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Los orígenes del fútbol en Zaragoza

Los orígenes del fútbol en Zaragoza

Los orígenes del fútbol en Zaragoza

Cuentan las crónicas de los periódicos de principios del siglo XX la constitución en Zaragoza de una sociedad denominada "Foot-ball Club", concretamente el 16 de noviembre de 1903. La mayoría de los fundadores son jóvenes de la élite zaragozana del momento que coinciden en el colegio Escolapios y que posteriormente encauzan sus vidas dentro o fuera de Zaragoza. Así lo indica Pedro Ciria Amores en su libro "Los orígenes del futbol en Zaragoza", según el cual "dos lugares aparecen reseñados en el documento, el gabinete del doctor Saturnino Mozota, donde en adelante se llevarían a cabo las reuniones de la sociedad, y el campo Sepulcro, lugar donde, hasta tanto no se disponga de un campo aparente en las cercanías de Zaragoza, se desarrollarán los juegos, es decir, los partidos, o en el argot de la época, los match. El campo del Sepulcro se encontraba junto a la estación del ferrocarril del mismo nombre. Era una explanada extramuros que recibió ese nombre a causa del primero de los Sitios de Zaragoza. El 15 de junio de 1808, en la Batalla de las Eras, muy cerca de la Puerta del Carmen los franceses fueron derrotados. Dadas las circunstancias de la contienda y las urgentes necesidades del momento, los cadáveres fueron enterrados allí mismo y desde ese momento, los zaragozanos pasaron a llamar a ese terreno Campo Sepulcro, pues hace las veces de eso, de sepulcro, de tumba". La ubicación de este Campo Sepulcro abarcaría el triángulo formado, en el entorno del Portillo, por las calles Anselmo Clavé, Paseo María Agustín y Juana Francés.

El novedoso deporte del foot-ball, tuvo mucho éxito en el Campo del Sepulcro e incluso se tuvieron que hacer dos campos paralelos ante la creciente demanda. Aun así, el triunfo del balompié no fue sencillo y le costó asentarse. De hecho, se tuvo que suspender el partido previsto para el 18 de noviembre, a causa del lanzamiento de piedras a los futbolistas por parte de un grupo de gamberros. Tras dos suspensiones, el Gobernador Civil envió protección para la siguiente cita y finalmente, el viernes 25 de diciembre de 1903, se disputó en Zaragoza lo que se conoce como "El primer match". Así lo recogen El Noticiero y el Heraldo de Aragón en su edición del 26 de diciembre de 1903. El texto es idéntico en ambos periódicos:

José Ignacio Trinidad Joaquín María Cavero Alcíbar Jáuregui Álvarez de Toledo y Lasauca, XII Conde de Sobradiel y Barón de Letosa, Pepe para sus amigos, fue nombrado presidente en enero de 1904 de aquel legendario Foot-ball Club y fue también uno de los que disputaron aquel histórico "primer match" y, por tanto, el autor del primer gol de la historia del futbol aragonés. El Conde de Sobradiel fue, por tanto, uno de los pilares fundamentales del balompié y de la sociedad zaragozana del primer tercio del siglo XX.

 

En aquellos primeros tiempos no había porterías. Un montón de ropa, al más puro estilo callejero, servía de improvisada meta. Ni árbitro. Aún era una cosa entre amigos. Se formaban ligas contra aquellos "chalados" que se ponían en calzoncillos delante del escaso público que se acercaba a ver ese extraño espectáculo.

Tras la disputa de otros cuatro partidos, el auge del foot-ball en Zaragoza se frenó en seco. Había problemas, y aunque varios periodistas sugirieron que la causa de la disolución de la sociedad fue la marcha a Madrid del Conde de Sobradiel y su posterior matrimonio, lo cierto es que, tal y como indica Pedro Ciria "la ausencia de un patrocinador que sostuviese el alquiler de un terreno en condiciones, el próximo inicio de las vacaciones para muchos de los jugadores estudiantes, así como la ausencia de una masa social amplia acabó con el proyecto".

Resultan interesantes también las afirmaciones de Ciria sobre los años posteriores a esta disolución: "Y así muere la primera sociedad futbolística zaragozana seria. Hasta diez años después nadie tomará su relevo con un potencial similar a este Foot-Ball Club, que nunca se autodenominó Zaragoza. Quien ha querido ver en este conato un ancestro del actual Real Zaragoza está en una tremenda equivocación. Generó mucha expectación, pero la ciudad no estaba preparada para sostener un equipo de entidad equiparable a los que ya existían en otras capitales regionales. Desde el principio y hasta prácticamente los años treinta, Zaragoza siempre permanecerá rezagada en este aspecto, y sus clubes estarán uno o dos pasos por detrás de, por ejemplo, los catalanes, vascos, andaluces o madrileños..."

Tras el fracaso de este proyecto de 1903, el siguiente gran pilar sobre el que se asienta el nacimiento del futbol en Zaragoza, sería, en 1913, la Gimnástica, "el primer gran club con infraestructura y posibilidades reales de larga supervivencia". Su presidente era Don José María Demetrio Gayarre Lafuente, el que para todos está considerado como el "padre del futbol aragonés". José María Gayarre, nacido el 22 de diciembre de 1893 en el seno de una familia de procedencia navarra, fundó y presidió entre 1913 y 1915, el club deportivo más potente del momento: la Gimnástica Zaragozana. Según nos indica el propio Ciria "donde el Foot-ball Club de 1903 había fracasado, Gayarre tendría éxito. Su incipiente carrera política le permitió tener muy buenos contactos, apoyos financieros, y un grupo de personas influyentes que sí se involucraban podían arrastrar a otros muchos".

José María Gayarre, era, según indica Ciria, "el mayor amante del fútbol de esos años y la persona clave para entender este deporte en la Zaragoza del primer tercio del siglo XX; hilo conductor de todo lo que huele a fútbol y cuya historia personal es fiel reflejo del devenir de estos años. Los pequeños grupos de jóvenes estudiantes que desordenadamente jugaban en los compartidos y pedregosos terrenos de juego, tenían la visita todas las tardes de un joven con aspecto de ser más mayor, que se entretenía viéndolos correr y disfrutar, pero que lamentaba la desorganización. Sabía de fútbol y tarde tras tarde se iba acercando. Pacientemente, les enseñó las primeras lecciones teóricas. "Saque de esquina", les diría Gayarre, "desde aquí" o bien "saca allá". En ocasiones perdía la paciencia ante la fogosidad de los chavales, y se marchaba refunfuñando, pero al día siguiente retornaba sin ningún rencor. Los jóvenes le buscaban porque era el que más sabía y acabó siendo el "mártir del pito". Arbitraba casi todos los partidos, al principio sólo, pero poco después se le unió un militar de carrera que pasó por la Academia de Zaragoza, el teniente Luis Aizpurúa Reynoso, que posteriormente y ya fuera de Aragón alcanzaría el rango de coronel. Era el primer paso, pero Gayarre aspiraba a más..."

La Gimnástica "fue una realidad que duró tres años largos durante los cuales hubo un club con abundancia de socios, un buen equipo, con local social, con gorras de plato con insignias y hasta con pasodoble. Y hasta hubo buenos partidos. Pero hubo también rencillas, envidias, disidencias, personalismos. Y se fue abajo todo por falta de visión, que solo lavan la experiencia y los años, ocas ambas de que no se iba salvados". Gayarre, como presidente de la Gimnástica, se hizo con un campo propio, el conocido como Campo de la Química, en un solar muy cercano a la actual Plaza de Europa. Puede decirse que fue el primer "campo" (que no estadio) de futbol que existió en Zaragoza, ya que fue creado, única y exclusivamente, con este fin. No se puede denominar estadio ya que, en 1913, no estaba cerrado perimetralmente y no tenía las dimensiones reglamentarias.

La desaparición de la Gimnástica en 1915 puso suponer el principio del fin. Sin embargo, su germen sirvió para la creación de otras sociedades futbolísticas más o menos serias. Como bien dice Pedro Ciria, "de ese tronco muerto pero ejemplificante que fue la Gimnástica de José María Gayarre, surgieron pequeñas ramitas que daban cada vez más sólida vida al incipiente universo futbolístico". Los más importantes fueron el Pilar FC, el CD Fuenclara y por supuesto el España (que fue antes Athletic y luego Stadium) y el Iberia.

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