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Copa del Rey. 2013/14 – Ciento veintiocho avos

Copa del Rey. 2013/14 – Ciento veintiocho avos

10.9.2013 – Copa del Rey. 2013/14 – Ciento veintiocho avos

PARTIDO OFICIAL Nº 3163

ALAVES 0-1 REAL ZARAGOZA

Ficha técnica


Deportivo Alavés: Iván Crespo, Unai Medina, Álex Ortiz, Luciano, Nano (Manu García, min. 71), Lázaro (Jaume, min. 19), Schenone, Juanma, Serrano, Viguera y Laborda (Toti, min. 81).

Real Zaragoza:
Alcolea, Cortés, Álvaro, Laguardia, Rico, Movilla, Cidoncha, Acevedo (Tarsi, min. 73), Barkero, Roger (Abraham, min. 57) y Jorge Ortí (Porcar, min. 81).

Goles: 1-0, Viguera (min. 94).

Árbitro: Arias López (comité cántabro). Por el Real Zaragoza, amonestó a Cidoncha (min. 73), Abraham (min. 86); y expulsó con tarjeta roja directa a Abraham (min. 89). Por el Alavés, amonestó a Manu García (min. 73), Unai Medina (min. 84).

 

El Real Zaragoza se atraganta con la Copa del Rey en el último minuto

El conjunto de Paco Herrera, con muchas novedades en el once, ha sido eliminado en su primer partido en esta competición tras recibir un gol en el minuto 94, cuando ya se habían cumplido los tres minutos de tiempo añadido.

El Real Zaragoza ha quedado eliminado de la Copa del Rey en el último suspiro, cuando se habían cumplido los tres minutos de tiempo añadido y ya amenazaba la prórroga. Cruel y a la vez  justo final -y principio- en esta competición para el Real Zaragoza, que no ha merecido ni más castigo ni menos premio que el Alavés. Ni unos ni otros merecieron nada, pero Viguera se convirtió en verdugo del conjunto de Herrera con un gol de cabeza en el minuto 94 tras un saque de esquina. 

Cuando ambos equipos amenazaban a Mendizorroza con el castigo de la prórroga, el delantero libró al fútbol de 30 minutos más de bochorno. Con el tiempo cumplido y el descuento agotado, un saque de esquina de Serrano y un remate de Viguera que Alcolea no pudo detener decidieron el partido. Ya no había tiempo para más, por desgracia para los blanquillos y por suerte para quienes ya daban por seguro el tercer acto de este drama.

Real Zaragoza y Alavés firmaron una obra indigna incluso de los peores partidos de Segunda, categoría a la que este martes desprestigiaron tanto locales como visitantes. Ambos contribuyeron al despropósito en el que convirtieron su primer partido de Copa del Rey. Lo más justo para este deporte sería que los dos equipos hubieran quedado eliminados, pero el gol siempre manda y el conjunto de Natxo González supo aprovechar una de sus pocas oportunidades de marcar.

Alguna más tuvo el Real Zaragoza, que volvió a demostrar su inocencia en el campo del Alavés, un recién ascendido a la división de plata. Pero los de Paco Herrera no se encuentran ni en la Liga ni en la Copa. Ni con los suplentes ni con los titulares. Ni con un delantero ni con dos. Los problemas del conjunto blanquillo van más allá de la competición que apadrine el partido, de los futbolistas que jueguen y del sistema que el técnico dibuje en su pizarra. Herrera revolucionó el once inicial, pero ni el cambio de aires oxigenó un fútbol que se caracteriza por su ausencia. Desde luego, no es el estilo que buscaba el entrenador, pero sí el que hace reconocible a un equipo al que le faltan ideas, calidad, sacrificio e intensidad.

Tampoco hay efectividad ni goles. El Real Zaragoza encadenó en Mendizorroza su cuarto partido sin marcar. La cuenta anotadora de los aragoneses se hace rápido: un solo tanto en cinco partidos oficiales que dejan las pocas esperanzas del zaragocismo en las botas del joven Henríquez, ausente en los dos últimos encuentros -Alavés y Lugo- por la convocatoria de su selección. Casi a la misma hora en la que su actual equipo se estrenaba en la Copa del Rey, Chile se enfrentaba a España en la localidad suiza de Ginebra. El chileno vio desde el banquillo el duelo entre las dos 'Rojas' y, sin duda, disfrutó de mejor espectáculo que el que el Real Zaragoza ofreció en Mendizorroza. 

Muchos cambios, idéntico resultado

Más que el pase a la tercera ronda de esta competición -la segunda para los blanquillos-, el equipo de Paco Herrera buscaba la absolución. Al menos, dejar a un lado una crisis que no ha hecho sino agravarse. El técnico apostó por una alineación con importantes novedades, en la que tan solo cuatro titulares en el último encuentro -Álvaro, Cortés, Barkero y Roger- compartían once con jugadores menos habituales, como Alcolea, Laguardia, Movilla o Jorge Ortí. No brillaron, porque no lo hizo nadie. pero tampoco fueron los peores de un Real Zaragoza en el que es difícil salvar a alguien.

El portero cumplió -tampoco le exigieron demasiado- hasta el minuto 94, cuando pudo hacer algo más para evitar el gol del Alavés, del que también tuvo cierta responsabilidad una defensa propensa a las concesiones en las jugadas a balón parado. Laguardia sí pidió una oportunidad a Herrera, Ortí lo intentó y el resto apenas aparecieron. También debutaban el canterano Rico -en el lateral izquierdo- y el último fichaje del Real Zaragoza, el argentino Walter Acevedo. Llegaba como centrocampista ofensivo, pero durante gran parte de los 73 minutos que estuvo en el campo se perdía entre los centrales y sus compañeros en la medular, Movilla y Cidoncha. El jugador, apartado del primer equipo de River Plate, apenas ha jugado en el último año y confirmó las sospechas que infundía la lógica y él mismo desmintió en su presentación, en la que aseguró que llegaba en forma para jugar. Finalmente fue sustituido por el canterano Tarsi, quien también debutó en un día que seguramente no podrá recordar con demasiada alegría.

Las pocas oportunidades del Real Zaragoza se resumen rápido. Una vaselina de Roger que se perdió en la grada, otro disparo desviado del delantero cedido por el Levante y una carrera de Cidoncha que acabó con un tiro inocente, raso y al centro, que detuvo Crespo sin ningún esfuerzo. En la segunda parte, Movilla avisó con un tiro desde la frontal que el portero del Alavés desvió a saque de esquina. El resto casi no fueron ni ocasiones: un remate de cabeza desviado de Ortí tras centro de Abraham -salió en la segunda parte por Roger y fue expulsado en el 90 por un manotazo en la cara de un rival- y otro de Cidoncha que ni inquietó a la defensa vitoriana.

Sin delanteros -Herrera sustituyó a Roger y a Ortí-, sin fútbol, sin goles y sin ni siquiera tiempo para intentarlo, el Real Zaragoza abandonó el césped de Mendizorroza cabizbajo, con la misma actitud con la que había afrontado todo el partido. Si hay que buscar algún alivio entre tanto drama, queda el consuelo de que el conjunto blanquillo ya puede centrarse única y exclusivamente en la Liga. No es un argumento de peso, pero la mejor noticia es que el partido contra el Tenerife -este sábado, a las 18.00 en La Romareda- ya está a la vuelta de la esquina y apenas hay tiempo para pensar en el sabor a desánimo a que ha dejado el mal trago de la Copa del Rey. 

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