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Partido 15 Grupo D

Partido 15 Grupo D

 

UCRANIA 0 - 2 FRANCIA

Ucrania: Pyatov, Husyev, Khacheridi, Mykhalyk, Selin, Yarmolenko (Aliyev, min 68), Konoplyanka, Tymoshchuk, Nazarenko (Milevskiy, min. 59), Voronin (Devic, min. 45) y Shevchenko. No utilizados: Koval, Goryainov; Rakitskiy, Shevchuk, Butko, Kucher, Rotan, Garmash y Seleznyov.

Francia: Lloris, Debuchy, Rami, Mexes, Clichy, Cabaye (M’Vila, min. 67), Diarra, Ribery, Nasri, Menez (Martin, min. 72) y Benzema (Giroud, min. 76). No utilizados: Mandanda, Carrasso; Evra, Reveillere, Koscielny, Matuidi, Valbuena, Malouda y Ben Arfa.

Goles: 0-1, min. 53, Ménez. 0-2, min. 55, Cabaye.

Árbitro: Bjrn Kuipers. Amonestó a Ménez, Debuchy y Mexes, Selin y Tymoschuk.

Donbass Arena de Donetsk, unos 50.000 espectadores.

Benzema activa a Francia

Tras un primer tiempo sin chispa, los ‘bleus’ despertaron en el área para derrotar a una impotente Ucrania

Congelada por el diluvio que obligó a suspender el partido durante una hora, todo un tiempo le costó despegar a la prometida Francia, de la que se intuía un equipo fresco, chisposo y renovado que solo apareció tras el descanso, cuando Benzema puso en fila a los suyos. Antes y después, al equipo de Laurent Blanc le faltó un punto de combustión, como si se dejara llevar en muchas fases del juego a la espera de que Nasri, Ribéry o Benzema tocaran la tecla adecuada. Lo hizo el madridista, inédito como rematador pero estupendo como diez, como ilustrado para el último pase. Otro nueve de mentiras, pero capaz como pocos de alejarse del área para citar en su ausencia a los que irrumpen en la periferia del gol. Lo hizo Menez y luego Cabaye, un volante y un pivote. A los dos les dio carrete Benzema, para respiro de Francia y condena de Ucrania, que llegaba aupada por su triunfal debú ante Suecia. Pero Shevchenko ya no puede resucitar cada día.

El fútbol ucranio aún está sostenido por pretorianos como Schevchenko y Voronin, que tienen el depósito justo. A su alrededor no hay más que lo propio del orgullo del anfitrión. Es un fútbol que perdura sometido a la nomenclatura del Dinamo de Kiev, un clásico europeo, como aspira a serlo en estos tiempos a golpe de talonario el Shakhtar Donetsk, pero no le alcanza con el andamiaje. La escuela de Kiev siempre fue una de las grandes vetas de la extinta URSS, donde mitos como Blockhin, el actual seleccionador, mezclaban de maravilla con los que entonces eran sus compatriotas de los equipos de Moscú. No han sido pocas las grandes generaciones que han brotado en Kiev, en los cuarteles de Valery Lobanovsky, como aquella de los 80 que lideraban Rats, Belanov, Zavarov, Demianenko y tantos otros. Ahora, en Ucrania, con una liga doméstica poco competitiva y el único caladero del Dinamo, depende casi por completo de las semillas de este histórico club.

Contrariado por el bajo perfil del equipo ante Inglaterra, Blanc retocó la alineación, con Clichy por Evra en el lateral izquierdo, y Menez, extremo del PSG en detrimento de Malouda. De entrada, la misma Francia del estreno, plana, con poca emotividad salvo cuando Ribéry aceleraba por su costado izquierdo o el lateral Debuchy, futbolista muy interesante, de largo recorrido y competente con la pelota, por el contrario. Como ya hiciera ante los ingleses, es una selección que deforesta el área del adversario, toca, y a veces muy bien, por fuera, en el balcón del área, pero no tiene quien toque la corneta en la zona final. Solo Menez, tras error de toda la zaga local, y Mexes, el central, tras una falta lanzada por Nasri pusieron en aprietos a Pyatov. En el otro bando, aún son tiempos de Schevchenko, que a unos meses de los 36 años fue el único capaz de atemorizar a Lloris. El primer acto concluyó como empezó, frío, entumecidos todos por la lluvia.

A Francia le hará falta algo más de pulso en las grandes batallas

No se retrasó Francia tras el descanso. Benzema encontró referencias por delante y en apenas tres minutos, advirtió con éxito las llegadas de Menez y Cabaye. Los dos resolvieron con calidad las asistencias del delantero del Real Madrid. Un varapalo para Ucrania, que se quedó a ciegas, desfondada, con todas las costuras al aire. Francia de nuevo abanicó el partido y Blanc tiró del banquillo para negociar el resultado hasta el final. Ya no hubo combate, contemplativos los galos y con fogueo los locales. A la espera de su evolución en el torneo, a Francia le hará falta algo más de pulso en las grandes batallas que se le avecinan. Ucrania, por su parte, aún puede soñar.

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