Blogia
ma+s

14.2.2010 - LIGA 1ªDiv. 2009/10 - JORNADA Nº 22

14.2.2010 - LIGA 1ªDiv. 2009/10 - JORNADA Nº 22

 

14.2.2010 - LIGA 1ªDiv. 2009/10 - JORNADA Nº 22

Partido Nº 1856 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.

20100214193205-rvalladolidcf.jpg 

1-1  

20091101074228-escudo-zaragoza-2008.jpg

 

R. VALLADOLID C.F.

1

1

R.ZARAGOZA S.A.D.

 

  1

Justo Villar

  8

Baraja

  15

Del Horno

  16

Pedro López

  24

César Arzo

  5

Medunjanin

  6

Pelé

  10

Borja

  19

Jonathan Sesma

  9

Manucho

  22

Diego Costa

 

 

  13

Carrizo

  4

Contini

  22

Pulido

  8

Ander

  14

Gabi

  17

Lafita

  21

Jarosik

  23

Ponzio

  18

Eliseu

  19

Arizmendi

  25

Suazo

 

 

ENTRENADORES

 

Onésimo Sánchez

 

 

José Aurelio Gay

 

 

GOLES

 

 23’ 

Gol Diego Costa

 

 

 39’ 

Gol Suazo

 

 

OTROS DATOS DE INTERÉS

 

1ª División

Estadio: José Zorrilla

14/02/2010 17:00

Arbitro: Fernández Borbalán

Cuarto Arbitro: Gómez Ríos

Jueces de Línea:Canelo Prieto , Cabañero Martínez

 

Continúa la dura escalada

 

Pudo ser peor y debió ser mejor. El empate que cosechó ayer el Real Zaragoza en Valladolid tiene bastantes valores positivos en su analítica, pero también presenta datos que no permiten redondear un sabor dulce a la hora de añadir el punto obtenido en Zorrilla en la cuenta corriente de la clasificación.

Lo mejor es que el Zaragoza suma con este 1-1 en Pucela su tercera jornada consecutiva sin perder, o sea, sumando puntos (en tres partidos ya ha adicionado siete, la mitad de todos los que logró en la primera vuelta completa). Como consecuencia de esto, los chicos de Gay siguen fuera de los puestos de descenso y mantienen el colchón de 2 puntos de ventaja sobres su rival de ayer, un limitado e histérico Valladolid que solo ha vencido en tres partidos en lo que va de curso. También dentro de lo positivo cabe incluir el primer gol en jugada de Suazo, con un punterazo tan poco estético como enormemente efectivo, que es el paradigma de la efectividad que mostró ayer el cuadro zaragocista. Los de Gay, pese a tener menos ocasiones claras de gol que su adversario, obtuvieron al final el mismo rédito que el Valladolid.

En el lado oscuro del análisis, el Real Zaragoza salió de Zorrilla con el 'golaverage' perdido con los vallisoletanos (estos habían ganado 1-2 en La Romareda en septiembre), por lo que no le valdrá igualar a puntos con ellos en la clasificación final si hay algo crucial en juego. En ese mismo saco negativo, incluyan la incontestable expulsión de Ander Herrera, a falta de casi media hora para el final, por una entrada fea y a destiempo por detrás sobre Diego Costa, el mejor jugador local. En el lote feo va asimismo la quinta amarilla de Diogo que, por lo tanto, también será sancionado para el domingo que viene, al margen del alcance que pueda tener su lesión -se resintió de la rodilla operada, la derecha-. Pulido también se sumó ayer al paquete de lastimados del equipo, que empieza a crecer de nuevo de manera preocupante, y abandonó el campo prematuramente antes del minuto 25. Y, claro, en el ámbito futbolístico, no queda más remedio que volver a citar un gravísimo error de Carrizo en el gol blanquivioleta, un regalo a medias con Jarosik que empieza a colmar el vaso de la paciencia de cualquier zaragocista no contaminado por el 'statu quo' del aparato que rige el club. No está el Real Zaragoza en condiciones de ir haciendo donaciones del tamaño de las que Carrizo consuma más veces de las deseables desde su aparición en la portería blanquilla. Una pena.

El 1-1 final pudo ser peor porque el Real Zaragoza no apareció en el partido hasta el minuto 36, todo un lujo para una escuadra tan necesitada. Y, en ese largo periodo inicial del partido, el Valladolid mandó y generó cinco jugadas de gol que podrían haber triturado a los aragoneses si los chicos del debutante Onésimo hubiesen tenido un poco de clarividencia ante la portería. Sesma, Del Horno, Borja y Diego Costa (en dos ocasiones) fueron sus rematadores y solo este último acertó con el marco en la reseñada acción patrocinada por el guardameta zaragocista tras un balón colgado al área que no logró capturar y dejó a placer al goleador brasileño para que anotase a puerta vacía.

El Zaragoza, en ese penoso arranque de partido, fue superado permanentemente por el sistema de ataque pucelano a balón parado (el mal se repitió toda la tarde). Por alto, ayer no dieron una a derechas los zagueros blanquillos. Córners y faltas laterales fueron un suplicio constante. La defensa zonal permitió siempre los remates de los locales, que , menos mal, conforman uno de los peores ataques de la Liga.

Pudo ser peor porque, pese a que en los últimos 9 minutos de la primera fase Suazo consiguió empatar y casi le da la vuelta al tanteador en un cabezazo a bocajarro que se le fue alto al borde del descanso, Diego Costa perdonó el 2-1 en una carambola increíble. Nada más iniciarse el segundo tiempo, el carioca se quedó solo ante Carrizo tras un error monumental de Jarosik y remató hasta en tres ocasiones a quemarropa. En la primera, la menos clara, Carrizo rechazó como pudo; en la segunda, Costa empaló el balón con la puerta desguarnecida y lo estrelló contra el poste derecho; y, para concluir el episodio de suspense, el ariete pucelano agarró de nuevo el rechace del palo a unmetro de la raya de gol y echó la pelota por encima del larguero ante la desesperación de todo el estadio. Esta jugada mostró que la tendencia del Real Zaragoza ha cambiado en estos últimos 15 días. Ahora la fortuna está de cara, el viento de popa. En la primera vuelta, esta ocasión hubiera sido gol sí o sí. Y a la primera. Ayer no lo fue ni lo hubiera sido aunque Costa hubiese estado rematando veinte veces delante del arco con Carrizo tumbado.

Pudo ser peor también porque el Zaragoza afrontó los últimos 30 minutos en inferioridad numérica por la chiquillada del joven Herrera. Pero el Valladolid, que acusó notablemente la marcha de Costa por una lesión en el hombro cuando aún restaban 25 minutos para el final del duelo (se quejaron los locales de las diversas entradas que sufrió su goleador por parte de los defensas zaragocistas), no supo jugar con un futbolista más sobre el campo y apenas apretó.

Pero debió ser mejor, y da rabia que no lo fuese, porque en los pocos minutos donde el Real Zaragoza tuvo el balón y buscó la combinación arriba, demostró que podía hacerle mucho daño a un rival vulnerable, atenazado, responabilizado y, posiblemente, con menos recursos futbolísticos libra a libra que los hombres de Gay. Ayer, volvió a fallar la línea de creación. Los medios centros Gabi y Herrera estuvieron obturados por enésima vez. Las bandas, con Lafita y Eliseu intermitentes y espesos, aportaron poco. 

Arizmendi no enganchó bien con el multiusos Suazo. Y hasta la renovada zaga tuvo dudas como en los viejos tiempos. Con esto, ¿alguien se va a quejar de este puntazo sumado en Zorrilla? No es un mal botín.

 

Ya van tres

.
Suma el Zaragoza. El punto cosechado en Valladolid mantiene al conjunto de José Aurelio Gay fuera de los puestos de descenso, que es, al fin y al cabo, el reto inmediato que se ha marcado el equipo. Ayer, en un estadio de Zorrilla de ambiente complicado y ante un rival incluso más necesitado, el Real Zaragoza arrancó un empate que tiene muchas virtudes, la principal, la de encadenar un tercer partido sin perder. Que aunque suene a mérito menor, no es poco para una formación que hace apenas dos semanas se hundía sin aparente remedio en los infiernos de la clasificación.

Muchas cosas han cambiado en medio mes. Sin ir más lejos, la mentalidad con la que el Real Zaragoza afronta ahora cada duelo. Ayer, en Zorrilla, el conjunto aragonés no quiso especular con el empate: buscó la victoria. Lo hizo de salida; cuando marcó el Valladolid; después de golear Suazo; y cuando jugó con uno menos. Con ese listón de exigencia, la búsqueda de la victoria, sumar se hace más fácil.

Además, este nuevo Zaragoza no se vino abajo cuando el partido se le complicó con ese gol absurdo del cuadro de Onésimo. Un Valladolid ansioso y un estadio de Zorrilla muy caliente a pesar del frío gélido de la capital castellana no alteraron a los de Gay. El cuadro aragonés tiene fe, confianza en sí mismo. Sabe de qué es capaz y cuál es el camino para lograr lo que persigue.

El principal mérito de esta revolución zaragocista planeada por Agapito y ejecutada por sus discípulos radica en la capacidad de olvidar el pasado: ya no pesa la línea timorata y apocada del Zaragoza incapaz de enfrentarse a un problema, por pequeño que fuera. Ahora, los Contini, Suazo, Jarosik, Eliseu... afrontan cada ecuación con la convicción de que son capaces de resolverla. Y ese tirón, ese empuje -al que no son ajenos ni Gay ni Nayim- ha mutado el ánimo de la escuadra.

Incluso cuando ha de jugar fuera de La Romareda da la cara. Y ya sabe jugar y adaptarse a estos envites sucios, feos, comprometidos, con mucha más emoción e intensidad que buen juego.

No perder, encadenar tres partidos sin conocer la derrota tiene también otra variante, además del reconocible revulsivo moral: es una advertencia a los rivales. Y el aviso adquiere un realce mayor cuando los próximos rivales merodean por el entorno de la zona más comprometida.

El domingo visita La Romareda un Sporting al que el Real Zaragoza mereció ganar en El Molinón y que se encuentra a tiro de piedra de la formación blanquilla. Más aún si es capaz de imponerse a los asturianos en la próxima jornada.

Este Zaragoza ya no es el mismo. No es ya solo el aspecto, la cara. Al equipo le ha cambiado el alma, el espíritu. Es una verdad a medias lo que explicaba su técnico esta semana pasada: "Aún no hemos hecho nada". En realidad, aún no se ha visto lo que ha hecho el Zaragoza. Transformarse, cambiar por dentro. Aunque lo más importante era dejarse ver fuera de los puestos de descenso. Cada partido es un reto por consolidarse alejándose de los infiernos. Ya van tres. El próximo se dirime en casa, el domingo, ante el Sporting. Seguimos en temporada de exámenes.

 

0 comentarios