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HISTORIA

Juntas Revolucionarias del S.XIX

Juntas Revolucionarias

(Hist. Contemp.) Durante el siglo XIX, en circunstancias y momentos muy significativos, surgen a lo largo del territorio español unas Juntas Revolucionarias. Para unos historiadores, tales Juntas son la revolución burguesa (Vicéns); para otros, movimientos de la clase media (Jutglar); para algunos son instrumento con que la burguesía lleva adelante su revolución (Sebastiá). Las Juntas revolucionarias son organismos creados por la burguesía, apoyados por y en la Milicia Nacional que pretenden, en una primera fase (1808-1843), derrocar la superestructura feudal y, posteriormente (1854-1868), instaurar un régimen democrático. Entre las características del movimiento juntista sobresalen la recuperación de la soberanía, la participación de la Milicia Nacional y la tendencia federalista.

Las Juntas y los motines antifeudales Buscar voz... tienen una gran importancia en los territorios de la Corona de Aragón y, por tanto, también en el antiguo reino. Normalmente, en Aragón, la génesis del movimiento juntista tiene lugar en Zaragoza, de donde se extiende al resto de la región. En mayo de 1808 se organizan las primeras Juntas de gobierno. José Palafox Buscar voz..., en Zaragoza, toma la dirección militar y política, y convoca a las Cortes tradicionales del reino, que designarán una Junta compuesta por seis miembros. El 25 de septiembre de ese año quedó constituida en Aranjuez la Junta Central Administrativa, integrada por 35 personas y que se dio a sí misma el tratamiento de Majestad, demostrando que asumía la soberanía nacional. Calvo de Rozas Buscar voz... era el representante de Aragón.

El 9-VIII-1835, tras los motines de abril y julio, se erige en Zaragoza una Junta provisional por iniciativa de la Milicia Urbana, a la que se añadirán unos días más tarde representantes de Calatayud, Tarazona y Borja. La Junta, que tomará el título de Suprema Gubernativa de Aragón el 8 de septiembre, mantiene íntimos contactos con las de Valencia y Cataluña. Se nombran representantes de unas Juntas ante otras, ofrecen la dirección conjunta del movimiento al general Mina, e incluso llegan a amenazar con independizarse de la corona castellana. Entre las peticiones de la Junta hay que señalar la libertad de imprenta, la supresión de regulares, la convocatoria de Cortes e importantes cambios legales. Por lo que afecta a los logros, cabe hacer presente el inicio de la desamortización eclesiástica, acordado por la Junta el mismo día 9 de agosto, decretando el cierre de todos los conventos de regulares y la transformación de sus propiedades en bienes nacionales.

En el verano de 1836, disueltas las Cortes por el gobierno Istúriz y con las tropas carlistas a las puertas de Madrid, Zaragoza, el 1 de agosto, acuerda «pronunciarse independiente del actual gobierno de V. M. y bajo la égida de la Constitución de 1812». El día 3 de agosto se erige una Junta en la capital a la que se adhieren Huesca, Calatayud, Fraga, Alcañiz, Borja, Caspe, Mequinenza y Sos. La Junta se disolverá, promulgada la Constitución doceañista después del triunfo del motín de la Granja del 12 de agosto.

El 4 de septiembre de 1840, en Zaragoza, como medida de presión sobre M.ª Cristina para que abdique, y conseguir la derogación de la Ley de Ayuntamientos y la profundización en los logros revolucionarios, la «Milicia Nacional de todas las armas se reunió y juró... que una Junta provisional reasumiese en sus manos la autoridad pública y la dirección de los negocios de gobierno». Se solidarizan con esta Junta: Ateca, Alfamén, Huesca, Cariñena, Sarsamarcuello, Mequinenza, Daroca y un largo etc., hasta completar la lista Teruel con Víctor Pruneda Buscar voz... al frente. La esparterista Junta de Gobierno de Zaragoza, de la que forma parte Miguel Alejos Burriel Buscar voz..., acuerda que «cada partido judicial nombre un comisionado que le represente», y el 26 se transforma en Junta Superior de Gobierno.

Cuando la conspiración de Narváez, Pezuela y Serrano está a punto de poner fin a la regencia del general Espartero, se erigen en Jaca, Benasque y Barbastro unas Juntas que quedarán integradas en la Junta General Interina de Salvación de la provincia de Huesca en julio de 1843. El último día de agosto aparece en Zaragoza una Junta Superior de Gobierno que, según afirma en su primer manifiesto, firmado en Cariñena, fue «establecida por el voto de los pueblos que componen el Distrito de esta Provincia». Poco durarán estas Juntas gubernamentales, pues el 18 de septiembre la Milicia Nacional Buscar voz... de Zaragoza nombra una Junta de Gobierno Salvadora de la Patria reclamando la Constitución de 1837 revisada, la vuelta del duque de la Victoria y una Junta Central compuesta por dos representantes de cada provincia elegidos por los municipios. A esta Junta se suman, entre otros, Juslibol, Jaca y Alcañiz.

Días antes del pronunciamiento de Vicálvaro se forma en Zaragoza una Junta interina presidida por el propio Espartero y al que acompañan D. Juan Bruil Buscar voz... y D. Manuel Lasala Buscar voz..., además de varias personalidades. Dicha Junta se transformará, el 23-VII-1854, en Junta de Zaragoza con representantes de La Almunia, Ateca, Belchite, Borja, Calatayud, Caspe, Daroca, Ejea, Pina, Sos, Tarazona y Zaragoza. Dos días antes, Espartero había entrado en Madrid.

El 29-IX-1868, once días después del pronunciamiento de la escuadra contra Isabel II, surge en Zaragoza una intitulada Junta Revolucionaria con la misión de «gobernar esta ciudad y provincia, ya que por ello nos ha designado la aclamación popular», en ella participa el republicano Gil Berges Buscar voz.... También Huesca fue fiel al proceso revolucionario y se crearon Juntas en Olvena, Benabarre, Graus, Laluenga, Albero Alto, Albero Bajo, Roda, Loarre, Azlor, Bespén, Sariñena, Tamarite de Litera, etc., que culminaron en la Junta Revolucionaria de Huesca.

 

 

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El Tesoro de Guarrazar: siglo y medio para resolver un enigma visigodo

El Tesoro de Guarrazar: siglo y medio para resolver un enigma visigodo

Un arqueólogo consigue explicar por qué se ocultaron una veintena de coronas de oro y otras joyas en una huerta a 15 kilómetros de Toledo

El arqueólogo Juan Manuel Rojas, junto a una de las basas desenterradas en la basílica de Guarrazar. En el vídeo, los lugares donde se encontró el tesoro. 

El arqueólogo Juan Manuel Rojas ha resuelto uno de los enigmas que desde hace más de 150 años intentaban desentrañar los expertos en historia y arqueología con escaso éxito: ¿quién y por qué escondió una veintena de coronas de oro visigodas, además de numerosos cálices y cruces del valioso metal, en un paraje deshabitado a 15 kilómetros de Toledo, en el municipio de Guadamur? Es lo que se conoce como Tesoro de Guarrazar, por el nombre de la finca donde fue hallado, un relato en el que se entremezclan traiciones, robos, intrigas diplomáticas y hasta abominables criminales nazis.

Para entender la historia hay que remontarse hasta el año 711 cuando las tropas musulmanas y bereberes de Táriq Ibn Ziyad atraviesan la Península sin apenas resistencia militar. Su aplastante victoria frente a los ejércitos de don Rodrigo en la batalla de la Laguna de la Janda —también conocida como batalla de Guadalete—les había dejado el camino expedito hacia la capital del reino visigodo, Toledo.

La hipótesis hasta ahora manejada por los especialistas es que los cristianos tomaron la decisión de ocultar el tesoro real –que fueron recogiendo por todas las iglesias y palacios del reino en una solitaria huerta para recogerlo una vez pasado el peligro. Abrieron dos fosas y en ellas vertieron coronas, cálices, joyas y cruces de oro recubiertas de gemas y esmeraldas. Durante más de 1.100 años quedaron así ocultas hasta que Escolástica Morales, hija de Francisco Morales y María Pérez, sintió una necesidad fisiológica al volver desde Toledo en el verano de 1858. Al ocultarse tras unas piedras vio un hueco y dentro de él un objeto que brillaba. Padres e hija comenzaron a extraer las impresionantes piezas, las lavaron en una charca cercana, llenaron las alforjas del burro que los acompañaba y siguieron su camino en mitad de una fortísima tormenta. Lo que no sabían es que otro vecino de Guadamur, Domingo de la Cruz, les observaba a unos metros. Cuando se marcharon, él se acercó al hueco y descubrió otro de las mismas dimensiones. Allí se ocultaba la otra parte del increíble tesoro.

Reproducción de la corona de Recesvinto que se conserva en el centro de interpretación arqueológica de Guadamur.
Reproducción de la corona de Recesvinto que se conserva en el centro de interpretación arqueológica de Guadamur. 

La pregunta que queda desde entonces en el aire es: ¿por qué se ocultaron las joyas reales en mitad del campo sin puntos de referencia claros para recuperarlas? El enigma ha provocado desde su hallazgo y posterior pérdida –el conjunto fue vendido al Estado francés numerosas polémicas políticas e históricas, que se han plasmado últimamente en dos libros: la novela El último tesoro visigido (Penguin Random House), del académico de Historia José Calvo Poyato, y Guarrazar, el tesoro escondido, del historiador Pedro Antonio Alonso Revenga.

Juan Manuel Rojas lo explica así: “No tenía ningún sentido lo que se decía de que lo ocultaron en una huerta. Por eso, empecé a excavar en la parcela donde se halló y que en 1859 ya excavó Amador de los Rios. Él encontró diversas estructuras y restos arquitectónicos, lápidas [incluida la del presbítero Crispinus, que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional]. Pero se seguía con la teoría de la huerta. Era cuestión de verlo todo desde un punto global”. Así, con la ayuda decidida del Ayuntamiento de Guadamur, inició unas investigaciones que han dado lugar, además, a un parque arqueológico visitable.

Reproducción de la corona de Suintila, robada en 1921, que se expone en el museo de Guadamur.  
Reproducción de la corona de Suintila, robada en 1921, que se expone en el museo de Guadamur. 

Durante los últimos años han aflorado los muros de un edificio de más de 30 metros de longitud, una iglesia basilical, los restos de un posible palacio, un cementerio visigido y hasta una edificación que servía de residencia a los peregrinos. Porque las pesquisas de Rojas le permiten afirmar que el lugar donde se halló el tesoro era, en realidad, un complejo religioso, semejante al santuario de Lourdes (Francia), con aguas curativas propias (el pozo donde los Morales limpiaron las joyas) y donde los cristianos venían a pedir a Dios su sanación. Por eso, y dada su importancia, el tesoro real se guardaba allí, en los edificios religiosos y reales, de cuyos techos colgaban las coronas votivas de los monarcas.

Cuando sus ocupantes conocieron el avance imparable de los musulmanes, aterrados, buscaron un lugar donde enterrar las joyas. Se les ocurrió que lo mejor era meterlas en el cementerio. Allí nadie miraría. Levantaron dos lápidas, escondieron los preciados objetos, los taparon con piezas de tela y arena y volvieron a poner los cadáveres encima. Cuando Escolástica se ocultó para hacer sus necesidades más de mil años después, buscó el lugar más protegido: lo que ella no reconoció como la valla del desaparecido cementerio.

En 2014, durante las labores de excavación de uno de los grandes edificios desenterrados, la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, comenzó a remover con una palita una pequeña alberca hallada junto a una estructura arquitectónica. Buscaba encontrar de dónde procedía el manantial que llenaba la balsa. Escarbó hasta que la pala hizo aparecer algo azul: era una de las joyas que se habían desprendido de las coronas cuando los Morales las lavaron en lo que creyeron un pozo y que no era otra cosa que el lugar donde los peregrinos tomaban el agua del santuario.

Himmler entra en juego

El Tesoro de Guarrazar fue vendido en 1856 a diversos joyeros toledanos. Numerosas piezas fueron fundidas y desmontadas para hacerlas desaparecer de las autoridades y de la policía. Otras, en cambio, se conservaron y terminaron en manos del diamantista José Navarro. Este las vendió al Museo de Cluny (Francia). El Gobierno español, en mitad de un fortísimo escándalo que llegó a las Cortes, intentó recuperarlas sin éxito. Napoleón III esgrimía las más peregrinas excusas.

Finalmente, en 1941, con una Francia ocupada, el lugarteniente de Adolf Hitler, el nazi Heinrich Himmler, devolvió al Gobierno de Francisco Franco buena parte del hallazgo, además de piezas arqueológicas como la Dama de Elche. Hoy en día, gran parte del descubrimiento se puede admirar en el Museo Arqueológico Nacional y en el Palacio de Oriente, en Madrid, mientras que otras joyas se conservan en el Museo de Cluny.

"Es una historia apasionante que aún no ha acabado", señala el catedrático de Historia José Calvo Poyato. "Domingo de la Cruz, el otro vecino que halló numerosas alhajas, agobiado por la presión, regaló a Isabel II parte de lo que encontró, incluida la corona de Suintila. Esta se guardó en la armería del Palacio Real hasta 1921, cuando fue robada". Calvo recuerda que las pesquisas policiales fracasaron, aunque estuvieron cerca de encontrarla. "¿Dónde está la corona de Suintila, el rey visigodo que expulsó a los bizantinos de la Península? Ese es otro de los misterios aún sin resolver. Indudablemente es una historia apasionante que da para muchos más libros", concluye el académico.

Un paseo por la historia

Guadamur es un pequeño pueblo toledano recubierto de olivos que guarda dos joyas: su impresionante castillo en un excelente estado de conservación y el Tesoro de Guarrazar. Sobre este último, y gracias a la cooperación público-privada, se han abierto dos lugares para conocer mejor la historia del que está considerado el más importante conjunto de joyas visigodas de Europa. En la localidad hay un centro de interpretación municipal donde se reproducen todas las coronas, calices y cruces desenterrados en la finca de Guarrazar, además de amplios paneles que explican de manera clara el reinado de los visigodos. También se pueden admirar piezas arquitectónicas encontradas por los vecinos en la zona y que han sido donadas al Ayuntamiento.

A poco más de un par de kilómetros, se levanta un cuidado yacimiento. Incluye visitas guiadas por los terrenos y la posibilidad de hacer actividades arqueológicas y medioambientales con los niños. El precio por persona es de 8 euros, descuentos para desempleados y gratuidad para niños menores de 10 años.

Listado de personajes Iliada y Odisea

Listado de personajes Iliada y Odisea

TITANES

BÓREAS: personificación del viento del norte. De acuerdo con algunos mitos, es el responsable de la muerte del bello y joven Jacinto. Sus hermanos son Céfiro (el viento del oeste), Noto (el viento del sur) y Euro (el viento del este).

CALIPSO: hija del titán Atlas, habita la isla de Ortigia. En La Odisea, Calipso da morada a Odiseo después del naufragio de su barco. Se enamora de él y lo mantiene en la isla durante siete años, hasta que los dioses le ordenan que lo deje en libertad.

CIRCE: hechicera que vive en la isla de Eea, hija de Helios y de la ninfa Perse. Se considera que su nombre deriva probablemente de la palabra griega para halcón. En La Odisea, convierte a la tripulación de Odiseo en cerdos, pero después de que él la rete, ella se enamora de él y permite que se quede con sus hombres y los ayuda cuando ellos deciden partir. Circe ha gozado de una larga vida literaria, y el personaje ha servido de inspiración a autores como Ovidio, James Joyce, Eudora Welty y Margaret Atwood.

EETES: hermano de Circe y rey-hechicero de la Cólquide, reino del extremo oriental del mar Negro. Eetes, asimismo, es el padre de la hechicera mortal Medea y el guardián del vellocino de oro, hasta que, gracias a la ayuda de Medea, se lo roba Jasón a la cabeza de los argonautas.

HELIOS: titán dios del sol. Es el padre de una numerosa progenie, entre la que se encuentran Circe, Eetes, Pasífae y Perses, además de las hermanastras de estos, Faetusa y Lampetia. A menudo se lo representa en un carro tirado por caballos dorados que él conduce a diario a través del cielo. En La Odisea, le pide a Zeus que destruya a los hombres de Odiseo después de que estos den muerte a sus vacas sagradas.

MNEMOSINE: diosa de la memoria y madre de las nueve musas.

NEREO: antigua divinidad marina eclipsada por el olímpico Poseidón. Padre de una numerosa progenie divina, entre la que se encuentra la ninfa marina Tetis.

OCÉANO: en los poemas homéricos, Océano es el dios titán del enorme río de aguas dulces que lleva su nombre. Los antiguos creían que el río Océano rodeaba el mundo. Con el paso del tiempo se lo relacionó con el mar y el agua salada. Es el abuelo de Circe por vía materna y el padre de un gran número de ninfas y divinidades.

PASÍFAE: hermana de Circe y poderosa hechicera que se casa con Minos, hijo mortal de Zeus, y se convierte de este modo en reina de Creta. Tiene varios hijos con él, entre los que se encuentran Ariadna y Fedra, y además maquina el modo de quedarse embarazada de un toro blanco sagrado, con el que engendra al Minotauro.

PERSE: oceánide y una de las ninfas hijas de Océano; madre de Circe y esposa de Helios. En los relatos mitológicos tardíos se la asocia también con la hechicería.

PERSES: hermano de Circe, al que algunas narraciones mitológicas vinculan con Persia.

PROMETEO: titán dios que desobedece a Zeus y presta su ayuda a los mortales. En algunas historias, Prometeo les enseña además las artes y técnicas de la civilización. Por su rebeldía, Zeus lo castiga haciéndolo encadenar a una roca en el Cáucaso, donde un águila acude a diario a desgarrarle la carne y comerle el hígado, que se regenera por las noches.

PROTEO: dios del mar que puede cambiar de forma a su antojo. Es el guardián de los rebaños de focas de Poseidón.

SELENE: diosa de la luna, tía de Circe y hermana de Helios. Conduce un carro de caballos plateados a través del cielo de la noche. Su esposo es el bello pastor Endimión, mortal que vive por efecto de un encantamiento en un sueño eterno en el que no envejece.

TETYS: esposa titán de Océano y abuela de Circe. Al igual que su esposo, en un primer momento se la relacionaba con las aguas dulces, pero con el paso del tiempo se la representaba como una divinidad marina.

DIVINIDADES OLÍMPICAS

APOLO: dios de la luz, la música, la profecía y la medicina. Apolo es hijo de Zeus y hermano gemelo de Ártemis. En la guerra de Troya actúa en apoyo del bando troyano.

ÁRTEMIS: diosa de la caza, hija de Zeus y hermana de Apolo. El relato en el que Ártemis mata a Ariadna aparece en La Odisea.

ATENEA: poderosa diosa de la sabiduría, el tejido y la táctica bélica. En la guerra de Troya participa activamente en el bando griego y es protectora personal de Odiseo. Aparece frecuentemente en La Ilíada y en La Odisea. Se la considera la hija favorita de Zeus, de cuya cabeza surgió ya plenamente desarrollada y armada.

DIONISO: hijo de Zeus y dios del vino, la fiesta y el éxtasis. Ordena a Teseo abandonar a la princesa Ariadna porque desea convertirla en su esposa.

HERMES: hijo de Zeus y de la ninfa Maya, mensajero de los dioses y, además, dios de los viajeros, el engaño, el comercio y las fronteras. Es asimismo el conductor de las almas al inframundo. De acuerdo con algunos relatos, Odiseo es descendiente de Hermes, y en La Odisea aconseja a los dioses cómo contrarrestar el poder de la magia de Circe.

ILITÍA: diosa de los nacimientos que ayuda a las madres en sus labores de parto. Tiene asimismo la capacidad de hacer que los niños no nazcan.

ZEUS: rey de los dioses y de los humanos, gobierna sobre el mundo entero desde su trono en el monte Olimpo. Comienza la guerra contra los titanes para vengarse de su padre, Cronos, y termina por derrocarlo. Es padre de una numerosa progenie de divinidades y mortales, entre los que se encuentran Atenea, Apolo, Dioniso, Heracles, Helena y Minos.

MORTALES

AGAMENÓN: rey de Micenas, el reino más importante de Grecia. Actúa como general en jefe de la expedición griega contra Troya para recuperar a Helena, la esposa de su hermano Menelao. Durante los diez años que dura la guerra se muestra agresivo y orgulloso. Es asesinado por su esposa, Clitemnestra, después de su regreso a Micenas. En La Odisea, Odiseo habla con su espíritu en el inframundo.

AQUILES: hijo de la ninfa marina Tetis y de Peleo, rey de Ftía, Aquiles es el mayor guerrero de su generación, además del más rápido y bello. Siendo joven, a Aquiles se le ofrece elegir entre una vida larga y oscura o una vida corta y llena de fama. Elige la fama y navega junto al resto del contingente griego al asedio de Troya. Sin embargo, en el noveno año de guerra se pelea con Agamenón y se niega a seguir combatiendo en la guerra. Regresa a la batalla solo después de que Héctor dé muerte a su adorado compañero Patroclo. Encolerizado, mata al gran guerrero troyano y muere finalmente a manos del hermano de Héctor, Paris, que recibe la ayuda del dios Apolo.

ARIADNA: princesa de Creta, hija de la diosa Pasífae y del semidiós Minos. Cuando el héroe Teseo llega a Creta con la intención de matar al Minotauro, ella lo ayuda dándole una espada y una madeja de hilo para que lo vaya desenrollando tras de sí a fin de que pueda encontrar el camino de salida del Laberinto después de dar muerte a la criatura. A continuación de esto, se escapa con él, y los dos planean casarse antes de que se produzca la intervención de Dioniso.

DÉDALO: maestro artesano al que se le atribuyen numerosos inventos y obras de arte, entre los que se encuentran el círculo en el que baila Ariadna y el gran Laberinto que sirvió para confinar al Minotauro. Mantenido en cautiverio junto a su hijo, Ícaro, en la isla de Creta, Dédalo concibe un plan para escapar y construye un par de alas con cera y plumas de aves. Dédalo y su hijo Ícaro logran huir con éxito, pero Ícaro asciende el vuelo hasta acercarse al sol, por lo que se derrite la cera que mantenía las alas unidas. El muchacho cae al mar y fallece ahogado.

ELPÉNOR: miembro de la tripulación de Odiseo. En La Odisea, muere al caer desde el tejado de la casa de Circe.

EURICLEA: anciana nodriza de Odiseo y también de Telémaco. En La Odisea, es quien lava los pies de Odiseo cuando regresa disfrazado a Ítaca, y lo reconoce por una cicatriz de la pierna, fruto de una herida provocada en su juventud durante la caza de un jabalí.

EURÍLOCO: miembro de la tripulación de Odiseo, además de su sobrino. En La Odisea, ambos aparecen frecuentemente enfrentados. Euríloco es quien convence a los otros hombres de la tripulación de matar y comerse las vacas sagradas de Helios.

GLAUCO: pescador que sufre una transformación tras dormirse en una zona cubierta de hierbas mágicas. En la Metamorfosis,Ovidio cuenta una versión de esta historia.

HÉCTOR: primogénito de Príamo y príncipe coronado de Troya, era conocido por su fuerza, su nobleza y su amor por la familia. En La Ilíada, Homero relata una emotiva escena entre su esposa, Andrómaca, y su joven hijo Astianacte. Héctor muere a manos de Aquiles en venganza por haber matado al amante de Aquiles, Patroclo.

HELENA: legendariamente la mujer más hermosa del mundo antiguo, Helena es reina de Esparta, hija de la reina Leda y del dios Zeus, que se une a ella asumiendo la forma de un cisne. Son numerosos los hombres que le proponen matrimonio, y cada uno de ellos jura —por indicación de Odiseo— que acudirá en ayuda del pretendiente que fuera elegido como esposo de Helena en caso de que esta le fuera disputada. Fue entregada en matrimonio a Menelao, pero con el tiempo escapó con el príncipe troyano Paris, hecho que dio origen a la guerra de Troya. Tras la guerra, regresó a Esparta junto a su esposo Menelao.

HERACLES: hijo de Zeus, el más célebre de los héroes de la edad de oro. Conocido por su gran fuerza, Heracles tuvo que cumplir doce tareas impuestas por la diosa Hera, que lo odiaba por ser producto de uno de los escarceos amorosos de Zeus.

ÍCARO: hijo del artesano Dédalo. Él y su padre logran escapar de la isla de Creta con un par de alas fabricadas con cera y plumas de aves. Ícaro desoye la advertencia de Dédalo de no acercarse en su vuelo al sol, por lo que la cera se derrite. Las alas se deshacen e Ícaro se precipita al mar.

JASÓN: príncipe de Yolcos. Privado del trono por su tío Pelias, asume una tarea heroica para demostrar su valía: regresar a Yolcos con el vellocino de oro, guardado por Eetes, rey-hechicero de la Cólquide. Con la ayuda de su diosa protectora, Hera, Jasón obtiene una nave mágica, la célebre Argo, y una tripulación formada por héroes, los llamados argonautas. Cuando llegan a la Cólquide, el rey Eetes le impone una serie de retos imposibles de realizar, entre ellos uncir en un yugo a dos toros que resoplan fuego. La hija de Eetes, la hechicera Medea, se enamora de Jasón y lo ayuda de pleno en el cumplimiento de estas tareas. Ambos huyen de la Cólquide con el vellocino.

LAERTES: padre de Odiseo y rey de Ítaca. Aunque en La Odisea aparece con vida, habita retirado en el campo, fuera de palacio. Ayuda a Odiseo contra los familiares de los pretendientes.

MEDEA: hija de Eetes, rey de la Cólquide, y sobrina de Circe. Es una hechicera, al igual que su padre y su tío, y, cuando Jasón llega a reclamar el vellocino de oro, se sirve de sus poderes mágicos para ayudarle a conseguirlo a condición de que se case con ella y la lleve consigo a su patria. Ambos huyen, pero Eetes sale en persecución de ellos. Medea consigue escapar de su padre a través de una sangrienta artimaña. Su historia aparece tratada en un gran número de obras antiguas y modernas, entre ellas la célebre tragedia Medea, compuesta por Eurípides.

MINOS: hijo de Zeus y rey de la poderosa Creta. Su esposa Pasífae es una diosa y la madre del Minotauro. Minos exigió a Atenas el pago de un tributo consistente en la entrega anual de jóvenes muchachos y muchachas que servirían de alimento para el monstruo. Tras la muerte de Minos, se le concede un lugar preeminente en el inframundo como juez de las almas de los muertos.

ODISEO: astuto príncipe de la isla de Ítaca, favorito de la diosa Atenea, esposo de Penélope y padre de Telémaco. Durante la guerra de Troya, es uno de los consejeros principales de Agamenón y maquina el engaño del caballo de Troya con el que los griegos consiguen tomar la ciudad y ganar la guerra. Su viaje de regreso a Ítaca, que le ocupa diez años, es el tema central deLa Odisea, de Homero, en el que suceden sus célebres encuentros con el cíclope Polifemo, la hechicera Circe, los monstruos Escila y Caribdis, y las sirenas. Homero le dedica un gran número de epítetos épicos, entre ellos polymetis (el hombre de muchos ardides), polytropos (el hombre de muchas formas) y polytlas (el hombre de muchos sufrimientos).

PATROCLO: el más querido de los compañeros del héroe Aquiles y, en varias versiones de la historia, su amante. En La Ilíada,su funesta decisión de intentar salvar a los griegos haciéndose pasar por Aquiles, portando sus armas, pone en marcha el desenlace de la historia. Cuando Héctor mata a Patroclo, Aquiles, devastado por la pérdida, se venga brutalmente de los troyanos, lo que termina por desencadenar la propia muerte de Aquiles. En La Odisea, Odiseo se encuentra a Patroclo del lado de Aquiles cuando desciende al inframundo.

PENÉLOPE: prima de Helena de Esparta, esposa de Odiseo, madre de Telémaco, célebre por su inteligencia y su lealtad. Cuando Odiseo no logra regresar a Ítaca después de la guerra, se convierte en el centro de las reclamaciones de los pretendientes que ocupan su palacio y la presionan para que se case con uno de ellos. Su ardid es bien conocido: promete escoger a uno como marido una vez que termine de tejer el sudario en que labora. Logra engañarlos durante años, deshaciendo por la noche lo que ha tejido durante el día.

PIRRO: hijo de Aquiles, fue clave en el saqueo de Troya. Mató a Príamo, rey de Troya, y en algunas versiones también a Astianacte, hijo de Héctor, para evitar que creciese y buscase venganza.

TELÉGONO: hijo de Odiseo y Circe, considerado el fundador mítico de las ciudades de Túsculo y Preneste en la península itálica.

TELÉMACO: hijo único de Odiseo y Penélope y príncipe de Ítaca. En La Odisea, de Homero, aparece ayudando a su padre en la ejecución de su plan de venganza contra los pretendientes que hostigan su casa.

TESEO: príncipe de Atenas enviado a Grecia como parte del tributo de catorce jóvenes prometido para alimentar el voraz apetito del Minotauro. En lugar de perecer sacrificado, Teseo mató al Minotauro con ayuda de la princesa Ariadna.

MONSTRUOS

CARIBDIS: poderoso remolino situado a un lado del estrecho en cuyo extremo opuesto se encontraba Escila. Los barcos que trataban de esquivar las fauces de Escila eran engullidos por Caribdis.

ESCILA: según el relato homérico, Escila es un monstruo feroz de seis cabezas y doce patas colgantes que habita escondido en una cueva situada en unos estrechos angostos junto al remolino Caribdis. Cuando un barco pasa, ella se lanza sobre él y captura a un marinero con cada una de sus bocas y los devora a continuación. En las representaciones posteriores tiene cabeza de mujer, cola de monstruo marino y perros feroces que salen de su torso. De acuerdo con la Metamorfosis, de Ovidio, Escila era en origen una ninfa que fue transformada en monstruo.

MINOTAURO: nombrado así por Minos, rey de Creta, en realidad el Minotauro era hijo de la reina Pasífae y un toro blanco sagrado. Dédalo construyó el Laberinto para contener al voraz monstruo y Minos exigía a Atenas el envío de catorce muchachos y muchachas para alimentarle. Uno de estos jóvenes fue el príncipe ateniense Teseo, que mató a la bestia.

POLIFEMO: cíclope (gigante con un solo ojo) e hijo de Poseidón. En La Odisea, Odiseo y sus hombres arriban a la isla de Polifemo, entran en su cueva y se comen sus provisiones. Cuando Polifemo los pilla, los atrapa en la cueva y devora a varios de los hombres de Odiseo. Odiseo engaña al monstruo con palabras amables y le dice que se llama Outis, «Nadie», luego ciega al monstruo para escapar y, cuando zarpa en su barco, revela su verdadero nombre. Polifemo acude a su padre, Poseidón, para que este castigue a Odiseo.

SIRENAS: a menudo retratadas con cabeza de mujer y cuerpo de pájaro, las sirenas se encaramaban en escarpadas rocas y cantaban. Sus voces eran tan dulces que los hombres perdían la razón al oírlas. En La Odisea, Circe le aconseja a Odiseo que tapone las orejas de sus hombres con cera para pasar sanos y salvos y que se ate al mástil con los oídos libres para poder ser el primero en oír su encantadora canción y sobrevivir.

EL AÑO CERO

EL AÑO CERO

Los antiguos numeraban los años según sistemas muy diversos. Por ejemplo, los griegos usaban las olimpiadas, de modo que, para ellos, Pericles llegó al poder el segundo año de la septuagésimo séptima olimpiada(460 a.C.). En general los romanos no numeraban los años, sino que los indicaban nombrando los cónsules correspondientes. Así, el año 100 a.C. era el año en que fueron cónsules Cayo Mario y Lucio Valerio. No obstante, para aquellos casos en que una numeración correlativa era imprescindible, terminaron elaborando un sistema de datación que, teóricamente, comenzaba el año en que Rómulo fundó Roma. En este sistema, el año 100 a.C. era el año 653 a.u.c., donde las siglas a.u.c. significan ab urbe condita (desde la fundación de la ciudad). Importa poco si Rómulo existió o no y si, en caso afirmativo, fundó Roma o no el año 1 a.u.c. Lo importante es que los romanos usaban coherentemente este sistema, que, por razones obvias, pronto fue el más extendido en Europa.En 532 d.C., Dionisio el Exiguo, un monje de origen sirio que vivía en un convento de Roma, matemático y teólogo, tras profundos estudios de la Biblia y de las fuentes históricas, llegó a la conclusión de que Jesucristo había nacido el 25 de diciembre del año 754 a.u.c., y propuso que dicho año fuera llamado 1 a.D. (anno Domini), es decir, el año 1 del Señor. El clero difundió rápidamente este sistema de datación, si bien su introducción oficial tuvo lugar en épocas muy distintas en cada país. Por ejemplo, Carlomagno decretó su uso el mismo año de su coronación, que, de 1554 a.u.c., pasó a ser el año 800 a.D.Los eruditos siguieron usando el sistema a.u.c. para numerar los años hasta el 753 a.u.c. y, a partir de aquí, consideraban que empezaba la Era Cristiana, con lo que el año siguiente pasaba a ser 1 a.D. No fue hasta el siglo XVII que los historiadores empezaron a nombrar los años anteriores al 1 a.D. contando hacia atrás. Por aquellas fechas, el sistema de numeración arábigo estaba plenamente difundido y los matemáticos hacía mucho tiempo que manejaban con soltura los números negativos, pero parece ser que los historiadores no, lo que les llevó a cometer un crimen contra la Humanidad: impusieron la costumbre de que el año anterior al 1 a.D., esto es, el año 753 a.u.c., pasara a ser el año 1 antes de Cristo, en siglas 1 a.C., tras el cual venía el año 1 a.D o, equivalentemente, el año 1 d.C. (año 1 después de Cristo). Dicho así puede sonar razonable, pero el crimen queda patente si miramos la tabla de conversión resultante:
750 a.u.c - 4 a.C. 751 a.u.c - 3 a.C. 752 a.u.c - 2 a.C. 753 a.u.c - 1 a.C. 754 a.u.c - 1 d.C. 755 a.u.c - 2 d.C. 756 a.u.c - 3 d.C. 757 a.u.c - 4 d.C. ¡No hay año cero! Este atentado contra el álgebra elemental puede inducir a mil equívocos y errores a quien no sea consciente de sus múltiples consecuencias. Por ejemplo, si la temperatura pasa de 4 grados bajo cero a 4 grados sobre cero el aumento ha sido de 8 grados, pero entre el año 4 a.C. y el año 4 d.C. no han transcurrido 8 años, sino sólo 7 (porque falta el año 0), tal y como se ve claramente si pensamos que estamos hablando de los años 750 a.u.c. y 757 a.u.c.Entre los errores más sonados a este respecto figura la celebración del bimilenario de Augusto. En efecto, todos los historiadores coinciden en que Augusto nació el año 63 a.C. Si hubiera año cero, el bismilenario se cumpliría el año -63+2000 = 1937, pero así hemos contado un año inexistente, luego nos falta uno más para tener los dos mil. La fecha correcta, es, pues, el año 1938. Sin embargo, Mussolini, en su campaña de exaltación de la Roma Imperial, celebró en 1937 el citado bismilenario, con toda la magnificencia y los faustos propios de la Italia de la época. Un profesor de la Universidad de Oxford, J.K. Fotheringam, hizo notar la equivocación, lo que suscitó rabiosas reacciones de la jerarquía fascista (que, por supuesto, se negó a reconocer el error). De hecho, era la tercera vez que los literatos, historiadores y políticos italianos metían la pata, pues lo mismo les había sucedido con los bismilenarios de Virgilio y Horacio (que se cumplían en 1931 y 1936, respectivamente, pero se celebraron también con un año de antelación, eso sí, más discretamente).Recientemente, los principales beneficiarios de la sociedad de consumo fomentaron la incultura popular al propagar la peregrina idea de que el 1 de enero del año 2000 empezaban el siglo XXI y el tercer milenio de la Era Cristiana. El siglo I comprende los 100 primeros años de la Era Cristiana, de modo que abarca el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1 d.C. y el 31 de diciembre de 100 d.C., por lo que el siglo II da comienzo el 1 de enero de 101 d.C., el siglo III da comienzo el 1 de enero de 201 d.C. y así, el siglo XXI empezó el 1 de enero de 2001. Igualmente, el primer milenio de la Era Cristiana comprende los mil primeros años, es decir, el periodo comprendido entre el 1 de enero de 1 d.C. y el 31 de diciembre de 1000 d.C., con lo que el segundo milenio comenzó el 1 de enero de 1001 d.C. y el tercer milenio comenzó el 1 de enero de 2001.Notemos, en cambio, que el criterio es diferente para los siglos y milenios anteriores a Cristo. Igual que no hay año cero, tampoco hay siglo cero, de modo que el siglo I a.C. comprende los 100 años anteriores al 1 d.C., esto es, el periodo comprendido entre el 1 de enero de 100 a.C. y el 31 de diciembre de 1 a.C. Así, el siglo I a.C. empieza en el año 100 a.C. y el siglo XX a.C. empieza en el año 2000 a.C.Desgraciadamente, el sistema vigente de numeración de los años está tan extendido que intentar modificarlo introduciendo un año cero es prácticamente impensable.Para terminar, al respecto de la teoría de Dionisio el Exiguo diremos que no es imposible que Jesucristo naciera el 25 de diciembre del año 754 a.u.c. (o 1 d.C.), pero, desde luego, no pudo ser así según la Biblia, pues ésta dice que Jesucristo nació durante el reinado de Herodes, el cual murió en el año 750 a.u.c. (4 a.C.) Por otra parte, Jesucristo murió el año 30 d.C., luego, si aceptamos la tradición de que murió a los 33 años, su nacimiento debió de producirse precisamente en 4 a.C. Ahora bien, del mismo modo que no importa si Rómulo fundó o no Roma el año 1 a.u.c., el hecho de que Jesucristo haya nacido o no el año 1 d.C. tampoco tiene ninguna relevancia.
Nota: He recibido un par de mensajes defendiendo la "lógica" de que no exista un año cero. Esencialmente, la idea es que el año 754 a.u.c. es el primer año de la Era Cristiana y el año 753 a.u.c. es el primer año anterior a la Era Cristiana, por lo que no hay lugar para un año cero. Ciertamente, es una forma coherente de concebir la situación, pero, tal y como hemos explicado, la coherencia se pierde en cuanto se intenta identificar los números que nombran los años con números enteros para aplicarles su aritmética.
Lo que afirmamos es que nadie con un conocimiento básico del álgebra elemental hubiera aplicado esa "lógica" para nombrar los años, sino que, en su lugar, habría usado esta otra: el año 754 a.u.c. es simplemente (aceptando los cálculos erróneos de Dionisio el Exiguo) "el año en que nació Cristo"; el año 755 a.u.c. es el primer año posterior al nacimiento de Cristo, el año en que Cristo celebró su primer cumpleaños, el año en que la Virgen María podía decir "ya hace un año que nació mi Hijo", y por ello podría haber sido considerado el primer año después de (el nacimiento de) Cristo (1 d.C.); similarmente, el año 756 a.u.c. hubiera podido ser considerado como el segundo año posterior a (el nacimiento de) Cristo, es decir, el año 2 d.C., y así sucesivamente; por otra parte, el año 753 a.u.c. podría haber sido considerado como el primer año anterior a (el año del nacimiento de) Cristo, el año en que los profetas podrían haber dicho "falta un año para que nazca Cristo" y, por lo tanto, llegaríamos al mismo número que ahora se le asigna: 1 a.C., y así sucesivamente. En estos términos, el año 754 a.u.c. no sería ni anterior ni posterior al año del nacimiento de Cristo. Ese año, ni faltaría ningún año para el nacimiento de Cristo ni pasaría ningún año desde el año del nacimiento de Cristo, por lo que le hubiera convenido el nombre de año 0. No 0 a.C. ni 0 d.C, igual que el número entero 0 no es ni +0 ni -0 (o admite ambos signos a la vez).
Esta concepción no es menos lógica que la anterior y tiene la ventaja de ser compatible con la aritmética. En estos términos, diríamos que el primer año de la Era Cristiana es el año 0 (sería absurdo hablar del año cero de la Era Cristiana), y ese desfase entre primer año y año 0 es el mismo que se da entre "primer año" y 1789 cuando ahora decimos que el primer año de la Edad Contemporánea es el año 1789: una cosa es el primer año de un periodo y otra cosa el número asignado a ese año, que bien podría haberse fijado de forma más sensata, tal y como acabamos de describir, como el número de años transcurridos (positivos o negativos) desde el nacimiento de Cristo.
Por otra parte, debemos reconocer que es injusto en parte atribuir la responsabilidad del desaguisado a los historiadores del siglo XVII, que se encontraron con que "el mal ya estaba hecho", pues el año que podría haber sido considerado de forma natural como año cero ya estaba inamoviblemente asentado como año 1 a.D., y hubiera resultado artificial llamar año cero al año anterior al nacimiento de Cristo. La "culpa", pues, recae sobre Dionisio el Exiguo, que a su vez podría argüir en su defensa que en su época se desconocía el número cero. Por otra parte, no es menos cierto que, si los matemáticos del siglo XVII hubieran sido aficionados a la historia, no habrían dudado un instante en sacrificar la naturalidad a la aritmética y hubieran llamado año cero al año 753 a.u.c. como un artificio conveniente más de los muchos que emplean los matemáticos (del estilo de 50 = 1, 0! = 1, etc.)www.uv.es/ivorra/Historia/Indice.htmRevisión y foto selecta: Alfonso GilPublicado por Alfonso Gil González en 4:09 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookEtiquetas: Artículos de Historia

Circe

Circe

Pintura de 1667, obra de Wilhelm Schubert van Ehrenberg (1630 o 1637 - ca. 1676): Odiseo en el palacio de Circe. Las figuras de animales fueron añadidas por Carl Borromäus Andreas Ruthart (1630 - 1703). El cuadro se conserva en el Centro Getty.

En la mitología griega, Circe (en griego Κίρκη) era una hechicera que vivió en la isla de Eea.

Sus padres fueron Helios, el titán preolímpico del Sol, y la oceánide Perseis. Como hermanos tuvo a Eetes y Pasífae.

Circe transformaba en animales a sus enemigos y a los que la ofendían mediante el empleo de pociones mágicas y era famosa por sus conocimientos de brujería, herborística y medicina.

En la Odisea de Homero, el palacio de Circe es descrito como una mansión de piedra que se alzaba en el centro de la isla de Eea, en medio de un valle y un claro en un denso bosque. Alrededor del referido palacio, rondaban leones y lobos, que en realidad no eran más que las víctimas de su magia: no eran peligrosos y lisonjeaban a todos los extraños. Circe dedicaba su tiempo a trabajar en un gran telar.

Cuando llegó a la isla de Eea, Ulises mandó desembarcar a la mitad de la tripulación, y él se quedó en las naves con el resto. Circe invitó a los marinos a un banquete, hechizó la comida con una de sus pociones y luego, cuando se hubieron atiborrado, empleó su vara mágica o cayado mágico para transformarlos en cerdos. Sólo logró escapar el ebrio Euríloco, que desde el principio sospechaba una traición. Avisó a Ulises y a los otros que habían permanecido en el barco.

Ulises partió solo al rescate de sus hombres, pero en el camino fue interceptado por Hermes, quien le mostró la planta moly (μῶλυ), que le serviría para protegerse del encantamiento.

Waterhouse: Circe ofreciendo la copa a Ulises (Circe Offering the Cup to Odysseus, 1891). Galería de Arte de Oldham.
Dibujo de los años 1590, obra de A. Carracci: Hermes protege de Circe a Odiseo.

Cuando Circe no pudo convertirlo en animal, Ulises la obligó a devolver a sus hombres la forma humana. Circe acabaría enamorándose de Ulises, y lo ayudaría en su viaje de regreso a casa después de que él y su tripulación pasasen un año con ella en su isla.

Circe sugirió a Ulises dos rutas alternativas para volver a Ítaca después de bordear la isla de las sirenas: o bien dirigirse hacia las «rocas errantes» (las dos rocas Simplégades, llamadas de forma parecida en las notas de viaje del Chou Ju-kua en el siglo XIII); o pasar entre la peligrosa Escila y el remolino de Caribdis (zona normalmente identificada con el Estrecho de Mesina).

Casi al final de su Teogonía (1011f), Hesíodo cuenta que Circe tuvo tres hijos de Ulises: Agrio (por lo demás desconocido), Latino y Telégono, quien gobernó a los tirsenos, es decir, los etruscos.

Poetas posteriores sólo suelen mencionar a este último como hijo de ambos. Cuando alcanzó la edad adulta, cuentan, Circe lo envió a buscar a su padre, quien había regresado mucho tiempo atrás a su hogar; pero al llegar, Telégono mató a Ulises por accidente, y llevó su cuerpo de vuelta a Eea junto con su viuda Penélope y su hijo Telémaco. Circe los hizo inmortales y desposó a Telémaco, y Telégono se casó con Penélope.

Dionisio de Halicarnaso cita que Xenágoras el historiador afirmaba que Ulises y Circe tenían tres hijos: Romo, Antias y Árdeas, epónimos de las ciudades de Roma, Anzio y Ardea, respectivamente.

Se dice que Circe también purificó a los Argonautas por la muerte de Apsirto; puede ser una tradición arcaica.

En historias posteriores, Circe transformaba a Pico en un pájaro carpintero por rechazar su amor, y a Escila en una criatura monstruosa con seis cabezas serpentinas y su cintura rodeada de cabezas de perro cuando Glauco, otro objeto de los afectos de la diosa hechicera, declaraba su amor eterno a la primera.

Guarrazar & Su Tesoro

 Guarrazar & Su Tesoro 
  UN HALLAZGO CASUAL QUE SE CONVERTIRÍA
EN REFERENTE DEL ARTE Y LA CULTURA HISPANOVISIGODA.

¿Cómo se descubrió el tesoro?

 
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Simona Morales, hija de los descubridores del tesoro, en un retrato de entre 1860 y 1870.
 

Según las declaraciones que realizaron los descubridores, Francisco Morales y María Pérez, el hallazgo se produjo, de forma casual, el día 25 de agosto de 1858 cuando ambos transitaban por el camino de Toledo, a su paso por el paraje de la fuente de Guarrazar. Según sus declaraciones, vieron un objeto brillante a través del hueco de unas losas que habían quedado descubiertas por las lluvias torrenciales de una gran tormenta que hubo el día anterior.

El tesoro que descubrieon estaba compuesto por un conjunto de coronas votivas de oro, piedras preciosas, perlas, nacar, vidrio, etc., además de cruces, cálices y otros objetos también de oro y gemas que se encontraban ocultas en una arqueta de argamasa de 70 x 70 cm y más de 1 metro de profundidad. Pero ese tesoro no se encontraba solo, sino  que había otro lote, similar al anterior, que fue descubierto por un hortelano (Domingo de la Cruz) que tenía una huerta cercana a la fuente de Guarrazar y que había visto extraer el tesoro durante la noche al matrimonio Morales-Pérez.

Después de difundirse la noticia de la aparición del tesoro se produjo una intensa rebusca de piezas que hubieran podido quedar extraviadas. A juzgar por las entregas de piezas que se hicieron por parte de varios vecinos de  Guadamur, parece que algunas de esas rebuscas dieron sus frutos, aunque según las descripciones que hace J. Amador de los Ríos del lamentable estado en el que se encuentró el cementerio en el que apareció el tesoro, es evidente que fue a costa de una importante pérdida de patrimonio arqueológico.

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Descripción que hace J. Amador de los Ríos de cómo se encontró la necrópolis donde se
descubrió el tesoro, cuando llegó a documentar el lugar en abril de 1859
 

Destinos del Tesoro

 
 

Después de las diferentes ventas clandestinas a joyeros, el lote de piezas encontrado por F. Morales fue vendido al gobierno de Francia, a principios de 1859, y fue expuesto en el Museo Nacional de la Edad Media, de París, hasta que en 1941 se hizo un canje de obras entre las que se entragaron a España seis de las nueve coronas que  integraban el conjunto. Ahora se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid.

El segundo conjunto del tesoro lo mantuvo oculto la familia de Domingo de la Cruz durante más de dos años, durante los cuales llegaron a desmontar y vender más de tres cuartas partes de las piezas. Finalmente, en 1861, le entregaron a la reina Isabel II las pocas piezas que quedaban de ese lote, entre las que estaba una corona ofrecida por el rey Suintila, cuyo lamentable destino no había terminado, ya que fue robada en 1921 y nunca se volvió a saber de ella.

 
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Fotografía de finales del siglo XIX en la que aparece el lote del tesoro donado por Domingo de la Cruz a la reina Isabel II.
 
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Vitrina del Museo Nacional de la Edad Media en Cluny (Paris) que aún conserva parte del tesoro de Guarrazar.
 
 

Investigación del Tesoro

 
 

Aunque sólo se han conservado diez coronas, se ha calculado que se hallaron unas 23. La mayor parte de las desaparecidas eran del lote encontrado por Domingo de la Cruz, entre las que parece que había otra corona de características similares a las de Suintila y Recesvinto, por lo que se supone que podría haber sido de otro rey. Además de las coronas y sus respectivas cruces, en el conjunto del tesoro también había cálices, al menos una cruz procesional de oro repujado con gemas, perlas y nacar, así como otros objetos que se perdierón en las ventas a joyeros y no se ha llegado a saber cómo eran, aunque en sus declaraciones los descubridores también mencionaron un cincho, una paloma, etc. también fabicados en oro.

A pesar de la importancia que supuestamente se le ha dado siempre al tesoro, hasta 1995 no se inició su estudio mediante métodos científicos. En la investigación participó un importante equipo multidisciplinar de Bélgica, España y Francia, dirigidos y coordinados por el CSIC. Entre los interesantes resultados de esta investigación se han podido conocer aspectos relacionados con la composición de los metales y las técnicas de su elaboración, así como el origen de las gemas, que en el caso de los zafiros proceden de la antigua Ceylan (Sri Lanka) y las esmeraldas de minas de la zona del Tirol austriaco.

 
 
Conjunto de piezas del tesoro que se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, salvo la corona repujada con calado de triángulos que es del lote del Palacio Real de Madrid (fotos de A.Perea).
 
 

Un Tesoro Eclesiástico. ¿De Toledo o de Guarrazar?

 
 

Después de ciento cincuenta años de especulaciones sobre la procedencia del tesoro, cuya riqueza ha inducido a muchos historiadores a pronunciarse sobre su vinculación a alguna de las importantes basílicas de Toledo, las investigaciones arqueológicas que se llevan a cabo en la actualidad están permitiendo trabajar con la hipótesis de que todo el tesoro habría pertenecido a una rica e influyente basílica que se encontraba en este lugar, probablemente, denominada Santa María in Sorbaces (que es el nombre que aparece en la inscripción de la cruz de una corona donada por un tal Sonnica).

Las ricas coronas donadas por los reyes Suintila y Recesvinto, junto a una tercera de similares características, que hace pensar en su pertenencia a otro rey, plantean la posibilidad de que la iglesia y monasterio que existieran en este lugar hubieran tenido alguna vinculación con la realeza visigoda.

 
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Corona votiva donada por el rey Suintila.
 
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Corona votiva donada por el rey Recesvinto.
 
 

Simbología de las Coronas Votivas

 
 

La utilización de las coronas como elemento simbólico de los reyes y emperadores parece hacerse común a partir del imperio bizantino y, aunque no se conoce con exactud su significado, parece que la corona podría representar a la bóveda celeste, con el significado que tiene en el conjunto de la creación divina. Se trataría de asignar al ser humano (rey o emperador) una representatividad del poder divino, y de ello es muy significativa la imagen del emperador Justiniano, de San Vital de Rávena, ya que no sólo aparece coronado, sino que también se le representa con un halo de santidad.

Un mismo significado tendrían las coronas votivas, solo que en este caso lo que se corona es la cruz que representa a Jesucristo y, por tanto, al cristianismo. Parece que todas las coronas del tesoro de Guarrazar tenían una cruz que pendía en el centro.

El hecho de que la mayoría de las coronas votivas llevaran una inscripción con el nombre de quienes la donaban u ofrecían, deja claro el interés de que fuera pública dicha ofrenda, por lo que es probable las donaciones u ofrendas de dichas coronas se realizaran durante un acto religioso de cierta relevancia.

 
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Imagen del emperador Justiniano en el mosaico que representa la consagración de la iglesia de San Vital de Rávena, en el año 547.
 
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Imagen del evangelario de Reichenau (Suiza, siglo XI) en la que aparecen representadas una cruz y una corona suspendidas del techo de una iglesia.
 
 

Localización del lugar de descubrimiento del Tesoro

 
 

Por sorprendente que pueda parecer, desde que José Amador de los Ríos realizara sus excavaciones en el lugar del hallazgo del tesoro, oficialmente, nunca ha vuelto a interesarse nadie por él, a pesar de las muchas especulaciones que se han estado haciendo sobre el tesoro durante más de los ciento cincuenta años que han  transcurrido desde entonces. El abandono de las huertas de Guarrazar y de la práctica de la ganadería extensiva en esta zona hicieron que este lugar desapareciera bajo la maleza hasta que ha vuelto a ser recuperado, en 2014, dentro del actual proyecto de investigación arqueológica.

La limpieza realizada, junto con la descripción que publicó J. Amador de los Ríos y el croquis que se elaboró por mandato judicial en 1859, no dejan lugar a dudas de que el tesoro se halló a menos de 20 metros al este del manantial.

 
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Fotografía aérea, realizada en 2014, en donde se puede ver el antiguo prado municipal en el que se localizan la fuente, un camino antiguo y la huerta en donde estaría el cementerio en el que se decubrió el tesoro.
 
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Descripción del lugar en el que se encontró el tesoro, publicada por J. Amador de los
Ríos en 1861.
 
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Croquis del lugar del hallazgo del tesoro, elaborado por orden judicial en el año 1859.
 
 

El Último Hallazgo

 
 

El día 8 de octubre de 2014 se volvió a realizar un hallazgo de una pieza del famoso tesoro y, curiosamente, fue la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, quien lo hizo cuando intentaba terminar de sacar los restos de lodo de uno de los manantiales de la “Fuente de Guarrazar”.

Aparte del valor emocional que tuvo para la alcaldesa, este hallazgo ha venido a añadir un importante dato sobre el lugar en el que se descubrió el tesoro, ya que aquí debió ser donde lo lavaron Francisco Morales y su familia cuando lo extrajeron de su  escondrijo.

Al contrario de lo que sucedió en 1858, esta última pieza del tesoro ha sido depositada en el Museo de Santa Cruz, de Toledo, y se ha analizado en el Instituto Gemológico Español, donde han dictaminado que se trata de un zafiro cuyas características sitúan su origen en Sri Lanka (antigua Ceylán), al igual que los otros del tesoro.

 
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Fragmento del Texto de Luis Balmaseda "Los Avatares del Tesoro de Guarrazar" (2001) en el que se resumen los resultados de las declaraciones que realizó Francisco Morales en el Juzgado.
 
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Zafiro encontrado en 2014 por Sagrario Gutiérrez, Alcaldesa de Guadamur, en el manantial.
 
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Dictamen emitido por el Instituto Gemológico Español sobre el análisis realizado al zafiro encontrado en 2014.

Guarrazar (Toledo), un santuario que esconde secretos del reino visigodo



Redacción
05/08/2017 11:12

Carmen Alegre

Guadamur (Toledo), 5 ago (EFE).- El yacimiento de Guarrazar, en el municipio toledano de Guadamur, albergó un santuario que sigue escondiendo "secretos del reino visigodo" y que apenas se ha excavado 150 años después de aparecer el tesoro que el rey Recesvinto donó a la basílica y que se enterró por el avance árabe.

El arqueólogo del yacimiento, Juan Manuel Rojas, ha explicado a Efe durante una visita a Guarrazar que tenían la sospecha, ahora confirmada, de que el tesoro encontrado en 1858 pertenecía a un santuario que, al igual que otros de la antigüedad, recibía peregrinos.

De ahí el tamaño de la basílica que están descubriendo, que tiene columnas de mármol.

Lo que todavía se desconoce es cómo se originó el santuario, que tiene restos de época prerromana y romana aunque es en la etapa visigoda cuando adquiere "mayor importancia".

"Lo que es evidente es que aquí tenemos un yacimiento arqueológico impresionante", ha indicado Rojas, quien ha reflexionado sobre el porqué no se ha excavado en Guarrazar en 150 años: puede deberse a "la idiosincrasia de España", ha apuntado.

Tal vez si este yacimiento hubiera aparecido en un país al otro lado de Pirineos "lo tendrían hecho un vergel", ha comentado con una sonrisa.

"Un lugar simbólico, en apariencia muy humilde, pero que es fundamental para el yacimiento es el manantial, por el que sigue corriendo el agua ya que no se conoce ninguno igual en los alrededores de Toledo", ha señalado.

Rojas ha afirmado que para entender el yacimiento se necesita encajar todas las piezas, aunque lo verificado es que hay un monasterio y una basílica, que está en la parte más alta del cerro y es donde parece que, además, hubo una residencia de verano de los reyes visigodos.

"Los reyes vinieron aquí a entregar las coronas votivas como ofrenda y ese día sería una fiesta importante, porque asistiría toda la corte", ha indicado el arqueólogo.

Se ha hecho un estudio geomagnético en el que aparece, en el subsuelo, la planta de un edificio de más de 2.000 metros cuadrados, algo "también muy sobresaliente para ser de esa época", ha agregado.

Juan Manuel Rojas admite que del descubrimiento del tesoro se ha hecho "mucha literatura" y comenta que en siglo y medio se ha hablado "sólo del tesoro".

Incluso hubo quien dijo que aquellas coronas eran las verdaderas utilizadas por los reyes visigodos, ante lo cual el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizó un estudio -a finales del siglo XX- y ratificó que las coronas que aparecieron en 1858 las mandó hacer Recesvinto para el santuario, como coronas votivas.

Con la invasión árabe y el riesgo al expolio, los visigodos pensaron enterrar las coronas. Y esto es relevante conocerlo porque se deduce que los visigodos creían que se iban a reorganizar y que echarían a los invasores, aunque la historia ha demostrado que "ya no volvieron, los pobres", ha contado de manera simpática el arqueólogo.

Una pregunta que se hacen historiadores, arqueólogos, gente de la calle y el propio Rojas es por qué se sabe tan poco del reino visigodo cuando en realidad es el momento en que arranca la configuración de España y una relación Iglesia-Estado de la que "hoy se habla mucho", ha explicado.

Para conocer la historia del tesoro de Guarrazar, Rojas aconseja leer el libro que acaba de publicar Pedro Antonio Alonso ('El tesoro escondido') que, aunque novelado, se basa en los hechos históricos.

Alonso, historiador de Guadamur, narra cómo se desmembraban las coronas y se vendían a los plateros de Toledo, hasta que un joyero llamado 'el diamantista', que conocía su valor histórico, las vendió a Francia.

En España quedaron tres coronas, que en 1921 se donaron a la reina Isabel II y que fueron robadas de una exposición en la Real Armería, entre ellas la famosa del rey Suintila cuya cruz es precisamente el emblema del yacimiento de Guarrazar.

"Afortunadamente" las que se vendieron a Francia sí se han conservado, ha dicho el director de la excavación, que defiende que el patrimonio arqueológico debe revertir en la sociedad y debe ser algo "vivo".

El yacimiento arqueológico de Guarrazar fue declarado Bien de Interés Cultural el año pasado. Y precisamente hoy, 5 de agosto, y el próximo sábado, día 12, acogerá las 'Noches de Guarrazar', una forma de disfrutar de una velada nocturna por el yacimiento junto al director de la excavación.
 

Catal Huyuk

Catal Huyuk

Catal Huyuk

El ascenso y la caída de un pueblo neolítico

Tomemos un viaje de regreso de 9,000 años a 7,400 aC cuando las personas se establecieron en Çatalhöyük. En este período, el sitio estaba situado en un humedal donde el clima era húmedo y lluvioso. Se disponía de una amplia gama de recursos, incluidos peces, aves acuáticas y sus huevos. En el suelo más seco había campos agrícolas, y se podían encontrar manadas de animales salvajes vagando por la llanura.

Reconstrucción del asentamiento en su paisaje más amplio. Ilustrado por John Swogger.

Una fotografía que muestra la plataforma de una casa en Çatalhöyük con instalaciones de cuernos de toro y huellas de manos en la pared.

Esta era una sociedad en continua transformación. A 6,500 aC podemos ver cambios radicales en el comportamiento. Se desarrollaron ollas de cocina más eficientes, que a su vez crearon tiempo para otras actividades. Se introdujo el ganado doméstico y la leche y hubo un aumento en la densidad de viviendas y población. Los entierros y el comportamiento ritual también se hicieron más elaborados. Es en este momento que comenzamos a ver el surgimiento de muchos de los elementos decorativos por los que es famoso Çatalhöyük, como el arte figurativo. En su apogeo 3500-8000 personas vivieron, trabajaron y murieron aquí.

En el último período de ocupación en Çatalhöyük, los habitantes de East Mound comenzaron a dispersarse en los muchos otros sitios que crecieron en la llanura de Konya. Uno de estos fue el montículo del oeste. Curiosamente a lo largo de los milenios, las comunidades circundantes continuaron utilizando el East Mound para el entierro y otras actividades. Claramente, este sigue siendo un lugar especial en el paisaje.

 

 

Arquitectura
 
Uno de los atributos más definitorios de Ҫatalhöyük fue la construcción y reconstrucción gradual y continua de sus viviendas por parte de sus habitantes. Estas casas eran muy importantes para todos los aspectos de sus vidas: materiales, sociales y rituales. Las casas eran aproximadamente rectangulares y estaban construidas muy juntas, sin calles intermedias. En cambio, las personas se movían en los techos y accedían a sus hogares por una escalera de madera a través de una abertura en el techo.
 
Reconstrucción de Ҫatalhöyük que muestra la importancia de los espacios del techo. Ilustración de John Swogger.
 
Todas las casas que se encuentran en Ҫatalhöyük son diferentes en forma y tamaño, pero la mayoría sigue un diseño general. Cada habitación central tenía un horno debajo de las escaleras donde las personas realizaban tareas domésticas como cocinar. Las plataformas elevadas dentro de las habitaciones se usaban para dormir y otras actividades domésticas. Bajo estas plataformas los habitantes enterraron a sus muertos. Se accedió a las habitaciones laterales desde la sala central, proporcionando áreas de almacenamiento esenciales.
 
Una reconstrucción que muestra el uso del espacio y el diseño de una casa típica. Ilustración de Kathryn Killackey.
Modelo 3D de la entrada a una casa, que muestra la posición del horno debajo de la escalera. Modelo creado por Grant Cox.
 
Como hacemos hoy, la gente decoraba sus casas. En Ҫatalhöyük, vemos paredes y pisos enlucidos en blanco, en los que se hicieron pinturas elaboradas que representan escenas de caza y patrones geométricos. Los muros fueron construidos con ladrillos de barro. La evidencia sugiere que la mezcla de arcilla húmeda se colocó directamente en la pared entre tablas de madera o se construyó con mortero y ladrillos secados al sol. Esta tradición parece haber continuado a lo largo del tiempo hasta nuestros días, ya que ahora vemos métodos de construcción similares en la región local. Gruesos postes de madera se erigieron en la sala central y se pueden haber utilizado para fortalecer la estructura, así como para crear divisiones internas del espacio.
 
La gente cuidaba mucho de sus casas y la planificación meticulosa era una parte importante del proceso de construcción. Sabemos que las casas se llenaron continuamente, a menudo se quemaron y se reconstruyeron a lo largo de la ocupación del sitio, y finalmente se creó el montículo que podemos ver hoy en el sitio.

 

 

La vida en Çatalhöyük
 
La vida cotidiana tuvo lugar tanto en el asentamiento de Çatalhöyük como lejos de ella, en el paisaje circundante. Hombres y mujeres llevaban vidas muy similares, con análisis de esqueletos humanos que mostraban dietas generalmente idénticas. La mortalidad infantil fue alta, al igual que los riesgos para las mujeres durante el parto. Sin embargo, en general, las personas vivían de forma saludable y activa. Comían una dieta variada que contenía productos de origen animal, como pescado y carne, y plantas como la cebada y el trigo. Sorprendentemente, tras su muerte, las personas fueron enterradas bajo los pisos de las casas. Los cuerpos a menudo estaban fuertemente sujetos en una posición flexionada y colocados en una tumba simple con pocos o ningún artefacto.
 
Un surtido de los artefactos encontrados en Çatalhöyük incluyendo obsidiana, herramientas para huesos y figurillas de arcilla.
 
Las personas elaboraron herramientas de obsidiana y hueso, así como también materiales cerámicos. La obsidiana y el hueso no solo se usaban para la subsistencia, sino también para crear objetos interesantes, como figurillas de arcilla y cuentas. Muchas de las herramientas en sí también estaban bellamente decoradas. La obsidiana se originó en Capadocia y el este de Turquía, y algunos comerciantes incluso viajaron hasta el Mar Rojo para obtener canastas y conchas. Eran un pueblo que valoraba el arte y la estética.
 
 
 
Sorprendentemente, para un asentamiento tan importante, los alimentos, las herramientas y otros recursos fueron compartidos por igual y utilizados por todos. Las actividades rituales en Çatalhöyük giraban en torno a la caza, la muerte y los animales. Se necesitaban toros salvajes para las fiestas, y probablemente había tabúes o significados especiales para los leopardos y los osos. Hoy en día, muchas personas creen que una diosa madre fue adorada en Çatalhöyük basándose en el descubrimiento de numerosas figuras femeninas. Sin embargo, las reinterpretaciones recientes de los datos han sugerido que las figurillas masculinas y animales eran tan comunes como sus contrapartes femeninas, si no más. La igualdad en todos los sentidos parece haber sido de primordial importancia para la gente de Çatalhöyük.
 
Una reconstrucción de las actividades que ocurrieron dentro de una casa típica en Çatalhöyük. Ilustrado por Kathryn Killackey.

 

El montículo del oeste
 
Excavación de una trinchera en el montículo del oeste. Foto de Jason Quinlan.
 
La ocupación del montículo oeste de Ҫatalhöyük comenzó más tarde que su contraparte oriental y continuó mucho después de la deserción del montículo este. El área entre los montículos está hoy ocupada por campos, pero los arqueólogos creen que alguna vez fue la ubicación del río Çarşamba. El montículo se asocia comúnmente con el calcolítico temprano, el período en el que empezamos a ver cerámicas pintadas. Las fechas disponibles sugieren que el montículo estuvo ocupado entre 5,900-5,600 BCE. El hatalhöyük es especial en el sentido de que abarca desde el neolítico tardío hasta la transición calcolítica temprana.
 
Las razones para el establecimiento del asentamiento en West Mound no están claras. Una hipótesis sugiere que el río Çarşamba cambió su curso causando que las personas se movieran para vivir más cerca o más lejos del agua. Parece haber sido una transformación gradual con diferencias culturales que emergen lentamente entre los Montones del Este y del Oeste. Estas diferencias son más evidentes en los edificios, ya que no encontramos evidencia de entierros bajo casas, pinturas murales o el relleno de casas abandonadas.
 
Ejemplo de una olla pintada encontrada en el montículo del oeste. Foto de Ingmar Franz.
 
La cerámica también cambió con la aparición de macetas bellamente decoradas. Esto puede deberse a una nueva preocupación por entretener a los invitados con impresionantes recipientes pintados para servir. Aunque vemos evidencia de tal cambio en la práctica de servir, la dieta se mantuvo muy similar. Solo el ganado parece haber sido consumido menos y ya no se usaba para bucrania u otras instalaciones óseas. Esto marca aún más diferencias culturales entre los dos montículos.
 
Las razones por las que surgieron estas diferencias y por qué las personas eligieron ocupar West Mound en primer lugar, permanecen abiertas a la interpretación. Las investigaciones en este sitio fascinante están programadas para continuar en el futuro.
 
Vista del montículo oeste con el montículo en descomposición al fondo. (Cortesía de Çatalhöyük Research Project)

Urraca I de León.

Urraca I de León.

Urraca I de León.

Urraca I de León (León, 24 de junio de 1081-Saldaña, 8 de marzo de 1126) Reina de León y de Castilla entre  los años 1109 y 1126. Hija y heredera de Alfonso VI y de la Reina Constanza de Borgoña, le sucedió su hijo Alfonso VII.

Hija y heredera de Alfonso VI y de la Reina Constanza de Borgoña, por parte paterna era nieta de Fernando I, Rey de León y Conde de Castilla, y su mujer Sancha de León, hija del Rey Alfonso V. Era nieta por parte materna del duque Roberto I de Borgoña, hijo del Rey Roberto II de Francia, segundo monarca francés de los Capetos, y su esposa Hélie de Samur.

Primera de las hijas del Rey Alfonso VI de León y de su segunda esposa Constanza de Borgoña, al nacer su medio hermano Sancho, en el año 1093, fue apartada de la línea de sucesión al trono de su padre.

En 1095, Urraca se casa con el noble francés Raimundo de Borgoña, llegado a León tras la Batalla de Sagrajas, tras el llamamiento que Alfonso VI realizó a toda la cristiandad europea con intención de organizar la cruzada contra los almorávides que arrasaban sus reinos.

En 1095, tras el matrimonio de Teresa de León, otra de las hijas de Alfonso VI, con el noble Enrique de Borgoña, el soberano dividió Galicia en dos: el Reino de Galicia fue cedido a Urraca y Raimundo, y a Teresa como dote, le fue dado el condado Portucalense, que comprendía tierras entre los ríos Duero y Miño, que se convertiría tiempo después  en el reino independiente de Portugal.

En el año 1108, fallecía su hermano Sancho en la batalla de Uclés. La muerte del único heredero varón de Alfonso VI,  convierte a Urraca, viuda desde un año antes, en la mejor candidata para suceder a su padre, el cual, reúne en Toledo a nobles del reino y les comunica que ella es la elegida para sucederle, algo insólito en ese momento.

Los nobles aceptaron la designación real pero exigieron a Urraca que contrajera un nuevo matrimonio. Surgen varios candidatos inmediatamente para desposar a la heredera al trono, entre ellos el conde Pedro Gonzáles de Lara y el conde Gómez González. El Rey Alfonso VI, para evitar que las rencillas y rivalidades existentes entre los nobles castellanos y leoneses se incrementaran, decide casar a su hija Urraca con el Rey de Aragón, Alfonso el Batallador. El matrimonio se celebró en 1109 en el castillo de Monzón de Campos, siendo Pedro Ansúrez, alcaide del castillo, padrino del enlace, sin que quede del todo claro si fue antes o después de la muerte del rey Alfonso VI.

Pero este matrimonio entre  la Reina Urraca y Alfonso, provocó la oposición de distintas facciones políticas, cada una de ellas con unas motivaciones muy distintas. Una de ellas, fue la facción formada por el clero francés. El primer marido de Urraca, de origen borgoñes, había conseguido un reforzarlo y temían perder sus privilegios.

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La segunda facción provenía de Galicia, y el rechazo a la unión de Urraca y Alfonso estaba motivado por la pérdida de los derechos al trono leonés del hijo de Urraca, Alfonso Raimúndez. Uno de los primeros actos de los monarcas, fue la firma de un pacto por el cual los cónyuges se entregaban recíprocamente, potestad soberana en el reino del otro, declarando heredero de ambos, al primer hijo que pudieran engendrar, y si de esta unión no hacía heredero alguno, cada esposo sucedería al otro en caso de muerte de alguno de ellos. Esta facción estuvo dividida en dos tendencias desde un primer instante. Una de ellas, fue encabezada porDiego Gelmírez, obispo de Santiago de Compostela, que defendía la posición de heredero del príncipe Alfonso; la otra, fue encabezada por el conde de Traba, Pedro Fróilaz, que era además tutor del príncipe, quien se decantó por la independencia de Galicia, dandole el trono a Alfonso.

Un tercer grupo de oposición lo lideraba el conde Gómez González, proveniente de la misma corte y que venía motivado por el temor a la pérdida de poder, que se vio pronto confirmada cuando Alfonso I el Batallador, nombró a nobles aragoneses y navarros para los cargos públicos más importantes, como alcaides de castillos y los enclaves más importantes castellanos y leoneses.

El conde de traba será quien inicie, desde Galicia, el primero de los movimientos de agresión contra los Reyes, al reclamar los derechos hereditarios del príncipe Alfonso. En represalia a la rebelión, Alfonso el Batallador se dirigió con su ejercito hacia Galicia, restableciendo el orden en el condado rebelde en 111o, tras vencr a las tropas gallegas en el castillo de Monterroso.

Este fue uno de los primeros conflictos políticos y bélicos contra el poder real, que incluso fueron alentado desde el propio matrimonio, ya que los caracteres opuestos de Urraca y Alfonso, y una antipatía mutua que se profesaba, sumirán a los Reinos Hispánicos en una continua guerra civil.

En la propia corte se diferenciaron dos tendencias. La primera de ellas apoyaba al Rey Alfonso, y estaba integrada por las grandes ciudades que bordeaban el Camino de Santiago, que estaban deseando deshacerse de los señoríos eclesiásticos, y por la baja nobleza. La otra, apoyaba a Urraca, y estaba formada por la alta nobleza y el clero, que trabajaron de una forma muy activa para lograr la anulación eclesiástica del matrimonio de los soberanos, con el argumento ante el Papa Pascual II, que este era incestuoso debido a la consanguinidad de ambos, que que eran biznietos de Sancho Garcés III de Pamplona. El Santo Padre amenazó con al excomunión de los Reyes si éstos no anulaban el matrimonio. La Reina podría haber argumentado que:

“Aunque el matrimonio se efectuó muerto el rey, su padre, con voluntad y orden los grandes de su reino, fue contra la suya y que recibió muchos denuestos y se le hicieron malos tratamientos por el rey de Aragón y que usaba gran tiranía y echó a los obispos de Burgos y León de sus iglesias, y prendió al de Palencia, y desterró al obispo de Toledo por dos años de su diócesis siendo legado de la sede apostólica, y que sacó del Monasterio de Sahagún al abad y puso en él a don Ramiro, su hermano. Era la pasión tan terrible, que la reina afirmaba que con gran furor y odio procuraba la muerte del infante, creyendo suceder en el reino. Y con esto iban incitando y conmoviendo contra él los pueblos”

La Reina Urraca se aleja de Alfonso, refugiándose en el monasterio de Sahagún. El Rey Alfonso I recibe la noticia de que el arzobispo de Toledo esta intentando obtener la nulidad matrimonial, lo que junto a los rumores de una relación amorosa de la Reina con el conde Gómez González, hace que decida la encarcelación de Urraca en la fortaleza de El Castellar y lleve su ejército contra todas aquellas plazas castellanas que se habían posicionado al lado de la Reina. Tomó Palencia, Burgos, Osma, Toledo, donde depuso a su arzobispo, Orense y Sahagún.

urraca3Los dos condes que fueran los primeros candidatos a casar con la Reina, Gómez González y Pedro González de Lara, logran liberar a la reina, que busca refugio en la fortaleza de Candespina, ubicada en Fresno de Cantespino, Segovia.

El Rey, decidió entonces  entonces plantarles cara en la batalla de Campo de la Espina el 26 de octubre de 1110, en la cual sale victorioso gracias al apoyo militar que recibió de del cuñado y hermanastra de Urraca, los condes de Portugal, Teresa y Enrique.

Al entrar Alfonso en Toledo, la Reina Urraca se reconcilió con su marido, ya que Teresa y Enrique pretendía la cesión de la Ciudad. La animadversión que se tenían ambas hermanastras, hizo que Urraca tomara esa decisión, obligando a los condes de Portugal volver a sus dominios.

Esta reconciliación vuelve a romperse cuando Urraca se entrevista con la nobleza de Galicia y acepta que su hijo Alfonso sea proclamado Rey de los Gallegos. La Coronación se llevó a cabo el 17 de septiembre de 1111 en Santiago de Compostela y provocó las iras de Alfonso I el Batallador y un nuevo enfrentamiento entre los soberanos a los largo del año 1112, entre ellos los que tuvieron en las ciudades de Carrión de los Condes y Astorga, que terminó con una nueva tregua que se rompería al año siguiente en Burgos, cuando la Reina, con el apoyo de las tropas del obispo de Santiago de Compostela, sitió la ciudad. Alfonso decide abandonar sus aspiraciones territoriales sobre los reinos de su esposa, y utilizando los mismos argumentos que querían declarar nulo su matrimonio, repudia a Urraca, que se hizo efectivo en un concilio que se celebró en Palencia en 1114.

Pero esta retirada no supondrá la desaparición de conflictos, ya que éstos se inician nuevamente en Galicia. El conde de Traba, Pedro Fróilaz y el obispo de Santiago de Compostela, en 1115, intentaron declarar como Rey independiente de Galicia al hijo de la reina, Alfonso. Urraca, decide apartar a su hijo de la influencia de su tutor, para lo cual dirige el ejercito a Santiago y cerca la Ciudad. Gelmírez, el obispo, y el conde de Traba, pactan con la Reina y mientras se entrevistan con ella, la población se amotina y en la revuelta, Urraca fue rodeada, golpeada y en un barrizal fue desnudada, vejada y humillada. Tras poder huir, la reina sitió la ciudad hasta su rendición sometiéndola a una fuerte represión.

Urraca, en 1117, fue cercada en el Castillo de Sobroso por los partidarios de su hijo y su hermana, que se unión a la revuelta, pero consiguió escapar y volver a Santiago de Compostela. Con el tiempo, Urraca consolidó la relación con los partidarios de su hijo con el Pacto del Tambre, que reconocía la legitimidad de Alfonso para sucederla en el trono. Pero la paz solo se prolongó hasta 112o, cuando de nuevo se enfrentó al conde de trabajo, con el que pacto en 1121 por la invasión que desde el condado de Portugal encabezó su hermanastra Teresa de León, y que repelió cruzando el río Miño venciéndola en Lanhoso, consiguiendo que esta la reconociese como soberana.

No cesó la guerra divil hasta su muerte en el año 1126, en el castillo de Saldaña. Ese año, su hijo Alfonso, llegó desde Galicia para ser coronado Rey de León, como Alfonso VII de León, siendo más tarde llamado el Emperador.

Fruto del primer matrimonio de la reina nacieron los siguientes hijos:

* Alfonso VII de León (1105–1157). Sucedió a su madre en los tronos de León y de Castilla.
* Sancha Raimúndez (1102–1159).

De su segundo matrimonio no tuvo descendencia.

De su relación con el conde Pedro González de Lara nacieron al menos dos hijos:

* Elvira Pérez de Lara (c.1110–1174), quien casó por primera vez con el conde García Pérez de Traba, señor de Trastámara, hijo del conde Pedro Froilaz. Posteriormente contrajo un nuevo matrimonio con el conde Bertrán de Risnel, señor de Carrión.
* Fernando Pérez Hurtado (c.1114–1156), quien vivió después en Portugal

Los restos mortales de la Reina fueron conducidos a la ciudad de León, donde recibió sepultura en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, recuperando la tradición de los Reyes de León de sepultarse allí, tradición que había sido rota por su padre, Alfonso VI de León, quien recibió sepultura junto a la mayoría de sus esposas, entre ellas Constanza de Borgoña, madre de la reina Urraca, en el Monasterio de San Benito de Sahagún. En su sepulcro fue colocado el siguiente epitafio latino:

H. R. DOMNA URRACA REGINA, MATER IMPERATORIS ALFONSI, HOC URRACA JACET PULCRO REGINA SEPULCHRO. REGIS ADEFONSI FILIA QUIPPE BONI. UNDECIES CENTUM DECIES SEX QUATUOR ANNOS MARTIS MENSE ORAVI, CUM MORITUR NUMERA.