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3º libro 2009 (25-2-2009)

3º libro 2009 (25-2-2009)

 

 

LA MAREA DEL DESPERTAR

HUMOR ONÍRICO
La marea del despertar es la segunda novela de Roberto Malo (Zaragoza, 1970); la primera fue Maldita novela (2007). Además, ha publicado el libro de relatos Malos sueños (2006) y podemos encontrar más de cincuenta relatos suyos en diversas revistas –así, Malo colaboró en el número 14 de Fábula con el relato “Por ella”-, periódicos y antologías.
Junto al mundo real –el de hacer la colada, estudiar para los exámenes o acudir al trabajo- existe otro, el de los sueños, que desde siempre ha fascinado al ser humano. Así desde la Antigüedad se han tratado de encontrar premoniciones y significado a los sueños y a los elementos que en ellos aparecen; además, han sido fuente de inspiración en las manifestaciones artísticas humanas, sirvan como ejemplos Alicia en el país de las maravillas o las diversas entregas de Pesadilla en Elm Street. También Roberto Malo, en La marea del despertar, se ha dejado seducir por esa otra “vida” del hombre. Pero empecemos por conocer al protagonista:
Jesús, un joven algo alocado de 25 años, toca el saxo en el grupo “Gracias Trío” junto a sus amigos Víctor y Mario. Poco a poco descubre que tiene la facultad de llevarse al mundo de los sueños aquello que porta cuando se acuesta, de modo que si duerme en vaqueros, descalzo y sin dinero, de igual modo aparecerá en los sueños. Sobra decir que Jesús decide experimentar con esa facultad, teniendo en cuenta, además, la capacidad que posee para recordar detalladamente sus andanzas por el mundo onírico. A partir de ahora el grueso de la novela discurre principalmente por los sueños de Jesús.
Roberto Malo construye con un alto grado de humor y detalle esa otra realidad, que a la mayoría de los humanos se nos escapa nada más abrir los ojos, y en la que destaca la convivencia de elementos y personas “reales” con objetos, seres y situaciones nada habituales.
En este mundo surrealista –no podía ser de otro modo-, Jesús adopta capacidades sorprendentes, como la de correr a una velocidad impetuosa durante horas o andar sobre el agua. También, gracias a los objetos que lleva al dormir, desempeña funciones nuevas, así cuando duerme con una videocámara se convierte en reportero de una persecución de terroristas; del mismo modo, al acostarse con su saxo, despierta en Hamelin como encargado de llevarse a todas las “ratas” del pueblo, que no son otras que “los sacerdotes, los militares, los políticos”.
El lector, de la mano de Jesús, va a encontrarse con personajes completamente fascinantes: monstruos que disfrutan de la proyección en cine de una película sobre niños espeluznantes, un copiloto de avión que ofrece un concierto a los pasajeros en pleno vuelo, un aprendiz de fantasma, un detective que busca “las tetas de una señorita” y que anteriormente trató de enseñar –sin ningún éxito- “a volar a los hombres, por sí mismos; les enseñaba a utilizar sus brazos como alas, sus piernas como motores…”.
Además, el mundo al revés está omnipresente a lo largo de toda la novela. Sirvan como ejemplos el compañero de asiento de nuestro protagonista en el avión –“un guacamayo de tonos verdes, rojos y amarillos que llevaba un pirata diminuto posado a la izquierda de su cabeza”-, la marioneta que maneja hábilmente a la titiritera o la lima que esconde un bocadillo de chorizo.
En el mundo onírico todo parece posible: uno puede arrancarse una oreja y volver a enroscársela con total naturalidad, ascender hacia el cielo agarrado a un globo gigante o ser engullido por una mesa de billar carnívora. Esta vida alternativa ofrece a Jesús un cúmulo de nuevas sensaciones, como la de ser seducido por una bella pelirroja, comerse un helado de vaca o hallarse en plena persecución policial.
Como he mencionado anteriormente, Jesús despierta en los sueños con aquello que se acuesta en la vida real. Gracias a esta capacidad, nuestro protagonista logra algo que a todos nos gustaría conseguir: traer al mundo real fragmentos de sueños plasmados en imágenes fotográficas y una secuencia grabada con una videocámara.
Jesús se encuentra cada día más atrapado por sus sueños, lo que le hace vivir situaciones que para los demás resultan absurdas; así, pregunta en varias ocasiones a sus amigos cómo visten en sus sueños, revela un carrete de veinticuatro fotos con sólo cinco empleadas o le pregunta a su amigo Víctor por sus piernas después de haber soñado que se había roto una de ellas. Pero el peligro real comienza cuando Andrés, su amigo y vecino, le pide que lo transporte junto a él a sus sueños. Acaban de iniciarse, sin ellos saberlo, en un juego donde ambos se intercambiarán los papeles de atrapado y rescatador… Y ya no puedo continuar esta reseña: el final tendrán que descubrirlo los lectores.
Roberto Malo, en La marea del despertar, indaga en un mundo realmente atractivo, dando lugar a una novela divertida, llena de humor, sorpresa y surrealismo.

 

"La marea del despertar" Roberto Malo. Hegemon. 2007.

 

     Dice la contracubierta de "La marea del despertar", el último libro de Roberto Malo:

     "Jesús, un joven músico, descubre para su sorpresa que tiene la facultad de, al dormirse, ir al mundo de los sueños con las mismas ropas, o falta de ellas, con las que se ha acostado en la realidad. De semejante modo, pronto se dará cuenta de que si se adormece en nuestro mundo con cualquier tipo de objeto, el mismo irá con él al universo onírico; e incluso, una vez allí, puede traerse de vuelta algo del ensueño…"

     Roberto Malo, de tanto contar y contar, - es además de escritor, cuentacuentos y animador cultural- debe andar hace tiempo ya del otro lado, o por lo menos con la mitad arlequiniana de su personalidad permanentemente atrapada en la parte onírica del espejo. Por eso ha escrito una novela trágico-divertida, que es una forma de ser que me parece muy propia de este siglo 21.

     Es una novela fantástica, digamos que en grado sumo en atención al derroche de imaginación elegantísima ejercido por el autor, y a través del cual los sueños del protagonista se manifiestan en sucesión de planos que se abren y se cierran, con una estética que recuerda el ritmo imposible de los video-juegos, pero también la visión deformada y delatora de la literatura de fantasía, si por ella entendemos obras monumentales como "Alicia en el país de las maravillas" o "Los viajes de Gulliver". Aunque la novela de Roberto Malo se acerca mejor a los parámetros del absurdo, con momentos realmente magníficos en este sentido, como el de la ninfómana o el acoso al protagonista por parte de unos terroristas.

     Es una novela de lenguaje directo, efectivo, y lleno de humor y de ironía, de gran frescura. De lectura relampagueante. Yo diría que en línea con el humor inteligente y no exento de ternura de la mejor tradición española, representada en sus más altos exponentes por Gómez de la Serna o Mihura, y en la que Malo parece nadar muy bien.

     Pero también es una novela calderoniana. De doble vía entre la realidad y el sueño. Porque el humor no es sino un forma de digerir lo trágico. Y "La marea del despertar" parece un formidable atrezzo donde desaparecer y no saber, un impecable truco de prestidigitación, que entraña tremendos riesgos en ese recorrido de ida y vuelta:

     "Entonces sentí la ropa que envolvía mi cuerpo, los zapatos que rodeaban mis pies, la habitación que me observaba con curiosidad; seguramente sus mudas paredes pensarían: ¿Y éste por qué se acuesta vestido?

     ¿Y por qué se acuesta con una cámara fotográfica?", seguí pensando mientras me liberaba de ella, sacando la correa por encima de mi cabeza; al hacerlo sentí en el cuello una ligera rozadura.

     La tomé en mis manos, encendí la luz de la habitación y observé el contador, el pequeño círculo indicador del número de fotos tiradas. Había un 5. Cinco fotos. Cinco fotos hechas en sueños. Más o menos, recordaba haberlas hecho. ¿Saldrían al revelarlas? "

     En fin, ¿quién no ha querido alguna vez quedarse para siempre dentro de uno de sus sueños? ¿Y quién no ha temido que sucediera?

 

Roberto Malo

(Zaragoza, 1970) Cuentacuentos y animador sociocultural, Roberto Malo ha publicado una treintena de relatos en revistas, periódicos y diversas antologías. Malos sueños es su primer libro de relatos. En 2007 dio el salto a la novela con Maldita novela y La marea del despertar (2007). En 2008 con la publicación de La luz del diablo continúa con su faceta de autor de relatos breves.

 

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