Croacia logró este domingo su segunda Copa Davis, después de que Marin Cilic derrotara al francés Lucas Pouille, 7-6(3), 6-3 y 6-3, en el cuarto partido, y sumara así el 3-1 definitivo en el estadio Pierre Mauroy de Lille. Tras el triunfo logrado en 2005 y después de haber perdido en 2016 la final contra Argentina, Croacia se adjudicó la última ensaladera en su formato tradicional, antes de la renovación aprobada para el año próximo. Con un globo en la tercera bola de partido, Cilic cerró la victoria y acudió al abrazo de sus compañeros.
Croacia sumó los tres primeros puntos individuales, en los que Cilic y Borna Coric no perdieron un solo set, y ni siquiera cedieron su saque frente a los franceses. Pouille, preferido a Jérémy Chardy por el capitán francés, Yannick Noah, para disputar el cuarto partido, elevó algo el nivel, pero fue insuficiente para hacer temblar al número 7 del mundo, sereno y sólido a sus 30 años para conducir a su nación hacia la segunda ensaladera. El francés, de 25 años, relegado en la primera jornada pese a ser el convocado de mayor ránking, aguantó bien los envites de Cilic durante la primera manga, pero en el juego de desempate, el set cayó del lado croata.
Si ya era difícil la tarea de Pouille, que ha firmado una triste temporada, en la que ha pasado de tutear el “top 10” a ser ahora 32, con un set abajo se aventuraba faraónica. Su juego se fue deteriorando y, aunque en ningún momento tiró la toalla, se vio muy lejano de lo necesario para ganar a un rival como Cilic. El mejor de los croatas ya se había mostrado intratable el viernes contra Jo-Wilfried Tsonga, a quien derrotó en el segundo duelo, después de que Coric abriera con triunfo el inaugural frente a Chardy.
Francia había ganado el doble este sábado, gracias a Nicolas Mahut y Pierre-Hugues Herbert, que derrotaron a los croatas Mate Pavic e Ivan Dodig y forzaron el cuarto duelo. Hasta ahí llegó su resistencia, doblegados por un equipo superior al que nunca dieron la impresión de poder superar.
“Jugar a este nivel ha sido increíble, Pouille ha apretado pero al final he podido derrotarlo. Lucas es un gran jugador, tenía que arriesgar y yo lo único que quería era salir a jugar coincentrado y me ha salido un partido increíble. El apoyo del equipo ha sido fundamental, esto ha ayudado. Para nuestro país esto es algo grande”, dijo el Cilic, el héroe de este domingo para Croacia.
Las sonrisas se vivieron en el vestuario croata, donde Cilic se antepuso al mal recuerdo de 2016, cuando tuvo contra las cuerdas a Juan Martín del Potro en el cuarto partido, pero acabó derrotado, lo que permitió la remontada argentina. En esta ocasión, el ganador del Abierto de Estados Unidos de 2014 no tembló ante un Pouille que solo mantuvo la rivalidad el primer set, que el croata ganó en el juego decisivo.
Luego todo fue más fácil para un Cilic que era el último ganador de un grande en activo que no había sumado también la Davis. “Es un sueño hecho realidad. Se cierra un capítulo de la historia, era la última vez que podía ganarla y ahora vivo algo maravilloso. Espero defenderla el año próximo en Madrid”, añadió Cilic.