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Un medico novato

Un medico novato

Pablo Uriel, un médico novato

Tengo que confesar que conocer a los autores de determinadas obras con las que he disfrutado es algo que me da un poco de miedo. No han sido pocas las veces que tras devorar un libro o un cómic he conocido al creador y me ha parecido un auténtico imbécil, tanto que no he vuelto a coger nada hecho por sus manos. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que sucede justamente todo lo contrario. Evidentemente esta entrada va dedicada a una de esas experiencias positivas.

La pasada semana acudí a la presentación del tercer y último cómic de Sento Llobell dedicado a Pablo Uriel, un “médico novato”. La trilogía formada por “Un médico novato”, “Atrapado en Belchite” y “Vencedor vencido” narra la historia real de un joven médico, a quien el golpe de estado de 1936 le pilla recién salido de la Facultad de Medicina de Zaragoza. Se estrena en la medicina en el campo más cruel posible: la Guerra.

Un médico novato

A lo largo de tres volúmenes, se descubre el destino del doctor Uriel, quien visitará diferentes cárceles, escapará de la muerte en algunas ocasiones, hará amigos en ambos bandos y curará cientos de heridos. Los escenarios que pasarán ante nuestros ojos no serán ajenos a muchos de los lectores (sobre todo a los aragoneses) puesto que el botiquín del doctor visitará Zaragoza, Belchite, Valencia…

No quiero desvelar demasiado de la historia, es mejor que el lector la descubra por sí mismo. No obstante, sí que me apetece, y mucho, compartir lo que explicaron Sento Lobell y su esposa Elena Uriel en la presentación a la que acudí como público.

Elena es la hija de Pablo Uriel. Una hija con suerte, no sólo por contar con un padre “tan especial”, como ella mismo llegó a decir en la presentación, sino porque Pablo y sus hermanas habían guardado todas las cartas, documentación, fotos, citaciones, fichas de la cárcel… del periodo de la Guerra Civil. Un auténtico tesoro, un caramelo para cualquier historiador. Con paciencia y mucho cariño, Elena Uriel ha ordenado el material y lo ha clasificado por fechas, preparando una buena base para poder desarrollar la historia.

Tras este trabajo y con el lápiz de Sento comenzó a fraguarse el cómic del doctor Uriel. Se lanzaron al proyecto después de que se publicaran en 2005 las memorias del médico, reunidas bajo el título de “No se fusila en domingo”.

A todo el trabajo de documentación a través de los papeles que había guardado la familia, hay que sumarle el esfuerzo de Sento y Elena. El matrimonio ha visitado los lugares de los que habla el médico en sus escritos y compartido recuerdos con los vecinos, ha dialogado con historiadores, ha asistido a congresos, ha leído obras referentes respecto al tema… Se ha empapado de las vivencias del doctor Uriel.

El primero de los tres tomos lo publicó Ediciones Sins Entido, ya que el proyecto fue el ganador del concurso de cómics de la Fnac. A los pocos meses la editorial quebró y los derechos pasaron a la editorial Salamandra Graphics, quien tenía unos planes a largo plazo para la obra. Sin embargo, ésta tenía que salir, no se podía esperar tanto tiempo. Así que tanto el volumen 2 como el 3 son autoeditados, haciendo posible así que los lectores sólo hayamos tenido que esperar un año entre tomo y tomo.

Un proyecto al que se le ha puesto tanta dedicación e ilusión, no puede sino ser algo excepcional. Y a mí, a mis ojos de historiadora (un poco oxidada), me lo ha parecido. Además de la propia narración en viñetas, cada uno de los tebeos viene con un importante apartado llamado “álbum de recuerdos” donde se recopilan varios documentos e imágenes que dotan incluso de más valor a la obra.

¿Os han entrado ganas de leerlos? ¡Corred a vuestras librerías especializadas!

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