la gloria, uno ha sido once y once han sido uno, alejados del mundo espumoso de las celebridades porque el fútbol es su objeto de pasión y lo comparten. Otros lo consumen, ellos lo disfrutan como enanos. Quizá porque se saltan todos los manuales, como por ejemplo meter más goles que en el Mundial de Sudáfrica y los mismos que en Austria mientras el personal se entretiene con el debate del nueve. Sin él también afrontó la final y le bastó un tiempo con momentos sublimes de fútbol, esa oda a la pelota con la que tanto disfrutan, para abatir a Italia. Y para los incrédulos: el equipo del tiquitaca defiende tan bien en rondo que ha recibido un gol en todo su periplo por Polonia y Ucrania.

España arrancó con más ritmo del que solía en este campeonato. Alonso, fantástico de principio a fin, con el balón y sin él, tiró de catálogo en defensa y ataque, Xavi volvió a ser el satélite que acostumbra, Iniesta se alistó al Bolshoi y Cesc puso a todos en órbita con sus movimientos entre la zaga azzurra. Antes del cuarto de hora, Iniesta filtró un pase al interior del área para Cesc, que llegó como una lagartija, amagó, sacó de rueda a Chiellini y a su centro desde la línea de fondo llegó Silva, dos palmos de falso cabeceador, que con la coronilla batió a Buffon. Uno de los muchos arcanos de este equipo.

 El gol tuvo mal efecto para el grupo de Del Bosque. Italia, valiente como en todo el torneo, no especuló, lo que en otras épocas hubiera sido lo suyo, por más que fuera por detrás en el marcador, dio un paso al frente y España perdió la posesión. Sin un delantero que ponga en fila al equipo, le cuesta jugar a campo abierto, porque sus ataques son de acordeón, al pie, hilo a hilo. Casillas intervino en varios saques de esquina y en dos remates de Cassano y Sergio Ramos se creció asalto a asalto con Balotelli, un tipo forrado de músculos. España recuperó el mando. Dentro del gran nivel de todos, la vuelta del mejor Xavi resultó capital. Con la selección a sus pies todo gravita mejor, máxime si da puntadas con gente como Alonso e Iniesta, que gobernaron el partido con excelencia.

La resistencia italiana se desvaneció cuando al filo del descanso Xavi se lanzó solo a una contra. Le auxilió Jordi Alba, que esprintó desde su campo como un jamaicano y se infiltró entre la tropa adversaria. Xavi le citó con Buffon, mano a mano. Alba cerró la jugada como si llevara una década en la pasarela internacional. El delirio español, un azote definitivo para Italia, que se vio por detrás en el marcador y en el juego sin que su portero y capitán hubiera hecho una parada. Enigmas de esta España. Una cruz para esta Italia de nuevo formato, encomiable todo el torneo, pero que se encontró con un rival desatado, que vive en su nirvana particular. Sin los tres centrales, esta vez, como ocurrió en el primer partido de este campeonato, no hubo enredo para los españoles.

Esta selección civil, sin la caspa patriótica de antaño, ya no despierta escepticismo sino admiración

En el segundo acto se activó la marabunta y todo fue una fiesta española. Todo le salió a pedir de boca. La pelota era suya, se multiplicaban los espacios, las llegadas. Con Piqué, Ramos, Arbeloa, Busquets y Casillas de sostén, España se sintió en el pasillo de casa. Llegó el momento de Del Bosque, ese entrenador que interviene como entrenador y siempre de puntillas a ojos ajenos. Sí, ese técnico que primero sueña los cambios y luego los aplica con el mismo resultado que en sus desvelos. Apareció Torres y tuvo su gol, un gol que evocó al de Viena, y que le sitúa como el único que ha marcado en dos finales de la Eurocopa, apareció el compás inigualable de Xavi, la zancada del madrileño y la caricia a la pelota frente al portero. Todo apuntaba a que el ciclo se cerraría con el mismo protagonista, pero a Del Bosque le quedaba Mata en la chistera, premiado con minutos por primera vez. Este entrenador bendice a los suplentes: gol de Mata. Un broche celestial para un equipo ya incunable, embriagador, ganador de dos Eurocopas y de tres grandes citas seguidas, y en el que nueve de sus futbolistas han repetido éxito de Viena a Kiev. En un país que vivió un siglo del monocultivo de sus clubes, hoy no hay mejor club que esta España feliz.

Partido 30 semifinal

Partido 30 semifinal

 

  
Alemania
1
 
2
Italia
 0-1M. Balotelli  20’
 0-2M. Balotelli  36’
M. Özil  (Pen)  90’1-2 
Des: 0-2
Estadio Nacional de Polonia (Asistencia: 58,500)
Árbitro: Stephane Lannoy

 

 

Equipos
Alemania
(4-2-3-1)
Manuel Neuer1
71’ Jerome Boateng20
90’ Mats Hummels5
Holger Badstuber14
Philipp Lahm16
Bastian Schweinsteiger7
Sami Khedira6
Toni Kroos18
90’ Mesut Özil8
46’ Lukas Podolski10
46’ Mario Gómez23
Suplentes
Tim Wiese12
Ron-Robert Zieler22
Per Mertesacker17
Benedikt Howedes4
Marcel Schmelzer3
46’ Marco Reus21
Lars Bender15
Ilkay Gundogan2
Mario Gotze19
71’ Thomas Müller13
46’ Miroslav Klose11
Andre Schurrle9
Italia
(4-1-3-2)
1Gianluigi Buffon
6Federico Balzaretti
15Andrea Barzagli
19Leonardo Bonucci 61’
3Giorgio Chiellini
21Andrea Pirlo
8Claudio Marchisio
18Riccardo Montolivo 64’
16Daniele De Rossi 84’
9Mario Balotelli 37’ 70’ 20’  36’ 
10Antonio Cassano 58’
Suplentes
14Morgan De Sanctis
12Salvatore Sirigu
7Ignazio Abate
4Angelo Ogbonna
5Thiago Motta 89’ 64’
22Alessandro Diamanti 58’
23Antonio Nocerino
13Emanuele Giaccherini
11Antonio Di Natale 70’
20Sebastian Giovinco
17Fabio Borini
Entrenador
Joachim Low 
Entrenador
Cesare Prandelli 

 

 

Alineaciones
Alemania Italia
1Goles2
0Asistencias2
15Disparos10
8Disparos a portería5
3Paradas7
1Goles de penalti0
1Penaltis0
36Centros6
14Saques de esquina0
0Fueras de juego2
13Faltas cometidas19
1Tarjetas amarillas4
0Tarjetas rojas0
55%Posesión45%

 

ALEMANIA 1 - 2 ITALIA

Alemania: Neuer; Boateng (Müller, m. 70), Hummels, Badstuber, Lahm; Schweinsteiger, Khedira, Kroos; Özil, Mario Gómez (Klose, m. 46), Podolski (Reus, m. 46). No utilizados: Zieler, Wiese; Howedes, Mertesacker, Schmelzer, Bender, Goetze, Schürrle y Gündogan.

Italia: Buffon; Balzaretti, Barzagli, Bonucci, Chiellini; Marchisio, Pirlo, De Rossi; Montolivo (Motta, m. 64), Cassano (Diamanti, m. 58), Balotelli (Di Natale, m. 69). No utilizados: Sirigu, De Sanctis; Ogbonna, Nocerino, Giovinco, Abate, Maggio, Giaccherini y Borini.

Árbitro: Stephane Lannoy (FRANCIA). Amonestó a Hummels, Bonucci, De Rossi, Motta y Balotelli.

Goles: 0-1. M. 20. Balotelli. 0-2. M. 36. Balotelli. 1-2. M. 92. Özil, de penalti.

Estadio: Nacional de Varsovia: Unos 45.000 espectadores.

Balotelli se pide la portada

Dos goles del ‘nueve’ de Italia, el segundo un fantástico chupinazo, paran los pies a una Alemania desagradablemente soberbia, víctima de su propia arrogancia

Nadie mejor que Italia para parar los pies a Alemania, desagradablemente soberbia, víctima de su arrogancia, ayer empequeñecida en el estadio Nacional de Varsovia. Hasta anoche era un equipo que jugaba con el ánimo y la determinación propias del que reclama venganza contra España. No solo aspiraba a ganar el título, sino que también pretendía tomar la bandera del fútbol moderno que ahora defiende La Roja. Aseguraba no solo que había dado con la fórmula, sino que la había mejorado tanto que ahora hasta le aburría el juego de España. Ensimismada, se olvidó de Italia y de su historia, de su capacidad competitiva, de la sapiencia de Prandelli y de la pegada de Balotelli.

Acompañado de Cassano, apareció Balotelli el día que más le necesitaba Italia y agradeció con dos goles la paciencia que han tenido Prandelli y Pirlo. Uno para cada uno. No habían aguardado en balde al nueve. El 1-0 responde al ariete que cabecea un centro de Cassano mal replicado por los dos centrales de Alemania. Un clásico. El 2-0, en cambio, fue tremendo, solo al alcance de un delantero extraordinario como Mario por el desmarque, la carrera y la pegada. El gigante Neuer quedó petrificado por el latigazo de Balotelli. A Balotelli no le gustan los partidos de clasificación ni los que no tienen remedio, sino que le interesan los partidos imposibles y los mayores desafíos, como eliminar a Alemania.

Nunca aspiró a ser el protagonista de la apertura de la sección de deportes, sino que se pide siempre la portada. A Italia le ha compensado esperar a Balotelli. A la que ha contado con un delantero de nivel, se ha convertido en un equipo muy interesante, sutil e inteligente, sobre todo por el despliegue de su tropel de finos centrocampistas. Y, aunque Balzaretti, Barzagli, Bonucci y Chiellini no son ni suenan tan bien como Cannavaro, Nesta y Materazzi, se defendieron suficientemente bien para negar a Alemania, víctima de su propio embudo y de la impaciencia, desconcertada por tener que remar a contracorriente, acostumbrada como estaba a jugar con el viento de cola.

A juzgar por la alineación, a Alemania no le hacía ninguna gracia enfrentarse a Italia. Equipo profundo, excelente en las entradas por los costados, se recogió con un centrocampista inesperado y prescindible como Kroos, sustituto de Müller, y mantuvo al inexpresivo Podolski. Los agitadores del partido contra Grecia, futbolistas dinámicos como Reus y Schürrle, calentaban el banquillo al lado de Klose, de nuevo suplente ante Mario Gómez. A Löw le quedó un equipo excesivamente rígido, mucho tallo y poca dinámica, a expensas siempre de enganchar con Özil, excelente en la orientación y la aceleración del juego, pero excesivamente solo ante la defensa de Italia, necesitado de mayor ayuda que las apariciones de Khedira.

A la que Alemania se quiso corregir, mediado el descanso, ya había tomado dos goles, demasiada ventaja para cualquier equipo y más para La Azzurra. Reus agitó al equipo y, por un momento, pareció capaz de dar la vuelta al encuentro en compañía del reaparecido Klose. No tuvieron tino en el remate y, además, atacaron de forma atropellada, nada que ver con la clarividencia de las contras de Italia. Nuevamente exigido, respondió bien Buffon y, a cambio, sus compañeros se precipitaron en posiciones fáciles para el 0-3. No había noticias de Özil en un partido memorable de Pirlo. El mediocentro de la Juve dictó una clase magistral: fue un Rolls-Royce en Varsovia.

Alrededor de Pirlo, Prandelli ha armado un equipo que tiene muy buen gusto y solo concibe el juego a partir del balón. Incluso se defiende con él y las áreas han dejado de ser su coartada para entregarse a la divisoria. Los centrocampistas tocan, se asocian y se ofrecen a zagueros y delanteros. Aparecen volantes cada día. Ya se sabía de Pirlo y se tenían buenas referencia de De Rossi. Ahora también se habla de Marchisio y ayer se descolgó Montolivo. Los cuatro proporcionaron la munición suficiente para que se exhibiera el dúo dinámico: Cassano-Balotelli. Ha roto a jugar Italia antes de lo que se suponía y se presenta como el peor rival para España.

Italia se ha entrometido en el diálogo que desde hacía seis años mantenían España y Alemania. Los alemanes desparecieron en cuanto se les empinó un partido, demasiado bien acostumbrados, irreconocibles ante los italianos tras renunciar a su identidad, empeñados en jugar por dentro cuando se les teme por fuera. Löw se equivocó tanto en la alineación como Hummels, Badstuer, Boateng y Lahm en los goles. La portería se le hizo pequeña a Alemania incluso cuando le sudaban las manos a Buffon con 0-0 y se tuvo que conformar con el gol del honor. Aunque acertó Özil, nunca un tanto de penalti y en el último minuto había tenido tan poco valor.

Aunque se desconoce si sabía que Italia siempre gana a Alemania, ayer se constató que no hay mejor antídoto contra la arrogancia que un tipo desacomplejado y genial como Balotelli.

Partido 28 cuartos de final

Partido 28 cuartos de final

 

  
Inglaterra
(2) 0
 
0 (4)
Italia
Penaltis:  Italia vence (4 - 2)
Des: 0-0
Estadio Olímpico (Asistencia: 56,500)
Árbitro: Pedro Proenca
 
Equipos
Inglaterra
(4-4-1-1)
Joe Hart1
Glen Johnson2
John Terry6
Joleon Lescott15
Ashley Cole3
61’ James Milner16
Steven Gerrard4
94’ Scott Parker17
Ashley Young11
Wayne Rooney10
60’ Danny Welbeck22
Suplentes
Robert Green13
Jack Butland23
Leighton Baines12
Phil Jagielka18
Martin Kelly5
Phil Jones14
94’ Jordan Henderson8
Stewart Downing19
61’ Theo Walcott7
60’ Andy Carroll9
Jermain Defoe21
Alex Oxlade-Chamberlain20
Italia
(4-1-3-2)
1Gianluigi Buffon
7Ignazio Abate 90’
15Andrea Barzagli 82’
19Leonardo Bonucci
6Federico Balzaretti
21Andrea Pirlo
8Claudio Marchisio
18Riccardo Montolivo
16Daniele De Rossi 80’
9Mario Balotelli
10Antonio Cassano 78’
Suplentes
14Morgan De Sanctis
12Salvatore Sirigu
2Christian Maggio 93’ 90’
3Giorgio Chiellini
4Angelo Ogbonna
22Alessandro Diamanti 78’
23Antonio Nocerino 80’
5Thiago Motta
13Emanuele Giaccherini
11Antonio Di Natale
20Sebastian Giovinco
17Fabio Borini
Entrenador
Roy Hodgson 
Entrenador
Cesare Prandelli 

 

Alineaciones
Inglaterra Italia
0Goles0
0Asistencias0
9Disparos35
4Disparos a portería20
20Paradas4
0Goles de penalti0
0Penaltis0
25Centros41
3Saques de esquina7
1Fueras de juego2
15Faltas cometidas11
0Tarjetas amarillas2
0Tarjetas rojas0
35%Posesión65%
2Resultados de penales4

 

Un penalti para la eternidad

Italia elimina a Inglaterra con un lanzamiento a lo Panenka de Pirlo en la tanda decisiva y se enfrentará en semifinales a Alemania

A los mejores futbolistas se les mide en las situaciones más exigentes. Pocas como una tanda de penaltis en los cuartos de final de una Eurocopa, como la de ayer en Kiev. Allí estaba Italia, derrengada después de perdonar la vida a Inglaterra durante el partido y en la prórroga y abajo en la cuenta por el fallo de Montolivo. Entonces le tocó el turno a Pirlo. Agarró la pelota y respondió al momento más dramático de la noche con un tiro a lo Panenka, la suerte que inventó el bigotudo jugador checoslovaco ante el alemán Maier en la final de 1976, un gesto técnico que solo admite la admiración o la burla. Pirlo, naturalmente, engañó a Hart. El balón entró suave y lentamente en la meta y ya no se supo nada más de los ingleses, pues solo había vida para los italianos. El tiro marcó la suerte del encuentro: fallaron Young y Cole, abatidos por el impacto del lanzamiento de Pirlo, y atinaron Nocerino y Diamanti, liberados por la grandeza de su líder.

INGLATERRA, 0 – ITALIA, 0

Inglaterra: Hart; Johnson, Terry, Lescott, Ashley Cole; Milner (Walcott, m. 61), Parker (Henderson, m. 94), Gerrard, Young; Rooney y Welbeck (Carroll, m. 61).

Italia: Buffon; Abate (Maggio, m. 91), Barzagli, Bonucci, Balzaretti; Marchisio, Pirlo, Montolivo, De Rossi (Nocerino, m. 80); Balotelli y Cassano (Diamanti, m. 78).

Penaltis: 0-1. Balotelli; 1-1. Gerrard. 1-1. Montolivo (fuera). 2-1. Rooney. 2-2. Pirlo. 2-2. Young (al larguero). 2-3. Nocerino. 2-3. Cole (para Buffon). 2-4. Diamanti.

Árbitro: Pedro Proença (POR). Mostró la cartulina amarilla a Barzagli y Maggio.

Muy sorprendente durante el torneo, sobre todo por su capacidad agonística y resolutiva, Inglaterra había vuelto a ser reconocible en la rueda de los penaltis, un desenlace que, históricamente, le ha sido esquivo en las grandes citas: solo ha ganado una tanda, contra España en 1996. Además, en las 10 últimas fue eliminada en los penaltis en seis ocasiones. Ayer, sin embargo, parecía más decidida que nunca a cambiar su suerte, sobre todo porque durante mucho tiempo la nueva Inglaterra se parecía a la vieja Italia e Italia era Inglaterra. Hasta los penaltis, cuando los chicos de Hodgson y los de Prandelli fueron respetuosos con la tradición y el triunfo cayó del bando azzurro simplemente porque jugaba el gran Pirlo, un futbolista excepcional, figura en el Milan y ahora líder del Juventus, pieza decisiva en la selección que está armando el bueno de Prandelli. Balotelli podrá continuar fallando goles mientras tenga a Pirlo.

Ahora que ha encontrado el balón, Italia no da con la portería. Ayer perdonó la vida a Inglaterra hasta el penalti de Pirlo. Tuvo más ocasiones y fue más equipo, pero no tiene un delantero goleador y Prandelli solo se fio de Balotelli, genial en lo imposible y torpe en lo simple, anárquico y sin capacidad para interpretar el juego, negado ante Hart, su compañero en el Manchester City. Tampoco estuvo fino Rooney, fuera de juego, de manera que no sorprendió que por primera vez un partido del torneo acabara 0-0. Inglaterra estuvo muy bien al inicio, cuando jugó en el área pequeña de Italia, una imagen sorprendente, propiciada sobre todo por el desequilibrio que creaban las llegadas de Johnson. Los muchachos de Hodgson contaron hasta cuatro llegadas en un cuarto de hora y si no marcaron fue porque no atinaron en el último pase o el remate o se toparon con la mano izquierda de Buffon.

Las respuestas de Balotelli ante las situaciones extremas son desesperantes

Alegres, los ingleses se desplegaban de forma muy organizada y directa, muy a gusto con el encuentro, como si fuera un regalo inesperado después de llegar de incógnito y de modo improvisado a la Eurocopa. Han crecido en el campo de entrenamiento y en la cancha, cada vez más solidarios y compactos, capaces de competir con los italianos, que llevan jugados mil y un encuentros como el de Kiev, muy exigentes. A Italia le costó un buen rato entrar en el encuentro después de que De Rossi rematara a la madera con un espléndido zurdazo desde la media distancia. Muy esmerado en la salida del balón, el equipo de Prandelli no conseguía pisar el área de Inglaterra hasta que compareció Pirlo. Muy poco a poco, de forma paciente, los azzurri sacaron a los ingleses de su cancha y empezaron a conectar con el imprevisible Balotelli.

El equipo de Hodgson sobrevivió gracias a la fortaleza de su defensa

Al delantero italiano le sobró tiempo y espacio para el remate y le faltó oficio, circunstancia que facilitó los bloqueos defensivos de los ingleses, muy competitivos hasta el descanso, condicionados solo por la poca participación del trío del Manchester United: Young-Rooney-Welbeck. A la que reventó Gerrard, sin embargo, se acabaron las acometidas inglesas y el partido se convirtió prácticamente en un monólogo italiano. El problema es que no había un solo delantero azzurro capaz de meter un gol y menos Balotelli, cuyas respuestas son desesperantes en las situaciones extremas, como si no tuviera capacidad de reacción, siempre a cámara lenta cuando está cara al gol. Así que Inglaterra fue sobreviviendo, siempre a contracorriente, pendiente de una contra, confiada en su defensa y su portero, buscando aire con Walcott y Carroll, aguardando una jugada de estrategia para el pie de Gerrard.

Aguantó Inglaterra e Italia, cada vez más fatigada, ya nada hizo para evitar la prórroga. Ni siquiera Prandelli, que no sacó a ningún delantero, como tampoco intervino el árbitro, que se desentendió de los agarrones en las áreas en los saques de esquina. El tiempo añadido prolongó la sensación ya vivida durante muchos momentos del partido: los ingleses se defendían como italianos y los italianos atacaban como ingleses. Llegada la tanda de los penaltis, después de que Diamanti hubiera rematado a la madera, solo faltaba por contrastar si el intercambio de papeles también se confirmaba en la suerte suprema. Y allí se recuperó la normalidad. Imposible superar en un momento tan dramático a un portero como Buffon y un especialista como Pirlo. Ningún momento del torneo había tenido hasta ahora la solemnidad que adquirió el tiro de Pirlo. Viva Pirlo. Nadie honró mejor a Panenka. Hoy, los penaltis al estilo Panenka, también se pueden tirar sin carrera, sin fuerza, sin ganas, como no queriendo la cosa, solo con la magia del pie de Pirlo.

Partido 29 semifinal

Partido 29 semifinal

 

  
 Portugal
(2) 0
 
0 (4)
España 
Penaltis:  España vence (4 - 2)
Des: 0-0
Donbass Arena (Asistencia: 51,500)
Árbitro: Cuneyt Cakir
 

 

Equipos
Portugal
(4-3-3)
Rui Patricio12
64’ Joao Pereira21
61’ Pepe3
86’ Bruno Alves2
45’ Fabio Coentrão5
112’ Raul Meireles16
90’ 106’ Miguel Miguel Veloso4
Joao Moutinho8
Nani17
81’ Hugo Almeida9
Cristiano Ronaldo7
Suplentes
Eduardo1
Beto22
Ricardo Costa13
Rolando14
Miguel Lopes19
106’ Custodio6
Hugo Viana20
Ricardo Quaresma10
Ruben Micael15
112’ Silvestre Varela18
81’ Nelson Oliveira11
Hélder Postiga23
España
(4-3-3)
1Iker Casillas
17Álvaro Arbeloa 83’
3Gerard Piqué
15Sergio Ramos 40’
18Jordi Alba
8Xavi 87’
16Sergio Busquets 60’
14Xabi Alonso 113’
21David Silva 60’
11Álvaro Negredo 54’
6Andrés Iniesta
Suplentes
23Pepe Reina
12Víctor Valdés
2Raúl Albiol
10Cesc Fàbregas 54’
22Jesús Navas 60’
20Santi Cazorla
5Juanfran
4Javi Martínez
7Pedro 87’
9Fernando Torres
19Fernando Llorente
13Juan Mata
Entrenador
Paulo Bento 
Entrenador
Vicente Del Bosque 

 

 

Alineaciones
Portugal España
0Goles0
0Asistencias0
10Disparos11
2Disparos a portería5
3Paradas0
0Goles de penalti0
0Penaltis0
17Centros22
6Saques de esquina7
2Fueras de juego3
31Faltas cometidas21
5Tarjetas amarillas4
0Tarjetas rojas0
43%Posesión57%
2Resultados de penales4

 

PORTUGAL 0 – 0 ESPAÑA

(2-4)

Portugal: Rui Patricio; João Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrão; Meireles (Varela, m. 113), Moutinho, Veloso (Custodio, m. 105); Nani, Almeida (Nelson Oliveira, m. 81); Cristiano Ronaldo.

España: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Navas, m. 61), Xavi (Pedro, m. 87), Iniesta; y Negredo (Cesc, m. 55).

Penaltis: 0-0. Xabi Alonso. 0-0. Moutinho. 0-1. Iniesta. 1-1. Pepe. 1-2. Piqué. 2-2. Nani. 2-3. Ramos. 2-3. Bruno Alves. 2-4. Cesc.

Árbitro: Cüneyt Çakir. Mostró la cartulina a Ramos, Coentrão, Busquets, Pepe, João Pereira, Arbeloa, Bruno Alves, Veloso y Xabi Alonso.

España no baja del paraíso

En un encuentro sin goles, pero emotivo y extenuante, La Roja derrota a Portugal en la tanda de penaltis (2-4) con un último tanto de Cesc ● Después de la Euro de 2008 y del Mundial de Sudáfrica, jugará su tercera gran final seguida, ante Italia o Alemania

El fútbol bendice a los campeones, que cuando llegan al trono reciben un embrujo especial y triunfan en todo tipo de situaciones, unas veces con soltura y también de forma agónica, cuando se requiere apretar los dientes, templar el pulso y no tiritar ante el abismo. Ganadores se les llama. Era el apellido clásico de los alemanes, ahora lo tiene España, esta España sin fin que no cae del paraíso desde hace cuatro años. A ese punto ha llegado esta selección, que tras un partido solo para titanes logró clasificarse para su tercera gran final consecutiva, cumbre que solo logró Alemania entre 1972 y 1976. Un fenómeno extraordinario, un ciclo para la eternidad, pase lo que pase el próximo domingo en Kiev ante alemanes o italianos. Se dirá que no fue la España de la escuadra y el cartabón, la España del frac, pero sí fue un equipo de alta graduación, la que le exigió Portugal, magnífico adversario, una selección que solo se rindió en la rueda de los penaltis.

En un encuentro emotivo, de alto voltaje, conmovedor por el esfuerzo extenuante de todos, de nuevo triunfó el conjunto de Del Bosque. Lo hizo en esa suerte en la que se confunden víctimas y verdugos. Falló Alonso; le redimió Iker, que se lo detuvo a Moutinho. Acertaron Iniesta y Piqué, y llegó el turno de Sergio Ramos, cuya respuesta fue ejemplar, un símbolo del tipo de futbolista que se alista en este equipo. Ramos, sí, el chico maldito para muchos por su patinazo en la semifinal de Champions ante el Bayern, no se tapó. Y no solo eso, lanzó el penalti con arte, a lo Pirlo. Sublime, toda una prueba de su personalidad, la de este equipo de gen ganador que ha borrado de un plumazo sus fantasmas de un siglo de pesimismo. Bruno Alves se estrelló contra el larguero y en Donetsk fue inevitable rebobinar a los cuartos de la edición de 2008 ante Italia. Entonces, como anoche, le correspondió a Cesc la gloria final. Nada más oportuno que el mismo protagonista para un ciclo redondo, de Viena a Kiev, con parada en Sudáfrica.

Ramos, sí, el chico maldito para muchos por su patinazo en la semifinal de la Champions ante el Bayern, no se tapó

Para llegar a Kiev, España tuvo que superar todo un hueso, un partido de cuerpo entero. En un reto sin gran pegada en ninguna portería, donde Portugal envidó con Cristiano, España lo hizo con Negredo. Del Bosque se decantó por un ariete. No Fernando Torres, que solo dejó migas ante Francia, sino el delantero del Sevilla, más combativo y con mejor carrocería para los asaltos con Pepe y Bruno Alves, dos centrales recios para defender al límite, más aún el segundo, consentido toda la noche por el árbitro, y capaces de dar salida al juego. Al grupo de Paulo Bento no le importa en absoluto tejer el juego desde la cueva. A Negredo, sus custodios no le concedieron un solo remate. Ante los hechos, Del Bosque activó el plan B apenas iniciado el segundo acto y España enmascaró su ataque con Cesc, la otra variable para una selección a la que la baja de Villa ha deforestado su delantera más de lo que cabía prever. España ha tenido que aplicarse mucho más en otras facetas del juego. No es que su producción goleadora sea menor que en Sudáfrica, pero sí su producción ofensiva. Al equipo le cuesta encontrar a quien ponga el broche final.

En un partido tan anudado fuera de las áreas, desvalido Negredo, Arbeloa e Iniesta tuvieron las mejores oportunidades antes de la prórroga, y ambas en el primer tiempo. A los dos se le fueron los disparos por un dedo. Como a Cristiano Ronaldo en un zapatazo raso tras un error de Jordi Alba en el despeje. Arbeloa, en su mejor partido del torneo, se apañó con oficio y solvencia ante la estrella portuguesa, que en cada intervención, aunque no tenga punto final, siempre dispara todas las alertas. Frente a España pasó por todas las posiciones de ataque, no fue un blanco fijo, pero, en un partido sin focos para los porteros, jamás encontró puerta. Los defensas españoles se blindaron de maravilla ante Cristiano y Nani, solidariamente escoltados por Alonso y Busquets, capitales en un encuentro con tanto colmillo y numerosas cornadas. Como Iniesta, cuya palidez de desamparado engaña. Iniesta lleva dentro a un futbolista competitivo al máximo, de los que no se arrugan ni en un campo minado. Un duelo, en definitiva, para pretorianos, exigente como pocos.

Sin ariete el equipo fue más pujante, abrió otras rutas y se convirtió un poco más imprevisible

Portugal se desplegó con una intensidad extraordinaria, en combustión por todo el terreno, donde sus líneas siempre están muy juntas, no dejan apenas rendijas. Es una selección muy gregaria, que ocupa en pelotón todos los espacios, lo que dificulta el tránsito incluso para equipos como España. Con los portugueses siempre en el cogote, los jugadores de Del Bosque se vieron en un laberinto permanente, sin margen de maniobra, obligados en cada jugada casi a la perfección. No es normal que este equipo falle tantos pases y controles. Mérito portugués y algún demérito español, caso de Silva, fuera de onda toda la jornada, tieso. No fue la noche del canario, que, como otros, ha llegado con el depósito justo a esta Eurocopa. Navas le dio aire en el segundo tiempo. Lo agradeció España, y aún mucho más con Pedro.

Cambiado el guion, Pedro-Cesc-Navas fue la apuesta ofensiva para el tramo final. Con el catalán como llegador y los dos extremos para acelerar por fuera y auxiliar a los laterales. Sin ariete, el equipo fue más pujante, abrió otras rutas y se hizo menos previsible. Poco a poco, España se sacudió a su adversario; poco a poco fue más reconocible. Y fue por las orillas, con un exultante Jordi Alba, donde España estuvo a un milímetro de sellar el pase. La jugada empezó por la derecha, con Navas, a cuyo centro muy pasado llegó Pedro, siempre voraz, a la jugada se sumó Alba, que llegó con el turbo hasta la línea de fondo y combinó con Iniesta. Al chico de los goles de último suspiro, al héroe en Stamford Bridge, el icono de Sudáfrica, se le fue la pelota por una uña. Con Iniesta al frente, Alonso y Busquets imperiales en el eje, como los centrales y el resto, Pedro y Navas también se arrimaron al gol. Ya no había pistas de Cristiano. Portugal estaba colgada del tendal de Pepe, excesivo en algunas jugadas (cordial y deportivo como nadie al final, en la derrota), pero un titán, una barricada por sí mismo. Sin remedio final, llegaron los penaltis. Y ahí brindó esta selección ganadora. Un himno a la felicidad para su hinchada. De eso se trata el fútbol, nada más. Y nada menos.

Partido 27 cuartos de final

Partido 27 cuartos de final

 

Sábado 23 de Junio de 2012
 
España
2
 
0
Francia
X. Alonso  19’1-0 
X. Alonso  (Pen)  90’2-0 
Des: 1-0
Donbass Arena (Asistencia: 48,000)
Árbitro: Nicola Rizzoli


Equipos
España
(4-3-3)
Iker Casillas1
Álvaro Arbeloa17
Gerard Piqué3
31’ Sergio Ramos15
Jordi Alba18
Xavi8
Sergio Busquets16
19’ 90’ Xabi Alonso14
65’ David Silva21
67’ Cesc Fàbregas10
84’ Andrés Iniesta6
Suplentes
Pepe Reina23
Víctor Valdés12
Raúl Albiol2
84’ Santi Cazorla20
Jesús Navas22
Juanfran5
Javi Martínez4
65’ Pedro7
67’ Fernando Torres9
Fernando Llorente19
Juan Mata13
Álvaro Negredo11
Francia
(4-1-4-1)
1Hugo Lloris
13Anthony Reveillere
4Adil Rami
21Laurent Koscielny
22Gael Clichy
17Yann M’Vila 79’
2Mathieu Debuchy 64’
6Yohan Cabaye 42’
15Florent Malouda 65’
7Franck Ribéry
10Karim Benzema
Suplentes
23Cedric Carrasso
16Steve Mandanda
3Patrice Evra
11Samir Nasri 65’
14Jeremy Menez 76’ 64’
18Alou Diarra
20Hatem Ben Arfa
12Blaise Matuidi
8Mathieu Valbuena
19Marvin Martin
9Olivier Giroud 79’
Entrenador
Vicente Del Bosque 
Entrenador
Laurent Blanc 
Alineaciones
España Francia
2Goles0
1Asistencias0
9Disparos4
5Disparos a portería1
1Paradas3
1Goles de penalti0
1Penaltis0
9Centros10
7Saques de esquina3
6Fueras de juego1
6Faltas cometidas12
1Tarjetas amarillas2
0Tarjetas rojas0
56%Posesión44%

 

ESPAÑA, 2 - 0 FRANCIA

España: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Xabi Alonso, Busquets; Silva (Pedro, m. 65), Xavi, Iniesta (Cazorla, m. 85); y Cesc (Torres, m. 67).

Francia: Lloris; Revelliere, Rami, Koscielny, Clichy; Cabaye, M’Vila (Giroud, m. 78), Malouda (Nasri, m. 64); Debouchy (Menez, m. 64), Benzema y Ribéry.

Goles: 1-0. M. 18. Xabi Alonso remata de cabeza un centro de Jordi Alba. 2-0. M. 89. Xabi Alonso, de penalti.

Árbitro: Nicola Rizzoli. Mostró la cartulina amarilla a Sergio Ramos, Cabaye, Menez.

Dombass Arena. 48.000 espectadores.

El arte de competir

España, con un fútbol más resolutivo que bello, manifiesta su versión más eficaz para derribar a Francia (2-0) con un ejercicio de precisión y control, y se enfrentará a Portugal en semifinales

Competir es otra de las variables que domina España, por lo general equipo con arte, pero también con oficio y muchos recovecos, capaz de lo museístico y de aplicarse como nadie en lo que requiera el juego según cómo vaya la función. Para batir a Francia puso en práctica todos los registros que maneja. Primero la sometió desde el control de la pelota, luego apretó el colmillo cuando su rival metió otra marcha, ya en el segundo acto, y puso el punto final con una jugada con más vértigo que toque. Esta selección tiene más de una partitura y en un torneo en el que los partidos son al límite convienen todos los repertorios, no solo el virtuosismo. No lo tuvo España, que no da con la plasticidad de otras veces, pero sus futbolistas saben tocar otras teclas. A un partido con tantas vueltas, nadie mejor para el póster de la noche que Xabi Alonso, jugador que simboliza la versatilidad española. Alguien para el pico y la pala y también para la geometría, alguien que sabe cómo gestionar el fútbol desde el macizo central. Era su día, el del centenario internacional, y el guipuzcoano marcó los dos goles que citan a España con Cristiano Ronaldo el próximo miércoles. Para ello, esta España sin barreras, tuvo que romper uno de los pocos maleficios que le quedaban: ganar a Francia en un partido oficial.

España despierta tales tiritonas en sus rivales que no hay quien la ataque hasta que no tiene otro remedio. Lo frecuente, como hizo Laurent Blanc, es que los entrenadores adversarios se corrijan de inicio desde la alineación. Francia no fue una excepción. Su seleccionador exilió a Nasri en favor del tajo de Malouda para candar aún más el pasillo central y duplicó al lateral derecho: el ofensivo Debuchy, el habitual, se adelantó y a su espalda el defensivo Réveillère. Un equipo sin mucha magia, sí forrado de músculo. Pero España sabe buscarse la vida de tal forma que, para desconsuelo de Blanc y su pizarra, se las ingenió para producir el primer gol justo por el carril que alteró el técnico francés. Iniesta, al que querían encapsular, conectó con Jordi Alba, al que querían poner un dique. El lateral del Valencia llegó al sprint, descarriló Debuchy y el español tuvo un respiro para levantar la barbilla. Curioso: en el equipo sin arietes, llegó Xabi Alonso como si hubiera practicado el remate de cabeza en esa posición desde sus tiempos de El Antiguo. A la jugada contribuyó Cesc, el menos delantero de los delanteros, pero que conoce el oficio. Con sus movimientos y arrastres, los centrales franceses se hicieron un galimatías. Lo mismo que ante Iniesta, Xavi y Silva, que nunca ofrecen una marca fija porque flotan por todo el frente.
El tanto, magnífico de principio a fin, condenó a Francia por donde más estiraba la manta. Y otra prueba de que el fútbol desmiente y desmiente: el equipo sin extremos ni arietes ejecutó el gol de manual del extremo y el ariete. El fútbol por encima del método, el de esta selección empeñada en rebelarse contra la ortodoxia, contra lo académico y convencional. España es una idea más que un sistema de juego y desde hace 18 partidos oficiales no hay quien la derrote. Contra Francia no fue la apoteosis del juego, pero sí un equipo curtido, de mármol cuando fue necesario. No es la versión más atractiva, pero en los campeonatos ganar requiere de más de un atajo y esta selección sabe explotar varias vetas y también desmiente a quienes la toman por un conjunto de plastilina. Es un grupo acostumbrado a las finales y a ganarlas en su mayoría, señal de su conocimiento no solo del juego, sino de cómo concursar. Demuestra que el talento no conspira contra la eficacia.

Con ventaja en el marcador, se acentuó la sensación de gobierno de España, que no solo es una selección creativa. También domina el arte de la eficacia, cómo competir en cada momento. Lo hizo sobremanera en el primer tiempo, bien ordenada, con la pelota grapada al pie y los espacios bien cubiertos, con Xabi Alonso como mariscal de campo, excelente para quitar, tirar de compás y cubrir las zonas despobladas. Busquets y él congenian porque se dan sombra y solo juegan en paralelo cuando el contrario tiene la pelota. Con la posesión a favor, uno de los dos rompe las cadenas y se descuelga. A Francia se le vieron los huesos, siempre a remolque, desconectados Benzema y Ribéry, se quedó a la intemperie. En un duelo sin muchas oportunidades, solo Cabaye, en una falta directa, dio la lata a Casillas, que respondió con una mano al lanzamiento. Sometido en el centro del campo, el equipo de Blanc se partió por el eje y sus excursiones hacia la portería española se demoraron hasta el segundo tiempo. A España, por su parte, le costó flirtear con el gol. La ausencia de un delantero genuino en favor de la arquitectura causa que muchas veces construya sin nadie por delante, sin referentes.

Sin otra alternativa, Francia, tan arrugada en el primer acto, se estiró después. Un paso adelante que en algunos momentos complicó a España, que se vio ante un guion alterado y tardó en encontrar respuesta. Blanc dio pista a lo mejor de su banquillo. Rescató a Nasri y Menez y, finalmente, envidó con Giroud, un delantero puro. Entonces, poco a poco, el equipo español se hizo largo. Se vio ante un partido de ida y vuelta, lo que siempre resulta inquietante. Fue el momento de Torres y Pedro, que hizo de Navas. Con más espacios, España perdió algo de control, de dominio, pero nunca llegó a sentirse contra las cuerdas por más que Ribéry y Benzema remaran y remaran desde fuera del área. Y, como no hay cambio que no le salga de perlas a Del Bosque, fue Pedro, explosivo y revoltoso, quien evitó la trama final. Cruzó la defensa francesa en un desmarque y Réveillère le anudó las piernas. Xabi Alonso, en su día inolvidable, abrochó la semifinal desde el punto de penalti.

Sin ser por ahora el equipo de pasarela que acostumbra, España se garantiza como mínimo, por tercer gran campeonato consecutivo, un puesto entre los cuatro primeros. La selección ha dado tal giro a su historia que hoy sabe jugar y sabe ganar.

Partido 26 cuartos de final

Partido 26 cuartos de final

 

 

Viernes 22 de Junio de 2012
 
Alemania
4
 
2
Grecia
P. Lahm  39’1-0 
 1-1G. Samaras  55’
S. Khedira  61’2-1 
M. Klose  68’3-1 
M. Reus  74’4-1 
 4-2D. Salpingidis  (Pen)  88’
Des: 1-0
Arena Gdansk (Asistencia: 43,000)
Árbitro: Damir Skomina
 

Equipos
Alemania
(4-2-3-1)
Manuel Neuer1
Jerome Boateng20
Mats Hummels5
Holger Badstuber14
39’ Philipp Lahm16
Bastian Schweinsteiger7
61’ Sami Khedira6
80’ 74’ Marco Reus21
Mesut Özil8
67’ Andre Schurrle9
80’ 68’ Miroslav Klose11
Suplentes
Tim Wiese12
Ron-Robert Zieler22
Per Mertesacker17
Benedikt Howedes4
Marcel Schmelzer3
80’ Mario Gotze19
Toni Kroos18
Lars Bender15
Ilkay Gundogan2
67’ Thomas Müller13
80’ Mario Gómez23
Lukas Podolski10
Grecia
(4-2-3-1)
13Michalis Sifakis
15Vasilis Torosidis
19Sokratis Papastathopoulos 75’
5Kyriakos Papadopoulos
3Giorgos Tzavellas 46’
6Grigoris Makos 72’
2Giannis Maniatis
18Sotiris Ninis 46’
21Kostas Katsouranis
7Georgios Samaras 14’ 55’ 
14Dimitrios Salpingidis 88’ 
Suplentes
12Alexandros Tzorvas
1Konstantinos Chalkias
4Stelios Malezas
16Georgios Fotakis 46’
23Ioannis Fetfatzidis
22Kostas Fortounis
9Nikos Liberopoulos 72’
17Theofanis Gekas 46’
11Konstantinos Mitroglou
Entrenador
Joachim Low 
Entrenador
Fernando Santos 
Alineaciones
Alemania Grecia
4Goles2
3Asistencias1
24Disparos9
14Disparos a portería5
3Paradas10
0Goles de penalti1
0Penaltis1
23Centros4
10Saques de esquina1
5Fueras de juego2
9Faltas cometidas10
0Tarjetas amarillas2
0Tarjetas rojas0
79%Posesión21%

 

ALEMANIA, 4 - 2 GRECIA

Alemania: Neuer; Boateng, Badstuber, Hummels, Lahm; Schweinsteiger, Khedira; Schürrl (Müller, m. 67), Özil, Reus (Goetze, m. 80) y Klose (Mario Gómez, m. 80). No utilizados: Zieler, Wiese, Howedes, Mertesacker, Schmelzer, Gündogan, Kroos, Lars Bender y Podolski.

Grecia: Sifakis; Torosidis, Papadopoulos, Papastathopoulos, Tzavelas; Makos (Liberopoulos, m. 72), Katsouranis, Maniatis; Ninis (Gekas, m. 46), Salpigidis y Samaras. No utilizados: Fotakis, Tzorvas, Chalkias, Malezas, Fortounis, Mitroglou y Fetfatzidis.

Goles: 1-0. M. 38. Lahm. 1-1. M. 55. Samaras. 2-1. M. 61. Khedira. 3-1. M. 68. Klose. 4-1. M. 74. Reus. 4-2. M. 89. Salpingidis.

Árbitro: Damir Skomina, de Eslovenia. Amonestó a Samaras y Sokratis.

Estadio Gdansk Arena, 39.000 espectadores

Özil sofoca la rebelión

Un recital de pases del mediapunta lanza a las semifinales a Alemania ante una Grecia sin recursos, pero que resistió con fe hasta empatar el encuentro en la segunda parte

El poder atacante de Alemania crece exponencialmente con el avance del torneo. Recién instalados en la alineación, Reus, Klose e incluso Schürrle demostraron recursos para dar y regalar. Sobre todo, si están en manos de Özil, en el origen de los cuatro goles germanos, omnipresente en cada ofensiva, paciente para encontrar todos los puntos débiles del contrario. Demasiados en el caso de Grecia, vulnerable a partir de un portero, Sifakis, con manoplas de cristal y una zaga confundida por la profundidad y la complejidad del ataque adversario. En Alemania, si acaso, deja dudas su defensa. No por falta de calidad (el imponente Hummels es una de las sensaciones del campeonato), sino de años de experiencia para cerrarse. Boateng, Hummels y Badstuber no superan la barrera de los 23 años. Si un conjunto como Grecia puede rasgarla en dos ocasiones, Löw tiene motivos para preocuparse.

Cuando habla de libertad en el equipo de Alemania, Özil se refiere a esto. Es el jefe del ataque. Elige desde dónde arrancar según el momento o la circunstancia. El punto de partida es la mediapunta, pero no se conforma con esa visión privilegiada: prefiere visitar el extremo izquierdo y el derecho, además de retrasarse para recibir como mediocentro. Sus desplazamientos, como si se tratara del voleibol, mueven a todos sus compañeros. Por ejemplo, si él se desliza a la derecha, a Reus le toca pasar al centro. Y así hasta un sinfín de posibilidades con las que Löw ha enriquecido tácticamente a Alemania.

Favorecida esta vez por la pequeña revolución del seleccionador en la delantera: Schürrle, Klose y Reus en vez de Podolski, Mario Gómez y Müller. Si buscaba más dinamismo, lo logró. Sobre todo, por los nuevos extremos. Le dieron otro aire, mucho más imprevisible. Sus diagonales fueron imparables para los zagueros griegos, desbordados desde el primer momento. Su entrenador, el portugués Santos, se tapaba la cara de vergüenza. No era eso lo que había planeado con esmero.

 Neuer jugó por momentos en el centro del campo. Özil buscó todos los espacios hasta que sirvió a la izquierda al lateral Lahm en la zona de los tres cuartos. El capitán oteó el horizonte y avanzó unos metros antes de reventar la pelota con el exterior del pie derecho desde unos 30 metros. El balón se fue abriendo hacia el poste izquierdo de Sifakis. Si un equipo quiere sobrevivir bajo el larguero, necesita un portero inspirado. No fue el caso de Sifakis: se le escapaba todo. El gol provocó un terremoto entre los 30.000 hinchas germanos en el estadio Arena de Gdansk, una multitud comparada con los 4.000 helenos. Entre los primeros, una saltarina Angela Merkel, cerrando los puños en señal de victoria. Hasta en el despliegue de las banderas previas al choque se había notado la diferencia económica: gigantesca la alemana, pequeña la griega.

Sifakis, un portero con manoplas de cristal, y su zaga, lastres helenos ante un gran Özil

Antes del gol, lo mejor de Grecia había venido a través de su capitán, Katsouranis: un robo del balón a Schweinsteiger que evidenció el estado renqueante del centrocampista alemán y un pase intencionado inalcanzable para Ninis porque se adelantó Neuer. No hubo más.

“¡Deutschland, Deutschland!”. La grada, repleta de hinchas alemanes, se dispuso a disfrutar de la segunda parte en su área más cercana. La sorpresa no tardó en llegar. Santos había tirado la casa por la ventana con Foutakis y Gekas. Al primer contragolpe, gol. La llegada de Salpingidis por la orilla derecha y su centro raso y enroscado al segundo palo invitó a que Samaras entrara como lo hizo: como un auténtico león. La respuesta alemana fue la paciencia. Otra vez Özil como maestro de ceremonias, moviendo la pelota por todos los rincones del área. Esta vez hacia el lateral derecho Boateng. A su centro acudió Khedira como si quisiera volear con las dos piernas a la vez. Fue la derecha, en un remate estrambótico: parte con la tibia y parte también con el empeine.

Sifakis completó su calamitosa actuación con una salida a ninguna parte, confundiendo el aire con la pelota, cuando Klose cabeceó a gol una falta de Özil a pie cambiado desde la derecha. El mediapunta refinó su aportación esta vez con un pase en profundidad a Klose. En su salida, rechazó Sifakis y voleó espectacularmente Reus. Las dos apuestas de Löw, Klose y Reus, ofrecían sus réditos. La grada germana coreó entonces los pases como una especie de olés descafeinados. Salpingidis, de penalti, despidió a Grecia. Özil había abortado cualquier intento de rebelión.

Partido 25 cuartos de final

Partido 25 cuartos de final

 

Jueves 21 de Junio de 2012
   
República Checa
0
 
1
Portugal
 C. Ronaldo  79’
Des: 0-0
Estadio Nacional de Polonia (Asistencia: 58,145)
Árbitro: Howard Webb
 

 

Equipos
República Checa
(4-2-3-1)
Petr Cech1
Theodor Gebre Selassie2
Tomás Sivok6
Michal Kadlec3
90’ David Limbersky8
86’ Tomas Hubschman17
Jaroslav Plasil13
Petr Jiracek19
61’ Vladimir Darida22
Vaclav Pilar14
Milan Baros15
Suplentes
Jaroslav Drobny23
Jan Lastuvka16
Marek Suchy4
Frantisek Rajtoral12
Roman Hubnik5
Tomas Rosicky10
Daniel Kolar18
Milan Petrzela11
61’ Jan Rezek9
86’ Tomas Pekhart20
David Lafata21
Tomas Necid7
Portugal
(4-3-3)
12Rui Patricio
21Joao Pereira
3Pepe
2Bruno Alves
5Fabio Coentrão
16Raul Meireles 88’
4Miguel Miguel Veloso 27’
8Joao Moutinho
17Nani 26’ 84’
23Hélder Postiga 40’
7Cristiano Ronaldo 79’ 
Suplentes
1Eduardo
22Beto
14Rolando 88’
13Ricardo Costa
19Miguel Lopes
6Custodio 84’
20Hugo Viana
10Ricardo Quaresma
15Ruben Micael
9Hugo Almeida 40’
18Silvestre Varela
11Nelson Oliveira
Entrenador
Michal Bilek 
Entrenador
Paulo Bento 
Alineaciones
República Checa Portugal
0Goles1
0Asistencias1
2Disparos20
0Disparos a portería5
4Paradas0
0Goles de penalti0
0Penaltis0
11Centros36
6Saques de esquina11
1Fueras de juego3
13Faltas cometidas7
1Tarjetas amarillas2
0Tarjetas rojas0
39%Posesión61%
Jueves 21 de Junio de 2012
 Final
República Checa
0
 
1
Portugal
 0-1C. Ronaldo  79’
Des: 0-0
Estadio Nacional de Polonia (Asistencia: 58,145)
Árbitro: Howard Webb
Estadísticas

 

R. CHECA 0 - 1 PORTUGAL

República Checa: Cech; Gebre Selassie, Kadlec, Sivok, Limbersky; Jiracek, Hubschman (Pekhart, min.86), Plasil, Pilar; Darida (Rezek, min.65); y Baros. No utilizados: Drobny, Lastuvka, Hubnik, Rajtoral, Suchy, Rosicky, Kolar, Petrzela, Necid y Lafata.

Portugal: Rui Patricio; Joao Pereira, Bruno Alves, Pepe, Coentrao; Raúl Meireles, Veloso, Joao Moutinho; Nani (Custódio, min.84), Helder Postiga, y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Eduardo, Beto, Miguel Lopes, Ricardo Costa, Rubén Micael, Quaresma, Hugo Viana, Nelson y Varela.

Gol: 0-1. M. 80. Cristiano Ronaldo de cabeza tras un buen centro de Moutinho.

Árbitro: Howard Webb (ING). Amonestó a Nani, Veloso, Limbersky.

Estadio Nacional.

 

Cristiano, admirablemente salvaje

La voracidad del delantero tumba la resistencia de la República Checa y lleva a Portugal a las semifinales

 

Despellejada Holanda, Cristiano Ronaldo liquidó a la bucólica y sempiterna República Checa. No está el portugués para ejercicios de romanticismo sino que se impone su fútbol fiero, desgarrador, admirablemente salvaje. Aunque el equipo tiene la pose de un humilde del fútbol, a Portugal se le ha quedado la cara de CR y ya se sabe que su competitividad es extrema, aunque no siempre es comprendida, como ya es sabido hasta en la Eurocopa.

Ansioso nada más llegar al torneo, Cristiano se liberó después de los dos goles que le coló a Stekelenburg y ahora su pierna es un cañón y su cabeza un martillo. Peleada su diestra con la madera, ante Cech recurrió a la testa para poner a su equipo en las semifinales, señal de su bravura, ambición e inconformismo, dispuesto a ganar por las buenas o por las malas, candidato al Balón de Oro.

El gol fue excepcional por la velocidad y potencia que le dio a la pelota con la cabeza a un centro de Moutinho, habilitado por Nani. CR ha transmitido su confianza al equipo y hoy Portugal tiene un punto de fiebre muy interesante en Polonia. A Paulo Bento le da igual enfrentarse a los buenos que a los malos equipos, siempre pone la misma alineación, se supone que hasta que los titulares y Cristiano revienten y seguramente espera que sea después de la final. Le alcanzó y sobró con los de cada partido y Almeida —lesionado Postiga— para eliminar a la República Checa, nuevamente privada de su estrella Rosicky y más dominada que nunca por más que contara con el favor del público.

Hay pocas selecciones que tengan el sentido de equipo y despliegue de los checos. Quizá se le mira de manera excesivamente amable, hasta cierto punto generosa, seguramente por su presunta debilidad frente a las potencias del fútbol. Históricamente, en cualquier caso, merece el máximo respeto, por su buen gusto. Aunque ha perdido calidad individual, mantiene su espíritu competitivo y armonía en la cancha. Los muchachos de Bilek se asocian, se ayudan, se reparten el campo a partes iguales y defienden y atacan de forma solidaria. La gente se la mira con buenos ojos, también en Polonia. A Cristiano Ronaldo, en cambio, le tienen enfilado en la mayoría de estadios, y la hinchada le recuerda a coro el nombre de Messi en cada jugada mal acabada, como ocurrió en el Estadio Nacional de Varsovia, sabedores los aficionados de que se pone hecho una fiera. No empezó bien el partido para CR, disgustado porque sus compañeros tiraban mal la contra, peleado con el árbitro por pitarle una falta que no era en un remate estupendo desviado por Cech y perdonarle una tarjeta a Limbersky, agarrado de la zamarra en cada córner por el heroico Jiracek, cuya estampa recuerda a la imagen que se tiene de Jesucristo.

CR mereció el tanto antes del descanso y ya suma cuatro disparos a los postes

Enganchado a Cristiano, Portugal fue ganando la pelota y el campo y acabó con la dulzura de los checos, cada vez más intimidadores, menos condescendientes, meros defensores. Aunque arreciaba la rechifla, el delantero mereció marcar antes de llegar al descanso después de una jugada que valió por el partido. El capitán amortiguó con el pecho un centro de Meireles, se dio media vuelta con un control precioso y suficiente para eliminar la marca de Kadlec y, después de un toque, enganchó un tiro poderoso con la pierna derecha. La base del poste izquierdo de Cech le negó un gol que mereció por un detalle técnico admirable. Reanudado el encuentro, CR estrenó la madera de la otra portería en un lanzamiento de falta directo, aplaudido incluso por un momento por los seguidores neutrales, como si se apiadaran del delantero, hasta que al jugador le dio por recordar con los dedos de una mano que ya van cuatro postes suyos en la Eurocopa. No atinaba Cristiano y cuando la pelota iba directa al marco, ya fuera a la salida de un córner, en un tiro de media distancia o después de un centro de Nani, aparecían las manoplas del paciente Cech, el portero del año después de negar a Messi y a la artillería en pleno del Bayern en el mismo Múnich.

Finalmente logró doblar las manos de Cech con un fenomenal cabezazo

Nadie había doblado las manos a Cech hasta que llegó CR. No paró el capitán portugués de rematar y al final pudo cantar el gol con su fenomenal cabezazo. Se lo tenía bien ganado, y nadie se lo reprochó, ni los checos, que han sido la selección que más kilómetros ha corrido en la competición. El tanto bien merecía un billete para la semifinal: por la carrera, por la llegada, por el remate en plancha, por el picado de la pelota, resumen del denodado esfuerzo del mejor solista de la Eurocopa. A Ronaldo le pueden perder los gestos, pero le avalan los goles producto de su fútbol admirablemente salvaje, imposible incluso para Cech.