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25ª JORNADA S.D.HUESCA 0 TENERIFE 0

 

 

 

 

 

 

Huesca

0

 

 

0

Tenerife

 

  1

Edu

  4

Paco Borrego

  20

Corona

  3

L. Helguera

  5

Chechu Dorado

  11

Jonan García

  12

José

  16

Edu Roldán

  22

Sastre

  9

Roberto

  17

Rubén

 

 

  13

Aragoneses

  2

Marc B.

  6

P. Sicilia

  19

Luna

  5

M. Martínez

  8

Ricardo L.

  14

Kome

  17

Juanlu Hens

  21

Alfaro

  7

Nino

  20

Richi

 

 

CAMBIOS

 

46’

Roberto por Jokin

61’

José por Nico Medina

77’

Jonan García por Rodri

 

 

65’

Juanlu Hens por Angel

81’

Alfaro por Iriome

89’

Kome por Oscar Pérez

 

 

ENTRENADORES

 

Antonio Calderón

 

 

José Luis Oltra

 

 

TARJETAS

 

25’ 

Paco Borrego Tarj. A

 

 

54’ 

Juanlu Hens Tarj. A

61’ 

Ricardo L. Tarj. A

87’ 

P. Sicilia Tarj. A

89’ 

Luna Tarj. A

 

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

 

2ª División

Estadio: El Alcoraz

21/02/2009 18:30

Arbitro: Bernabé García

Cuarto Arbitro: Marín Alvarez

Jueces de Línea:Gallego García, J. , Gallego García, A.

 

 

 

 

 

 

Heroica resistencia (0-0)

 

El Huesca aguantó el chaparrón ante un gran Tenerife y rescató un meritorio punto que supone otro pasito en su carrera hacia la permanencia. Al final incluso pudo ganar

El Huesca nos estaba acostumbrando al caviar en finas tostadas y al vino de más de dos ceros. Pero ayer, con el Tenerife como invitado a la mesa, lo más sensato era reconocer el excelente paladar de los canarios y hacer todo lo posible por evitar que salieran empachados. No vimos al mejor Huesca en El Alcoraz, pero eso tiene disculpa si enfrente hay un equipazo con trazas de Primera lo mires por donde lo mires. Por eso el punto vale un potosí.

El equipo de Calderón apareció con la valentía anunciada entre semana, con su ejército de pequeñines y jugones, con el descaro intimidatorio con el que siempre quiere hacer las cosas ante un público que lo lleva en palmitas.

Y durante diez o quince minutos, parecía que el Tenerife también se iba a impregnar del síndrome Alcoraz, ese que acongoja a los rivales, que les hace menguar mientras el Huesca se eleva.

En ese ratito en el que la cosa todavía andaba de tú a tú, el único peligro azulgrana lo encarnó Roberto en una cabalgada plena de potencia a la que le faltó el control para que el balón no se le escapara justo antes de poder desenfundar o servir a Rubén, que entraba por el otro lado.

Ese sustín y un penalti que reclamó Helguera fueron los únicos arañazos. El cántabro es muy perrete (en el buen sentido de la palabra) y por las explicaciones que dio después del partido, habrá que pensar que no fue pena máxima.

A partir de ese momento empezó el concierto canario, cimentado en la clase extraordinaria de un fino estilista como es Ricardo y en ese corazón racial que le pone Kome a su fútbol, soberbia mezcla de empuje y sabiduría.

Los tinerfeños tuvieron sus mejores opciones de cabeza. Alfaro y Richi remataron dos acciones de las que ocho de cada diez terminan en gol. Eduardo se encargó de justificar las excepciones con dos palomitas de las de verdad, de las que no hay fotógrafo que pille.

En el descanso, Antonio Calderón dejó al goleador Roberto García en el banquillo y metió a Jokin Esparza. Sacrificó opciones de remate en pos de recuperar protagonismo en el medio campo. Quiso frenar el recital tinerfeño, devolver prestancia al Huesca y enfocar sus posibilidades de gol hacia alguna conexión de los pequeños, con Rubén Castro más adelantado como único punta.

Esa remodelación niveló la pelea por el control del juego, aunque el ataque quedaba algo desnudo. La irrupción de Esparza dejó buenas sensaciones: el chico es veloz y vertical, conduce hacia su par con provocación y no tiene mala rosca a la hora de centrar.

Mediada la segunda parte, el Tenerife volvió a hacer diez minutos diabólicos, en los que encontraba agujeros donde parecía no haberlos. Nino, que nunca se mueve por capricho, envió un cabezazo al poste contrario. Después se coló hasta la cocina con caño incluido, pero su tiro se quedó blando y Ángel, en inmejorable situación, no lo metió dentro.

Daba la impresión de que resistiendo ese huracán, el Huesca podría rescatar un punto e incluso soñar con el milagro. Porque llega un momento en que el que falla varias veces baja los brazos y se medio deprime. Además está cansado y corre el riesgo de recibir una estocada del rival. Con justicia o sin ella, no será la primera vez que esto ocurre en el fútbol.

Los oscenses se fueron a los vestuarios con el orgullo de haber resistido inmaculado ante uno de los grandes de la categoría.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 S.D. HUESCA 0-0 TENERIFE 

 

 

 

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